Are you Alice? | N.C |

Sentado sobre las frondosas hojas de un árbol centenario, se encontraba Zayn en su forma de oruga. Como siempre, fumaba de la larga pipa que sujetaba, para después expulsar el aire en forma de figuras, estrellas, letras, pero nunca ningún corazón. Según su opinión el amor era ciego y estúpido, te impedía pensar con claridad y por lo tanto actuar sin razón. Por ese mismo motivo, él nunca se había casado.
El ruido de pasos acercarse lo hizo despertar de sus pensamientos y girar la cabeza. 

Era ese estúpido Conejo blanco y los gemelos sabelotodo. Se preparó para una buena regañina, ya que siempre que estos acudían a visitarlo traían malas noticias o simplemente se habían enterado de alguna de sus muchas "fechorías" con los niños tulipán. (¿Es acaso un pecado darle de fumar un niño?). Cerró los ojos, ya cansados y se predispuso a cambiar su apariencia a humana. Alguien los acompañaba. Tan pequeña como una mano, una niña de rizos rubios viajaba sobre los hombros del primero, admirando el paisaje tan raro y nuevo que la rodeaba. "Pobre ilusa". Pensó interiormente.

-Zayn, ¿Tienes un momento?- Preguntó uno de los gemelos- Nos gustaría presentarte a alguien. Ella es Alice, ha caído por una madriguera.
-¿Y a mi qué?- Gruñó enfadado el moreno- No me importa de donde ha caído, sino cómo volverá. No quiero intrusos.
-El rey Grant y La Reina Rosalie están demasiado ocupados para cuidarla- Alice sonrió- ¿Te importaría quedártela un rato? Solo tiene diez años y es demasiado pequeña para quedarse sola.
-Haced lo que os de la gana. Si se pierde, no es problema mío. ¿No se la podíais haber dejado a otra persona?.
-El caso es que no- Señaló el conejo- Eras nuestra última opción. Ha pasado la mañana con sus majestades y ayer disfrutó de la compañía de la reina blanca.
-¿La mujer joven de pelo blanco y labios negros?- Interrumpió una voz inocente a mi derecha. Ambos tres asintieron- ¿Y quién eres tu?.
-No, ¿Quién eres tu, pequeña intrusa?- Se había enfadado. ¡Como se atreve a preguntarle eso a él!.
-Me llamo Alice- Dijo sonriente.
-¿Alice qué?
-Mi papá dice que no hable con desconocidos y menos que dé mis datos personales. Sabes demasiado, ¡Olvida todo lo que te he dicho.
-Sueña- Contestó en un tono grosero- Soy Zayn, la oruga. Y preocur...
-¿Oruga? ¿Los bichos verdes que se te pegan a la ropa? ¡Que asco!- Gritó Alice, para después colocarse dos dedos sobre la nariz.

Los Gemelos y el conejo no pudieron reprimir la risa, mientras que el avergonzado Zayn, se preguntaba como una odiosa niña había conseguido derrotarlo en el juego en el que era el rey y podía avanzar por todo el tablero.

(...)

-¡Ni hablar!, ¡De ninguna manera!.

El grito del moreno resonó por toda la estancia. El rey Grant, el cual se encontraba sentado en su trono (con forma de corazón) ahogó una mueca de disgusto. Odiaba que lo contradicieran, pues se suponía que él era el rey y todos debían acatar sus órdenes. Posó la mano derecha en su barbilla. Si era cierto que la pequeña Alice era algo traviesa y que desde que llegó no había congeniado muy bien con Zayn, pero tenía que alejarla lo posible del castillo para evitar problemas. Cada uno de sus habitantes le había expuesto quejas sobre las pesadas bromas de la nueva inquilina y desde hacía tiempo él también estaba bastante harto. Solo recordar la última de sus jugarretas le producía escalofríos. ¿Cómo se le pudo ocurrir pintar todas las rosas de blanco?, Rosalie casi se desmaya al contemplar todo su jardín (al que había dedicado demasiado tiempo) destruido. 

-No soporto a esa niña, me produce dolores de cabeza- Zayn estaba cada vez más nervioso. Si le obligaban hacerse cargo de Alice, todo wonderland lo lamentaría.
-¡Sólo tiene Catorce años!- Grant se levantó de un salto y se acercó a él- Tampoco es un demonio, solo es algo traviesa...
-Si claro- Río el moreno.
-¿Cómo dices?- Dijo el rey en un tono desafiante. Esta era otra de las ocasiones en las que Grant parecía a punto de explotar. Odiaba que se riesen en su cara.
-Si tanto la defiendes, ¿Porqué no te quedas con ella?- Se defendió la oruga- Aqui en el palacio tiene una habitación para ella sola, si viviese en el bosque tendría que conformarse con una simple hoja.
-A veces hay que conformarse con poco- Gruñó el portador de la corona en voz baja.
-¡Venga ya!. Tu no la quieres aquí porque tienes miedo de ser la víctima de su próxima broma, ¿Me equivoco?.

El rey bajó la cabeza, avergonzado. Aún así debía defenderse.

-Es un encanto de niña, ¡No te has molestado ni en conocerla!- Gritó desconsolado. Estaba perdiendo la batalla y eso no le agradaba en absoluto.
-Solo sería agradable entre rejas- Murmuró Zayn con una sonrisa en los labios. 

Todos en la sala rieron en voz baja.

-¡Se acabó!. Te quedarás con ella y punto, es mi última palabra.

Oh, Oh. Estaba bien jodido.

(...)

La rubia casi no podía mantenerse en pié. Habían andado durante horas sin ningún descanso y a penas podía moverse inútilmente, pues era obvio que caminaban en círculos. Alice afirmaba haber visto el mismo árbol cinco veces. Zayn, por otro lado, no podía contener la sonrisa. Vivía muy cerca del castillo, pero amaba molestarla y en este momento parecía agotada, y sin intención de defenderse porque sabía que si lo hacía el moreno podía echarla a la calle. Y que mejor que pasar la noche sola a la intemperie, a la vista de criaturas infinitamente peligrosas.

-¿Falta mucho?- Murmuró la niña en voz muy baja.

 Actualmente contaba con catorce años, y realmente se aburría mucho. En ese extraño mundo no había chicos de su edad y de momento nadie parecía interesante para ella. Pasaba largas horas leyendo libros en la biblioteca, pues no tenía otro entretenimiento. Simulaba ser una chica rebelde, pues secretamente extrañaba mucho a su familia y lloraba durante horas. Aún así, se divertía bastante gastándole bromas a la gente.

-Una o dos horas a pie- Respondió el moreno caminando aún más deprisa internándose en la espesura del bosque. Ya que no llevaba maletas y equipaje, parecía ir más suelto y tranquilo.

Alice cargaba con dos maletas llenas de cosas que el rey Grant se había asegurado de que llevase al bosque. Después de la muerte de su hijo debido a una grave enfermedad, se había centrado en ella completamente y la trataba como si fuese su propia hija, Cosa que ella agradecía.

El bosque parecía cada vez más oscuro, ya sea debido a la noche que estaba a punto de caer, o a la gran altura de los árboles, que tapaban el propio cielo estrellado.

-¿Tan lejos vives?- Dijo la rubia, sin saber como iba a seguir avanzando. Cada vez sentía más cansada la espalda y se le había cortado la circulación de los dedos de ambas manos.
-Definitivamente, no has nacido para vivir aqui- Resopló. Llegaremos cuando lleguemos y no quiero ningún lamento durante el resto del camino, ¿Entendido?.
-Entendido.

(...)

Llegaron al claro a altas horas de la noche. Casi había amanecido y los pájaros ya estaban preparados para anunciar el inicio de un nuevo día. Alice cayó rendida en el suelo en cuando se hubieron detenido. Sus cosas ahora estaban esparcidas por el suelo, ya le diría que lo recogiese. Zayn había cambiado su apariencia a oruga y fumaba de su larga pipa. Intentaba recrear formas con el humo expulsado, de manera que resultase más divertido. A la rubia no le había importado no tener un techo sobre el que descansar, cosa que había sorprendido al moreno. Simplemente había soltado su equipaje y corrido hacia una hoja gigante caída. Ni siquiera se había tapado con la manta que el moreno le había ofrecido. 

-Mamá...- Susurró la rubia mientras se retorcía con los ojos aún cerrados.

Estaba soñando. Y por primera vez, le daba apuro despertarla.

(...)

Algo estaba claro: Zayn estaba demasiado raro. Ya ni siquiera la amenazaba, aunque para variar tampoco la dirigía la palabra. Charlotte no había hecho otra cosa que pasear por el bosque y acudir a la biblioteca regularmente en busca de libros con los que entretenerse. Los gemelos habían sido muy amables al acogerla en su casa tras la desaparición de la protegida de uno de ellos, además de que Gin, la pelirroja de pecas, se había convertido casi en su mejor amiga. Sus celos eran notables cuando ella abrazaba a Finn o simplemente le hablaba, cosa que la rubia consideraba adorable, era obvio que el atractivo oji-azul le hacía tilín, aunque no se atreviese a reconocerlo. Aún se recordaba a si misma, sola y sin ninguna clase de equipaje pidiendo dormir una sola noche bajo su techo. 

-Verás Finn, sabes que después de lo que ha pasado últimamente con el tema de Perrie estoy algo asustada por dormir en el bosque- Musité con la voz apagada.
-Si, lo sé. Esa rubia me tiene desquiciado- Susurró algo nervioso. Sabía que se sentía culpable en cierta parte por aquel enorme desequilibrio en el país.
-¿Has hablado alguna vez con Zayn?- Pregunté intentando cambiar de tema, intentando evitar su claro malestar.
-En tiempos de la reina blanca fuimos muy amigos, pero después de su muerte empezó a evitar la compañía. ¿Tu ya me entiendes, verdad?.

No respondí.

-Hace mucho que no se le ve por ahí molestando, ¿Es que a caso le pasa algo?- Preguntó preocupado. Yo me limité a asentir con la cabeza.
-Me ha echado de casa- Susurré intentando contener un sollozo.
-¿Que? ¿Porqué? ¡No hay derecho!- Gritó enfurecido. Me tapé la cara con ambas manos y esta vez, lloré sin descanso.
-Según él, mantener a una mocosa resentida piojosa le daba demasiados problemas. Me dijo que visitara la corte del rey para que se ocupara de mí- Intenté sonreir y bajé el tono de voz- Y aquí os he encontrado.
-No te preocupes. Te quedas con nosotros, y no quiero un no por respuesta.

Me abrazó y no pude sentirme más agradecida. La puerta se abrió de par en par dejando perpleja a una dudosa Gin, la cual no sabía que pensar.

Esa única noche se convirtió en una semana. Para agradecerles de algún modo, era yo quien me encargaba de realizar las tareas del hogar y cocinar. A veces me escapaba al bosque para recolectar fresas y darles una sorpresa. Hoy era el caso. Había terminado pronto de preparar la cena y me había excusado ante la pelirroja con la excusa de "tomar aire fresco" y "reflexionar". Al principio ni ella misma dudó de mis palabras, pero cuando opté por llevar conmigo la cesta de mimbre pareció descubrir mi plan y me encargó pedirle a Cheshire unas pocas moras de los zarzales de su casa. Como nadie salvo Lottie sabía donde vivía, no me quedaba otra opción que llamarlo.

-¡Cheshire!- Grité, colocando ambas manos sobre la boca- ¿Dónde estás maldito gato?.

Llevaba una hora completa buscándolo. Ya había cogido suficientes fresas como para un regimiento y me estaba hartando de andar en círculos. Por si no lo he mencionado, no nos dejaban salir de una parte marcada de el territorio. Grant y sus cosas.

-Gato estúpido...- Musité entre dientes- Ven para que te corte ese rabo y lo meta en la cazuela.

El sonido de una rama me sobresaltó. Me giré pero no vi nada. Este gato intentando burlarse de mi. Harry y yo siempre nos llevamos bien, el caso es que ambos nos parecíamos bastante y tendíamos a gastarnos bromas de todo tipo. Además que a él le encantaba comerciar conmigo y que le acariciase las orejas.

-¿Sabes? Tienes razón.

Mierda. Ese no era el mimoso de Hazza. No reconocía la voz, pero sabía que estaba cerca. ¿Porqué me asustaba? ¡Porque siempre me metía en la jodida zona prohibida para coger las putas fresas que amaba con toda mi alma!. ¿Que podía hacer? ¿Correr?. No, me descubrirían. Pero después de todo, el portavoz también estaría en graves problemas y mi instinto de cotilla predominó sobre el de buena chica. Decidí acercarme ocultándome tras un árbol de gran espesura.

-Que les den a todos, me voy contigo- Era una voz masculina que identifiqué enseguida al ver el rostro del moreno, ¡Zayn!.
-¿Seguro? La última vez que dijiste eso querías llevarte a esa rubia insoportable con nosotros, ¿Como era que se llamaba?.
-Charlotte- Respondió- Pero tampoco era para dejarla sola, no conocía el bosque y parecía bastante desorientada. Pero ya se ha ido de mi casa, debo reconocer que aguantó demasiado.
-Yo creo que le gustas- Rió cantarina la fémina.
-¿A ella?. Se tiraría de un barranco antes de aguantar un segundo cerca de mí. Tiene carácter, y desde que la privé de comida comenzó a cazar por si misma. Puedo acabar con una de sus flechas en mi pecho.
-Tendré que vigilarla. Según como la describes parece bastante peligrosa. ¿Dices que tiene un arco?.
-Un arco y varias cuchillas bastante afiladas.
-Cambiemos de tema- Declaró la rubia- ¿Tienes lo que te pedí?.

No podía creerlo. Mi guía abrió la bolsa y de ella sacó la corona de la reina Scarlett. Había leído sobre ella en varios libros. Era de un tamaño minúsculo comparada con la de Grant. Según parece, otorga poder a quien la porta, tanto como para destruir Wonderland entero.

-Gracias Cariño, eres el mejor.

No pude reprimir un grito. Ambos giraron la cabeza hacia mi, sorprendidos por una nueva compañía. Tiré la cesta al suelo. Los frutos que con tanto cuidado había recogido cayeron al suelo, desperdigándose en la hierba. Intenté huír, corriendo con todas mis fuerzas, pero dos pares de brazos me apresaron, impidiéndome escapar. Estaba perdida. 

-Mira a quien tenemos aqui...

Estaban compinchados. Estaban unidos.

NO, NO, NO. Zayn ahora es un badboy completo (?) ¿Por qué es malo? ¿Qué han hecho a la pobre oruga? Antes era inocente (?
ok, idk, necesito pizza

me decepciona esto mucho chicas... el tema esta parado.

:cccc Pues volvamos a ponerle en marcha.

A quién le toca subir cap? Creo que nadie quiere que muera esta enece, es de mis favoritas...

yo no quiero, la amo T.T pero por estos dias estoy super ocupada D: puedo dar ideas a quien quiera subir, eso si(?

Ay, no dejen la novela abandonada, aunque ya no sea parte de la novela quiero decir que es una idea MUY buena que no merece ser tirada por la basura ni nada de eso:c Las extraño y besos a todas<33

me gustó mucho el capítulo Drea.
Debo unas disculpas por leer y no comentar :/
Perdónenme. *hace carita de perrito, pero asusta y salen corriedo*
Voy a dejarles un comentario largo a todas por ser tan irresponsable (?

Es que no sé si Ale está ausente ah.