my dizzy head is numb. ☆

Parvaneh Esfandiary siempre pensó que su vida estaba arreglada. Tenía un compromiso con un poderoso empresario petrolero, sus padres la adoraban y la apoyaban y, por fin, podía cumplir su sueño y estudiar Arte. ¿Qué más podía desear una joven iraní como ella? Y aún cuando todo estaba planeado y nada estaba fuera de su lugar ella aún sentía un pequeño vacío en su corazón. Ella nunca amaría a ese empresario completamente y sus padres no siempre apoyarían sus decisiones, las fiestas y viajes no la satisfacían y los artistas de su país no la tomaban en serio. Sabía que estaba mal por dudar lo que Alá le daba y por ser malagradecida, pero ¡ella quería más! Así que con 19 años le dijo adiós a Isfahán y tomó un avión sin regreso hacia Estados Unidos.

Había viajado allá múltiples veces, pero nada como tener una aventura sin la ayuda de nadie. ¡Tanto que se perdió! En cada esquina se metía en aprietos, que podía hacer era una chica de un espíritu salvaje; apenas podía sola, no es que hablara muy bien el inglés, era terrible, pero se hacía entender. Todo siguió así hasta que en uno de esos típicos embrollos un caballero en armadura brillante vino a salvarla. ¡Como si hubiera sido el destino! Cuando Martin Sheehan salvó a Parvaneh de un loco depravado en medio de la ciudad de Nueva York, ella juró que estaban destinados a estar juntos. Y, entonces, lo estuvieron. Y vivieron felices para siempre.

Excepto que no fue así. Después ella murió, así que no fue un felices para siempre, ¿verdad?

Pero, me estoy adelantando. Primero, Rhiannon. Después de varios obstáculos -Martin enterandose que ella era una rica heredera que tenía un prometido, este último volviendo para pelear por su mano y los padres de ella desheredandola-, se casaron y tuvieron a su primera, única y más querida hija, Rhiannon Laleh. Martin creyó perfecto llamarla como su canción favorita de su banda favorita, Fleetwood Mac, y ella escogió el segundo nombre porque… le gustaba mucho. Entonces, Parvaneh se convirtió en una supermodelo famosa y continuó haciendo mucho arte, especialmente a su mejor amiga y chica especial, Rio, y Martin se graduó de derecho, empezó a trabajar en una firma reconocida y al fin pudo pagar todas sus deudas.

Las cosas fueron por buen camino hasta que llegó el 2004. El peor año de sus vidas. En un trágico accidente de tránsito, Parvaneh Esfandiary dejó de vivir. Un conductor ebrio había golpeado su vehiculo dejandola sin vida casi de inmediato. Todo había pasado tan rápido, pero lo que nunca Rio sabía es que el último pensamiento de su madre había sido ella. La lluvia caía ese día y todos los días después de ese para la pequeña de siete años y su padre desconsolado.

De repente, Nueva York era demasiado para ellos, demasiados recuerdos de ella. Ahora ya no era Parvaneh Esfandiary-Sheehan, se había convertido en… ella. Solo un recuerdo doloroso en la mente de dos personas muy especiales que estaban pasando por un momento muy difícil. Fue especialmente duro para Rhiannon superar la muerte de su madre, y no lo hizo por mucho tiempo. Incluso, 2 años después cuando su padre empezó una relación con la mujer que había sido su mejor amiga desde que se habían mudado a California. Rhiannon nunca lo aceptaría, ella no quería que alguien reemplazara a su madre y mejor amiga, sentía como si la traicionara de alguna forma. ¿Cómo él podía hacer algo así después de todo lo que habían pasado juntos?

Rhiannon creía en el amor verdadero y que solo había uno de esos en la vida, entonces, ¿por qué su padre estaba dispuesto a seguir adelante así como así? Fue la decisión más difícil de su vida y, sí, solo tenía 9 años. Pero, se tragó su orgullo, se puso sus pantalones de niña grande y aceptó a Pamela en sus vidas. Todo sea por la felicidad de papá, -suspiro agobiado-. No es que Pamela no fuera buena, lo era, solo que no tan divertida como su madre. Parvaneh podría haber sido una modelo pero primero era una madre y, luego, un espíritu salvaje, el cual su hija parecía haber heredado. Así que, mamá tal vez se haya ido en cuerpo, pero una parte de su alma todavía vivía en Rhiannon.

Eso no significaba que las cosas iban a estar vivían de ahí en adelante, para nada. ¿Has conocido a Rhiannon? Tal vez sea la persona más testaruda, rencorosa y orgullosa que hayas conocido. Es cierto. La primera vez que sus padres se dieron cuenta de esto ella tenía seis meses de nacida y, digamos, que no era la más fácil de manejar. Era una hija del dem-, de Dios, era una hija de Dios. La cosa era que no se lo hizo fácil a Pamela y su padre. La que se metía en más problemas y peleas, la que más se quejaba, la que más berrinches hacía, la que más niñeras traumatizaba… ¿qué premio no se había llevado este diablillo en su niñez? Todos los buenos, te diría su padre.

La niña había crecido para convertirse en el Anticristo, ya no había salvación para ella. Y su padre lo sabía. Así que, mientras Pam estaba embarazada -no me puedo creer el nervio de esta mujer- y Rhiannon tenía 12 años, papá la mandó a quedarse con la querida abuela Maureen por el verano. ¡Que fastidio! Ella ya estaba en su fase emo y ni siquiera la mano firme y religiosa de su abuela sirvió mucho para convertirla en alguien… útil. Así que, su estadía en Colorado se prolongó por unos años y ella continuó siendo la fracasada de su familia. Solo que ahora a los ojos de su abuela.

Rio podía quejarse de su abuela por horas, pero tenía que aceptarlo, le había enseñado muchísimas cosas y ¡la llamaba por su apodo! Eso es mucho viniendo de ella. Su padre insistió mucho en su regreso y no le quedó otra más que volver a su palacio de tortura. Ahí estaban los tres, como una familia perfecta esperándola. Pam y Martin, la pareja perfecta y… Haley. Estúpida. Sheehan. Con su perfecta cara de ángel y su perfecta delicada sonrisa y su perfecta postura. ¡La odiaba! ¡Odiaba todo esto! ¿Qué haría Parvaneh si estuviera en su situación? ¡Ya sé! Quejarse un poco más de cuán infeliz era.

Y, ¡bam!, se había convertido en una adolescente infeliz, agresiva, cruel e insensible que podría parecer un poste de luz alta y flacucha, pero que sabía golpear y muy bien. Tal vez, sí, no era muy popular en la escuela… o en casa, pero tenía los recuerdos de su madre en un diario y eso era más que suficiente para sobrevivir día a día. Leía como su madre reconocía extrañar su hogar, Irán, como quisiera volver y hacer las paces con sus padres, pero que no tenía ningún arrepentimiento porque si no se hubiera lanzado a aguas desconocidas nunca hubiera conocido a Martin y no sería la madre de tan maravillosa chica. Eso había sido justo lo que Rio necesitaba.

Cuando se graduó de la secundaria, sin ningún plan B o, realmente, plan A, se lanzó a aguas desconocidas y, con dinero que había ahorrado en un trabajo por los últimos dos años, viajó a Isfahán, Irán a conocer a sus abuelos. Fue difícil encontrarlos, era un país extraño y del cual no conocía nada más que las memorias de su madre, pero después de algún tiempo lo hizo. El viejo Amir Esfandiary había fallecido hace tiempo, pero su abuela aún estaba viva. Laleh Esfandiary. Así que de ahí venía su segundo nombre. Fue un encuentro con muchas lágrimas y sentimientos guardados de hace mucho tiempo. Pero, un lazo que había sido roto antes se había formado nuevamente, esta vez, con más fortaleza.

Laleh Esfandiary, entonces, acompañó a su nieta de vuelta a Estados Unidos y la alentó a que persiguiera sus sueños. Claro, esos sueños tenían que ver con su madre y algo que solían hacer con frecuencia cuando ella todavía estaba viva. Ir al Teatro. Broadway en específico. No era conocimiento universal, pero Rhiannon amaba la actuación, en especial, el teatro. ¿Qué podía decir? Ella vive por la atención. Incluso si es mala.

Sin querer tirarse a los tiburones inmediatamente decidió quedarse en Los Ángeles y ayudar a su abuela a asentarse. Empezó a estudiar Teatro y Artes Escénicas en la Universidad del Sur de California y a partir de ahí las cosas se pusieron locas. O, mejor dicho, más locas. Un agente la descubrió mientras trabajaba como anfitriona de un restaurante, él le ofreció un contrato de un año y ella, feliz de dejar ese miserable trabajo con personas, aceptó inmediatamente. ¡Esto podría servirle mucho! ¡Sería justo como mamá!

Solo que no fue así. No obtuvo fama de un día para otro y el modelaje la dejaba exhausta más de lo que la hacía sentir satisfecha. Después de eso, un incidente pasó con su ex-novio, mejor ni hablar de eso, su abuela empezó a enfermarse, su padre dejó de pagarle la Universidad y su familia decidió mudarse a Chicago. ¿Desde cuándo el cielo se le estaba cayendo encima? Ahora no podía dejar de modelar porque ahora tenía deudas que pagar, todo porque papá pensaba que ya era tiempo de darle un poco de responsabilidades.

Se unió a la fraternidad de Python en su segundo año, mayormente porque no quería costearse un apartamento sola, y después de eso las cosas empezaron a verse mejor. Hasta que su abuela murió repentinamente meses después, yéndose con ella el último pedazo que le quedaba de su madre. Fue devastador para Rio y le tomó un tiempo acostumbrarse a la pérdida de alguien que apenas había introducido en su vida. Los Esfandiary desaparecieron del mundo y con ellos el legado persa de Rio. Lo único que ella pudo hacer a partir de ahí fue continuar su vida y sus estudios, enfocarse en el Teatro y su temporal carrera de modelo que, gracias a Dios o Alá, no se expandió más allá de Los Ángeles y algunos viajes a Nueva York y otros países en el verano.

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