Safe & Sound (Larry Stylinson - THG)

colorada escribió:tieneeeeeeeeees que seguirlaaaa!, me encanta la trama de esta novelaa, no es aburridaaa, ya quieroo que se conooooooscaaan! :)

Ya la estoy siguiendo, estoy trabajando en el próximo capítulo, siento mucho la tardanza :c y cada vez falta menos para que se conozcan.

SmilingGirl escribió:Que pasa?
Porque aun no subes?
La vas a cancelar? no me digas eso!!!!!!!


Siguela cuando puedas


Andrea

No he podido escribir el capítulo porque he estado un poco ocupado. Sé que es egoísta de mi parte, pero no pienso cancelarla. 

Gracias por no irte:D

CAPÍTULO 5 1/2

Soberbia, arrogante, vanidosa, sinvergüenza, ruin, cínica, falsa, insensible. Y la lista de adjetivos para describir a Eleanor continúa. Es una persona sin escrúpulos, que ante la sociedad, solo es una niña caprichosa, pero yo veo en ella algo más que una joven mal educada y despreocupada. Yo veo rencor a través de sus ojos. Veo ira, odio, incluso veo maldad en ella.
Mi abuela me enseñó a ver qué es lo que hay dentro de las personas, cuáles son sus intenciones para contigo y con los demás, qué es lo que sienten cuando te ven, qué les aflige, qué les alegra. Y no hay mejor manera de ver eso, que viendo por las ventanas del alma: los ojos.
La pasión de mi abuela por la herbolaría la ha hecho estar más conectada con lo espiritual y con la naturaleza y sus regalos.  Yo, a decir verdad, no creo en todo lo que ella dice acerca de las estrellas, los espíritus de los animales y esas cosas. Sin embargo, he comprobado que muchas de sus teorías son ciertas. Ella, por ejemplo, me dijo que la mirada muestra nuestro interior, y en la mirada de Eleanor, puedo ver que es una persona de cuidado. No obstante, no solo veo maldad, veo también dolor, mucho dolor y desdicha. Está acumulando todo ese sufrimiento, y tarde o temprano se desbordará como una represa, y me temo que la pequeña aldea que está justo debajo de esa represa, soy yo.
Canalizar el odio, el rencor e incluso el dolor para el bien, puede ser la mejor manera de mantenernos limpios. Sin embargo, para personas como Eleanor, que guardan se todo lo malo,  llega un momento en el que no puedes contenerlo, y sé que ella está casi en su nivel máximo.
Está esperando ese momento, lo sé. De hecho, eso es lo que quiere. Desea utilizar hasta el último segundo de su faceta de niña incomprendida, para poder saltar como la salvaje que es y descargar toda su furia. Y el momento exacto, está a punto de llegar: Los juegos del Hambre. A mí no me engañas, maldita perra. Conozco esa vieja táctica, la he visto en los juegos una, y otra, y otra vez. La pobre niña de un distrito pobre; tan sola, tan indefensa, tan desamparada, tan…. tan predecible. Pero no lo creía de ti Eleanor, pensé que tú en verdad me sorprenderías.
 
Allí está, sentada frente a mí, en un lujoso sillón de cuero. Sostiene un cuchillo de cocina en ambas manos. Ella está mirando a la hoja, admirando su brillo y su filo. No puedo decir que está planeando eliminarme en este preciso momento, y menos con un arma tan simple e inútil, porque hacer eso sería algo tonto. En realidad creo que quiere que mi muerte sea algo más espectacular, algo más trágico, para así poder gozarla en todo su esplendor, como a un vino añejo, el cual ha estado esperando desde años para que adquiera el sabor deseado y así probarlo.
Me pregunto si tendré la desdicha de caer en sus garras, de morir por su culpa. Supongo que es lo que quiere ella, pero… ¿ocurrirá?, es decir, hay veintidós tributos más aparte de nosotros, sería una verdadera coincidencia que mi vida dependiera de ella en algún momento de los juegos. Prefiero no pensar en ello.
Oh, no. Ahí está de nuevo. Esa mirada tan perturbadora. Esa mirada con la que hace unos momentos admiraba al cuchillo de plata, ahora está sobre mí.  Puedo ver en sus ojos sed de sangre, hambre de venganza, la misma mirada que tiene un lobo frente a una oveja. No me sorprendería que sacara la lengua y se relamiera el pico, pues puedo jurar que está saboreándose mi muerte, justo como lo haría un lobo, sólo que un lobo mata por comer, y Eleanor quiere matar por venganza. Y yo soy su oveja.
Sé que probablemente esté exagerando y la prioridad de ella no sea el matarme, que tal vez sus deseos de venganza no sean tan fuertes como para acabar con mi vida, pero los juegos del hambre sacan lo peor de ti y lo centuplican. Así que si ella tuviese que elegir entre mi vida y la suya, obviamente terminaría conmigo sin dudarlo, y a la vez, pienso que lo gozaría un poco.
Sigue sin quitarme los ojos de encima, analizándome de pies a cabeza. Examinando cada una de mis debilidades.  No niego que le he estado examinando también, pero sostengo un periódico del Capitolio en mis manos y finjo que leo para disimular, pero ella me mira con todo el descaro del mundo, como si no le importase el hecho que yo sepa que me está estudiando.
-¿Miedo, Harry?- Esboza una sonrisa mostrando sus brillantes dientes perfectamente alineados, pero su sonrisa no demuestra felicidad, es como la sonrisa de un lobo, mofándose de la oveja. Una sensación de nervios se apodera de mí, y no es la sonrisa, es la pregunta que ha hecho. Yo también me hago esa pregunta, ¿tengo miedo de Eleanor?
Bajo el periódico y la miro -¿Eh? ¿Miedo, yo? No, no te tengo miedo.- Esa respuesta iba para mí y para ella. Desafortunadamente, no salió como lo planeaba. Titubeé un poco al decirlo, contradiciendo mi respuesta. ¡Qué tonto!, no debo de demostrarle que soy débil, no puedo permitirme flaquear.
-No a mí, tontuelo -.ríe un poco y suaviza su voz, logrando erizarme la piel.- A ya no ver a Hezriett.- Termina e inclina un poco su cabeza hacia un lado, mantenido su sonrisa. Sé lo que tratas de hacer Eleanor, estás tocando mis heridas, haciéndolas más profundas y dolorosas. Pero no te daré el placer de verme sufrir, aunque por dentro me esté retorciendo del dolor.
-¿De qué hablas?... Oh, espera, aun sigues perdidamente enamorada de él, ¿no es así?- Y eso es lo que yo llamo “una cuchara de tu propia medicina.” Eleanor deshace la sonrisa que antes había en su rostro. Casi puedo oír el sonido de sus dientes rechinando por el coraje. Creo que le estoy echando más agua a la represa, justo lo que quiero.  –Pobre Eleanor…- inclino mi cabeza y finjo una mueca de tristeza- tan aferrada a una persona que nunca le va a corresponder. – Digo con un falso tono de tristeza, a lo que ella responde casi bufando de rabia.
-No sé de qué te asombras, Harry, si él tampoco te corresponde.- Dice un poco más relajada.
No puedo hacerle saber que lo que me ha dicho me hiere, incluso más de lo que a ella le pueda doler lo que he dicho. Sin embargo, esta ronda no se la va a llevar Eleanor.
-Pues… déjame decirte que estás muy equivocada.- retiro el periódico de mis piernas.- Él me ha hecho cosas que a ti nunca te hará,  aun si regresas victoriosa de los juegos, llena de riquezas y gloria. Hezriett no te ama, nunca lo hará, ¿y sabes por qué? Porque tú eres una perra caprichosa que no tiene, ni merece el amor de nadie.-  Eleanor se levanta del sillón enfurecida y pronto está sobre mí. Con un movimiento fugaz,  retira mis manos, las cuales he puesto entre nosotros para tatar de alejarla.  Presiona el cuchillo contra mi cuello y bufa en mi cara.  Muchos mechones de pelo están sobre mi cara impidiéndome ver con claridad la situación, pero no hace falta echar mi imaginación a volar, sé perfectamente que estos pueden ser mis últimos momentos.
Eleanor resopla para alejar un mecho de pelo que le impide verme. Creo que desea ver la luz de mis ojos escaparse cuando deslice el cuchillo por mi yugular. Empieza a farfullar y bufar al mismo tiempo, lo cual hace  que no entienda lo que dice. A pesar de no poder ver mi rostro, sé que mi cara denota el miedo que tengo. Había estado en situaciones de peligro, pero nada comparado con esto. El hecho de saber que mi vida está en las manos de una persona, me aterra, sobre todo tratándose de alguien quien me he dado a la tarea de catalogar como una psicópata.
Qué ironía, ¿no? Hace solo unos instantes estaba pensando sobre la posibilidad que había de que ella pudiese matarme en los juegos. - Uno menos con quien lidiar- pienso. Pero, ¿acaso esto no le traerá repercusiones? Es decir, si matar a un tributo en el tren, o en cualquier lugar antes de los juegos, fuese legal, ¿qué caso tendrían los juegos si doce de los tributos no llegasen con vida a la arena? Debe haber una especie de castigo para aquellos que hagan eso, y si lo hay, estoy seguro que a Eleanor no le importará porque parece estar muy decidida a acabar conmigo.
Sin embargo, a pesar del terror que me ha invadido, siento como la adrenalina empieza a recorrer por mis venas lentamente debido a la situación, como si se me hubiese sido administrada por medio de una inyección directamente a la vena. Miro a Eleanor directamente a los ojos, retándola a que acabe con esto de una vez por todas, pues la pausa me está matando lentamente.  –Hazlo ya, o el aburrimiento lo hará por ti.- ¡Rayos! No sé cómo fue que eso salió de mi boca. Ella exhala el aire por su nariz fuertemente y presiona el cuchillo aún más contra mi cuello consiguiendo aumentar la adrenalina en mí. 
¿Cuánto tiempo ha pasado?, ¿dos o tres minutos… o tal vez horas? No lo sé, pero cada segundo me parece eterno.
No puedo arriesgarme a tumbarla o a tomarle por el cuello, ya que estoy a su merced. A ella solo le costaría una fracción de segundo para deslizar fuertemente el cuchillo y así degollarme. Casi puedo imaginar el chorro de sangre saliendo a propulsión de mi cuello, vaciándome rápidamente, pero no sin antes darme la oportunidad de ver mi propia sangre salpicar a Eleanor, a los finos muebles y a la alfombra color vino. Y justo cuando esté en el piso, sobre el charco que mi sangre ha creado, llega Klinda, para aplaudirle a Eleanor y felicitarle por su increíble trabajo. Mientras, yo trato de detener la  hemorragia poniendo ambas manos sobre la herida. Sin embargo, ya es demasiado tarde, he derramado mucha sangre, y poco a poco mi visión se va haciendo más y más borrosa. Patético, ¿no? Morir antes de llegar a la arena. Eso sería una gran decepción para Niall. Le he prometido que trataría de ganar, que daría lucha antes de morirme. No puedo permitirme morir antes de los juegos. Quiero que él vea que no estoy resignado a perder, quiero que me vea dar lucha, que no soy un blanco fácil.
Fuerzo a mi mente para encontrar una forma de salir de esta. La idea de tomar su mano y forcejear hasta quitarle el cuchillo, sin duda es descartada, pues al momento de tomar su mano, ella tendrá tiempo de cortarme. Un segundo, un movimiento en falso, un titubeo, puede llegar a ser la diferencia entre la vida y la muerte.
-Piensa, Harry, piensa-. Necesito golpearla en la cabeza con algo, pero con qué. Si tan solo tuviera una botella al alcance, algo que la hiciera retroceder para así yo poder escapar.
Y es en ese momento en el que la idea me llega; con cautela, deslizo mi mano hasta la pequeña mesa que está justo a un lado del sillón en el que estoy sentado. Busco a tientas el vaso en el que, antes de leer el periódico, estaba tomando un delicioso zumo de naranja, pero aun así, no tanto como el que mi abuela solía preparar en los calurosos días de verano. Mi mano llega a la superficie completamente plana del mueble. Con la yema de los dedos, tiento hasta toparme con el vaso. Lo rodeo con mi mano, sintiendo el frío y húmedo vidrio.
 

Justo cuando estaba a punto de levantar el vaso, ya vacío, oigo unos pasos que se acercan a nosotros. Suelto rápidamente el vaso y retraigo mi mano. Eleanor salta hacia atrás y trata de esconder el cuchillo tras su espalda. 




Disculpen que me haya ausentado y solo les deje esta miseria de capítulo:c Lo siento mucho, pero ahora que entré a la escuela, es menos el tiempo que tengo. Pero no pienso cancelar la novela, así no haya ni un alma leyendo esto. :DDD

Nueva lectora!!!
eleanor es una pta como va a queres matar a hazza llego lou? siguela cariño BES♡S

Nueva lectora :D,ME ENCANTA! y eso que no soy fan de THG ni nada.x

PumpkinPie escribió:Nueva lectora!!!
eleanor es una pta como va a queres matar a hazza llego lou? siguela cariño BES♡S

Hola:D Mi nombre es Luis, me da mucho gusto terner nuevas lectoras:DDD
Lo sé, Eleanor en esta novela juega el papel antagónico, que por cierto me gusta mucho su actitud de perra jajaja
Y en la segunda parte del capítulo dice quién llega:D 
Gracias por lee:D

larrysupporter escribió:Nueva lectora :D,ME ENCANTA! y eso que no soy fan de THG ni nada.x

Hola, mi nombre es Luis.
En serio no eres fan de los juegos del hambre y te gusta la novela? :DDDD no sabes cuanto me llenas de felicidad. Ahora mismo me pongo a trabajar en la segunda parte del capítulo:D
Muchas gracias por leer.

Creí que algo te te había pasado! D: Por suerte no...
Bueno... Me gusto el capítulo... En verdad creí que Eleanor lo iba a matar pero si lo mataba donde quedaría lo Larry! Así que no era posible! Muero por que ya estén en la arena! Será genial!
Síguela!
:DD
Xx

Nueva lectoraaaaaaa! Estoy del celu y no puedo hacer nucho que digamos jajaja, Me encanta, la ameeeeeeeee, nunc lei el libro asi qje lo que estoy leyendo esdigamos "nuevo" para mi. Y QUE SEA LARRY ES AUN MAS EMOCIONANTE HDKSBXOWBSODNS SIGUELA ES HERMOSAAAAA, BESITO

Sigo esperando que la sigas...

Siiiiiiigooooooo eeeeeessssssspeeeeeeeraaaaaaandoooooo queeeeee laaaa siiiiiiigaaaaaassssssss :pp!

FeelGoodINC escribió:Nueva lectoraaaaaaa! Estoy del celu y no puedo hacer nucho que digamos jajaja, Me encanta, la ameeeeeeeee, nunc lei el libro asi qje lo que estoy leyendo esdigamos "nuevo" para mi. Y QUE SEA LARRY ES AUN MAS EMOCIONANTE HDKSBXOWBSODNS SIGUELA ES HERMOSAAAAA, BESITO

Hola! bienvenida seas a esta novela polvorienta y llena de telarañas porque no la actualizo muy seguido:c Y no te preocupes si no has leído el libro, trataré de explicar todo tocante al universo de los juegos del hambre y si tienes alguna duda, no dudes en preguntar jeje:DDDD Muchas gracias por leer

moonstone escribió:Creí que algo te te había pasado! D: Por suerte no...
Bueno... Me gusto el capítulo... En verdad creí que Eleanor lo iba a matar pero si lo mataba donde quedaría lo Larry! Así que no era posible! Muero por que ya estén en la arena! Será genial!
Síguela!
:DD
Xx

Diablos!!! estoy tan apenado contigo y con todos, pero en especial contigo porque siempre has estado ahí para presionarme a escribir y te lo agradezco mucho porque me sirve mucho como motivación! Me siento tan pero tan avergonzado, maldita procrastinación!

OK, primero que nada debo pedir muchas, pero muchas disculpas, sobretodo a las personas que aun se pasan por esta novela para ver si he actualizado. Y es que la maldita escuela me consume algo así como una novia posesiva o un tumor, que es casi la misma cosa. Pero hey! el lado bueno es que mis notas no son tan bajas. Lo siento mucho, pero como dice Lana del Rey, "Late is better than never" Y en estos momento pongo manos a la obra en el siguiente capitulo, en el que por fin, poooooooooooooooooor fin!!!!! se conocen! después de como mil años. 



CAPITULO 5  2/2


Justo cuando estaba a punto de levantar el vaso, ya vacío, oigo unos pasos que se acercan a nosotros. Suelto rápidamente el vaso y retraigo mi mano. Eleanor salta hacia atrás y trata de esconder el cuchillo tras su espalda. 

-Si fuera tú, guardaría toda esa energía para los juegos. ¿No lo crees?- Espeta Klinda  pero de una manera calmada, casi como si no le importara lo que estaba sucediendo. Me empecé a alarmar ya que me invadió un sentimiento de impotencia al pensar que tal vez Klinda Hermawill, nuestra mentora para los juegos del hambre, esté de parte de Eleanor.  Es lo más lógico, Eleanor ha demostrado ser dura, intrépida, sagaz y por qué no, un poco descarada; todo eso más el hecho de que aparenta no ser una amenaza. Es la combinación perfecta. Lo que todo mentor quiere en un tributo.

Eleanor abre la boca y trata de formar una oración coherente pero solo sonidos no articulados salen de ella. Está tratando de idear una explicación para lo que está sucediendo y quedar como la oveja indefensa que finge ser. Tartamudea mientras la mano con la que sostiene el cuchillo de mesa tras su espalda empieza a temblar. Pequeñas gotas de sudor comienzan a brotar de su frente como fino rocío que el alba deja en el césped. –Yo… yo estaba… nosotros...- Balbucea un poco pero es interrumpida por Klinda.

-No, no te molestes querida. Sé la clase de basura que eres, todos lo son- por un momento un gran balde de alivio me calló encima. Klinda no está de parte de Eleanor: ni de mi parte tampoco, al parecer-  ¿Es por eso que ambos están aquí no? ¡Oh, vamos! solo hay dos maneras de que ustedes hayan llegado aquí: porque son la peor escoria de su distrito y todos se quieren deshacer de ustedes; o porque sus familiares y amigos los quieren tanto que los mandaron a los juegos para que ganen y sean ricos para siempre y puedan comer como los cerdos que son. Creo que todos aquí sabemos la respuesta.

-Yo…- 
-Calla, cerdo. -traté de decir algo, pero rápidamente fui interrumpido por Klinda.
-¿Qué acaso no se tratan de eso los estúpidos juegos, de matarnos entre nosotros mismos?- Salta Eleanor en su defensa, empuñando con rabia el cuchillo.
-Sí, de eso se tratan. De matarse los unos a los otros, pero frente a una cámara. Así que si tú matas a un tributo antes de los juegos, sería como interferir con su diversión y serías castigada.- Dice con la misma calma de siempre y una expresión gélida. Tal vez su noción de la temperatura no sea lo único que el frío le congeló.
-Yo no tengo miedo a morir.- Responde Eleanor valiente, mientras con movimientos delicados baja el cuchillo hasta que queda a un costado.
-Cariño…-en sus labios se puede distinguir media sonrisa- la muerte no es un castigo cuando se te es aplicada a ti. Ellos matarán a todo lo que amas, bueno, si es que amas algo. Lo cual dudo mucho.-  Eleanor trata de abalanzarse hacia Klinda, pero nuestra mentora, con un movimiento imprevisible,  detiene el brazo con el que Eleanor sostiene el cuchillo. Abofetea a Eleanor, y fácilmente le arrebata el cuchillo. -¿Es enserio? ¿Tratabas de matarme con esto? No sé si tomarlo como un insulto o qué.- Suelta a Eleanor bruscamente haciendo que esta caiga a los pies del sillón. –Ten, quédatelo.- Dice, y le avienta al cuchillo al suelo. –Anda, ve y mata a veintitrés jóvenes sedientos por ganar y regresar a sus casas.- Ella se retira del vagón dejando a Eleanor en el piso, bufando de rabia.

Mi compañera me lanza una mirada amenazante antes de pararse del suelo. Se lleva una mano a la mejilla enrojecida por la cachetada que recibió por parte de nuestra mentora. Aun con la adrenalina corriendo por mi cuerpo, siento como la sangre rebota en mis dedos  se regresa al corazón. Eleanor se marcha a su camarote por la puerta opuesta por la cual Klinda salió. Claro, también se llevó el cuchillo consigo.

Me siento en el sillón una vez que ella cierra la puerta. Al llevar mi mano hacia mi pecho, siento un bulto debajo de mi camisa. Es el collar que me regaló Hezriett esta mañana. Lo saco y admiro una vez más los detalles. -¿Por qué?- murmuro por lo bajo.- ¿por qué, Hezriett?-. Rápidamente un nudo se forma en mi garganta y mi boca tiembla curvándose hacia abajo. Paso saliva tratando de deshacer el uno y parpadeo para desvanecer las lágrimas que estaban a punto de salir corriendo por mis ojos. –Yo te entregué todo. Siempre estuve ahí para ti, y tú siempre estuviste ahí para mí. Somos el uno para el otro. Qué acaso no puedes comprender que nosotros fuimos hechos para estar juntos, para amarnos hasta morirnos de viejos y seguir amándonos en otras vidas porque nuestro amor es eterno. ¿Por qué no lo aceptas? Por qué no aceptas que amas la forma en la que el color de nuestros ojos se funde cada vez que nos miramos intensamente. Por qué no admites que sientes las mismas mariposas en el estómago cuando nuestros labios se acercan el suficiente para que el calor de la respiración del otro choque contra tu boca. Por qué no quieres confesar que adoras el enredar tus finos y largos dedos entre mi cabello; que te sonrojas cada vez que me doy cuenta que me estas mirando  cuando me desvisto frente a ti: que cuando me recuesto en tu pecho, tratas de respirar más lento para que así me pueda quedar dormido sobre él. Porque yo sí lo admito Hezriett, yo admito que me estremezco al sonido de tu voz cerca de mi oído; que me muero por pasar mis manos sobre su cuerpo y explorar cada espacio de este, dejando dulces senderos con mis besos; que muero porque me arranques los labios. Yo sí acepto todo lo que siento por ti Hez, y no me da miedo al qué dirán. Por qué tú no puedes hacer lo mismo, por qué, ¡por qué, Hezriett!- pienso y exploto en llanto. Un llanto lleno de coraje, tristeza y dolor. Cierro mis manos fuertemente, aprieto mis dientes y me enrosco en el sillón. Quiero quedarme ahí, hecho un ovillo pensando tontamente que mis problemas se irán como arena que es arrastrada por el viento. Pero no, eso no sucederá.

Tallo con fuerza mis ojos para quitarme las lágrimas de la cara, pero estas no cesan. No puedo permitir que alguien me vea en esta situación, sobretodo Eleanor. Siento que debo parecer de acero frente a ella, para que crea que su presencia no me afecta, así que me levanto del sofá y me dirijo a mi camarote, pues que no puedo contener más los sollozos que se hacen más y más fuertes con el recuerdo de Hezriett grabados en piedra en mi cabeza.
Al llegar a mi camarote, me aviento sobre la cama y tomo una almohada para luego estrujarla vigorosamente por mi cara mientras ahogo gritos de dolor y tristeza. Me revuelco en la cama, arrugando la fina sábana. De mis ojos ya no sale nada de lágrimas, incluso, me duelen de tanto llorar. Empiezo a sentir como el sueño me está apagando poco a poco, pero justo antes de caer profundamente dormido, pienso: no hay necesidad de que los demás tributos se esfuercen en matarme en la arena. Yo ya estoy muerto.
 


La luz del sol se cuela por la pequeña ventana del camarote. Es el alba, y lo sé porque la luz es un poco tenue pero se hace presente llenando toda la habitación. Me esfuerzo por mantener los ojos abiertos. Llevo mi mano a la cabeza y retiro mechones de cabello que cubren mi frente. Recuerdo lo de anoche, sobre como estallé en llanto y lo saqué todo, bueno, quizá no lo haya echado todo fuera de mí, pero llorar fue de gran ayuda.
Aun con la ropa de ayer, salgo de la cama y me percato de que estoy usando los zapatos de anoche. Siento que la temperatura ha bajado un poco, supongo que es por el hecho de que es temprano, lo cual, ahora que lo pienso, es raro ya que no debería estar sintiendo frío aquí dentro. Voy al armario y saco una bata blanca con el sino del Capitolio finamente bordado en hilo dorado sobre la suave tela de la bata. Creo que el tren no está en movimiento, así que me acerco a la ventana para verificar mis pensamientos y en efecto, estamos parados. También me doy cuenta de que ya no estamos rodeados de bosque, en su lugar, solo veo vastos campos dorados de trigo, cuyos tallos altos danzan al son del viento y en la punta de estos, grandes espigas brillan bajo el sol. Es obvio que estamos en el Distrito 9, el distrito encargado de proveer el grano a todo Panem. Ato el lazo del albornoz alrededor de mi cintura y cambio mis zapatos por unas cómodas pantuflas que al igual que la bata, tienen la insignia dorada del Capitolio.

Al abrir la puerta corrediza de mi camarote, una ráfaga choca contra mi cuerpo haciendo estremecer un poco. Cubro mi pecho con la bata y meto mis manos en los bolsillos de esta. Deslizo mis pies perezosamente a través de la alfombra del tren hasta el comedor, donde encuentro a Klinda envuelta en un denso mar de cobijas mientras sostiene una taza cuyo contenido despide vapor de manera exuberantemente. A un lado de la mesa está Crousta Gramiolet caminado desesperadamente hacia delante y hacia atrás. En sus manos carga una especie de libreta parlante, la cual parece ser un itinerario interactivo. Crousta, eufórica, le grita al aparatero como si de este dependiera la vida de todos a bordo.

-¿Qué ha pasado, por qué el tren no está en movimiento? ¿Dónde está Eleanor? ¿Por qué hace frío? ¿Qué le sucede a Crousta?- bombardeo a Klinda con preguntas mientras tomo asiento.
-¡Niño, qué a acaso no te enseñaron modales!- Grita Crousta sin quitar los ojos de la libreta qué también está diciendo cosas incoherentes, como si se hubiera descompuesto.
-Oh, sí, perdón. Buenos días- saludo para después tomar un pastelillo color verde que estaba sobre la mesa.
-¿Siempre eres así?- contesta Klinda titiritando de frió apenas despegando la taza humeante de su boca.
-¿Así cómo? ¿a qué te refieres?- pregunto, metiéndome el pastelillo  a la boca y disfrutando el delicioso sabor a lima que este tiene.
-Así de preguntón. ¿Qué es lo primero que haces al levantarte? ¿Formulas todas tus preguntas y las anotas todas en una hoja para andar fastidiando a todos con ellas?- posa la taza, de lo que creo que es chocolate, sobre la mesa.
-No tienes que ponerte de ese humor, solo hacia unas cuantas preguntas- respondo ante su notable enojo.- Perdón, es solo que no me gusta quedarme con la duda, y a veces suelo escupir todas las preguntas que tengo a la vez. Recuerdo cuando solía bombardear con interrogantes a He...- un repentino dolor de estómago me impide continuar.
-Haré como si hubieras terminado esa tan interesante anécdota porque sé que si te incito a que continúes terminarás contándome cosas de tu vida que, a pesar de que deben sonar prometedoras, no me interesa oírlas- contesta Klinda con un evidente sarcasmo. Yo solo  me atiborro otro pastelillo para tratar de llenar un vacío que siento muy dentro de mi ser. El color del pastelillo es azul metálico, el color favorito de Hez... oh, otra vez ese retortijón.

-¡Agh!, ¡me rindo con este aparato del demonio!- exclama Crousta llena de cólera después de aventar la libreta electrónica contra la mesa. Al parecer el golpe pudo por fin callar el molesto aparato. Crousta da un suspiro profundo y se acomoda su larga peluca que por su puesto combina con todo su atuendo color salmón, el segundo color favorito de He... creo que debería parar de pensar en él, solo que no puedo. No puedo borrar de mi mente de la noche a la mañana a alguien que sin duda ha marcado mi vida, pero que también a destrozado todas mis ilusiones. -Disculpen mis actos provocados por mi rabia hacia mi ScheduleX053, pero en ella, todas mis anotaciones e itinerarios estaban almacenados ¡No sé qué haré!-  Alzó sus manos hacia el cielo y después se dejó caer en una silla. Supuse que ScheduleX053 era el nombre del artilugio parlanchín.

-¿Y eso era importante? Digo, es algo sin valor alguno- trato de consolarla, pero me lanza una mirada que logra ponerme los pelos de punta.
-Niño, vamos 3 horas retrasados por una falla en el motor del tren que se suponía debía de llevarnos al Capitolio al amanecer; se descompuso la calefacción que mantenía cálido tu lindo cuerpecito; hay una fuerte ventisca afuera; y como la cereza de la tarta, se ha averiado el "algo sin valor alguno" que mantenía un récord de cada cosa que sucedía en este tren y le informaba al Capitolio de ello. Ahora, mi niño, hemos desaparecido completamente del mapa de Panem. ¿Sabes lo que eso significa?- pregunta Crousta furiosa.
-Yo, emmm...- titubeo.
-Significa que en el Capitolio, piensan que ustedes han huido y nosotros les hemos ayudado- completa Klinda con completa calma.
-Pero eso no es cierto. Es tonto pensar que alguien osaría el siquiera considerar la posibilidad de huir del Capitolio. ¿Cierto?- comienzo a sudar frío cuando en la mirada de Klinda se ve reflejada su preocupación.  Esto no está nada bien,  Klinda está demostrando un sentimiento y este no es de los buenos. -¿Dónde está Eleanor?- pregunto con un notable nerviosismo en mi voz.
-Ese es el problema. No sabemos dónde está- dice Klinda.