Once Upon a Time | NC| One Direction

ajsdhaskjd me alegra que les gustara ;-; asjdlkasd andaba como una loca con el cap, me costó hacerlo para que quedara decente ;-; además que Lens es toda una Drama Queen XD
Sí, sigue Mily es solo que yo estaba confundida con el orden porque Dani lo cambió
en fin, me alegra que les gustara

Me alegra que te gustara, siamesa ;-; gracias por todo yo espero ansiosa tú capítulo
love you, babes<3

A pesar de tener clases de Composición y Redacción antes de terminar el día, el remolino que estaba presente en mi cabeza desde la mañana, nublando más de la mitad de mis pensamientos coherentes, ya estaba tomando lo mejor de mí y mi disposición en clases. Cuando no me quedaba observando un punto fijo por más de cinco minutos y alguien hacia un ruido brusco, comenzaba a garabatear cosas sin sentido –o eso quiero creer – en la parte trasera de mi Catedra.

Así que, sabiendo de antemano que en aquella clase no me concentraría, decido ir directo hacia los estudios de Danza. Tomo clases de Jazz/hip-hop alrededor de tres veces por semana, a las cinco de la tarde, por lo que es comprensible que no se encuentre nadie allí cuando llego. Hago el mayor esfuerzo por poner la música a volumen máximo, esperando que eso ahogara todo pensamiento y me permitiera concentrarme, únicamente, en bailar al ritmo de la canción.

Pero justo cuando comienzo a mover las caderas, la puerta se abre de manera ruidosa y brusca, lo que me sobresalta y apago la música por inercia. Me volteo para toparme con la perturbada mirada de… Lencie –si no me equivoco – aquella chica que se unió a las clases de baile debido a la carrera de teatro. Su pelirrojo cabello esta desalborotado, al igual que toda ella y me mira con una mueca al darse cuenta de quién soy.

A pesar de que sé que probablemente no le agrado, no puedo evitar sentir empatía cuando escucho el por qué esta aquí  y no en clase.

-Supongo que estoy acá por la misma razón que tú – espeta con seriedad y a pesar de que mi rostro se mantiene inexpresivo, no puedo evitar pensar que tiene razón.

Así que termino sentándome a su lado, en silencio, pero no creo que sea una molestia y que ella lo tomaría como una forma de apoyarla, fuéramos amigas o no. No hace falta que nos conozcamos, de hecho, porque solo con ser mujer con neuronas una se da cuenta de lo que puede estar pasando. Ella me mira de reojo, examinándome de la cabeza a los pies, por un momento. Las veces que la he visto por los pasillos o en la cafetería, y las miradas fulminantes que nos ha dedicado junto con Sky, Gemma y las demás son suficientes para que sepa que no le caigo del todo bien.

Mi celular suena con una melodía corta y aguda, indicando que la última clase se ha acabado y haciéndome soltar un suspiro de alivio. Recuesto la cabeza en la pared detrás de mí y la duda de si me afectara el perder clases me hará daño, cruza por mi mente. Y eso me importa menos de lo que considere alguna vez. Lo único que quiero es poder tener mi paz mental de vuelta, la cual está siendo constantemente corrompida desde que las clases de Química comenzaron y Louis se volvió mi compañero de pupitre y proyectos.

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Después de una hora y media bailando frente al enorme espejo y ensayando los pasos que no me sabia con Lencie –sorprendentemente, congeniamos mejor de lo que pensé – aunque aún noto que es algo fría al tratar conmigo. Supongo que es demasiado esperar que me tenga toda la confianza del mundo desde un principio.

La maestra nos despide con una sonrisa y dando gracias por la genial practica de hoy. Cuando salgo del edificio y camino hacia el estacionamiento de la Universidad, veo que Alex me espera apoyado en la puerta del copiloto de mi auto. Sonrío cuando sus ojos se encuentran con los míos.

-¿Me estabas esperando? – pregunto, enternecida mientras abro el baúl y coloco mi gran bolso de ropa en él.
-Claro que sí, bebe – responde y me da un corto beso en los labios. Sonríe ampliamente y coloca sus manos en mi cintura. – Te tengo una sorpresa para esta noche, ¿a las ocho estaría bien?

Subo mis ojos hacia él y sé que están brillando de emoción y curiosidad. Amo las sorpresas, más cuando algo me dice que es porque quiere celebrar nuestro aniversario con anticipación. O alguna forma de disculparse por su ausencia, debido al entrenamiento para la temporada que se acercaba rápidamente.

-Claro que si –sonrío y asiento, tratando de no parecer muy emocionada. Mi sonrisa disminuye cuando mi atención se desvía hacia un punto detrás de él y descubro unos ojos azules mirándome desde unos cuantos metros.

La cantidad de veces que hemos chocado mirada en estos últimos días es otra de las cosas que me martillea la cabeza, porque es algo que no comprendo del todo. No sé qué lo miro hasta que llevo unos minutos haciéndolo y algo o alguien me despiertan del trance bruscamente. Eso no me gusta.

Lucho para que Alex no se dé cuenta de la pequeña distracción y vuelvo mi mirada hacia él, asintiendo cuando me pregunta si está bien, aunque no escuche lo que dijo.

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-¿Cuál esta mejor, niños? – pregunto a mis hermanos, mostrando mis opciones de corte de cabello mientras ellos recogen sus cuadernos.

Luego de haber insistido por dos horas, he conseguido que hagan la tarea que se les dejo ayer y hoy. Solo tenía que descuidarme un poco, y ya debían la mitad de sus clases. Lucas rueda los ojos, irritado porque piensa que esas cosas debo preguntárselas a mama – lo que no es una opción, porque ella me acusaría de lunática en el momento en que le diga que quiero cortarme el cabello – o a Sky. Dylan me mira con escepticismo, claramente intrigado por mis repentinas ganas de cortar mi largo cabello.

No lo culpo, hace un mes estaba extasiada porque mi cabello estaba más largo que nunca y decía, alegremente, una y otra vez como nunca iba a cortármelo.

-Ya te dije, Tati, pregúntale a una mujer, yo no sé de esas cosas –bufo Lucas y cierra su mochila de diferentes tonos de verde. – Pregúntame de carros y juegos de PS3, eso sí se –asiente repetidamente y me rio de su mueca de desaprobación hacia el catálogo de cortes de cabello en mis manos.
-Solo dime cual te gusta más. Tengo que decidirlo ahora.
-¿Por qué quieres cortarlo? –pregunta Dylan, sentándose en el suelo y tomando la cara de Gus en sus manos, moviendo su piel en círculos.
-No sé –me encojo de hombros. – Quiero un cambio, me siento diferente.

El pequeño rubio junta las cejas y hace muecas con Gus.

-Nunca entenderé a las mujeres – suspira con desgana.
-¿Para qué quieres hacerlo? Todas son paranoicas –dice Lucas mientras se tira en el sillón de color lila y toma el control del PS3 y no despega su concentrada mirada de la pantalla. – Y no puedes negarlo, Tati; estabas casi volviéndote loca porque la profesora nos quitó cinco puntos. Cinco puntos, Jesús. No es como si fuéramos a reprobar por eso.

Niego la cabeza ante la terquedad del gemelo, y cierro el catálogo. Está claro que al final tomare la decisión por mí misma. Cuando Dylan se deja caer en el sillón junto a él, me levanto de la mesa y camino hacia la moderada cocina del departamento. Los chicos se quedan conmigo desde hace una semana y media, más o menos. Después de que la última niñera se fue de la casa y mis padres no hicieran el mas mínimo esfuerzo por preguntarle a los niños que estaba mal o que paso, empaque su ropa y los traje conmigo. De todos modos, lo primero que hice al mudarme fue prepararles una habitación para cuando quisieran venir. No me molesta en lo absoluto.

Para ir sin tener más de la mitad de mi cerebro preocupándose acerca de cómo estarían conseguí convencer a Damian que los cuide por mí. Estudia Psicología conmigo, a pesar de ser un año mayor y tiene el mejor sentido del humor que he visto en alguien.  Ha venido a estudiar o hacer tarea algunas veces por semana y se lleva bastante bien con los gemelos, a pesar de que Lucas fue un poco reacio con él al principio, al darse cuenta de que no es como todos los hombres.

Luego de ir al salón y luchar contra Mery, la peluquera que me ha atendido desde que tengo catorce años, de que respete mi decisión de cortarme el cabello hasta encima de los hombros, vuelvo al departamento para encontrar a los gemelos encima de Damian, jugando en la sala a la “lucha libre”. Lucas estaba golpeando su espalda, mientras Dylan estaba sentado con las piernas cruzadas encima de su trasero. Me quedo quieta asimilando la escena en frente de mi por unos segundos, antes de estallar en carcajadas limpias hasta sentir mis ojos llenarse de lágrimas.

-Tus hermanos son un completo caos, Anne, Dios mío – Damian toma una gran bocanada de aire cuando los chicos lo dejan libre y arrancan el tarro de helado que traje de mis manos.
-Te he dicho que nunca aceptes jugar con ellos las luchas –me encojo de hombros – ahí tienes por no escucharme.

Le da un masaje a su hombro derecho cuando sus ojos se fijan en mi cabello y su boca se abre de la sorpresa. Deja caer su hombro y levanta los brazos. Mueve sus labios pero nada sale de estos, solo se queda mirándome.

Sonrío con inocencia.

-¿Te gusta?
-¡Que si me gusta, estas radiante! – exclama emocionado. – Hablo en serio, Anne. Si ese idiota de Alex no se queda bobo esta noche, yo mismo le partiré la cara.

Paso por alto el hecho de que lo ha llamado idiota para agradecer su halago y dirigirme a mi habitación para terminar de arreglarme, ya que faltan unos quince minutos para que él llegue a recogerme. Me hizo bien mantenerme distraída toda la tarde, porque sé que si comienzo a pensar en que será la sorpresa, me sentiría ansiosa todo el tiempo y detesto sentirme de esa manera.

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Todas mis ilusiones acerca de que Alex amara mi nuevo cabello se estrellan contra el pavimento, de manera brusca; se siente como si golpearan mi pecho y me siento estúpida por haber pensado que se daría cuenta. Lo peor es que, todo el tiempo pensé que el quedaría peor que Damian al verme. Y aquellos pensamientos que había suprimido acerca de haber cambiado en las vacaciones, azotan mi mente otra vez.

Trato de arrojar todos esos pensamientos a la parte más remota de mis pensamientos para tratar de adivinar hacia donde nos dirigimos.

-¿Es a cenar?
-No –ahoga una risita mientras dobla en la esquina. – Ya te dije, Tatianne, no lo sabrás hasta que estemos allá.
-¿Al menos puedes darme una pista? –me acerco hacia él y bato mis pestañas, haciendo un puchero, tomando en cuenta que estemos en un semáforo rojo.

Sus ojos divagan por mi rostro por un momento antes de responder.

-Tranquila, falta poco para llegar. – sus ojos vuelven hacia delante y yo me recuesto en el asiento, dejando mis ojos en los autos que pasan junto a nosotros.

No me doy cuenta que hemos llegado hasta que Alex apaga el auto, porque todo a nuestro alrededor esta oscuro…casi como si fuese un sitio abandonado. Abro y entrecierro los ojos, tratando de ver algo reconocible a través del cristal del lujoso auto de mi novio. Lo cuida como si fuese un hijo. A pesar de que casi me pego al material, no puedo distinguir nada salvo un enorme edificio, completamente oscuro. Me giro y contemplo más automóviles aparcados en el estacionamiento, que solo es iluminado por las linternas que traen algunos. Los que no, avanzan en grupos hacia el edificio de antes. La gran mayoría son universitarios, y puedo distinguir algunos rostros de la UCL.

-¿Dónde estamos? –cuestiono con cautela, cuando Alex me abre la puerta del auto.

Toma mi mano y comenzamos a caminar hacia un sitio desconocido, pero en la misma dirección que todos, asi que supongo que también nos dirigimos hacia el edificio. Antes de poder preguntarle otra vez, noto que mas adelante se encuentran Harry, Gemma, Liam y Becca esperando por nosotros. Me relajo un poco el hecho de que de seguro es una cita grupal, o salida grupal ya que ninguno de ellos son pareja. Pero me inquieta el no ver a Sky allí, por igual.

La expresión de Becca es la única que capta mi atención. Sus cejas se levantan, sorprendidas y mira de mí hacia Alex con incredulidad.
-¿No me piensas decir donde estamos, Alex? –cuestiono un poco descolocada por parecer ser la única sin saber.
-Ya te dije, espera a que estemos dentro.
-Tranquila, Tati, te gustara – Becca me da una sonrisa alentadora que no baja mis instintos en lo absoluto, pues estoy presintiendo algo que no me gusta.

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-¿¡Acaso se volvieron dementes!? –incluso me sorprendo a mí misma al reaccionar de esa manera. Así que de inmediato lucho por recobrar el control de mis emociones, aunque el poco espacio que hay no ayuda en lo absoluto, porque eso hace que las personas choquen más a menudo una con la otra. Y yo no era precisamente alguien fácil de evitar.

¿Dónde estamos? En la Universidad del Norte, en la facultad que se había incendiado hace un tiempo y aun no es reconstruida, esperando para ver a Zayn Malik pelear con un tal Parker Collinwood.

-Les dije que se volvería loca –suspira Harry casualmente y yo solo puedo dedicarle mi mirada más fulminante.

El olor a cigarro, sudor y quemado, mezclado con polvo y moho a la vez, solo hace que mi estómago de vueltas y sienta repentinas ganas de vomitar. Repaso fugazmente el ambiente alrededor de mí. Algunos, o muchos, se quedan mirándome debido a que llevo unos zapatos demasiado brillantes para venir a ver una simple pelea de boxeo que se basa en apuestas. Todavía no puedo creer que este en este lugar.

Me siento más que incomoda con los gritos y maldiciones de todos en todas las direcciones, apostando y amenazando a los que apuestan en contra de su luchador favorito. La gente de la UCL que apoya a Zayn y los de la otra Universidad, que es lo que parece ser, que apoyan al otro luchador. Desde la entrada, he sido constantemente empujada y pisoteada. Y estoy casi segura de que me han sobado el trasero a propósito.
No solo me estoy volviendo loca y estoy perdiendo el control de mi perfecta calma, que es lo que más me preocupa en todo momento; si no que me está hirviendo la sangre que Alex parezca enojado conmigo por eso.

-¿Por qué me trajiste aquí, Alex? Sabes que detesto esto –le reprocho, sin importarme que este reclamándole delante de los demás.
-Porque ni siquiera sabes cómo es, Tatianne, debes verlo para que…
-¿Para que, para que me den ganas de vomitar? No gracias –lo interrumpo y sacudo la cabeza. – Sácame de aquí.
-Por favor, Tatianne, no hagas una escena.

Es ahí cuando mis nervios amenazan con romperse y eso es lo que he tratado de evitar siempre, volverme un desastre emocional con facilidad como lo hace mama cada vez que algo estresante pasa.

Cruzo los brazos y tomo una gran bocanada de aire, mirándolo seriamente.

-No estoy haciendo una escena, Alex; solo sácame de aquí.
-No seas cobarde.

Y esa es la gota que derrama el vaso por completo. Mi labio inferior tiembla y hago todo lo posible para que no se note que mis ojos se han cristalizado. Sin pensarlo dos veces, me doy la vuelta y me alejo de él lo más rápido posible, siendo ayudaba por los empujes de las personas que buscan llegar al frente antes de que la pelea comience. Lamentablemente, no puedo encontrar alguna salida. El lugar no esta tan iluminado y se encuentra demasiado aglomerado para saber con certeza a donde dirigirme. Lo único que logro es subirme en lo que parece ser una grada improvisada, en un intento por encontrar alguna puerta que me lleve hacia el estacionamiento.

Miro las llaves del auto de Alex, las cuales tome de su bolsillo antes de estallar sobre el estar aquí y lo único que pienso en ese momento es en salir de aquí para irme a la cama y no salir de ahí hasta el domingo.

Y lo que más me duele es que el no corrió detrás de mí, no me detuvo.

Sintiendo la ira otra vez, meto la llave en mi bolsillo delantero, junto con mi celular y trato de buscar una salida por encima de los grandes cuerpos que intervienen con mi campo de visión. Hay muchas mujeres, por igual, y la mayoría van vestidas con trajes ajustados y transparentes además de maquillaje sobre cargado.

De repente, el sonido de un cuerno me llama la atención y veo como un chico sale y se sube en una silla, en medio del Circulo, donde se supone que será la pelea. Comienza a decir, obscenamente, las reglas del juego y las apuestas y las advertencias del que inflija cada una.

Dios, necesito irme de aquí.

El chico, de nombre Luke, comenzó a introducir a los combatientes de esa noche. El público aplaudió y rugió, haciendo que un incómodo escalofrío recorriese toda mi columna vertebral. El chico, Parker, era alto y de piel oscura, mirada asesina y complexión intimidante. Zayn era el mismo de siempre: delgado pero definido, lleno de tatuajes y con aquella mirada llena de diversión que me asusto aún más que la mirada de demonio de Parker. Me abrazo a mí misma, a pesar de que no hace nada de calor y comienzo a maldecir el haber sido impulsiva y haberme separado de Alex y el resto. Mas cuando tres hombres ya habían pasado junto a mí, escaneando todo mi cuerpo sin vergüenza.

El cuerno suena otra vez, dando inicio a la lucha. Parker no duda en atacar primero a Zayn, el cual esquiva su golpe y los siguientes tres. Parece tan relajado que es perturbador. Cuando Parker logra sujetarlo, él es ágil y propina un codazo justo en la nariz del hombre, haciendo que sangre salga de esta y probablemente que su nariz se rompa. Llevo las manos a mi boca y suelto un grito ahogado cuando le da otro golpe en el mentón, haciéndolo tambalearse. No puedo quitar mi mirada del evento por más que lo deseo.

Unos tres minutos más, o eso parece, Parker yace en el suelo con sangra saliendo de su nariz y su boca y la mayoría del público se encuentra extasiado y aclamando con todo a Zayn, el ganador de la pelea. Yo me encuentro en el mismo sitio que antes, con manos temblorosas y las imágenes aun en mi cerebro. Odio los conflictos, odio las peleas, odio todo lo que tenga que ver con la sangre. Después de presenciar eso, no he dejado de sentir que la sangre voló hasta mi piel y la rasco cada treinta segundos.

Otra vez avanzo por el abandonado e incinerado lugar con la ayuda de los empujes bruscos de las personas. Ansío respirar aire puro, ir al departamento y darme un baño de media hora y al mismo tiempo que sacaba el hedor de mi piel, sacar aquellas imágenes de mi memoria.

No recuerdo haberme sentido tan aliviada de respirar como cuando he salido de aquel horrible y demacrado edificio. Pero mi alivio dura una milésima de segundo, porque al abrir los ojos me doy cuenta de que no estoy por donde entre y en su lugar, hay un montón de personas desconocidas que me miran con mala cara cuando paso cerca de ellos. Parece ser el aparcamiento del sur o algo por el estilo.

-Miren a quien tenemos aquí, chicos –me tenso al escuchar una voz en mi oído. Me giro, para encontrarme a un hombre rubio, alto y con un acento marcado. – Tatianne Laurent, la Barbie reina de UCL, ¿Qué haces aquí? –su sonrisa maliciosa hace que de dos pasos hacia atrás.
-¿Vienes en busca de un poco de peligro, rubia? Porque este es el lugar indicado –dice otro, acercándose y analizándome con la mirada.

Además de tensarme, mis nervios se disparan con tal fuerza que mis piernas flaquean. Lucho por no mostrar miedo, a pesar de que solo quiero irme corriendo.

-¿Dónde está el estacionamiento? –pregunto y me muerdo la lengua cuando mi voz sale temblorosa, en vez de decidida.
Uno de ellos ríe y niega con la cabeza.
-Ay no, no, es muy temprano para que quieras irte. Hay que ir a celebrar el triunfo de esta noche –se acerca peligrosamente y yo me alejo lo más rápido posible. En ese momento reconozco que es uno de los chicos que siempre anda con Louis, y eso solo sirve para empeorar mi autocontrol.
-¿Podrían dejarme tranquila? Solo quiero irme – me arrepiento al instante de haber dicho aquello.
-Cariño, has entrado en nuestro territorio. No te iras así como así.

Siento mi labio temblar otra vez, al igual que mis manos, lo que me hace cerrarlas en puños. Pero estoy 100% segura de que mi expresión está totalmente llena de miedo. Su tono de voz, su mirada, su sonrisa, todo hace que mi interior tiemble. Pero aun así, mantengo mi postura y mis pies listos para comenzar a correr en cualquier instante. Justo cuando retrocedo, mi espalda choca con algo duro. Mi cuerpo se tensa, pensando lo peor y que es otro de ellos, pero me sorprendo al escuchar su voz.

-Dejen de joder, pendejos –el gruñido de Louis retumba en mis oídos y al instante, todos mis músculos se relajan como nunca pensé que lo harían, al escuchar su voz. –Ya, váyanse, ahora –manotea en el aire y aunque dudan, ellos terminan dando la vuelta y desapareciendo entre la oscuridad.

Me giro hacia él, queriendo darle las gracias pero me contengo al no saber que decir exactamente.

-¿Qué diablos haces tú aquí? –demanda con confusión y creo que puedo percibir enojo por igual.
-Créeme, yo tampoco lo creo –ruedo los ojos y me abrazo, todavía teniendo efectos secundarios de la montaña rusa emocional vivida hace unos momentos.
-¿Viniste sola? –cuestiona con el mismo tono de voz, sacándose la chaqueta de cuero para colocarla en mis hombros. Trato de no inspirar el delicioso perfume que sale de esta y solo meto los brazos por las mangas.
-No, pero tampoco me quiero ir con quien me trajo –murmuro, recordando las palabras de Alex y como me dejo ir. – Gracias por eso.
-Oh, no lo puedo creer –una femenina voz atrae mi atención y subo la mirada para encontrarme con Vitoria, mi compañera de pupitre en Composición y Redacción. No me sorprende mucho verla allí. Con ella están Boriska, Adam, Marylenna, Susanne y Brasil. Este último si no espere verlo allí. -¿Qué hace la niña de mami y papi en un lugar como este?

Ruedo los ojos y frunzo los labios, negándome a responderle. Lo único que quiero hacer es salir de este lugar.

-¿Cómo llegaste aquí, Tati? –pregunta Brasil, mirándome preocupado. Él sabe cómo detesto estos ambientes, es el único que ha visto uno de mis ataques de nervios, además de Sky.
-Alex –respondo y justo como antes, mi voz vuelve a salir temblorosa.
-¿Ese hijo de puta te trajo aquí? –el tono furioso de Louis me toma desprevenida, y por la expresión de los demás, supongo que pasa lo mismo.
-No lo dejaras pasar por alto, ¿o sí? –me pregunta Boriska con un tono cauteloso, casi como sospechando de algo que no pude comprender en ese momento. Lo más probable es que haya notado como estoy con los pelos de punta.
-Tengo sus llaves –saco el juego de mi bolsillo y las muestro, ellos me miran sin comprender. – Alex ama su carro más que a muchas cosas, ni siquiera deja que me suba con zapatos de tacón porque puede dañar el suelo y le encanta presumir de su nuevo estéreo –me encojo de hombros. – Pensé de tirarla en algún sitio o algo.

Adam silba y las chicas me miran con una sonrisa sorprendida.

-Vaya, no eres tan santurrona como pensamos –dice Susanne, acercándose hacia mí. - ¿Por qué no me las prestas, entonces? Podría darle un buen uso al auto.

Aunque lo considero por un momento, al final termino entregándole las llaves con toda la disposición. Ella suelta una carcajada divertida y no puedo evitar sonreír medianamente, ellos no son tan malos como pensé. Brasil niega con la cabeza mientras Vitoria, Marylenna y Boriska discuten que hacerle al auto de mi novio. Sorpresivamente, no me interesa en lo más mínimo lo que pase después de eso.

En ese momento, alguien se une al grupo y no puedo evitar aguantar la respiración cuando veo que es Zayn y que tiene salpicaduras de sangre en su cuello. Parece intrigado de verme allí, como todos, pero su atención es directamente entregada a Boriska. De inmediato noto la mirada llena de diversión y picardía que les dedica Susanne y no me toma mucho el imaginarme el por qué.

Mi celular comienza a vibrar. Saco el móvil de mi bolsillo y veo el nombre de Alex, junto con una foto suya haciendo un guiñó; cuelgo la llamada sin siquiera dudarlo. En pocos segundos, comienza a vibrar otra vez. En ese momento recuerdo que tengo que irme a casa y no tengo con quien. Contemplo mis opciones: llamar a Sky no es buena idea, lo más probable es que matara a Alex antes de venir a recogerme; llamar a Damian tampoco lo era, pues creo que es más sensible que yo. Ninguno de mis padres esta siquiera en consideración.

Suspiro y frunzo el ceño a mi celular, que sigue vibrando a pesar de que corto las llamadas. ¿Qué no se da cuenta que no quiero hablar con él?

Me alejo un poco de ellos, lo que sé que no les afectara y cuando el celular comienza a vibrar otra vez, decido atender.

-¿Tatianne? –no respondo. - ¿Bebe? Vamos, responde.
-¿Qué quieres?
-Lo siento tanto, cariño; en serio.
-Oh, ¿Me lo dices ahora que ha acabado la pelea? ¿Qué tal si me hubiese pasado algo, eh? ¿Y si hubiese pasado algo?
-Vamos, tampoco es para tanto.

Le colgué sin siquiera pensarlo, otra vez. Y después apague el celular y lo metí en el bolsillo. Mire hacia donde se encontraban los demás; Brasil y Vitoria trataba de quitarle la llave a Susanne, Adam y Marylenna parecían hablar en privado un poco alejados y Boriska y Zayn parecían enfrascados en su mismo mundo, ajenos a todos.

-Hey, Barbie –la voz de Louis me hace girar. – Vamos, te llevare a casa.
-¿Qué?
-Te llevare, ¿o prefieres que tu novio venga y…?
-Cállate, me voy contigo –lo corto y resoplo ante su sonrisa divertida.
-Cuando quieras un hombre estaré disponible para ti, solo tienes que llamar –guiña un ojo y me maldigo por reaccionar de manera tosca ante ese simple gesto, algo moviéndose en mi estómago.
-No comiences, Louis –le advierto. Cada vez que nos vemos no sería normal si no hace uno de sus comentarios para “conquistarme” o agitar mis nervios.
-Solo digo –se encoje de hombros y avanza hasta una motocicleta negra y enorme. Y en la que no pienso subirme.

Me quedo de pie contemplando como se sube con facilidad y como si fuese algo de lo más normal. He visto chicas subirse antes en las motos, no me agrada la vista ni quiero averiguar cómo se sentiría.

-¿Te vas a quedar ahí toda la noche? –interrumpe mi pequeña y quinta sesión de nerviosismo en la noche. De reojo, miro hacia atrás y la visión del edificio quemado hace que mi genio se dispare y antes de darme cuenta, me estoy subiendo detrás de él.

Necesito alejarme de aquí ahora.

El motor de la motocicleta ruge y soy consciente de que atrae miradas hacia nosotros, algo que intento, de manera fallida, evitar a toda costa. Solo espero que las personas de la UCL no me reconozcan.

-Sujétate bien –me dice, a través del ruido del motor y toma mis brazos para envolverlos en su cintura. Trato de no pensar en el contraste de su piel contra la mía, y estoy a punto de echarme hacia atrás cuando el arranca de manera brusca y mi primera reacción es abrazarlo tan fuerte como puedo.

Escucho su risa traviesa y me doy cuenta de que lo ha hecho a propósito, lo que me da ganas de alejar mis brazos y mi cuerpo. Pero entonces la luz del semáforo cambia a verde y el avanza en una velocidad que me hace dudar está por debajo del límite. Me concentro en sujetarme de él, lo menos que quiero es salir volando por la avenida y observo como dejamos atrás los vehículos que van junto a nosotros.

Una vez le indico la dirección del departamento, mis pulmones dejan salir el aire que no sabía que estaba reteniendo al tocar tierra firme. El cansancio me abruma, tomándome desprevenida. Al estar tensa y alerta tanto tiempo lo único que quiero hacer ahora es dormir. Y ni siquiera quiero ver todas las llamadas que ha hecho Alex.

-Gracias, Louis –sonrío medianamente aun así este algo mareada por el viaje. – Nos vemos mañana.
-No hay de que… -hace una pausa y justo antes de que decida dar la vuelta, me llama. – Me gusta tu nuevo cabello.

Miro sus profundos ojos y asiento con la cabeza, sorprendida de que lo haya notado –de que haya sido el único en hacerme un cumplido sobre eso – y mi sonrisa ahora es más grande.

-Um, gracias –mi voz sale un poco patosa y entrecortada. Mientras camino hacia el lobby del Edificio y espero el ascensor para ir a casa, una intensa sensación comienza a expandirse por todo mi estómago. Y la culpabilidad se apodera de mí cuando reconozco que son mariposas.

Loco, aksdjklads casi me meo con el capítulo ;-; es que fue tan, tan, tan aslkdjaklsd aksdjha me gusta lo que está surgiendo entre Tati y Lenny akjsdlkasd eso me da muchas ideas e,é además, sigo sin creer que el idiota de Alex no le haya gustado su corte de pelo :-; imbécil :c no se la merece. Quiero resaltar (?) que amo a sus hermanitos pequeños ;-; son tan tiernos hiperactivos, pero tiernos (?) asdjal. Los papás de Tati valen poto y los odio, pero amo como ella se hace responsable de los gemelos, tiene alma de mamá (?). Ahora me voy a lo importante e.é ¿COMO SE LE OCURRE A ESE SIMIO LLEVARLA AHÍ? estúpido :c y más encima la trataba mal delante de las rubias idiotas, junto con Payne y Styles se merecía una paliza, pero a ella se le ocurrió algo mejor ¡LO DEL AUTO FUE GENIAL! jslkd me imagino lo que harán Boris, Sus y Vi con las llaves XDDDD además... ¡EL LUCHO! se la llevó en la moto y ella lo estaba estrangulando aslkdjadls ;_; te había dicho que amé el capítulo ;-; pero no me canso de repetirlo ;.; ES HERMOSO ;_; y quiero leer como sigue esto espero que Kande suba pronto
pd; no sé si comenté los caps anteriores, pero me da flojera revisar :c aldsjkalksd me disculpo si no lo hice :c alskdjklasd pero saben que yo los amé, siempre se los digo :c
las amo, babys<33. cuídense, besootes<333