Change my world {HS}

Change my World

Nombre: Change my World
Autor: Loretto xd o sea yo.
Adaptación: No
Genero: Romance... puro amor *-*
Advertencias: No necesito chicas, y subiré una o dos veces por semana (tengo mas novelas xD)
Otras Páginas: Si,
aquí.

Sinopsis.

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Prólogo.

-Buenos días ¿hablo con la casa de los Kessel?
-Sí, usted habla con la sirvienta, los señores no se encuentran en este momento, ¿con quién tengo el gusto? –preguntó Marta.
-Habla con Monique Lourance, recepcionista del Hospital Clínico Foxer. Necesito hablar urgentemente con el señor o la señora Kessel –dijo la chica. –Es acerca de su hijo, podría usted…
-¡¿Que le paso al joven Harry?! –Loreley al escuchar el gritó de su sirvienta, se levantó bruscamente de la mesa del comedor y le quitó el teléfono, esperando lo peor.
-¿Qué le sucedió a mi hijo? –preguntó
-¿Señora Kessel? –Dijo Monique- No se preocupe nada le ha pasado a su hijo, en realidad es un asunto que no tiene nada que ver con la salud de este, sino que es un asunto un tanto más delicado.
-¿A qué se refiere? –preguntó Loreley.
-Creo que hubo un error con respecto a la entrega de los bebes.
-No entiendo, ¿podría explicarse mejor por favor? –pidió bastante irritada.
-Lo que quiero decir es que… verá, Harold Kessel no es su hijo.
-¿Cómo que no es mi hijo? ¡Claro que lo es! ¡Yo lo tuve nueve meses dentro de mí!
-A lo que me refiero es –la recepcionista hizo una pausa bastante larga, haciendo que el enojo de Loreley creciera mas y mas- al momento de que su hijo naciera, cometimos un grave error y le entregamos al bebe equivocado.
-¿Qué?
- Su hijo Harold, en realidad pertenece a la familia Styles, y su hijo sanguíneo lleva por nombre Alexander.
-¿Es una broma verdad? –Dijo Loreley bastante enojada- ¡¿Cómo es posible que cometan un error tan absurdo?! Harold es MI hijo y nada de lo que digas cambiará eso.
-Tranquila señora Kessel, solo debíamos informarle que Harold no tiene su misma sangre. –Loreley no sabía qué hacer, o decir. En cierto modo ya lo intuía, puesto que todos los Kessel eran rubios de ojos azules y de tez bastante más blanca que Harry, mientras él, si bien tenía los ojos de color, no se parecían en nada a los de ningún miembro de la familia, y además era castaño y con el cabello bastante crespo, extraño para una familia de sangre totalmente Alemana. Todo le parecía mucho más claro a Loreley en ese momento.
-Tenga más que claro que esto le valdrá una demanda –dijo la mujer.
-Lo sé, pero era nuestro deber como Hospital informarle de la situación. Señora Kessel, además debo informarle que en uno de estos días un asistente social visitará a ambas familias para hablar del tema. Ustedes deben conocer a su hijo biológico, y dejar que Harold Kessel conozca a los Styles.
-Esa decisión la tomamos nosotros.
-Si es necesario la tomará un juez, ellos solo tienen diecisiete años. –dicho esto la recepcionista colgó, dejando a una Loreley bastante confundida.
Para ella lo más importante era mantener la pureza de la sangre Alemana de su familia, y ese tal Alexander pertenecía a ella. Pero también estaba Harry, su precioso hijo, al que amaba más que nada. Ella no permitiría que por un error la alejaran de su hijo, pero aun faltaba que Frederick se enterará, y ella sabía perfectamente que para él la pureza Alemana estaba antes que cualquier cosa, incluido su hijo.

1. "El Juicio"

Habían pasado solo dos semanas desde que ambas familias se habían enterado del error cometido por el hospital. Loreley había hecho todo lo posible para que su esposo Frederick impidiera el juicio, pues sabía de ante mano cual sería el veredicto, pero fue prácticamente imposible.
Amaba a su hijo, sí que lo hacía, pero para él era mucho más importante mantener la legitimidad absoluta del apellido Kessel, y si para eso era necesario dejar a Harold en manos de una familia considerablemente más humilde, lo haría. El negocio, la pureza de sangre y el prestigio familiar lo eran todo para Frederick Kessel.
-Bueno, junto con el jurado de esta noble corte, estudiamos minuciosamente los informes del psicólogo que analizo a Harold y Alezander, mas el del asistente social, que vio la situación de ambas familias, además de la colaboración de los sociólogos y las declaraciones tanto de la familia Styles, que declara no querer hacer el cambio de hogar, pero que si así se decide, cito " Aceptaremos a Harold con los brazos abiertos". Por otro lado tenemos a la familia Kessel, quienes sí están dispuestos a cambiar de hogar y así poder conocer a su hijo biológico Alexander. Con todos estos datos hemos llegado al siguiente veredicto…
Harry se sentía cada vez peor. Su propio padre lo estaba enviando a un lugar mucho más pobre para vivir. Lo estaba enviando con otra familia, con desconocidos, que a pesar de ser su familia biológica ante la ley, siempre serian unos completos desconocidos para él. Podía ver como sus dos “hermanas” mayores lloraban desconsoladas abrazando a Loreley mientras las tres escuchaban al juez. -Increíble- pensó. Nunca fue cercano a Helena y Khristen, sus hermanas, pero siempre que las necesitó estaban ahí para él. Las amaba más que a nada en el mundo. A pesar de que los Kessel no eran conocidos por su cercanía y amor familiar, se querían, los cinco. Las extrañaría mucho.
El juez acababa de dar su veredicto. Harry y Alexander cambiarían de hogar por un año y luego de esto, al ser mayores de edad, podrían escoger si querían volver o no a sus respectivas familias.
-Por supuesto que volveré- pensaron ambos. No planeaban vivir alejados de sus madres, aunque no lo fuera.
-Quiero que tenga claro que te amo hijo, y que esto no nos separará. Solo será un año y luego volverás a casa con nosotras ¿está bien? –preguntó Loreley con lágrimas en los ojos.
-Sí, Harry, volverás con nosotras, pero en este año debes venir a cada cumpleaños, debes llamarnos cada día y si no puedes, pues un texto estará bien. Promételo –dijo Helena abrazando muy fuerte a su hermano no-biológico.
-Lo prometo. –Harry tomó a Loreley de la mano y el abrazo también, haciendo que Khristen se uniera también al abrazo.
–No me olviden por favor. –susurró entre sollozos.
-Nunca. –Dijeron las tres al mismo tiempo –Eres irremplazable. Ya verás que este año pasará volando, no nos daremos cuenta cuando ya estemos juntos nuevamente en casa.
-Exacto, no te darás cuenta cuando estés de regreso Harold –dijo Frederick uniéndose a la conversación familiar. Las tres chicas lo fulminaron con la mirada y Harry solo se limito a mirar el suelo. –Será mejor que nos vayamos, esta misma tarde debes estar en la casa Styles y aun debes empacar tus cosas. Te iremos a dejar todos, así que señoritas, amada esposa, deben prepararse también.
Dicho esto el señor Kessel salió del juzgado, dejando a los cuatro totalmente confundidos. ¿Esa misma tarde? - Es muy pronto- pensaron todos. Harry no tendría tiempo si quiera de despedirse de sus amigos. Por suerte ya no tenía novia, se le habría hecho mucho mas difícil aquella situación.
Cada uno camino hasta su auto. Harry se preguntó si podría llevarlo consigo y se maldijo interiormente por no haberle preguntado al juez o a su abogado.
Al llegar a casa fue directo a su habitación y comenzó a guardar su ropa y las cosas mas importantes. No sabía nada de su familia biológica, solo que tenía una hermana, Gemma. Además que su madre Anne y su padre Des estaba divorciados y que ahora tenía un padrastro llamado Robín.
No, definitivamente no le sentaba bien.

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