Speed and Love |HARRY STYLES FANFIC| Parte I

Golpeé una vez más el lápiz contra la madera hasta que el molesto sonido se hizo demasiado irritante, tomé una profunda respiración y me dejé caer contra el espaldar de la silla. Química no era de mis materias favoritas pero nunca había sido un problema para mí concentrarme en hacer los trabajos, nunca, hasta ahora. Dejé el lápiz sobre el escritorio junto a mi cuaderno y solté un fuerte suspiro mientras observaba la oscuridad de la noche al otro lado de la ventana. Necesitaba una distracción y al parecer las tareas no habían logrado su objetivo, me puse de pie, até mi cabello en una cola de caballo y me coloqué las pantuflas para bajar al primer piso.

Toqué la puerta dos veces y abrí sin esperar respuesta del otro lado.

-¿Estás ocupado?-Pregunté suavemente mientras me asomaba en el estudio.

Papá alzó la mirada de su libro y se enfocó en mí a través de sus gafas.

-Si princesa-Y después de eso volvió a bajar los ojos para continuar con su lectura.

Titubeé un poco en la entrada hasta que finalmente abrí más la puerta y entré en la habitación.

-Me preguntaba si querrías ver una película conmigo. O no sé, hablar. Salir a dar una vuelta. Caminar. Ir a algún centro comercial. No lo sé, cualquier cosa.

Miré hacia el reloj de madera que colgaba en la pared a mi derecha, aun no era tan tarde como para salir. Papá se quitó las gafas y se masajeó el puente de la nariz antes de alzar la vista una vez más.

-Estoy ocupado Skylar.

Asentí rápidamente tratando de simular con todas mis fuerzas que su rechazo no me había dolido y salí de ahí, cerrando la puerta a mis espaldas y sintiendo como mis ojos comenzaban a picar mientras subía las escaleras.

Tomé aire repetidamente para evitar las lágrimas que amenazaban con caer y me acosté en la cama abrazando a Dorothy contra mi pecho. El único televisor de la casa se encontraba abajo en la sala de televisión y sabía que era caso perdido intentar ver algo a esta hora, además papa siempre criticaba todo lo que estaban dando hasta que finalmente se salía con la suya y me hacía apagarlo.

Pensé en terminar de leer El fantasma de la ópera, lo había empezado a leer, por novena vez, el martes luego de que Harry se fuera. Pero ni siquiera uno de mis libros favoritos podría ayudarme a distraerme.

No lo entendía, papá tenía todas esas reglas y esas cosas para mantenerme controlada de acuerdo con lo que él quisiera pero era como si no le gustara pasar tiempo conmigo.

¿Por qué todos a mí alrededor piensan que simplemente pueden decirme lo que tengo que hacer y lo haré?

“Porque lo terminarás haciendo” Musitó una voz dentro de mí.

Fruncí el ceño hacia el techo blanco de mi alcoba. Me senté en la cama automáticamente, me incliné hacia la mesa de noche en busca de mi celular que se encontraba al lado del anillo que había decidido dejar de usar días atrás, agarré el móvil y cerré el cajón de un golpe. Él último mensaje de Harry había sido tan solo una hora atrás.

De: Harry
Nos vemos mañana, no lo olvides.


Rápidamente busqué el nombre de mi mejor amiga en mis contactos y tecleé con agilidad.

Para: Maddie
¿Irás a la carrera ésta noche?

Me puse de pie y caminé hasta la ventana de mi alcoba. No podía creer que siquiera estuviera considerando el escaparme, pero así era. Abrí la ventana y me asomé recibiendo todo el frio de la noche de otoño. Si intentaba salir por allí muy seguramente terminaría en el hospital con todos los huesos fracturados. Mi teléfono sonó.

De: Maddie
No lo creo. ¿Por qué?

Dejé el celular encima de la cama y tomé aire tratando de oxigenar mi cabeza más fácilmente, caminé de un lado a otro por mi alcoba mientras trataba de controlarme a mí misma. Sabía que estaba muy cerca de tener un ataque de pánico pero armándome de valor y tomando una última respiración, salí de mi alcoba nuevamente. Bajé las escaleras tan rápido como pude antes de que mi poca valentía me traicionara y abrí la puerta del estudio sin molestarme en tocar siquiera.

-¿Qué te he dicho sobre llamar a la puerta primero? ¿Dónde están tus modales Skylar?-Reprochó papá desde su silla de cuero marrón.
-Lo siento. Papá….-La voz me tembló y tuve que aclarar mi garganta para sonar firme-¿Puedo salir?

Cerró su libro y se quitó las gafas frunciendo el ceño.

-¿Salir?-Su ceño se frunció incluso más, provocando que todas las arrugas de su rostro se hicieran más notorias-¿Salir a dónde? Estás castigada ¿Qué acaso no lo recuerdas?

Me quedé congelada en mi sitio a medida que su tono de voz se iba elevando cada vez más, no sé ni siquiera en que estaba pensando al venir aquí. No es como si el mágicamente fuera a ceder. Pensé en retroceder y decirle que lo olvidara, pero no lo hice. Si mamá estuviera aquí ella intercedería en esto y sin ninguna duda, estaría de mi lado apoyándome. Pero ella no estaba, así que solo me tenía a mí misma.

-Si lo recuerdo pero…
-Pero nada Skylar, fin de la discusión. Vete a dormir.

Toda esa molestia que estaba sintiendo últimamente desde que había conocido a Harry, cayó sobre mí de un solo golpe y mucho más intensa que cualquier otra vez.

-No, no me voy a dormir-Respondí firmemente cruzando los brazos bajo mi pecho.
-¿Qué dijiste?-Su expresión era incrédula mientras se ponía de pie.

Amaba a mi padre, a pesar de todo, lo amaba con todo mi corazón. Simplemente estaba cansada de que me tratase como a una niña, tampoco era precisamente una adulta pero dentro de poco cumpliría dieciocho años.

-No me parece justo ese “castigo” que me pusiste-Al momento de enmarcar las comillas con mis dedos, recordé como Harry lo había hecho también la última vez que estuvo aquí.

Aclaré mis pensamientos enfocándome nuevamente en mi padre, por ahora Harry necesitaba quedarse por fuera de esto o de lo contrario la conciencia empezaría a carcomerme y terminaría devolviéndome a mi alcoba sin decir nada más.

-Saco buenas calificaciones, hago mis trabajos, soy responsable, voy a la iglesia contigo todos los domingos, ayudo con los deberes de la casa, paso la mayor parte del tiempo aquí y aun así eso no es suficiente para ti-Llené de aire mis pulmones sintiendo como un nudo empezaba a formarse en mi garganta-Terminas castigándome apenas hago algo que no involucre estar encerrada en mi habitación todo el…
-¡No me hables así señorita!-Me reprendió con un claro rostro de enojo-Soy tu padre y es tu deber hacer lo que yo te ordene.

Arrugué el entrecejo mientras trataba de controlar mi respiración que se tornaba cada vez más irregular.

-No estoy de acuerdo-Me enfoqué en mantener el tono de mi voz neutro o de lo contrario esto no terminaría para nada bien-Ya no soy una niña papá.
-¡Por supuesto que eres una niña!-Exclamó tensando la mandíbula de una forma que me recordaba a Harry.

Al parecer hoy todo me recordaba a Harry.

Quería encontrar las palabras perfectas que hicieran que papá cambiara de opinión de un dos por tres sin tanto drama. Pero eso era imposible.

-Lo único que quiero es un poco de libertad-Suspiré llevando la palma de mi mano a mi pecho-No estoy diciendo que estaré siempre fuera de casa o en clubes o nada por el estilo. Sólo poder salir al parque sin tener que pedirte permiso y temer que tu respuesta sea un no.

Sus ojos se encontraban fijamente en mí pero no podía identificar ninguna emoción de la que pasaba por ellos y por su rostro. Nada.

-No entiendo por qué siempre tengo que estar en casa encerrada si de todos modos casi nunca estas aquí-Me apresuré a decir antes de que él hablara.

Lo vi abrir la boca para decir algo pero segundos después la cerró con fuerza.

-A tu habitación Skylar-Dijo tan suavemente que casi creí que había escuchado mal.
-¿Qué?
-¡A tu habitación!-Su grito inundó todo el lugar y me hizo saltar en mi sitio-¡Ahora!

Me quedé congelada sin reaccionar. No me iba a ir, finalmente había conseguido decir parte de lo que sentía y pensaba, y que había mantenido bloqueado durante tantos años solo para complacerlo. Pero ahora tenía que pensar en mí. Ya ni siquiera era una opción. Lo necesitaba desesperadamente.

-Pero papá…-Tartamudeé dando un paso buscando acércame a él.
-¡Dije que te fueras a tu habitación!-Volvió a gritar.

Yo ni siquiera había elevado la voz, todo lo que dije traté de hacerlo de forma suave precisamente para que no pasara esto. Suspiré frustrada dejando caer mis brazos a cada lado de mi cuerpo y controlando mis ganas de gritar.

-Tu no entiendes-Refunfuñé más para mí misma pero mi padre alcanzó a escuchar.
-No Skylar-Habló sombríamente acercándose a mí con todo el enojo con el que jamás lo había visto-Tú eres la que no entiende ¡Ésta es mi casa y aquí se hace lo que yo diga!
-Papá…-Susurré asustada por su mirada.
-Vete ya mismo a tu habitación, quiero que reflexiones sobre lo que has dicho. Mañana en la tarde cuando termine con mis compromisos tú y yo tendremos una charla y espero que te disculpes por tu comportamiento tan inaceptable. ¡Ahora vete a tu alcoba!

Con el ceño fruncido le di una última mirada antes de darme vuelta y salir. ¿Comportamiento inaceptable? Simplemente le dije lo que pensaba y de una forma respetuosa.

Eso definitivamente no había salido como me esperaba.

Agarré mi celular encontrándome con dos nuevos mensajes de Maddie.

De: Maddie
¿Tú vas a ir?

De: Maddie
Responde Sky.

Tiré el celular en la cama y me senté en la orilla dejando a todo mi mal humor fluir libremente. Papá era imposible, ni siquiera se me permitía decir nada. Eso no me había molestado nunca antes, pero ahora sí. Ya no podía seguir aceptándolo. Bufé irritada y me dejé caer en la cama.

Abrí los ojos repentinamente debido al sonido de mi celular. No sabía en qué momento me había dormido ni qué hora era pero froté mis ojos tomando el molesto aparato y contestando sin molestarme en mirar quién era.

-¿Hola?-Hablé con voz perezosa.
-Tienes que dejar de hacer eso de no contestar mis mensajes Sky-Dijo la chillona voz de mi amiga al otro lado del auricular.
-Lo siento.
-¿Estabas durmiendo? Creí que te habías ido a la carrera.

Aparté el móvil de mi oreja para ver en la pantalla que en tan solo quince minutos serían las once de la noche.

-Me quedé dormida. Tuve una discusión con papá.

Abrí los ojos terminándome de despertar definitivamente, no sabía por qué acababa de decir eso en voz alta. Al parecer el filtro que unía mi cerebro con mi boca no estaba funcionando como debería ser.

-¿Discutieron?-Su voz era de clara sorpresa.

Tomé un respiro y me levanté.

-Si pero no quiero hablar de eso.

Dorothy no estaba en su cama así que eché un vistazo a toda la habitación en busca de ella mientras Maddie me preguntaba si todo estaba en orden. Miré debajo de la cama y ahí estaba ella durmiendo. La llamé para que se despertara y saliera de su escondite, la cogí en brazos y me senté en el borde de la cama con mi gata en las piernas acariciándola suavemente.

-¿No vas a ir a la carrera entonces? Marcus y el resto de los chicos ya están allá-Me informó.
-No puedo-Respondí sin ánimos.

De hecho quería ir, pero mi plan de convencer a papá para que me dejara dormir donde Maddie no había funcionado. Así que no tenía otra opción. Me sentía asfixiada en mi propio hogar. Envidiaba un poco a mi amiga porque podía salir cuando quisiera, después de todo su mamá pocas veces se daba cuenta de su ausencia y si lo hacía igual no le decía nada. Su papá era un poco más estricto pero nunca hasta llegar a los extremos del mío.

-Escápate-Sugirió con un tono divertido.
-¿Qué? Claro que no.

Me dirigí por segunda vez en esa noche hasta la ventana de mi habitación mientras Maddie hablaba sin parar sobre como ella se había escapado varias veces de su casa cuando era más pequeña.  Y aun ahora cuando rara vez la castigaban, ella lograba salirse con la suya. Abrí nuevamente la ventana y me asomé en busca de algo para bajar, como en las películas que casualmente siempre hay una escalera o una enredadera puesta en el lugar preciso junto a la ventana. Pero en éste caso no era así.

-Mira-Dijo ella utilizando un tono más serio-En el estudio de tu padre hay una ventana que da a un costado de la casa.

***

Agarré algunas cosas que posiblemente necesitaría y las guardé en mi bolso. Me miré en el espejo una vez más y decidí trenzar mi larga cabellera, cuando terminé con mi cabello colgué el bolso en mis hombros y agarré mis vans, en poco tiempo Maddie llegaría por mí. Guardé mi móvil en mi bolsillo trasero y luego de darle un beso en la cabeza a Dorothy, apagué la luz y salí de la habitación sin mirar atrás.

Caminé despacio en puntas de pie cuidando de no hacer ruido, cuando terminé de bajar las escaleras solté un pequeño suspiro de alivio y fui hasta el estudio. Me detuve con el corazón en la mano cuando la puerta de madera crujió levemente pero luego de percatarme de que no había signos de movimiento en el segundo piso entré y volví a cerrarla, ésta vez siendo más precavida.

Casi no podía respirar, estaba enfocándome únicamente en no hacer ruido y salir de casa sin ser descubierta por lo que respirar pasaba a segundo plano en esos momentos. Abrí uno de los primeros cajones del escritorio de papá donde sabía que se encontraba la llave que aseguraba la ventana, cuando finalmente la encontré cerré el cajón. Quité la palanca de seguridad de la ventana, introduje la llave y la giré escuchando el traqueteo que indicaba que estaba destrancada. La abrí despacio y tiré mis zapatos hacia los arbustos, me senté sobre el marco para empujarme hacia el otro lado y caí de cabeza a la maleza. Contuve el quejido de dolor que amenazaba con escaparse de mis labios. Me sacudí las hojas y la tierra mientras me levantaba colocándome en puntas de pie hasta llegar a la ventana y cerrarla nuevamente con llave.

Salir no había sido tan difícil como me lo había imaginado, ignorando el pánico y el casi ataque al corazón, había sido bastante fácil después de todo. Mientras me colocaba los zapatos alcancé a divisar el auto de Maddie acercándose sigilosamente a la casa, corrí hacia ella y me adentré en el asiento de copiloto dejando salir un fuerte suspiro que se escuchó más como un jadeo. Mi corazón latía a mil y mis manos temblaban debido a la ansiedad.

-Con toda sinceridad nunca creí que éste momento llegaría ¡Skylar Reid escapándose de su casa!-Se rio Maddie a mi lado-Aunque debo decir que me encuentro un poco decepcionada de que lo hagas por un chico que conociste hace menos de cinco minutos en lugar de hacerlo por tu mejor amiga.

Hizo un falso puchero para luego guiñarme el ojo riendo con más fuerza y pisó el acelerador poniéndonos en marcha finalmente.

Ya no había vuelta atrás.

Whooooooooa  
Estuve al borde del colapso emocional... metafísico, que se presentó en el capítulo, cuando Sky se rebeló a su estricto padre. En serio, fue muy agridulce el sentimiento, porque sentía el ritmo cardíaco al mil por cien, tal como ella lo describió cuando se salió por la ventana xd oooh. Amo esta novela con cada fibra de mi gordo cuerpo. Te alabo Drew, simplemente es espléndida y había extrañado leerte :D
Bueno, espero que la sigas muy pronto, yo también me descargo con la escritura, pero últimamente he andado con tantas cosas en la cabeza que la imaginación huye como una tonta. Pero bueno, hoy ando bien inspirada y me pondré a escribir en mi proyecto semi nuevo que casi ni he subido. De acuerdo a tu respuesta, pues querías que te pasara una de mis novelas, pos te dejo ésta es mi primer fic sin rashita TT.TT
Espero te pases, si no ni modo:)
Esperaré ansiosamente tu regreso, te adoro