#___тυѕ ρяσмєѕαѕ--мιѕ ρяσмєѕαѕ. [נυѕтιи в & тú]

Desde aquella noticia la sonrisa en su rostro se había mantenido por el resto de la semana. Justin y Melissa habían tenido una complicada discución y aunque sabe que esta mal alegrarse por las penas ajenas ella está inevitablemente esperanzada. Según sabía ella, era la primera discución que sucedía entre la pareja y para ser la primera era muy fuerte. Justin había visto a Melissa salir con un chico hacía poco tiempo y había tomado una foto en donde parecía que su novia y aquel chico se besaban. Justin era celoso y no iba a dejar pasar el hecho por alto. Así que Melissa le había perseguido por toda la semana luchando contra el orgullo de Justin, cosa que no es sencilla.
Sin embargo, a pesar de esperanza estaba muy preocupada. Justin no le había ido a buscar, no le había llamado, no se había colado por su ventana y ni siquiera había asistido a las grabaciones de la película, lo que había aumentado más su preocupación por que el director estaba molesto con su amigo, y molesto era poco, estaba furioso.
Por otra parte Melissa se había acercado mucho más a ella por la discusión, había acudido a ella por comprensión y consuelo, lo cual _____ no se había negado. Tenía que actuar como una buena amiga y apoyar a la peliroja en su situación. Sin embargo no llegó a sentirse completamente bien, sentía que era una hipócrita por disfrutar del dolor de la pareja inconscientemente. Variedad de veces se descubría sonriendo al pensar que tenía una oportunidad única, Justin estaba libre y ella en una buena posición para ponerse en acción. Nunca imaginó que tendría pensamientos perversos y traidores en la mente y a pesar de todo le pasaban revoloteando en la mente tal como una pequeña ave que daba unos pitidos agudos que podrían destruir cualquier oído con tal de llamar la atención de alguien. Para el colmo tal ave había colocado en ella un GPS para hallarla donde fuere aún si intentase hundirse en su refugio de amiga buena e incondicional.
Aquella tarde del viernes Justin al fin se había aparecido con sus andanzas por las grabaciones, no solo teniendo que enfrentarse al director sino también a todos sus compañeros de reparto ya que estaban furiosos al perder su tiempo esperando su digna aparición. De todos, de las únicas que no se oyó queja alguna fueron de la peliroja y de la de ojos pardos, que se limitaron a escabullirse fuera de la aglomeración que se armó alrededor del divo adolescente.

El director habría despedido a Justin, de eso, la chica, estaba segura; pero el muchacho le había convencido poniendo como pretextos la casi conclusión de las grabaciones y que todo el tiempo gastado de él y de los demás se iría al basurero por una gripe pasajera. Además del dinero invertido y de su compromiso firme con el film, el director y los compañeros.

Más aunque se hubieran razonado ciertos desacuerdos, las cosas para Keyla, seguían pintadas de la misma manera. En nada habían cambiado. El de cabellos rubios oscuros no le dirigía la palabra a menos que esta fuera un segmento del guion de su personaje, él se dirigía a ella como Nicol y en ninguno de los recesos siquiera le dirigió la mirada o una simple sonrisa; a parte cada vez que se le ocurría ir por él hallaba a Melissa adelantándose. Simplemente nada para ella.

―¡Demonios, Justin! ¡Háblame de una buena vez! – exclamó _____ en medio de una escena en filmación.
A Keyla le había colmado la ignorancia de Justin. Aquel “Todo” que el chico había respondido secamente a “¿Qué te pasa?” había sido la piedra que desbordó el agua de su paciencia en el vaso, ya estaba cansada, cansada y nada más.
―¡Corten! – bramó el director molesto y miró a la castaña con furia, al parecer no era la única con el recurso de paciencia agotada – ¡Chase, el muchacho es Chase en el set! ¡Tú eres Nicol! ¡Nada de Justin, nada de _____! ¡Solo Nicol y Chase!

Para esos momentos el chico de cabellos dorados había abandonado la escena a pie hacia quien sabía dónde huyendo una vez más de la muchacha buscadora de respuestas. ______ miró al director que aún daba alaridos sin control, suspiró y dejando con millones de palabras al hombre trotó lentamente hacia la esquina en la que el chico había desaparecido.

―¡Keyla! ¡Por favor, intenta hablarle por mí! ― gritó Melissa a la vez que la castaña se perdía por la misma vuelta.