They don’t know about us (HARRY STYLES Y TU)

-Trey dice que pidamos pizza-Comentó Harry luego de terminar de hablar por celular con mi hermano.

Me encontraba acostada en su cama pasando canales sin realmente prestar atención a lo que estaban dando. Mamá seguro llegaría pasada la media noche al igual que lo había hecho los últimos días, de hecho la había visto muy poco desde que habíamos llegado de viaje. Sabía que ella se valía de cualquier excusa que encontrara para estar fuera de nuestra casa, aunque de todas formas no podía culparla demasiados recuerdos para ella se escondían detrás éstas paredes. En ocasiones también me afectaban, en especial si me encontraba sola.

-¿Van a salir más tarde?-Enfoqué mis ojos en él que se encontraba de pie, pasándose las manos por el cabello tratando de dejarlo perfectamente despeinado.
-No lo sé.

Se acercó a la cama y se recostó a mi lado, apoyando la espalda en la cabecera. Me acerqué más a su cuerpo y me apoyé también a su lado en el espaldar. Conocía a Trey y a sus ansias de fiesta, lo más seguro es que quisiera arrastrar a Harry con él.

El rizado pasó su pesado brazo por detrás de mis hombros, apoyé la cabeza en su hombro izquierdo mientras él acariciaba suavemente mi cabello. Apartó la mirada del televisor y la llevó hacia mí, dándome una reluciente sonrisa. Estaba segura de que nunca terminaría de acostumbrarme a él, a su cercanía, a su aroma, a todo de él. Junté nuestros labios en un casto beso y me reí como la tonta en la que me había convertido el último mes. Harry ubicó  su mano en mi mejilla acariciándola levemente y haciendo que mi rostro se acercara más al suyo y nuestros labios se encontraran nuevamente, ésta vez en un beso más largo. Enredé las manos en sus rizos buscando más profundidad, si es que eso era siquiera posible.

Quedé completamente acostada en la cama y Harry se ubicó sobre mí. Sus labios abandonaron los míos pero encontraron mi cuello medio segundo después, los sentía tibios sobre mi piel logrando que un estremecimiento recorriera cada folículo nervioso de mi cuerpo. Su mano se coló por debajo de mi blusa acariciando cuánto pudieran a su paso, mi respiración se hizo aún más pesada cuando ésta bajó peligrosamente por mi abdomen hasta llegar al inicio de mis pantalones. Me mordí el labio inferior esforzándome arduamente en mantener un gemido dentro.

Por poco y olvido como respirar cuando sus dedos empezaron a jugar con el botón de mis jeans tratando de desabrocharlo, finalmente logró su objetivo seguido del sonido de la cremallera descendiendo.

Con los nervios a flor de piel deslicé mis pequeñas manos por debajo de su camisa acariciando su espalda y buscando acercarlo más a mí. Su mano bajó despacio pero segura para adentrarse en mis pantalones, los labios de Harry volvieron a encontrar los míos tratando de absorber mis jadeos que para ese punto ya me eran prácticamente imposibles de contener. La mezcla entre miedo y excitación me hacían realmente difícil actuar de forma coherente.

Los dedos de Harry acariciaron suavemente mi parte baja por encima de mis bragas. Mordí mi labio tan fuerte que casi creí que me había sacado sangre. Me encontraba preparada psicológicamente para su siguiente paso cuando las caricias del rizado cesaron de un momento a otro y quitó su mano de mi parte íntima. Se alejó de mi rostro con una expresión de frustración plasmada en el suyo.

-Creo que lo más prudente sería que nos detuviéramos-Dejó un casto beso en mis labios y se separó de mi cuerpo-Trey viene en camino.

Estaba plenamente segura que la confusión estaba marcada en mi cara, usualmente era yo la que mantenía la razón en situaciones como éstas y me sorprendió que Harry hubiera sido el que enfriara las cosas. El oji verde se sentó en el borde de la cama despeinando su cabello con sus manos y luego llevándolo hacia un lado. Reí mientras lo veía allí sentado, respirando pesadamente, intentando calmarse y calmar a lo que había crecido en sus pantalones.

Me senté en la cama, subí mi cremallera y abroché el botón nuevamente. Luego me desplacé hacia su lado y lo abracé por detrás apoyando mis brazos en sus hombros y entrelazando mis manos a la altura de su pecho. Dejé un largo y mojado beso en la piel debajo de su oído.

-Te quiero-Susurré suavemente y seguí besándolo en el costado de su cuello.

Harry agarró mis manos y se puso de pie bruscamente, tuve que sostenerme con mayor firmeza de su cuerpo para no caer.

-No me tientes-Dijo girándose un poco para alcanzar a verme-Mejor vamos a pedir la pizza de una vez por todas.

Me reí mientras él me cargaba escaleras abajo. Con sus manos sostenía mis piernas que estaban enroscadas en sus caderas, me aferré con fuerza de su cuerpo cuando él empezó a saltar bajando los escalones.

-¡Harry!-Chillé riéndome-¡Bájame!

Soltó una estruendosa carcajada y siguió caminando conmigo a sus espaldas hasta llegar a la cocina, allí me dejó sentada encima de la isla del medio.

-Alcánzame el teléfono-Le dije señalando al aparato que se encontraba sobre la encimera.

Harry fue hasta allí, lo tomó y luego regresó a mi lado.

-Aquí tienes amor-Sonrió, abrió mis piernas y se acomodó en medio de ellas.
-Te vez estúpidamente feliz-Me reí mientras marcaba el número del lugar dónde siempre encargábamos pizza.
-Eso es porque estoy estúpidamente feliz.

Llevé el auricular a mi oreja y me acerqué para besarlo. Acunó mi rostro en sus enormes manos cuando traté de separarme. Su lengua acarició con fervor la mía y sus dientes dieron una suave mordida a mi labio inferior.

Tuve que separarme cuando contestaron del otro lado de la línea, sus labios se dirigieron a la piel sensible de mi cuello provocándome una pequeña risa nerviosa. Muy seguramente el hombre al otro lado del auricular se estaría preguntando el motivo de mi risa. Hice el pedido tratando de no desconcentrarme mucho debido al chico que tenía en frente. Dijeron que en una hora estaba aquí y colgué.

-Tal como lo predije-Susurró ubicando su boca a escasos centímetros de la mía-Aquí estoy. En medio de tus piernas cariño.

Lo empujé y rodeé los ojos. Su agarré en mi espalda baja se hizo más fuerte y me atrajo nuevamente a su duro pecho.

-Eres tan…-Solté un suspiro de frustración al no encontrar las palabras indicadas.
-¿Tan qué?-Susurró contra mis labios semi abiertos.
-Tan…-Hice el intento de hablar nuevamente pero su cálido aliento chocando contra mí me dejó completamente desconcertada.

Unió nuestros labios en un beso apasionado y romántico al mismo tiempo. Me separé agitada tratando de recuperar el aliento. Volví mi mirada a él y sonreí instantáneamente, rodeé su cuello con mis brazos. Me regaló una de sus perfectas sonrisas que por alguna razón me hizo sonrojar. Frotó sus dedos suavemente en la parte ruborizada de mis mejillas y se soltó una risa.

-Creo que podría acostumbrarme muy fácilmente a esto-Murmuró llevando sus manos a mis piernas y recorriendo mis muslos de arriba abajo.

-¿Aún no sabes que harás el próximo año?-Mi curiosidad aumentó significativamente de un momento a otro.

Lo vi dudar mientras me miraba con el ceño fruncido pero le sonreí cariñosamente para que hablara. Yo todavía tenía que soportar un año entero antes de poder graduarme pero él contaba con amplias opciones.

-Apliqué para varias Universidades-Dijo finalmente.
-¿Alguna en Londres?-Tanteé la pregunta no queriendo sonar como la loca ansiosa que realmente era.
-Tal vez-Contestó rodando los ojos con fastidio por mi emoción.

No entendía porque le molestaba hablar sobre eso conmigo pero aun así lo apegué más a mi cuerpo y lo besé con mayor entusiasmo. La idea de Harry viviendo definitivamente en Londres me hacía sentir extasiada, sería perfecto, más que perfecto, seguir con lo nuestro seria mil veces más sencillo. Nuestras lenguas se acariciaban ávidamente.

-De haber sabido que reaccionarías así, te lo hubiera dicho hace tiempo-Se rio y volvió a besarme.

Me alejé para sacarle la lengua y él se carcajeó negando con la cabeza.

El timbre sonó obligándome a salir de los brazos de Harry, bufé con frustración y salté de encima de dónde me encontraba para caminar hacia la entrada. El rizado subió corriendo las escaleras en busca de su celular y yo me dispuse a abrirle a Trey.

Me sorprendí cuando en lugar de mi hermano, encontré a Niall de pie en el umbral sonriendo como siempre lo hacía.

-¡Grify!-Exclamó abrazándome y ganándose una volteada de ojos de mi parte, seguido de una risa.
-¿Qué haces aquí Nialler?-Pregunté educadamente pero confundida por su repentina visita.
-Trey me dijo que me pasara.

Niall rodeó mis hombros con su brazo y cerré la puerta principal para que entráramos. No me esperaba la presencia de mi amigo ésta noche y sin duda alguna podría apostar que Harry tampoco se lo esperaba.  

-¡Oh ahí estás Styles!-Giré la cabeza encontrándome con la mirada fría de Harry al final de las escaleras, observando detenidamente como Niall me tenía abrazada-¡Tanto tiempo!
-Horan-Se limitó a responder él.

Con disimulo me solté, él se acercó a Harry dándole un apretón de manos y un extraño golpe en la espalda. Minutos después el timbre volvió a sonar, corrí hacia la puerta y la abrí dando paso a mi hermano que traía cervezas en sus manos.

-Hola Grify- Rodeé los ojos nuevamente. Trey se acercó y plantó un beso en mi frente.

Los demás chicos lo saludaron y luego caminamos todos juntos hacia la cocina para dejar lo que mi hermano había traído. El brazo de Niall nuevamente fue a parar a mis hombros, jamás me habían molestado sus muestras de afecto, hasta ese momento. De reojo podía ver a Harry con el ceño fruncido.

Me senté en uno de los taburetes de la cocina y mi amigo se ubicó abrazándome por detrás. Me empezaba a sentir verdaderamente incómoda, nunca me había percatado antes de la constante cercanía de Niall. Ellos empezaron a hablar cosas de hombres mientras yo trataba de encontrar la mirada de Harry pero me fue imposible. Sabía que se había enojado.

El timbre sonó por tercera vez esa noche y antes de bajarme de mi silla para ir a abrir, Trey y Niall salieron de golpe de la cocina para ir en busca de la pizza. Salté del taburete y me acerqué a Harry.

-Amor…-Titubeé suavemente no muy segura de su temperamento.
-Si no quieres que le rompa la cara a tu amiguito-Sentenció sombríamente y con su mirada fija en la mía-Haz que sus manos resbaladizas se mantengan lejos de ti.

Asentí inmediatamente. Apoyé mis pequeñas manos en sus caderas y me puse en puntas de pie para poder alcanzar algo de su alta estatura. Con un poco de su ayuda llegué a sus labios y dejé un rápido beso en ellos antes de que los otros chicos entraran nuevamente a la cocina.