La Apuesta

-¿Te importa si tu y yo damos un paseo por la playa?-me dijo Liam después de salir de Nando's y despedirse de los demás.
-Claro que no.-le sonreí y nos dirigimos a la playa entre risas y bromas. Al llegar nos sentamos cerca de la orilla.
-Mañana las chicas y yo hemos planeado hacer una fiesta...¿vendrás?
-Claro...con pasar un rato contigo haría cualquier cosa.-sonreí. Este chico me volvía loca.-¿Qué harás el sábado?
-No sé...supongo que pasar el día contigo.-¿Yo dije eso?
-Supones bien.-dijo riendo. Le miré a los ojos con una sonrisa. Al igual que yo, él tenía esa sonrisa que, desde que lo conocí, hacía que me derritiera. Noté como se acercaba lentamente a mí hasta que nuestras respiraciones se mezclaban. Nuevamente nos miramos a los ojos y su mano se poso suavemente en mi mejilla. Le sonreí y posó sus labios en los míos dejándome sin aliento. Era...mágico. Sus labios me acariciaban lentamente y de una forma tan única que no tenía palabras para describirlo. Lo acerqué mas a mí pasando su mano por su cuello sin cortar el contacto. El beso se profundizaba cada vez mas y no sé que en momento lo hizo que ahora estaba sentada sobre sus piernas. Sus labios hábilmente recorrían cada centímetro...era tan tierno y a la vez tan pasional que se me nublaron todos los sentidos. Noté como lentamente fue echándome sobre la arena y él se posicionaba encima mío con cuidado de no aplastarme. Una parte de mí quería seguir con esto pero no podía...no quería que esto llegase a mas.
-Liam...-sus labios ya bajaron a mi cuello.-Liam no...para.-finalmente se separó, me miró y se sentó a mi lado.
-Lo siento, no...-puse mi dedo en sus labios y le sonreí.
-No te preocupes...ha sido mi culpa, aún no estoy preparada.-me sonrió y me dio un corto beso en los labios.
-Esperaré.-sonreí de nuevo y lo volví a besar. Esta vez el beso duró menos.-Será mejor que te lleve a casa.-asentí y se levantó de la arena para ayudarme a mí ofreciéndome su mano.
De camino a casa no paraba de decirme cosas al oído provocando que me sonrojara hasta que llegamos a la puerta de casa.
-Por cierto, la fiesta es en casa de Amanda.
-De acuerdo.-me sonrió.
-Te esperaré allí...espero que vayas guapo-reí.
-Me ofendes...siempre voy guapo.-dijo haciendo un gesto raro.-Mañana te veo preciosa.-dijo antes de darme un corto beso en los labios. Me sonrió y se marchó dejándome sin palabras. Entré a casa dando un largo suspiró y sonreí. Me había besado...hoy definitivamente era uno de los mejores días de mi vida.
Después de analizar todo lo que había pasado en el día de hoy, subí a mi cuarto y me di una ducha. Después de salir de ella, me puse mi pijama y bajé a la cocina. Una vez allí me preparé la cena. No tenía mucha hambre por lo que cogí un trozo de pizza y un poco de jugo. Me dirigí al sofá con el plato y el vaso en la mano y puse un película. Terror, lo odiaba. Misterio, me aburrían. Comedia romántica...servía. La puse y le di al play. Minutos después sonó el timbre. Me levanté y abrí lentamente. Era Amanda.
-Hola...¿que haces aquí a estas horas?-no era tan tarde pero si lo suficiente como para no recibir visitas.
-Ya pero...necesito decírselo a alguien y pensé en ti.
-¿Decir el qué?-dije después de cerrar la puerta.
-Estoy enamorada de Lou.-dijo de repente. Me asombré...después de lo de Max ella dijo que nunca se enamoraría.
-¿Que dijiste?
-Que estoy enamorada de Lou...no sé como ha pasado pero lo estoy.
-Dijiste que nunca te enamorarías.-dije riendo.
-Lo sé pero es Lou, uno de los mejores chicos que he conocido.-dijo sonriendo como tonta.
-¿Y que quieres que te diga?
-¿Que hago?-me miró en forma de auxilio.
-¿Por qué no se lo dices?
-Estas loca, ¿como quieres que se lo diga? Lo conozco desde hace pocos días...pareceré una desesperada.-reí.
-Amor a primera vista.-asintió.-¿Y el día de la fiesta no os besasteis?-volvió a asentir con una sonrisa.-Pues ya esta.-dije sentándome a su lado.
-Hemos quedado para el sábado.-le sonreí.
-Bueno, si te sirve de alivio...a mí me pasa algo igual.-me miró.-Liam y yo nos hemos besado hoy y también hemos quedado para el sábado.
-Eso es genial.-dijo abrazándome.-Bueno será mejor que me vaya, es demasiado tarde.-asentí y le acompañé hasta la puerta. Nos despedimos y cerré la puerta. Terminé mi cena y dejé los platos en la cocina para lavarlos mañana. Subí a mi cuarto, me cepillé los labios y me tapé con las sábanas blancas mientras pensaba en él, en su sonrisa y en el beso hasta entrar en un profundo sueño.