They don’t know about us (HARRY STYLES Y TU)

-No entiendo por qué vas a salir con él-Sentenció con enojo.

Suspiré nuevamente mientras trataba de arreglarme. La idea de salir con Niall no le había agradado pero no había nada que yo pudiera hacer, no podía decirle que no después de no haberlo visto en las últimas semanas.

-Es mi amigo Hazza-Repetí con cansancio.

Bufó pero no dijo nada más. Me moría de ganas porque ya fuera mañana y poder tenerlo frente a frente. Habíamos hablado todo el día pero no era lo mismo. Terminé de cambiarme y peinarme mientras hablábamos de otras cosas.

-Ya debo irme-Dije cuando escuché la bocina del auto de Niall-Te quiero.
-Yo también te quiero-Contestó.

Podía percibir el tono de resignación en su voz. Tomé mi bolso y revisé superficialmente que no me hiciera falta nada.

-Mañana a ésta hora ya estarás acá-Murmuré con anhelo al mismo tiempo que bajaba las escaleras.
-En medio de tus piernas, espero.

Detuve mis pasos bruscamente y un sonido de desaprobación salió de mi boca. Harry a veces podía ser tan hombre.

-Ugh idiota-Hablé con fastidio y él estalló en risas.
-Te quiero. Hazme saber cuándo llegues a casa y no dudes en llamarme si necesitas algo.

Niall me abrazó apenas llegué a su lado. Hacía bastante que no lo veía. Condujo hasta una cafetería que frecuentábamos muy a menudo, hicimos nuestras órdenes de siempre y hablamos de cualquier cosa. Me contó cómo iba con la Universidad y yo sobre el colegio y de lo feliz que estaba porque sólo me hacía falta un año para graduarme. Por alguna estúpida razón, le dije que Harry vendría de visita y su emoción por volverlo a ver después de tantos años fue evidente.

Había pasado una buena noche con mi amigo pero en cuanto llegué a casa, de nuevo llamé a Harry. Ya lo extrañaba. Hablamos por un rato hasta que el sueño nos asaltó. Me quedé dormida con una sonrisa en mi rostro sabiendo que cuando despertara estaría más cerca de verlo.  

************************

Me empiné nuevamente para ver mejor cuando otro grupo de personas atravesaron las puertas del aeropuerto. Había un guardia de seguridad que impedía el paso de personas diferentes a los pasajeros. En cualquier momento Harry atravesaría por esa puerta, me había escrito que ya había llegado y que iría por las maletas.

-Ahí viene-Dijo Trey a mi lado.

Divisé a Harry. Sus rizos estaban escondidos en un gorro azul y si es que era posible, se veía incluso más guapo que hace dos días. Sonreí ampliamente y corrí hacia él.

-¡Hazza!-Me colgué de su cuello y dejé un sonoro beso en su mejilla.

Rio sorprendido y soltó su equipaje para poder agarrarme de la cintura. Dijo algo que no alcancé a entender. Me separé recordando que mi hermano estaba cerca.

-Hey bro-Exclamó Trey y le dio un golpe en la espalda como saludo. ¡Hombres!

En ese momento fui consciente de la peli roja a su lado. Fruncí el ceño mirando como ella le sonreía estúpidamente y se despedía. Le ofrecí una sonrisa falsa cuando su mirada cayó en mí.

-Adiós Harry, fue un placer conocerte-Dijo con obvio coqueteo-Tienes mi número.

Le guiñó un ojo y se fue tambaleando las caderas. Se veía mayor incluso para él. Debía tener entre 22 y 25 años.

-Wow ¿Te tiraste a esa chica en el avión?-Cuestionó Trey mientras caminábamos hacia el auto y me sentí tan incómoda que no aparté la mirada del suelo ni por un segundo-Tápate los oídos ___________.

El frio de invierno se coló en mi cuerpo y crucé los brazos a la altura de mi pecho.

-Claro que no Trey-Respondió Harry.

Me vi tentada a mirarlo pero me resistí con todas mis fuerzas. Me subí en la parte trasera del auto dejando a los hombres adelante que hablaran cosas de hombres. Recosté la cabeza contra la ventana mirando el exterior. Ni siquiera había podido saludar correctamente a mi novio, pero ya habría tiempo para eso. Me reía silenciosamente y negaba con la cabeza por cada cosa que Trey decía. Hasta lo más normal él lo podía convertir en todo un acontecimiento y hacerlo incluso algo divertido.

Mi celular vibró. Era Harry.

“¿Estás enojada conmigo? Te juro que no le toqué ni un solo cabello”

Sonreí hacia la pantalla, no estaba molesta, estaba feliz porque él había llegado y las tonterías de Trey no arruinarían mi estado de ánimo. Guardé mi celular nuevamente, sin contestar a su mensaje. Luego tendríamos oportunidad para hablar bien.

Mi hermano nos llevó a casa y ayudó a subir las maletas a la habitación de huéspedes. Harry saludó a Rosie que estaba en la cocina y ella se emocionó por volver a verlo después de tantos años. La última vez que él había estado aquí, era tan solo un niño de quince años.

Mamá estaba en el trabajo, apenas y la había visto luego de regresar de Liverpool.

Hablamos en la isla de la cocina con Rosie y Trey. Reímos recordando viejos tiempos. Rosie fue testigo de millones de travesuras de nuestra infancia, travesuras en las cuales Harry también tuvo participación.

Sentía los ojos del rizado sobre mí, de vez en cuando lo miraba y me sonrojaba inmediatamente. En uno de esos intercambios cómplices, giré ruborizada encontrándome con la mirada escaneadora de Rosie. Mi rostro se tornó pálido en un dos por tres y lo bajé evitando sus ojos.

Me enfoqué en mirar a Trey, esforzándome arduamente en mantener los ojos lejos de mi novio.

-Bueno yo los dejo, tengo cosas que hacer-Trey cogió las llaves del auto, Harry y yo lo acompañamos hasta la puerta-Recarga baterías para ésta noche Hazza.

Salió riendo y se fue. Apenas la puerta principal se cerró, tomé la mano de Harry y lo jalé para subir las escaleras. Su cuerpo se ubicó detrás del mío y me rodeó con sus brazos apegándome firmemente a su pecho.

-Te extrañé-Susurró en mi odio causándome cosquillas.

Traté de contener la risa para no llamar la atención de Rosie y me di más prisa por llegar a mi alcoba. La boca de Harry ya había llegado a mi cuello cuando estuvimos frente a la puerta, con torpeza giré la manija y entramos cerrando con seguro a nuestras espaldas.

Me colgué de su cuello empinándome para alcanzar mayor altura, él se inclinó hacia mí y me besó. Se sentía como si hubieran pasado años desde la última vez que nos vimos. Su lengua se abrió paso en mi boca apresuradamente.

-¿Qué tal estuvo el viaje?-Pregunté agitada separándome sólo unos cuantos milímetros.
-Estuvo bien.
-¿No quieres descansar un poco?-Volví a hablar bajando las manos para recorrer su firme pecho.
-No-Sentenció-Ahora cállate y bésame.

Me reí fuertemente e hice lo que ordenó. Su lengua acariciaba con urgencia la mía y sus manos ya empezaban su recorrido por mi cuerpo. Llevé las mías hasta sus mejillas y acuné su rostro buscando darle mayor profundidad al beso. Su agarré en mis caderas se hizo más fuerte y me empujó apegándome con fuerza a la pared. Bajó sus labios mordiendo mi mandíbula, hasta llegar a mi cuello. Sus manos bajaron a mi trasero, el cual afirmó con fuerza haciéndome levantar del suelo. Con mis piernas rodeé sus caderas a medida que él se apretaba más a mí. Dejé salir un suave jadeo y automáticamente mordí mi labio inferior para evitar que se escapara otro. Su boca ascendió nuevamente al encuentro con la mía. Su mano izquierda en mi trasero buscando darme mayor soporte, mientras que su compañera se adentró bajo mi blusa. Llegó a mi pecho izquierdo y lo acarició por encima del sostén.

-Harry…-Gemí sobre su boca por el estremecimiento que provocó.

Mordió mi labio inferior mientras seguía acariciándome y se acomodó mejor entre mis piernas. Me aferré con mayor firmeza a sus hombros.

El sonido de la manija de la puerta nos sacó de nuestra burbuja de pasión. Abrí los ojos mirando hacia la puerta, alguien trataba de abrir pero el seguro se lo impedía. Un golpe en la madera vino acompañado de una voz familiar.

-Niña __________-Rosie exclamó al otro lado.

Me revolví en los brazos de Harry para que me soltara y por poco caigo estampada contra el piso. La prueba de nuestro momento de excitación se encontraba en los pantalones de Harry, así que le señalé que se metiera al baño de la alcoba. Rosie no podía verlo así, de ninguna manera. Arreglé un poco mi ropa y mi cabello despeinado y caminé hacia la puerta.

-¿Qué sucede?-Pregunté tiernamente cuando abrí.

Ella frunció el ceño estudiándome fijamente. Me sentí intimidada por su mirada por lo que me di vuelta caminando hacia mi cama como si nada.

-¿El joven Harry está aquí?-Preguntó y pude detectar algo de tensión en su voz.

¡Mierda! Rosie me conocía tan bien.

Tomé el control y prendí la televisión. Me maldije internamente, eso debí hacerlo antes para así poder tener una excusa a cerca de lo que estábamos haciendo. Me obligué a mantener la calma para que mi voz no me delatara.

-Sí, está en el baño-Respondí con falso desinterés.

Me armé de valor y dirigí mi vista hacia ella. Frunció el ceño aún más y sus ojos vagaron hacia la puerta del cuarto de baño. Luego desplazó su mirada a la mía nuevamente, a lo que sonreí con cariño. Ella me devolvió el gesto con una sonrisa un tanto incómoda.

-Venía a preguntarles si deseaban almorzar ya.
-Oh sí, claro Rosie-Exclamé-Ya bajamos. Gracias.

Me dio una última mirada antes de salir de la habitación. Corrí hacia el baño. Harry estaba sentado en el retrete, con la cabeza agachada, sus codos apoyados en sus piernas y sus manos sobre su gorro. Alzó los ojos hacia mí y sonreí divertida por su obvia frustración.

-Ven amor-Estiré mi mano y él la tomo-Vamos a comer.

Me giré para que saliéramos del baño pero Harry me jaló haciendo chocar mi espalda contra su pecho. Deslizó sus manos por mi abdomen y yo apoyé las mías sobre las suyas.

-Es la primera vez que me dices amor-Susurró en mi oído y mordió el lóbulo.  

Me reí. El calor se acumuló en mis mejillas. Empecé a caminar con él todavía abrazándome mientras sus labios descendían hacia mi cuello.

-Ya no más Hazza-Dije girando la cabeza para verlo.

Se carcajeó separándose de mi piel y se inclinó dejando un casto beso en mis labios. Le sonreí como tonta pero su mirada abandonó la mía para enfocarse en algo frente a nosotros.

Giré el rostro y la respiración abandonó mi cuerpo de tan sólo un golpe.

Rosie estaba de pie en mi alcoba, viéndonos con los ojos abiertos a más no poder.