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♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
pero como DEMO*NIOS!!!!?????????
Acaso son ESTUPIDOS los DOS???!!!!
Pero la rayiz le debio decir que SI, QUE SI LO QUERIA, pero que??????????!!!!!!
y Joe no se queda atras tampoco, pork no fue a buscarla????
que :caliente2: :caliente2: :caliente2:
Acaso son ESTUPIDOS los DOS???!!!!
Pero la rayiz le debio decir que SI, QUE SI LO QUERIA, pero que??????????!!!!!!
y Joe no se queda atras tampoco, pork no fue a buscarla????
que :caliente2: :caliente2: :caliente2:
♫ Laura Jonas ♥
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
Ahhh tenia q decir si!!! y nada mas! :caliente: como se nota que ella no es yo porq ya estaria uff :twisted:
SIGUELA!!!
SIGUELA!!!
jb_fanvanu
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
WOW
Paso todo tan...WOW!
Jaja,parezco idiota hablando tan....WOW!
Jajaja,ahora parezco perro
No sabes!No podia despegar los ojos del monitor!
COmo la rayis no le dijo que lo queria?!
Y Joe...Jamas me lo imagine asi :¬w¬:
Siguela!
Paso todo tan...WOW!
Jaja,parezco idiota hablando tan....WOW!
Jajaja,ahora parezco perro
No sabes!No podia despegar los ojos del monitor!
COmo la rayis no le dijo que lo queria?!
Y Joe...Jamas me lo imagine asi :¬w¬:
Siguela!
Lulajonatica
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
no sabes como me gusta tu nove!
ya quiero saber que va a pasar en la reunion familiar
aww ya se enamoraron :arre:
& por que Joe no le dijo a la raya que regresara que se quedara
pero que tonto Joseph aag! ya quiero saber que va pasar
odio que la raya diga solo amigos
agg! siguela cuando puedas :)
ya quiero saber que va a pasar en la reunion familiar
aww ya se enamoraron :arre:
& por que Joe no le dijo a la raya que regresara que se quedara
pero que tonto Joseph aag! ya quiero saber que va pasar
odio que la raya diga solo amigos
agg! siguela cuando puedas :)
Invitado
Invitado
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
nueva lectora, jajaja AME la nove, cosi la rayis ya se enamoro solamente tiene miedo y desconfiansa, y joe tampoco ayuda mucho que digamos, porfa sube mas
MaryPeters
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
wuuuaaaauu me facinaron los c apis siguela porfa siiii
chelis
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
porque no subes? yo ya quiero mas, me encanta enseñarle cosas a joe, si quiere le enseño TODO jajaja sube mas!
MaryPeters
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
MARATON!!
En el fondo, ___________ hubiese deseado que le rogase que volviera pero, una vez en camino hacia su apartamento vacío, trató de convencerse de que se alegraba de que él no lo hubiera hecho.
Capítulo 6
Aquel jueves _________ apenas vio a Joe, que se pasó la mayor parte del día en la universidad. Le costó mucho concentrarse en el trabajo y no darle vueltas a lo ocurrido la noche anterior. Al fin y al cabo, se había pasado la mayor parte de la noche en vela rememorando cada instante, hasta que decidió enterrar la cabeza en la almohada y obligarse a dormir. Por otra parte sospechaba que la ausencia de Joe no era una casualidad.
¿Lo estaría pasando tan mal como ella intentando olvidar lo acaecido?, se preguntó varias veces a lo largo de día. ¿Le habría costado tanto como a ella renunciar a hacer el amor? También se preguntaba si lo habría hecho sólo pensando en ella o si tendría sus propias razones para reprimirse.
Joe volvió de la universidad cuando estaba a punto de marcharse. Repasó con él brevemente los mensajes que tenía y cogió el bolso.
—Pasaré a recogerte a las siete y media para ir a la recepción.
—De acuerdo —asintió ______________.
No sentía deseo alguno de ir, pero se lo había prometido y ya no podía echarse atrás. Sólo esperaba que no se repitiese lo de la noche anterior. No estaba segura de poder sobrevivir otra vez a tanta excitación si luego iba a quedar insatisfecha. Tendría que tener mucho cuidado en guardar las distancias. Esperaba tener la fuerza suficiente para mantener su decisión.
Una vez más, __________ dejó a Joe sorprendido. ¿Cómo sería capaz de integrarse tan fácilmente en un grupo de extraños?, pensó viéndola desenvolverse a sus anchas entre los facultativos y sus esposas y acompañantes. No podía evitar sentir envidia ante la seguridad que demostraba en circunstancias que eran nuevas para ella. Llevaba un sencillo vestido negro que resaltaba su esbelta figura sin resultar en absoluto inapropiado. Se había recogido el pelo en un alto moño que la hacía parecer más alta y sofisticada y se había puesto en el cuello y en las orejas unas joyas discretas pero elegantes. Le costaba creer que esa fuese la misma __________ que tan bien conocía, la mujer de las informales colas de caballo y los amplios pantalones caqui.
Hasta que la vio sonreír y, al instante, apareció la ___________ de siempre, llena de buen humor y cordialidad. El encanto de su sonrisa tampoco pasó inadvertido entre sus colegas. Él no se había relacionado nunca tan bien con ellos como ___________ lo estaba haciendo. Si fuese supersticioso, habría pensado que era una bruja y que hechizaba a todos los que encontraba.
Un hombre pareció especialmente interesado en ella durante la velada. Era un profesor de Economía que Joe conocía poco. Se llamaba Drew Norton. Era unos años mayor que Joe y algo más bajo, de buena figura. Estaba bastante moreno y era muy popular entre el sector femenino del alumnado. Joe se puso de mal humor cuando cayó en la cuenta del largo rato que llevaba rondando a ____________. De repente, decidió que ya era hora de empezar a practicar su papel de amante, así que atravesó la sala con paso decidido sin reparar en que había dejado plantado a un colega a mitad de una frase. (me parece que veo celos xd)
Una vez junto a ella, le pasó un brazo por los hombros en actitud posesiva y la atrajo firmemente hacia sí.
—¿Cómo te va, Norton? —le dijo al profesor con bastante rudeza.
La cálida sonrisa de Drew se esfumó al tiempo que devolvía el saludo.
Joe se volvió hacia la sorprendida ____________.
—Siento haberte dejado tanto tiempo sola, cariño. Me tenía atrapado un colega bastante hablador. ¿Te has aburrido mucho?
______________ frunció el ceño ante la mala educación con la que se estaba comportando.
—No, Joe. No me he aburrido en absoluto —contesto, intentando disimular para no dejarlo mal—. Drew y yo estábamos teniendo una conversación muy agradable.
—De todas formas no volveré a dejarte sola. ¿Me perdonas? —continuó Joeen tono íntimo. (jajajaj hombre celoso)
Satisfecho de haber dejado las cosas claras, Joe se volvió hacia Drew. Los dos hombres intercambiaron unas breves frases insustanciales hasta que Drew se excusó y los dejó, no sin echar una última y compungida mirada a ______________.
—Te has pasado, Joe —le susurró ___________ sin dejar de sonreír cuando se quedaron solos.
—¿No es así como se comportan los amantes posesivos? —contestó él, enarcando una ceja.
—Nadie ha dicho que tuvieses que comportarte como un bruto celoso —masculló ella—. En serio, Joe…
—Ah, Joe, estás aquí —exclamó un hombre bajito y clavo acercándose a ellos.
—Doctor Carlson —saludó Joe—. ¿Conoce a mi… amiga _______ Littlefield?
—Sólo por teléfono —contestó Carlson, estrechando la mano de ___________ con una sonrisa de aprobación—. Hemos charlado varias veces cuando he llamado a tu oficina.
—Estoy encantada de conocerlo por fin personalmente, doctor Carlson —dijo ___________, dedicándole su más cordial sonrisa.
A Joe no le sorprendió en absoluto que el rector sucumbiese inmediatamente a las propiedades mágicas de esa sonrisa. Con la ilusión de un niño, insistió en acompañar a ____________ y a la mesa de las bebidas para que probase el estupendo ponche que, según él, servían. Joe los siguió de cerca con un ojo puesto en Drew Norton, que parecía acechar la oportunidad de quedarse de nuevo a solas con su pareja. Desde luego, no tenía intención de dejar que eso sucediese.
En el fondo, ___________ hubiese deseado que le rogase que volviera pero, una vez en camino hacia su apartamento vacío, trató de convencerse de que se alegraba de que él no lo hubiera hecho.
Capítulo 6
Aquel jueves _________ apenas vio a Joe, que se pasó la mayor parte del día en la universidad. Le costó mucho concentrarse en el trabajo y no darle vueltas a lo ocurrido la noche anterior. Al fin y al cabo, se había pasado la mayor parte de la noche en vela rememorando cada instante, hasta que decidió enterrar la cabeza en la almohada y obligarse a dormir. Por otra parte sospechaba que la ausencia de Joe no era una casualidad.
¿Lo estaría pasando tan mal como ella intentando olvidar lo acaecido?, se preguntó varias veces a lo largo de día. ¿Le habría costado tanto como a ella renunciar a hacer el amor? También se preguntaba si lo habría hecho sólo pensando en ella o si tendría sus propias razones para reprimirse.
Joe volvió de la universidad cuando estaba a punto de marcharse. Repasó con él brevemente los mensajes que tenía y cogió el bolso.
—Pasaré a recogerte a las siete y media para ir a la recepción.
—De acuerdo —asintió ______________.
No sentía deseo alguno de ir, pero se lo había prometido y ya no podía echarse atrás. Sólo esperaba que no se repitiese lo de la noche anterior. No estaba segura de poder sobrevivir otra vez a tanta excitación si luego iba a quedar insatisfecha. Tendría que tener mucho cuidado en guardar las distancias. Esperaba tener la fuerza suficiente para mantener su decisión.
Una vez más, __________ dejó a Joe sorprendido. ¿Cómo sería capaz de integrarse tan fácilmente en un grupo de extraños?, pensó viéndola desenvolverse a sus anchas entre los facultativos y sus esposas y acompañantes. No podía evitar sentir envidia ante la seguridad que demostraba en circunstancias que eran nuevas para ella. Llevaba un sencillo vestido negro que resaltaba su esbelta figura sin resultar en absoluto inapropiado. Se había recogido el pelo en un alto moño que la hacía parecer más alta y sofisticada y se había puesto en el cuello y en las orejas unas joyas discretas pero elegantes. Le costaba creer que esa fuese la misma __________ que tan bien conocía, la mujer de las informales colas de caballo y los amplios pantalones caqui.
Hasta que la vio sonreír y, al instante, apareció la ___________ de siempre, llena de buen humor y cordialidad. El encanto de su sonrisa tampoco pasó inadvertido entre sus colegas. Él no se había relacionado nunca tan bien con ellos como ___________ lo estaba haciendo. Si fuese supersticioso, habría pensado que era una bruja y que hechizaba a todos los que encontraba.
Un hombre pareció especialmente interesado en ella durante la velada. Era un profesor de Economía que Joe conocía poco. Se llamaba Drew Norton. Era unos años mayor que Joe y algo más bajo, de buena figura. Estaba bastante moreno y era muy popular entre el sector femenino del alumnado. Joe se puso de mal humor cuando cayó en la cuenta del largo rato que llevaba rondando a ____________. De repente, decidió que ya era hora de empezar a practicar su papel de amante, así que atravesó la sala con paso decidido sin reparar en que había dejado plantado a un colega a mitad de una frase. (me parece que veo celos xd)
Una vez junto a ella, le pasó un brazo por los hombros en actitud posesiva y la atrajo firmemente hacia sí.
—¿Cómo te va, Norton? —le dijo al profesor con bastante rudeza.
La cálida sonrisa de Drew se esfumó al tiempo que devolvía el saludo.
Joe se volvió hacia la sorprendida ____________.
—Siento haberte dejado tanto tiempo sola, cariño. Me tenía atrapado un colega bastante hablador. ¿Te has aburrido mucho?
______________ frunció el ceño ante la mala educación con la que se estaba comportando.
—No, Joe. No me he aburrido en absoluto —contesto, intentando disimular para no dejarlo mal—. Drew y yo estábamos teniendo una conversación muy agradable.
—De todas formas no volveré a dejarte sola. ¿Me perdonas? —continuó Joeen tono íntimo. (jajajaj hombre celoso)
Satisfecho de haber dejado las cosas claras, Joe se volvió hacia Drew. Los dos hombres intercambiaron unas breves frases insustanciales hasta que Drew se excusó y los dejó, no sin echar una última y compungida mirada a ______________.
—Te has pasado, Joe —le susurró ___________ sin dejar de sonreír cuando se quedaron solos.
—¿No es así como se comportan los amantes posesivos? —contestó él, enarcando una ceja.
—Nadie ha dicho que tuvieses que comportarte como un bruto celoso —masculló ella—. En serio, Joe…
—Ah, Joe, estás aquí —exclamó un hombre bajito y clavo acercándose a ellos.
—Doctor Carlson —saludó Joe—. ¿Conoce a mi… amiga _______ Littlefield?
—Sólo por teléfono —contestó Carlson, estrechando la mano de ___________ con una sonrisa de aprobación—. Hemos charlado varias veces cuando he llamado a tu oficina.
—Estoy encantada de conocerlo por fin personalmente, doctor Carlson —dijo ___________, dedicándole su más cordial sonrisa.
A Joe no le sorprendió en absoluto que el rector sucumbiese inmediatamente a las propiedades mágicas de esa sonrisa. Con la ilusión de un niño, insistió en acompañar a ____________ y a la mesa de las bebidas para que probase el estupendo ponche que, según él, servían. Joe los siguió de cerca con un ojo puesto en Drew Norton, que parecía acechar la oportunidad de quedarse de nuevo a solas con su pareja. Desde luego, no tenía intención de dejar que eso sucediese.
Invitado
Invitado
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
No sin cierta sorpresa, se dio cuenta de que estaba celoso. Era la primera vez en su vida que sentía celos por una mujer, pero reconoció la sensación de inmediato. Le inquietó vagamente verse aquejado por un sentimiento tan primitivo e inconsciente. Era algo que no cuadraba con la imagen que tenía de sí mismo. Aun así, reflexionó, no había vuelto a ser el mismo desde que puso los ojos por primera vez en ____________. Se preguntó si su vida volvería alguna vez a ser como antes. En cierta forma lo dudaba.
Cuando, una hora después, dejaron la sala, Joe se sintió satisfecho de haberle dejado bastante claro a toda la concurrencia, y en particular a Drew Norton, que __________ le pertenecía.
Nada más entrar en el coche, ______________ se volvió hacia él con expresión de enfado.
—¿Se puede saber qué demonios has intentado demostrar esta noche?
—¿Qué quieres decir? —preguntó él, poniendo cara de inocencia y arrancando el coche.
—Sólo te ha faltado colgarme un cartel de «prohibido» —contestó ___________ enérgicamente—. Si te comportas de esa forma en Chicago, tu familia va a pensar que has perdido la cabeza.
—¿Pretendes decir que mi actuación no ha sido satisfactoria?
—Simplemente no eras tú —se explicó ella, intentando no perder la paciencia—. Incluso si nuestra relación hubiese sido real, eso no te habría convertido en un macho posesivo y celoso, Joe.
«¿Qué te apuestas?», pensó él. Sabía que no había estado representando un papel esa noche, pero logró mantener la boca cerrada.
Al ver que no decía nada, ___________ siguió con la reprimenda.
—Cuando estemos en Chicago, no hay ninguna necesidad de que exageres para convencer a tu familia. Trátame con naturalidad, como si te importase mucho, pero sin exagerar demasiado al respecto.
Joe se dio cuenta de que no le haría falta actuar en ese sentido. Le importaba mucho __________. Más de lo que ella quería reconocer. Pero no estaba seguro de lo que pensaba hacer al respecto.
Durante el resto del trayecto, Joe se enfrascó en sus pensamientos y no habló apenas. Dejó a ____________ en la puerta de su casa y rechazó su vacilante invitación a entrar un rato. Le pareció ver reflejado en el rostro de ella un sentimiento tanto de desilusión como de alivio ante su negativa.
Esa mezcla de sentimientos contradictorios no le era ajena. Dándole las buenas noches, giró sobre sus talones y se marchó deprisa para no caer en la tentación de decir «al demonios con todo» y arrastrarla a la cama.
«No va a salir bien», pensó ___________ mirando por la ventanilla del avión. Iba a hacer el ridículo. La familia de Joe nunca se tragaría la farsa. Por su culpa, la vida de Sybil quedaría destrozada y, en consecuencia, la de Joe. Miró al hombre sentado a su lado. ¿Cómo podía parecer tan relajado, tan sereno, sabiendo lo que se avecinaba? ¿No se sentía culpable por engañar a sus abuelos? Ella no podía evitarlo. ¿No le preocupaba que todo saliese mal? Ella estaba hecha un manojo de nervios. Así que, ¿por qué no lo estaba él?
Joe se volvió y vio que _________ lo estaba mirando. Sonrió con tanta ternura y naturalidad, que _____________ estuvo a punto de creer que la amaba de veras. Recordó la rapidez con la que había aprendido a bailar y a conducir. Un hombre de su inteligencia podía aprender con la misma habilidad a actuar. Sería mejor que tuviese eso en cuenta durante los próximos días.
—No me habías dicho que te ponía nerviosa el avión —la reprendió él, cogiéndole la mano y entrelazando sus dedos—. Pareces aterrorizada.
—No tiene nada que ver con el avión. Estaba pensando en el fin de semana que se avecina.
—¿Estás nerviosa porque vas a conocer a mi familia? —preguntó, sorprendido—. No te preocupes. Son muy agradables, aunque algo conservadores. Creo que te gustarán. Y tú a ellos.
—Joe, quizás no deberíamos intentarlo. Jamás se creerán que estamos locamente enamorados.
Joe le cogió una mano y le besó los nudillos.
—¿Tú crees? —dijo con mirada seductora.
_________ tragó saliva.
—Lo que sí creo es que puede que haya creado un monstruo —logró decir con un hilo de voz.
¡Ése no era el Joseph Jonas que había entrado en la agencia de colocación hacía tres semanas!
—Puede que tengas razón, cariño —contestó Joe, riendo suavemente.
__________ reprimió un gemido y apoyó la cabeza en el respaldo. Su padre ya la había advertido que ese viaje podía resultar una de esas situaciones de las que no se sale con una broma y una sonrisa.
—No puedes ir por ahí engañando a la familia de un hombre —masculló cuando _______________ terminó de contarles lo que habían planeado—. Y a veces no es tan fácil distinguir entre la fantasía y la realidad cuando se está actuando, jovencita —añadió en tono severo.
Debería haberle hecho caso a su padre.
Cuando, una hora después, dejaron la sala, Joe se sintió satisfecho de haberle dejado bastante claro a toda la concurrencia, y en particular a Drew Norton, que __________ le pertenecía.
Nada más entrar en el coche, ______________ se volvió hacia él con expresión de enfado.
—¿Se puede saber qué demonios has intentado demostrar esta noche?
—¿Qué quieres decir? —preguntó él, poniendo cara de inocencia y arrancando el coche.
—Sólo te ha faltado colgarme un cartel de «prohibido» —contestó ___________ enérgicamente—. Si te comportas de esa forma en Chicago, tu familia va a pensar que has perdido la cabeza.
—¿Pretendes decir que mi actuación no ha sido satisfactoria?
—Simplemente no eras tú —se explicó ella, intentando no perder la paciencia—. Incluso si nuestra relación hubiese sido real, eso no te habría convertido en un macho posesivo y celoso, Joe.
«¿Qué te apuestas?», pensó él. Sabía que no había estado representando un papel esa noche, pero logró mantener la boca cerrada.
Al ver que no decía nada, ___________ siguió con la reprimenda.
—Cuando estemos en Chicago, no hay ninguna necesidad de que exageres para convencer a tu familia. Trátame con naturalidad, como si te importase mucho, pero sin exagerar demasiado al respecto.
Joe se dio cuenta de que no le haría falta actuar en ese sentido. Le importaba mucho __________. Más de lo que ella quería reconocer. Pero no estaba seguro de lo que pensaba hacer al respecto.
Durante el resto del trayecto, Joe se enfrascó en sus pensamientos y no habló apenas. Dejó a ____________ en la puerta de su casa y rechazó su vacilante invitación a entrar un rato. Le pareció ver reflejado en el rostro de ella un sentimiento tanto de desilusión como de alivio ante su negativa.
Esa mezcla de sentimientos contradictorios no le era ajena. Dándole las buenas noches, giró sobre sus talones y se marchó deprisa para no caer en la tentación de decir «al demonios con todo» y arrastrarla a la cama.
«No va a salir bien», pensó ___________ mirando por la ventanilla del avión. Iba a hacer el ridículo. La familia de Joe nunca se tragaría la farsa. Por su culpa, la vida de Sybil quedaría destrozada y, en consecuencia, la de Joe. Miró al hombre sentado a su lado. ¿Cómo podía parecer tan relajado, tan sereno, sabiendo lo que se avecinaba? ¿No se sentía culpable por engañar a sus abuelos? Ella no podía evitarlo. ¿No le preocupaba que todo saliese mal? Ella estaba hecha un manojo de nervios. Así que, ¿por qué no lo estaba él?
Joe se volvió y vio que _________ lo estaba mirando. Sonrió con tanta ternura y naturalidad, que _____________ estuvo a punto de creer que la amaba de veras. Recordó la rapidez con la que había aprendido a bailar y a conducir. Un hombre de su inteligencia podía aprender con la misma habilidad a actuar. Sería mejor que tuviese eso en cuenta durante los próximos días.
—No me habías dicho que te ponía nerviosa el avión —la reprendió él, cogiéndole la mano y entrelazando sus dedos—. Pareces aterrorizada.
—No tiene nada que ver con el avión. Estaba pensando en el fin de semana que se avecina.
—¿Estás nerviosa porque vas a conocer a mi familia? —preguntó, sorprendido—. No te preocupes. Son muy agradables, aunque algo conservadores. Creo que te gustarán. Y tú a ellos.
—Joe, quizás no deberíamos intentarlo. Jamás se creerán que estamos locamente enamorados.
Joe le cogió una mano y le besó los nudillos.
—¿Tú crees? —dijo con mirada seductora.
_________ tragó saliva.
—Lo que sí creo es que puede que haya creado un monstruo —logró decir con un hilo de voz.
¡Ése no era el Joseph Jonas que había entrado en la agencia de colocación hacía tres semanas!
—Puede que tengas razón, cariño —contestó Joe, riendo suavemente.
__________ reprimió un gemido y apoyó la cabeza en el respaldo. Su padre ya la había advertido que ese viaje podía resultar una de esas situaciones de las que no se sale con una broma y una sonrisa.
—No puedes ir por ahí engañando a la familia de un hombre —masculló cuando _______________ terminó de contarles lo que habían planeado—. Y a veces no es tan fácil distinguir entre la fantasía y la realidad cuando se está actuando, jovencita —añadió en tono severo.
Debería haberle hecho caso a su padre.
Invitado
Invitado
Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
Debería haberle hecho caso a su padre.
Joe seguía riéndose entre dientes cuando aterrizaron en el aeropuerto de O'Hare.
—Tienes las manos heladas. Relájate, ___________. Todo va a salir bien.
—Sí, pero y si… —empezó __________, mirándolo con ansiedad.
Ignorando a los demás pasajeros y a la gente que esperaba en la terminal, Joe tomó el rostro de ______________ entre sus manos.
—¿Te he dicho lo que te agradezco que hagas esto por mí?
Sus palabras tuvieron el efecto de un bálsamo. __________ sonrió.
—Sólo espero no decepcionarte.
—Imposible. No podrías —contestó él, besándola con gran ternura.
_____________ decidió que definitivamente había creado un monstruo. ¡Pero qué monstruo tan encantador!
—¡Joe!
__________ se volvió sobresaltada y se encontró cara a cara con la hermana de Joe.
Sybil era todavía más guapa en persona que en la fotografía del despacho. Era pelirroja, de ojos oscuros, alta y esbelta. __________ tragó saliva y se alisó una arruga de la falda. Se dio cuenta de que Sybil la escudriñaba atentamente y supo que era porque había visto a Joe besarla. Joe le había dicho a su familia que iba a llevar a alguien a pasar el fin de semana, pero no había sido claro en cuanto a su relación con ___________.
Iba a ser un largo fin de semana.
Joe cogió a __________ por la cintura, como en señal de apoyo moral.
—Hola Sybil. ¿Qué tal, George?
___________ reparó por primera vez en el hombre que estaba detrás de Sybil. George no era bien parecido, pero era una persona de aspecto abierto y agradable. A __________ le gustó de inmediato. Pensó que quizás encontrase un aliado en el pretendiente de Sybil.
Sybil besó a Joe y se volvió hacia __________.
—Supongo que Joe nos acabará presentando, pero para ahorrar tiempo, me presentaré yo misma. Soy Sybil Jonas. Y tú debes de ser…
—__________ Littlefield —confirmó _________, estrechando la mano que Sybil le tendía—. Me alegro de conocerte. Joe me ha hablado mucho de ti.
—Me gustaría poder decir lo mismo —murmuró la hermana, lanzándole a Joe una expresiva mirada.
Joe le devolvió una sonrisa inocente y señaló a George.
—__________, te presento a George Parker.
George le estrechó la mano a ___________ con entusiasmo, acompañando el gesto con una sonrisa que reafirmó su impresión de que podían ser amigos.
—Encantado de conocerte, __________.
Sybil se volvió hacia Joe. Y lo cogió del brazo. __________ no pudo evitar pensar que lo hacía para apartarlo de ella.
—Tenemos que irnos, Joe, cariño. ¿Tienes los resguardos del equipaje? ¿Te acuerdas de dónde los has puesto?
El tono con que lo dijo estuvo a punto de hacer reír a _______. ¡Le hablaba como si fuera un niño! Y lo peor era que a Joe no parecía importarle en absoluto.
—Sí, Sybil. Los tengo aquí —contestó pacientemente, sacando la cartera.
_________ se relajó y esbozó una ligera sonrisa al ver que Joe hacía que buscaba los resguardos en la cartera para que su hermana descubriese el carné de conducir. Sybil lo descubrió de inmediato.
—¡Joe! Eso parece… ¡Es un carné de conducir! —exclamó, cogiéndolo el brazo cuando iba a cerrar la cartera.
—Sí que lo es —confirmó él, echándole a __________ una mirada divertida de reojo.
—Pero cariño, ¡si tú no sabes conducir!
—Claro que sabe —intervino __________ con suavidad, haciendo como que le sorprendía que Sybil no lo supiese—. Conduce su Corvette como un profesional. Yo siempre me siento muy segura cuando me lleva.
«¿Qué contestas a eso?», le hubiese gustado decir.
—¿Su Corvette? —repitió Sybil, sorprendida, mirando a su hermano y a __________ como si los dos se hubiesen vuelto locos.
—Es nuevo —explicó Joe—. Me lo he comprado la semana pasada. Te encantaría, Syb. Es dorado y negro, pasa de cien a doscientos en…
—¿Pero cuándo has aprendido a conducir? —le interrumpió Sybil.
Joe sonrió y atrajo a ________ hacia sí.
—Me enseñó ________. _________ me ha enseñado muchas cosas.
Sybil parpadeó, se aclaró la garganta y agarró el bolso con firmeza.
—Sí, bueno. Tenemos que irnos. Vamos —dijo, girando sobre los altos tacones y encaminándose hacia el área de recogida de equipajes.
Conteniendo la risa, _________ siguió a Joe, seguida a su vez por George.
Ya no dudaba de que hacía bien en ayudarle a establecer su independencia con respecto a su familia. Durante el trayecto hacia la casa, se dio cuenta de varias cosas. En primer lugar Sybil adoraba a su hermano, pero su manía de protegerlo en exceso hacía que lo tratase con una condescendencia que a __________ le ponía enferma.
Joe seguía riéndose entre dientes cuando aterrizaron en el aeropuerto de O'Hare.
—Tienes las manos heladas. Relájate, ___________. Todo va a salir bien.
—Sí, pero y si… —empezó __________, mirándolo con ansiedad.
Ignorando a los demás pasajeros y a la gente que esperaba en la terminal, Joe tomó el rostro de ______________ entre sus manos.
—¿Te he dicho lo que te agradezco que hagas esto por mí?
Sus palabras tuvieron el efecto de un bálsamo. __________ sonrió.
—Sólo espero no decepcionarte.
—Imposible. No podrías —contestó él, besándola con gran ternura.
_____________ decidió que definitivamente había creado un monstruo. ¡Pero qué monstruo tan encantador!
—¡Joe!
__________ se volvió sobresaltada y se encontró cara a cara con la hermana de Joe.
Sybil era todavía más guapa en persona que en la fotografía del despacho. Era pelirroja, de ojos oscuros, alta y esbelta. __________ tragó saliva y se alisó una arruga de la falda. Se dio cuenta de que Sybil la escudriñaba atentamente y supo que era porque había visto a Joe besarla. Joe le había dicho a su familia que iba a llevar a alguien a pasar el fin de semana, pero no había sido claro en cuanto a su relación con ___________.
Iba a ser un largo fin de semana.
Joe cogió a __________ por la cintura, como en señal de apoyo moral.
—Hola Sybil. ¿Qué tal, George?
___________ reparó por primera vez en el hombre que estaba detrás de Sybil. George no era bien parecido, pero era una persona de aspecto abierto y agradable. A __________ le gustó de inmediato. Pensó que quizás encontrase un aliado en el pretendiente de Sybil.
Sybil besó a Joe y se volvió hacia __________.
—Supongo que Joe nos acabará presentando, pero para ahorrar tiempo, me presentaré yo misma. Soy Sybil Jonas. Y tú debes de ser…
—__________ Littlefield —confirmó _________, estrechando la mano que Sybil le tendía—. Me alegro de conocerte. Joe me ha hablado mucho de ti.
—Me gustaría poder decir lo mismo —murmuró la hermana, lanzándole a Joe una expresiva mirada.
Joe le devolvió una sonrisa inocente y señaló a George.
—__________, te presento a George Parker.
George le estrechó la mano a ___________ con entusiasmo, acompañando el gesto con una sonrisa que reafirmó su impresión de que podían ser amigos.
—Encantado de conocerte, __________.
Sybil se volvió hacia Joe. Y lo cogió del brazo. __________ no pudo evitar pensar que lo hacía para apartarlo de ella.
—Tenemos que irnos, Joe, cariño. ¿Tienes los resguardos del equipaje? ¿Te acuerdas de dónde los has puesto?
El tono con que lo dijo estuvo a punto de hacer reír a _______. ¡Le hablaba como si fuera un niño! Y lo peor era que a Joe no parecía importarle en absoluto.
—Sí, Sybil. Los tengo aquí —contestó pacientemente, sacando la cartera.
_________ se relajó y esbozó una ligera sonrisa al ver que Joe hacía que buscaba los resguardos en la cartera para que su hermana descubriese el carné de conducir. Sybil lo descubrió de inmediato.
—¡Joe! Eso parece… ¡Es un carné de conducir! —exclamó, cogiéndolo el brazo cuando iba a cerrar la cartera.
—Sí que lo es —confirmó él, echándole a __________ una mirada divertida de reojo.
—Pero cariño, ¡si tú no sabes conducir!
—Claro que sabe —intervino __________ con suavidad, haciendo como que le sorprendía que Sybil no lo supiese—. Conduce su Corvette como un profesional. Yo siempre me siento muy segura cuando me lleva.
«¿Qué contestas a eso?», le hubiese gustado decir.
—¿Su Corvette? —repitió Sybil, sorprendida, mirando a su hermano y a __________ como si los dos se hubiesen vuelto locos.
—Es nuevo —explicó Joe—. Me lo he comprado la semana pasada. Te encantaría, Syb. Es dorado y negro, pasa de cien a doscientos en…
—¿Pero cuándo has aprendido a conducir? —le interrumpió Sybil.
Joe sonrió y atrajo a ________ hacia sí.
—Me enseñó ________. _________ me ha enseñado muchas cosas.
Sybil parpadeó, se aclaró la garganta y agarró el bolso con firmeza.
—Sí, bueno. Tenemos que irnos. Vamos —dijo, girando sobre los altos tacones y encaminándose hacia el área de recogida de equipajes.
Conteniendo la risa, _________ siguió a Joe, seguida a su vez por George.
Ya no dudaba de que hacía bien en ayudarle a establecer su independencia con respecto a su familia. Durante el trayecto hacia la casa, se dio cuenta de varias cosas. En primer lugar Sybil adoraba a su hermano, pero su manía de protegerlo en exceso hacía que lo tratase con una condescendencia que a __________ le ponía enferma.
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Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
Y en segundo lugar, George y ella estaban muy enamorados, pero se veía que a Sybil le preocupaba cambiar el hábito de toda la vida de vivir por y para su hermano.
Mientras los demás charlaban de cosas sin importancia ella pensaba con exasperación que ya era hora de que las cosas cambiasen en la familia Jonas.
Tal como _________ esperaba, Sybil no tardó mucho en dirigir la conversación hacia su relación con Joe.
—¿Os conocéis desde hace mucho? —preguntó, volviéndose desde el asiento delantero con una cortés sonrisa.
—Casi tres meses —contestó _________ improvisando.
—Nos conocimos en un restaurante —añadió Joe, mirando divertido a _________.
—Y hasta ahora no nos has presentado. Ni siquiera me habías mencionado su existencia.
Joe puso cara de compungido.
—Ya. La verdad es que he sido un egoísta. Quería tenerla para mí solo durante un tiempo. Todo ha sido tan nuevo e inesperado para mí que…
—Ya —murmuró Sybil, mirando a __________ con una mezcla de curiosidad y desconfianza—. ¿Es verdad lo que me ha dicho la abuela, que __________ te está ayudando como secretaria?
—Sí. Se ofreció muy amablemente a ayudarme mientras estabas de viaje —replicó inocentemente Joe—. Y a mí me resultaba mucho más cómodo que contratar a una secretaria temporal como tú me sugeriste. Además, __________ es una excelente secretaria.
—Estás sin trabajo de momento, ¿no? —le preguntó a _____________.
—Sí. Acababa de dejar un trabajo cuando Joe me dijo que necesitaba a alguien para ocupar tu puesto.
«Y vas a tener que luchar para recuperarlo», pensó con decisión, olvidando que había considerado la posibilidad de buscar otro trabajo al volver a Dallas.
Joe cambió bruscamente de conversación.
—Ya hemos hablado bastante de nosotros. No me has contado nada del crucero. ¿Os habéis divertido?
La expresión de Sybil se suavizó al instante.
—Sí. Lo hemos pasado de maravilla —dijo, mirando a George con una sonrisa radiante—. ¡Las islas eran tan bonitas! Y las puestas de sol te dejaban sin respiración.
—Me alegra que lo hayas pasado bien, Syb. Te lo merecías —dijo Joe en un tono que reflejaba el gran amor que sentía por su hermana—. Supongo que George y tú no os habréis cansado el uno del otro —bromeó.
—No, nos hemos llevado muy bien —contestó Sybil, enrojeciendo ligeramente.
—Hemos estado muy ocupados —recalcó George, mirando por el espejo retrovisor.
Sybil enrojeció aún más.
—¡George! —le reprendió, evitando la mirada de __________.
Los dos hombres rieron y __________ sonrió comprensiva. No sabía por qué le estaba empezando a gustar Sybil, a pesar de su comportamiento algo estirado. Le hubiese gustado saber qué habían decidido Sybil y George sobre su futuro.
La casa de los abuelos de Joe era muy grande y lujosa. Impresionada, __________cogió la mano que Joe le ofreció para ayudarla a bajar del coche. Los dedos de él se cerraron reconfortantes sobre los suyos, al tiempo que la infundía coraje con una cálida sonrisa. En ese mismo instante, se abrieron las puertas de la casa y en el rellano de las escaleras apareció una pequeña mujer vestida de color lavanda. Tenía el pelo gris y elegantemente peinado.
—¡Joe! —saludó la mujer, lanzándose a los brazos de Joe—. Cómo me alegro de verte.
—Yo también, abuela —contestó Joe, empujando a _________, cuya mano no había soltado, hacia delante—. Te presento a ___________. _________, ésta es mi abuela Vivian Jonas.
Si Sybil había recibido a __________ con cautela no exenta de cierta sospecha, los ojos castaños de Vivian brillaron llenos de deleite ante la vista de __________.
—Es encantadora —dijo, cogiéndola de la mano y mirándola con aprobación de arriba abajo—. ¿Qué tal el vuelo, querida?
—Muy bien, gracias, señora Jonas —contestó _________, sintiendo inmediato cariño hacia la abuela de Joe.
Vivian tomó a ________ del brazo.
—Seguramente querrás refrescarte. Te enseñaré tu habitación.
__________ volvió la vista hacia el coche. Como si hubiese leído sus pensamientos, Vivian le dijo que no se preocupase, que Kellogg se ocuparía del equipaje.
Sin darle tiempo a preguntar quién era Kellogg, la mujer arrastró a __________ con sorprendente fuerza al interior de la casa. _________ le echó una última mirada a Joe por encima del hombro y vio que sonreía apreciativamente ante el prudente silencio de ella.
Vivian condujo a _____________ al piso superior por una escalera de mármol digna de un palacio de película.
—Ésta es tu habitación, querida —le anunció unos minutos más tarde—. Espero que te guste.
_______________-
Mientras los demás charlaban de cosas sin importancia ella pensaba con exasperación que ya era hora de que las cosas cambiasen en la familia Jonas.
Tal como _________ esperaba, Sybil no tardó mucho en dirigir la conversación hacia su relación con Joe.
—¿Os conocéis desde hace mucho? —preguntó, volviéndose desde el asiento delantero con una cortés sonrisa.
—Casi tres meses —contestó _________ improvisando.
—Nos conocimos en un restaurante —añadió Joe, mirando divertido a _________.
—Y hasta ahora no nos has presentado. Ni siquiera me habías mencionado su existencia.
Joe puso cara de compungido.
—Ya. La verdad es que he sido un egoísta. Quería tenerla para mí solo durante un tiempo. Todo ha sido tan nuevo e inesperado para mí que…
—Ya —murmuró Sybil, mirando a __________ con una mezcla de curiosidad y desconfianza—. ¿Es verdad lo que me ha dicho la abuela, que __________ te está ayudando como secretaria?
—Sí. Se ofreció muy amablemente a ayudarme mientras estabas de viaje —replicó inocentemente Joe—. Y a mí me resultaba mucho más cómodo que contratar a una secretaria temporal como tú me sugeriste. Además, __________ es una excelente secretaria.
—Estás sin trabajo de momento, ¿no? —le preguntó a _____________.
—Sí. Acababa de dejar un trabajo cuando Joe me dijo que necesitaba a alguien para ocupar tu puesto.
«Y vas a tener que luchar para recuperarlo», pensó con decisión, olvidando que había considerado la posibilidad de buscar otro trabajo al volver a Dallas.
Joe cambió bruscamente de conversación.
—Ya hemos hablado bastante de nosotros. No me has contado nada del crucero. ¿Os habéis divertido?
La expresión de Sybil se suavizó al instante.
—Sí. Lo hemos pasado de maravilla —dijo, mirando a George con una sonrisa radiante—. ¡Las islas eran tan bonitas! Y las puestas de sol te dejaban sin respiración.
—Me alegra que lo hayas pasado bien, Syb. Te lo merecías —dijo Joe en un tono que reflejaba el gran amor que sentía por su hermana—. Supongo que George y tú no os habréis cansado el uno del otro —bromeó.
—No, nos hemos llevado muy bien —contestó Sybil, enrojeciendo ligeramente.
—Hemos estado muy ocupados —recalcó George, mirando por el espejo retrovisor.
Sybil enrojeció aún más.
—¡George! —le reprendió, evitando la mirada de __________.
Los dos hombres rieron y __________ sonrió comprensiva. No sabía por qué le estaba empezando a gustar Sybil, a pesar de su comportamiento algo estirado. Le hubiese gustado saber qué habían decidido Sybil y George sobre su futuro.
La casa de los abuelos de Joe era muy grande y lujosa. Impresionada, __________cogió la mano que Joe le ofreció para ayudarla a bajar del coche. Los dedos de él se cerraron reconfortantes sobre los suyos, al tiempo que la infundía coraje con una cálida sonrisa. En ese mismo instante, se abrieron las puertas de la casa y en el rellano de las escaleras apareció una pequeña mujer vestida de color lavanda. Tenía el pelo gris y elegantemente peinado.
—¡Joe! —saludó la mujer, lanzándose a los brazos de Joe—. Cómo me alegro de verte.
—Yo también, abuela —contestó Joe, empujando a _________, cuya mano no había soltado, hacia delante—. Te presento a ___________. _________, ésta es mi abuela Vivian Jonas.
Si Sybil había recibido a __________ con cautela no exenta de cierta sospecha, los ojos castaños de Vivian brillaron llenos de deleite ante la vista de __________.
—Es encantadora —dijo, cogiéndola de la mano y mirándola con aprobación de arriba abajo—. ¿Qué tal el vuelo, querida?
—Muy bien, gracias, señora Jonas —contestó _________, sintiendo inmediato cariño hacia la abuela de Joe.
Vivian tomó a ________ del brazo.
—Seguramente querrás refrescarte. Te enseñaré tu habitación.
__________ volvió la vista hacia el coche. Como si hubiese leído sus pensamientos, Vivian le dijo que no se preocupase, que Kellogg se ocuparía del equipaje.
Sin darle tiempo a preguntar quién era Kellogg, la mujer arrastró a __________ con sorprendente fuerza al interior de la casa. _________ le echó una última mirada a Joe por encima del hombro y vio que sonreía apreciativamente ante el prudente silencio de ella.
Vivian condujo a _____________ al piso superior por una escalera de mármol digna de un palacio de película.
—Ésta es tu habitación, querida —le anunció unos minutos más tarde—. Espero que te guste.
_______________-
Invitado
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Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
—Ésta es tu habitación, querida —le anunció unos minutos más tarde—. Espero que te guste.
—Es muy bonita —contestó _________, intentando no quedarse con la boca abierta.
La habitación era casi del tamaño de su apartamento de Dallas y estaba decorada con preciosos muebles antiguos y delicados encajes. Era la clase de dormitorio con el que había soñado en la adolescencia.
—Me alegro de que te guste —dijo la abuela encantada—. Tendrás que compartir el baño con el dormitorio de al lado. Espero que no te importe —añadió, señalando una puerta con una mano ensortijada.
—No, claro que no. ¿Quién duerme en el dormitorio de al lado?
—Joe, por supuesto —contestó la abuela con una risita, poniéndose algo colorada.
—Ah, por supuesto —dijo ________ con una voz que hasta a ella le sonó sepulcral.
Se preguntó si Joe llevaría a menudo a mujeres a esa exquisita habitación tan convenientemente conectada con la suya. ¿Habría atravesado la brillante Petra el baño de puntillas en mitad de la noche?, se preguntó. Inmediatamente se reprendió a sí misma por ser tan imbécil.
—Estoy tan contenta de que hayas venido, ________. Eres la primera mujer que Joe trae a casa. Y yo conozco bien a mi Joe. Está muy enamorado de ti. Jamás lo he visto mirar a nadie de la forma en que te mira.
Avergonzada, aunque sintiendo un gran alivio por el comentario de Vivían, ___________ logró murmurar una vaga respuesta.
Vivian se rió.
—Perdona. Te he avergonzado. Es que estaba preocupada por Joe. No es normal que un hombre joven como él se pase la vida aislado en su mundo intelectual. Creo que tú podrías sacarle al mundo de los vivos de vez en cuando. Yo nunca he sabido hacerlo. Siempre me he sentido intimidada por su enorme inteligencia.
___________ sintió que su cariño hacia la abuela aumentaba al instante. Incluso empezó a sentirse culpable por engañar a una mujer tan encantadora y que además adoraba a su nieto a pesar del temor reverencial que reconocía sentir por él.
—Señora Jonas, yo…
Cualesquiera que fuese lo que iba a confesar, quedó interrumpido por la protesta de la abuela.
—No, no. Por favor llámame Vivian. Señora Jonas es demasiado formal. Ahora me voy para que puedas asearte. Enseguida te subirán el equipaje —añadió, dirigiéndose a la puerta—. Por cierto, querida —añadió ya en el umbral con una última sonrisa.
—Dime, Vivian.
—No te molestes con Sybil. Es natural que al principio se sienta algo celosa de ti.
—¿Celosa? —repitió __________, asombrada de que la bella y competente Sybil pudiese sentir celos de ella—. ¿De mí?
—Por supuesto. ¡Joe ha dependido de ella durante tanto tiempo! ¿Entiendes? Siempre he sabido que no iba a ser fácil para Sybil aceptar que hubiese otra mujer en la vida de su hermano, a pesar de lo que todos deseamos que ella y George formen su propia familia. Pero creo que le gustas, así que te pido que tengas paciencia con ella. ¿Lo harás?
—Yo… Claro —le aseguró _________.
Una vez sola, se dejó caer sobre una silla. Un momento después, Joe apareció en el umbral y la observó con expresión divertida.
—¿Te estás recuperando del shock, querida?
_________ le devolvió una mirada malhumorada, pero se mordió la lengua al ver que no estaba solo. Después, tuvo que contener la risa al ver a Kellogg por primera vez.
El hombre entró en el dormitorio llevando las maletas con la dignidad que ____________ habría esperado del mayordomo de una rica familia de alcurnia. Manteniéndose muy erguido y rígido, depositó las dos ligeras maletas al pie de la cama. Iba vestido con un traje oscuro y una camisa blanca impecables.
A pesar de todo parecía un boxeador.
Tenía el rostro arrugado y curtido como el cuerpo, y debían de haberle roto la nariz tantas veces que ésta había perdido casi por completo su forma original, confiriéndole al rostro una curiosa alta de relieve. Los ojos eran grises y penetrantes como el acero, y el párpado izquierdo le tapaba el ojo a medias. El pelo, peinado hacia atrás, resaltaba unas orejas de soplete. El cuello duro de la camisa hacía las veces del inexistente cuello, separando las orejas de los descomunales hombros.
—________, éste es Kellogg, el mayordomo de mis abuelos —dijo Joe.
—Encantado de conocerla, señorita —dijo Kellogg, inclinándose a medias con un marcado acento de Bronx.
—Hola, Kellogg. Encantada de conocerlo —saludó ____________ sonriente.
—Gracias, señorita —dijo Kellogg, conteniendo una sonrisa—. No deje de avisarme si necesita algo.
—Así lo haré —le aseguró __________, mirando divertida a Joe.
—Eso es todo, Kellogg —murmuró Joe bastante serio pero con los ojos brillantes.
—Gracias, señor —dijo Kellogg, inclinándose por segunda vez.
—¡Qué mayordomo tan maravilloso, Joe! —exclamó _____________ al quedarse solos—. ¿De dónde lo han sacado tus abuelos?
—Es muy bonita —contestó _________, intentando no quedarse con la boca abierta.
La habitación era casi del tamaño de su apartamento de Dallas y estaba decorada con preciosos muebles antiguos y delicados encajes. Era la clase de dormitorio con el que había soñado en la adolescencia.
—Me alegro de que te guste —dijo la abuela encantada—. Tendrás que compartir el baño con el dormitorio de al lado. Espero que no te importe —añadió, señalando una puerta con una mano ensortijada.
—No, claro que no. ¿Quién duerme en el dormitorio de al lado?
—Joe, por supuesto —contestó la abuela con una risita, poniéndose algo colorada.
—Ah, por supuesto —dijo ________ con una voz que hasta a ella le sonó sepulcral.
Se preguntó si Joe llevaría a menudo a mujeres a esa exquisita habitación tan convenientemente conectada con la suya. ¿Habría atravesado la brillante Petra el baño de puntillas en mitad de la noche?, se preguntó. Inmediatamente se reprendió a sí misma por ser tan imbécil.
—Estoy tan contenta de que hayas venido, ________. Eres la primera mujer que Joe trae a casa. Y yo conozco bien a mi Joe. Está muy enamorado de ti. Jamás lo he visto mirar a nadie de la forma en que te mira.
Avergonzada, aunque sintiendo un gran alivio por el comentario de Vivían, ___________ logró murmurar una vaga respuesta.
Vivian se rió.
—Perdona. Te he avergonzado. Es que estaba preocupada por Joe. No es normal que un hombre joven como él se pase la vida aislado en su mundo intelectual. Creo que tú podrías sacarle al mundo de los vivos de vez en cuando. Yo nunca he sabido hacerlo. Siempre me he sentido intimidada por su enorme inteligencia.
___________ sintió que su cariño hacia la abuela aumentaba al instante. Incluso empezó a sentirse culpable por engañar a una mujer tan encantadora y que además adoraba a su nieto a pesar del temor reverencial que reconocía sentir por él.
—Señora Jonas, yo…
Cualesquiera que fuese lo que iba a confesar, quedó interrumpido por la protesta de la abuela.
—No, no. Por favor llámame Vivian. Señora Jonas es demasiado formal. Ahora me voy para que puedas asearte. Enseguida te subirán el equipaje —añadió, dirigiéndose a la puerta—. Por cierto, querida —añadió ya en el umbral con una última sonrisa.
—Dime, Vivian.
—No te molestes con Sybil. Es natural que al principio se sienta algo celosa de ti.
—¿Celosa? —repitió __________, asombrada de que la bella y competente Sybil pudiese sentir celos de ella—. ¿De mí?
—Por supuesto. ¡Joe ha dependido de ella durante tanto tiempo! ¿Entiendes? Siempre he sabido que no iba a ser fácil para Sybil aceptar que hubiese otra mujer en la vida de su hermano, a pesar de lo que todos deseamos que ella y George formen su propia familia. Pero creo que le gustas, así que te pido que tengas paciencia con ella. ¿Lo harás?
—Yo… Claro —le aseguró _________.
Una vez sola, se dejó caer sobre una silla. Un momento después, Joe apareció en el umbral y la observó con expresión divertida.
—¿Te estás recuperando del shock, querida?
_________ le devolvió una mirada malhumorada, pero se mordió la lengua al ver que no estaba solo. Después, tuvo que contener la risa al ver a Kellogg por primera vez.
El hombre entró en el dormitorio llevando las maletas con la dignidad que ____________ habría esperado del mayordomo de una rica familia de alcurnia. Manteniéndose muy erguido y rígido, depositó las dos ligeras maletas al pie de la cama. Iba vestido con un traje oscuro y una camisa blanca impecables.
A pesar de todo parecía un boxeador.
Tenía el rostro arrugado y curtido como el cuerpo, y debían de haberle roto la nariz tantas veces que ésta había perdido casi por completo su forma original, confiriéndole al rostro una curiosa alta de relieve. Los ojos eran grises y penetrantes como el acero, y el párpado izquierdo le tapaba el ojo a medias. El pelo, peinado hacia atrás, resaltaba unas orejas de soplete. El cuello duro de la camisa hacía las veces del inexistente cuello, separando las orejas de los descomunales hombros.
—________, éste es Kellogg, el mayordomo de mis abuelos —dijo Joe.
—Encantado de conocerla, señorita —dijo Kellogg, inclinándose a medias con un marcado acento de Bronx.
—Hola, Kellogg. Encantada de conocerlo —saludó ____________ sonriente.
—Gracias, señorita —dijo Kellogg, conteniendo una sonrisa—. No deje de avisarme si necesita algo.
—Así lo haré —le aseguró __________, mirando divertida a Joe.
—Eso es todo, Kellogg —murmuró Joe bastante serio pero con los ojos brillantes.
—Gracias, señor —dijo Kellogg, inclinándose por segunda vez.
—¡Qué mayordomo tan maravilloso, Joe! —exclamó _____________ al quedarse solos—. ¿De dónde lo han sacado tus abuelos?
Invitado
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Re: ♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)
—Pusieron un anuncio buscando uno hará unos diez años. Mi abuela lo contrató nada más verlo. A mi abuelo fue más difícil convencerlo. Pensaba que la abuela se había vuelto loca de repente. Pero le tomó cariño a Kellogg en cuestión de días. Es increíblemente fiel, y de una eficiencia espectacular.
—¿Tenía un buen curriculum vitae? —preguntó __________ con curiosidad.
Joe sonrió.
—Fue uno de los peores boxeadores que han existido. Después de dejar la profesión, se matriculó en una academia para mayordomos, lo que nos confesó que era el sueño de su vida. Éste fue su primer trabajo en la profesión.
—Me parece fantástico —dijo _________, riendo.
—Y yo me alegro de verte reír de nuevo —comentó Joe, sentándose al borde de la cama—. Nunca te había visto tan nerviosa como cuando hemos llegado.
—Todavía estoy nerviosa —admitió __________—. Y me siento tan culpable. Tu abuela es una mujer encantadora, Joe. No tiene nada que ver con lo que esperaba. Odio estar engañándola.
—¿Y qué es lo que esperabas? —quiso saber Joe, ignorando la última frase.
—Una persona inflexible y sin sentido del humor, muy consciente de su rango social, quizás algo esnob. Pero no es así en absoluto —se apresuró a añadir.
—No —convino Joe—. Pero mi abuelo sí. Lo has descrito a la perfección.
____________ gimió y se tapó la cara con las manos.
—No te preocupes, cariño. Le encantarás a mi abuelo. Como le encantas a todo el mundo —dijo, riendo Joe.
—Pues tu hermana no parece particularmente encantada —masculló ___________, levantando la cabeza.
—Oh, Sybil cambiará de actitud. Sólo está disgustada por haber empezado un romance sin preguntarle su opinión ni dejarla que lo organizase.
—Tu hermana te adora, Joe.
—Ya lo sé. Yo también la adoro. Por eso quiero su felicidad. Y creo que George la hará feliz.
—A pesar de eso la echarás de menos, ¿verdad?
Miró a ____________ largo rato antes de contestar.
—La echaré de menos —dijo finalmente—. Pero no tanto como hace un tiempo. No tanto como echaría de menos…
Se interrumpió bruscamente y se puso en pie.
—Estarás cansada. Te dejaré descansar hasta la hora de la cena, que es siempre a las seis y media. Mis abuelos se retiran pronto cuando no tienen que salir. ¿Necesitas ayuda para deshacer la maleta? Puedo llamar a la doncella.
—¿Doncella? No, ni hablar. Me las arreglaré perfectamente.
—Sabía que dirías eso —dijo Joe con una sonrisa—. Hasta luego.
Una vez sola, _________ se pasó un rato dándole vueltas a la frase inacabada de Joe. Se preguntaba si habría querido referirse a ella. Tragó saliva y pensó que quizás no fuese la única que tenía dificultad en distinguir entre su comedia y la realidad. Y sabía lo difícil que sería resistirse a Joe si él cometía el error de confundir una cosa con la otra.
Fin cap. 6
—¿Tenía un buen curriculum vitae? —preguntó __________ con curiosidad.
Joe sonrió.
—Fue uno de los peores boxeadores que han existido. Después de dejar la profesión, se matriculó en una academia para mayordomos, lo que nos confesó que era el sueño de su vida. Éste fue su primer trabajo en la profesión.
—Me parece fantástico —dijo _________, riendo.
—Y yo me alegro de verte reír de nuevo —comentó Joe, sentándose al borde de la cama—. Nunca te había visto tan nerviosa como cuando hemos llegado.
—Todavía estoy nerviosa —admitió __________—. Y me siento tan culpable. Tu abuela es una mujer encantadora, Joe. No tiene nada que ver con lo que esperaba. Odio estar engañándola.
—¿Y qué es lo que esperabas? —quiso saber Joe, ignorando la última frase.
—Una persona inflexible y sin sentido del humor, muy consciente de su rango social, quizás algo esnob. Pero no es así en absoluto —se apresuró a añadir.
—No —convino Joe—. Pero mi abuelo sí. Lo has descrito a la perfección.
____________ gimió y se tapó la cara con las manos.
—No te preocupes, cariño. Le encantarás a mi abuelo. Como le encantas a todo el mundo —dijo, riendo Joe.
—Pues tu hermana no parece particularmente encantada —masculló ___________, levantando la cabeza.
—Oh, Sybil cambiará de actitud. Sólo está disgustada por haber empezado un romance sin preguntarle su opinión ni dejarla que lo organizase.
—Tu hermana te adora, Joe.
—Ya lo sé. Yo también la adoro. Por eso quiero su felicidad. Y creo que George la hará feliz.
—A pesar de eso la echarás de menos, ¿verdad?
Miró a ____________ largo rato antes de contestar.
—La echaré de menos —dijo finalmente—. Pero no tanto como hace un tiempo. No tanto como echaría de menos…
Se interrumpió bruscamente y se puso en pie.
—Estarás cansada. Te dejaré descansar hasta la hora de la cena, que es siempre a las seis y media. Mis abuelos se retiran pronto cuando no tienen que salir. ¿Necesitas ayuda para deshacer la maleta? Puedo llamar a la doncella.
—¿Doncella? No, ni hablar. Me las arreglaré perfectamente.
—Sabía que dirías eso —dijo Joe con una sonrisa—. Hasta luego.
Una vez sola, _________ se pasó un rato dándole vueltas a la frase inacabada de Joe. Se preguntaba si habría querido referirse a ella. Tragó saliva y pensó que quizás no fuese la única que tenía dificultad en distinguir entre su comedia y la realidad. Y sabía lo difícil que sería resistirse a Joe si él cometía el error de confundir una cosa con la otra.
Fin cap. 6
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