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My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
nickelen escribió:woo de comanhero de estudio eso si ya no resistiria!jajaja y encima es inquieto!jajaja amo esta nove siguelaaaaaaaa bonita!;)
JAJAJAJA
El Nicholas se le ocurre cada cosa! xD
Imaginate tener un compañero como él!
:aah: :ilusion: :enamorado:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
ElitzJb escribió:ajjajajajajajajajajaja como adoro a ese par siguela
Lo sé!
Son perfectos el uno para el otro! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Hey rayita!
YO PENSE PRIMERO QUE EL NICHO ERA BIPOLAR!!
CIERRA EL PICO!
COPIANA!
Vengo de pasa! Ya que mañana tengo examen
Aaaa! A mi me faltan 7 meses para salir de vacaciones!
AHORA AL MENOS DAME EL CONSUELO Y SIGUELA!
Besos xx.
xD siempre alguno de los dos o los dos deben de ser bipolar!
:wut: te falta muchísimo!
JAJAJA bueno ya viene tu consuelo! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
nickelen escribió:sigueeeeeeee
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
• CAPITULO 6 •
¿Cómo diablos hiciste eso? —dije, mirando a la mesa en el comedor. Esparcida sobre esta había montículos de mis tostadas francesas favoritas, rellenas a rebosar de Nutella, picadillo de batata que hizo exactamente como lo hago yo, a pesar de mis, a propósito, vagas y confusas instrucciones, y frutillas, que de alguna forma había cortado y rellenado con crema batida a mano. Incluso había encontrado champagne, e hizo mimosas.
—Soy un hombre de muchos talentos. Algunos están escondidos, otros no. Tal vez, algún día, me dejes mostrar algunos de los escondidos. — Estaba tan deslumbrada con la comida para hacer un comentario rápido.
—Santo cielo, hombre. No sabía que podías cocinar —dijo Renee, saliendo de su habitación.
Darah ya había elegido su trabajo como asistente de recepción en la Unión, y no estaría de vuelta hasta más tarde.
—Probablemente, deberíamos comerlo antes de que se enfríe. Empiecen a comer, señoritas —dijo, alcanzándome un plato.
Definitivamente, había comida como para doce personas—. Espero que no les importe, pero invité a Mase. Dev y Sean puede que vengan, también.
Así que por eso había hecho tanto. No podía detenerlo por tener a sus amigos aquí, realmente, pero no quería que nuestro apartamento se convirtiera en una casa de fraternidad con latas de cerveza y chicas extrañas escabulléndose fuera por las mañana luego de sus encuentros de una noche en nuestro sofá. Ew y asco.
—Está bien por mí —dijo Renee, apilando su plato con frutillas y crema, y un solo pedazo de tostadas francesas.
¿Qué tenían las chicas con el miedo de comer enfrente de otros chicos? Nunca había tenido ese miedo, así que llené mi plato. Justo cuando estaba por sumergir mi tenedor en la tostada y desatar la delicia de Nutella, hubo un golpe en la puerta. Tenía que concedérselos, al menos no irrumpieron en el apartamento.
Nicholas abrió la puerta, y Mase y Dev entraron.
—¿Qué estás haciendo? Huele fantástico —dijo Mase, caminando directamente a la mesa con la comida.
—Hice esto a pedido de ____(tn). Dudó de mis habilidades de cocina, así que tuve que mostrarle de lo que estoy hecho.
—Nunca deberías dudar de Nicholas cuando alardea sobre algo. La mayoría de las veces, si es malo en algo, ni siquiera va a hablar de ello. Si está alardeando, significa que está diciendo la verdad —dijo Mase, tomando un tenedor y moviendo tostadas hacia una servilleta.
—¿Quieres un plato? —pregunté.
—Nah, estoy bien así. Luego tendrás que lavar uno menos.
Qué considerado. Dev fue más precavido, preguntándome dónde estaban los platos, y esperando a que todo el mundo estuviera servido antes de tomar lo que sobró, lo cual no era mucho. Sean, siguió detrás de él. No había sillas suficientes, así que nos acomodamos en el sofá y el piso de la sala como anoche con la pizza.
Coros de “oh Dios mío”, “mmmh” y “querido dulce Jesús” fueron entremezclados con ruidosas masticaciones y tragados. A parte de eso, la conversación fue inexistente.
De acuerdo, de acuerdo, debía admitirlo. Nicholas la lanzó fuera del parque. Las tostadas francesas eran una de esas comidas que parecían simples de hacer, pero era increíblemente fácil echarlo a perder. Él había sobrellenado el centro con tanta Nutella, que esta rebosó cuando la corté con el tenedor, y se chorreó por mi mentón cuando la mordí. La limpié y lamí mi dedo. Nicholas estaba observándome, esperando por mi reacción.
—Está bien, supongo —dije, cortando otro pedazo, llevándolo a mi boca. Levantó sus cejas y tomó una mordida del suyo, masticando lentamente.
Por Dios era como si hubiese muerto e ido al cielo de los desayunos.
Realmente esperaba que él no fuera a usar sus habilidades culinarias como influencia para favores sexuales. Por esto, voy a tener que rendirme.
—Creo que debemos tener un brindis —dijo Renee, alzando su copa.
Bueno, en realidad era un vaso de plástico. Ninguna de nosotras había traído copas de champagne cuando nos mudamos.
—Por los talentos escondidos —dijo ella.
Todos chocamos nuestros vasos. Nicholas me guiñó un ojo cuando las nuestras se encontraron. Le arrugué mi nariz.
—Si ustedes, chicos, van a comer de esta forma todas las noches, voy a tener que mudarme aquí —dijo Mase—. Lo único que tenemos es palomitas de maíz para microondas, cerveza y pollo frito de hace una semana que nadie recuerda haber comprado.
Me estremecí, también lo hizo Renee.
—Mi ex novio jamás surtía su refrigerador. Siempre tenía que llevar mis propias provisiones cuando me quedaba allí —dijo Renee, enfatizando la palabra “ex”. Como si nadie la hubiese captado.
—Creo que es algo de chicos —dije.
—No de todos los chicos —dijo Nicholas.
—Aparentemente, no —respondí.
Mi teléfono vibró con un texto de mi madre, y me excusé para hablar con ella. Nicholas me lanzó una mirada cuestionadora, pero decidí llamar, puse el teléfono en mi oreja y lo ignoré.
—¡Hola, Kid, tanto tiempo sin hablar! Creí que estabas en una zanja en alguna parte —dijo, mientras tomaba asiento en mi cama para conversar.
—Nop, lamento decepcionarte. Estoy viva y bien. Perdón por no haberte llamado. Las cosas han estado un poco locas.
—¿Cómo te fue en la mudanza?
Le di un rápido resumen. Sentí como si tuviera que grabarme a mí misma contando esa historia así podría reproducírsela a todo el que preguntara. Dejé un montón de cosas sin contar cuando le di la versión de mamá. No quería preocuparla. Siempre se preocupaba por mí más que Tawny. No estaba segura si era porque era la más pequeña, o por mis problemas. Quizás ambos.
—Oh, no. —Procedió a insistirme que fuera a la residencia y los molestara. Le dije que eso era lo que había hecho, pero que no me había llevado a ninguna parte.
—Bien, entonces llamaré y les daré un pedazo de mi opinión. Es ridículo que no hagan nada al respecto. Sólo están siendo holgazanes. Espera —dijo, y pude escuchar que me había puesto en altavoz así ella podía buscar el número.
—Mamá, está bien. Yo me encargaré de esto. No tienes que pelear mis peleas por mí.
—Pero soy tu madre. Siempre querré golpear la mierda de la gente que es mala contigo.
—Nadie fue malo conmigo. Estoy bien. —Comencé a arrepentirme de haberle contado. Mamá siempre intentaba compensar no haberme protegido aquella única vez. Había estado haciéndolo desde que tenía doce años, y no sabía cuándo iba a terminar, o al menos disminuir su intensidad. La amaba más de lo que podía decir, pero no necesitaba que luchara por mí.
—¿Estás segura? Sabes que puedo hacer que las cosas sucedan.
Era cierto. Esta mujer podía arreglar cualquier cosa hablando. Tenía esta forma de hacer que las personas creyeran lo que ella quería que creyeran. En otra vida, creo que había sido una abogada.
—Sé que puedes hacerlo, y te amo por eso. Pero simplemente tengo que lidiar con esto, ¿de acuerdo? Qué tal si hablamos de algo más. ¿Cómo está el trabajo?
Se rehusaba a dejar el tema, pero lo hizo por mi bien. Hablamos por unos minutos más mientras me contaba historias graciosas sobre sus compañeros de trabajo o clientes algo tontos que no podían entender cómo usar una tarjeta de débito. Ella había trabajado desde cajera hasta convertirse en la gerente del banco. Hablé un poco sobre mis clases y le conté sobre mi búsqueda de trabajo. Nada pesado, nada serio.
—Tu padre llamó hoy —dijo mamá, echando una nube negra sobre nuestra conversación.
—¿Qué tenía para decir?
—No mucho, dijo que quería verte pronto.
Decía eso cada vez que llamaba. Mis padres se habían divorciado cuando tenía trece años, y él vivía en Connecticut ahora, lo cual no era suficientemente lejos, en mi opinión. Llamaba de vez en cuando, pero siempre borraba sus mensajes de voz.
—Estoy segura que sí.
—Deberías ir y verlo. Sé que te extraña.
—Si me extrañara, vendría a verme.
—Lo sé, pequeña, lo sé. —Suspiró, y enredé un dedo en mi cabello.
—Escucha, te llamaré este fin de semana para poder hablar más, ¿de acuerdo?
—Bueno, pequeña. Te amo.
—Yo también, te amo.
Colgué y me recosté de nuevo en mis almohadas, cerrando los ojos.
Un pequeño golpe en la puerta me hizo volver a sentarme. —¿Qué quieres? —Sabía que era Nicholas. La puerta se abrió, y asomó su cabeza.
—Sólo quería dejarte saber que los chicos se han ido, Renee fue a la biblioteca a leer, así que si quieres algo de privacidad no tienes que esconderte aquí.
Renee ya tenía una cantidad impresionante de libros para leer, desde que se especializaba en enfermería. También tenía una enfermiza obsesión con las descripciones sangrientas de las enfermedades.
—¿Dónde vas a estar? —dije.
—¿Dónde quieres que esté? —Me sonrío con satisfacción.
—Dónde sea que yo no esté —dije, levantándome de mi cama y caminé evitándolo hacia la sala. No tenía que hacer deberes con urgencia, así que decidí tomar el libro del que él, tan groseramente, me había distraído esa mañana.
Saqué mi e-reader y me senté en el sofá. Tuve que usar mi mano izquierda para sostenerlo, porque la derecha todavía dolía del encuentro con la cara de Nicholas. Probablemente, debería ponerle algo de hielo pero no quería darle esa satisfacción.
La cocina estaba inmaculada, los platos estaban ya en el escurridor y toda evidencia del buffet de desayuno había desaparecido. Darah no había tenido la oportunidad de hacer nuestra tabla de tareas, pero estoy segura que trabajaba en ella.
—¿Te importa si toco?
—No, adelante —dije, sin alejar la mirada de mi libro.
Se dirigió a nuestra habitación, volviendo con su guitarra. No la había mirado muy bien el día anterior, pero definitivamente tenía sus años. Era negra, pero abollada y rayada por todas partes. Tomó asiento en la silla frente al sofá y acomodó la correa alrededor de su cuello. Seguí leyendo, pero esperé que comenzara.
—¿Pedidos?
—Creí que tenía que pagar por ellos —dije.
—Me siento generoso. Te daré algunos de obsequio.
—Qué generoso —Tocó una cuerda. Lo pensé por un segundo—. Smooth Criminal. Cualquier versión.
Pareció sorprendido por un momento, y luego comenzó a tocar. No pude evitar y moverme con el tema familiar. Contra mi voluntad, mi cabeza se movió y mis pies se sacudieron. No cantó, pero tocó la canción pero eso era suficiente. Era muy talentoso. Cuando la canción terminó, continuó tocando un sonido transicional.
—¿Siguiente?
—On My Own. —No había forma de que supiera esa. Había tenido una breve obsesión por los musicales en la secundaria, y tuve un pequeño papel como parte de la producción comunal de teatro de Les Miserables. Había querido, más que nada, ser Eponine, pero había demasiadas chicas presentándose para el papel que habían estado en el teatro desde que nacieron, así que no obtuve el papel. Estuve un poco deprimida por al menos un mes.
—Crees que vas a desconcertarme, pero te puedo asegurar que puedo tocar prácticamente todo —dijo antes de lanzarse a tocar la versión en guitarra de la canción.
Honestamente, creí que incluso si la sabía, no sería capaz de tocarla en la guitarra. Había demostrado que estaba equivocada de nuevo.
Todavía sostenía mi e-reader, pero el libro no era tan atrapante como Nicholas.
Se perdió en la música, lanzando todo su cuerpo en la canción.
Lucía como si ni siquiera fuera consciente de lo que hacía, simplemente se perdía en la música. Verlo era hermoso. Nicholas tocó con todo lo que tenía, y era bueno. No, no era bueno. Era increíble. Hipnótico. ¿Podría ser este chico el mismo que me dijo que era material para acostarse anoche?
Abruptamente, terminó la canción, colocando su mano sobre las cuerdas para que dejaran de vibrar.
—El tiempo de los pedidos ha terminado. Si quieres pagarme, continuaré.
Sólo puedo imaginarme lo que aceptaría como pago, así que simplemente tomé mi libro de nuevo. Después de unos minutos, comenzó de nuevo, tocando notas y temas al azar. Tocaba un par de líneas de una canción, suficiente para reconocerla, entonces la derretía en algo más.
—¿Puedo preguntarte algo? —pregunté media hora después.
—Puedes preguntar lo que quieras, no quiere decir que te responda. —Rápidamente tocó una cuerda.
—¿Por qué haces la especialidad de negocios? Preferiría comer vidrio antes de admitirlo, pero tienes talento.
—¿Esto? —dijo, apuntando a la guitarra. Asentí—. ¿Para ser un artista hambriento? Hay diez mil tipos con guitarras que pueden tocar.
—Pero, si amas hacerlo, entonces ¿por qué no lo harías?
—Lo estoy haciendo, ahora mismo.
Sólo quería que me diera una verdadera respuesta. Si iba a estar atrapada con él por el resto de la semana, podríamos al menos conocernos un poco. Podría ser un imbécil, pero era intrigante. Quería saber cómo se había convertido en el chico que era. Ya sabes, antes de que echara su trasero a la calle.
—Sabes a lo que me refiero. —Se encogió de hombros, y volvió a tocar—. Oh, así que te cierras cuando no quieres hablar. Ya veo como es —dije.
—No quieres saber de mí, ____(tn). Realmente, no quieres. Créeme cuando te digo que esas cosas no valen la pena ser conocidas.
—Creo que puedo ser la que juzgue eso.
Me sonrió, pero fue una sonrisa retorcida.
—Eso es lo que dicen todos. Todos dicen que quieren conocerte, pero no lo hacen. Quieren saber las cosas bonitas, agradables. Nadie quiere conocer las partes feas, las partes que te mantienen despierto a la noche. Dicen que no tienen problema con ello, pero entonces se alejan y no vuelves a verlos. He visto eso suceder demasiadas veces. Las chicas no quieren saber ese tipo de mierda.
—Tal vez esta sí quiere hacerlo.
Su sonrisa volvió a aparecer. —Eso es lo que dicen todas —repitió.
Decidí rendirme y volví a mi libro. Él volvió a tocar, y nos quedamos así hasta que Darah volvió, 10:30. Lucía sorprendida de encontrarnos en nuestra presente posición, pero se recuperó rápidamente.
Renee volvió un poco más tarde de que la biblioteca cerrara, sus ojos vidriosos gracias a toda esa terminología médica que había intentando meter en su cerebro durante unas horas. Estaba exhausta de anoche, así que decidí acostarme temprano. Me aseguré de tomar la maldita medicina para así no despertar a nadie con mis terrores nocturnos.
Ya estaba en mi cama y con los ojos cerrados cuando Nicholas entró en la habitación luego de su ducha.
El olor a piel limpia abrumó la habitación, e intenté determinar qué era. Era algo parecido a madera o canela. Algo cálido.
Lo escuché meterse en su cama, y quitarse su bóxer.
—No sé si estás despierta o no pero, buenas noches, ____(tn).
Decidí pretender que estaba dormida. Esperó por una respuesta, pero cuando no recibió ninguna, giró sobre sí mismo y suspiró.
—Maldita seas —lo escuché murmurar.
Igual para ti.
—Soy un hombre de muchos talentos. Algunos están escondidos, otros no. Tal vez, algún día, me dejes mostrar algunos de los escondidos. — Estaba tan deslumbrada con la comida para hacer un comentario rápido.
—Santo cielo, hombre. No sabía que podías cocinar —dijo Renee, saliendo de su habitación.
Darah ya había elegido su trabajo como asistente de recepción en la Unión, y no estaría de vuelta hasta más tarde.
—Probablemente, deberíamos comerlo antes de que se enfríe. Empiecen a comer, señoritas —dijo, alcanzándome un plato.
Definitivamente, había comida como para doce personas—. Espero que no les importe, pero invité a Mase. Dev y Sean puede que vengan, también.
Así que por eso había hecho tanto. No podía detenerlo por tener a sus amigos aquí, realmente, pero no quería que nuestro apartamento se convirtiera en una casa de fraternidad con latas de cerveza y chicas extrañas escabulléndose fuera por las mañana luego de sus encuentros de una noche en nuestro sofá. Ew y asco.
—Está bien por mí —dijo Renee, apilando su plato con frutillas y crema, y un solo pedazo de tostadas francesas.
¿Qué tenían las chicas con el miedo de comer enfrente de otros chicos? Nunca había tenido ese miedo, así que llené mi plato. Justo cuando estaba por sumergir mi tenedor en la tostada y desatar la delicia de Nutella, hubo un golpe en la puerta. Tenía que concedérselos, al menos no irrumpieron en el apartamento.
Nicholas abrió la puerta, y Mase y Dev entraron.
—¿Qué estás haciendo? Huele fantástico —dijo Mase, caminando directamente a la mesa con la comida.
—Hice esto a pedido de ____(tn). Dudó de mis habilidades de cocina, así que tuve que mostrarle de lo que estoy hecho.
—Nunca deberías dudar de Nicholas cuando alardea sobre algo. La mayoría de las veces, si es malo en algo, ni siquiera va a hablar de ello. Si está alardeando, significa que está diciendo la verdad —dijo Mase, tomando un tenedor y moviendo tostadas hacia una servilleta.
—¿Quieres un plato? —pregunté.
—Nah, estoy bien así. Luego tendrás que lavar uno menos.
Qué considerado. Dev fue más precavido, preguntándome dónde estaban los platos, y esperando a que todo el mundo estuviera servido antes de tomar lo que sobró, lo cual no era mucho. Sean, siguió detrás de él. No había sillas suficientes, así que nos acomodamos en el sofá y el piso de la sala como anoche con la pizza.
Coros de “oh Dios mío”, “mmmh” y “querido dulce Jesús” fueron entremezclados con ruidosas masticaciones y tragados. A parte de eso, la conversación fue inexistente.
De acuerdo, de acuerdo, debía admitirlo. Nicholas la lanzó fuera del parque. Las tostadas francesas eran una de esas comidas que parecían simples de hacer, pero era increíblemente fácil echarlo a perder. Él había sobrellenado el centro con tanta Nutella, que esta rebosó cuando la corté con el tenedor, y se chorreó por mi mentón cuando la mordí. La limpié y lamí mi dedo. Nicholas estaba observándome, esperando por mi reacción.
—Está bien, supongo —dije, cortando otro pedazo, llevándolo a mi boca. Levantó sus cejas y tomó una mordida del suyo, masticando lentamente.
Por Dios era como si hubiese muerto e ido al cielo de los desayunos.
Realmente esperaba que él no fuera a usar sus habilidades culinarias como influencia para favores sexuales. Por esto, voy a tener que rendirme.
—Creo que debemos tener un brindis —dijo Renee, alzando su copa.
Bueno, en realidad era un vaso de plástico. Ninguna de nosotras había traído copas de champagne cuando nos mudamos.
—Por los talentos escondidos —dijo ella.
Todos chocamos nuestros vasos. Nicholas me guiñó un ojo cuando las nuestras se encontraron. Le arrugué mi nariz.
—Si ustedes, chicos, van a comer de esta forma todas las noches, voy a tener que mudarme aquí —dijo Mase—. Lo único que tenemos es palomitas de maíz para microondas, cerveza y pollo frito de hace una semana que nadie recuerda haber comprado.
Me estremecí, también lo hizo Renee.
—Mi ex novio jamás surtía su refrigerador. Siempre tenía que llevar mis propias provisiones cuando me quedaba allí —dijo Renee, enfatizando la palabra “ex”. Como si nadie la hubiese captado.
—Creo que es algo de chicos —dije.
—No de todos los chicos —dijo Nicholas.
—Aparentemente, no —respondí.
Mi teléfono vibró con un texto de mi madre, y me excusé para hablar con ella. Nicholas me lanzó una mirada cuestionadora, pero decidí llamar, puse el teléfono en mi oreja y lo ignoré.
—¡Hola, Kid, tanto tiempo sin hablar! Creí que estabas en una zanja en alguna parte —dijo, mientras tomaba asiento en mi cama para conversar.
—Nop, lamento decepcionarte. Estoy viva y bien. Perdón por no haberte llamado. Las cosas han estado un poco locas.
—¿Cómo te fue en la mudanza?
Le di un rápido resumen. Sentí como si tuviera que grabarme a mí misma contando esa historia así podría reproducírsela a todo el que preguntara. Dejé un montón de cosas sin contar cuando le di la versión de mamá. No quería preocuparla. Siempre se preocupaba por mí más que Tawny. No estaba segura si era porque era la más pequeña, o por mis problemas. Quizás ambos.
—Oh, no. —Procedió a insistirme que fuera a la residencia y los molestara. Le dije que eso era lo que había hecho, pero que no me había llevado a ninguna parte.
—Bien, entonces llamaré y les daré un pedazo de mi opinión. Es ridículo que no hagan nada al respecto. Sólo están siendo holgazanes. Espera —dijo, y pude escuchar que me había puesto en altavoz así ella podía buscar el número.
—Mamá, está bien. Yo me encargaré de esto. No tienes que pelear mis peleas por mí.
—Pero soy tu madre. Siempre querré golpear la mierda de la gente que es mala contigo.
—Nadie fue malo conmigo. Estoy bien. —Comencé a arrepentirme de haberle contado. Mamá siempre intentaba compensar no haberme protegido aquella única vez. Había estado haciéndolo desde que tenía doce años, y no sabía cuándo iba a terminar, o al menos disminuir su intensidad. La amaba más de lo que podía decir, pero no necesitaba que luchara por mí.
—¿Estás segura? Sabes que puedo hacer que las cosas sucedan.
Era cierto. Esta mujer podía arreglar cualquier cosa hablando. Tenía esta forma de hacer que las personas creyeran lo que ella quería que creyeran. En otra vida, creo que había sido una abogada.
—Sé que puedes hacerlo, y te amo por eso. Pero simplemente tengo que lidiar con esto, ¿de acuerdo? Qué tal si hablamos de algo más. ¿Cómo está el trabajo?
Se rehusaba a dejar el tema, pero lo hizo por mi bien. Hablamos por unos minutos más mientras me contaba historias graciosas sobre sus compañeros de trabajo o clientes algo tontos que no podían entender cómo usar una tarjeta de débito. Ella había trabajado desde cajera hasta convertirse en la gerente del banco. Hablé un poco sobre mis clases y le conté sobre mi búsqueda de trabajo. Nada pesado, nada serio.
—Tu padre llamó hoy —dijo mamá, echando una nube negra sobre nuestra conversación.
—¿Qué tenía para decir?
—No mucho, dijo que quería verte pronto.
Decía eso cada vez que llamaba. Mis padres se habían divorciado cuando tenía trece años, y él vivía en Connecticut ahora, lo cual no era suficientemente lejos, en mi opinión. Llamaba de vez en cuando, pero siempre borraba sus mensajes de voz.
—Estoy segura que sí.
—Deberías ir y verlo. Sé que te extraña.
—Si me extrañara, vendría a verme.
—Lo sé, pequeña, lo sé. —Suspiró, y enredé un dedo en mi cabello.
—Escucha, te llamaré este fin de semana para poder hablar más, ¿de acuerdo?
—Bueno, pequeña. Te amo.
—Yo también, te amo.
Colgué y me recosté de nuevo en mis almohadas, cerrando los ojos.
Un pequeño golpe en la puerta me hizo volver a sentarme. —¿Qué quieres? —Sabía que era Nicholas. La puerta se abrió, y asomó su cabeza.
—Sólo quería dejarte saber que los chicos se han ido, Renee fue a la biblioteca a leer, así que si quieres algo de privacidad no tienes que esconderte aquí.
Renee ya tenía una cantidad impresionante de libros para leer, desde que se especializaba en enfermería. También tenía una enfermiza obsesión con las descripciones sangrientas de las enfermedades.
—¿Dónde vas a estar? —dije.
—¿Dónde quieres que esté? —Me sonrío con satisfacción.
—Dónde sea que yo no esté —dije, levantándome de mi cama y caminé evitándolo hacia la sala. No tenía que hacer deberes con urgencia, así que decidí tomar el libro del que él, tan groseramente, me había distraído esa mañana.
Saqué mi e-reader y me senté en el sofá. Tuve que usar mi mano izquierda para sostenerlo, porque la derecha todavía dolía del encuentro con la cara de Nicholas. Probablemente, debería ponerle algo de hielo pero no quería darle esa satisfacción.
La cocina estaba inmaculada, los platos estaban ya en el escurridor y toda evidencia del buffet de desayuno había desaparecido. Darah no había tenido la oportunidad de hacer nuestra tabla de tareas, pero estoy segura que trabajaba en ella.
—¿Te importa si toco?
—No, adelante —dije, sin alejar la mirada de mi libro.
Se dirigió a nuestra habitación, volviendo con su guitarra. No la había mirado muy bien el día anterior, pero definitivamente tenía sus años. Era negra, pero abollada y rayada por todas partes. Tomó asiento en la silla frente al sofá y acomodó la correa alrededor de su cuello. Seguí leyendo, pero esperé que comenzara.
—¿Pedidos?
—Creí que tenía que pagar por ellos —dije.
—Me siento generoso. Te daré algunos de obsequio.
—Qué generoso —Tocó una cuerda. Lo pensé por un segundo—. Smooth Criminal. Cualquier versión.
Pareció sorprendido por un momento, y luego comenzó a tocar. No pude evitar y moverme con el tema familiar. Contra mi voluntad, mi cabeza se movió y mis pies se sacudieron. No cantó, pero tocó la canción pero eso era suficiente. Era muy talentoso. Cuando la canción terminó, continuó tocando un sonido transicional.
—¿Siguiente?
—On My Own. —No había forma de que supiera esa. Había tenido una breve obsesión por los musicales en la secundaria, y tuve un pequeño papel como parte de la producción comunal de teatro de Les Miserables. Había querido, más que nada, ser Eponine, pero había demasiadas chicas presentándose para el papel que habían estado en el teatro desde que nacieron, así que no obtuve el papel. Estuve un poco deprimida por al menos un mes.
—Crees que vas a desconcertarme, pero te puedo asegurar que puedo tocar prácticamente todo —dijo antes de lanzarse a tocar la versión en guitarra de la canción.
Honestamente, creí que incluso si la sabía, no sería capaz de tocarla en la guitarra. Había demostrado que estaba equivocada de nuevo.
Todavía sostenía mi e-reader, pero el libro no era tan atrapante como Nicholas.
Se perdió en la música, lanzando todo su cuerpo en la canción.
Lucía como si ni siquiera fuera consciente de lo que hacía, simplemente se perdía en la música. Verlo era hermoso. Nicholas tocó con todo lo que tenía, y era bueno. No, no era bueno. Era increíble. Hipnótico. ¿Podría ser este chico el mismo que me dijo que era material para acostarse anoche?
Abruptamente, terminó la canción, colocando su mano sobre las cuerdas para que dejaran de vibrar.
—El tiempo de los pedidos ha terminado. Si quieres pagarme, continuaré.
Sólo puedo imaginarme lo que aceptaría como pago, así que simplemente tomé mi libro de nuevo. Después de unos minutos, comenzó de nuevo, tocando notas y temas al azar. Tocaba un par de líneas de una canción, suficiente para reconocerla, entonces la derretía en algo más.
—¿Puedo preguntarte algo? —pregunté media hora después.
—Puedes preguntar lo que quieras, no quiere decir que te responda. —Rápidamente tocó una cuerda.
—¿Por qué haces la especialidad de negocios? Preferiría comer vidrio antes de admitirlo, pero tienes talento.
—¿Esto? —dijo, apuntando a la guitarra. Asentí—. ¿Para ser un artista hambriento? Hay diez mil tipos con guitarras que pueden tocar.
—Pero, si amas hacerlo, entonces ¿por qué no lo harías?
—Lo estoy haciendo, ahora mismo.
Sólo quería que me diera una verdadera respuesta. Si iba a estar atrapada con él por el resto de la semana, podríamos al menos conocernos un poco. Podría ser un imbécil, pero era intrigante. Quería saber cómo se había convertido en el chico que era. Ya sabes, antes de que echara su trasero a la calle.
—Sabes a lo que me refiero. —Se encogió de hombros, y volvió a tocar—. Oh, así que te cierras cuando no quieres hablar. Ya veo como es —dije.
—No quieres saber de mí, ____(tn). Realmente, no quieres. Créeme cuando te digo que esas cosas no valen la pena ser conocidas.
—Creo que puedo ser la que juzgue eso.
Me sonrió, pero fue una sonrisa retorcida.
—Eso es lo que dicen todos. Todos dicen que quieren conocerte, pero no lo hacen. Quieren saber las cosas bonitas, agradables. Nadie quiere conocer las partes feas, las partes que te mantienen despierto a la noche. Dicen que no tienen problema con ello, pero entonces se alejan y no vuelves a verlos. He visto eso suceder demasiadas veces. Las chicas no quieren saber ese tipo de mierda.
—Tal vez esta sí quiere hacerlo.
Su sonrisa volvió a aparecer. —Eso es lo que dicen todas —repitió.
Decidí rendirme y volví a mi libro. Él volvió a tocar, y nos quedamos así hasta que Darah volvió, 10:30. Lucía sorprendida de encontrarnos en nuestra presente posición, pero se recuperó rápidamente.
Renee volvió un poco más tarde de que la biblioteca cerrara, sus ojos vidriosos gracias a toda esa terminología médica que había intentando meter en su cerebro durante unas horas. Estaba exhausta de anoche, así que decidí acostarme temprano. Me aseguré de tomar la maldita medicina para así no despertar a nadie con mis terrores nocturnos.
Ya estaba en mi cama y con los ojos cerrados cuando Nicholas entró en la habitación luego de su ducha.
El olor a piel limpia abrumó la habitación, e intenté determinar qué era. Era algo parecido a madera o canela. Algo cálido.
Lo escuché meterse en su cama, y quitarse su bóxer.
—No sé si estás despierta o no pero, buenas noches, ____(tn).
Decidí pretender que estaba dormida. Esperó por una respuesta, pero cuando no recibió ninguna, giró sobre sí mismo y suspiró.
—Maldita seas —lo escuché murmurar.
Igual para ti.
Me caso, definitivamente me caso!
Hombre, Nicholas sabes hacer de todo!
¿Porqué no puedo encontrar a alguien como tu?
Disfruten del capi chicas!
Las leo después! ;)
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Me hago la misma pregunta!Luu!;) este Nicholas es tan maravilloso!lo amo hahahaa y la rayis una necia!!que lo hace sufrir:( siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
nickelen
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Aaaa!
El Nicho me jodio!
Y luego preguntan porque uno no se enamora
DIOS!!
Lo hace todo!
LO AMO!
En serio el tipo sabe como conquistar
Y la inutil de la rayis!
LO DESPRECIA!
Aaaa! Siguela!
O te tiro un zapato por la cabeza!
BESOS XX.
El Nicho me jodio!
Y luego preguntan porque uno no se enamora
DIOS!!
Lo hace todo!
LO AMO!
En serio el tipo sabe como conquistar
Y la inutil de la rayis!
LO DESPRECIA!
Aaaa! Siguela!
O te tiro un zapato por la cabeza!
BESOS XX.
Val x.
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Poooorr quede ese tipo de hombre solo lo hay en libros???????... Por que no podemos encontrar uno así?????...... Aaaaaaaahhhhhh como quisiera que me tocara uno así que este hombre del libro!!!!!!!!..... Pero creo que tenemos que tener fe!!!!!!.... Para encontrarlo!!!!!... Jajajajajajajajajajajaja sigue porfaaaaa!!!... Y perdón por comentar hasta ahora..... Pero he estado ocupada!!!!!!.... Pero ya me puse al corriente!!!..
chelis
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
nickelen escribió:Me hago la misma pregunta!Luu!;) este Nicholas es tan maravilloso!lo amo hahahaa y la rayis una necia!!que lo hace sufrir:( siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Lo sé, el Nicholas es PERFECTO!
:aah: :aah: :aah: :aah:
Es parte del show! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Aaaa!
El Nicho me jodio!
Y luego preguntan porque uno no se enamora
DIOS!!
Lo hace todo!
LO AMO!
En serio el tipo sabe como conquistar
Y la inutil de la rayis!
LO DESPRECIA!
Aaaa! Siguela!
O te tiro un zapato por la cabeza!
BESOS XX.
Lo sé!
Yo quiero un hombre como él!
:aah: :aah: :aah: :aah:
JAJAJAJAJ
No es que lo desprecie! ya verás! ;)
Por que tan salvaje!??
Nos estamos leyendo!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
chelis escribió:Poooorr quede ese tipo de hombre solo lo hay en libros???????... Por que no podemos encontrar uno así?????...... Aaaaaaaahhhhhh como quisiera que me tocara uno así que este hombre del libro!!!!!!!!..... Pero creo que tenemos que tener fe!!!!!!.... Para encontrarlo!!!!!... Jajajajajajajajajajajaja sigue porfaaaaa!!!... Y perdón por comentar hasta ahora..... Pero he estado ocupada!!!!!!.... Pero ya me puse al corriente!!!..
Hola! :3
Que bueno que ya estas acá! ;)
:wut: :wut: :wut: :wut:
La pregunta del millón, pq no podemos tener todas a alguien como él! :¬¬:
El hombre es PERFECTO!
Esperemos que la fe sea suficiente! ;)
Nos estamos leyendo!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
• CAPITULO 7 •
Fui la primera en despertar la mañana siguiente. De alguna manera nuestra cortina oscura había quedado a un lado y una grieta de luz del sol se asomaba bajo mis párpados. Los abrí y luego gemí. Sol estúpido. Me di la vuelta y miré el reloj. No eran ni siquiera las siete aún. ¿Por qué me desperté? Luego escuché una voz.
Nicholas hablaba dormido, justo como dijo que haría.
—No, no lo creo —dijo. Era difícil entender lo que decía porque me daba la espalda y murmuraba. Dándome cuenta de que probablemente no iba a volver a dormir, me di la vuelta para poder verlo.
—No. Detente. Bájala. —Su voz estaba calmada, pero sus palabras no. Parecía que tenía una pesadilla. Supongo que yo no era la única.
—Por favor no. —Su voz tenía un rastro de lágrimas en ella. Me pregunté si debía despertarlo. Tiró algo en su sueño, tirando sus mantas alrededor. No tuve tiempo de cerrar mis ojos, pero por suerte su manta cubría lugares estratégicos. También estaba muy oscuro aún. Aún así mostraba suficiente. Estaba dándome la espalda, y vi otro tatuaje en el medio de su espalda.
—¡Detente! —dijo más fuerte.
Me levanté de la cama y tropecé. Tal vez debería tocarlo y volver a mi cama lo suficientemente rápido así él no lo notaría. Empujé su hombro, pero se movió tan rápido que tropecé y casi caí encima de él. Una mano arremetió contra mí, y tuve que agacharme para evitarla.
—¡Nicholas! ¡Despierta! —Era un déjà vu. Yo esperaba que esto no se convirtiera en un patrón.
Una mano fuerte y cálida me agarró del hombro, y sus ojos se abrieron. Respiró con dificultad, como si no supiera dónde estaba. Su agarre se relajó.
—Oye, está bien. Parecías enojado.
Miró su mano en mi hombro como si no perteneciera a él. Me soltó y se alejó de mí.
—Vuelve a la cama —dijo.
—¿Estás bien?
—Vuelve. A. La. Cama. —Sus dientes estaban apretados, y parecía que estaba enojado porque lo había despertado. Mi culpa.
—Lo siento —dije antes de alejarme y subir a mi cama.
Él respiraba con dificultad y se dio la vuelta. No volví a dormir y me di cuenta de que él tampoco. Una media hora más tarde lo escuché levantarse y ponerse su bóxer y una camiseta. Pretendí estar dormida.
Un poco más tarde escuché voces bajas en la cocina. Decidiendo que ya era tiempo, me levanté y fui a buscar algo para desayunar.
Nicholas estaba encorvado sobre un plato con huevos y una tostada cuando salí de nuestra habitación. Renee estaba en el sofá con la televisión encendida y una taza con cereal. Escuché el sonido de la ducha e hice la deducción de que era Darah.
—Buenos días —dije a quien quisiera responder.
Nicholas soltó un pequeño gruñido y Renee hizo un sonido similar. Sólo era el segundo día de clases, pero todos seguían en tiempo de verano.
Tomé una taza con cereal y fui a sentarme junto a Renee. Estaba sintiendo malas vibras viniendo de Nicholas. Ese chico y yo íbamos a tener que tener una charla, tarde o temprano. Tenía el presentimiento de que él iba a evitarlo tanto como le fuera posible. Tendré que ser la que presione.
Una a una, mis compañeras de cuarto se fueron a sus clases matutinas hasta que sólo éramos Nicholas y yo. Sorpresa, sorpresa.
—Necesitamos hablar —le dije—, y no puedes hacer esa cosa en la que te cierras o no respondes o haces algún tipo de insinuación para distraerme del tema. Si vamos a vivir juntos, tenemos que ser capaces de hablar uno con el otro. ¿Lo entiendes?
Puso su plato en el fregadero y se dio la vuelta, apoyando su espalda contra él. Sus ojos me dijeron que estaba en una batalla.
—No me hagas golpearte de nuevo, porque juro por Dios, que lo haré. —Eso provocó una sonrisa. Su rostro aún tenía una ligera sombra donde le había golpeado—. Tampoco tengo ningún reparo sobre golpear tus partes masculinas de nuevo.
—No lo dudo ni por un segundo ____(tn).
—He hablado en residencia sobre ti. Tengo una reunión el viernes con el jefe de residencia.
—¿Aún tratando de librarte de mí?
—Es sólo que no veo cómo esto puede funcionar. Tú eres… tú. —No se me ocurrió algo mejor que decir.
—Sí, lo soy. —Parecía entenderlo—. Pero no veo cómo eso es una razón para sacarme de aquí. Si viniera a casa borracho o tuviera sexo con chicas extrañas o te hiciera sentir incómoda, esa sería una razón.
—Tú sí me haces sentir incómoda.
—Pero no de esa forma. Te hago sentir incómoda porque sacudo lo que piensas sobre la gente. Te pongo nerviosa. Me quieres, pero no sabes por qué y no puedes combatirlo.
Resoplé por un segundo, sorprendida.
—Eres tan… —Mi manos temblaban de ira. Realmente, realmente quería golpearlo de nuevo.
—He dado en el clavo, ya veo. Significa que tengo razón.
—Eres el imbécil más engreído e idiota que he conocido, y no puedo esperar para deshacerme de ti.
Se rió por primera vez. En alguien más, habría sido demasiado sexy.
En él, sólo me puso más enfurecida.
—Jódete, Nicholas. Jódete.
—Tú quieres, ese es parte de tu problema.
Antes de que pudiera reaccionar, cruzó la habitación y se quedó de pie justo en frente de mí.
—Dime que no me quieres. Mírame a los ojos y dime que si te beso ahora mismo, no me devolverías el beso. Dímelo.
—No te quiero —dije, apretando mis dientes en cada palabra.
Respirar se volvió difícil. Estaba muy cerca. No podía ver nada más allá de él. Mis ojos se hallaban al nivel de su pecho, donde la tinta de sus tatuajes se veía a través del delgado algodón. Su olor me rodeaba, y capté el olor de un poco de sudor. Mi boca se secó, y mantuve mis ojos en su pecho porque sabía que no podía levantar la mirada.
Hace dos días, no había sabido de la existencia de Nicholas Jonas. Hoy, no podía verlo a los ojos por miedo a perderme a mí misma. No, tenía que cerrar esto.
Cerré mis ojos y me aparté.
—No te quiero —dije, mirándolo a los ojos y sin parpadear—. Ahora aléjate de mí. —No se movió, así que yo me fui.
Una cosa era segura: necesito a Nicholas fuera de mi vida.
Yo lo quería. Quería que me besara y tocara mi rostro y pusiera sus dedos en mi cabello. Quería que me levantara y me sostuviera y estuviera conmigo.
Estaba enloqueciendo. Absolutamente enloqueciendo. Tenía que salir de este lugar. Él se aprovechó demasiado. Hizo que mi cerebro hiciera cosas divertidas y no pensara con claridad.
Tenía que escapar.
Me vestí tan rápido como pude y tiré mis libros del día en mi bolso.
Corrí al baño, esperando no toparme con Nicholas. Podía escuchar su guitarra en la sala de estar. No lo miré cuando corrí fuera de la puerta. Tan pronto como estuve en el pasillo, fui capaz de respirar.
¿Qué había en él? ¿Eran sus tatuajes? ¿La forma en la que me llamaba ____(tn)? ¿La forma en la que era tan abierto sobre su sexualidad? Tal vez era una combinación.
Era una combinación a la que no me podía negar, pero tenía que hacerlo.
Nunca me iba a enamorar. Nunca iba a estar con alguien como él.
La gente sólo te lastima cuando los amas de esa manera. Tomaban lo que querían y te utilizaban. Mi mamá aún extrañaba a papá, a pesar de haber pasado tantos años. Ella aún miraba las fotografías de su boda y sonreía, pensando en los momentos cuando eran felices.
Pero no había durado.
Nada como eso duraba.
Chicos como Nicholas quemaban todo lo que tocaban. Chicos como esos eran peligrosos. Sabía eso sin ninguna duda. Si lo dejaba, Nicholas me arrastraría hacia abajo. Yo no dejaría que eso pase.
Pasé el resto del día buscando a Nicholas en cada esquina. Apagué mi teléfono así no miraría sus mensajes, si me enviaba alguno. Me aseguré de tener un puesto de vigilancia en la Unión. Seguí pensando que lo veía, pero resultaba ser sólo alguien parecido. Había muchos chicos que se veían parecidos a él, pero no lo suficiente.
Hice todo lo que pude por evitar volver al apartamento y terminar haciendo todas mis tareas antes del final del día. Tenía mi última clase del día con Megan y ofrecí ir a cenar con ella así podría evitar comer con los "caníbales", como llamaba a los amigos de su novio. No era completamente para evitar a Nicholas, porque realmente quería pasar un tiempo con Megan.
—¿Has resuelto el problema con tu compañero de cuarto?
—Ya desearía —dije, mordiendo mi cangrejo de chocolate. Nicholas era el tipo de persona que hacía que yo necesitara terapia de chocolate—. Realmente es complicado.
—Normalmente las cosas con el sexo opuesto lo son.
—¿Cómo está todo funcionando para ti?
Levantó un hombro. —Jake es mi alma gemela. Lo sé. Suena cursi, pero sé que no estamos completos el uno sin el otro. Así que me aguanto a sus repugnantes amigos y sus maratones interminables de Family Guy porque lo amo. Algún día nos mudaremos sólo los dos, y seré capaz de tener un baño limpio. Algún día…
Terminamos de comer, y caminé con Megan hasta su auto.
—¿Noche de chicas este fin de semana? Creo que los chicos van a ir a una fiesta, así que la casa estará libre. Haré margaritas —dijo con voz cantarina—. Vamos, ¿por favor? También voy a invitar a Haley y Robin. — Ellas eran otras dos chicas de nuestra carrera con las que hemos formado un pequeño grupo. Serían el perfecto antídoto a demasiado Nicholas.
—Claro, está hecho. Sólo envíame un mensaje cuando sería un buen momento. ¿Quieres que traiga algo?
—Cada película femenina que tengas.
—Hecho —le dije.
Gritó y me dio un abrazo antes de subirse a su auto.
Aún estaba iluminado afuera, así que no tuve que preocuparme por caminar sola. Le dije adiós y de mala gana caminé hacia el apartamento.
Mantuve mis dedos cruzados durante todo el camino para que Nicholas se hubiera ido, o al menos por que una de las chicas estuviera allí como un amortiguador.
Respiré hondo antes de abrir la puerta.
—Hola, ¿dónde has estado? —dijo Renee, mirando por encima de sus libros apilados de enfermería. La televisión estaba a todo volumen; no sabía cómo podía concentrarse.
—Fui a cenar con Megan. ¿Dónde están todos?
—Nicholas fue a algún lugar, y la Srta. Darah está en una cita con Mase, si puedes creerlo.
—No puede ser —dije, uniéndomele en el sofá—. Creí haber visto algo ahí, pero no sabía que él se movería tan rápido. —La universidad era una extraña situación. Las cosas siempre parecían ocurrir a toda velocidad.
—Yo tampoco, pero fue muy lindo. Creo que realmente le gusta.
—Se me hace muy difícil imaginarlos juntos, pero si la hace feliz, entonces eso es lo que importa.
—Bueno, ni siquiera ha llegado a casa aún, así que podemos reservarnos nuestra opinión hasta entonces.
—Si es que vuelve a casa —dije, levantando las cejas.
—Ya sabes que no es ese tipo de chica.
Lo sabía, pero nunca subestimo a nadie cuando se trataba de eso.
—Estoy aburrida. No creo que pueda leer más. ¿Quieres hacer algo? —Cerró su libro.
—¿Cómo qué?
—No lo sé. ¿Centro comercial?
Yo no era mucho de ir de compras, pero si lográbamos ir a la librería, me apuntaba. También, nos sacaría del apartamento en caso de que Nicholas vuelva de lo sea que estaba haciendo. Sólo tuve una pequeña tentación de escribirle, pero rápidamente la aplasté. Me iba a mantener alejada de él hasta que pudiera deshacerme de él.
—Suena bien, sólo déjame traer un poco de efectivo. —Corrí a mi habitación para tomar algo de dinero de la jarra que guardaba en mi escritorio. Tenía que dejar mi tarjeta de débito en casa cuando iba a la librería si no gastaría mi cuenta. Estaba a punto de salir cuando vi algo en mi almohada. Curiosa, lo tomé.
Arrugué la nota en mi puño. Él sabía lo que yo trataba de hacer, y eso me enfureció. No me gustaba que supiera lo que yo pensaba, ya que yo casi nunca sabía lo que pasaba por su cabeza.
Metí la nota en mi escritorio y lo cerré de golpe.
—Entonces, ¿qué pasa contigo y Nicholas? Se que tienes esta extraña cosa de te-odio-pero-estoy-demasiado-atraída-hacia-ti, pero ¿te gustaría bajarle el tono?
—¿De qué estás hablando?
—Oh, por favor. Ustedes se follan con los ojos cada segundo que pueden. Es asqueroso, en serio.
Me subí al asiento del pasajero del Mazda de Renee.
—No hacemos eso. —Lo hacíamos totalmente, pero era culpa de Nicholas—. Yo no lo quería de todas formas. Él definitivamente lo hace.
—Así es la atracción. Esa incontrolable urgencia de saltar sobre los huesos de alguien, incluso en compañía mixta. Ustedes chicos no han… — Ella no necesitaba terminar.
—¡Oh, Dios, no! Tampoco soy ese tipo de chica.
Nunca le he dicho a Darah o a Renee que era virgen. La única persona que sabía sobre eso era Megan, y eso era porque éramos muy cercanas, y sabía que podía confiar en ella con algo como eso. Le había confiado un secreto aún más grande.
—Nunca digas nunca, muñeca. ¿Te he contado alguna vez cómo nos conocimos Paul y yo? —Sabía que se habían conocido hace sólo un año, pero que se habían puesto serios, rápido.
—Yo estaba ebria en una fiesta, y este chico trataba de llevarme a casa, no recuerdo esto realmente, pero Paul lo empujó lejos de mí y me preguntó dónde vivía. De alguna manera logré decirle, y me ayudó a subir en un taxi y me ayudó a llegar a mi cuarto. Darah estaba fuera por el fin de semana, así que yo estaba sola. Se quedó conmigo toda la noche y me cuidó. Vomité hasta mis entrañas, y me sostuvo el cabello y todo. Tú pensarías que no querría verme después de eso, pero terminó quedándose todo el día. Cuando estuve sobria me di cuenta de que él era demasiado especial. Y pienso que puedes imaginar el resto. Así que, nunca tengas el sexo temprano en una relación. Quiero decir, no funcionó para nosotros, pero fue genial mientras duró.
Su voz se llenó de nostalgia. Sabía que lo extrañaba, pero se negaba a contestar sus llamadas o contestar sus mensajes. Ni siquiera sabía por qué habían terminado, pero insinuó que fue algo que él había hecho. Le pregunté si la había engañado, pero dijo que no era eso. Darah y yo nos habíamos partido el cerebro, pero no lo averiguamos. Habíamos estado tentadas de preguntarle a Paul, pero no queríamos hacerlo a las espaldas de Renee.
Nunca he tenido un novio. He tenido demasiados episodios de ira públicos para que los chicos con los que había crecido incluso consideraran querer salir conmigo. En octavo grado cuando otras chicas estaban teniendo sus primeros novios y siendo besadas, yo tenía la boca llena de barras de metal y una mala actitud. Cuando crecí y otras chicas estaban poniéndose serias y enganchándose y así sucesivamente, yo pasaba el tiempo leyendo y mirando ferozmente a cualquier chico que se me acercaba. Pronto mi reputación como la reina de hielo llegó a ser lo suficientemente conocida para que los chicos me dejaran en paz, que era como yo quería.
Nunca había estado cerca de alguien que me retara y que peleara conmigo hasta que conocí a Nicholas. Me asustaba de cierta manera, y nunca había estado asustada de un chico antes. Por eso tenía que deshacerme de él.
Tal vez podía aceptar su apuesta. No he sido capaz de hacerle ver que lo odiaba, porque no lo hago. Lo odiaba a veces, pero mis otros sentimientos por él se filtraban, nublando el odio en una sustancia oscura que no podía definir.
¿La otra parte de la apuesta? ¿El hacerle creer que lo amaba? Tampoco podía hacer eso. Había apagado esa parte de mí cuando tenía doce años, y no había forma de encenderla ahora después de tantos años. Nicholas miraría a través de mí si trataba de fingir.
Estaba entre la espada y la pared. Iba a tener que esperar y ver lo que el viernes traería.[/i]
Nicholas hablaba dormido, justo como dijo que haría.
—No, no lo creo —dijo. Era difícil entender lo que decía porque me daba la espalda y murmuraba. Dándome cuenta de que probablemente no iba a volver a dormir, me di la vuelta para poder verlo.
—No. Detente. Bájala. —Su voz estaba calmada, pero sus palabras no. Parecía que tenía una pesadilla. Supongo que yo no era la única.
—Por favor no. —Su voz tenía un rastro de lágrimas en ella. Me pregunté si debía despertarlo. Tiró algo en su sueño, tirando sus mantas alrededor. No tuve tiempo de cerrar mis ojos, pero por suerte su manta cubría lugares estratégicos. También estaba muy oscuro aún. Aún así mostraba suficiente. Estaba dándome la espalda, y vi otro tatuaje en el medio de su espalda.
—¡Detente! —dijo más fuerte.
Me levanté de la cama y tropecé. Tal vez debería tocarlo y volver a mi cama lo suficientemente rápido así él no lo notaría. Empujé su hombro, pero se movió tan rápido que tropecé y casi caí encima de él. Una mano arremetió contra mí, y tuve que agacharme para evitarla.
—¡Nicholas! ¡Despierta! —Era un déjà vu. Yo esperaba que esto no se convirtiera en un patrón.
Una mano fuerte y cálida me agarró del hombro, y sus ojos se abrieron. Respiró con dificultad, como si no supiera dónde estaba. Su agarre se relajó.
—Oye, está bien. Parecías enojado.
Miró su mano en mi hombro como si no perteneciera a él. Me soltó y se alejó de mí.
—Vuelve a la cama —dijo.
—¿Estás bien?
—Vuelve. A. La. Cama. —Sus dientes estaban apretados, y parecía que estaba enojado porque lo había despertado. Mi culpa.
—Lo siento —dije antes de alejarme y subir a mi cama.
Él respiraba con dificultad y se dio la vuelta. No volví a dormir y me di cuenta de que él tampoco. Una media hora más tarde lo escuché levantarse y ponerse su bóxer y una camiseta. Pretendí estar dormida.
Un poco más tarde escuché voces bajas en la cocina. Decidiendo que ya era tiempo, me levanté y fui a buscar algo para desayunar.
Nicholas estaba encorvado sobre un plato con huevos y una tostada cuando salí de nuestra habitación. Renee estaba en el sofá con la televisión encendida y una taza con cereal. Escuché el sonido de la ducha e hice la deducción de que era Darah.
—Buenos días —dije a quien quisiera responder.
Nicholas soltó un pequeño gruñido y Renee hizo un sonido similar. Sólo era el segundo día de clases, pero todos seguían en tiempo de verano.
Tomé una taza con cereal y fui a sentarme junto a Renee. Estaba sintiendo malas vibras viniendo de Nicholas. Ese chico y yo íbamos a tener que tener una charla, tarde o temprano. Tenía el presentimiento de que él iba a evitarlo tanto como le fuera posible. Tendré que ser la que presione.
Una a una, mis compañeras de cuarto se fueron a sus clases matutinas hasta que sólo éramos Nicholas y yo. Sorpresa, sorpresa.
—Necesitamos hablar —le dije—, y no puedes hacer esa cosa en la que te cierras o no respondes o haces algún tipo de insinuación para distraerme del tema. Si vamos a vivir juntos, tenemos que ser capaces de hablar uno con el otro. ¿Lo entiendes?
Puso su plato en el fregadero y se dio la vuelta, apoyando su espalda contra él. Sus ojos me dijeron que estaba en una batalla.
—No me hagas golpearte de nuevo, porque juro por Dios, que lo haré. —Eso provocó una sonrisa. Su rostro aún tenía una ligera sombra donde le había golpeado—. Tampoco tengo ningún reparo sobre golpear tus partes masculinas de nuevo.
—No lo dudo ni por un segundo ____(tn).
—He hablado en residencia sobre ti. Tengo una reunión el viernes con el jefe de residencia.
—¿Aún tratando de librarte de mí?
—Es sólo que no veo cómo esto puede funcionar. Tú eres… tú. —No se me ocurrió algo mejor que decir.
—Sí, lo soy. —Parecía entenderlo—. Pero no veo cómo eso es una razón para sacarme de aquí. Si viniera a casa borracho o tuviera sexo con chicas extrañas o te hiciera sentir incómoda, esa sería una razón.
—Tú sí me haces sentir incómoda.
—Pero no de esa forma. Te hago sentir incómoda porque sacudo lo que piensas sobre la gente. Te pongo nerviosa. Me quieres, pero no sabes por qué y no puedes combatirlo.
Resoplé por un segundo, sorprendida.
—Eres tan… —Mi manos temblaban de ira. Realmente, realmente quería golpearlo de nuevo.
—He dado en el clavo, ya veo. Significa que tengo razón.
—Eres el imbécil más engreído e idiota que he conocido, y no puedo esperar para deshacerme de ti.
Se rió por primera vez. En alguien más, habría sido demasiado sexy.
En él, sólo me puso más enfurecida.
—Jódete, Nicholas. Jódete.
—Tú quieres, ese es parte de tu problema.
Antes de que pudiera reaccionar, cruzó la habitación y se quedó de pie justo en frente de mí.
—Dime que no me quieres. Mírame a los ojos y dime que si te beso ahora mismo, no me devolverías el beso. Dímelo.
—No te quiero —dije, apretando mis dientes en cada palabra.
Respirar se volvió difícil. Estaba muy cerca. No podía ver nada más allá de él. Mis ojos se hallaban al nivel de su pecho, donde la tinta de sus tatuajes se veía a través del delgado algodón. Su olor me rodeaba, y capté el olor de un poco de sudor. Mi boca se secó, y mantuve mis ojos en su pecho porque sabía que no podía levantar la mirada.
Hace dos días, no había sabido de la existencia de Nicholas Jonas. Hoy, no podía verlo a los ojos por miedo a perderme a mí misma. No, tenía que cerrar esto.
Cerré mis ojos y me aparté.
—No te quiero —dije, mirándolo a los ojos y sin parpadear—. Ahora aléjate de mí. —No se movió, así que yo me fui.
Una cosa era segura: necesito a Nicholas fuera de mi vida.
Yo lo quería. Quería que me besara y tocara mi rostro y pusiera sus dedos en mi cabello. Quería que me levantara y me sostuviera y estuviera conmigo.
Estaba enloqueciendo. Absolutamente enloqueciendo. Tenía que salir de este lugar. Él se aprovechó demasiado. Hizo que mi cerebro hiciera cosas divertidas y no pensara con claridad.
Tenía que escapar.
Me vestí tan rápido como pude y tiré mis libros del día en mi bolso.
Corrí al baño, esperando no toparme con Nicholas. Podía escuchar su guitarra en la sala de estar. No lo miré cuando corrí fuera de la puerta. Tan pronto como estuve en el pasillo, fui capaz de respirar.
¿Qué había en él? ¿Eran sus tatuajes? ¿La forma en la que me llamaba ____(tn)? ¿La forma en la que era tan abierto sobre su sexualidad? Tal vez era una combinación.
Era una combinación a la que no me podía negar, pero tenía que hacerlo.
Nunca me iba a enamorar. Nunca iba a estar con alguien como él.
La gente sólo te lastima cuando los amas de esa manera. Tomaban lo que querían y te utilizaban. Mi mamá aún extrañaba a papá, a pesar de haber pasado tantos años. Ella aún miraba las fotografías de su boda y sonreía, pensando en los momentos cuando eran felices.
Pero no había durado.
Nada como eso duraba.
Chicos como Nicholas quemaban todo lo que tocaban. Chicos como esos eran peligrosos. Sabía eso sin ninguna duda. Si lo dejaba, Nicholas me arrastraría hacia abajo. Yo no dejaría que eso pase.
Pasé el resto del día buscando a Nicholas en cada esquina. Apagué mi teléfono así no miraría sus mensajes, si me enviaba alguno. Me aseguré de tener un puesto de vigilancia en la Unión. Seguí pensando que lo veía, pero resultaba ser sólo alguien parecido. Había muchos chicos que se veían parecidos a él, pero no lo suficiente.
Hice todo lo que pude por evitar volver al apartamento y terminar haciendo todas mis tareas antes del final del día. Tenía mi última clase del día con Megan y ofrecí ir a cenar con ella así podría evitar comer con los "caníbales", como llamaba a los amigos de su novio. No era completamente para evitar a Nicholas, porque realmente quería pasar un tiempo con Megan.
—¿Has resuelto el problema con tu compañero de cuarto?
—Ya desearía —dije, mordiendo mi cangrejo de chocolate. Nicholas era el tipo de persona que hacía que yo necesitara terapia de chocolate—. Realmente es complicado.
—Normalmente las cosas con el sexo opuesto lo son.
—¿Cómo está todo funcionando para ti?
Levantó un hombro. —Jake es mi alma gemela. Lo sé. Suena cursi, pero sé que no estamos completos el uno sin el otro. Así que me aguanto a sus repugnantes amigos y sus maratones interminables de Family Guy porque lo amo. Algún día nos mudaremos sólo los dos, y seré capaz de tener un baño limpio. Algún día…
Terminamos de comer, y caminé con Megan hasta su auto.
—¿Noche de chicas este fin de semana? Creo que los chicos van a ir a una fiesta, así que la casa estará libre. Haré margaritas —dijo con voz cantarina—. Vamos, ¿por favor? También voy a invitar a Haley y Robin. — Ellas eran otras dos chicas de nuestra carrera con las que hemos formado un pequeño grupo. Serían el perfecto antídoto a demasiado Nicholas.
—Claro, está hecho. Sólo envíame un mensaje cuando sería un buen momento. ¿Quieres que traiga algo?
—Cada película femenina que tengas.
—Hecho —le dije.
Gritó y me dio un abrazo antes de subirse a su auto.
Aún estaba iluminado afuera, así que no tuve que preocuparme por caminar sola. Le dije adiós y de mala gana caminé hacia el apartamento.
Mantuve mis dedos cruzados durante todo el camino para que Nicholas se hubiera ido, o al menos por que una de las chicas estuviera allí como un amortiguador.
Respiré hondo antes de abrir la puerta.
—Hola, ¿dónde has estado? —dijo Renee, mirando por encima de sus libros apilados de enfermería. La televisión estaba a todo volumen; no sabía cómo podía concentrarse.
—Fui a cenar con Megan. ¿Dónde están todos?
—Nicholas fue a algún lugar, y la Srta. Darah está en una cita con Mase, si puedes creerlo.
—No puede ser —dije, uniéndomele en el sofá—. Creí haber visto algo ahí, pero no sabía que él se movería tan rápido. —La universidad era una extraña situación. Las cosas siempre parecían ocurrir a toda velocidad.
—Yo tampoco, pero fue muy lindo. Creo que realmente le gusta.
—Se me hace muy difícil imaginarlos juntos, pero si la hace feliz, entonces eso es lo que importa.
—Bueno, ni siquiera ha llegado a casa aún, así que podemos reservarnos nuestra opinión hasta entonces.
—Si es que vuelve a casa —dije, levantando las cejas.
—Ya sabes que no es ese tipo de chica.
Lo sabía, pero nunca subestimo a nadie cuando se trataba de eso.
—Estoy aburrida. No creo que pueda leer más. ¿Quieres hacer algo? —Cerró su libro.
—¿Cómo qué?
—No lo sé. ¿Centro comercial?
Yo no era mucho de ir de compras, pero si lográbamos ir a la librería, me apuntaba. También, nos sacaría del apartamento en caso de que Nicholas vuelva de lo sea que estaba haciendo. Sólo tuve una pequeña tentación de escribirle, pero rápidamente la aplasté. Me iba a mantener alejada de él hasta que pudiera deshacerme de él.
—Suena bien, sólo déjame traer un poco de efectivo. —Corrí a mi habitación para tomar algo de dinero de la jarra que guardaba en mi escritorio. Tenía que dejar mi tarjeta de débito en casa cuando iba a la librería si no gastaría mi cuenta. Estaba a punto de salir cuando vi algo en mi almohada. Curiosa, lo tomé.
Este soy yo dándote tu espacio. ¿Ves? Podemos vivir juntos sin vivir juntos. Aún sigues sin darme una respuesta sobre la apuesta. Todo lo que tienes que hacer es probarle una u otra manera y me iré. La pelota está en tu patio, ____(tn).
Arrugué la nota en mi puño. Él sabía lo que yo trataba de hacer, y eso me enfureció. No me gustaba que supiera lo que yo pensaba, ya que yo casi nunca sabía lo que pasaba por su cabeza.
Metí la nota en mi escritorio y lo cerré de golpe.
—Entonces, ¿qué pasa contigo y Nicholas? Se que tienes esta extraña cosa de te-odio-pero-estoy-demasiado-atraída-hacia-ti, pero ¿te gustaría bajarle el tono?
—¿De qué estás hablando?
—Oh, por favor. Ustedes se follan con los ojos cada segundo que pueden. Es asqueroso, en serio.
Me subí al asiento del pasajero del Mazda de Renee.
—No hacemos eso. —Lo hacíamos totalmente, pero era culpa de Nicholas—. Yo no lo quería de todas formas. Él definitivamente lo hace.
—Así es la atracción. Esa incontrolable urgencia de saltar sobre los huesos de alguien, incluso en compañía mixta. Ustedes chicos no han… — Ella no necesitaba terminar.
—¡Oh, Dios, no! Tampoco soy ese tipo de chica.
Nunca le he dicho a Darah o a Renee que era virgen. La única persona que sabía sobre eso era Megan, y eso era porque éramos muy cercanas, y sabía que podía confiar en ella con algo como eso. Le había confiado un secreto aún más grande.
—Nunca digas nunca, muñeca. ¿Te he contado alguna vez cómo nos conocimos Paul y yo? —Sabía que se habían conocido hace sólo un año, pero que se habían puesto serios, rápido.
—Yo estaba ebria en una fiesta, y este chico trataba de llevarme a casa, no recuerdo esto realmente, pero Paul lo empujó lejos de mí y me preguntó dónde vivía. De alguna manera logré decirle, y me ayudó a subir en un taxi y me ayudó a llegar a mi cuarto. Darah estaba fuera por el fin de semana, así que yo estaba sola. Se quedó conmigo toda la noche y me cuidó. Vomité hasta mis entrañas, y me sostuvo el cabello y todo. Tú pensarías que no querría verme después de eso, pero terminó quedándose todo el día. Cuando estuve sobria me di cuenta de que él era demasiado especial. Y pienso que puedes imaginar el resto. Así que, nunca tengas el sexo temprano en una relación. Quiero decir, no funcionó para nosotros, pero fue genial mientras duró.
Su voz se llenó de nostalgia. Sabía que lo extrañaba, pero se negaba a contestar sus llamadas o contestar sus mensajes. Ni siquiera sabía por qué habían terminado, pero insinuó que fue algo que él había hecho. Le pregunté si la había engañado, pero dijo que no era eso. Darah y yo nos habíamos partido el cerebro, pero no lo averiguamos. Habíamos estado tentadas de preguntarle a Paul, pero no queríamos hacerlo a las espaldas de Renee.
Nunca he tenido un novio. He tenido demasiados episodios de ira públicos para que los chicos con los que había crecido incluso consideraran querer salir conmigo. En octavo grado cuando otras chicas estaban teniendo sus primeros novios y siendo besadas, yo tenía la boca llena de barras de metal y una mala actitud. Cuando crecí y otras chicas estaban poniéndose serias y enganchándose y así sucesivamente, yo pasaba el tiempo leyendo y mirando ferozmente a cualquier chico que se me acercaba. Pronto mi reputación como la reina de hielo llegó a ser lo suficientemente conocida para que los chicos me dejaran en paz, que era como yo quería.
Nunca había estado cerca de alguien que me retara y que peleara conmigo hasta que conocí a Nicholas. Me asustaba de cierta manera, y nunca había estado asustada de un chico antes. Por eso tenía que deshacerme de él.
Tal vez podía aceptar su apuesta. No he sido capaz de hacerle ver que lo odiaba, porque no lo hago. Lo odiaba a veces, pero mis otros sentimientos por él se filtraban, nublando el odio en una sustancia oscura que no podía definir.
¿La otra parte de la apuesta? ¿El hacerle creer que lo amaba? Tampoco podía hacer eso. Había apagado esa parte de mí cuando tenía doce años, y no había forma de encenderla ahora después de tantos años. Nicholas miraría a través de mí si trataba de fingir.
Estaba entre la espada y la pared. Iba a tener que esperar y ver lo que el viernes traería.[/i]
OMJ! OMJ!
:wut: :wut: :wut: :wut:
Cuál creen que es el secreto del Nicholas! (?
Es algo muy feo, les adelanto!
:sad: :sad: :sad: :sad:
Disfruten del capi! ;)
Las leo después! *.*
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Vio morir a alguien cercano a el?????........ O se culpa por algo relacionado con un amigo o familiar??????.... Y ______!!!!!!..... Si que esta en un aprieto!!.... Pero mejor espero a que subas el otrooo caaaapiiiiisss
chelis
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Jodete Niick!eres tan sexy!!;) hhahah q?? ya sabremos pronto el secreto del Nicho?? espero que sii....siguelaaaaa eesto se esta poniendo cada vez mejor!!;)
nickelen
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