[Terminada] // ~ Cuando nos volvimos a encontrar. (Louis T. & Lía)

por **Mslistie** Lun 17 Dic 2012, 5:40 pm

Nombre: ~ Cuando nos volvimos a encontrar.
Autor: MsListie.
Género: Sin definir.
Advertencias: No busco chicas. No sé si podré subir de forma seguida.

Sinopsis.

La última vez que se vieron tenían apenas diez años. Una amistad efímera, pero tan intensa como lo eran ellos, sin embargo el tiempo pasaba y las vidas seguían su camino acompañadas de los recuerdos y del olvido.

No obstante, las vidas pueden detenerse en una casualidad, en un momento, en un día sin señalar que puede romper lo que su destino ya estaba marcado.

por **Mslistie** Lun 17 Dic 2012, 6:09 pm

Flashback.

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-Cuando seamos grandes nos casaremos, tendremos hijos y viviremos en el campo. –Dijo una pequeña con su aguda y chillona voz.
-Yo prefiero la ciudad. – Musitó suavemente un niño con la mirada cabizbaja.
- He dicho en el campo. – Replicó la chiquilla mientras le miraba entrecerrando los ojos. - ¿Por qué prefieres la ciudad? Hay contaminación, ruido y coches. ¡Es malo para la salud y no me gusta! –Volvió a chillar cruzándose de brazos mientras apretaba los labios.

El pequeño elevó su rostro hasta el de la niña y sonrió mientras le colocaba uno de sus extensos mechones azabaches por detrás de la oreja.

- Lia, si vivimos en la ciudad, podrás ir de tiendas y yo podré hacerte regalos. Si vivimos aquí solo podré regalarte un nuevo sillín para el caballo. ¡Y no sé hacer sillines! – Frunció el ceño haciéndose la idea de cómo sería vivir entre animales y naturaleza.
- ¡EN EL CAMPO! Te guste o no viviremos aquí. – Se apartó del chico y se sentó en frente suya, mirándolo atentamente a la espera de un cambio de opinión.
- Pues yo me iré entonces a la ciudad. – Dijo.

Lia lo observó sorprendida e intentó reflejar a través de sus ojos una ráfaga de furia que tan inútilmente se convirtió en lágrimas. Restregó sus pequeñas manos por el escozor y volvió a chillar, aún más fuerte.
- ¡TE ODIO LOUIS, TE ODIO!- Se levantó y se fue corriendo hasta la parte de atrás de la casa, dejando al chiquillo solo.

El egoísmo de Lía era algo que no podía cambiar, por lo que observó a su alrededor en busca de los aspectos positivos que tenía vivir en el campo. Insectos… Eso era todo lo que podía ver allí, no entendía por qué a Lia le gustaba tanto este lugar. Supongo que era porque amaba los animales y se lo pasaba bien con ellos.
El pequeño fue en busca de su amiga a la parte trasera de la casa rural en la que veraneaban, y la encontró allí sentada en el banco mientras le daba de comer a los pequeños pollitos que jugueteaban a su alrededor.
Se acercó a ella sigilosamente y se sentó en el sitio del banco que quedaba libre. Ella guardó silencio mientras se alejaba ligeramente del lado de Louis. Éste tan solo suspiró y esbozó una enorme sonrisa.

- Creo que podré querer el campo igual que a la ciudad. Lía, dime ¿La casa la quieres al lado del río o al lado de la granja? –Ella lo miró con sus enormes ojos verdes y se abalanzó sobre él abrazándolo con fuerza, dejándolo casi sin respiración.
- Tendremos muchos caballos, cerditos, ovejas, conejos… ¡De todo! – Chilló volviéndole a estrechar entre sus brazos, dejándole el pelo totalmente despeinado. Él tan sólo reía mientras le devolvía el abrazo.
- Ven Louis, vamos a jugar con los caballos. – Exclamó ella con un atisbo de felicidad y le cogió la mano al ojiazul, llevándole hasta las cuadras.

por **Mslistie** Miér 19 Dic 2012, 12:27 pm

Capítulo 1

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Lía se despertó por culpa del reloj a las 7 de la mañana para el comienzo de su rutina. Ese sueño le reconfortó, pues hacía tiempo que no recordaba aquel ojiazul que la acompañaba cada verano en las cabañas rurales y hacía su estancia más divertida. Pero cierto fue que ese sueño le hizo recordar el último día que se vieron. Eso fue hace aproximadamente diez años. Había pasado mucho tiempo, y apenas lo recordaba, tan solo sabía que fue su mejor amigo cada estación durante 5 años. Un día sus padres decidieron ir a una casa rural y cambiar un poco lo que eran sus vacaciones, y allí conocieron a varias familias, pero con las que más afinidad tuvieron fue con los Tomlinson, así que ente ambos pactaron reencontrarse cada verano en el mismo sitio. La decisión que tomaron le pareció a Lia una tremenda estupidez, pero agradeció que hubieran cometido tal tontería, pues conoció a una gran persona que ya quedó en el olvido.
¿Por qué se rompió la tradición de veranear allí? Por el simple hecho de que ambas parejas tuvieron complicaciones. O eso le dijo la madre de Lía. Los padres de Louis estaban en proceso de separación, y los de ella estaban centrados más en su trabajo que en su vida sentimental, ya que la espera de un segundo hijo les hicieron duplicar los bienes gananciales y se limitaron los gastos. De vez en cuando surgía una visita esporádica por parte de Suzane, la madre de Lía, por cuestiones de trabajo y se encontraba allí con la madre de Louis. La pequeña siempre le insistía en ir con ella para poder visitarles, pero los problemas económicos y la responsabilidad de cuidar al recién nacido Jhon, hizo imposible sus deseos de volver a ver al castaño, así que finalmente se rindió.
Lía tomó una ducha antes de bajar a desayunar. Aquel sueño la dejó aturdida, hacía tanto que no soñaba con esos momentos que se le tornó las tostadas de mermelada a sabor nostálgico. Suspiró mientras observaba como Jhon hacía sus deberes mientras veía la tele. Julia, la señora de la casa, le llamaba constantemente la atención para que se centrara en lo que hacía y no tuviera fallos.
Los padres de Lía fueron muy estrictos con la educación de Jhon, ya que los tiempos cambiaron y las rachas que estaban por llegar eran pésimas en cuanto a nivel educativo. Ella no apartó de vista al pequeño, y contempló lo diferente que era a ella. Lía siempre se quejaba por sus deberes, tenía un carácter un tanto inaguantable y le costaba obedecer. Claro que eso cambió conforme iba creciendo. Cambió demasiado en su paso por la adolescencia, se podría decir que aún estaba en ella, pero estaba llegando a la fase adulta.
El claxon de un coche la despertó de sus pensamientos, miró el reloj y se percató de que ya era la hora de ir a clase. Terminó la parte que le quedaba del desayuno, y cogió sus cosas rápidamente antes de salir por la puerta.
Allí estaba Ian, el capitán del equipo de fútbol de su instituto. Era alto, pelo negro y unos ojos grises que quitaban el hipo a cualquiera. Llevaban juntos dos años pero a Lía ese tiempo aún le parecía insuficiente.

por **Mslistie** Miér 19 Dic 2012, 5:20 pm

Capítulo 2.

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-Estoy nervioso por el partido de mañana. –Suspiró Ian mientras emprendía la marcha hacía el instituto.
-No te preocupes. Lleváis una buena racha de partidos ganados, y hasta el momento en todos estabas seguro de que podíais. –Lía intentó consolarlo con sus palabras, pero al parecer fueron en vano.
- Resulta que el equipo de mañana es uno de los más duros de toda la liga, ya nos avisó el entrenador. No sé si podremos, nena… -Mantenía la vista fija en la carretera, pero Lía pudo notar la preocupación en su tono de voz.
- ¿De dónde es? –Preguntó ella mientras rebuscaba en su bolso un pequeño perfume. Ian llevaba repitiéndole el equipo contra el que jugaban cada día, pero Lía tenía una memoria parecida a la de un pez en cuánto a determinados temas, por lo que se le olvidaba el nombre constantemente y eso el chico lo sabía bien.
- Doncaster. Malditos cabrones que nos van hacer quedar segunda posición. – Ian odiaba perder, como a la mayoría de los jugadores, pero se lo tomaba como algo personal en lugar de un simple juego. A Lía no le entusiasmaba el fútbol, pero siempre se tragaba todos los partidos en los que Ian jugaba, para darle ánimos y hacerle saber que ella estaba allí.
- Sabes que yo estaré allí pase lo que pase. – Sonrió y acercó sus labios hasta el hombro del moreno, dándole un beso. Después fijó la vista hacia la carretera pensativa. “Doncaster” se repitió para sí misma. “¿De qué me suena a mi esa ciudad? Ah, sí. Leí un artículo el otro día”

Esa tarde iban a entrenar ambos equipos en el pabellón oficial de Irlanda, por lo que Lía tendría que ir para ver los entrenamientos. Ni si quiera pasó por casa para comer algo, ya que Ian tan nervioso como esa misma mañana, la recogió puntualmente con un sándwich en la mano.
Lía, aparte del sándwich, decidió pasarse por la cafetería mientras Ian se cambiaba para entrar al campo. En su interior había varios chicos de Doncaster tomando una bebida energética para antes de empezar. Echó un vistazo, y para su gusto, la mayoría eran bastante atractivos. Se acercó a la barra y pidió un café con una chocolatina. Mientras esperaba oía como los de la mesa de al lado susurraban cosas inaudibles para su oído. Iba a girarse para al menos observar sus caras, pero alguien apareció por detrás tapándole los ojos.

-Ian, odio que me hagas eso. – Dijo sonriendo.
- Puaj, esto está plagado de londinenses. Apesta. –Susurró contra su oído, por lo que ella no pudo evitar una leve carcajada.- Y para colmo está aquí el capitán del equipo.
Lía se zafó de las manos de Ian, y se dio la vuelta para mirarle.
-¿Quién de todos es? –Preguntó curiosa.
-Uno de los que están en esa mesa. –Indicó con la barbilla la zona de los cuchicheos por lo que Lía se giró para verlos. – Es evidente quién es.

Sí, era evidente. Llevaba una cinta azul alrededor del brazo, era lo único que diferenciaba los capitanes de los jugadores. En ese momento, las miradas de Lía y el muchacho se cruzaron, pero ella, en lugar de apartar sus ojos de los del castaño, siguió su recorrido para analizar a los tres que acompañaban al líder, finalizando otra vez en él. Entrecerró los ojos mientras lo observaba, estaba dispuesta a realizar un concurso de miradas, pero ya era suficientemente mayorcita para ese tipo de juegos.
El chico castaño se levantó de repente, por lo que Lía se sobresaltó ligeramente pensando que quizás se había pasado demasiado tiempo mirándolo y eso lo pudo incomodar.

-Hey, Ian. ¿Qué hay? –Dijo dirigiéndose al moreno mientras le tendía la mano. Por un momento Ian dudó en si estrechársela, pero el codazo de Lía hizo que el movimiento fuese inmediato.
-Mañana vamos a ir a por vosotros, así que preparad los pañales por si os cagáis. –Su voz se endureció, por lo que Lía no pudo evitar esbozar una mueca.
-Tranquilo Ian. No adelantes los hechos por si luego te comes tus propias palabras. –Dudó un momento antes de proseguir.- O comerte tu propia “mierda”- Movió los dedos lentamente mientras pronunciaba la última palabra y plasmó una amplia sonrisa en el rostro.

Los ojos de Ian echaban fuego, por lo que estaba dispuesto a comenzar el partido allí mismo, con el problema de que en lugar de dar patadas a un balón, las daría a la cara del capitán.
Vámonos. –Tomó a Lía del brazo y salieron de la cafetería dejando las risas a su paso. Ian supo controlar esa furia para desecharla en el campo, por lo que el partido sería tenso.

- Vamos Ian, no te lo tomes así. Es un partido.
-Lía, no empecemos por favor, ya sabes como terminamos siempre. –Suspiró mientras se giraba para mirarla.
-Está bien. Está bien. –La chica rodó los ojos y entrelazó sus dedos con los de Ian mientras avanzaban hasta el campo en donde le tocaba entrenar.- ¿Cómo se llama ese chico?
-Louis. –Respondió con cierto tono de asco.

por **Mslistie** Jue 20 Dic 2012, 4:44 pm

Capítulo 3.

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"Louis”. Se repitió Lía para sí. No pudo evitar sonreír ante la imagen del chico que se le venía a la cabeza cuando escuchaba ese nombre. A lo largo de su corta vida, conoció a algunos Louis, un par quizás, pero el único que más recordaba con cierto cariño y melancolía era a aquel chaval de ojos claros que jugaba con ella a los caballos.

Ian la besó antes de desaparecer en el campo, era el único que faltaba para comenzar el entrenamiento. En la grada, se encontraban la mayoría de las chicas que suspiraban por los jugadores, y luego, las que eran sus novias oficiales. El pabellón estaba lleno de gente, y Lía no entendía cómo podía aglomerarse tanta expectación en unos simples entrenamientos, aunque claro, su gran mayoría era adolescentes de 15 años.

Pasó la primera media hora observando la jugada del equipo irlandés, pero algo estaba desordenado en su interior. Decidió levantarse e irse a la calle, necesitaba despejarse después del día tan ajetreado que solía ser su llamada rutina. Bajó los escalones y avanzó por el pasillo. Escuchó el abucheo en la sala de al lado, asi que imaginó que sería el equipo londinense mostrando sus habilidades, por lo que todos lo del país los veían como los rivales más fuertes con los que podían enfrentarse. “Menudos hinchas están hechos todos” pensó.

Se acercó hasta la barandilla, la cuál estaba escasa de gente y se quedó observando como era el juego de Doncaster. No tardó mucho en divisar al capitán, sin razón alguna fue el que más llamó su atención, principalmente sería por el nombre, que le traía viejos recuerdos, y más cuando la noche anterior había soñado con ello.

Lía no tenía apenas idea de fútbol a pesar de que Ian la pusiera al día, pero al menos sabía diferenciar las principales cosas, una de ellas es que estaban practicando los tiros a puerta. Louis tenía un buen potencial, incluso Lía se atrevía a ponerlo por delante de Ian. Chutaba con fuerza y sus goles eran completamente llevados al azar. Con razón era el capitán.

Estaba tan perdida “analizando” su juego que no se percató de que el castaño la miraba tras un aviso de uno de los suyos, por lo que levantó el brazo y la saludó. En ese momento Lía despertó de su lapsus tras ver un brazo agitarse y tan solo reaccionó con una sonrisa, algo avergonzada. Se incorporó y se marchó a la cafetería.

Mientras desconectaba, tomó un chocolate caliente mientras jugueteaba con el móvil. Estaba aburrida de estar allí y tan solo deseaba que el entrenamiento acabara. Según el reloj faltaban unos escasos 15 minutos, pero para ella sería como una interminable hora en su reloj biológico. Sus párpados estaban a punto de cerrarse cuando de pronto escuchó unas voces que hicieron que retomara la compostura. Un grupo de chicos sudados y apestosos entraban por la puerta dando gritos.

-¡Joder! Necesito algo helado. Ahora mismo me comería el puto polo norte. –Decía uno.

-Me conformo con un chupito de vodka. – Inquirió otro entre risas.

- Chicos, nada de alcohol hoy ¿eh? –Sonó una voz grave. Era el entrenador del equipo. – Hoy quiero descanso al máximo, ya mañana tendréis tiempo para iros de copas. Iros a las duchas y directos para el hotel, ¿estamos?

-Sí, señor! – Dijeron al unísono colocando una de sus manos en la frente.

Y de repente entró él.

por **Mslistie** Vie 21 Dic 2012, 7:31 am

Capítulo 4.

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Recordando el momento de antes, tomó rápidamente el último sorbo de chocolate que le quedaba y cogió sus cosas para ir en busca de Ian. Pasó entre todos los chicos que dejaban un olor horrible a su paso, de pronto Lía chocó contra alguien y sus cosas cayeron.

- Oh, lo siento! Te ayudo a recoger esto. – El muchacho se agachó para coger las pocas cosas que salieron de su bolso y se levantó enseguida devolviéndoselo con una sonrisa. –Vaya, tú eres la chica que estaba en nuestras gradas. La única que no nos abucheó. – Dijo entre risas. Era un chico alto, moreno, rapado y con ojos marrones, era muy atractivo a los ojos de Lía, y pudo leer en su camiseta que se llamaba Liam.

- Soy Liam. Encantado.

Cuando Lía iba a abrir por fin la boca, vio al otro lado de la cafetería a Ian, haciéndole señas para que fuera.

- Lo siento Liam, he de irme. – Contestó la chica apresurada. Le dio las gracias y le sonrío, devolviéndole este la sonrisa a la vez que hacia un gesto de ademán. Notó como la miraban conforme se marchaba y esto le puso algo nerviosa.

-Te prohíbo hablar con los enemigos. –Dijo Ian con su hermosa sonrisa. Se acercó a Lía y la besó suavemente en los labios.

-Puaj, Ian, apestas. Dúchate. – Lía esbozó una mueca de desaprobación.- Voy a irme ya a casa. Estoy cansada

- ¿No quieres esperar un poco más y te alargo en coche?

- No, no te preocupes idiota. Descansa que mañana te espera un día duro.

- Recuerda, a las 12 aquí. – Volvió a besarla y seguidamente le dio un último beso en la frente. – Te quiero.

- Y yo a ti.

Lía llegó a casa cansada. Saludó a sus padres con un beso y se fue directa a la habitación con la excusa de haber cenado afuera con Ian. Se deshizo de toda la ropa que cubría su cuerpo y tomó una ducha para descargar tensiones.
Se acercó hasta la estantería y abrió una cajita llamada “la cajita de los recuerdos” en donde tenía algunas cosas de sus vacaciones con Louis en la casa rural. Ese día se levantó demasiado nostálgica y decidió torturarse un poco más con ello.

Sacó unas fotos que guardaba con cariño y que hacía años que no las echaba un ojo, y se observó en la primera, a ella dándole un beso a Louis en la mejilla. El castaño sonreía ampliamente y ella tan solo tenía las mejillas ruborizadas, de repente se le vino a la mente el capitán del equipo de Doncaster. Se parecía tantísimo al pequeño que dudó en si serían la misma persona, pero desechó rápidamente la idea ya que el mundo no era tan pequeño y el destino estaba un poco alejado de las creencias de Lía.

Después sacó una pulsera hecha de cuero. Louis era hábil con las manos, y se la regaló el último día que se vieron. Recordó lo infantil y lo impresionable que era ella de pequeña. Sus ojos solían brillar por cualquier detalle, y más si era Louis quién se lo hacía. También recordó como ella, tan llorona que era, se le escaparon unas lágrimas al no haberle hecho a Louis un regalo, y tras el consuelo del castaño, a ella se le ocurrió regalarle su collar de la “suerte”. Se trataba de una piedra celeste que usaba desde que tenía uso de razón, era muy importante para ella, pero aún más si quién la poseía era él. “Así va a juego con tus ojos”.

Lía no supo con certeza si estuvo enamorada de Louis, ya que siendo tan pequeña no era consciente del significado que supone dicha palabra. Pero lo que si sabía era que le quiso muchísimo y que contaba los días que faltaban para su nuevo reencuentro.

Por primera vez en varios años, Lía derramó una lágrima. Le echaba de menos, y quizás el parecido del chico de Doncaster le hizo aflorar la sensibilidad que ella mantenía oculta.

por **Mslistie** Vie 21 Dic 2012, 5:39 pm

Capítulo 5.

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Lía miró el reloj con los ojos entrecerrados, aún sumergida en otro de sus sueños, hasta que vio que marcaban las 11:30.
No entendía como pudo haber dormido tanto, y como su despertador no sonó a las 9 y media de la mañana.
Mierda, mierda, mierda. No me da tiempo.
Fue rápidamente al armario y tropezó con unos de sus zapatos, dándose así un fuerte golpe en la cabeza. Maldijo todo lo que no estaba escrito y cogió los primeros vaqueros que pilló. Se puso una simple sudadera y fue directa al baño para arreglar las pintas mañaneras con las que se despertaba. La cabeza le dolía, demasiado, el golpe no fue leve y la estaba atontando. Bajó con cuidado las escaleras y cogió una chocolatina y un zumo para calmar su sed, no había tiempo para demorarse en el desayuno. El reloj marcaban las 11:50 y estaba claro que llegaría tarde. Cogió su abrigo y salió casi con el tiempo justo para pillar el autobús que la llevaría hasta el pabellón.

12:20. El partido no fue tan puntual como esperaba Lía ya que aún estaban dándole los últimos arreglos al campo y los árbitros estaban colocándose. Desde la grada, divisó a Ian y le lanzó un beso, devolviéndoselo éste con una sonrisa.

-Irlanda contra Londres. Cork contra Doncaster. El partido de hoy va a estar muy reñido ya que ambos equipos son los mejores de la liga. No se levanten de la silla, este partido sin duda será prometedor…

El locutor comenzó la introducción del partido por lo que las voces no se hicieron esperar. La mayoría abucheaba a Doncaster y daban ánimos a Irlanda.
Hizo la presentación de cada uno de los equipos, dejando a ambos capitanes para el final. Lía olvidaba lo interminable que se le hacía este tipo de cosas.

-Y para finalizar, tenemos por un lado al líder y capitán de Cork: Ian Somnder. – El locutor guardó silencio para que nos deleitáramos con las alabanzas hacia Irlanda y al cabo de unos segundos prosiguió.- Y por el lado contrario, tenemos al jefe de uno de los grandes rivales de Irlanda. Os presentamos al capitán de Doncaster: Louis Tomlinson.

Los músculos de Lía se tensaron cuando escuchó el nombre completo del capitán de Doncaster. No puede ser. La temperatura de su cuerpo subió automáticamente y sentía que se estaba ahogando con su propia sudadera. Quedó perpleja, desconcertada, sorprendida y sobre todo nerviosa. Hay muchos Louis Tomlinson en el mundo ¿no? Sí, el mundo no es un pañuelo. Intentó tranquilizarse buscando una lógica en la ilógica aplastante. ¿Realmente podía ser el mismo chico que jugaba con ella en el campo? ¿Podría serlo? Necesitaba despejarse, fue un golpe imprevisto que apareció sin avisar.

Salió a la parte trasera del pabellón mientras sacaba apresuradamente un cigarrillo para calmar los nervios. Calada tras calada no paraba de pensar en Louis, el pequeño Louis. ¿Todo fue una señal? Lía negaba sobre el destino, nunca creyó en él, pero creía en las casualidades y causalidades, era lo más razonable ¿no?

El primer tiempo terminó en empate a cero, y ella seguía afuera. Las ganas de entrar se disiparon, quizás estaba siendo exagerada su reacción pero no lo podía evitar. ¿Él se acordaba de ella? ¿Sabía que era ella con la que compartía los veranos? Tenía la necesidad de hablar con él y asegurarse que era el mismo Louis. Para que engañarse, ella sabía que lo era, el parecido era más que razonable apartando la casualidad del nombre y apellido.

Ahora su interior si que estaba hecho un caos, deseaba interrumpir el partido y abalanzarse sobre él, decirle que lo echaba de menos, decirle su nombre, sus recuerdos. ¿Los compartía?

por **khloe** Vie 21 Dic 2012, 6:06 pm

Primera lectora (creo)
sadjksda Me encantooo esta hermosa
Siguela prontooo
Besos

por **Mslistie** Sáb 22 Dic 2012, 5:24 pm

Capítulo 6.

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Finalmente, tras los primeros quince minutos del segundo tiempo, Lía decidió entrar intentando controlar su nerviosismo. Volvió a sentarse en su sitio de las gradas y observó la última media hora del partido. Esta vez no se fijaba en Ian, su atención estaba centrada en Louis, no dejaba de analizarle paso a paso por si su subconsciente le había jugado una mala pasada, pero no había duda, era él. El corazón le latía deprisa, estaba entusiasmada y no sabía por qué, pues con el paso de los años fue olvidando al castaño y no entendía las sensaciones que estaba experimentado al verle. Nunca maquinó en su cabeza como sería un reencuentro pues lo tachó de imposible, pero ahora, que tenía la oportunidad se le hacía realmente pesado. No encontraba las palabras exactas ni las excusas para acercarse. Quizás lo mejor era dejarlo pasar.

El partido finalizó con empate a cero por primera vez por parte del equipo de Irlanda, por lo que se decidió posponer el partido para dentro de tres días.

Lía sabía que aún le quedaba bastante tiempo hasta que Ian saliera, por lo que se fue a las escaleras del pabellón y comenzó a jugar con el móvil mientras esperaba. De pronto, un nuevo mensaje asaltó su concentración en el trivial.

Cariño, no hagas planes para esta noche. Tenemos cena. Mamá.

Lía bufó ásperamente, pues pensaba en pasar la tarde y parte de la noche con Ian, así que el asunto de una cena arruinaba todos sus planes.
Al cabo de una interminable media hora, Ian salió de los vestuarios cargado de su mochila
.
-Lo que yo te decía, unos cabrones. ¿Vistes las faltas? ¡Y el árbitro no las pitó! –Sonaba molesto y decepcionado. – Voy arruinarles la liga el próximo día.

-Oh vamos, los dos sois equipos muy buenos. El que gane el partido será por cuestión de suerte.

- El entrenador nos ha prohibido entrenar estos días, quiere que “descansemos” – Resaltó la última palabra con un tono sarcástico y cambió de tema, pues los comentarios sobre los partidos le tensaban. - ¿Dónde te apetece ir hoy, enana?

- Pues verás, Ian… Mi madre me ha mandado un mensaje. Hoy tenemos cena, por lo que no podré salir. –Lía observaba el movimiento de sus pies conforme avanzaban hacia el coche. – Hoy los chicos salían ¿no? Ve con ellos.

- ¿En serio, Lía? Joder. Si no son por las clases, son por los exámenes y si no por la cena de familia. – Bufó lanzando la bolsa en el maletero y cerró bruscamente.- Cada vez nos vemos menos.

- Bueno Ian, el que tú estés entrenando todos los días no ayuda. –Contestó Lía a la defensiva.

-Y cuando termino de entrenar ya tienes tus planes hechos.

- No es que tenga planes hechos, es que terminas tarde y a mí a esas horas no me apetece salir. O simplemente no me apetece volver desde la otra punta cuando estoy con mis amigas nada más que para vernos cinco minutos. – Cogió aire e intentó controlar sus palabras, no quería otra pelea más.

- Claro, es más fácil que sea yo el que vaya a verte desde donde esté ¿no? – Inquirió Ian rodeando el coche, abriendo la puerta delantera.

- Basta, Ian, basta. Vámonos. –Abrió la puerta del copiloto y entró en el coche, dejando el bolso en la guantera mientras oía como Ian murmuraba por lo bajo cosas que Lía no prestó atención. La discusión se terminó para ella, y más cuando se trataba de una tontería. Miró a través de la ventana como la aglomeración se iba despejando y el equipo de Doncaster aparecía. Ahí estaba Louis riendo, como siempre solía hacer mientras hacía bromas con los suyos. Lía sonrió y sintió como los nervios llamaban a su organismo otra vez, sintió las ganas de abrir la puerta y salir rápidamente a su encuentro, pero desechó la idea cuando Ian arrancó el motor.

El trayecto hasta casa fue tenso, ninguno de los dos quiso romper el silencio que embriagaba el coche por lo que la despedida fue corta. Lía cerró la puerta sin ánimo de besar a Ian, y éste ni se molestó en detenerla. Arrancó y se marchó.

Lía entró a casa y se fue directa a las escaleras para dar huída a su habitación. No quería hablar con su madre, pues en cierto modo fue la culpable de la pelea con Ian, pero cuanto antes ese pensamiento se le pasó por la cabeza, antes rompía sus expectativas.

-Lía, ven aquí un momento por favor. –La dulce voz de su madre sonaba con un extra de felicidad. La chica se acercó hasta la cocina donde estaba ella y la miró con una mueca.

-¿Qué pasa? – Dijo con un tono de voz molesto.

-Adivina quiénes son los que vienen a cenar esta noche. –El entusiasmo que emanaba por su voz era incontrolable. -¡Adivina!

-No lo sé. –Respondió secamente mientras iba hacia la nevera en busca de agua fresca.- A ver, sorpréndeme. – La desgana estaba presente y ella no tenía ganas ésta vez de controlarla.

- ¡Los Tomlinson! – Le faltó poco para dar un pequeño salto de alegría.- Y no solo vienen Jay y Mark, ¡si no que también vendrá Louis!

Ahora a Lía si que se le cayó el mundo encima.

por **khloe** Sáb 22 Dic 2012, 6:12 pm

sdbhkdsfd Louis sabra que es ella dfbjkdfbh No entiendo por que Ian se molesta si no es su culpa pero bueno
Síguela prontoo
Besos

por **Mslistie** Mar 25 Dic 2012, 12:17 pm

Capítulo 7.

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El tiempo pasaba, y la tarde cada vez era más corta por lo que faltarían escasos momentos para que el timbre sonara y aparecieran los recuerdos.

Lía estaba tirada sobre la cama, pensando en qué haría o qué diría. Esto de los reencuentros no estaban hechos para ella. Los nervios estaban más presentes que nunca, y de vez en cuando, sin poder contenerlo, se le escapaba una sonrisa cada vez que las manecillas del reloj indicaban la hora acordada. Sin poder evitarlo, salió de su habitación y fue directamente a la cocina con la “excusa” de ayudar a terminar de poner la mesa.

-¡Después de tantos años vas a volver a ver a Louis! ¿Estás nerviosa? – Preguntó su madre mientras terminaba de colocar las copas.

- Creo que estás más nerviosa tú que yo. – Lía intentó controlar su mezcla de sensaciones. ¿Nerviosa? Eso se quedaba muy corto.

- Hace mucho tiempo que no veo a Jay y Mark, los echo de menos. –Sonrió observando que a la mesa no le faltara ningún detalle.- Louis tiene que estar enorme. – De repente frunció el ceño y miró a Lía de arriba abajo.- Creí que te dije que te arreglaras.

Lía llevaba unos pantalones anchos, unas nike y una simple camiseta de tirantes blanca. La calefacción de la casa estaba tan fuerte, que podían ir en ropa interior si pudieran.

-Oh vamos mamá. No voy a ponerme un vestido y tacones solo para recibir la visita. –Se colocó en frente del espejo del salón y se miró.- Además, no voy tan mal. Natural, ¿no?

-No tienes remedio hija. –Suzanne sonrió y desvió la mirada al reloj impaciente. – Están a punto de llegar. ¿Todo está bien? ¿Ves algún fallo? ¿Los colores combinan?

-Tranquila mamá, todo está en orden. –Río mientras se disponía a ir a la sala de al lado para relajarse. Tenía un nudo en el estómago y otro en la garganta, solo que su madre no pareció o no quiso darse cuenta.

De pronto, el timbré sonó y Lía escuchó como Suzanne desde la cocina le pedía que abriera. El calor volvió a apoderarse de ella, por lo que tomó una bocanada de aire y la expulsó lentamente colocando a su vez la mano en el picaporte, abriendo “tranquilamente”.
Se encontró a Jay, tan preciosa como el último día que la vio. No la recordaba tan joven, y se sorprendió de lo que el paso de los años hizo con ella.

-¿Lía? Oh Dios mío, Lía cariño ¿eres tú? – Los ojos de la mujer comenzaron a brillar de emoción, por lo que Lía asintió sonriendo ampliamente. Jay se acercó y la abrazó mientras recordaba cuanto había crecido desde la última vez. Después se fue corriendo a abrazar aún más fuerte a Suzanne mientras sostenía a Lía de la muñeca.

- Mira tu hija. Está preciosa. No, no, preciosa se queda cortísimo. – Ambas mujeres rieron y miraban a la chica como si nunca hubieran visto a una adolescente en etapa adulta. Mike, apareció detrás junto con el padre de Lía, chocando las manos como solían hacer en aquellos tiempos tras saludar a Louis que estaba cerrando la puerta. Al parecer estaba algo molesto, o disgustado ya que un bufido se le escapó de los labios, sin embargo cuando giró su cuerpo y se encontró con la mirada de la chica de las gradas, su rostro cambió completamente.

Estaba perplejo al igual que Lía cuando escuchó su nombre en el partido. La observó detenidamente durante unos instantes sin decir nada hasta que ella decidió romper la incómoda situación.

-Hola Louis. ¿Me recuerdas? – La voz temblorosa de Lía la ocultó con una amplia sonrisa esperando una reacción del castaño.

Éste, le devolvió la sonrisa y asintió en silencio mientras se acercaba poco a poco a la chica. En ese momento Lía se sintió una estúpida por no haberse dado cuenta desde el primer día que ese chico era su amigo de la infancia, ya que sus ojos, esos ojos tan característicos, eran únicos. Recordó ese brillo, era inolvidable.

De pronto, el castaño se abalanzó sobre ella abrazándola tan fuerte que casi la dejó sin respiración. No se esperaba esa reacción, tal vez una más formal o más seria, pero se sintió feliz al comprobar que Louis, seguía siendo precisamente Louis, o al menos lo poco que recordaba de él.
Lía rodeó su espalda consiguiendo vencer esa estúpida timidez que la seguía y apretó al muchacho con fuerza contra ella, apoyando su barbilla sobre el hombro de Louis. Sentía como su corazón latía a mil por hora ¿Tanto le había extrañado?

por **Mslistie** Mar 25 Dic 2012, 1:24 pm

]Capítulo 8

[Terminada] // ~ Cuando nos volvimos a encontrar. (Louis T. & Lía) Tumblr_mflhvvGz041r3hbd2o1_500_large

- Que bien hueles. – Susurró contra su oído.

-El olor a masculinidad. Créeme que de eso no pueden presumir muchos. – Contestó Louis con una leve carcajada a la vez que iba separándose del efusivo abrazo.- Vaya Lía... Has cambiado muchísimo. – Tomó su mano y la obligó a dar una vuelta sobre si misma.

- Mírate tú. ¿Quién iba a imaginarte con traje? –Colocó los dedos índice y pulgar sobre la corbata del muchacho y dio un par de tirones.- Aprendiste a ponértela, mis felicitaciones Tomlinson.

-¿Quién iba a imaginarte a ti con esas pintas? –Alzó una de sus cejas divertido mientras acercaba sus dedos a uno de los mechones del cabello de Lía.- ¿Desde cuándo eres pelirroja? Con esos pelos normal que no te reconociera. ¿Por qué no me dijiste nada en los pabellones?- Preguntó aún sorprendido por la situación.

- Porque no sabía que eras tú. Bueno, en cierto modo sí, pero no sabía si me recordarías. Ha pasado mucho tiempo, ya sabes. –Las palabras casi salían atropelladas y su excusa era un tanto patética.

-¿No recordarte? Tus chillidos y enfados no son fáciles de olvidar. –Sonrió haciéndole recordar a Lía lo insoportable que era ella de pequeña, y la infinita paciencia que tuvo el castaño con cada una de sus rabietas.

- Lo que no es fácil de olvidar son tus tonterías, Louis. –La chica río dándole un suave golpe en el hombro a la vez que iban adentrándose a la sala de estar, donde sus padres les esperaban con una enorme sonrisa en el rostro.

La cena transcurrió con normalidad con bromas y risas entre ambas parejas. Jay hizo saber que su relación con Mark se había arreglado desde hace un par de años y que cada día era más feliz. Sacó de su bolso unas fotos de sus pequeñas hijas, las cuales estaban alrededor de Louis jugueteando y riendo. Suzanne les mostró una foto del pequeño John ya que él se encontraba en casa de Julie, en la foto aparecía junto a Lía, con sus gafapasta puestas mientras despeinaba el cabello de la chica. Era una foto adorable.

Como era previsto, comenzaron a recordar los momentos que pasaron en la casa rural, en especial los de Louis y Lía.

-Lía era demasiado cabezota, y Louis demasiado tierno con ella. Creo que te excedías. –Comentó Suzanne entre risas.- Eran adorables verlos a los dos cogidos de la mano.

Conforme avanzaba la conversación, a Lía se le hicieron los recuerdos cada vez más nítidos, tanto, que tenía la impresión de que lo sucedido fue hace unos días. El tiempo era muy relativo. Por alguna extraña razón, deseó coger la mano de Louis y sentir lo que fue su tacto, solo por curiosidad, pero él se encontraba en el otro lado de la mesa y el acto era un poco difícil y además, fuera de lugar. Suzanne sacó de su lapsus a Lía.

-Y no sabéis el berrinche que cogió cuando le dijimos que no volveríamos a ir. Se pasaba los días llorando en su cuarto, pidiéndome que me la llevara hasta Londres para ver a Louis. –Reían con cada anécdota, pero al parecer a Lía no le hizo demasiada gracia.

-Mamá, por favor. –Intentó interrumpirla.

-Llegué a preocuparme, porque era tan solo una niña y ya tenía los síntomas de una adolescente enamorada. Apenas comía y se tiraba los días en su habitación. –Volvió a reír mientras se llevaba un trozo de carne a la boca.

- Mamá, para. –Lía intentó que su voz no sonara cortante, pero la situación le incomodaba.

- Además, tiene en su cuarto una cajita en dónde guarda todas las cosas de aquellos veranos. Tiene unas fotos con Louis preciosas.

En ese momento sintió como la mirada de Louis se clavaba en ella con sorpresa y quizás curiosidad, aunque la sonrisa no la borraba de su rostro. La chica, aturdida, se giró bruscamente para mirar a su madre.

-¿Qué? –Sin quererlo el tono de voz se fue elevando.- ¿Desde cuándo entras a mi cuarto para husmear en mis cosas? Sabes que eso es privado y demasiado personal. ¡Lo sabes!

- Lo sé cariño, no pude resistirme. Ya sabes que eso de lo prohibido atrae. –Las risas cada vez se hacían más insoportables para Lía, por lo que tomó aire e intentó tranquilizarse, pero si por ella fuera se levantaría chillándole a su madre dándole lecciones de moral e intimidad y se iría a su cuarto. Pero la educación estaba ante todo.

- ¿Y qué más hay en esa cajita? –Lía miró con incredulidad a la persona que había hecho tal pregunta. El castaño tan solo se limitó a guiñarle un ojo, lo que volvió a molestarla.

-Nada, no hay nada más. – Respondió ella rápidamente.

- Pues tiene muchas cosas vuestras, Louis. Pero mejor me abstengo de decir nada, que esta noche no quiero peleas. –El semblante de su madre se tornó con seriedad mientras miraba a Lía esperando una aprobación por su parte.

-Mejor.

por **khloe** Miér 26 Dic 2012, 4:41 pm

fdd La siso pasar vergüenza, que bueno que Louis la reconoció
Síguela prontoo
Besos

por **Mslistie** Vie 28 Dic 2012, 6:02 pm

Capítulo 9

[Terminada] // ~ Cuando nos volvimos a encontrar. (Louis T. & Lía) Desperados_thumb_large

El apetito desapareció por lo que decidió ir a la cocina a por el postre, intentando controlar su mal humor.
Abrió el cajón en busca de unos chocolates y se giró a coger el plato de frutas troceadas.

- ¿Un poco de ayuda, quizás? -Apareció Louis por la puerta, quedándose apoyado en el marco de ésta con los brazos cruzados.

- Toma, llévate esto. -Lía se acercó dándole las bandejas de bombones, añadiendo después.- Y no me mires así. Puede que hayan pasado muchos años, pero conozco esa cara. -Enarcó una ceja esperando una respuesta mientras apoyaba uno de sus hombros sobre la pared. Louis rió y cogió los chocolates, ofreciéndose a coger el plato que sostenía Lía.

-Me gustaría ver esa caja. Tengo curiosidad por saber que guardas en ella.

-Es personal. –Contestó a la defensiva.

- Anda, venga, enséñamela. –Louis torció su labio inferior con el amago de hacer un puchero a la vez que alzaba las cejas para dejar ver como sus ojos brillaban. –Además, quiero saber si recuerdas lo mismo que yo.

Esas palabras paralizaron a Lía por un instante y se alegró al saber que el chico no la había olvidado como ella pensaba, pero ¿cuáles eran sus recuerdos? Apostaba con seguridad que no serían los mismos que los suyos, pero sin embargo, ¿cuáles eran los suyos? El recuerdo de Louis con el paso de los años se hizo más borroso a pesar de que quedara una pequeña espina clavada en su pecho que empezó a dañarla cuando lo volvió a ver, pero no había nada más allá de la añoranza, la nostalgia y el cariño.

-Ya veremos, Louis. –Empujó al castaño hacia la sala de estar con el postre a la vez que su cabeza se revolvía continuamente.

Las charlas parecían no acabarse nunca y Lía estaba aburriéndose tras escuchar cada batallita que narraban las parejas con emoción así que miró a Louis fingiendo un bostezo y éste sonrió comenzando a hacer extrañas muecas ridículas. Fruncía sus labios, rodaba los ojos, hacia el intento de ponerse bizco pero cuando alguno de los adultos lo miraba, éste tornaba su semblante con seriedad. Lía mordía sus labios para evitar estallar a carcajadas y evitaba mirarlo cada vez que hacia el idiota, pero le era imposible, seguía siendo igual de adorable. Para que parase, la chica le dio una fuerte patada por debajo de la mesa, a lo que el castaño la miró con asombro fingido y frunció el ceño, articulando la palabra “auch”.

-¿Qué os parece si salimos a dar una vuelta para rememorar viejos tiempos?- Exclamó Suzanne entusiasmada.

-¡Claro! Estaba esperando a que dieses el paso, querida. –Dijo Jay mientras mostraba el mismo entusiasmo que ella.

- Pues vamos. Coged las cosas y salgamos. Os voy a enseñar unos sitios perfectos para tomar unas copas. –Río mientras se giraba para mirar a Lía.- Vosotros dos está claro que no vendréis, así que cariño, si queréis podéis salir de fiesta, ver una película o lo que queráis.

Lía asintió mientras observaba como ambas parejas se levantaban y cogían sus cosas. Suzanne le dio un beso en la mejilla y le susurró un “portaros bien” antes de salir.

-Presiento que vendrán muy tarde, y además, muy borrachos. –Inquirió Louis a la vez que ayudaba a Lía a recoger la mesa. – Así que tenemos la casa para los dos solos. ¡Hagamos una fiesta, llama a tus amigos!

- Vaya Lou, me has quitado la idea. –Exclamó Lía con sarcasmo. –Anda, recojamos esto y nos vamos afuera con una cerveza, ¿te hace? Hace una noche bonita.

-Uo, uo, uo. Un momento. ¿Tú y cerveza en la misma frase? Algo va mal en tu reloj biológico. –Dijo conforme se acercaba a inspeccionarla con la mirada. Su rostro era bastante cómico por lo que la chica no pudo controlar la risa.

-Te sorprenderías de la cantidad de cosas que van mal en “mi reloj”- Hizo comillas con los dedos y se encaminó hacia la nevera, cogiendo dos latas. –Señorito Boo, ¿alcohol o sin? – Se giró guiándole un ojo divertida. Louis sin embargo torció su labio inferior haciendo una de sus numerosas muecas.

-Esa pregunta debería de hacértela yo. Tengo que cuidarte, eres y seguirás siendo más pequeña que yo. –Sonrió mientras cogía la cerveza y apretaba la chapa para abrirla.- Aún te acuerdas de ese mote ¿eh? Creí que lo habías olvidado.

-El pequeño Boo Bear. ¿Cómo olvidar eso? Era como tu segundo nombre. – Lía imitó el acto de Louis y se llevó la lata a los labios. A continuación la observó y la alzó hacia Louis. –Pura cerveza irlandesa. La mejor que vas a probar en tu vida.

-Doy fe de ello. –Inquirió riendo tras probarla. – Si vamos a ir afuera, deberías abrigarte. Vas demasiado ligera para el frío que hace.

-Sí papá. –Lía le sacó la lengua al castaño y se dirigieron hacia el perchero que estaba al lado de la puerta. Se sentía bien al lado de Louis, era como si nunca se hubieran separado y la confianza que siempre tuvieron era como si no se hubiese esfumado con los años. Ahora no era el extraño que conoció como el capitán de Doncaster, era simplemente Louis, el pequeño de cinco años.

____________________________________________________

Quería agradecer desde aquí a mi única lectora, Khloe.
Muchas gracias por emplear tu tiempo en leerme, de verdad. Quizás narro de forma aburrida, o no lo hago lo interesante que me gustaría como hacen otras, pero dicen que el intento es lo que cuenta ¿no? Jaja. A sabiendas de que tengo una lectora me anima a seguir este relato, gracias. <3

por **LalaHoran** Vie 28 Dic 2012, 6:11 pm

porfavor sigue, mamás siempre tan confiables y habladoras grr que penita y Louis chismosote queriendo saber que hay en la caja, hahahaha me han encantado todos los capitulos, Ian me cae maal, aaww me encanta la historia hahahaha siguelaaa lindaa xx

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[Terminada] // ~ Cuando nos volvimos a encontrar. (Louis T. & Lía)

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Flashback/Prólogo

Capítulo 1.

Capítulo 2.

Capítulo 3

Capítulo 4.

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