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My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
nickelen escribió:jajajajajajajajajaajaajaajajaaaja ame la cancion!es tan afgrtewyp jaajajaaja aparte muy pegajosa!!jajaja q???habraaa mas?? no puedo esperar mas sigueee prontooooooooooo bonita!!siii
JAJAJAJAJ
Me imagino, la canción fue PERFECTA! :)
Sip, tendrás algunas canciones más!
Nos estamos leyendo! *.*
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
aranzhitha escribió:aww mori!! Es tan lindo!
Asw Nicholas porque no existen en mi vida!!
Quiero uno asi!!
Es tan dulce!!!
Ya rayiz ya hazle caso!!
Siguela!!
Lo sé!
:amor: :amor: :amor: :amor: :amor:
Es tan PERFECTO el Nicholas!
Como no amarlo! (?
:enamorado: :enamorado: :enamorado: :enamorado:
Yo también quiero uno!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
• CAPITULO 12 •
Veía a Nicholas cuando me despertaba. Veía a Nicholas mientras comía un bol de cereal. Lo veía en sexualidad humana, donde parecía estar intentando romper el récord por la mayor cantidad de insinuaciones en una hora. Lo veía en el trabajo donde asaltaba mi correo electrónico. Lo veía cada noche en la cena. Lo veía ir y venir del baño. Lo veía en nuestra estúpida mediación, la cual era tan inútil como medias con sandalias.
Lo. Veía. En. TODAS PARTES.
Jamás había pasado esta cantidad de tiempo con alguien con quien no estaba relacionada, nunca. Me escapaba a lo de Megan cada vez que podía, incluso con los olorosos chicos que se encontraban siempre allí. Estábamos demasiado destruidas como para salir, pero a veces dábamos caminatas por el campus, o cerca del apartamento.
—Mi sofá está abierto cuando quieras —dijo cuando le conté sobre la apuesta más nueva—. Estoy segura de que si le dijeras a la residencia sobre eso, harían algo.
—He estado allí, he hecho eso. —Había intentado otra vez con residencia, pero sólo me decían que continuara con mediación. Todavía lidiaban con todos los compañeros de cuarto de los de primer año tocando musicales, así que tal vez para el final de octubre yo sería capaz de hacer algo.
—¿Estás segura de que quieres que se vaya?
—Sí. Cuanto más tiempo paso con él, más quiero que se vaya. Sólo... no puedo. —Pateé una piña y unos pasos después, la aplasté con mi pie en un satisfactorio sonido.
—Lo sé, lo sé.
Dimos unos pasos más. Megan se detuvo. Sabía que quería decir algo más, pero estaba haciendo esa cosa de la espera que hacía cuando quería fingir que ya había cambiado de tema.
—Sé que has pasado por mucho, y nadie jamás te culparía por rendirte en los hombres, pero ¿alguna vez has pensando que no puedes dejar que un chico arruine a todos los chicos?
—Seguro, he pensando en eso. No lo sé, Meg. Pienso en eso y luego recuerdo aquella noche, y todo vuelve a mí. No puedo ver a alguien de esa manera sin acordarme de esa noche. —No hacía frío, pero envolví mis brazos alrededor de mí misma y tiré de las mangas por encima de mis manos.
—¿Terapia no ayudó? —Conocía la respuesta, pero tenía que hacer la cosa de la amiga y preguntar de todas formas.
—Tuve una serie de terapeutas interesantes que no sabían realmente qué hacer conmigo. Lo intentaron, pero creo que simplemente no pude ser ayudada. ¿No lo has oído? Soy una causa perdida.
—Nadie es una causa perdida, ni siquiera tú.
—No lo sé, Meg, estoy bastante jodida.
—¿Has conocido a mi novio? Cree que correr en el medio de la noche fingiendo que es un elfo es algo bueno. Si eso no es jodido, entonces no sé lo que es.
—Lo amas, sin embargo.
Suspiró, una pequeña sonrisa en su rostro.
—Sí, lo amo. Sólo que no amo a sus apestosos amigos. No tienes idea de lo mucho que gasto en aerosol para la habitación y refrescantes ambientales. Debería comprar acciones en esas cosas.
—Ahora sé qué regalarte para Navidad.
—Por favor, lo más fuerte que encuentres. No me importa si mi casa huele como si una calabaza hubiera vomitado sobre ella.
—Vómito de Calabaza. Lo tengo. No estoy segura de que sea una esencia oficial de Yankee Candle, pero lo chequearé.
Reímos y seguimos hablando sobre otras cosas. Megan jamás insistía en cosas que yo no quería hablar, la cual era una de las razones por la cual me gustaba tanto. No era agresiva en tu cara. Era dulce y leal y haría cualquier cosa por sus amigos. Incluso los amigos de su novio que les gustaba aprovecharse. Uno de estos días, iban a presionarla demasiado.
Había visto a Megan enojada, y no era lindo.
En realidad, uno de mis terapeutas había descubierto una manera para que yo lidiara con algunos de mis problemas. Todo lo que necesitaba era un poco de pintura en acuarela, pajitas y papel. Decidí tratarme a mí misma y bajé a la sección de arte de la librería de la escuela y derroché en el verdadero negocio.
Esa tarde tenía el lugar para mí sola. Darah había salido en una cita con Mase, y Renee estaba en la biblioteca otra vez. No sabía donde se encontraba Nicholas hasta que entró cuando yo me soplaba los sesos con una pajita.
—Así que esto es lo que haces cuando no estoy por aquí.
Soplé el resto de las gotas de pintura hacia la esquina del papel.
Trabajaba en una pieza azul calmo, mezclándolo con un poco de verde para que luciera como el océano. Algunas personas en realidad intentaban hacer una pintura, pero a mí sólo me gustaba usar los colores para ver qué podía hacer y luego intentar encontrar imágenes en el desastre. Como nubes.
—Se lo llama pintura soplada —dije, sacándome la pajita de la boca. Ante la palabra "soplada" sus cejas se levantaron rápidamente hacia su frente.
—¿Eso es todo? —Dejó caer su bolso y vino a examinar mi trabajo.
Giró la cabeza de lado a lado, como si estuviera intentando descubrir qué era.
—No se supone que sea nada —dije.
—Oh.
—Sólo lo hago a veces. —De repente, quería esconder mi pintura.
No era como si fuera nada especial. Picasso, no lo era, pero era algo personal que hacía y no lo compartía con mucha gente.
Nicholas volvió a mirarla, luego de frotarse el tatuaje. Uno, dos, tres.
Algún día iba a borrarlo.
—¿Tienes otra pajita? —Le entregué una, y se detuvo encima de la pintura—. No te molesta, ¿o sí?
—No, adelante. —Al menos había preguntado.
Metió la pajita en la pintura de azul oscuro, asegurándose de que tenía una cantidad decente antes de dejarla caer en la página e inflar sus mejillas y soplar la gota de pintura tan lejos como fuera. La gota se dividió en varias gotas, y se separaron las unas de las otras con una ráfaga de aire, haciendo que la pintura luciera como si estuviera explotando. Se sacó la pajita de la boca y lo examinó.
—Creo que necesitas un poco más de azul oscuro aquí —dijo, señalando a una esquina a la que no había llegado todavía. Giró su cabeza, y nuestras narices casi se tocan. Rió un poco, su respiración moviendo los pequeños mechones de cabello que se habían escapado de mi cola de caballo.
—Adelante —dije. Pareció sorprendido por un segundo—. La pintura. Adelante. —Mi cerebro parecía ser únicamente capaz de disparar algunas palabras a la vez.
Su boca se abrió sólo un poco, y mis ojos se detuvieron en sus labios.
Eran unos labios muy bonitos. Llenos, para un chico, pero lucían como si los hubiera untado con manteca de cacao Chapstick. Por todo lo que sabía, la mantenía en su bolsillo y sólo la aplicaba cuando estaba solo. Parecía como algo que él haría.
Lentamente llevó la pajita a sus labios. Divertido, no parecía tener una respuesta rápida, pero una vez más, tampoco la tenía yo.
Fue el primero en romper el contacto visual, y sentí como si todo mi aire hubiera sido succionado cuando lo hizo. Agarré mi pajita y la metí en la pintura verde. Hice una esquina y él hizo la otra, y de alguna manera nuestras pinturas se unieron. Sin dudarlo, puso nuestras cabezas juntas y siguió alocándose en la pintura hasta que no pudo conseguir que fuera más allá. Nuestras cabezas se golpearon, y ambos dejamos caer nuestras pajitas.
—Ow —dije, frotándome el punto.
—Lo siento, ____(tn). ¿Estás bien? —Jesús, era sólo un pequeño golpe.
—Sí, nada grave —dije, bajando la mirada a nuestra obra maestra.
—¿Segura? —Levantó las manos, como si quisiera chequear y asegurarse, pero no quería tocarme por miedo a que enloqueciera. Me conocía demasiado bien.
—Sí.
—¿Más azul?
—Jamás puedes tener suficiente azul —dije, levantando mi pajita otra vez.
Para cuando Renee volvió de la biblioteca, habíamos hecho otra pintura, esta en tonos de otoño.
—Creo que esa es un guardián. Debería ir detrás de la puerta. Puedo conseguir un marco si quieres.
—No es tan genial, Nicholas.
—¿Qué no es genial? —llamó ella luego de volver de la cocina con una banana, una cuchara y un frasco de mantequilla de maní. Ugh.
Odiaba las bananas con la pasión ardiente de mil soles.
—Te hicimos una pintura —dije en una voz de niña fingida—. Aquí estoy yo, y esta eres tú, y esos son Darah y Mase y Nicholas.
—Es hermoso, querida. Este va a ir justo al lado de la A que te sacaste en tu examen de ortografía —dijo, siguiendo el juego.
Nicholas me miraba como si me hubiera crecido otra cabeza.
—¿Qué? —dije.
—Eres tan extraña a veces.
—Lo dice el chico que tiene una venganza contra los hombres lobos.
—Oye, no pueden controlarse a sí mismos durante las lunas llenas. Son completamente impredecibles.
—Oye, se ven mucho mejor sin camiseta. Además, todavía tienen corazones latiendo. Tener sexo con un vampiro es como tener sexo con un cadáver. No me gusta eso —dijo Renee, poniendo un poco de mantequilla de maní en el extremo de la banana. Me vio observándola—. ¿Quieres un poco? Oh, cierto, lo olvidé.
—¿Olvidaste qué?
—____(tn) odia las bananas.
—Oh, ¿en serio? —Aquí vamos. El chico con el que había hecho una pintura soplada hace un segundo se había ido y el chico que siempre intentaba meterse en mis pantalones estaba de vuelta.
No respondí, pero comencé a levantar las cosas de pintura. No me gustaba hacerlo con mucha gente alrededor. Era algo personal. Nicholas era la primera persona con la que había hecho uno en realidad, pero él no lo sabía.
—Lo siento, pero tú fuiste directo a esa —dijo él.
—No tienes que hacer que todo se convierta en una insinuación, Nicholas. No todo es sobre sexo.
—De acuerdo, bueno, voy a ir a comer esto a algún otro lugar. Nos vemos —dijo Renee, dirigiéndose a su habitación.
Ella debió sentir que estaba cerca de otro estallido. No había tenido uno por al menos una semana. Eso debía ser algún tipo de récord.
Recogí los pinceles y el vaso de agua y lo tiré en el fregadero. No quería que él supiera que me sentía herida, pero era demasiado tarde.
Abrí el agua y comencé a limpiar los pinceles vigorosamente. Podía sentir a Nicholas inclinándose contra la encimera. Odiaba lo consciente que era de él. Si estaba en la habitación, era como si yo tuviera un radar que se prendía y seguía cada uno de sus movimientos.
—____(tn), lo siento. Deberías saber a esta altura que soy un imbécil la mayor parte del tiempo.
—No tienes que ser un imbécil todo el tiempo. —No era verdad. Podía ser dulce, y divertido y encantador, y... Podía ser mucho más que un chico que siempre hablaba sobre follar.
—Tienes razón. Lo intentaré. Por ti, lo intentaré.
Asentí y limpié los pinceles en una toalla de papel y los tiré en el escurridor del fregadero para que se secaran. La encimera estaba cubierta de nuestros platos del desayuno.
—Es mi turno —dijo Nicholas, apuntando hacia la tabla de tareas en la heladera. Era mi turno de lavar los platos al día siguiente.
—Varias manos aligeran el trabajo —dije, entregándole una esponja—. Si prometes no hacer un pase hacia mí por el resto del día, te ayudaré con los platos. Si lo haces, tienes que limpiarlos mañana. ¿Trato?
—¿En serio? Dios, ____(tn), manejas un negocio duro.
—Todo lo que estoy pidiéndote que hagas es no ser un imbécil por...
—Miré el reloj—. Menos de ocho horas. Puedes hacerlo. Creo en ti.
Miró a los platos, incluyendo varios que estaban incrustados en harina de avena.
—Trato.
Nos estrechamos y comenzamos. El fregadero era pequeño, y la encimera formaba una L, así que estábamos aplastados cerca.
Nicholas comenzó a tararear una melodía mientras le entregaba una taza.
—¿Qué estás cantando?
—Bueno, para distraerme a mí mismo de ser un imbécil, estoy escribiendo otra canción. Se llama "Haciendo sucios... platos".
—Claro.
Comenzó a mover el pie a un ritmo y me uní.
Terminó la canción con un pequeño movimiento de mano y una reverencia. Aplaudí mis manos mojadas, rociándonos a los dos con agua enjabonada. Era tan tonto a veces. La canción era bastante terrible.
—¿Ves lo que puedes lograr cuando no estás siendo un imbécil?
—Tenía una letra más sugestiva, pero decidí no usarla. Ya sabes, porque no estoy siendo un imbécil.
—Correcto.
—Pero las guardaré y cantaré para ti en algún otro momento cuando se me permita ser imbécil otra vez.
—De acuerdo.
Esa estúpida pequeña canción quedó atascada en mi mente, y Nicholas la cantó de nuevo, conmigo haciendo efectos de sonido con ollas y una cuchara de madera.
—¿Qué están haciendo aquí? —dijo Renee, emergiendo de su habitación con su mirada de "estudio": expresión aturdida, el cabello en un clip y sus viejos y raídos pantalones de chándal de UMaine.
—Nicholas ha decidido que no va a ser un imbécil hoy, ¿no es bonito? —dije.
—¿Es eso posible, siquiera? Sin ofender, amigo.
—No hay problema. Soy plenamente consciente de mi imbecilidad.
—Oooh, me gusta eso. Imbecilidad. Voy a usar eso ahora —dijo Renee, yendo a la heladera por una bebida energética.
—¿Te vas a quedar despierta?
—Tengo un examen de enfermedades auto-inmunes. ¿Quieres ver una foto de dermatitis herpetiforme?
Siempre intentaba hacer que mirara fotos de brutales enfermedades.
—Sí, creo que voy a pasar. No sé como puedes comer y hacer esa cosa —dije.
Renee se encogió de hombros.
Darah llegó a casa un minuto después, llevando a Mase de la mano.
—Oh mira, es el dúo temible. —Renee se ponía un poco amarga cada vez que veía parejas felices. Deseaba que sólo llamara a Paul, lo perdonara, tuviera un poco de increíble sexo de reconciliación y terminara con esto. Preferiría muchísimo más tener a Paul por aquí y a Renee feliz que no tenerlo y tener que lidiar con una Renee malhumorada.
—¿Estás lavando los platos? —dijo Mase, boquiabierto hacia Nicholas.
—Pues sí, lo estoy.
Mase me miró como si fuera mi culpa.
—Oye, su nombre está en la tabla de tareas —dije.
—¿Tienen una tabla de tareas? —dijo Mase.
—Fue idea de Darah —señalé.
—Así nadie tiene que hacerlo todo, y estamos responsabilizados — dijo Darah.
—Oigan, lo que sea que consiga que este chico lave los platos está bien para mí. Buen trabajo, Dare —dijo, dándole un beso en la mejilla. Ella sonrió satisfecha.
—¿Qué les pasa a todos ustedes con los apodos? ¿Tienen uno para mí? —dijo Renee. A veces la llamábamos Nene, porque habíamos escuchado a su madre llamarla así una vez cuando vino de visita, y Paul era el único al que se le permitía usarlo sin una mirada asesina de Renee.
—¿Qué tal Re? Como en, ¿rayo de sol? —dijo Nicholas. Suave—. ¿O Ne? Ese es lindo, también.
Ella pensó en eso por un segundo. —Lo tomaré.
—Entonces, voy a llevar a Darah a casa conmigo este fin de semana para ver a mamá y papá, así que vamos a ir juntos.
Darah lo miró con una sonrisa vertiginosa y nerviosa. Guau, conocer a la familia era algo grande.
—Guau, conocer a los Masons. Gran paso, Mase —dijo Nicholas.
—Lo sé —dijo Mase, guiñándole el ojo a Darah—. Lo va a hacer genial.
Yo estaba dolorosamente curiosa acerca de la familia de Nicholas, especialmente cómo no había crecido con sus padres. Había dicho que estaban muertos, ¿pero cuándo habían muerto? ¿Cuántos años tenía él? ¿Los extrañaba? Las preguntas habían estado rondando por mi mente desde la primera vez que me había dicho que estaban muertos. De cualquier manera que sacaras el tema, él no quería hablar sobre ello. Podía respetar eso, viendo cómo yo tenía varias cosas de las que no quería hablar.
—¿Tienes algún consejo para mí, Nicholas? —dijo Darah.
—Sólo habla con John sobre acciones tecnológicas, los crucigramas del The New York Times, bienes raíces, o la Segunda Guerra Mundial y estarás bien.
—Uhh —dijo Darah, el pánico evidente en sus ojos.
—Estoy bromeando. Aunque podrías hablar con él sobre el mercado inmobiliario. Ama las comedias británicas, los Pats, la cocina asiática, y los autos clásicos.
—Oh gracias a Dios. Cocina y autos. Lo tengo. Aunque podría haberme manejado con las acciones.
—Lo vas a hacer genial. No te preocupes demasiado —dijo Mase, revolviendo su cabello.
Los ojos de Nicholas se posaron en mí antes de bajar su voz.
—¿Le has contado sobre Harper? —Como si no pudiera oírlo. Se hallaba parado a medio metro de distancia.
—Por supuesto.
Darah, Mase y Nicholas me miraron a mí. Pareciera como si yo fuera la extraña.
—¿Quién es Harper? —dije, preguntando lo obvio.
—Mi hermana. Tiene parálisis cerebral por una caída que tuvo de bebé. No es la gran cosa, pero nuestra casa está llena de rampas y equipamiento y esas cosas, así que es mejor preparar a la gente antes de tiempo —dijo Mase.
—¿Cuántos años tiene?
—Siete —dijo Mase. Podía sentir a Nicholas mirando mi rostro, como si estuviera anticipando mi reacción. ¿Cómo pensaba que iba a reaccionar?
—Así que, de todas formas, allí es donde vamos a estar este fin de semana. ¿Te veo mañana? —dijo Mase.
—De acuerdo —dijo Darah, dándole un beso.
Pude oír a Renee rodar los ojos.
—Adiós, Dare.
—Adiós, John.
Mase asintió hacia el resto de nosotros y se fue.
Darah suspiró y se inclinó en la encimera.
—¿John? Guau, creo que eres la primera chica a la que le ha dejado usar su primer nombre. Debes estar haciendo algo bien —dijo él con un guiño.
—Nicholas —dije en un tono de advertencia.
—¿Qué? Eso no fue imbécil. Eso fue juguetón.
Lo señalé y entrecerré los ojos. —Está en la cuerda floja, señor.
—¿De qué están hablando? —dijo Darah.
—Se supone que Nicholas no sea un imbécil por el resto del día.
Ella miró boquiabierta a Nicholas.
—¿En serio? ¿Es eso posible, siquiera?
—¿Soy de verdad un idiota tan grande? —nos preguntó a todas.
—Sí —respondimos al unísono.
—Entonces, ¿puedo ser un imbécil ahora? —dijo a las 10:30.
—Nop. Tienes que terminar la noche. Cuando te despiertes mañana por la mañana, vuelve a tu ser imbécil. Hasta entonces, tienes que ser bueno.
Había sido sorprendentemente bueno, dejándome ir primera a la lluvia, y había colgado nuestras pinturas sopladas en la parte posterior de la puerta. Incluso me había hecho una taza de té y me la trajo. Era como si estuviera adulándome, pero no podía descubrir por qué.
—Ser bueno es aburrido.
—Ser bueno es bueno —dije, sin levantar la mirada de mi E-Reader.
Nicholas estaba ocupado con su guitarra, simplemente tocando cuerdas aleatorias.
—Eso no tiene nada de sentido.
—Entonces, ¿de qué se trata tu reunión con Joe? —Intenté otra vez.
Había estado intentando exprimir en eso, esperando atraparlo con la guardia baja.
—Buen intento, ____(tn). Sólo porque se supone que sea bueno, no significa que voy a ser un sumiso.
—No es ser un sumiso. Es decir la verdad.
—A veces la gente no quiere la verdad. A veces la verdad es peor que una mentira. —Dejó su guitarra a un lado y se metió debajo de las sábanas. En cualquier momento iba a salir el bóxer.
Tenía que estar de acuerdo con él en eso. Habíamos estado haciendo este baile alrededor de nuestros secretos separados, acercándonos y luego alejándonos. No sabía cuál de nosotros iba a dejarlo salir primero.
Lo. Veía. En. TODAS PARTES.
Jamás había pasado esta cantidad de tiempo con alguien con quien no estaba relacionada, nunca. Me escapaba a lo de Megan cada vez que podía, incluso con los olorosos chicos que se encontraban siempre allí. Estábamos demasiado destruidas como para salir, pero a veces dábamos caminatas por el campus, o cerca del apartamento.
—Mi sofá está abierto cuando quieras —dijo cuando le conté sobre la apuesta más nueva—. Estoy segura de que si le dijeras a la residencia sobre eso, harían algo.
—He estado allí, he hecho eso. —Había intentado otra vez con residencia, pero sólo me decían que continuara con mediación. Todavía lidiaban con todos los compañeros de cuarto de los de primer año tocando musicales, así que tal vez para el final de octubre yo sería capaz de hacer algo.
—¿Estás segura de que quieres que se vaya?
—Sí. Cuanto más tiempo paso con él, más quiero que se vaya. Sólo... no puedo. —Pateé una piña y unos pasos después, la aplasté con mi pie en un satisfactorio sonido.
—Lo sé, lo sé.
Dimos unos pasos más. Megan se detuvo. Sabía que quería decir algo más, pero estaba haciendo esa cosa de la espera que hacía cuando quería fingir que ya había cambiado de tema.
—Sé que has pasado por mucho, y nadie jamás te culparía por rendirte en los hombres, pero ¿alguna vez has pensando que no puedes dejar que un chico arruine a todos los chicos?
—Seguro, he pensando en eso. No lo sé, Meg. Pienso en eso y luego recuerdo aquella noche, y todo vuelve a mí. No puedo ver a alguien de esa manera sin acordarme de esa noche. —No hacía frío, pero envolví mis brazos alrededor de mí misma y tiré de las mangas por encima de mis manos.
—¿Terapia no ayudó? —Conocía la respuesta, pero tenía que hacer la cosa de la amiga y preguntar de todas formas.
—Tuve una serie de terapeutas interesantes que no sabían realmente qué hacer conmigo. Lo intentaron, pero creo que simplemente no pude ser ayudada. ¿No lo has oído? Soy una causa perdida.
—Nadie es una causa perdida, ni siquiera tú.
—No lo sé, Meg, estoy bastante jodida.
—¿Has conocido a mi novio? Cree que correr en el medio de la noche fingiendo que es un elfo es algo bueno. Si eso no es jodido, entonces no sé lo que es.
—Lo amas, sin embargo.
Suspiró, una pequeña sonrisa en su rostro.
—Sí, lo amo. Sólo que no amo a sus apestosos amigos. No tienes idea de lo mucho que gasto en aerosol para la habitación y refrescantes ambientales. Debería comprar acciones en esas cosas.
—Ahora sé qué regalarte para Navidad.
—Por favor, lo más fuerte que encuentres. No me importa si mi casa huele como si una calabaza hubiera vomitado sobre ella.
—Vómito de Calabaza. Lo tengo. No estoy segura de que sea una esencia oficial de Yankee Candle, pero lo chequearé.
Reímos y seguimos hablando sobre otras cosas. Megan jamás insistía en cosas que yo no quería hablar, la cual era una de las razones por la cual me gustaba tanto. No era agresiva en tu cara. Era dulce y leal y haría cualquier cosa por sus amigos. Incluso los amigos de su novio que les gustaba aprovecharse. Uno de estos días, iban a presionarla demasiado.
Había visto a Megan enojada, y no era lindo.
En realidad, uno de mis terapeutas había descubierto una manera para que yo lidiara con algunos de mis problemas. Todo lo que necesitaba era un poco de pintura en acuarela, pajitas y papel. Decidí tratarme a mí misma y bajé a la sección de arte de la librería de la escuela y derroché en el verdadero negocio.
Esa tarde tenía el lugar para mí sola. Darah había salido en una cita con Mase, y Renee estaba en la biblioteca otra vez. No sabía donde se encontraba Nicholas hasta que entró cuando yo me soplaba los sesos con una pajita.
—Así que esto es lo que haces cuando no estoy por aquí.
Soplé el resto de las gotas de pintura hacia la esquina del papel.
Trabajaba en una pieza azul calmo, mezclándolo con un poco de verde para que luciera como el océano. Algunas personas en realidad intentaban hacer una pintura, pero a mí sólo me gustaba usar los colores para ver qué podía hacer y luego intentar encontrar imágenes en el desastre. Como nubes.
—Se lo llama pintura soplada —dije, sacándome la pajita de la boca. Ante la palabra "soplada" sus cejas se levantaron rápidamente hacia su frente.
—¿Eso es todo? —Dejó caer su bolso y vino a examinar mi trabajo.
Giró la cabeza de lado a lado, como si estuviera intentando descubrir qué era.
—No se supone que sea nada —dije.
—Oh.
—Sólo lo hago a veces. —De repente, quería esconder mi pintura.
No era como si fuera nada especial. Picasso, no lo era, pero era algo personal que hacía y no lo compartía con mucha gente.
Nicholas volvió a mirarla, luego de frotarse el tatuaje. Uno, dos, tres.
Algún día iba a borrarlo.
—¿Tienes otra pajita? —Le entregué una, y se detuvo encima de la pintura—. No te molesta, ¿o sí?
—No, adelante. —Al menos había preguntado.
Metió la pajita en la pintura de azul oscuro, asegurándose de que tenía una cantidad decente antes de dejarla caer en la página e inflar sus mejillas y soplar la gota de pintura tan lejos como fuera. La gota se dividió en varias gotas, y se separaron las unas de las otras con una ráfaga de aire, haciendo que la pintura luciera como si estuviera explotando. Se sacó la pajita de la boca y lo examinó.
—Creo que necesitas un poco más de azul oscuro aquí —dijo, señalando a una esquina a la que no había llegado todavía. Giró su cabeza, y nuestras narices casi se tocan. Rió un poco, su respiración moviendo los pequeños mechones de cabello que se habían escapado de mi cola de caballo.
—Adelante —dije. Pareció sorprendido por un segundo—. La pintura. Adelante. —Mi cerebro parecía ser únicamente capaz de disparar algunas palabras a la vez.
Su boca se abrió sólo un poco, y mis ojos se detuvieron en sus labios.
Eran unos labios muy bonitos. Llenos, para un chico, pero lucían como si los hubiera untado con manteca de cacao Chapstick. Por todo lo que sabía, la mantenía en su bolsillo y sólo la aplicaba cuando estaba solo. Parecía como algo que él haría.
Lentamente llevó la pajita a sus labios. Divertido, no parecía tener una respuesta rápida, pero una vez más, tampoco la tenía yo.
Fue el primero en romper el contacto visual, y sentí como si todo mi aire hubiera sido succionado cuando lo hizo. Agarré mi pajita y la metí en la pintura verde. Hice una esquina y él hizo la otra, y de alguna manera nuestras pinturas se unieron. Sin dudarlo, puso nuestras cabezas juntas y siguió alocándose en la pintura hasta que no pudo conseguir que fuera más allá. Nuestras cabezas se golpearon, y ambos dejamos caer nuestras pajitas.
—Ow —dije, frotándome el punto.
—Lo siento, ____(tn). ¿Estás bien? —Jesús, era sólo un pequeño golpe.
—Sí, nada grave —dije, bajando la mirada a nuestra obra maestra.
—¿Segura? —Levantó las manos, como si quisiera chequear y asegurarse, pero no quería tocarme por miedo a que enloqueciera. Me conocía demasiado bien.
—Sí.
—¿Más azul?
—Jamás puedes tener suficiente azul —dije, levantando mi pajita otra vez.
Para cuando Renee volvió de la biblioteca, habíamos hecho otra pintura, esta en tonos de otoño.
—Creo que esa es un guardián. Debería ir detrás de la puerta. Puedo conseguir un marco si quieres.
—No es tan genial, Nicholas.
—¿Qué no es genial? —llamó ella luego de volver de la cocina con una banana, una cuchara y un frasco de mantequilla de maní. Ugh.
Odiaba las bananas con la pasión ardiente de mil soles.
—Te hicimos una pintura —dije en una voz de niña fingida—. Aquí estoy yo, y esta eres tú, y esos son Darah y Mase y Nicholas.
—Es hermoso, querida. Este va a ir justo al lado de la A que te sacaste en tu examen de ortografía —dijo, siguiendo el juego.
Nicholas me miraba como si me hubiera crecido otra cabeza.
—¿Qué? —dije.
—Eres tan extraña a veces.
—Lo dice el chico que tiene una venganza contra los hombres lobos.
—Oye, no pueden controlarse a sí mismos durante las lunas llenas. Son completamente impredecibles.
—Oye, se ven mucho mejor sin camiseta. Además, todavía tienen corazones latiendo. Tener sexo con un vampiro es como tener sexo con un cadáver. No me gusta eso —dijo Renee, poniendo un poco de mantequilla de maní en el extremo de la banana. Me vio observándola—. ¿Quieres un poco? Oh, cierto, lo olvidé.
—¿Olvidaste qué?
—____(tn) odia las bananas.
—Oh, ¿en serio? —Aquí vamos. El chico con el que había hecho una pintura soplada hace un segundo se había ido y el chico que siempre intentaba meterse en mis pantalones estaba de vuelta.
No respondí, pero comencé a levantar las cosas de pintura. No me gustaba hacerlo con mucha gente alrededor. Era algo personal. Nicholas era la primera persona con la que había hecho uno en realidad, pero él no lo sabía.
—Lo siento, pero tú fuiste directo a esa —dijo él.
—No tienes que hacer que todo se convierta en una insinuación, Nicholas. No todo es sobre sexo.
—De acuerdo, bueno, voy a ir a comer esto a algún otro lugar. Nos vemos —dijo Renee, dirigiéndose a su habitación.
Ella debió sentir que estaba cerca de otro estallido. No había tenido uno por al menos una semana. Eso debía ser algún tipo de récord.
Recogí los pinceles y el vaso de agua y lo tiré en el fregadero. No quería que él supiera que me sentía herida, pero era demasiado tarde.
Abrí el agua y comencé a limpiar los pinceles vigorosamente. Podía sentir a Nicholas inclinándose contra la encimera. Odiaba lo consciente que era de él. Si estaba en la habitación, era como si yo tuviera un radar que se prendía y seguía cada uno de sus movimientos.
—____(tn), lo siento. Deberías saber a esta altura que soy un imbécil la mayor parte del tiempo.
—No tienes que ser un imbécil todo el tiempo. —No era verdad. Podía ser dulce, y divertido y encantador, y... Podía ser mucho más que un chico que siempre hablaba sobre follar.
—Tienes razón. Lo intentaré. Por ti, lo intentaré.
Asentí y limpié los pinceles en una toalla de papel y los tiré en el escurridor del fregadero para que se secaran. La encimera estaba cubierta de nuestros platos del desayuno.
—Es mi turno —dijo Nicholas, apuntando hacia la tabla de tareas en la heladera. Era mi turno de lavar los platos al día siguiente.
—Varias manos aligeran el trabajo —dije, entregándole una esponja—. Si prometes no hacer un pase hacia mí por el resto del día, te ayudaré con los platos. Si lo haces, tienes que limpiarlos mañana. ¿Trato?
—¿En serio? Dios, ____(tn), manejas un negocio duro.
—Todo lo que estoy pidiéndote que hagas es no ser un imbécil por...
—Miré el reloj—. Menos de ocho horas. Puedes hacerlo. Creo en ti.
Miró a los platos, incluyendo varios que estaban incrustados en harina de avena.
—Trato.
Nos estrechamos y comenzamos. El fregadero era pequeño, y la encimera formaba una L, así que estábamos aplastados cerca.
Nicholas comenzó a tararear una melodía mientras le entregaba una taza.
—¿Qué estás cantando?
—Bueno, para distraerme a mí mismo de ser un imbécil, estoy escribiendo otra canción. Se llama "Haciendo sucios... platos".
—Claro.
Comenzó a mover el pie a un ritmo y me uní.
“Jabón y agua y una chica linda,
Abrimos el agua y la vemos correr,
Estamos... lavando los platos, estamos... lavando los platos.
Oooh, oooh, ooohhh,
Fregar, fregar, fregar, sí
Fregar, fregar, fregar, sí
Fregando, fregando, fregando, fregar, fregar, freeegarrrr.”
Abrimos el agua y la vemos correr,
Estamos... lavando los platos, estamos... lavando los platos.
Oooh, oooh, ooohhh,
Fregar, fregar, fregar, sí
Fregar, fregar, fregar, sí
Fregando, fregando, fregando, fregar, fregar, freeegarrrr.”
Terminó la canción con un pequeño movimiento de mano y una reverencia. Aplaudí mis manos mojadas, rociándonos a los dos con agua enjabonada. Era tan tonto a veces. La canción era bastante terrible.
—¿Ves lo que puedes lograr cuando no estás siendo un imbécil?
—Tenía una letra más sugestiva, pero decidí no usarla. Ya sabes, porque no estoy siendo un imbécil.
—Correcto.
—Pero las guardaré y cantaré para ti en algún otro momento cuando se me permita ser imbécil otra vez.
—De acuerdo.
Esa estúpida pequeña canción quedó atascada en mi mente, y Nicholas la cantó de nuevo, conmigo haciendo efectos de sonido con ollas y una cuchara de madera.
—¿Qué están haciendo aquí? —dijo Renee, emergiendo de su habitación con su mirada de "estudio": expresión aturdida, el cabello en un clip y sus viejos y raídos pantalones de chándal de UMaine.
—Nicholas ha decidido que no va a ser un imbécil hoy, ¿no es bonito? —dije.
—¿Es eso posible, siquiera? Sin ofender, amigo.
—No hay problema. Soy plenamente consciente de mi imbecilidad.
—Oooh, me gusta eso. Imbecilidad. Voy a usar eso ahora —dijo Renee, yendo a la heladera por una bebida energética.
—¿Te vas a quedar despierta?
—Tengo un examen de enfermedades auto-inmunes. ¿Quieres ver una foto de dermatitis herpetiforme?
Siempre intentaba hacer que mirara fotos de brutales enfermedades.
—Sí, creo que voy a pasar. No sé como puedes comer y hacer esa cosa —dije.
Renee se encogió de hombros.
Darah llegó a casa un minuto después, llevando a Mase de la mano.
—Oh mira, es el dúo temible. —Renee se ponía un poco amarga cada vez que veía parejas felices. Deseaba que sólo llamara a Paul, lo perdonara, tuviera un poco de increíble sexo de reconciliación y terminara con esto. Preferiría muchísimo más tener a Paul por aquí y a Renee feliz que no tenerlo y tener que lidiar con una Renee malhumorada.
—¿Estás lavando los platos? —dijo Mase, boquiabierto hacia Nicholas.
—Pues sí, lo estoy.
Mase me miró como si fuera mi culpa.
—Oye, su nombre está en la tabla de tareas —dije.
—¿Tienen una tabla de tareas? —dijo Mase.
—Fue idea de Darah —señalé.
—Así nadie tiene que hacerlo todo, y estamos responsabilizados — dijo Darah.
—Oigan, lo que sea que consiga que este chico lave los platos está bien para mí. Buen trabajo, Dare —dijo, dándole un beso en la mejilla. Ella sonrió satisfecha.
—¿Qué les pasa a todos ustedes con los apodos? ¿Tienen uno para mí? —dijo Renee. A veces la llamábamos Nene, porque habíamos escuchado a su madre llamarla así una vez cuando vino de visita, y Paul era el único al que se le permitía usarlo sin una mirada asesina de Renee.
—¿Qué tal Re? Como en, ¿rayo de sol? —dijo Nicholas. Suave—. ¿O Ne? Ese es lindo, también.
Ella pensó en eso por un segundo. —Lo tomaré.
—Entonces, voy a llevar a Darah a casa conmigo este fin de semana para ver a mamá y papá, así que vamos a ir juntos.
Darah lo miró con una sonrisa vertiginosa y nerviosa. Guau, conocer a la familia era algo grande.
—Guau, conocer a los Masons. Gran paso, Mase —dijo Nicholas.
—Lo sé —dijo Mase, guiñándole el ojo a Darah—. Lo va a hacer genial.
Yo estaba dolorosamente curiosa acerca de la familia de Nicholas, especialmente cómo no había crecido con sus padres. Había dicho que estaban muertos, ¿pero cuándo habían muerto? ¿Cuántos años tenía él? ¿Los extrañaba? Las preguntas habían estado rondando por mi mente desde la primera vez que me había dicho que estaban muertos. De cualquier manera que sacaras el tema, él no quería hablar sobre ello. Podía respetar eso, viendo cómo yo tenía varias cosas de las que no quería hablar.
—¿Tienes algún consejo para mí, Nicholas? —dijo Darah.
—Sólo habla con John sobre acciones tecnológicas, los crucigramas del The New York Times, bienes raíces, o la Segunda Guerra Mundial y estarás bien.
—Uhh —dijo Darah, el pánico evidente en sus ojos.
—Estoy bromeando. Aunque podrías hablar con él sobre el mercado inmobiliario. Ama las comedias británicas, los Pats, la cocina asiática, y los autos clásicos.
—Oh gracias a Dios. Cocina y autos. Lo tengo. Aunque podría haberme manejado con las acciones.
—Lo vas a hacer genial. No te preocupes demasiado —dijo Mase, revolviendo su cabello.
Los ojos de Nicholas se posaron en mí antes de bajar su voz.
—¿Le has contado sobre Harper? —Como si no pudiera oírlo. Se hallaba parado a medio metro de distancia.
—Por supuesto.
Darah, Mase y Nicholas me miraron a mí. Pareciera como si yo fuera la extraña.
—¿Quién es Harper? —dije, preguntando lo obvio.
—Mi hermana. Tiene parálisis cerebral por una caída que tuvo de bebé. No es la gran cosa, pero nuestra casa está llena de rampas y equipamiento y esas cosas, así que es mejor preparar a la gente antes de tiempo —dijo Mase.
—¿Cuántos años tiene?
—Siete —dijo Mase. Podía sentir a Nicholas mirando mi rostro, como si estuviera anticipando mi reacción. ¿Cómo pensaba que iba a reaccionar?
—Así que, de todas formas, allí es donde vamos a estar este fin de semana. ¿Te veo mañana? —dijo Mase.
—De acuerdo —dijo Darah, dándole un beso.
Pude oír a Renee rodar los ojos.
—Adiós, Dare.
—Adiós, John.
Mase asintió hacia el resto de nosotros y se fue.
Darah suspiró y se inclinó en la encimera.
—¿John? Guau, creo que eres la primera chica a la que le ha dejado usar su primer nombre. Debes estar haciendo algo bien —dijo él con un guiño.
—Nicholas —dije en un tono de advertencia.
—¿Qué? Eso no fue imbécil. Eso fue juguetón.
Lo señalé y entrecerré los ojos. —Está en la cuerda floja, señor.
—¿De qué están hablando? —dijo Darah.
—Se supone que Nicholas no sea un imbécil por el resto del día.
Ella miró boquiabierta a Nicholas.
—¿En serio? ¿Es eso posible, siquiera?
—¿Soy de verdad un idiota tan grande? —nos preguntó a todas.
—Sí —respondimos al unísono.
************************
—Entonces, ¿puedo ser un imbécil ahora? —dijo a las 10:30.
—Nop. Tienes que terminar la noche. Cuando te despiertes mañana por la mañana, vuelve a tu ser imbécil. Hasta entonces, tienes que ser bueno.
Había sido sorprendentemente bueno, dejándome ir primera a la lluvia, y había colgado nuestras pinturas sopladas en la parte posterior de la puerta. Incluso me había hecho una taza de té y me la trajo. Era como si estuviera adulándome, pero no podía descubrir por qué.
—Ser bueno es aburrido.
—Ser bueno es bueno —dije, sin levantar la mirada de mi E-Reader.
Nicholas estaba ocupado con su guitarra, simplemente tocando cuerdas aleatorias.
—Eso no tiene nada de sentido.
—Entonces, ¿de qué se trata tu reunión con Joe? —Intenté otra vez.
Había estado intentando exprimir en eso, esperando atraparlo con la guardia baja.
—Buen intento, ____(tn). Sólo porque se supone que sea bueno, no significa que voy a ser un sumiso.
—No es ser un sumiso. Es decir la verdad.
—A veces la gente no quiere la verdad. A veces la verdad es peor que una mentira. —Dejó su guitarra a un lado y se metió debajo de las sábanas. En cualquier momento iba a salir el bóxer.
Tenía que estar de acuerdo con él en eso. Habíamos estado haciendo este baile alrededor de nuestros secretos separados, acercándonos y luego alejándonos. No sabía cuál de nosotros iba a dejarlo salir primero.
JAJAJJA
Me matan las canciones del Nicholas!
:aah: :aah: :aah: :aah:
Este hombre es tan genial!
Disfruten del capi chicas!!
Las leo después! *.*
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
holaaaaaaaaaaaaa
nueva lectora reportandose en esta increible novelaaaa ! :D
me llamo cintya... ciin en foro...
creo que es de las mejores adaptaciones en el mundo !
amo como son nick y la rayis...
su relacion es bastante 'especial' jajajajaja...
pleaseeee siiguelaaaaaaaaaaaaaa
nueva lectora reportandose en esta increible novelaaaa ! :D
me llamo cintya... ciin en foro...
creo que es de las mejores adaptaciones en el mundo !
amo como son nick y la rayis...
su relacion es bastante 'especial' jajajajaja...
pleaseeee siiguelaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Tiene que dar un tour con sus canciones!!!!.... y dar autógrafos!!!!!!..... México lo apoya!!!!!....... Jajjaajajajajajajajajajjaajjajajajaja y también voy a usar su palabra imbecilidad!!!!!!!..... Jajajajajajajajajajajajajaja..........siguelaaa poooorfiiiss
chelis
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
awwww me deja sin palabras! :)
Nicholas tus canciones me matan!
Mase me encanta!!
Siguela!!
Nicholas tus canciones me matan!
Mase me encanta!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
estoy aqui de vuelca cariñño
me fascino los capitulos q has colocado
me perdi x unos pocos dias
pero ya estoy de vulta
y queriendo como siempre mas de esta super nove xD
me encntaaaaaaaaa
sigue
me fascino los capitulos q has colocado
me perdi x unos pocos dias
pero ya estoy de vulta
y queriendo como siempre mas de esta super nove xD
me encntaaaaaaaaa
sigue
ElitzJb
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
jajajajajajaja!!sabes que canto ahora cuando lavo los platos???? fregar fregar fregar si fregar fregar fregar sii enserio ya hasta me parece divertido lavarlos gracias al Nicho!jajja ame el cap sigueeeeeeeeeeeeeeeelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
nickelen
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Otrooooo y me encantaría ver a nick hasta en la sopa!!!!!!!..... No me importaría!!!!!... Jajajajajajajajajaja sigues!!!!
chelis
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
hola Valen lachica mala de chile y tuve que crearme está cuenta para poder dejarte el mensaje Asi que siguela xx
Valen Fisher
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Ciin :) escribió:holaaaaaaaaaaaaa
nueva lectora reportandose en esta increible novelaaaa ! :D
me llamo cintya... ciin en foro...
creo que es de las mejores adaptaciones en el mundo !
amo como son nick y la rayis...
su relacion es bastante 'especial' jajajajaja...
pleaseeee siiguelaaaaaaaaaaaaaa
Hola! :3
Primero que nada BIENVENIDA! :hug:
Un gusto leerte por acá Cin! :)
*.* Sip, lo sé, el libro es genial!
JAJAJA siii, tienen una relación de más "Especial"
Nos estamos leyendo!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
chelis escribió:Tiene que dar un tour con sus canciones!!!!.... y dar autógrafos!!!!!!..... México lo apoya!!!!!....... Jajjaajajajajajajajajajjaajjajajajaja y también voy a usar su palabra imbecilidad!!!!!!!..... Jajajajajajajajajajajajajaja..........siguelaaa poooorfiiiss
JAJAJAJAJAJ ya se!
Sería todo un éxito! ;)
Nos estamos leyendo!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
aranzhitha escribió:awwww me deja sin palabras! :)
Nicholas tus canciones me matan!
Mase me encanta!!
Siguela!!
Siiiiiiiiiii!
El Nicholas es ta hgffhfaj
PERFECTO! :(L):
Los dos son geniales, dejarán de ser familia! *.*
Nos estamos leyendo!
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
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