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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
Capitulo 14
—Parte Dos—
Apartándome un poco, me puso la mano en el pecho y detuvo las caderas.
—El corazón me va a mil por hora. Dime lo bien que sienta esto.
Me relajé instintivamente cuando vi su sonrisa arrogante. ¿Es que creía que necesitaba algo para recordar quién habíamos sido menos de un día antes de aquello?
—Ya estás otra vez con eso de hablar. Para.
Ensanchó su sonrisa.
—Te encanta que te hable. Y te gusta todavía más cuando coincide con el momento en que estoy dentro de ti.
Puse los ojos en blanco.
—¿Y qué es lo que me ha delatado? ¿Los orgasmos? ¿O la forma en que te lo pido? Eres un gran detective.
Él me guiñó un ojo, me subió un pie hasta su hombro y me besó la parte interna del tobillo.
—¿Siempre has sido así? —le pregunté tirando inútilmente de su cadera. Odiaba admitirlo, pero quería que se moviera. Cuando estaba quieto me provocada, me rozaba, pero lo sentía incompleto. Cuando se movía yo solo quería más tiempo para quedarme quieta —. Me dan pena las mujeres cuyos egos desechados me han pavimentado el camino.
Nick negó con la cabeza, inclinándose hacia mí e irguiéndose apoyado sobre las manos. Gracias a Dios empezó a moverse, con la cadera empujando hacia delante y levantándose, proyectándose muy profundamente en mi interior. Se me cerraron los ojos. Estaba tocándome el punto exacto una, otra y otra vez.
—Mírame —me susurró.
Abrí los ojos y vi el sudor en la frente y los labios abiertos mientras me miraba la boca. Los músculos de los hombros se destacaban cada vez que se movía y su torso brillaba con una fina capa de sudor. Lo observé mientras
entraba y salía de mí. No estoy segura de lo que dije cuando casi salió del todo y después entro con más fuerza, pero lo dije en voz baja; era algo sucio y lo olvidé instantáneamente cuando me embistió de nuevo.
—Tú me haces sentir arrogante. Es la forma en que reaccionas ante mí lo que me hace sentir como un puto dios. ¿Cómo puedes no darte cuenta de eso?
No respondí pero él claramente no esperaba que lo hiciera porque su mirada y los dedos de una de sus manos bajaban por mi cuello y por mis pechos. Encontró un lugar particularmente sensible y yo solté una exclamación
ahogada.
—Parece que alguien te ha mordido aquí —dijo pasando el pulgar por la marca de sus dientes—. ¿Te ha gustado?
Tragué y empujé contra él.
—Sí.
—Chica pervertida.
Le pasé las manos por los hombros y por el pecho, después los abdominales y los músculos de las caderas y rocé una y otra vez con el pulgar su tatuaje.
—También me gusta esto.
Sus movimientos se hicieron irregulares y forzados.
—Oh, joder, (_Tn) . No puedo. No puedo aguantar más —oír su voz tan
desesperada y fuera de control solo intensificó mi necesidad de él.
Cerré los ojos y me centré en la deliciosa sensación que empezaba a extenderse por mi cuerpo. Estaba tan cerca, justo al borde. Metí la mano entre los dos y mis dedos encontraron el clítoris y empecé a frotármelo lentamente.
Él inclinó la cabeza, miró mi mano y exclamó:
—Oh, joder —su voz sonaba desesperada y su respiración ya no era más que una sucesión de jadeos profundos—. Tócate así, justo así. Deja que te vea —sus palabras eran todo lo
que necesitaba y con un último contacto de los dedos, sentí que el orgasmo me embargaba.
El orgasmo fue intenso. Me apreté contra él y las uñas de mi mano libre se clavaron en su espalda. Él gritó y su cuerpo se estremeció cuando se corrió en mi interior. Todo mi cuerpo se sacudió con las consecuencias del orgasmo y me recorrieron unos leves temblores cuando fue desapareciendo. Me aferré a él, que se quedó quieto y su cuerpo se hundió contra el mío. Me besó el hombro y el cuello antes de darme un beso en los labios. Nuestros ojos se encontraron brevemente y después se
apartó de mí.
—Dios, mujer —dijo con un profundo suspiro y forzando una risa—. Me vas a matar.
Ambos rodamos para ponernos de costado al unísono, con las cabezas en nuestras almohadas. Cuando nuestras miradas se encontraron yo no fui capaz de apartarla. Ya había perdido cualquier esperanza que hubiera tenido de que la vez siguiente fuera menos intensa o de que nuestra conexión se fuera de alguna forma fundiendo si conseguíamos sacar todo aquello de nuestros sistemas. Esa noche de «tregua» no iba a atenuar nada. Yo ya quería acercarme, besarle la
mandíbula sin afeitar y volver a tirar de él hacia mí. Mientras le miraba me quedó claro que cuando esto acabara iba a doler una barbaridad.
El miedo atenazó mi corazón y el pánico de la noche anterior volvió, trayendo consigo un silencio incómodo. Me senté y me tapé con las sábanas hasta la barbilla.
—Oh, mierda.
Su mano salió y me agarró por el brazo.
—(_Tn) , no puedo.
—Probablemente deberíamos ir preparándonos —le interrumpí antes de que acabara esa frase. Podía ser el
principio de mil formas de romperme el corazón—. Tenemos que asistir a una presentación dentro de veinte minutos.
Él pareció confuso durante un momento antes de hablar.
—La ropa que tengo aquí no está seca. Y ni siquiera sé dónde está mi habitación.
Intenté no ruborizarme al recordar lo rápido que había pasado todo la noche anterior.
—Vale. Me llevaré tu llave y te traeré algo.
Me duché rápido y me envolví en una gruesa toalla deseando haber tenido el buen juicio de traer uno de los
albornoces del hotel al baño conmigo. Inspiré hondo, abrí la puerta y salí.
Él estaba sentado en la cama y levantó la vista para mirarme cuando entré en la habitación.
—Es que necesito. —empecé a decir señalando mi maleta. Él asintió pero no hizo ademán de hablar. Nunca había tenido vergüenza de mi cuerpo. Pero estar allí de pie, sin nada más que una toalla, sabiendo que él me estaba mirando, me hizo sentir inusualmente tímida.
Cogí unas cuantas cosas y eché a correr al pasar a su lado, sin pararme hasta que estuve de nuevo en la
seguridad del baño. Me vestí más rápido de lo que creía posible y decidí que me iba a recoger el pelo y ya terminaría con el resto después. Cogí las tarjetas-llave de la encimera y volví al dormitorio.
Él no se había movido. Sentado en el borde de la cama con los codos apoyados en los muslos, parecía perdido en sus pensamientos. ¿En qué estaría pensando? Toda la mañana yo había sido un manojo de nervios, con mis emociones pasando de un extremo a otro sin parar, pero él parecía tan tranquilo. Tan seguro. Pero ¿de qué estaba seguro? ¿Qué había decidido?
—¿Quieres que te traiga algo en
concreto?
Cuando levantó la mirada, pareció algo sorprendido, como si no lo hubiera pensado.
—Eh. Solo tengo unas pocas reuniones esta tarde, ¿no? —yo asentí—. Cualquier cosa que me traigas estará bien.
Solo necesité un segundo para localizar su habitación; era justo la siguiente puerta. Genial. Ahora podría imaginármelo en una cama justo a otro lado de la pared donde estaba la mía. Sus maletas estaban allí y yo hice una breve pausa al darme cuenta de que iba a tener que rebuscar entre sus cosas.
Levanté la maleta más grande y la coloqué sobre la cama para abrirla. Su olor me provocó una fuerte oleada de deseo. Empecé a buscar entre la ropa muy bien colocada.
Todo en él era tan ordenado y organizado que me hizo preguntarme cómo sería su casa. No lo había pensado mucho, pero de repente me pregunté si algún día la vería, si llegaría a ver su cama.
Me di cuenta de que quería. ¿Querría él que fuera allí?
Me di cuenta de que me estaba entreteniendo y seguí buscando entre su ropa hasta que por fin localicé un traje
de color carbón de Helmut Lang, una camisa blanca, una corbata negra de seda, bóxer, calcetines y zapatos.
Vblví a colocar todo donde estaba, cogí la ropa y me dirigí a mi habitación.
Cuando salí del pasillo, no pude reprimir una risa nerviosa ante lo absurdo de la situación. Por suerte, logré recomponerme cuando llegué a mi puerta. Di dos pasos en el interior antes de quedarme helada.
Estaba de pie delante de la ventana abierta, rodeado de la luz del sol. Cada una de las atractivas líneas de su cuerpo cincelado se veía acentuada con todos sus perfectos detalles por las sombras
que se proyectaban en su cuerpo. Tenía una toalla colgada en un lugar indecentemente bajo de la cadera y allí, asomando justo por encima de la toalla, estaba el tatuaje.
—¿Has visto algo que te gusta?
Volví, a regañadientes, a mirarle a la cara.
—Yo.
Mi mirada bajó a su cadera como atraída por un imán.
—Te he preguntado si has visto algo que te gusta —cruzó la habitación y se detuvo justo delante de mí.
—Te he oído —dije mirándolo fijamente—. Y no, solo estaba perdida
en mis pensamientos.
—¿Y en qué estabas pensando exactamente? —él estiró la mano y me colocó un mechón de pelo húmedo tras la oreja. Ese simple contacto hizo que me diera un vuelco el estómago.
—Que tenemos una agenda que cumplir.
Él dio un paso para acercarse.
—¿Y por qué no te creo?
—¿Porque te lo tienes demasiado creído? —le sugerí mirándolo a los ojos.
Él enarcó una ceja y me miró durante un momento antes de cogerme la ropa de las manos y colocarla sobre la cama.
Antes de que pudiera moverme, él se quitó la toalla de la cadera y la tiró a un lado. «Santa madre de Dios». Si había un espécimen de hombre más atractivo sobre la tierra, yo pagaría un buen dinero por verlo.
Cogió sus calzoncillos y empezó a ponérselos antes de detenerse para mirarme.
—¿No acabas de decir que tenemos un agenda que cumplir? —me preguntó mirándome divertido—. A menos claro, que hayas visto algo que te gusta.
«Hijo de...».
Entorné los ojos y me giré rápidamente para volver al baño a
acabar de arreglarme. Mientras me secaba el pelo no pude superar la incómoda sensación de que me estaba intentando decir algo más importante que: «Mírame el cuerpo desnudo un rato más».
Antes incluso de poder desentrañar mis propias emociones, ya estaba intentando adivinar las suyas. ¿Me preocupaba que quisiera irse o quedarse?
Cuando acabé, él ya estaba vestido y esperando, mirando por la enorme ventana. Se volvió, caminó hacia mí y me puso las cálidas manos en la cara, mirándome con intensidad.
—Necesito que me escuches.
Tragué saliva.
—Vale.
—No quiero salir por esa puerta y perder lo que hemos encontrado en esta habitación.
Sus palabras me estremecieron. No se estaba declarando, no me estaba prometiendo nada, pero había dicho exactamente lo que necesitaba oír. Quizá ninguno de los dos supiera qué estaba pasando, pero no lo íbamos a dejar inacabado.
Exhalé temblorosa y le puse las manos en el pecho.
—Ni yo, pero tampoco quiero que tu
carrera se trague la mía.
—Yo tampoco quiero eso.
Asentí pese a que esas palabras enmarañaban aún más mis sentimientos. Fui incapaz de encontrar algo que añadir.
—Está bien —dijo mirándome de arriba abajo—. Vámonos entonces.
Hola chicas regrese, disculpen por no avisarles estuve
fuera un rato xq me salio un viaje y no me pude resistir
pero como bien saben yo no abandono las noves, solo me tomo mi tiempo
espero q sigan disfrutándola como siempre
gracias x la esperita ;) las leeré luego vale
fuera un rato xq me salio un viaje y no me pude resistir
pero como bien saben yo no abandono las noves, solo me tomo mi tiempo
espero q sigan disfrutándola como siempre
gracias x la esperita ;) las leeré luego vale
ElitzJb
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
aiii... me pregunto quien sera el que se declarara primero...
al poarecer nick ya encontro el hilo de sus sentimientos pero.. la rayis recien esta empezando...
fue genial este capituloooo..
tienes que seguirla pronto pleaseeeeeeeee
al poarecer nick ya encontro el hilo de sus sentimientos pero.. la rayis recien esta empezando...
fue genial este capituloooo..
tienes que seguirla pronto pleaseeeeeeeee
Ciin :)
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
Aaaaaaaaaaahhhhhhh!!!!!!!!........ Me mataran!!!!!!!...... Cielos que calor!!!!!!!...... Jajajajajajaja........ Enserio ellos se aman pero no lo quieren admitir!!!!!!...... Y ahora que pasará!!!!!????...... Espero que la sigas prontoooooo!!!!!!!....
chelis
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
hay estos que no admiten que se quieren!
si ya todos los sabemos!
yo creo que hasta su familia sabe :niña:
siguela!!
si ya todos los sabemos!
yo creo que hasta su familia sabe :niña:
siguela!!
aranzhitha
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
Siguelaaaaaaa!!!!! Quiero saber que pasa ahora!!!!<3
YiYiTa
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
YiYiTa escribió:Siguelaaaaaaa!!!!! Quiero saber que pasa ahora!!!!<3
Ciin :)
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
:OWO: :quee: :aysi: :arrastro: :pedobear: :datass: :niña: siguela!!
aranzhitha
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
Gracias por la bienvenida y por subirElitzJb escribió:hola Bienvenida :hug:#Ale escribió:Bueno nueva lectora *o* jejeje hola
Me encanta tu novela no entiendo porque la dejas ahi debes de seguirla POR FAVOR shiii... continua
tranquila q no eh abandonado la nove
ya mismo coloco capitulos nuevos :)
Casi me da un Heart Attack Siguela
#Ale
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
El hombre es un dios del sexo casi como Christian Grey...
La debes continuar porque si es tan asdfghjkl
Continua
La debes continuar porque si es tan asdfghjkl
Continua
#Ale
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
Capítulo 15
El tema del congreso ese año era «La siguiente generación de estrategias de marketing») y, como forma de introducir a la nueva generación, los organizadores habían programado una sesión de presentación para todos los alumnos del máster de (_Tn) . La mayoría de los alumnos de su programa de estudios estaban allí, de pie, muy erguidos y nerviosos al lado de sus paneles explicativos. De hecho, hacer una presentación en ese congreso era un requisito imprescindible de las prácticas
del máster de (_Tn) , pero ella había pedido que hicieran una excepción en su caso dado el tamaño y la naturaleza confidencial de la cuenta Papadakis, su proyecto principal. Ningún otro alumno estaba gestionando una cuenta de un millón de dólares.
La junta de la beca se había mostrado encantada de hacer la excepción e incluso estuvieron a punto de babear ante la expectativa de poder poner la historia de éxito de (_Tn) en el folleto del programa una vez que se completara su diseño, se firmara y se divulgara públicamente.
Pero aunque ella no tenía que hacer
una presentación, insistió en recorrer todos los pasillos y examinar todos los paneles. Teniendo en cuenta que aparentemente yo no podía apartarme más de un metro de ella y que no tenía ninguna reunión hasta las diez, la seguí todo el tiempo, contando los paneles (576) y mirándole el trasero (respingón, divertido para darle unos azotes y ahora mismo envuelto en lana negra).
Ella había mencionado en el ascensor que su mejor amiga, Julia, le había proporcionado la mayoría de ese armario que yo amaba y odiaba a la vez. La selección de esa mañana, una falda lápiz ajustada y una blusa de color azul
oscuro, ahora también estaba en mi lista. Intenté convencer a (_Tn) un par de veces de que teníamos que volver a la habitación a buscar algo, pero ella solo enarcó una ceja y me preguntó:
—¿A buscar algo o en busca de «algo»?
La ignoré, pero ahora deseaba haber admitido que necesitaba otro asalto antes de empezar con el congreso. Me pregunté si habría accedido.
—¿Habrías vuelto a la habitación conmigo? —le pregunté al oído mientras ella leía atentamente el panel de un alumno sobre una idea para el proceso de renovación de marca de una pequeña
compañía de teléfonos móviles. Los gráficos estaban pegados con celo al panel, por Dios.
—Chis.
—(_Tn) , no vas a aprender nada de esta presentación. Vamos a tomarnos un café y tal vez también hacerme una mamada en el baño.
—Tu padre me dijo una vez que era imposible predecir de dónde iban a venir las mejores ideas y que leyera todo lo que encontrara. Además, son mis compañeros del máster.
Esperé, jugueteando con un gemelo, pero ella aparentemente no iba a hablar de la última parte de lo que yo había
dicho.
—Mi padre no tiene ni idea de lo que habla.
Ella se rió muy apropiadamente. Papá había estado en lo más alto de todas las listas de los veinticinco mejores consejeros delegados prácticamente desde que nació.
—No tienes que chupármela. Puedo follarte contra la pared —le susurré carraspeando y mirando alrededor para asegurarme de que nadie estaba lo bastante cerca para oírme—. O podría tumbarte en el suelo, abrirte de piernas y hacer que te corras con la lengua.
Ella se estremeció, le sonrió al
alumno que había cerca de la siguiente presentación y se acercó para leerla. El hombre extendió la mano hacia mí.
—Discúlpeme, ¿es usted Nick Jonas ?
Asentí, distraído, mientras le estrechaba la mano y vi que (_Tn) se alejaba un poco.
El pasillo estaba prácticamente desierto excepto por los alumnos que había cerca de los paneles. E incluso ellos habían empezado acercarse a zonas más interesantes, donde las empresas más grandes —patrocinadoras del congreso principalmente— habían montado expositores brillantes y llenos
de marcas comerciales con la intención de animar un poco la sesión inaugural del congreso dedicada a los alumnos. (_Tn) se inclinó y escribió algo en su cuaderno: «¿Renovación de marca para Jenkins Financial?».
Le miré la mano y después la cara, concentrada con una expresión pensativa. La cuenta de Jenkins Financial no era una de las suyas. Ni siquiera era una que llevara yo. Era una cuenta pequeña, ocasionalmente gestionada por algún ejecutivo junior algo lerdo. ¿De verdad sabía cuánto costaba gestionar una enorme campaña de marketing como la que teníamos?
Antes de que pudiera preguntarle, ella se volvió y pasó a la siguiente presentación y yo me quedé embelesado viendo a (_Tn) trabajar. Nunca me había permitido observarla tan abiertamente; la vigilancia subrepticia que había llevado a cabo hasta el momento solo me había revelado que era brillante y decidida, pero nunca me había dado cuenta de la amplitud de su conocimiento de la empresa.
Quería felicitarla de alguna forma, pero las palabras se confundieron en mi cabeza y un extraño sentimiento defensivo apareció en mi pecho, como si alabarla a ella rompiera de alguna forma
la estrategia.
—Tu caligrafía ha mejorado.
Ella me sonrió pulsando el botón del extremo del bolígrafo.
—Que te den.
Una erección se me despertó en los pantalones.
—Estás haciéndome perder el tiempo aquí.
—Entonces ¿por qué no vas a saludar a unos cuantos ejecutivos en la sala de recepciones? Están desayunando allí. Y tienen esas pequeñas magdalenas de chocolate que finges que no te gustan.
—Porque no me apetece comer precisamente eso.
Una sonrisita apareció en sus labios. Ella me miró a la cara cuando otra alumna se me presentó.
—He seguido su carrera desde que puedo recordar —dijo la mujer casi sin aliento —. Lo oí hablar aquí el año pasado.
Sonreí y le estreché la mano todo lo brevemente que pude, lo justo para no parecer maleducado.
—Gracias por saludarme.
Llegamos al final del pasillo y le agarré el codo a (_Tn) .
—Todavía falta una hora para mi reunión. ¿Eres consciente de lo que me estás haciendo?
Por fin me miró. Tenía las pupilas tan dilatadas que parecía que tenía los ojos negros y se humedeció los labios antes de hacer un mohín decadente.
—Supongo que tendrás que llevarme arriba para demostrármelo.
(_Tn) todavía estaba buscando unas bragas nuevas cuando yo ya llegaba cinco minutos tarde a mi reunión de la una. Era con Ed Gugliotti, un ejecutivo de marketing de una empresa pequeña de Minneapolis. Utilizábamos normalmente la empresa de Ed para subcontratar proyectos pequeños, pero ahora
teníamos un proyecto algo más importante que estábamos pensando en pasarle a ver qué tal lo gestionaban. Cuando me subía la cremallera de los pantalones, me acordé de que Ed siempre llegaba patológicamente tarde.
Pero esta vez no. Ya me estaba esperando en una de las salas de reuniones del hotel, con dos de sus ejecutivos junior sentados a su lado con sonrisas ansiosas.
Odiaba llegar tarde.
—Ed —le dije a la vez que le saludaba con un apretón de manos. Él me presentó a su equipo, Daniel y Sam Ambos me estrecharon la mano, pero
cuando llegué a Sam, él tenía su atención fija detrás de mí, en la puerta.
(_Tn) acababa de entrar con el pelo suelto ahora, y se la veía salvajemente hermosa pero muy profesional, ocultando milagrosamente el hecho de que acababa de llegar al orgasmo con un grito, sobre la mesa de su habitación de hotel.
Gugliotti y sus chicos la observaron en un silencio embelesado mientras se acercaba, traía una silla, se sentaba a mi lado y se volvía para sonreírme. Tenía los labios rojos e hinchados y una leve marca roja estaba apareciendo en su mandíbula, una marca del roce de la
barba.
«Perfecto».
Carraspeé para que todo el mundo volviera a mirarme.
—Empecemos.
Era una reunión sencilla, algo que había hecho miles de veces. Describí la cuenta en términos muy generales y no confidenciales y por supuesto Gugliotti me dijo que creía que su equipo podría encontrar algo asombroso. Después de conocer a los hombres que le asignaría, accedí. Planeamos hacer otra reunión al día siguiente, cuando les presentaría la cuenta en su totalidad y se la encargaría oficialmente. La reunión se había
acabado en menos de quince minutos, lo que me daba tiempo antes de la de las dos. Miré a (_Tn) y levanté una ceja en una pregunta silenciosa.
—Comida —dijo con una risa—. Comamos algo.
El resto de la tarde fue productivo, pero estuve todo el rato con el piloto automático; si alguien me hubiera pedido detalles específicos sobre las reuniones, me habría costado mucho recordarlos. Gracias a Dios por (_Tn) y su forma obsesiva de tomar notas. Se me acercaron muchos colegas, sin duda
estreché como cien manos durante la tarde, pero el único contacto que recordaba era el suyo.
No dejaba de distraerme con ella y lo que me molestaba era que aquí era diferente. Era trabajo, pero era un mundo completamente nuevo, uno en el que podía fingir que nuestras circunstancias eran las que nosotros quisiéramos que fueran. La necesidad de estar cerca de ella era incluso mayor de la que sentía cuando mantenía las distancias. Volví a mirar al orador estrella de la noche que estaba en la tarima e intenté sin éxito una vez más dirigir mis pensamientos a algo
productivo. Estaba sentado cerca, porque había dado la charla principal allí mismo el año pasado, pero de todas formas no conseguía encontrar la forma de conectar con aquella.
Vi por el rabillo del ojo que ella se removía e instintivamente miré al otro lado de la mesa en donde estaba. Cuando nuestras miradas se encontraron, todos los demás sonidos se mezclaron, flotando a mi alrededor pero sin llegar a entrar en mi conciencia.
Pensé en esa mañana y lo evidente que me había resultado su pánico. Por el contrario yo me sentía extrañamente tranquilo, como si todo lo que habíamos
hecho nos hubiera llevado a ese preciso momento en el que ambos habíamos visto lo fácil que podría ser.
Un teléfono que sonó en algún lugar detrás de mí me sacó de mi trance y aparté la mirada. Me acomodé de nuevo en la silla y me quedé asombrado de cuánto había llegado a inclinarme sobre la mesa. Miré a mi alrededor y me quedé helado cuando una mirada desconocida se encontró con la mía.
Aquel extraño no tenía ni idea de quiénes éramos ni de que (_Tn) trabajaba para mí; solo nos miró a los dos y apartó la mirada rápidamente. Pero en ese momento toda la culpa que
había estado reprimiendo cayó sobre mí. Todo el mundo sabía quién era yo, nadie allí la conocía a ella, y si alguna vez se sabía que estábamos liados, el juicio de toda la comunidad la iba a perseguir durante el resto de su carrera.
Una rápida mirada a (_Tn) me dejó claro que ella podía ver el pánico escrito en mi cara. Me pasé el resto de la charla mirando hacia delante y sin volver a atreverme a mirarla.
—¿Estás bien? —me preguntó en el ascensor, rompiendo el espeso silencio que nos había acompañado durante
catorce pisos.
—Sí, Es que. —me rasqué la nuca y evité su mirada—. Solo estaba pensando.
—Voy a salir con unas amigas esta noche.
—Me parece una buena idea.
—Tú tienes una cena con Stevenson y Newberry a las siete. Creo que han quedado contigo en un sitio de sushi que te gusta, en el barrio de Gaslamp.
—Lo sé —le dije relajándome porque habíamos entrado en los habituales detalles de trabajo—. Repíteme cómo se llama su asistente. Ella siempre viene.
—Andrew.
La miré confuso.
—Suena un poco más masculino de lo que esperaba.
—Tiene un nuevo asistente.
«¿Cómo demonios sabía ella eso?»
Ella sonrió.
—Estaba sentado a mi lado en la charla y me preguntó si iba a asistir a la cena de esta noche.
Me pregunté si ese sería el par de ojos desconocidos que me habían pillado mirando a (_Tn) y se habían preguntado por la forma en que yo la miraba. Tartamudeé un poco antes de que ella me interrumpiera.
—Le he dicho que tenía otros planes.
La incomodidad volvió. Quería que estuviera conmigo esa noche, y ella pronto ya no estaría de prácticas conmigo. ¿Podría ser su amante entonces? ¿Podría ser todavía su jefe ahora?
—¿Querías venir?
Ella negó con la cabeza mirando hacia las puertas cuando llegamos al piso treinta.
—Creo que debería dedicarme a mis propios asuntos.
El breve viaje de vuelta desde el restaurante fue silencioso y solitario, con la única compañía de mis pensamientos confusos. Crucé el gran vestíbulo del hotel hasta el ascensor y fui como un robot hasta la habitación de (_Tn) antes de recordar que no me iba a quedar con ella. No recordaba cuál era la mía e intenté tres habitaciones de la planta antes de rendirme y preguntar en recepción. Cuando volví me di cuenta de que mi habitación estaba justo al lado de la suya.
Era una imagen gemela de su
habitación, pero completamente diferente de formas que no eran evidentes. Esa ducha no había dejado correr nuestros fingimientos la noche anterior; no habíamos dormido juntos, acurrucados el uno contra el otro, en esta cama. Esas paredes no estaban llenas de los sonidos de los orgasmos que había tenido debajo de mi cuerpo. Esa mesa no se había roto por un polvo rápido a última hora de la mañana.
Miré el teléfono y vi que tenía dos llamadas perdidas de mi hermano. «Genial». Normalmente ya habría hablado con mi padre y mi hermano varias veces, para hablarles de las
reuniones y los potenciales clientes que había conocido. Pero hasta ahora no había hablado con ninguno de los dos ni una vez. Tenía miedo de que pudieran ver a través de mí y saber que no tenía la cabeza puesta totalmente en esto esta semana.
Eran más de las once y me pregunté si estaría todavía con sus amigas o ya habría vuelto. Tal vez estaba tumbada en la cama, despierta, obsesionándose por las mismas cosas que yo. Sin pensar, cogí el teléfono y marqué el número de su habitación. Sonó cuatro veces antes de que un contestador automático respondiera. Colgué y la llamé al móvil.
Respondió al primer tono.
—¿Señor Jonas ?
Hice una mueca. Estaba con los otros alumnos; no me iba a llamar Nick en esa situación.
—Hola. Yo. solo quería asegurarme de que tenías algún medio de transporte para volver a hotel.
Su risa me llegó a través de la línea, amortiguada por el sonido de las voces y el latido de la música muy alta a su alrededor.
—Hay como unos setenta taxis esperando fuera. Cogeré uno cuando acabemos aquí.
—¿Y cuándo será eso?
—Cuando Melissa se acabe esta copa y probablemente nos tomemos otra más. Y cuando Kim decida que ya está harta de bailar con todos los tíos guarros y mujeriegos que hay aquí. Supongo que volveré en algún momento entre ahora y mañana por la mañana antes de las ocho.
—¿Pretendes ser graciosa? —le pregunté mientras sentía que una sonrisa aparecía en mi cara.
—Sí.
—Bien —dije exhalando con fuerza —. Mándame un mensaje cuando llegues sana y salva.
Permaneció en silencio un momento y después dijo:
—Lo haré.
Colgué, dejé caer el teléfono a mi lado en la cama y me quedé mirando al suelo durante una hora probablemente. Ni siquiera sabía qué hacer conmigo mismo.
Finalmente me levanté y volví abajo.
Todavía estaba en el vestíbulo cuando ella volvió a las dos de la mañana, con las mejillas enrojecidas y la sonrisa en la cara mientras metía el teléfono en su bolso.
Mi móvil sonó y lo miré.
La vi pasar delante del mostrador de recepción y dirigirse directamente hacia donde yo estaba, sentado cerca de los ascensores. Se paró cuando me vio, con los ojos vidriosos y el traje arrugado. Estoy seguro de que mi pelo era un completo desastre porque había estado muy preocupado. De repente no tenía ni idea de qué hacía allí esperándola como un marido ansioso. Solo sabía que yo no podía ser el que decidiera que no funcionaría, porque, en el fondo, quería hacer que funcionara.
—¿Nick ? —dijo mirando a su
amiga, que se despidió con la mano y se dirigió al ascensor. No me importaba una mierda lo que estuviera pensando su amiga, pero pude sentir su mirada fija en nosotros hasta que llegó el ascensor.
(_Tn) llevaba un diminuto vestido negro y tacones, y yo quise hacer una petición para que ese atuendo se convirtiera en su uniforme hasta que acabara su período de prácticas. Unas tiras muy finas se cruzaban desde sus dedos con las uñas pintadas de rosa hasta sus espinillas. Quería quitarle ese vestido de su cuerpo y follármela allí mismo en el sofá, agarrándome a esos tacones para guardar el equilibrio.
—Hola —murmuré hipnotizado por la gran cantidad de pierna desnuda que tenía delante de mí.
Ella se acercó y se paró solo a unos centímetros de mí.
—¿Qué haces aquí abajo?
—Esperar.
Me esforcé por ocultar cuánto me afectaba ella, cómo mis pensamientos actuales apenas podían separarse de la fantasía de tener mis manos entre su pelo, de la forma en que podía cubrirle los pequeños pezones rosas totalmente con mi pulgar o de cómo su clítoris era la parte más suave de cualquier cuerpo que hubiera tocado nunca. Quería
saborearla de los dedos de los pies a los lóbulos de las orejas, contándole en el proceso todos los pensamientos que me surgieran.
—¿Estás borracho?
Negué con la cabeza. «No de la forma que tú crees».
—Alguien se fijó en que te miraba antes.
—Lo sé —ella acercó la mano y me pasó los dedos por el pelo—. Vi tu cara durante la charla.
—Me entró el pánico.
(_Tn) no respondió; solo se rió con un sonido suave y ronco.
—No me preocupo por mí, sino por
ti.
La oí inhalar bruscamente y sentí que sus dedos me tiraban del pelo. Cuando la miré a la cara, parecía desconcertada.
¿Cómo podía no saber lo encaprichado que estaba a esas alturas? Estaba seguro de que podía verlo cada vez que la miraba. Como siempre, quería agarrarle el trasero y darle un azote cada vez que hiciera cualquier ruido. Tirarle del pelo cuando me corriera. Darle otro mordisco en el pecho. Rozarle con los dientes toda la espalda. Darle un pellizco en la parte de atrás del muslo y después calmarle el dolor con la más suave de las caricias.
Pero también quería verla dormir, y despertarse y mirarme y deducir sus sentimientos por sus reacciones espontáneas.
Estaba empezando a darme cuenta que no era solo sexo y que no estaba logrando sacarla de mi sistema. El sexo era la ruta más rápida para la clase de posesión que necesitaba. Pero me estaba enamorando de ella, demasiado rápida e intensamente como para encontrar algo a lo que agarrarme por si acaso.
Y era aterrador.
Decidí decirle la verdad.
—Necesito otra noche.
Ella inspiró hondo y me miró, y solo
cuando lo hizo se me ocurrió que ella podía estar sintiendo algo muy diferente a lo que sentía yo.
—Dime que no si no quieres. Es que. —me pasé una mano por el pelo y levanté la vista para mirarla—. Es que me gustaría mucho estar contigo otra vez esta noche.
—Ansioso, ¿eh?
—No te haces una idea.
Arriba, en su habitación, entre las sábanas y enredado a su cuerpo tenso y dulce que me rodeaba y me apretaba, todo lo demás desapareció a mi alrededor. Su olor y sus sonidos me nublaban el cerebro y hacían que mis
embestidas fueran fuertes y erráticas. Ella estaba empapada, toda ella: su piel por fuera y su carne por dentro, toda resbaladiza y atrayéndome más adentro. Tenía las piernas abrazadas a mi cadera y me obligó a ponerme boca arriba con una risa, montándome con la espalda arqueada y la cabeza caída hacia atrás, los dedos hundidos en mi abdomen para sujetarse a mí. Su piel brillaba y me senté debajo de ella porque necesitaba sentir cómo se deslizaba su pecho contra el mío cuando se movía y se restregaba contra mí. Volví a ponerme encima, abalanzándome sobre ella una vez más, esta vez con sus piernas en mis hombros
y la boca temblando mientras luchaba por encontrar algo que decir.
Me clavó las uñas en la espalda y yo solté el aire entre los dientes apretados mientras le decía «sí» y «más» porque quería que me marcara que me dejara algo que siguiera estando allí al día siguiente.
Ella se corrió una vez y luego otra y después otra más y yo la tiré del pelo, que tenía alborotado e indómito. Caí sobre ella, enganchando palabras de forma incoherente cuando me corrí, intentando decirle lo que los dos ya sabíamos: que todo lo que pasara fuera de esa habitación era irrelevante.
ElitzJb
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
awwwnnn nick...
ya era hora, al fin te estas dando cuenta que no es solo lujuria y pasion ya hay cariño...
ameee este cap increiblemente """
please siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ya era hora, al fin te estas dando cuenta que no es solo lujuria y pasion ya hay cariño...
ameee este cap increiblemente """
please siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
Admitió que la ama!!!!!...... Bueno que se esta enamorando de ella!!!!!!..... Sigue porfiiisss
chelis
Re: Beautiful Bastard Nick y (_Tn) (terminada)
aww al fin lo reconoce Nick!!
Se esta enamorando!!
Siguela!!
Se esta enamorando!!
Siguela!!
aranzhitha
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