♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)

mass

llegamooss

wuuuuuuuuuuuuuuuuu pagina 20
ahora tienes que subir caps andaleeeeee!!!

siguela!!!

wow que rapido pag 20!!
siguela!!

aaaaaaaaaandaaaaaa
sube porfa
queremos capis

dijiste pagina 20 ya estamos en ella
ahora te toca a tiiii!!!

CAPI CAPI CAPI!!!!

QUEREMOS CAP ¬¬

Jaja,genial!
Pagina 20!
Y encima caps!
Esto es GENIAL!
Jaja,siguela porfa,ahora en un ratico me paso sipidipi?
Wow
Creo que me golpee contra algo...No estoy bien de la cabeza
Mis papas dicen que me cai de la cama de bebe
Debe ser eso jaja

—De varias cosas —contestó Sybil, apartándole un mechón húmedo de la frente—. Te he echado de menos, Joe.
Joe le cogió la mano y la besó en los nudillos. No le pasó desapercibida la sorpresa de su hermana ante su gesto de afecto. Se daba cuenta de que se había comportado como un bruto con su familia y estaba arrepentido. Le estrujó la mano con cariño antes de soltarla.
—Yo también te he echado de menos, Sybil.
Su hermana rió suavemente. Luego, dirigió una mirada significativa hacia la casa.
—Me parece que te las has arreglado para entretenerte durante mi ausencia.
—Bueno, sí —dijo Joe, devolviéndole la sonrisa—. Pero no me digas que tú te has pasado todo este tiempo con George pensando en mí.
Sybil enrojeció ligeramente.
—No, la verdad es que no —hizo una pausa, luego prosiguió—. ¿Por qué no me hablaste de ella?
Joe se sintió incapaz de mirarla a los ojos y mentir, a pesar de que tenía toda la historia preparada.
—La conocí el mismo día en que te marchaste.
—Pero yo creía… —dijo Sybil asombrada.
—Que la conocía desde hacía varios meses. Lo sé. Le pedí a __________ que dijese eso.
—Pero, ¿por qué?
Joe se encogió de hombros.
—Quería que te sintieses libre con George. Que no te preocupase dejarme solo. Ahora me parece una tontería haberlo hecho, pero…
—Oh, Joe, no ha sido una tontería en absoluto —le aseguró Sybil, tomando una de sus manos entre las suyas—. Te agradezco tanto que te hayas preocupado por mi felicidad. Y yo que me estaba preguntando cómo decirte que George me ha pedido que me case con él durante el crucero y que he aceptado.
Esta vez fue él el sorprendido.
—¿Has aceptado? —repitió—. ¿Mientras estabais en el crucero?
—Sí —asintió ella—. Estaba esperando el momento oportuno para decírtelo, para asegurarme de que no te molestase demasiado la noticia de que me voy a vivir a Hawai. Ahora veo que los dos nos hemos comportado como unos tontos.
Joe se echó a reír. Sacudió la cabeza, pensando que la conspiración urdida entre ___________ y él había sido innecesaria después de todo. Al final, George había sido perfectamente capaz de ganar su causa por sí solo. Y Sybil había confiado en su capacidad de independencia más de lo que George y él sospechaban. Sin embargo no se arrepentía de nada. ¿Cómo podría arrepentirse?
—¿Cuándo es la boda? —preguntó.
—Pronto. George debe tomar posesión del nuevo puesto dentro de seis semanas. Estoy segura de que la abuela querrá que la boda se celebre aquí, pero antes tenemos que encontrar una casa en Hawai y pasar unos días en Dallas preparando el traslado y dejándolo todo listo.
—Me alegro mucho por ti, Sybil.
Los ojos de Sybil brillaron húmedos de emoción.
—Gracias, Joe. Por cierto, voy a estar muy ocupada en las próximas semanas. ¿Crees que ___________ estará interesada en seguir ocupando mi puesto?
—Creo que sí.
—Me gusta _________, Joe.
—Debería decírselo. Ella no está segura de que sea así.
—Lo sé —asintió Sybil con expresión culpable—. No la he recibido con demasiada cordialidad. Supongo que me sentía celosa. Siempre has acudido a mí para todo, y de repente, te habías vuelto tan independiente… Tenías a ___________ y ya no me necesitabas más. Aunque sabía que era lo mejor para los dos, no he podido evitar sentirme un poco molesta.
—Lo entiendo. Y ella también. Le he explicado lo difícil que es romper con una costumbre de toda la vida.
—La quieres de verdad. ¿No es así, Joe?
—Creo que sí —contestó él, desviando la vista hacia la imagen distorsionada de sus pies en el agua.
—Y tienes miedo.
—Estoy aterrorizado —admitió él, riendo.
—Lo entiendo perfectamente —dijo Sybil, echándose a reír también—. Eso nos pasa hasta a los más valientes, querido hermano.
Joe la miró atónito.
—¿Tú también tienes miedo?
Era difícil imaginar a una persona tan eficiente y segura como su hermana teniendo las mismas dudas y temores con los que llevaba luchando toda la mañana.
—Claro —explicó Sybil—. El amor te vuelve tan vulnerable, tan predispuesto al dolor. He tenido tanto miedo de perder a George, de cometer algún error que pudiese destruir nuestro amor. Incluso ahora que he decidido casarme con él y que pasemos el resto de nuestra vida juntos, todavía me preocupa a veces el pensar que quizás no le haga feliz.
—George te quiere.
—Lo sé —dijo su hermana con los ojos brillantes de felicidad—. Yo también lo quiero.