Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 6 de 12. • Comparte
Página 6 de 12. • 1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 10, 11, 12
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
oh por dios me encanto!!!!
estuvo geeniial tienes que seguirla lo mas pronto que puedas... :)
besos xoxo
estuvo geeniial tienes que seguirla lo mas pronto que puedas... :)
besos xoxo
MichDirectioner
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
¡Hola! Quería informarte de que tu novela está en la sección equivocada y deberías solicitar que la movieran.
Gracias por tu tiempo,
Alazz.
Gracias por tu tiempo,
Alazz.
Alazz
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
Me ecantooooo! Bien por Hanna! :3 Siguela hermosa! :)
Elizabeth de Tomlinson
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
tienes que hacer otro maraton mas laaaaargo! jajaja ok no sube cuando puedas pero esquee tu novela es como una droga... tan Adictiva jajaja sube cuando puedas :)
MichDirectioner
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
HOLA!! LAS TENGO ABANDONADAS SUBO ENSEGUIDA BESITOS
cami*smile*love*1D
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
Capítulo 15: Despedida de soltero
Nunca me había pasado esto. Bueno, en realidad sí, pero no a este nivel.
Sin embargo, fue sólo ese gesto, levantar la mirada de su libro de historia para dejarme hipnotizada.
—hanna… ¿estás escuchando? —la voz de Harry me sacó del limbo en que me hundieron sus ojos. Asentí repetidas veces para que me dejara en paz y yo pudiera seguir mirándolo. Hasta el día de hoy no me daba cuenta de lo hermoso que se veía con el ceño fruncido escarbando página tras página para hacer su tarea.
—Deberías estar haciendo tu tarea en vez de distraerte con mi cabello —dijo sin apartar la vista del libro.
—Y tú leyendo en vez de estar pendiente de lo que haga y lo que no —le respondí, volviendo al tono arrogante y terco que utilizaba cuando estaba junto a él para que no se diera cuenta de lo estúpida que me dejaba con solo estar a mi lado.
—hanna… nos casaremos este fin de semana, podrías dejar de pelear al menos, ¿no lo crees? —replicó. Bufé sonoramente, por supuesto que sabía que nuestra boda sería este fin de semana, por eso estaba así: tan cambiante. Podía ser dulce y de repente enojona. Los nervios me comían viva.
—De acuerdo —no tenía caso resistirme, además, con la mirada de cachorro que tenía Harry sería muy imposible negarme.
Estos últimos días él también lucía nervioso: cometía errores, tropezaba con sus propios pies e incluso reprobó en una prueba. Pero eso no pareció importarle, algo lo tenía muy preocupado y estaba muy segura de que no era por la boda.
Iba a averiguarlo.
Llamé a Abi para que fuera a la casa, ella llamó a Fati y Fati a Sol. Después de media hora, estábamos las tres en mi habitación pensando qué podría tener tan afligido a Harry.
—¿Y si ya no se quiere casar? —postuló Abi.
Una parte de mi se alarmó muchísimo, era la parte que ansiaba estar con Harry.
—¿En serio lo crees? —le preguntó Fati.
Abi lo pensó unos segundos y refunfuñó.
—Claro que no, pero era sólo una idea.
—Pues se aleja mucho de la realidad —agregó Sol.
Estuvimos mucho tiempo pensando y cuando oscureció, las chicas terminaron por ver Titanic en la televisión. Yo las observé mientras ellas le gritaban al capitán para que no chocara contra el iceberg, extrañaría formar parte de este grupo. No quería decir que dejaría de ser amiga de ellas, jamás me separaría de las mejores amigas que alguien podría desear, pero desde la próxima semana las cosas no sería lo mismo: ellas podrán tener novios y salir sin preocupaciones, mientras que yo estaré casada. Sin mencionar que cuando acabe el año sólo quedaremos Mike y yo en la escuela. Crecer apestaba.
Eso me recordó el libro de Peter Pan que Harry me regaló. Me levanté para buscarlo en mi estantería, pero no estaba. Pasé por al lado de las chicas, que ni siquiera notaron mi presencia ya que estaban ocupadas viendo como Jack besaba a Rose, y salí de la habitación.
Seguro se me había quedado en el cuarto de Harry y había olvidado traerlo cuando me cambié.
Toqué la puerta un par de veces, pero nadie respondió. Entré de todas formas, las luces estaban apagadas, pero del baño se traslucía un débil resplandor. Y también se oía el sonido de la ducha.
Encendí la luz y comencé a buscar mi libro, tenía que estar por alguna parte. Revisé debajo de la cama, en los muebles, en el closet, en el velador e incluso en la mochila de Harry. Y ésta última fue la que llamó mi atención.
Estaba llena de papeles arrugados y garabateados. Los estiré y una rabia enorme me invadió.
“Ella no te ama”
“Estarías mejor con otra”
“Es una idiota”
Los volví a arrugar y los tiré al suelo. Reconocía esa caligrafía: Sandy.
De pronto, el agua se cortó y escuché como Harry cantaba una canción dentro del baño. Recogí los papeles y los guardé otra vez dentro de la mochila, el pomo de la puerta giró… corrí a toda prisa y me escondí dentro del closet, apretujada entre la ropa desordenada de Harry.
Así que eso era lo que tenía tan nervioso a Harry, que Sandy lo molestara. Pero sabía que había algo más, Sandy no causaba mucho daño, seguro había dicho o hecho algo peor.
Harry salió envuelto en una toalla de la cintura para abajo y se sentó en la cama. Estuvo así por unos minutos, sin mover ningún músculo hasta que se levantó de golpe y comenzó a secarse. Lo veía a través de la puerta del closet que había quedado entreabierta, pero dejé de espiarlo cuando se quitó la toalla.
Ya lo había visto desnudo, pero bajo los efectos de las hormonas. Ahora estaba completamente consciente.
—Sal de ahí, arrugarás mi ropa —dijo de repente.
Salí de mi escondite y para mi suerte al menos ya se había puesto sus boxers. Me tendió la mano para que me acercara a él y cuando se la di, tiró de mí y me abrazó con fuerza.
—Harry, ¿estás bien?
—hanna, te amo —lo soltó así, sin verlo venir. Esas palabras siempre me confundían, complicaban mis ideas y hacían que mi estómago burbujeara en mariposas.
Todas esas cosas enredadas, más las cartas que leía hicieron que las temibles palabras que nunca creí pronunciar salieran de mi boca sin pensarlo.
—Yo también te amo, Harry.
Lo dije, inconscientemente, pero lo dije.
Me separé un poco de él para ver su expresión, tenía su mirada fija en mí, sin parpadear. Pero tenía una sonrisa, una ancha y hermosa sonrisa.
—¿Lo dices en serio? —no me quedó de otra que asentir y aceptar su beso, tampoco podía negarlo, eso sería horrible.
Aunque no me alejaba de la verdad. De verdad las cosas que sentía por Harry habían cambiado bastante, ¿por qué otro motivo sentiría celos cuando él se acercaba a otras chicas? ¿O por qué me preocupaba cuando él estaba mal y lucía decaído? Si eso no era amor, no sabía lo que era.
—Harry, mejor vístete o te enfermarás otra vez.
—Te pongo nerviosa, a que es eso.
—Ya quisieras —le contesté.
—Entonces, ¿por qué estás sonrojada? —me tomó la mano y comenzó a acariciar mis dedos, como siempre lo hacía cuando se sentía culpable.
—Porque te dije que fe gabama —oculté las últimas palabras detrás de un juego de letras. Harry besó mi mejilla y me volvió a abrazar.
—Yo también fe gamo, creo que eso ya lo sabes.
—Genial, entonces dime qué son esos papeles que tienes en la mochila.
(…)
Al otro día intenté calmarme, pero no pude. En el recreo salí rápido de la sala antes de que Mike me detuviera y fui a encarar a Sandy.
Ella estaba sentada en el jardín de la escuela con sus amigas. Caminé con seguridad hasta Sandy la golpeé en el ojo. Sus amigas comenzaron a gritar y alguien me agarró del brazo para alejarme.
—¿Qué estás haciendo, hanna?
Era Liam. Me apartó de Sandy que lloriqueaba en el suelo.
—Golpearla, ¿acaso no me ves? ¡Es una maldita!
Liam entrecerró los ojos, confundido. Claro, él no sabía nada de lo que me había contado Harry.
Sandy le envió esos papeles a Harry, pero no se quedó tranquila con eso, como yo supuse. Conversó con él y le dijo que la única razón por la que se quería casar conmigo era por el dinero de mis padres.
Harry repitió innumerables veces que él me amaba y que no lo hacía por conveniencia. Eso no era necesario decirlo, ya lo sabía desde hace mucho tiempo. Pero tampoco dejaría las cosas así, Sandy tenía que pagar por ser tan estúpida.
—Cálmate o crearás un alboroto —me dijo Liam. Le hice caso y me tranquilicé, Sandy no dejaba de llorar y podía notar como su ojos iba poniéndose morada.
Sonreí ante mi victoria. Que nunca más se le ocurriera volver a molestar a Harry o para la otra le quebraría los dientes.
Entonces sentí eso de nuevo. Aquel sentimiento de posesión y calidez en mi pecho que tuve cuando miré a Harry ayer leyendo su libro.
Definitivamente era amor. Y llegaba justo a tiempo para la boda de mañana.
(…)
Por la tarde Louis me llamó, estaba con Zayn y Niall al teléfono. Avisaron que irían a ver a Harry esa noche y que se lo llevarían por unas cuantas horas, pero que lo regresarían listo y presentable para la boda.
No supe lo que se tramaban, así que llamé a las chicas para idear un plan.
—Es una despedida de soltero, ¿Qué más podría ser? —señaló Fati. Fue como una iluminación, los chicos se lo llevarían de fiesta seguro a un club donde mujeres en poca ropa le bailarían por dinero.
No podía permitirlo.
—Entonces nosotras también tendremos una —les dije.
—¿En serio? Deja que llame a los bailarines y consiga algo de cerveza —Sol se puso de pie y comenzó a marcar un número en su celular.
—¡No, Sol! Iremos a espiarlos
—Ah, que aburrido
Reí ante su entusiasmo y las animé a que me acompañaran, pero ninguna quiso.
Al final terminé conduciendo sola por la autopista, de noche y perdida. Se habían llevado a Harry hace una hora, pero no me rendiría, lo encontraría y me lo llevaría de vuelta a casa aunque sea tirando de su oreja. Ahora que por fin me daba cuenta de que su plan para enamorarme había funcionado, no lo dejaría vagar por la ciudad con bailarinas desnudistas, mucho menos con Louis a su lado.
(…)
La música sonaba hasta destirparme los oídos, había varios escenarios individuales con caños y bailarinas por todos lados, eran exuberantes y estaban tan tapadas en maquillaje que eran irreconocibles.
No fue difícil encontrar a Harry, ebrio hasta más no poder saltaba al lado de Louis quien bailaba en un caño para su espectáculo personal. Era mejor que Louis le bailara a que lo hiciera otra. Pero estaban demasiado cerca y eso me ponía nerviosa.
Zayn estaba tirándole billetes a una chica que servía las cervezas, que se notaba a leguas que no era parte del show, pero eso no parecía importarle a Zayn, ya que seguía desparramando dinero. Niall bebía y bebía un vaso tras otro y Liam miraba todo con la cara adolorida. Él no podía beber, así que era obvio que estaba sobrio y se daba cuenta de las obscenidades que sucedían a su alrededor.
Me acerqué a ellos con paso seguro y apresurado, tenía que mostrarme seria para que Harry me hiciera caso.
Sin embargo, en el preciso momento en que estuve lo suficientemente cerca para agarrarlo del brazo y tirarlo para que dejara de hacer el ridículo, ocurrió lo más inexplicable y raro que haya visto o imaginado en mi vida.
Louis besó a Harry. Y Harry besó a Louis. Ambos se besaron.
Fue algo simple, casi un desliz por error, pero no pude evitar abrir los ojos y quedarme estática mirando la escena.
Debían estar muy, pero muy ebrios para besarse. Y se me ocurrió una brillante idea: las fotografías duraban para siempre.
Saqué mi celular y les tomé una adorable foto de su romance de una noche, se volvería loco mañana cuando se la mostrara.
Liam también lo miró y tenía la misma expresión que yo, diría que incluso más asustado. Se percató en mi presencia y se levantó hasta quedar a mi lado.
—Por favor, dime que vienes para llevarme lejos de este lugar —me gritó encima de la música.
Le guiñé el ojo como un gesto para que se tranquilizara y confiara en mí.
Si quería sacar a Harry de allí´, tendría que ponerme a trabajar de inmediato.
Me subí a la plataforma donde Louis y Harry bailaban (ya habían dejado de besarse, pero seguían muy juntos) y me puse al medio de los dos. Harry perdió el equilibrio al verme y cayó de espaldas al suelo, pero se puso de pie enseguida como si nunca se hubiese golpeado y se refregó los ojos repetidas veces mirándome.
—Hola, cariño ¿no te alegras de verme? —le dije cargada de sarcasmo.
—¡hanna, ¿qué haces aquí?! —gritó aún sin poderlo creer.
—¡Te vine a buscar, nos vamos ahora antes de que termines acostándote con Louis!
—¿Irme? La fiesta recién empieza, ven, baila conmigo —intentó sujetarme de la cintura, pero le di un empujón y cayó otra vez al suelo, sin embargo, esta vez no se puso de pie y que quedó allí. Se durmió tan rápido como cayó.
Con la ayuda de Liam sacamos a los chicos y los acomodamos en el auto. Procuré dejar bien separado a Louis de Harry, Rizos seguía dormido, pero Louis no y parecía que tenía energía para toda la noche.
Liam se fue de copiloto y me dijo que fue idea de Louis hacer una despedida de solteros. Mataría a Louis cuando estuviera sobrio.
Le dije que Liam que podía quedarse en mi casa, pero insistió en volver a la suya, así que le presté el auto en cuanto llegué a casa. Me despedí de él y le recordé que él sería el padrino de bodas junto con Abi, dijo que no había problemas, que ya lo sabía y que no podría olvidarlo.
Liam como padrino de bodas era una historia un poco confusa. Hace dos meses, Abi me había pedido ser la madrina, y como era mi prima le dije que sí. El problema era el padrino, ya que Abi no quería estar con Louis porque la haría reír sin parar en medio de la ceremonia, Sol se pondría celosa si lo era Zayn y Mike estaba descartado simplemente por ser Mike (y porque se pondrían a discutir por cualquier cosa). Niall recién se estaba adaptando a nosotros, además iría con Fati a la boda, así que el único que quedaba era Liam, y cuando se lo dije a Abi se negó rotundamente.
No le vi nada malo a Liam, no pelearía ni la haría reír y nadie se pondría celosa, pero Abi seguía negándose, hasta que Harry me dijo que tal vez a Abi le gustaba Liam y la ponía nerviosa ir con él.
Aún no se lo preguntaba, pero era una posibilidad. Y si yo había terminado enamorada de Harry después de ocho años, ¿por qué ella no de Liam?
Liam me ayudó a bajar a los chicos y después se marchó.
Mis amigas seguirían en mi habitación viendo películas o desordenando todo lo que encontraran. Dejé a Zayn y a Louis en el cuarto de huéspedes y ni siquiera me animé en limpiarlos o quitarles la ropa para que estuvieran más cómodos. Quería ver la cara con la que despertarían mañana. Y por supuesto, la resaca.
Harry fue otra cosa. A él lo arropé y le puse su pijama, estaba medio inconsciente cuando lo llevé a su cuarto, pero me pidió que por favor durmiera con él. Apestaba a alcohol y seguro intentaría algo en medio de la noche, sin mencionar que seguía algo conmocionada por verlo besar a Louis, pero accedí a su petición por cariño. Era mi última noche como soltera y tal vez debí haberla pasado sola en mi habitación para añorar la soledad y la independencia, pero preferí pasarlo con un Harry ebrio por una simple razón.
—Harry… —le susurré al oído cuando me acosté a su lado. Él se removió un poco y roncó. Creí que se había dormido, pero carraspeó y murmuró algo.
—Dime, hanna —dijo arrastrando las palabras.
—Yo no fe gamo —le dije. Eso lo hizo despertar de inmediato y mirarme con los ojos desorbitados, pero seguros.
—Pero tu dijiste que… que… —balbuceó.
Le sonreí y lo besé con cuidado, no me causó asco su estado, besar a Harry siempre era mágico.
—Ya sé lo que dije, pero te quiero aclarar que ya no fe gamo, sino que te amo —y eso pareció calmarlo, porque susurró algo como un “yo también” y por fin se durmió profundamente.
Yo no lo pude hacer hasta bien entrada la madrugada, en una cuantas horas más estaría casándome con el chico que tenía a mi lado y me ponía a pensar en todo lo que pasé durante ochos años, desde que lo vi llegar hasta el día que me dijo por primera vez que me amaba.
Me dormí con un solo pensamiento, que era afortunada de tener a Harry y que lo sería mucho más cuando sea mi esposo.
—
Nunca me había pasado esto. Bueno, en realidad sí, pero no a este nivel.
Sin embargo, fue sólo ese gesto, levantar la mirada de su libro de historia para dejarme hipnotizada.
—hanna… ¿estás escuchando? —la voz de Harry me sacó del limbo en que me hundieron sus ojos. Asentí repetidas veces para que me dejara en paz y yo pudiera seguir mirándolo. Hasta el día de hoy no me daba cuenta de lo hermoso que se veía con el ceño fruncido escarbando página tras página para hacer su tarea.
—Deberías estar haciendo tu tarea en vez de distraerte con mi cabello —dijo sin apartar la vista del libro.
—Y tú leyendo en vez de estar pendiente de lo que haga y lo que no —le respondí, volviendo al tono arrogante y terco que utilizaba cuando estaba junto a él para que no se diera cuenta de lo estúpida que me dejaba con solo estar a mi lado.
—hanna… nos casaremos este fin de semana, podrías dejar de pelear al menos, ¿no lo crees? —replicó. Bufé sonoramente, por supuesto que sabía que nuestra boda sería este fin de semana, por eso estaba así: tan cambiante. Podía ser dulce y de repente enojona. Los nervios me comían viva.
—De acuerdo —no tenía caso resistirme, además, con la mirada de cachorro que tenía Harry sería muy imposible negarme.
Estos últimos días él también lucía nervioso: cometía errores, tropezaba con sus propios pies e incluso reprobó en una prueba. Pero eso no pareció importarle, algo lo tenía muy preocupado y estaba muy segura de que no era por la boda.
Iba a averiguarlo.
Llamé a Abi para que fuera a la casa, ella llamó a Fati y Fati a Sol. Después de media hora, estábamos las tres en mi habitación pensando qué podría tener tan afligido a Harry.
—¿Y si ya no se quiere casar? —postuló Abi.
Una parte de mi se alarmó muchísimo, era la parte que ansiaba estar con Harry.
—¿En serio lo crees? —le preguntó Fati.
Abi lo pensó unos segundos y refunfuñó.
—Claro que no, pero era sólo una idea.
—Pues se aleja mucho de la realidad —agregó Sol.
Estuvimos mucho tiempo pensando y cuando oscureció, las chicas terminaron por ver Titanic en la televisión. Yo las observé mientras ellas le gritaban al capitán para que no chocara contra el iceberg, extrañaría formar parte de este grupo. No quería decir que dejaría de ser amiga de ellas, jamás me separaría de las mejores amigas que alguien podría desear, pero desde la próxima semana las cosas no sería lo mismo: ellas podrán tener novios y salir sin preocupaciones, mientras que yo estaré casada. Sin mencionar que cuando acabe el año sólo quedaremos Mike y yo en la escuela. Crecer apestaba.
Eso me recordó el libro de Peter Pan que Harry me regaló. Me levanté para buscarlo en mi estantería, pero no estaba. Pasé por al lado de las chicas, que ni siquiera notaron mi presencia ya que estaban ocupadas viendo como Jack besaba a Rose, y salí de la habitación.
Seguro se me había quedado en el cuarto de Harry y había olvidado traerlo cuando me cambié.
Toqué la puerta un par de veces, pero nadie respondió. Entré de todas formas, las luces estaban apagadas, pero del baño se traslucía un débil resplandor. Y también se oía el sonido de la ducha.
Encendí la luz y comencé a buscar mi libro, tenía que estar por alguna parte. Revisé debajo de la cama, en los muebles, en el closet, en el velador e incluso en la mochila de Harry. Y ésta última fue la que llamó mi atención.
Estaba llena de papeles arrugados y garabateados. Los estiré y una rabia enorme me invadió.
“Ella no te ama”
“Estarías mejor con otra”
“Es una idiota”
Los volví a arrugar y los tiré al suelo. Reconocía esa caligrafía: Sandy.
De pronto, el agua se cortó y escuché como Harry cantaba una canción dentro del baño. Recogí los papeles y los guardé otra vez dentro de la mochila, el pomo de la puerta giró… corrí a toda prisa y me escondí dentro del closet, apretujada entre la ropa desordenada de Harry.
Así que eso era lo que tenía tan nervioso a Harry, que Sandy lo molestara. Pero sabía que había algo más, Sandy no causaba mucho daño, seguro había dicho o hecho algo peor.
Harry salió envuelto en una toalla de la cintura para abajo y se sentó en la cama. Estuvo así por unos minutos, sin mover ningún músculo hasta que se levantó de golpe y comenzó a secarse. Lo veía a través de la puerta del closet que había quedado entreabierta, pero dejé de espiarlo cuando se quitó la toalla.
Ya lo había visto desnudo, pero bajo los efectos de las hormonas. Ahora estaba completamente consciente.
—Sal de ahí, arrugarás mi ropa —dijo de repente.
Salí de mi escondite y para mi suerte al menos ya se había puesto sus boxers. Me tendió la mano para que me acercara a él y cuando se la di, tiró de mí y me abrazó con fuerza.
—Harry, ¿estás bien?
—hanna, te amo —lo soltó así, sin verlo venir. Esas palabras siempre me confundían, complicaban mis ideas y hacían que mi estómago burbujeara en mariposas.
Todas esas cosas enredadas, más las cartas que leía hicieron que las temibles palabras que nunca creí pronunciar salieran de mi boca sin pensarlo.
—Yo también te amo, Harry.
Lo dije, inconscientemente, pero lo dije.
Me separé un poco de él para ver su expresión, tenía su mirada fija en mí, sin parpadear. Pero tenía una sonrisa, una ancha y hermosa sonrisa.
—¿Lo dices en serio? —no me quedó de otra que asentir y aceptar su beso, tampoco podía negarlo, eso sería horrible.
Aunque no me alejaba de la verdad. De verdad las cosas que sentía por Harry habían cambiado bastante, ¿por qué otro motivo sentiría celos cuando él se acercaba a otras chicas? ¿O por qué me preocupaba cuando él estaba mal y lucía decaído? Si eso no era amor, no sabía lo que era.
—Harry, mejor vístete o te enfermarás otra vez.
—Te pongo nerviosa, a que es eso.
—Ya quisieras —le contesté.
—Entonces, ¿por qué estás sonrojada? —me tomó la mano y comenzó a acariciar mis dedos, como siempre lo hacía cuando se sentía culpable.
—Porque te dije que fe gabama —oculté las últimas palabras detrás de un juego de letras. Harry besó mi mejilla y me volvió a abrazar.
—Yo también fe gamo, creo que eso ya lo sabes.
—Genial, entonces dime qué son esos papeles que tienes en la mochila.
(…)
Al otro día intenté calmarme, pero no pude. En el recreo salí rápido de la sala antes de que Mike me detuviera y fui a encarar a Sandy.
Ella estaba sentada en el jardín de la escuela con sus amigas. Caminé con seguridad hasta Sandy la golpeé en el ojo. Sus amigas comenzaron a gritar y alguien me agarró del brazo para alejarme.
—¿Qué estás haciendo, hanna?
Era Liam. Me apartó de Sandy que lloriqueaba en el suelo.
—Golpearla, ¿acaso no me ves? ¡Es una maldita!
Liam entrecerró los ojos, confundido. Claro, él no sabía nada de lo que me había contado Harry.
Sandy le envió esos papeles a Harry, pero no se quedó tranquila con eso, como yo supuse. Conversó con él y le dijo que la única razón por la que se quería casar conmigo era por el dinero de mis padres.
Harry repitió innumerables veces que él me amaba y que no lo hacía por conveniencia. Eso no era necesario decirlo, ya lo sabía desde hace mucho tiempo. Pero tampoco dejaría las cosas así, Sandy tenía que pagar por ser tan estúpida.
—Cálmate o crearás un alboroto —me dijo Liam. Le hice caso y me tranquilicé, Sandy no dejaba de llorar y podía notar como su ojos iba poniéndose morada.
Sonreí ante mi victoria. Que nunca más se le ocurriera volver a molestar a Harry o para la otra le quebraría los dientes.
Entonces sentí eso de nuevo. Aquel sentimiento de posesión y calidez en mi pecho que tuve cuando miré a Harry ayer leyendo su libro.
Definitivamente era amor. Y llegaba justo a tiempo para la boda de mañana.
(…)
Por la tarde Louis me llamó, estaba con Zayn y Niall al teléfono. Avisaron que irían a ver a Harry esa noche y que se lo llevarían por unas cuantas horas, pero que lo regresarían listo y presentable para la boda.
No supe lo que se tramaban, así que llamé a las chicas para idear un plan.
—Es una despedida de soltero, ¿Qué más podría ser? —señaló Fati. Fue como una iluminación, los chicos se lo llevarían de fiesta seguro a un club donde mujeres en poca ropa le bailarían por dinero.
No podía permitirlo.
—Entonces nosotras también tendremos una —les dije.
—¿En serio? Deja que llame a los bailarines y consiga algo de cerveza —Sol se puso de pie y comenzó a marcar un número en su celular.
—¡No, Sol! Iremos a espiarlos
—Ah, que aburrido
Reí ante su entusiasmo y las animé a que me acompañaran, pero ninguna quiso.
Al final terminé conduciendo sola por la autopista, de noche y perdida. Se habían llevado a Harry hace una hora, pero no me rendiría, lo encontraría y me lo llevaría de vuelta a casa aunque sea tirando de su oreja. Ahora que por fin me daba cuenta de que su plan para enamorarme había funcionado, no lo dejaría vagar por la ciudad con bailarinas desnudistas, mucho menos con Louis a su lado.
(…)
La música sonaba hasta destirparme los oídos, había varios escenarios individuales con caños y bailarinas por todos lados, eran exuberantes y estaban tan tapadas en maquillaje que eran irreconocibles.
No fue difícil encontrar a Harry, ebrio hasta más no poder saltaba al lado de Louis quien bailaba en un caño para su espectáculo personal. Era mejor que Louis le bailara a que lo hiciera otra. Pero estaban demasiado cerca y eso me ponía nerviosa.
Zayn estaba tirándole billetes a una chica que servía las cervezas, que se notaba a leguas que no era parte del show, pero eso no parecía importarle a Zayn, ya que seguía desparramando dinero. Niall bebía y bebía un vaso tras otro y Liam miraba todo con la cara adolorida. Él no podía beber, así que era obvio que estaba sobrio y se daba cuenta de las obscenidades que sucedían a su alrededor.
Me acerqué a ellos con paso seguro y apresurado, tenía que mostrarme seria para que Harry me hiciera caso.
Sin embargo, en el preciso momento en que estuve lo suficientemente cerca para agarrarlo del brazo y tirarlo para que dejara de hacer el ridículo, ocurrió lo más inexplicable y raro que haya visto o imaginado en mi vida.
Louis besó a Harry. Y Harry besó a Louis. Ambos se besaron.
Fue algo simple, casi un desliz por error, pero no pude evitar abrir los ojos y quedarme estática mirando la escena.
Debían estar muy, pero muy ebrios para besarse. Y se me ocurrió una brillante idea: las fotografías duraban para siempre.
Saqué mi celular y les tomé una adorable foto de su romance de una noche, se volvería loco mañana cuando se la mostrara.
Liam también lo miró y tenía la misma expresión que yo, diría que incluso más asustado. Se percató en mi presencia y se levantó hasta quedar a mi lado.
—Por favor, dime que vienes para llevarme lejos de este lugar —me gritó encima de la música.
Le guiñé el ojo como un gesto para que se tranquilizara y confiara en mí.
Si quería sacar a Harry de allí´, tendría que ponerme a trabajar de inmediato.
Me subí a la plataforma donde Louis y Harry bailaban (ya habían dejado de besarse, pero seguían muy juntos) y me puse al medio de los dos. Harry perdió el equilibrio al verme y cayó de espaldas al suelo, pero se puso de pie enseguida como si nunca se hubiese golpeado y se refregó los ojos repetidas veces mirándome.
—Hola, cariño ¿no te alegras de verme? —le dije cargada de sarcasmo.
—¡hanna, ¿qué haces aquí?! —gritó aún sin poderlo creer.
—¡Te vine a buscar, nos vamos ahora antes de que termines acostándote con Louis!
—¿Irme? La fiesta recién empieza, ven, baila conmigo —intentó sujetarme de la cintura, pero le di un empujón y cayó otra vez al suelo, sin embargo, esta vez no se puso de pie y que quedó allí. Se durmió tan rápido como cayó.
Con la ayuda de Liam sacamos a los chicos y los acomodamos en el auto. Procuré dejar bien separado a Louis de Harry, Rizos seguía dormido, pero Louis no y parecía que tenía energía para toda la noche.
Liam se fue de copiloto y me dijo que fue idea de Louis hacer una despedida de solteros. Mataría a Louis cuando estuviera sobrio.
Le dije que Liam que podía quedarse en mi casa, pero insistió en volver a la suya, así que le presté el auto en cuanto llegué a casa. Me despedí de él y le recordé que él sería el padrino de bodas junto con Abi, dijo que no había problemas, que ya lo sabía y que no podría olvidarlo.
Liam como padrino de bodas era una historia un poco confusa. Hace dos meses, Abi me había pedido ser la madrina, y como era mi prima le dije que sí. El problema era el padrino, ya que Abi no quería estar con Louis porque la haría reír sin parar en medio de la ceremonia, Sol se pondría celosa si lo era Zayn y Mike estaba descartado simplemente por ser Mike (y porque se pondrían a discutir por cualquier cosa). Niall recién se estaba adaptando a nosotros, además iría con Fati a la boda, así que el único que quedaba era Liam, y cuando se lo dije a Abi se negó rotundamente.
No le vi nada malo a Liam, no pelearía ni la haría reír y nadie se pondría celosa, pero Abi seguía negándose, hasta que Harry me dijo que tal vez a Abi le gustaba Liam y la ponía nerviosa ir con él.
Aún no se lo preguntaba, pero era una posibilidad. Y si yo había terminado enamorada de Harry después de ocho años, ¿por qué ella no de Liam?
Liam me ayudó a bajar a los chicos y después se marchó.
Mis amigas seguirían en mi habitación viendo películas o desordenando todo lo que encontraran. Dejé a Zayn y a Louis en el cuarto de huéspedes y ni siquiera me animé en limpiarlos o quitarles la ropa para que estuvieran más cómodos. Quería ver la cara con la que despertarían mañana. Y por supuesto, la resaca.
Harry fue otra cosa. A él lo arropé y le puse su pijama, estaba medio inconsciente cuando lo llevé a su cuarto, pero me pidió que por favor durmiera con él. Apestaba a alcohol y seguro intentaría algo en medio de la noche, sin mencionar que seguía algo conmocionada por verlo besar a Louis, pero accedí a su petición por cariño. Era mi última noche como soltera y tal vez debí haberla pasado sola en mi habitación para añorar la soledad y la independencia, pero preferí pasarlo con un Harry ebrio por una simple razón.
—Harry… —le susurré al oído cuando me acosté a su lado. Él se removió un poco y roncó. Creí que se había dormido, pero carraspeó y murmuró algo.
—Dime, hanna —dijo arrastrando las palabras.
—Yo no fe gamo —le dije. Eso lo hizo despertar de inmediato y mirarme con los ojos desorbitados, pero seguros.
—Pero tu dijiste que… que… —balbuceó.
Le sonreí y lo besé con cuidado, no me causó asco su estado, besar a Harry siempre era mágico.
—Ya sé lo que dije, pero te quiero aclarar que ya no fe gamo, sino que te amo —y eso pareció calmarlo, porque susurró algo como un “yo también” y por fin se durmió profundamente.
Yo no lo pude hacer hasta bien entrada la madrugada, en una cuantas horas más estaría casándome con el chico que tenía a mi lado y me ponía a pensar en todo lo que pasé durante ochos años, desde que lo vi llegar hasta el día que me dijo por primera vez que me amaba.
Me dormí con un solo pensamiento, que era afortunada de tener a Harry y que lo sería mucho más cuando sea mi esposo.
—
cami*smile*love*1D
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
Capítulo 16: Neverland
—¡Harry, sale de aquí, tú no puedes ver a la novia! —gritaba Maartu a todo lo que daban sus pulmones. Estaba estrangulando a Harry con la puerta para que saliera de mi habitación.
Era algo exagerada, aún llevaba puesto el pijama y ni siquiera me había lavado el rostro todavía, así que no tenía nada de especial como para que Maartu se volviera loca.
—Sólo quiero darle un beso de buenos días, Maartu —protestó él y asomó la cabeza por el umbral.
Mis amigas se reían de la pelea entre la hermana de Louis y Harry, pero yo me apiadé de él y fui hasta la puerta para que dejara tranquila a la podre Maartu que hoy estaba con los nervios de punta.
—¿Con un beso nos dejas tranquilas? —le pregunté.
Él sonrió de medio lado y asintió, así que hice a un lado a Maartu y besé a Harry en la mejilla.
—Espera, eso no vale —comenzó a reclamar.
—Nunca especificaste donde tenía que ser el beso, ahora vete o Maartu arrancara uno por uno tus amados rizos.
Le cerré la puerta en la cara y suspiré agotada, controlar la risa en un día como este sería difícil.
Maartu se puso a trabajar de inmediato, ordenó las cosas que utilizaría y mandó a mis amigas a llamar a la “estilista” que me prepararía. Era algo incómodo ser analizada desde todos los ángulos por Maartu como para que viniera otra persona a hacer lo mismo.
En diez minutos, Fati volvió con una mujer alta y delgada vestida en un traje con estampado de leopardo, me asustó que ella fuera mi estilista. Me asustó muchísimo.
Pero resultó que para vestir a otras personas no era tan mala. No cambió nada del vestido que elegimos y dijo que lo mejor sería maquillarme con una capa suave para no parecer payaso. Estuve de acuerdo con ella y le caí bien.
Me dijo que lo primero que teníamos que hacer era relajarme, que sabía que era un día muy especial para mí, pero que también sería estresante. Le dije que no estaba nerviosa, aunque solo lo dije para mentirme y mantener la cabeza sujeta al cuello durante el día. Mas la estilista era astuta y me obligó a tomar un baño de esencias florales.
Mientras me bañaba, me puse a pensar en la luna de miel. Sería un tema para cuando Harry y yo dijéramos el “sí”. Nos iríamos de viaje para las vacaciones de verano, quedaban tres semanas para salir de la escuela así que la espera tampoco sería muy extensa. De todas formas, sabía que tanto Harry como yo estábamos muy nerviosos con respecto a ese viaje y lo que sucedería allí, sería la máxima prueba de si es que este matrimonio funcionaría o no.
La boda sería a la puesta de sol, a pedido de Harry que decía que era elemental que fuera a esa hora. Como a mí no me había importando, le dejé hacer lo que quisiera, pero ahora me arrepentía. Estar toda la mañana siendo arreglada para unas cuantas horas era devastador, y el que Sol, Fati y Abi se burlaran de mí y los tubos que tenía en la cabeza para el peinado no era gratificante.
A las una bajamos a comer y nos encontramos con Harry y Anne que iban de un lado para otro hablando por celular. Anne se encargaría de que todo saliera de acuerdo el plan de Harry y Maartu de que nada se arruinara, mi madre debía estar arreglándose en su habitación y mi padre buscando el pastel. Todos tenían una tarea para la boda, excepto yo.
Cuando le comenté eso a Abi en el almuerzo, Harry alcanzó a escuchar y rechistó.
—Por supuesto que no puedes hacer nada, tu tarea es verte hermosa para mí y ser feliz por el resto de tu vida, no quiero abrumarte con los preparativos —me dijo robándome un beso y volviendo a la carrera interminable a través del celular.
Decidí hacerle caso y dejar de preocuparme, ya sería bastante difícil caminar con un vestido y un velo de metros de largo sin caerme y hacer el ridículo.
Entonces, ocurrió el primer desastre del día. Zayn y Louis despertaron.
Nadie los había visto en toda la mañana, y cuando salieron quejándose y con resaca del cuarto de huéspedes, asustaron al personal y los sacaron a escobazos de la casa. Después volvieron gritando que eran como miembros de la familia y si no hubiese sido por Holly que jugaba en el patio, no habrían conseguido entrar otra vez.
El segundo desastre fue cuando se les quitó la resaca y Louis recordó que no tenía pareja. Comenzó a lloriquear que nadie lo quería y que moriría solo y con todos los gatos que Harry adoptara mientras nosotros criábamos a nuestros hijos y nos olvidamos de él. Supuse que aún tenía un poco de alcohol en la sangre y unos cuantos litros acumulados en la cabeza. Maartu lo golpeó en la cabeza y le dijo que se comportara o no lo dejaría entrar a la boda.
—Yo te conseguiré pareja, pero deja de arruinar la boda de tus amigos —con eso se quedó más tranquilo y Harry le dejó que cuidara a Pelusa y yo a Nana hasta que se tuviera que ir a arreglar.
A las cuatro de la tarde reinó el caos e inició el tercer y último desastre: Prepararse para la boda.
La estilista se volvió loca y me vistió a la velocidad de la luz. Después me maquilló una y otra vez hasta que quedé como ella quería. Luego me peinó y como mi cabello no estaba de humor, se enredó y tuvieron que cortarlo unos centímetros para no sacármelo todo desde la raíz con el cepillo.
Y cuando veíamos por la ventana que el sol no tardaría en esconderse, nos pusimos en marcha y salimos de la casa al lugar que Harry y Maartu habían reservado.
No quedaba nadie allí a excepción de nosotras, Sol se había ido hace unos minutos para encontrarse con Zayn, que esperábamos estuviera más sobrio que Louis, Fati esperaría en la boda a Niall y Abi tenía que irse conmigo.
Cuando el auto se puso a andar, recién allí sentí aquella adrenalina que paraliza al cuerpo.
Estaba aterrada. Me iba a casar. Me iba a casar con Harry. Esta misma tarde. En unos cuantos minutos más.
¡Por Dios, iba a cometer una locura!
—¡Dejen que me baje! ¡No puedo casarme! ¡No puedo! —comencé a gritar en medio del tráfico y Maartu y Abi se asustaron. Me sostuvieron de los brazos para que no saltara del auto hacia la calle y me dijeron que debía tranquilizarme.
—Es normal que estés nerviosa, ya te lo dije en la mañana —me dijo Maartu.
Apoyé mi cabeza en el hombro de Abi y respiré pausadamente, tenía que mantener el control de mi misma o arruinaría mi propia boda.
No, no podía volverme loca. Lo haría por Harry, porque lo amaba.
Apenas sentí que el auto se detuvo, mi estómago se revolvió y mis piernas cedieron a la presión. No podía sostenerme de pie por más de diez segundos sin temblar.
Sin embargo, fue ver el lugar donde se realizaría la boda lo que me paralizó más que mis nervios.
Estábamos en un parque, eso era lo único que pude distinguir. Lo demás era como sacado de un lugar mágico y asombroso que sólo existía en mis sueños. Era Nunca Jamás.
Había un sendero bordeado con flores de todos los colores y otras flores artificiales pero muy grandes con brillantina y luces de neón en su interior. Había chicas disfrazadas de hadas, piratas, indios, y también unos niños de no más de diez años disfrazados de los niños perdidos.
Los “niños perdidos” me vieron y me guiaron por el sendero hasta que vi las sillas y las personas que se suponían eran los invitados. Todos miraban hacia adelante, donde en una plataforma que parecía sacado del más hermoso cuento de hadas se encontraba Harry.
Mi corazón se detuvo por unos segundos antes de asimilar todo lo que sucedía a mi alrededor.
Harry había transformado un parque en Nunca Jamás para nuestra boda y él se veía mucho más hermoso con ese traje negro y su corbatín que el día de su cumpleaños. Me sentí pequeña con ese estúpido vestido blanco ante los esfuerzos que él había hecho para que este día fuera inolvidable.
Los niños perdidos hicieron ruido y todos se voltearon hacia nosotros. Fue como ver a través de una neblina espesa y brillosa, ya que toda mi atención estaba centrada en la sonrisa de Harry al final del sendero.
Ni siquiera me había percatado de la orquesta que había a un costado de no ser porque iniciaron con la marcha nupcial en cuanto me vieron.
Quedé inmóvil, sabía que todos esperaban que caminara, pero no me atrevía. Aunque para Abi y Maartu no fue un problema, me empujaron y Abi me llevó prácticamente a rastras hasta el altar.
A medida que me acercaba, podía ver la sonrisa de Harry más ancha y el brillo de sus ojos se intensificaba. Noté que movía las manos y jugaba con los botones de la chaqueta, se hallaba tan nervioso como yo.
Así que verlo así me hizo despertar y recobrar el sentido y dejar de lado al miedo. Si me casaba era porque amaba a Harry y quería hacerlo feliz, por más años que me haya costado darme cuenta.
Di los últimos pasos con seguridad y me coloqué a su lado. Él me miro durante unos segundos antes de botar aire con fuerza por su nariz. Le dediqué una sonrisa y le di mi mano para tranquilizarlo.
La sostuvo durante toda la ceremonia. Creo que si me preguntasen que dijo el cura, no recordaría nada, y Harry tampoco. Estaba ocupado apretando mi mano a la espera de la gran pregunta.
Los minutos pasaron lentos, pero nada importaba porque me encontraba en la tierra soñada de mi infancia. No me cansaba de mirar todos los detalles que había en el lugar que lo transformaba en la replica de Nunca Jamás.
De pronto, la mano de Harry me cortó la circulación y volví a la realidad de golpe.
—Harry Syles, ¿Aceptas a Hanna como tu esposa para amarla y respetarla como lo haz hecho desde los ocho años hasta que ella deje de creer en las hadas?
Ahogué un grito de emoción. Era la pregunta perfecta, Harry había pensado en todo.
—¡Nooo, yo me opongo!
Y la felicidad se esfumó tan pronto como duró. Todos nos giramos a ver de quien se trataba y como pude adivinar, Louis venía a toda prisa a interponerse. No era la primera vez que experimentaba deseos asesinos contra él, pero esta vez habías sobrepasado el límite.
—¡Louis! —chillé al borde del llanto. No era justo que arruinara el momento más importante de mi vida.
—¡Yo me opongo, pero no de la forma en que ustedes creen! —todos quedamos con la duda reflejada en nuestros rostros. Louis se apresuró en explicar antes de que me lanzara sobre él para matarlo allí mismo—. Es que iba a decir que al cura le faltó decir “y cuidarla” después del “respetarla”, pero creo que es un detalle… que no debí mencionar… lo siento, continué por favor.
Tenía la boca abierta de indignación. Hundiría a Louis en cuanto la boda acabara. Iría a su casa cuando durmiera y lo cortaría en picadillo de zanahoria.
—Como decía… —prosiguió el cura—. ¿Aceptas?
—Sí, acepto —respondió Harry con una sonrisa y pude escuchar algunos suspiros entre los invitados.
—Hanna Albot, ¿aceptas a Harry para amarlo, respetarlo y “cuidarlo” —dijo, poniendo énfasis en la última palabra para que Louis no arruinara el momento otra vez— hasta el día en que decida de que odia a los gatos y a … ¿sus rizos?
Todos soltamos unas risas, incluido Harry. Harry me había ganado con los votos, pero el sentimiento era el mismo.
—Sí, acepto —le dije.
—Entonces los declaro marido y mujer… puede besar a la novia.
No tuvo que indicarnos más, Harry me sostuvo de la cintura y yo coloqué mis brazos alrededor de su cuello, y nos fundimos en el mejor beso que nos hayamos dado hasta la fecha. Sentir su cálido aliento y las oleadas de mariposas que chocaban contra mi estómago fue la mejor sensación del mundo. La suavidad de sus labios y la delicadeza con la que me besó hicieron que finalmente mis piernas flaquearan y pusiera todo mi peso sobre sus brazos para que me sostuviera.
Cuando nos separamos, recordé todo lo que tuve que pasar para llegar hasta ese momento de plenitud y me di cuenta de que valió la pena todo aquello, desde el día en que llegó como el hijo de la nueva niñera, como cuando hicimos la audición para Romeo y Julieta y nos besamos por primera vez, o cuando nos emborrachamos en el campamento o para el día de su cumpleaños donde dio inició su plan para enamorarme.
En ese instante, cuando vimos a todos que se ponían de pie para felicitarnos, supe que no hubiese sentido todo esto con ningún otro chico, porque Harry estaba destinado para mí y yo para él, y no podía estar más feliz y orgullosa de decir que desde ese día mi nombre era Hanna Styles.
—
—¡Harry, sale de aquí, tú no puedes ver a la novia! —gritaba Maartu a todo lo que daban sus pulmones. Estaba estrangulando a Harry con la puerta para que saliera de mi habitación.
Era algo exagerada, aún llevaba puesto el pijama y ni siquiera me había lavado el rostro todavía, así que no tenía nada de especial como para que Maartu se volviera loca.
—Sólo quiero darle un beso de buenos días, Maartu —protestó él y asomó la cabeza por el umbral.
Mis amigas se reían de la pelea entre la hermana de Louis y Harry, pero yo me apiadé de él y fui hasta la puerta para que dejara tranquila a la podre Maartu que hoy estaba con los nervios de punta.
—¿Con un beso nos dejas tranquilas? —le pregunté.
Él sonrió de medio lado y asintió, así que hice a un lado a Maartu y besé a Harry en la mejilla.
—Espera, eso no vale —comenzó a reclamar.
—Nunca especificaste donde tenía que ser el beso, ahora vete o Maartu arrancara uno por uno tus amados rizos.
Le cerré la puerta en la cara y suspiré agotada, controlar la risa en un día como este sería difícil.
Maartu se puso a trabajar de inmediato, ordenó las cosas que utilizaría y mandó a mis amigas a llamar a la “estilista” que me prepararía. Era algo incómodo ser analizada desde todos los ángulos por Maartu como para que viniera otra persona a hacer lo mismo.
En diez minutos, Fati volvió con una mujer alta y delgada vestida en un traje con estampado de leopardo, me asustó que ella fuera mi estilista. Me asustó muchísimo.
Pero resultó que para vestir a otras personas no era tan mala. No cambió nada del vestido que elegimos y dijo que lo mejor sería maquillarme con una capa suave para no parecer payaso. Estuve de acuerdo con ella y le caí bien.
Me dijo que lo primero que teníamos que hacer era relajarme, que sabía que era un día muy especial para mí, pero que también sería estresante. Le dije que no estaba nerviosa, aunque solo lo dije para mentirme y mantener la cabeza sujeta al cuello durante el día. Mas la estilista era astuta y me obligó a tomar un baño de esencias florales.
Mientras me bañaba, me puse a pensar en la luna de miel. Sería un tema para cuando Harry y yo dijéramos el “sí”. Nos iríamos de viaje para las vacaciones de verano, quedaban tres semanas para salir de la escuela así que la espera tampoco sería muy extensa. De todas formas, sabía que tanto Harry como yo estábamos muy nerviosos con respecto a ese viaje y lo que sucedería allí, sería la máxima prueba de si es que este matrimonio funcionaría o no.
La boda sería a la puesta de sol, a pedido de Harry que decía que era elemental que fuera a esa hora. Como a mí no me había importando, le dejé hacer lo que quisiera, pero ahora me arrepentía. Estar toda la mañana siendo arreglada para unas cuantas horas era devastador, y el que Sol, Fati y Abi se burlaran de mí y los tubos que tenía en la cabeza para el peinado no era gratificante.
A las una bajamos a comer y nos encontramos con Harry y Anne que iban de un lado para otro hablando por celular. Anne se encargaría de que todo saliera de acuerdo el plan de Harry y Maartu de que nada se arruinara, mi madre debía estar arreglándose en su habitación y mi padre buscando el pastel. Todos tenían una tarea para la boda, excepto yo.
Cuando le comenté eso a Abi en el almuerzo, Harry alcanzó a escuchar y rechistó.
—Por supuesto que no puedes hacer nada, tu tarea es verte hermosa para mí y ser feliz por el resto de tu vida, no quiero abrumarte con los preparativos —me dijo robándome un beso y volviendo a la carrera interminable a través del celular.
Decidí hacerle caso y dejar de preocuparme, ya sería bastante difícil caminar con un vestido y un velo de metros de largo sin caerme y hacer el ridículo.
Entonces, ocurrió el primer desastre del día. Zayn y Louis despertaron.
Nadie los había visto en toda la mañana, y cuando salieron quejándose y con resaca del cuarto de huéspedes, asustaron al personal y los sacaron a escobazos de la casa. Después volvieron gritando que eran como miembros de la familia y si no hubiese sido por Holly que jugaba en el patio, no habrían conseguido entrar otra vez.
El segundo desastre fue cuando se les quitó la resaca y Louis recordó que no tenía pareja. Comenzó a lloriquear que nadie lo quería y que moriría solo y con todos los gatos que Harry adoptara mientras nosotros criábamos a nuestros hijos y nos olvidamos de él. Supuse que aún tenía un poco de alcohol en la sangre y unos cuantos litros acumulados en la cabeza. Maartu lo golpeó en la cabeza y le dijo que se comportara o no lo dejaría entrar a la boda.
—Yo te conseguiré pareja, pero deja de arruinar la boda de tus amigos —con eso se quedó más tranquilo y Harry le dejó que cuidara a Pelusa y yo a Nana hasta que se tuviera que ir a arreglar.
A las cuatro de la tarde reinó el caos e inició el tercer y último desastre: Prepararse para la boda.
La estilista se volvió loca y me vistió a la velocidad de la luz. Después me maquilló una y otra vez hasta que quedé como ella quería. Luego me peinó y como mi cabello no estaba de humor, se enredó y tuvieron que cortarlo unos centímetros para no sacármelo todo desde la raíz con el cepillo.
Y cuando veíamos por la ventana que el sol no tardaría en esconderse, nos pusimos en marcha y salimos de la casa al lugar que Harry y Maartu habían reservado.
No quedaba nadie allí a excepción de nosotras, Sol se había ido hace unos minutos para encontrarse con Zayn, que esperábamos estuviera más sobrio que Louis, Fati esperaría en la boda a Niall y Abi tenía que irse conmigo.
Cuando el auto se puso a andar, recién allí sentí aquella adrenalina que paraliza al cuerpo.
Estaba aterrada. Me iba a casar. Me iba a casar con Harry. Esta misma tarde. En unos cuantos minutos más.
¡Por Dios, iba a cometer una locura!
—¡Dejen que me baje! ¡No puedo casarme! ¡No puedo! —comencé a gritar en medio del tráfico y Maartu y Abi se asustaron. Me sostuvieron de los brazos para que no saltara del auto hacia la calle y me dijeron que debía tranquilizarme.
—Es normal que estés nerviosa, ya te lo dije en la mañana —me dijo Maartu.
Apoyé mi cabeza en el hombro de Abi y respiré pausadamente, tenía que mantener el control de mi misma o arruinaría mi propia boda.
No, no podía volverme loca. Lo haría por Harry, porque lo amaba.
Apenas sentí que el auto se detuvo, mi estómago se revolvió y mis piernas cedieron a la presión. No podía sostenerme de pie por más de diez segundos sin temblar.
Sin embargo, fue ver el lugar donde se realizaría la boda lo que me paralizó más que mis nervios.
Estábamos en un parque, eso era lo único que pude distinguir. Lo demás era como sacado de un lugar mágico y asombroso que sólo existía en mis sueños. Era Nunca Jamás.
Había un sendero bordeado con flores de todos los colores y otras flores artificiales pero muy grandes con brillantina y luces de neón en su interior. Había chicas disfrazadas de hadas, piratas, indios, y también unos niños de no más de diez años disfrazados de los niños perdidos.
Los “niños perdidos” me vieron y me guiaron por el sendero hasta que vi las sillas y las personas que se suponían eran los invitados. Todos miraban hacia adelante, donde en una plataforma que parecía sacado del más hermoso cuento de hadas se encontraba Harry.
Mi corazón se detuvo por unos segundos antes de asimilar todo lo que sucedía a mi alrededor.
Harry había transformado un parque en Nunca Jamás para nuestra boda y él se veía mucho más hermoso con ese traje negro y su corbatín que el día de su cumpleaños. Me sentí pequeña con ese estúpido vestido blanco ante los esfuerzos que él había hecho para que este día fuera inolvidable.
Los niños perdidos hicieron ruido y todos se voltearon hacia nosotros. Fue como ver a través de una neblina espesa y brillosa, ya que toda mi atención estaba centrada en la sonrisa de Harry al final del sendero.
Ni siquiera me había percatado de la orquesta que había a un costado de no ser porque iniciaron con la marcha nupcial en cuanto me vieron.
Quedé inmóvil, sabía que todos esperaban que caminara, pero no me atrevía. Aunque para Abi y Maartu no fue un problema, me empujaron y Abi me llevó prácticamente a rastras hasta el altar.
A medida que me acercaba, podía ver la sonrisa de Harry más ancha y el brillo de sus ojos se intensificaba. Noté que movía las manos y jugaba con los botones de la chaqueta, se hallaba tan nervioso como yo.
Así que verlo así me hizo despertar y recobrar el sentido y dejar de lado al miedo. Si me casaba era porque amaba a Harry y quería hacerlo feliz, por más años que me haya costado darme cuenta.
Di los últimos pasos con seguridad y me coloqué a su lado. Él me miro durante unos segundos antes de botar aire con fuerza por su nariz. Le dediqué una sonrisa y le di mi mano para tranquilizarlo.
La sostuvo durante toda la ceremonia. Creo que si me preguntasen que dijo el cura, no recordaría nada, y Harry tampoco. Estaba ocupado apretando mi mano a la espera de la gran pregunta.
Los minutos pasaron lentos, pero nada importaba porque me encontraba en la tierra soñada de mi infancia. No me cansaba de mirar todos los detalles que había en el lugar que lo transformaba en la replica de Nunca Jamás.
De pronto, la mano de Harry me cortó la circulación y volví a la realidad de golpe.
—Harry Syles, ¿Aceptas a Hanna como tu esposa para amarla y respetarla como lo haz hecho desde los ocho años hasta que ella deje de creer en las hadas?
Ahogué un grito de emoción. Era la pregunta perfecta, Harry había pensado en todo.
—¡Nooo, yo me opongo!
Y la felicidad se esfumó tan pronto como duró. Todos nos giramos a ver de quien se trataba y como pude adivinar, Louis venía a toda prisa a interponerse. No era la primera vez que experimentaba deseos asesinos contra él, pero esta vez habías sobrepasado el límite.
—¡Louis! —chillé al borde del llanto. No era justo que arruinara el momento más importante de mi vida.
—¡Yo me opongo, pero no de la forma en que ustedes creen! —todos quedamos con la duda reflejada en nuestros rostros. Louis se apresuró en explicar antes de que me lanzara sobre él para matarlo allí mismo—. Es que iba a decir que al cura le faltó decir “y cuidarla” después del “respetarla”, pero creo que es un detalle… que no debí mencionar… lo siento, continué por favor.
Tenía la boca abierta de indignación. Hundiría a Louis en cuanto la boda acabara. Iría a su casa cuando durmiera y lo cortaría en picadillo de zanahoria.
—Como decía… —prosiguió el cura—. ¿Aceptas?
—Sí, acepto —respondió Harry con una sonrisa y pude escuchar algunos suspiros entre los invitados.
—Hanna Albot, ¿aceptas a Harry para amarlo, respetarlo y “cuidarlo” —dijo, poniendo énfasis en la última palabra para que Louis no arruinara el momento otra vez— hasta el día en que decida de que odia a los gatos y a … ¿sus rizos?
Todos soltamos unas risas, incluido Harry. Harry me había ganado con los votos, pero el sentimiento era el mismo.
—Sí, acepto —le dije.
—Entonces los declaro marido y mujer… puede besar a la novia.
No tuvo que indicarnos más, Harry me sostuvo de la cintura y yo coloqué mis brazos alrededor de su cuello, y nos fundimos en el mejor beso que nos hayamos dado hasta la fecha. Sentir su cálido aliento y las oleadas de mariposas que chocaban contra mi estómago fue la mejor sensación del mundo. La suavidad de sus labios y la delicadeza con la que me besó hicieron que finalmente mis piernas flaquearan y pusiera todo mi peso sobre sus brazos para que me sostuviera.
Cuando nos separamos, recordé todo lo que tuve que pasar para llegar hasta ese momento de plenitud y me di cuenta de que valió la pena todo aquello, desde el día en que llegó como el hijo de la nueva niñera, como cuando hicimos la audición para Romeo y Julieta y nos besamos por primera vez, o cuando nos emborrachamos en el campamento o para el día de su cumpleaños donde dio inició su plan para enamorarme.
En ese instante, cuando vimos a todos que se ponían de pie para felicitarnos, supe que no hubiese sentido todo esto con ningún otro chico, porque Harry estaba destinado para mí y yo para él, y no podía estar más feliz y orgullosa de decir que desde ese día mi nombre era Hanna Styles.
—
cami*smile*love*1D
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
Capítulo 17: Secuencia de desastres
Harry
Acaricié la mano de Hanna. Ahora no lo hacía porque quisiera pedirle perdón, como acostumbré todos estos años, sino que lo hice para que supiera que estaba allí con ella, a su lado y que desde este día no la abandonaría.
—Harry, no te duermas con el traje puesto —me dijo Hanna cuando me acosté en “nuestra” cama. Veía las cosas como si estuvieran cubiertas de una neblina brillante y espumosa, lo único que distinguía era lo bella que seguía luciendo ella a pesar de estar cansada por un día tan agotador como nuestra boda.
El alcohol se me subió a la cabeza enseguida, deseaba tenerla entre mis brazos cuanto antes, de verdad la deseaba. Pero reprimí mis impulsos y mantuve el poco autocontrol que me quedaba para quitarme el traje y ponerme el pijama.
—Por Dios, estás tan ebrio. Juraba que volverías a besar a Louis —no entendí de qué estaba hablando, ¿yo besar a Louis? Él me besó a mí.
—Soy irresistible, lo siento —rio conmigo y se quitó el vestido frente a mis ojos. Quedó en ropa interior y abrí los ojos antes la confianza que teníamos de pronto.
Ella se dio cuenta e hizo una mueca.
—Ya estamos casados, es legal. Además no es la primera vez que me ves así, si mal no recuerdo: estuvimos desnudos en esta habitación hace un tiempo —me perdí en ese glorioso momento. Aún sentía los nervios a flor de piel y las imágenes eran tan nítidas dentro de mi cabeza por culpa del alcohol, que me quedé imaginando y recordando lo que pasó y lo que pudo haber pasado.
—No seas un pervertido, Rizos —hanna me lanzó una almohada al darse cuenta de lo que pasaba por mi mente. Me reí y la invité a acostarse a mi lado.
—Disculpa, pero ahora “es legal” —le respondí con sus propias palabras.
(…)
Al otro día, mi cabeza era una bomba de tiempo. Beber dos noches seguidas no era lo más recomendable, pero se me quitó todo el dolor –o me obligué a dejar de quejarme- cuando no vi a hanna a mi lado.
¿Había sido un sueño?
Oh no, ¿y si soñé todo? ¿Si soñé que finalmente me había confesado y que nos casamos? No podría seguir viviendo así.
—¡Harry, es el día! —exclamó alguien. Era la voz de Holly, que entró deprisa a mi habitación con los ojos tapados por su mano y se puso a dar saltos en el umbral.
—¿De qué día me hablas? —le pregunté asustado.
—¡Del cumpleaños! —gritó. Y mi vida se vino abajo. Todo había sido un sueño. Jamás besé a hanna, jamás me confesé, jamás nos casamos.
Froté mis ojos, arruinado como estaba no quería celebrar mi cumpleaños otra vez. No sería capaz de confesarme en la vida real. Por supuesto que todo había salido de las mil maravillas y me había casado con hanna, todo porque lo soñé.
—Holly, no estoy de ánimos —le dije abatido. Sólo quería quedarme acostado hasta que me consumiera en mi miseria y muriera.
—Pero hanna te está esperando con el desayuno listo, se enojará mucho si sabe que no quieres celebrar su cumpleaños.
Me levanté de golpe.
—¿Su cumpleaños? —susurré.
—¡Lo olvidaste! Te va a matar. Estaba muy emocionada de que la boda fuera un día antes de su cumpleaños.
¡Claro! Era el cumpleaños de hanna, lo había olvidado por una milésima de segundo por culpa de la resaca y los preparativos de la boda. Ella tenía todo el derecho de matarme.
Pero si mis dieciocho ya pasaron, eso significaba que en realidad me había casado con ella, y que esto era la realidad y que pasaría el resto de mi vida con hanna.
—De acuerdo, dile que bajo en cinco minutos.
Holly se fue algo confundida, pero no le di importancia.
Dios, estaba casado. Miré mi mano y en efecto, ahí estaba el anillo que confirmaba mis deseos. No podía estar más feliz.
Me vestí rápido, pero ordenado, no quería causarle una mala impresión a “mi esposa” en nuestro primer día como matrimonio. Pero me detuve en seguida, no le tenía un regalo. Era un idiota, ¿cómo se me había olvidado esta fecha? Al menos no podría asesinarme hasta mañana, nuestros cumpleaños seguían siendo días de tregua.
—Hasta que al fin te decidiste en bajar. Tus ronquidos ya me estaban poniendo nerviosa —me dijo en cuanto me vio entrar el comedor. Estaba sola sentada frente a la mesa y un millar de comida en abundancia—. Mis padres siguen durmiendo y los chicos están tirados por allí en el jardín durmiendo después de que siguieron la fiesta aquí.
No escuché nada de lo que dijo, en parte porque el dolor de cabeza no me dejaba entender nada con demasiadas palabras y porque estaba concentrado observando como se movían sus labios.
—Feliz cumpleaños… —le dije. Ella sonrió y bajó la mirada avergonzada. No podía creer lo mucho que amaba a esa chica.
—Ven a desayunar conmigo, hay comida como para un ejército.
Me senté a su lado y comimos mientras bromeábamos de lo mal que amanecerían los demás.
—Espero que Nana les orine encima —dijo entre risas.
—Y que Asesino los rasguñe.
—Su nombre es Esponjoso —reclamó mientras mascaba su tostada.
—Como digas —le dije haciendo un gesto de inferencia con la mano. No cambiaría de parecer, esa bola peluda y tierna con patas que me regaló parecía un asesino de cortinas.
No mencionó nada de un regalo, pero sabía que lo estaba esperando y que yo no tenía ninguno. Así que me puse a pensar en una buena idea en lo que terminaba mi café.
—Apresúrate —la interrumpí de pronto. Ya tenía el regalo.
—¿Por qué?
—Porque hoy tendremos una cita —en mi memoria no tenía ninguna cita de los dos, solos, sin los chicos ni interrupciones rubias que intentaran quitarme a mi esposa y que después se enamoraran de su mejor amiga –cof, cof, Niall, cof, cof-, así que este sería el día perfecto. Sin mencionar que nadie se encontraba en una buena situación como para acompañarnos.
Salimos de prisa, antes de que los demás despertaran. Nos subimos al auto y le pedí a hanna que me dejara conducir a mí esta vez, sería su chofer por el día.
—No, gracias. No quiero morir el día después de mi boda —me dijo. Pero yo refunfuñé y la empujé al asiento de copiloto. Había mejorado bastante, así que no corríamos peligro de morir. Todavía.
hanna fue aferrada al cinturón de seguridad todo el trayecto, seguro aún no olvidaba que había atropellado a Sparks, por lo que fui lento para no asustarla.
Primero la llevaría al cine, después pasearíamos por el parque y terminaríamos con una cena romántica en algún restaurant.
Pero a penar llegamos al cine, vimos una fila para comprar las entradas.
Estuvimos de pie esperando alrededor de media hora y cuando fue nuestro turno, sólo quedaban funciones para una película alemana y otra francesa. Elegimos la francesa y compramos palomitas, aunque la vendedora se confundió y nos dio saladas y en vez de gaseosas nos dio jugo.
Mientras veíamos la película, ninguno dijo nada acerca de lo aburrida que era. Tampoco de lo mal que sabían las palomitas o de lo ácido que estaba el jugo. Nos limitamos a quedarnos en silencio y disfrutar de la compañía del otro, de todas formas, hubiese sido peor quedarse en casa a escuchar como Louis le gritaba mitad borracho a todo el mundo, y como le decía a todos que amaba a Carelli, ella era alta morena con el cabello largo ondulado y castaño, la pareja que Maartu le consiguió y con la cual se llevaron de las mil maravillas nada más verse. Su juego favorito en la boda fue “avergoncemos a Harry frente a hanna”.
Sin embargo, de la nada comencé a oler algo fuerte, como a cosas quemadas, y un guardia entró agitado gritando:
—¡Hay un incendio, por favor, salgan de la sala! —cortaron la película y le di la mano a hanna para que no nos perdiéramos.
Así que la cita en el cine no había resultado como lo planeé. Aunque aún me quedaban dos alternativas.
La llevé hasta el parque más cercano y le dije que podíamos caminar.
—Claro, pero no nos alejemos demasiado —no entendí porque pidió eso, estaríamos bien, conocía este lugar como la palma de mi mano. Pero no fue cosa de ir por la mitad del parque y donde las cosas parecían ir bien, cuando se desató una lluvia de improvisto que nos empapó sin piedad. Corrimos para refugiarnos en algún lugar con techo y que estuviera seco, pero toda la gente corría también para protegerse. Se me había olvidado que en Inglaterra llovía la mayoría del año.
Así que pasé a la alternativa tres. Una cena romántica.
Pero no encontramos ningún sitio, ya que todos se refugiaban allí por la lluvia o necesitábamos reservación.
Al final, entramos a un McDonalds y compramos dos cajitas felices.
Nos sentamos en un rincón apartado de los gritos de los niños que corrían de un lado a otro jugando y molestando a sus padres.
—Creo que no fue buena idea salir —le dije.
—No estuvo tan mal, me divertí corriendo —contestó mientras le daba la primera mordida a su hamburguesa. Sonreí por inercia y agradecí que no estuviera enojada conmigo.
—De todas formas arruiné nuestro primer día como casados y tu cumpleaños.
Se quedó en silencio unos minutos y de repente, se levantó.
—¿A dónde vas?
—Vamos, allí hay juegos y un tobogán, mostrémosles a esto niños como divertirse al estilo de los 90’.
Me levanté para acompañarla y aproveché de tomarla de la cintura y besarla. Inmortalicé ese momento en mi memoria, de lo bien que olía su cabello y lo suave que eran sus labios, también la manera en que se afirmó de mis hombros cuando se le acabó el aire y la tierna y tímida sonrisa que tenía bajo el beso cuando nos separamos.
—Cuando terminemos de jugar, vayamos a casa, fue un día agotador —me pidió. Yo asentí y caminamos hasta los juegos, pero me detuve al recordar algo.
—Espera un segundo…
—¿Qué sucede, Harry?
—Olvidé donde estacioné el auto.
Harry
Acaricié la mano de Hanna. Ahora no lo hacía porque quisiera pedirle perdón, como acostumbré todos estos años, sino que lo hice para que supiera que estaba allí con ella, a su lado y que desde este día no la abandonaría.
—Harry, no te duermas con el traje puesto —me dijo Hanna cuando me acosté en “nuestra” cama. Veía las cosas como si estuvieran cubiertas de una neblina brillante y espumosa, lo único que distinguía era lo bella que seguía luciendo ella a pesar de estar cansada por un día tan agotador como nuestra boda.
El alcohol se me subió a la cabeza enseguida, deseaba tenerla entre mis brazos cuanto antes, de verdad la deseaba. Pero reprimí mis impulsos y mantuve el poco autocontrol que me quedaba para quitarme el traje y ponerme el pijama.
—Por Dios, estás tan ebrio. Juraba que volverías a besar a Louis —no entendí de qué estaba hablando, ¿yo besar a Louis? Él me besó a mí.
—Soy irresistible, lo siento —rio conmigo y se quitó el vestido frente a mis ojos. Quedó en ropa interior y abrí los ojos antes la confianza que teníamos de pronto.
Ella se dio cuenta e hizo una mueca.
—Ya estamos casados, es legal. Además no es la primera vez que me ves así, si mal no recuerdo: estuvimos desnudos en esta habitación hace un tiempo —me perdí en ese glorioso momento. Aún sentía los nervios a flor de piel y las imágenes eran tan nítidas dentro de mi cabeza por culpa del alcohol, que me quedé imaginando y recordando lo que pasó y lo que pudo haber pasado.
—No seas un pervertido, Rizos —hanna me lanzó una almohada al darse cuenta de lo que pasaba por mi mente. Me reí y la invité a acostarse a mi lado.
—Disculpa, pero ahora “es legal” —le respondí con sus propias palabras.
(…)
Al otro día, mi cabeza era una bomba de tiempo. Beber dos noches seguidas no era lo más recomendable, pero se me quitó todo el dolor –o me obligué a dejar de quejarme- cuando no vi a hanna a mi lado.
¿Había sido un sueño?
Oh no, ¿y si soñé todo? ¿Si soñé que finalmente me había confesado y que nos casamos? No podría seguir viviendo así.
—¡Harry, es el día! —exclamó alguien. Era la voz de Holly, que entró deprisa a mi habitación con los ojos tapados por su mano y se puso a dar saltos en el umbral.
—¿De qué día me hablas? —le pregunté asustado.
—¡Del cumpleaños! —gritó. Y mi vida se vino abajo. Todo había sido un sueño. Jamás besé a hanna, jamás me confesé, jamás nos casamos.
Froté mis ojos, arruinado como estaba no quería celebrar mi cumpleaños otra vez. No sería capaz de confesarme en la vida real. Por supuesto que todo había salido de las mil maravillas y me había casado con hanna, todo porque lo soñé.
—Holly, no estoy de ánimos —le dije abatido. Sólo quería quedarme acostado hasta que me consumiera en mi miseria y muriera.
—Pero hanna te está esperando con el desayuno listo, se enojará mucho si sabe que no quieres celebrar su cumpleaños.
Me levanté de golpe.
—¿Su cumpleaños? —susurré.
—¡Lo olvidaste! Te va a matar. Estaba muy emocionada de que la boda fuera un día antes de su cumpleaños.
¡Claro! Era el cumpleaños de hanna, lo había olvidado por una milésima de segundo por culpa de la resaca y los preparativos de la boda. Ella tenía todo el derecho de matarme.
Pero si mis dieciocho ya pasaron, eso significaba que en realidad me había casado con ella, y que esto era la realidad y que pasaría el resto de mi vida con hanna.
—De acuerdo, dile que bajo en cinco minutos.
Holly se fue algo confundida, pero no le di importancia.
Dios, estaba casado. Miré mi mano y en efecto, ahí estaba el anillo que confirmaba mis deseos. No podía estar más feliz.
Me vestí rápido, pero ordenado, no quería causarle una mala impresión a “mi esposa” en nuestro primer día como matrimonio. Pero me detuve en seguida, no le tenía un regalo. Era un idiota, ¿cómo se me había olvidado esta fecha? Al menos no podría asesinarme hasta mañana, nuestros cumpleaños seguían siendo días de tregua.
—Hasta que al fin te decidiste en bajar. Tus ronquidos ya me estaban poniendo nerviosa —me dijo en cuanto me vio entrar el comedor. Estaba sola sentada frente a la mesa y un millar de comida en abundancia—. Mis padres siguen durmiendo y los chicos están tirados por allí en el jardín durmiendo después de que siguieron la fiesta aquí.
No escuché nada de lo que dijo, en parte porque el dolor de cabeza no me dejaba entender nada con demasiadas palabras y porque estaba concentrado observando como se movían sus labios.
—Feliz cumpleaños… —le dije. Ella sonrió y bajó la mirada avergonzada. No podía creer lo mucho que amaba a esa chica.
—Ven a desayunar conmigo, hay comida como para un ejército.
Me senté a su lado y comimos mientras bromeábamos de lo mal que amanecerían los demás.
—Espero que Nana les orine encima —dijo entre risas.
—Y que Asesino los rasguñe.
—Su nombre es Esponjoso —reclamó mientras mascaba su tostada.
—Como digas —le dije haciendo un gesto de inferencia con la mano. No cambiaría de parecer, esa bola peluda y tierna con patas que me regaló parecía un asesino de cortinas.
No mencionó nada de un regalo, pero sabía que lo estaba esperando y que yo no tenía ninguno. Así que me puse a pensar en una buena idea en lo que terminaba mi café.
—Apresúrate —la interrumpí de pronto. Ya tenía el regalo.
—¿Por qué?
—Porque hoy tendremos una cita —en mi memoria no tenía ninguna cita de los dos, solos, sin los chicos ni interrupciones rubias que intentaran quitarme a mi esposa y que después se enamoraran de su mejor amiga –cof, cof, Niall, cof, cof-, así que este sería el día perfecto. Sin mencionar que nadie se encontraba en una buena situación como para acompañarnos.
Salimos de prisa, antes de que los demás despertaran. Nos subimos al auto y le pedí a hanna que me dejara conducir a mí esta vez, sería su chofer por el día.
—No, gracias. No quiero morir el día después de mi boda —me dijo. Pero yo refunfuñé y la empujé al asiento de copiloto. Había mejorado bastante, así que no corríamos peligro de morir. Todavía.
hanna fue aferrada al cinturón de seguridad todo el trayecto, seguro aún no olvidaba que había atropellado a Sparks, por lo que fui lento para no asustarla.
Primero la llevaría al cine, después pasearíamos por el parque y terminaríamos con una cena romántica en algún restaurant.
Pero a penar llegamos al cine, vimos una fila para comprar las entradas.
Estuvimos de pie esperando alrededor de media hora y cuando fue nuestro turno, sólo quedaban funciones para una película alemana y otra francesa. Elegimos la francesa y compramos palomitas, aunque la vendedora se confundió y nos dio saladas y en vez de gaseosas nos dio jugo.
Mientras veíamos la película, ninguno dijo nada acerca de lo aburrida que era. Tampoco de lo mal que sabían las palomitas o de lo ácido que estaba el jugo. Nos limitamos a quedarnos en silencio y disfrutar de la compañía del otro, de todas formas, hubiese sido peor quedarse en casa a escuchar como Louis le gritaba mitad borracho a todo el mundo, y como le decía a todos que amaba a Carelli, ella era alta morena con el cabello largo ondulado y castaño, la pareja que Maartu le consiguió y con la cual se llevaron de las mil maravillas nada más verse. Su juego favorito en la boda fue “avergoncemos a Harry frente a hanna”.
Sin embargo, de la nada comencé a oler algo fuerte, como a cosas quemadas, y un guardia entró agitado gritando:
—¡Hay un incendio, por favor, salgan de la sala! —cortaron la película y le di la mano a hanna para que no nos perdiéramos.
Así que la cita en el cine no había resultado como lo planeé. Aunque aún me quedaban dos alternativas.
La llevé hasta el parque más cercano y le dije que podíamos caminar.
—Claro, pero no nos alejemos demasiado —no entendí porque pidió eso, estaríamos bien, conocía este lugar como la palma de mi mano. Pero no fue cosa de ir por la mitad del parque y donde las cosas parecían ir bien, cuando se desató una lluvia de improvisto que nos empapó sin piedad. Corrimos para refugiarnos en algún lugar con techo y que estuviera seco, pero toda la gente corría también para protegerse. Se me había olvidado que en Inglaterra llovía la mayoría del año.
Así que pasé a la alternativa tres. Una cena romántica.
Pero no encontramos ningún sitio, ya que todos se refugiaban allí por la lluvia o necesitábamos reservación.
Al final, entramos a un McDonalds y compramos dos cajitas felices.
Nos sentamos en un rincón apartado de los gritos de los niños que corrían de un lado a otro jugando y molestando a sus padres.
—Creo que no fue buena idea salir —le dije.
—No estuvo tan mal, me divertí corriendo —contestó mientras le daba la primera mordida a su hamburguesa. Sonreí por inercia y agradecí que no estuviera enojada conmigo.
—De todas formas arruiné nuestro primer día como casados y tu cumpleaños.
Se quedó en silencio unos minutos y de repente, se levantó.
—¿A dónde vas?
—Vamos, allí hay juegos y un tobogán, mostrémosles a esto niños como divertirse al estilo de los 90’.
Me levanté para acompañarla y aproveché de tomarla de la cintura y besarla. Inmortalicé ese momento en mi memoria, de lo bien que olía su cabello y lo suave que eran sus labios, también la manera en que se afirmó de mis hombros cuando se le acabó el aire y la tierna y tímida sonrisa que tenía bajo el beso cuando nos separamos.
—Cuando terminemos de jugar, vayamos a casa, fue un día agotador —me pidió. Yo asentí y caminamos hasta los juegos, pero me detuve al recordar algo.
—Espera un segundo…
—¿Qué sucede, Harry?
—Olvidé donde estacioné el auto.
cami*smile*love*1D
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
ya la segui !! besitosss xxMichDirectioner escribió:oh por dios me encanto!!!!
estuvo geeniial tienes que seguirla lo mas pronto que puedas... :)
besos xoxo
cami*smile*love*1D
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
jajajajaja graciassss besitosss xxxxMichDirectioner escribió:tienes que hacer otro maraton mas laaaaargo! jajaja ok no sube cuando puedas pero esquee tu novela es como una droga... tan Adictiva jajaja sube cuando puedas :)
cami*smile*love*1D
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
jajaja graciassss y perdon por no subir antes besitosss!Elizabeth de Tomlinson escribió:Me ecantooooo! Bien por Hanna! :3 Siguela hermosa! :)
cami*smile*love*1D
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
casi muero de un susto cuando harry creyo que era un sueño!! me encantooo! y creeo que a harry se le subio el amor a la cabeza jajaja como pudo olvidar donde dejo el auto se supone que en el cine no??
jajaja tienes que seguirla pronto hermosa esta novela es una de mis favoritas :3
te quiero !
besos xoxo
jajaja tienes que seguirla pronto hermosa esta novela es una de mis favoritas :3
te quiero !
besos xoxo
MichDirectioner
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
Owwwwww!!!! :3 Me ama! Que hermoso! Me fascino!!!! Siguelaaaaa! :)
Elizabeth de Tomlinson
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
Hola, no quiero ser molesta ni nada pero debo decirte que tu novela está en la sección equivocada linda. Solicita que sea movida a su sección correspondiente, que es la sección de One Direction. De no cumplir con ésto, serás sancionada.
Además esta novela esta originalmente escrita por Derphantasie aqui y ella especificó claramente que debían pedirle permiso antes de adaptar su novela, creo que deberías por lo menos mandarle un MP, eso es todo, saludos.
Además esta novela esta originalmente escrita por Derphantasie aqui y ella especificó claramente que debían pedirle permiso antes de adaptar su novela, creo que deberías por lo menos mandarle un MP, eso es todo, saludos.
prinsloo.
Re: Marry me (adaptada) Harry Styles y Hannah Albot TERMINADA
hola gracias por avisar, pero soy nuva y no se a quien solicutar moverlaAlazz escribió:¡Hola! Quería informarte de que tu novela está en la sección equivocada y deberías solicitar que la movieran.
Gracias por tu tiempo,
Alazz.
cami*smile*love*1D
Página 6 de 12. • 1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 10, 11, 12
Temas similares
» Me, Myself And I (adaptada) Harry Styles y tu [Terminada]
» Looks Can Be Deceiving [Harry Styles] ||Adaptada|| Terminada
» Me, Myself And Him (adaptada) Harry Styles y tu 2da temporada [Terminada]
» Ayúdame (Harry Styles y tu) HOT Adaptada TERMINADA
» Teach me -Harry Styles y tu -ADAPTADA-TERMINADA.
» Looks Can Be Deceiving [Harry Styles] ||Adaptada|| Terminada
» Me, Myself And Him (adaptada) Harry Styles y tu 2da temporada [Terminada]
» Ayúdame (Harry Styles y tu) HOT Adaptada TERMINADA
» Teach me -Harry Styles y tu -ADAPTADA-TERMINADA.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 6 de 12.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.