Lonely Boy {L.T.}

  Capitulo Dos

El maldito teléfono móvil, fue el culpable de que me despertara.
Y la otra culpable, Rocio.
De inmediato le colgué. No soportaba sus tonterías de buena mañana. Nadie, excepto ella, se atrevería a despertarme a las seis de la mañana.

A los dos segundos, volvió a sonar.
No se iba a cansar-y de eso estaba muy segura-hasta que se lo cogiera

-¿Que?-conteste malhumorada.

-¡Despierta!-grito desde el otro lado de la línea, haciendo que separara el auricular de mi oído-Tienes veinte minutos antes de que pase a por ti-me aviso antes de colgar, y dejarme con la palabra en la boca.

Estaba loca si pensaba que iba a obedecerle. Odio el instituto.
Este es mi último año, y lo único que quiero hacer es dormir.
¿Tanto le costaba entender eso a Rocio?

A pesar de que me había negado a ir con ella, me levante de la cama sintiendo como miles de taladros, me hacían, explotar la cabeza.

No recuerdo mucho de la noche anterior, pero lo que tengo seguro, es que fue una buena fiesta.

De mala gana, me vestí. Me puse una camiseta de Nirvana, unos pitillos, unas vans negras y mi chaqueta de cuero.

A estas horas, mi madre estaría con Niall en la cocina. No quería hablar con ella, pero le prometí a Niall despedirme de él. A veces ese pequeño puede llegar a ser muy convincente cuando pone cara de ángel. Lo que no le es muy difícil.

-Buenos días-dije entrando a la cocina.

Como era de esperar, mi madre ni me contesto.

Niall, en cambio, se bajo de la silla y corrió a abrazarme.

-Hola pequeño-dije despeinándole su pelo rubio.

-Sabes, mama ha dicho que este fin de semana me llevara a el lago a pescar, como hacía con papa-dijo Niall con una chispa de ilusión en sus ojos.

Era mentira. Ella lo sabia y yo también. Pero Niall solo era un niño y todavía no entendía que ella era una mentirosa.
No soportaba ver a Niall así. Siempre le decía que le iba a llevar a un sitio especial, pero al final, lo dejaba solo y se iba con sus “amigas” a un karaoke a emborracharse. Eso es lo que era. Una borracha y una mentirosa que jugaba con los sentimientos de un niño.

Miré a mi madre con desaprobación. Ella agachó la mirada.

-Niall porque no vas a por tus cosas, hoy te llevaré yo al colegio-dije intentando deshacerme de él.

Niall gritó emocionado, y se fue corriendo a su habitación.

-¿Porque le mientes?-pregunte, cuando me asegure de que Niall no nos escuchaba.

-Está vez si que lo llevare-contestó con superioridad-lo prometo.

-Y una mierda...-la interrumpí de golpe- a mi no me la cuelas. Eres una borracha que lo único que quiere es que llegue el fin de semana para irse a emborrachar con “sus amigas, amas de casa”. Dios, eres patética- le escupí acercándome a ella. Intimidándola. Y siempre funcionaba.

-No deberías decirme eso, soy tú madre-contestó nerviosa, y temblando.

Escuché el pitido de un coche, fuera de casa.

-Pues compórtate como tal-le volví a escupir antes de salir de la cocina.
-Vamos Niall!-llame a mi hermano.

A los segundos, él corrió fuera de la casa, hasta la parte trasera, del mustang de Rocío, con una sonrisa en la cara.

-Hola pequeño-le saludo Rocio desde el asiento del conductor.

-Hola Rocio, Sam ha dicho que hoy me va a llevar a la escuela-dijo con su aterciopelada voz.

Rocio se puso seria y me miró interrogándome. Sabía que cuando yo llevaba a Niall al colegio, era por que había tenido alguna discusión con mi madre.

-Resulta que odio a mi madre-dije cansada.

Ella suspiro, negó con la cabeza, y arrancó el coche.