They don’t know about us (HARRY STYLES Y TU)

Yacíamos en la cama con las piernas enlazadas, estaba apoyada en su torso delineando con mis dedos los tatuajes en su pecho y abdomen. Nunca había sido amante de los tatuajes pero me gustaba como se veían en él. Todo en él me gustaba.

Y ahora él era mío y yo suya.

Sonreí como tonta ante el pensamiento. Después de tantos años finalmente estábamos oficialmente juntos.

Harry se había quedado dormido hacia un par de minutos atrás así que me junté más a su cuerpo y cerré los ojos aún con una sonrisa en mi rostro.


-Esto definitivamente está para una foto.

Me revolví un poco cuando algo junto a mi empezó a moverse.

-¡Despierten!

Las cobijas fueron apartadas de un tirón dando espacio a un frio agarrotador, me incorporé rápidamente abriendo los ojos confundida para encontrarme a Louis de pie frente a la cama con la boca abierta y su típica mirada burlona.

-Vaya. Parece que no fui el único que tuvo diversión anoche-Una fuerte risa salió de su garganta-¡Zayn ven que tienes que ver esto!

La confusión se fue de mí en cuanto fui consciente de que todavía llevaba puesta la camisa a cuadros de Harry, que me cubría pero no totalmente. La sangre se acumuló en mis mejillas. Torpemente dirigí mis manos hasta los primeros botones tratando de abrocharlos y cubrirme mejor.

Harry se puso de pie de un salto.

-Deja de ser idiota- Exclamó caminando hacia Louis y arrebatándole las cobijas para entregármelas-Cúbrete.

Las tomé y me tapé inmediatamente. Harry estaba sólo en bóxer lo cual hizo que me sonrojara más. En ese momento Zayn entró en la habitación sin camisa y vistiendo únicamente unos pantalones cortos, alzó una ceja al ver al rizado y giró la cabeza hacia mí. Aparté la mirada completamente avergonzada. Si de momentos incómodos se tratara, este definitivamente era el peor.

-¡Lárguense!-Sentenció Harry furibundo empujando a Louis hacia la puerta. En su mirada se veía el enojo.
-Vamos Louis-Dijo Zayn tirando de su amigo y saliendo. Pero no sin antes de cerrar la puerta explotar en risas.

A penas los dos muchachos abandonaron la habitación y Harry puso el seguro, salté de la cama en busca de mi ropa.

-¡Oh Dios!-No sabía ni con qué cara iba a salir de ese cuarto. Alcancé mis jeans que estaban tirados en una esquina y los deslicé por mis piernas. Escaneé el lugar en busca de mi blusa pero no pude encontrarla.
-Relájate amor.

¡Amor! Sólo eso faltó para que un sentimiento de calma se ubicara en donde segundos antes había estado el de vergüenza. Lo miré con ternura pero él apartó la vista velozmente tratando de restarle importancia, yendo hacia los cajones en busca de algo que ponerse. No dije nada para no incomodarlo sin embargo la sonrisa no se apartó de mi rostro.

Revolví las sábanas con la esperanza de que mi blusa estuviera ahí.

-Creo que se quedó en la sala-Giré hacia él, ya tenía puesto su pantalón y deslizaba una camiseta azul que se le ajustaba perfectamente al torso-Quédate aquí. Iré a buscarla.

Me senté en la esquina de la cama esperando por mí ahora novio. ¡Novio! ¡Mi primo era mi novio! Por primera vez el pensar en que éramos familia no me dio miedo, al contrario, me hizo reír como tonta. Ahora debíamos ser más cuidadosos y teníamos que hablar sobre qué pasaría cuando me fuera, pero ya habría tiempo para eso. No estaba dispuesta a romper la magia. ¡De ninguna manera!

No sabría que reacción podría tener la familia si llegara a enterarse. Quizás comprenderían. Quizás no era tan grave después de todo, quiero decir al menos nuestro parentesco no era tan tan tan cercano. Quizás solo necesitaran tiempo para asimilarlo y luego ya todo estaría bien.

O quizás no.

De todos modos no quería averiguarlo todavía.

Harry entró nuevamente con mi blusa en una mano y su celular en otra, tenía el rostro serio y comprimido. Podía adivinar que era porque Louis y Zayn le habían hecho bromas nuevamente. Caminé hacia él estirando la mano para alcanzar mi blusa pero la escondió detrás. Esta vez su rostro tenía una sonrisa torcida.

-Déjamelo a mí.

Guardó el móvil en uno de sus bolsillos traseros y se acercó más, colocando una mano bajo mi barbilla para levantar mi rostro y poder depositar un beso en mis labios. Dejé escapar un suspiro en medio del suave movimiento de nuestras bocas rindiéndome plenamente a él.

Se separó y colocó la blusa sobre su hombro derecho mientras me miraba fijamente, haciéndome sentir hipnotizada por sus preciosos ojos verdes. Sus manos se dirigieron hacia los primeros botones de su camisa que aún cubría mi cuerpo, lentamente comenzó a desabotonarlos. Mi respiración se quedó atascada mientras él continuaba con su tarea y me tocaba levemente a su paso.

En cuanto soltó el último botón se inclinó dejando un casto beso en mi boca. Abrió la blusa y la empujó por mis hombros haciéndola caer. Sus ojos abandonaron los míos para dirigirlos hacia mi torso semi desnudo.

Atrapé mi labio inferior entre los dientes, me sentía expuesta y nerviosa. Pero por extraño que parezca me gustaba, me gustaba que me mirara de esa forma.

Segundos después, segundos que parecieron minutos, tomó la blusa de su hombro.

-Alza los brazos, amor.

Hice lo que me pidió y noté como mordió su labio cuando el movimiento ocasionó que mi pecho se afirmara más. Con cuidado deslizó la blusa por mis brazos y mi cabeza, poniéndola en su lugar.

Sonrió cálidamente y dio un último beso a mis labios antes de apartarse.

-Gracias-Susurré entrecortadamente.
-No tienes que agradecer-Su sonrisa se volvió coqueta-Creo que fue más para mi beneficio que para el tuyo.

Lo golpeé juguetonamente en el pecho tratando de esconder mi sonrojo. Tomó la camisa del suelo y se la puso sin abotonarla dejándola abierta sobre la camiseta que traía ya puesta. Fui hasta mis botas y me calcé. Después me tomó de la mano jalándome hacia su lado, rodeó mis hombros con su brazo derecho y dio un beso en mi cabeza antes de abrir la puerta.

Podía escuchar las voces provenientes más allá del pasillo y el sonido de la televisión.

-Uhm ¿Puedo entrar al baño primero?-Pregunté deteniendo el paso.
-Claro-Nos cambió de dirección guiándome hacia una puerta al final del pasillo-Te esperare aquí.

Tranqué la puerta dirigiéndome de un salto hasta el espejo. El reflejo de una perdida chica se hizo presente al otro lado. Tenía el cabello desastroso y el maquillaje un poco corrido. Tomé papel de baño mojándolo levemente  y lo pasé por los lugares en los que había maquillaje que en primer lugar no debería estar ahí. Lavé mi rostro tratando de despejarme y lavé mi boca.

Fruncí el ceño a medida que me acercaba más a mi propio reflejo, tenía los labios terriblemente rojos e hinchados y como si no fuera suficiente también tenía una pequeña pero notable herida en el labio inferior causada por los dientes de Harry.

No se cómo no me había dolido cuando me beso hacia un rato, su sola presencia me anestesiaba. Por más cursi y tonto que eso sonara.

Solté un suspiro y peiné mi largo cabello con los dedos antes de tomarlo y atarlo con una liga que traía en la muñeca. Giré un poco cuando otra cosa llamó mi atención, nuevamente me acerqué al espejo para ver mejor y descubrí dos hematomas, no muy grandes, en el lado izquierdo de mi cuello y uno al lado derecho. Me vi obligada a soltarme el cabello nuevamente para acomodarlo sobre mis hombros tratando de cubrir las marcas que él había dejado.

En cuanto terminé salí del baño encontrándome con Harry nuevamente. Estaba algo irritada.

-¿Qué pasa?-Preguntó al ver mi expresión.
-Pasa que me dejaste marcada por todos lados-Solté exasperada.

Su mirada se tornó confundida pero segundos después una sonrisa se prolongó en sus labios. Se acercó y se inclinó hacia abajo retirando mi cabello en busca de los chupones. Se rio levemente cuando los encontró pero no era una risa de burla, era de orgullo. ¡Estúpido!

-Bueno…eres mía-Dijo con suficiencia a modo de explicación.

Beso cada marca y ubicó su brazo sobre mis hombros nuevamente para llevarme hasta la sala. Pero no se lo permití.

-Espera-Alcé la vista hacia su cuello buscando en ambos lados pero nada, suspiré con fastidio-¡No es justo!

Dejó salir una carcajada divertido por mi mal humor.

-Eso no me hace menos tuyo-Me abrazó de nuevo haciéndome caminar finalmente-La próxima vez puedes marcarme…donde quieras-Susurró en mi oído.

Los vellos de mi nuca se erizaron pero puse los ojos en blanco negándome a sus encantos y a la anticipación de que abría una próxima vez.  

El olor a café inundó mis fosas nasales entre más nos acercábamos al salón. Zayn estaba acostado en el sofá con una cobija encima mientras veía televisión. Louis salió de la cocina con una taza en las manos, nos vio con una sonrisa burlona pero no dijo nada, después se sentó en una silla junto al sofá.

-Nos vamos-Dijo Harry agarrando las llaves de la camioneta que se encontraban sobre la mesa y tomando mi mano.
-¿No van a comer antes?-Preguntó el moreno alzando su perezosa mirada hasta nosotros.
-Tomaremos algo por el camino-Respondió Harry cortante dejándoles en claro que no se encontraba de humor para más chistes sobre nosotros.
-Bueno adiós entonces. Nos vemos luego-Se despidió Zayn sonriéndonos amistosamente.

No me di cuenta a qué hora llegaron anoche, o esta madrugada, pero no se veían tan fatal como creí que estarían después de una noche de fiesta.

-Vale-Se limitó a responder el oji verde al mismo tiempo que tiraba de mí.
-Chao chicos-Agité la mano sonriéndoles con timidez.
-¡Chao ________!-Habló Louis-Espero que hayas pasado una muy placentera noche aquí. Aunque estoy casi seguro de que así fue.

Mis mejillas se tornaron escandalosamente rojas. Quería defenderme y decirles que no había pasado ni la mitad de lo que ellos muy seguramente estaban pensando pero no dije nada. Harry apretó fuertemente mi mano girándose hacia su amigo con una mirada de mortal enojo.

-¡Vete a la mierda imbécil!-Gruñó-Déjala en paz.
-Wow cálmate amigo. Estoy bromeando. Sabes que es broma ¿Cierto ________?

Le di una sonrisa incómoda como respuesta para luego ser jalada por Harry. Agité mi mano nuevamente mirando hacia atrás a los dos chicos en la sala y ellos sonrieron en respuesta.

Nos dirigimos en silencio hasta el ascensor donde me abracé a Harry tratando de espantar su irritación. Me sonrió y me estrechó en sus brazos.

En la recepción del edificio estaba un celador diferente al de la noche anterior, saludó a mi acompañante dirigiéndose a él como “Sr. Styles” y luego abrió la puerta despidiéndonos cortésmente.

Harry fue hasta la puerta de copiloto abriéndola para mí. Se subió a su lado y al segundo de arrancar la camioneta, encendí la calefacción.

-Mamá llamó-Habló sin quitar la mirada de la carretera-Al parecer tu mamá estaba muy preocupada por ti. Pero ya hablé con mi madre  para que la calmara.

Abrí los ojos. Me había olvidado completamente de la mujer que me dio la vida. Ella no me ponía problema para salir siempre y cuando le dijera dónde estaría, de lo contrario enloquecía completamente.

-Le dije que me había pasado con los tragos y no podía manejar de vuelta-Continuó hablando-Y que nos habíamos quedado dormidos.

Asentí complacida por su excusa.

Íbamos en medio de sonrisas y besos robados en cada semáforo. Se bajó en un Starbucks para comprar rápidamente algo de desayuno, lo esperé en el auto y luego comimos escuchando la radio mañanera. No era tan tarde como creía que sería.