the new rebelion| fichas y muro interactivo

{#} Gustos:
✖Estar rodeada de bosque.
✖La serenidad.
✖Sentir la adrenalina.
✖Katniss Everdeen, su ejemplo a seguir.
✖Escalar árboles.

{#} Disgustos:
✖La muerte.
✖La tortura.
✖Que piensen que es débil por su apariencia.
✖El Capitolio.
✖El rocío y la humedad.
   

{#} Manías
✖Morderse las uñas
✖Acomodarse el pelo detrás de las orejas
✖Jugar con las manos cuando está nerviosa
✖Repicar algún objeto con los dedos con un orden en concreto.

{#} Fobias
✖Que el capitolio la capture y convertirse en Avox
✖A Enamorarse
✖Los espacios pequeños
✖La indiferencia
   

   Chyintia Lee|45|Madre de Lucy, murió asesinada por los agentes de la paz por querer proteger a su hija.

   Paul Garner|51|Padre de Lucy. Murió asesinado por los agentes de la paz por quere proteger a su hija, al igual que su mujer.

   

Diálogo con Finn:
-No entiendo porqué te comportas así, aquí la gente te quiere ayudar, y parece que rechaces todo lo que proviene de otras personas.- dijo él, mirándola con sus intensos ojos verdes.

Ella se giró, despacio, con el rostro alzado y los puños apretados. Sus rasgos estaban endurecidos, y tenía las cejas fruncidas.

- ¿Qué porqué soy así?- susurró, con dolor en su voz. Se acercó unos pasos hasta él, quedando a un palmo de su frente.- ¿Sabes? Cuando tus padres están muertos, y tu te vas a la cama cada dia sabiendo que no vas a dormir, sabiendo que los fantasmas de tus pesadillas te atacarán, te culparán y dejarán encima de tus espaldas toda la mierda que se ha acumulado des de su muerte, puede que sea normal ser como soy. No quiero ser así, no quiero ser la típica chica ruda que asusta a todo el mundo con su agresividad, pero sin embargo, no puedo hacer nada para cambiarlo. No acepto saber que mis padres han sido asesinados por mi culpa, pero lo más horrible es que tampoco puedo hacer nada para compensar o evitar su muerte. Simplemente quedará ahí, en lo más profundo de mi corazón, el tormento amargo que también ha embestido a la chica que era antes. Y cuando te digo que hasta que no tenga en mis manos la misma cantidad de sangre derramada por mis padres, que la de mis enemigos, esa chica no volverá nunca.
   

{#} Gustos:
✖Cazar.
✖Reír.
✖Gastar bromas.
✖Hacer enfadar al Capitolio.
✖Lucy Garner
{#} Disgustos:
✖La pobreza
✖La superficialidad
✖La riqueza innecesaria
✖El Capitolio.
✖La hipocresía
   

{#} Manías
✖Revolverse el pelo
✖Sonrojarse cuando le parece que Lucy le está prestando atención.
✖Jugar con el anillo que tiene en la mano derecha. Lo tiene des de que nació, pero hace solo unos mese que se lo puede poner sin irle grande.
✖Ponerse las manos en los bolsillos.

{#} Fobias
✖Que el capitolio descubra que es un rebelde
✖Pensar que puedan hacerle daño a Lucy.
✖A las alturas.
✖Las serpientes.
   

  Rebecca Frayn|47|Madre de Finn, con un sentimiento un poco sobre protector por su hijo, su vida no resultó ser la misma des de que Finn fue elegido en los Juegos del Hambre.

  Andy Harries |53|Padre de Finn. Aunque no tuvo demasiada relación padre-hijo con Finn, él lo quiere mucho en el fondo, pero cuando Finn es elegido en la cosecha, solo tiene 5 minutos para decirle todo lo que le aprecia, antes de que se lo lleven al Capitolio.

   

Diálogo con Lucy:
-Cuéntame sobre el distrito 11.- le pidió el chico de ojos verdes a Lucy. Ella sonrió bajo la nariz, y cerró los ojos, intentando recordar, los días felices de su niñez antes de que todo el caos empezara. Finn observaba sus finos rasgos, admirando su belleza. Bajó la mirada, y la clavó en los labios rojos de ella. Se moría de ganas por abalanzarse hacia ella, y juntar sus labios, pero sabía que eso rompería la poca relación que le había costado tanto construir entre ellos.

La chica abrió los ojos, y por fin abrió la boca.

-El distrito 11 era un lugar maravilloso en su época. La gente se ayudaba mútuamente, y no dejaban que ninguna familia tuviera problemas. Se ofrecían para trabajos de riesgo, para que nadie estuviera obligado ha hacer nada, y siempre hacían actos de buena fe. Nunca se palpó ningún problema en el ambiente, el aire era dulce y no tenso. Los niños corrían por las calles, sin pensar en ningún problema que se les pudiera acechar, es más, ni sabían de su existencia, la única preocupación que tenían era hacer los deberes para la mañana siguiente, o no perder mucho tiempo jugando a la pelota antes de que sus madres los regañaran por ir tarde a comer.
Los campos estaban colmados de buenas tierras, y era seguro y legal pasar por allí sin tener ningún agente de la paz a tus espaldas.- hizo una pausa, y volvió a cerrar los ojos, recordando esos buenos momentos. Se acomodó en la arena, y juntó un poco más su cuerpo con el de Finn. Tenía frío. Por sorpresa de éste, apoyó la cabeza en su hombro, aspirando el fresco aroma que desprendía, y dejando al chico pasmado por sus acciones.- Yo solía ir allí.

-¿A donde?- preguntó Finn con las palabras entrecortadas, ya que la melodía suave de las palabras de Lucy le había dejado anonadado. Lucy soltó una carcajada, y fue cuando Finn vio y escuchó por primera vez su risa, y notó como el pulso le iba mucho más rápido, y unas punzadas constantes golpeaban su pecho.

-En el campo, tonto.- respondió ella.- Iba a buscar bayas, y una variedad infinita de frutas. Me escondía en un rincón, cerca de un gran sauce y entre las hojas verdes del árbol, me comía las frutas viendo entre las rejas de las ramas que parecían cortinas, las magníficas puestas de sol. Incluso a veces, me quedaba dormida y no volvía a casa hasta la mañana siguiente.- soltó una pequeña risita, acabando de relatar su larga historia.- espero que no te haya aburrido, se me ha ido un poco la olla.- pero Finn la había escuchado atento, y se imaginaba a su Lucy en aquel plano tan asombroso. Ella le había contado esto como si fuera un cuento, y él lo apreciaba de un modo grandioso, ya que sabía perfectamente que Lucy no era una de esas personas que cuentan su vida privada al primero que se le cruce. Finn la volvió a mirar, rebosando de alegría porque ella acababa de fortalecer su relación, y porque aun tenía la cabeza apoyada en su hombro. Y sin más ni menos, se dio cuenta de que estaba dormida, y que delante de ellos, entre el bosque verde y denso, se filtraban los rayos de una hermosa puesta de sol. 
   

{#} Gustos:
✖Leer
✖Comer
✖Escribir
✖Las mariposas
✖Los perros
{#} Disgustos:
✖Los cuchillos -armas en general.
✖Las matanzas
✖Los deportes
✖La seriedad
✖La esclavitud.
   

{#} Manías
✖Tocarse los ojos
✖Morderse el labio inferior
✖Dibujar en la suela del zapato
✖Es sonámbula por las noches

{#} Fobias
✖La oscuridad
✖Manejar cualquier cosa que pueda ser mortal.
✖Las arañas.
✖La gente mala.
   

  Camille Brian|42|Madre de Ellen, toda la vida se preocupó más de todos los otros hermanos que de Ellen, y considera a la chica un incordio.
  Gustav Page |55|Padre de Ellen. Nunca le interesó mucho su familia, se dedicaba completamente a su trabajo -provador de transportes- y a pasar buenos ratos con su mujer -siete hijos no se hacen por nada. Cuando Ellen estuvo en la cosecha, no lloró mucho su pérdida. Básicamente no le afectó.

   

Diálogo con los protagonistas:
-¡ELLEN, DISPARA! le instruyó Lucy, gritando. Ellen tenía en sus manos temblorosas un revolver de metal. Éstas le sudaban, y era casi imposible coger bien la pistola. Apuntaba a la nada, incapaz de ver donde estaba el enemigo por su vista borrosa. De un momento a otro, se echó al suelo a llorar, hundiendo la cabeza entre las rodillas, y dejando caer la arma al suelo.
Lucy empezó a entrar en pánico.
-¡Ellen! ¡Ellen, venga, tu puedes!- Lucy la animaba des de el árbol en que estaba subida. Quería que subiera con ella, pero sabiendo su pésimo talento en escalar árboles decidió pasarle la pistola para que pudiera dispararle a quién pareciera peligroso, pero Ellen no podía hacer nada de eso. - ¡Venga, Ellen! Dispara, por favor- dijo, al borde de las lágrimas. El hombre ya estaba a unos metros de ellas, y se acercaba con gran rapidez. Si Ellen no lo mataba, sería ella la muerta. Lucy se arrepintió con todas su fuerzas de haberle pasado el arma, si no lo hubiera echo, ella misma podría haber disparado. 
La niña estaba tendida en el suelo, acurrucada como un ovillo en el suelo. Lucy, que no tenía más armas, dio por hecho la muerte de Ellen, y se escondió detrás del gran árbol.

Oyó unos ruidos más de plantas moviéndose, y acto seguido, un desgarrador grito que no olvidaría nunca.
   

Reír cuando está nervioso
Utilizar la ironía cuando está enfadado
Ser muy directo

Los juegos del hambre
La muerte de alguien de su familia
Las mutaciones del gobierno

Reír
Pasear por los bosques
Jugar con su melliza

Las mentiras
Los insultos
La falta de respeto
Los juegos del hambre

Su corta edad y su capacidad de desenvolverse en la arena le jugará una buena baza respecto a los patrizonadores.