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"El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy que alegria que les guste la nove!!!! :D :D
:lol!: Bienvenidas a todas :lol!:
CONTINUACION DEL CAPITULO 2
Todavía sonriendo ampliamente, de aquel modo tan delicioso, él cerró sus párpados y murmuró una larga hilera de palabras desconocidas, con tono urgente. Cuando los abrió, hizo una pausa para observar su entorno. Un latido de corazón pasó. Luego dos. Una feroz decepción tiró de sus labios, borrando su sonrisa. Pronunció las palabras otra vez. Y otra vez inspeccionó los alrededores.
—Explícame como es esto posible —dijo ella, con voz suplicante—. ¿Cómo eras de piedra, y ahora eres un hombre? ¿Un truco de la luz, tal vez? ¿O una alucinación? ¿Es eso, verdad?
—No —sacudió la cabeza, causando que los oscuros mechones del pelo se balancearan sobre la frente—. Eso no es cierto en absoluto. —Entonces él extendió la mano y tocó su pómulo, como si tuviera que cerciorarse de que ella era real.
Quizás fue esa apacible caricia, o tal vez que su propio sentido común volvió finalmente a la vida, pero ________ comprendió de pronto que no tenía ni idea de lo que este muy real y musculoso hombre planeaba hacerle. Combatiendo una oleada de miedo, le golpeó con la mano, empujando su pecho y se dio la vuelta, lista para lanzarse en una rápida huida. Pero había olvidado que estaba subida sobre una tarima a varios pies por encima de la frondosa hierba. Oscilando peligrosamente sobre el borde, intentó recuperar el equilibrio sin necesidad de agarrarse al forastero que tenía detrás.
Un segundo más tarde, caía de cara al suelo. Ella torció el cuerpo en el aire y logró aterrizar sobre un lado con un doloroso golpe. El impacto sacó el aire de sus pulmones y arrojó varios mechones de pelo sobre sus ojos.
Una vez que recuperó el aliento, brincó sobre los pies. Pese a todo, no corrió como era su primera intención. Debido al golpe o a la fascinación, ________ permaneció firmemente en el lugar. El hombre bajó de la tarima y se paró justo delante de ella. Es más alto que yo, pensó, abriendo mucho los ojos. Tan alto, de hecho, que tenía que alzar la vista. Ese hecho hizo que su sentido común se derritiera como un helado bajo el caliente sol del verano. Increíblemente, la cima de su cabeza apenas le llegaba a los hombros, y por primera vez en su vida, ella se sintió impresionantemente femenina y sorprendentemente vulnerable.
—Si mis músculos no estuvieran tan rígidos —dijo él, su intensa mirada azul clara deslizándose sugestivamente sobre su cuerpo—, podría haberte cogido. —Dio un paso hacia ella.
¿Qué hago? ¡Retrocede!
—Permanezca donde está —dijo, alejándose poco a poco de él.
Él suspiró.
—Sólo intento comprobar que estás ilesa. Las mujeres son criaturas débiles, delicadas, y chocaste con bastante fuerza sobre la tierra
________ se paró y sus ojos se entrecerraron cuando todo empezó a encajar en su cabeza. Ella exploró el jardín. Sus hermanos debían estar detrás de esto y lo más probable es que se ocultaran entre los arbustos cercanos, riéndose a su costa. Nadie excepto su familia soltaba eso de que “las mujeres son débiles”. Mierda.
Señor, el hombre parado ante ella era probablemente Steven Harri, el detective con el que Kevin quería que tuviera una cita.
—Kevin, Erik, Denver… ya podéis salir —gritó, girando a su alrededor para asegurarse de que oían su voz—. Sé que estáis aquí.
Steven, la estatua, se agachó en posición de ataque, escudriñando el jardín. Sus músculos se apretaron y tensaron.
—¿Esperas a esos enemigos? —Su voz era casi imperceptible.
—No enemigos. Idiota. —________ gritó a sus hermanos otra vez—. La broma ya cansa. Salid. Sé que éste es Steven —señaló con el dedo al pecho del hombre.
—No me llamo Steven.
Él lo dijo con la bastante convicción y disgusto como para que un pequeño asomo de inquietud se deslizara a lo largo de su columna.
—Ya lo creo que sí —gritó, su voz más aguda que antes—, salgan o le daré a este tipo la patada de la Muerte de Tae Kwon que me enseñaron.
—¿Así que no hay ningún peligro para ti? —preguntó el hombre.
Sólo a mi cordura.
—No.
Su postura se relajó y se alejó de ella. Comenzó a estirarse otra vez, esta vez haciendo rodar sus hombros y tobillos. Todo el rato las palabras “yo no me llamo Steven” se repetían en su mente. ¿Si no era el amigo de Kevin, quién “y qué” era él? La dirección de sus pensamientos cambió en este mismo momento, asustándola y confundiéndola aún más. ¿Tenía él… era posible… podía haberse transformado de forma sobrenatural?
No. No, no, no, no, no. El tipo no era Steven Harri. Vale. Podía aceptarlo. Pero era simplemente un hombre. Un hombre que tenía muchas explicaciones que darle, tanto si era un asesino-psicópata o un simpático bromista enviado por sus hermanos.
Ella se mordió el labio inferior. ¿Asesino psicópata?
—Bueno, debo irme —dijo, intentando sonar despreocupada, pero sonando más bien como el chirrido de una sierra cortando madera. Comenzó a retroceder otra vez y a rodear un seto. Él no soltó ni una palabra o mirada de protesta, ni actuó como si le preocupara, y ese comportamiento le hizo detenerse. Seguramente un asesino habría intentado pararla.
Se quedó allí de pie, la curiosidad luchando con la prudencia mientras observaba silenciosamente a ese hombre que había aparecido de ninguna parte, absorbiendo cada detalle, buscando respuestas. Él era simplemente… grande. Un rápido movimiento de su muñeca, y podría romper su cuello como una ramita. Sin embargo, había una suavidad en él, que desmentía cualquier intención amenazadora. Una contradicción andante, eso era él. Debió de parpadear o distraerse, porque no notó ningún movimiento repentino, pero de pronto él estaba justo delante de ella, mirándola.
—Te agradezco que rompieras la maldición —dijo, deslizando un dedo a lo largo de su nariz—. Pero ahora debo irme. —Sin otra palabra, él la rodeó y se alejó con una zancada.
¿Maldición?
—¿Dónde vas? —¿El hombre se había materializado en su jardín, vistiendo nada más que una sonrisa, y creía que podía marcharse sin algún tipo de explicación? Ah, como un golpe, justo ese pensamiento, le hizo olvidar cualquier sentimiento de miedo. Él era lo bastante grande como para hacerle daño, sí, pero estaba lo bastante loca como para infligirle algún serio daño propio, también—. Exijo que me digas quién eres y cómo llegaste a transformarte en una estatua de piedra.
En un movimiento lleno de gracia, en desacuerdo con su tamaño y la inflexibilidad anterior, se giró para afrontarla. Sus ojos estaban llenos de melancolía pero, en un segundo, su suave expresión se transformó en potente furia, como fuego atravesando un cielo nocturno, caliente y frío al mismo tiempo.
—Una mujer no tiene ningún derecho a emitir tal demanda.
¡Si tuviera una espada atada a su cintura, estaba segura de que la habría desenvainado justo en ese momento y la habría usado contra ella! Él estaba tenso y alerta, como un vengativo cazador que inspeccionaba a una presa arrinconada.
De improviso, se dio la vuelta y se alejó nuevamente.
Solo déjale irse, pensó. Pero ________ se encontró gritando:
—¡Espera! —Se movió a trompicones detrás de él y le agarró el brazo. Una acción inútil, realmente, pero se paró en todo caso—. No puedes marcharte. Estás desnudo.
Esta vez, se tomó su tiempo para afrontarla. Cuando lo hizo, arqueó una ceja con un gesto insolente y bajó la mirada fijamente hacia ella.
—Tú no conoces cuál es tu lugar, mujer.
Sus palabras expresaban disgusto. Pero su voz sonó ronca, misteriosa, carnal y con una lujuriosa intención que sólo se utilizaba entre amantes. ¿Comprendía él lo que su tono acababa de sugerir? Él apartó la vista de ella, sus ojos pesados cerrándose con erótica invitación. Las puntas de sus nervios volvieron a la vida provocativamente. Oh, sí. Lo sabía. Sabía exactamente lo que había sugerido, y si le diera el estímulo más leve, él la desnudaría y la pondría en su lugar.
________ tragó aire, fingiendo ignorancia.
—Poseo esta finca. Este es mi lugar.
—Eso no es lo que quise decir y tú lo sabes muy bien. Algún día un hombre te mostrará exactamente cuál es el sitio al que perteneces dándote ese salvaje revolcón que pides silenciosamente cada vez que caminas a través de este jardín.
Escuchar la verdad de aquellas palabras fue más impactante que la insinuación velada, y ella retiró los dedos que agarraban débilmente su bíceps. Lo que le dolía era que no había nada que pudiera decir para desmentirlo ¡Si sólo hacia cinco minutos que ella había acariciado los pezones de la estatua, había envuelto la mano alrededor de su pene (¡dos veces!), y besado sus labios!
Éste no era ningún amigo de sus hermanos.
:lol!: Bienvenidas a todas :lol!:
CONTINUACION DEL CAPITULO 2
Todavía sonriendo ampliamente, de aquel modo tan delicioso, él cerró sus párpados y murmuró una larga hilera de palabras desconocidas, con tono urgente. Cuando los abrió, hizo una pausa para observar su entorno. Un latido de corazón pasó. Luego dos. Una feroz decepción tiró de sus labios, borrando su sonrisa. Pronunció las palabras otra vez. Y otra vez inspeccionó los alrededores.
—Explícame como es esto posible —dijo ella, con voz suplicante—. ¿Cómo eras de piedra, y ahora eres un hombre? ¿Un truco de la luz, tal vez? ¿O una alucinación? ¿Es eso, verdad?
—No —sacudió la cabeza, causando que los oscuros mechones del pelo se balancearan sobre la frente—. Eso no es cierto en absoluto. —Entonces él extendió la mano y tocó su pómulo, como si tuviera que cerciorarse de que ella era real.
Quizás fue esa apacible caricia, o tal vez que su propio sentido común volvió finalmente a la vida, pero ________ comprendió de pronto que no tenía ni idea de lo que este muy real y musculoso hombre planeaba hacerle. Combatiendo una oleada de miedo, le golpeó con la mano, empujando su pecho y se dio la vuelta, lista para lanzarse en una rápida huida. Pero había olvidado que estaba subida sobre una tarima a varios pies por encima de la frondosa hierba. Oscilando peligrosamente sobre el borde, intentó recuperar el equilibrio sin necesidad de agarrarse al forastero que tenía detrás.
Un segundo más tarde, caía de cara al suelo. Ella torció el cuerpo en el aire y logró aterrizar sobre un lado con un doloroso golpe. El impacto sacó el aire de sus pulmones y arrojó varios mechones de pelo sobre sus ojos.
Una vez que recuperó el aliento, brincó sobre los pies. Pese a todo, no corrió como era su primera intención. Debido al golpe o a la fascinación, ________ permaneció firmemente en el lugar. El hombre bajó de la tarima y se paró justo delante de ella. Es más alto que yo, pensó, abriendo mucho los ojos. Tan alto, de hecho, que tenía que alzar la vista. Ese hecho hizo que su sentido común se derritiera como un helado bajo el caliente sol del verano. Increíblemente, la cima de su cabeza apenas le llegaba a los hombros, y por primera vez en su vida, ella se sintió impresionantemente femenina y sorprendentemente vulnerable.
—Si mis músculos no estuvieran tan rígidos —dijo él, su intensa mirada azul clara deslizándose sugestivamente sobre su cuerpo—, podría haberte cogido. —Dio un paso hacia ella.
¿Qué hago? ¡Retrocede!
—Permanezca donde está —dijo, alejándose poco a poco de él.
Él suspiró.
—Sólo intento comprobar que estás ilesa. Las mujeres son criaturas débiles, delicadas, y chocaste con bastante fuerza sobre la tierra
________ se paró y sus ojos se entrecerraron cuando todo empezó a encajar en su cabeza. Ella exploró el jardín. Sus hermanos debían estar detrás de esto y lo más probable es que se ocultaran entre los arbustos cercanos, riéndose a su costa. Nadie excepto su familia soltaba eso de que “las mujeres son débiles”. Mierda.
Señor, el hombre parado ante ella era probablemente Steven Harri, el detective con el que Kevin quería que tuviera una cita.
—Kevin, Erik, Denver… ya podéis salir —gritó, girando a su alrededor para asegurarse de que oían su voz—. Sé que estáis aquí.
Steven, la estatua, se agachó en posición de ataque, escudriñando el jardín. Sus músculos se apretaron y tensaron.
—¿Esperas a esos enemigos? —Su voz era casi imperceptible.
—No enemigos. Idiota. —________ gritó a sus hermanos otra vez—. La broma ya cansa. Salid. Sé que éste es Steven —señaló con el dedo al pecho del hombre.
—No me llamo Steven.
Él lo dijo con la bastante convicción y disgusto como para que un pequeño asomo de inquietud se deslizara a lo largo de su columna.
—Ya lo creo que sí —gritó, su voz más aguda que antes—, salgan o le daré a este tipo la patada de la Muerte de Tae Kwon que me enseñaron.
—¿Así que no hay ningún peligro para ti? —preguntó el hombre.
Sólo a mi cordura.
—No.
Su postura se relajó y se alejó de ella. Comenzó a estirarse otra vez, esta vez haciendo rodar sus hombros y tobillos. Todo el rato las palabras “yo no me llamo Steven” se repetían en su mente. ¿Si no era el amigo de Kevin, quién “y qué” era él? La dirección de sus pensamientos cambió en este mismo momento, asustándola y confundiéndola aún más. ¿Tenía él… era posible… podía haberse transformado de forma sobrenatural?
No. No, no, no, no, no. El tipo no era Steven Harri. Vale. Podía aceptarlo. Pero era simplemente un hombre. Un hombre que tenía muchas explicaciones que darle, tanto si era un asesino-psicópata o un simpático bromista enviado por sus hermanos.
Ella se mordió el labio inferior. ¿Asesino psicópata?
—Bueno, debo irme —dijo, intentando sonar despreocupada, pero sonando más bien como el chirrido de una sierra cortando madera. Comenzó a retroceder otra vez y a rodear un seto. Él no soltó ni una palabra o mirada de protesta, ni actuó como si le preocupara, y ese comportamiento le hizo detenerse. Seguramente un asesino habría intentado pararla.
Se quedó allí de pie, la curiosidad luchando con la prudencia mientras observaba silenciosamente a ese hombre que había aparecido de ninguna parte, absorbiendo cada detalle, buscando respuestas. Él era simplemente… grande. Un rápido movimiento de su muñeca, y podría romper su cuello como una ramita. Sin embargo, había una suavidad en él, que desmentía cualquier intención amenazadora. Una contradicción andante, eso era él. Debió de parpadear o distraerse, porque no notó ningún movimiento repentino, pero de pronto él estaba justo delante de ella, mirándola.
—Te agradezco que rompieras la maldición —dijo, deslizando un dedo a lo largo de su nariz—. Pero ahora debo irme. —Sin otra palabra, él la rodeó y se alejó con una zancada.
¿Maldición?
—¿Dónde vas? —¿El hombre se había materializado en su jardín, vistiendo nada más que una sonrisa, y creía que podía marcharse sin algún tipo de explicación? Ah, como un golpe, justo ese pensamiento, le hizo olvidar cualquier sentimiento de miedo. Él era lo bastante grande como para hacerle daño, sí, pero estaba lo bastante loca como para infligirle algún serio daño propio, también—. Exijo que me digas quién eres y cómo llegaste a transformarte en una estatua de piedra.
En un movimiento lleno de gracia, en desacuerdo con su tamaño y la inflexibilidad anterior, se giró para afrontarla. Sus ojos estaban llenos de melancolía pero, en un segundo, su suave expresión se transformó en potente furia, como fuego atravesando un cielo nocturno, caliente y frío al mismo tiempo.
—Una mujer no tiene ningún derecho a emitir tal demanda.
¡Si tuviera una espada atada a su cintura, estaba segura de que la habría desenvainado justo en ese momento y la habría usado contra ella! Él estaba tenso y alerta, como un vengativo cazador que inspeccionaba a una presa arrinconada.
De improviso, se dio la vuelta y se alejó nuevamente.
Solo déjale irse, pensó. Pero ________ se encontró gritando:
—¡Espera! —Se movió a trompicones detrás de él y le agarró el brazo. Una acción inútil, realmente, pero se paró en todo caso—. No puedes marcharte. Estás desnudo.
Esta vez, se tomó su tiempo para afrontarla. Cuando lo hizo, arqueó una ceja con un gesto insolente y bajó la mirada fijamente hacia ella.
—Tú no conoces cuál es tu lugar, mujer.
Sus palabras expresaban disgusto. Pero su voz sonó ronca, misteriosa, carnal y con una lujuriosa intención que sólo se utilizaba entre amantes. ¿Comprendía él lo que su tono acababa de sugerir? Él apartó la vista de ella, sus ojos pesados cerrándose con erótica invitación. Las puntas de sus nervios volvieron a la vida provocativamente. Oh, sí. Lo sabía. Sabía exactamente lo que había sugerido, y si le diera el estímulo más leve, él la desnudaría y la pondría en su lugar.
________ tragó aire, fingiendo ignorancia.
—Poseo esta finca. Este es mi lugar.
—Eso no es lo que quise decir y tú lo sabes muy bien. Algún día un hombre te mostrará exactamente cuál es el sitio al que perteneces dándote ese salvaje revolcón que pides silenciosamente cada vez que caminas a través de este jardín.
Escuchar la verdad de aquellas palabras fue más impactante que la insinuación velada, y ella retiró los dedos que agarraban débilmente su bíceps. Lo que le dolía era que no había nada que pudiera decir para desmentirlo ¡Si sólo hacia cinco minutos que ella había acariciado los pezones de la estatua, había envuelto la mano alrededor de su pene (¡dos veces!), y besado sus labios!
Éste no era ningún amigo de sus hermanos.
Femme Fatale
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
ahyyyyyy por dios dnd te vas nickk dnd¿? :affraid:
tu no t puedes ir tu no pudes dejarme con las ganas hombree :twisted: :oops:
emm digo como no no puede irse pork ensima esta DESNUDOO!! por dios le ve una mujer y me lo viola :suspect: y no kiero señalar a nadie hahahah na enserioo
plizzzz kiero y exsijo capisss plizz k me tiene intrigada emocionada encatda y enamorada de esta nove enserio m encata yo kiero una etatua jumm pork nunca tengo nada d eso jumm yjumm hahha no enserio sigela antes d k se salga mi corasonsito d la boca plizzzz sipp sigelaaaaaaa plizz k kiero leeeerrrrr plizzzz muakk hahah sigela me encantaaaa!!!!!!!!!!! :love: :love: :love:
tu no t puedes ir tu no pudes dejarme con las ganas hombree :twisted: :oops:
emm digo como no no puede irse pork ensima esta DESNUDOO!! por dios le ve una mujer y me lo viola :suspect: y no kiero señalar a nadie hahahah na enserioo
plizzzz kiero y exsijo capisss plizz k me tiene intrigada emocionada encatda y enamorada de esta nove enserio m encata yo kiero una etatua jumm pork nunca tengo nada d eso jumm yjumm hahha no enserio sigela antes d k se salga mi corasonsito d la boca plizzzz sipp sigelaaaaaaa plizz k kiero leeeerrrrr plizzzz muakk hahah sigela me encantaaaa!!!!!!!!!!! :love: :love: :love:
Invitado
Invitado
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
dale sigela yaaa plizzzzzzzzzzzzzz
Invitado
Invitado
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
siguela me encanto el cap estubo genial
lovely last
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
CONTINUACION DEL CAPITULO 2
La verdad de ello la atravesó, innegable ahora de todos modos. Sus hermanos nunca permitirían a un hombre intimidarla así. Ni que la invitaran a participar en una noche de libertinaje. Ni siquiera en broma.
—Sólo un buen revolcón te enseñaría el respeto apropiado para un guerrero —dijo—. Lamentablemente, no tengo tiempo para instruirte. Ahora, te lo agradezco otra vez, ________, pero debo volver a casa. —Entonces, por tercera vez, él trató de alejarse.
En ese caso, sin embargo, fue él quien se paro sin necesidad de su agarre.
Echó un vistazo hacia la izquierda y luego hacia la derecha, estudiando el horizonte. Maldijo en una lengua que ella no entendió y luego giró para afrontarla. Un ceño estropeaba la perfección de sus rasgos.
—Acabo de comprender que eres una carga necesaria, ya que no conozco nada de tu mundo más allá de este recinto. —Sus cejas se juntaron ante “la carga necesaria”. Las ventanas de la nariz llamearon con sus siguientes palabras—. Llévame ante el hechicero más cercano.
—Vete al infierno —contestó ella.
Él cruzó los brazos sobre el pecho. La obstinada postura insinuaba que era un hombre acostumbrado a dar órdenes y que esperaba un cumplimiento inmediato. Normalmente ella no se lo pensaría dos veces para enfrentar a alguien con una súper abundancia de testosterona. Pero el modo en que este tipo la miraba, como si él fuera un rey y ella fuera un vasallo condenado a la guillotina, casi hizo que le asustara la idea.
—Harás lo que yo diga —soltó él bruscamente, y con los ojos muy abiertos, continuó—: ¡Maldita sea! Hay algo más que había olvidado ante el entusiasmo de volver a mi casa —exclamo con los dientes apretados—. Pero aunque es algo que gustoso olvidaría hacer, no puedo, ya que la continuidad de mi libertad depende de ello.
—¿Qué?
—Para empezar, debo acostarme contigo.
________ sofocó un jadeo de alarma. O tal vez era un jadeo de anticipación. Incluso quizás fuera de cólera al escucharle decir que preferiría olvidarla. Cualquiera que fuera la razón, ella ya había perdido todas las pretensiones de cordura. Cualquier otra mujer ya habría gritado pidiendo ayuda antes de que él hubiera terminado la última frase. Acostarse con ella, ni más ni menos.
El silencio se alargó entre ellos. Con cada segundo que pasaba, se hacía cada vez más consciente de la desnudez, de él. Aspiraba su olor caliente, masculino, sentía la caricia de su mirada fija sobre todas y cada una de las partes de su cuerpo como si ella estuviera desnuda. Su sangre se calentó, y sus hormonas corrieron abrumadas, gritando: “Le tomaré, le tomaré, y es algo que tú quieres”.
—Ni hablar de acostarnos —dijo, cortando el silencio—, y también debes saber que no existen los hechiceros.
Durante un momento bajo la guardia y su expresión reveló dolor y furia, pero también desolación, una desolación que ató su estómago en mil nudos diminutos.
—Aunque tenemos psíquicos —añadió ella, dispuesta a decir cualquier cosa para borrar tal desolación.
—¿Psíquicos?
¿Estaba fingiendo perplejidad o realmente no lo sabía?
—Los psíquicos son la gente que asegura que pueden ver el futuro con sus poderes sobrenaturales. Ya sabes, a través de la magia.
Él hizo una pausa, considerando sus palabras.
—Simplemente busco a alguien que maneje la magia, tu psíquico servirá. —A pesar de que ahora su tono era amable, la fría determinación marcaba las líneas de su mandíbula—. Ahora, quítate la ropa. Cuando nuestros cuerpos sean saciados, te permitiré llevarme hasta el psíquico.
¿Él le permitiría? Ni hablar, gracias.
—Mi respuesta es no —dijo ella con firmeza—. No cuentes conmigo.
El azul de sus ojos brilló como trozos de hielo en una tormenta de invierno y esa fue la única advertencia que recibió sobre sus intenciones. Antes de que tuviera tiempo de parpadear, ya estaba sobre ella, sujetándola contra una estatua. Sabía que debería estar asustada, pero no lo estaba. Ella, de forma extraña, estaba excitada.
No conozco nada de este hombre, se recordó. No sabía cómo le gustaba el café, o si él pateaba a los pequeños cachorros cuando nadie miraba. Y aun así su cuerpo, durante mucho tiempo dormido, saltó a la vida. Los pezones se endurecieron ante el contacto, y las caderas se arquearon, apretándose contra él. Hacer el amor con él no parecía una idea tan mala en este momento.
—No te lo pregunté, ________, ordené que lo hicieras. —El timbre bajo de su voz sostenía el borde acerado de una espada.
Tragó aire, insegura de si todavía estaba excitada o muerta de miedo. El hombre rezumaba poder y autoridad y si ella no conseguía poner su mente en funcionamiento, ellos se unirían allí mismo.
—Uh, sobre el psíquico. Todos las consultas y negocios están cerrados hasta mañana por la mañana.
Él hizo una pausa.
—Cuando salga el sol, me llevarás a ver a ese hombre de magia. Tendré tu palabra en esto. —Sus labios permanecieron separados mientras esperaba su respuesta, mostrando los blanco y nacarados dientes de debajo—. En cuanto a acostarnos…
—Si terminas esa frase, juro por Dios que nunca te llevaré a ver a un psíquico.
Su boca se cerró, y él permaneció tranquilo, aunque la cólera bullía justo debajo de la superficie de su piel.
Wow. Ella no había esperado que la amenaza funcionara, pero ahora que lo sabía…
—Quiero que me contestes a algunas preguntas.
Su expresión se oscureció pero la sorprendió al ladrar:
—Pregunta.
Entonces ella lo hizo.
—¿Cómo lo hiciste para que desapareciera la piedra?
Las finas líneas alrededor de su boca se tensaron.
Ella esperó, esperando oír palabras como el nuevo vecino de al lado, la trampilla y la pintura de plata. En cambio, sólo oyó silencio, y minuto tras minuto, un sentimiento de inquietud creció. Finalmente, no pudo soportarlo más.
—Empiezas a asustarme. Creo... sé que lo que creo no es posible, y aún así… —Ella le echó una ojeada a través de sus pestañas.
Otra vez, silencio. Pensó que sus nervios se harían completamente trizas antes de que él contestara.
—Magia —chasqueó finalmente, como si fuera la mujer más mala del mundo por hacerle responder—. La piedra desapareció gracias a la magia.
Ella abrió la boca para continuar con sus preguntas, pero los brazos de él se cerraron alrededor de su cintura, atascando las palabras en su garganta. De repente, un temblor la recorrió, y se inclinó sobre él. Su cuerpo reaccionaba por sí solo, desatendiendo su voluntad. Aunque con un hombre así era natural, hasta esperado, tener sexo con un extraño estaba lejos de lo que ella consideraba aceptable.
Eso no le impidió que su mente se imaginara que las manos vagaban por su estómago, resbalando dentro de sus pantalones, bajo sus bragas, y… otro temblor la atormentó. Caray, tenía que alejarse de este hombre, tenía que pensar con claridad antes de que hiciera alguna locura, como arrojarse ella misma sobre él y exigirle que “la pusiera en su lugar”. Pero cuando ella trató de salir corriendo, los brazos se apretaron a su alrededor, manteniéndola sujeta.
—Suéltame —exigió ella. Su excitación mezclada con otro brote de miedo.
Su asimiento sólo se apretó más fuerte.
—Te lo advierto. Déjame ir antes de que te demuestre las habilidades maestras del mejor estudiante de Kai.
—No conozco a ese Maestro Kai, pero ni él ni su mejor estudiante pueden compararse conmigo. —Para demostrárselo, él atrajo a ________ más cómodamente hacia él, dureza contra suavidad. Ropa contra carne desnuda.
Lejos de estar intimidada o halagada, estaba ahora furiosa. Los ojos se le estrecharon, rechinando los dientes.
—¿Solamente pensamos en eso, verdad? —Estaba a punto de propinarle un rodillazo en la ingle cuando él agarró su pierna, asustándola.
—Permíteme darte una demostración de mis habilidades persuasivas. —Él presionó la coyuntura de los muslos contra la base de su erección. A pesar de sus racionales y buenas intenciones, ________ se encontró con que su sangre se volvía lava fundida, en un infierno de necesidad. Mientras la parte inferior de su cuerpo se balanceaba rítmicamente contra el suyo, él tocó uno de sus pechos. Tan nuevos como inesperados, estos toques la electrificaron, moviéndose a través de cada fibra de su ser con la intensidad del relámpago. Sus rodillas se debilitaron, a la vez que su voluntad.
Ella lamió sus labios y rezó para que él no notara su deseo.
Él lo notó.
Una oscura ceja se elevó, burlándose.
—¿Has cambiado de idea, pequeña, sobre lo de acostarnos?
Sí, sí, sí.
—No —gritó ella con fuerza—. Quiero que me dejes ir. Ahora.
Él no pareció convencido, pero dijo:
—Que sepas que consiento en tu voluntad porque yo decido hacerlo. —Con aquellos dedos mágicos, hábiles, amasó cada curva hasta sus nalgas—. De otra forma tal demanda sería desatendida. —Entonces de pronto, la soltó.
Ella salió corriendo.
—Tócame otra vez, y lo lamentarás.
Él soltó una ronca carcajada que retumbó profundamente en su pecho.
:twisted: :twisted: ya esta hahahahahaha.......... ...........y perdon por no subir caps pero he estado haciendo deberes y les juro que un minuto mas de historia y el cerebro se me funde :o
Femme Fatale
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
¡Diiiiooooos! Morí, morí, morí. Ni siquiera nos acostamos ii yaa estoy a mil xDDD Wah wah ¬¬" Que tonttaaa soee! Nu rayiiz, tienez qe acostartre con ese Dios griego xDD
Ay amoooree sigueela zii? Wah necesiithoo mas cap *O*
Ay amoooree sigueela zii? Wah necesiithoo mas cap *O*
Kat
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
O-M-G!!!!
Hace calor aquí,¿cierto?
Es...es tan...condenadamente sexy!!
Solo leerlo y me estremezco!
Uff lo amé!Con esos fuertes músculos y tan varonil
Yo si quiero...acosarme con él!!:oops:
Juum!!No me gusta que me den ordenes,aunque si es él,le dejo :inlove:
Siguela!!La amo!!
Besos!Bye :)
Hace calor aquí,¿cierto?
Es...es tan...condenadamente sexy!!
Solo leerlo y me estremezco!
Uff lo amé!Con esos fuertes músculos y tan varonil
Yo si quiero...acosarme con él!!:oops:
Juum!!No me gusta que me den ordenes,aunque si es él,le dejo :inlove:
Siguela!!La amo!!
Besos!Bye :)
Invitado
Invitado
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
Florycienta!♡ escribió:Dios; Me encαnto(:
Siguelα eh?
eres nueva lectora??? :) :)
si es asi
BiEnVeNiDa!!!!!!!!!!!!!! :lol!: :lol!:
Femme Fatale
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
holaaaaaaaaaaaaaaa soy nueva lectora me llamo Ivana
y esta nove ma ha dejado LOCAAAAAAAAAAAA
enceri me encantaaaaa
esperoo la sigas rapido
ya quier leer masssssss
sigueeeeeeeeeeee
y esta nove ma ha dejado LOCAAAAAAAAAAAA
enceri me encantaaaaa
esperoo la sigas rapido
ya quier leer masssssss
sigueeeeeeeeeeee
ivana-ilove
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
ivana-ilove escribió:holaaaaaaaaaaaaaaa soy nueva lectora me llamo Ivana
y esta nove ma ha dejado LOCAAAAAAAAAAAA
enceri me encantaaaaa
esperoo la sigas rapido
ya quier leer masssssss
sigueeeeeeeeeeee
bIeNvEnIdA
Femme Fatale
Re: "El Principe De Piedra" (Nick Y Tu) Adaptacion.
oh DIOS MIOOOOO!!!!!!! ni sikira paso lo k paso ya m entienedes :¬w¬: :¬w¬:
Y ESTOY K ARDOOOOO!!! ahora mismo soy una laba m muero me mori m morire si no lo subes ya ahy pordios me considero fiel lectora esk m encata ya m enamore d esta nove definitivamente m encanta oh sii hahah dale sigela antes d k me ponga como una posesa hahah dale sigela (espero k la rayita diga k sii)oh siii hahah dale sigela plizzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz muak bsss
Y ESTOY K ARDOOOOO!!! ahora mismo soy una laba m muero me mori m morire si no lo subes ya ahy pordios me considero fiel lectora esk m encata ya m enamore d esta nove definitivamente m encanta oh sii hahah dale sigela antes d k me ponga como una posesa hahah dale sigela (espero k la rayita diga k sii)oh siii hahah dale sigela plizzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz muak bsss
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