They don’t know about us (HARRY STYLES Y TU)

-Jodida mierda, me voy a morir-Se quejó Trey nuevamente.

Desde que nos habíamos sentado a ver la película no dejaba de quejarse del dolor. Cada vez que recordaba lo ocurrido me reía mentalmente para no enojar a mi hermano más de lo que ya estaba.

Ese día en la tarde habíamos ido a una pista de hielo, todos sin excepción entramos a patinar y la verdad me esperaba que mi madre fuera la que terminara lesionada, no Trey. Tratando de demostrar a un grupo de chicas sus inexistentes habilidades artísticas con el patinaje, se fue de culo golpeándose fuertemente y lastimándose la cadera. Todos en el lugar rompieron en risas, algunos más disimulados que otros. Él también rio tratando de esconder la vergüenza pero ésta se reflejó en sus mejillas que tomaron un color rojo. En cuanto trató de ponerse de pie no fue capaz ya que el dolor se lo impidió, de inmediato uno de los trabajadores del sitio se acercó y con ayuda de otros lo sacaron de la pista brindándole los cuidados necesarios. Me preocupé bastante pensando que podría haber sido un golpe grave, pero cuando el auxiliar de la pista de hielo dijo que todo estaba en orden no pude aguantar más la risa. Trey se enojó, tanto conmigo como con el resto de nuestra familia que también se burlaban un poco. Le recomendaron aplicarse una crema para disminuir la hinchazón y no hacer fuerzas hasta que el dolor disminuyera.

-Eso te pasa por tratar de lucirte-Dijo Harry medio riendo.

Mi hermano estaba acostado en el mueble de la sala mientras que el rizado y yo yacíamos sentados en la alfombra comiendo pizza y viendo una película. Des estaba cabeceando en el otro sofá y mamá y mi tía se encontraban sentadas en unas sillas individuales, también comiendo pizza.

-Imbécil-Susurró Trey.
-Tienes que mejorarte para el viaje-Habló mi madre.

Ya se acercaba la hora de partir a casa, mamá tenía que hacerse cargo de la empresa nuevamente ya que algunos pequeños problemas se habían presentado en su ausencia.

En poco tiempo seria Diciembre, mi época favorita del año. Yo era la encargada de la decoración navideña de mi casa, todos los años la hacía con la ayuda de mi mejor amiga y éste no sería la excepción.

En los últimos días había hablado frecuentemente con ella, sin mencionar claro está, nada de lo que pasaba con Harry. No sabía todavía si al llegar a casa se lo contaría o simplemente haría como si nada hubiera pasado.

Probablemente se lo diría, no se me daba muy bien decir mentiras a mi amiga y la conocía lo suficiente como para saber que insistiría como loca hasta saber que tal habían estado las vacaciones.

Harry y yo no habíamos hablado nada de mi regreso, yo no lo mencionaba y él tampoco.

-Bueno yo me voy a acostar ya, hasta mañana-Se despidió mamá colocándose de pie y saliendo del salón.
Anne levantó a Des que estaba medio dormido y los dos partieron a dormir también. Sólo quedamos Trey, Harry y yo.
-Los chicos quieren que hagamos algo esta noche-Avisó Harry.
-¡Yo paso!-Contestó Trey.
-Obviamente-Susurré pero él alcanzo a escucharme dándome una mirada enojada. Reí por lo sensible que era, estaba segura que cuando se aliviara se reiría de lo que había pasado.

Mi hermano se quedó en la casa reposando, Harry y yo nos fuimos en su camioneta hacia donde Zayn y Louis nos estaban esperando. Todo el trayecto lo pasamos hablando y riendo, él no perdía oportunidad de acercarse a mí cuando había un semáforo y darme pequeños besos. No me gustaba para nada la sonrisa de estúpida que muy probablemente tenía pegada en la cara, pero era imposible quitármela cuando estábamos juntos. Disfrutaba mucho de su compañía y no quería ni pensar en cómo sería cuando nos alejáramos de nuevo, yo no quería pero al parecer mi mente tenía vida propia ya que no dejaba de darle vueltas al asunto. Posiblemente él volvería a sus andanzas con sus tantas “amigas” mientras yo… bueno yo tenía a Sam, Niall y mis libros.

Desde la última vez que había visto a Harry no había tenido nada con ningún otro chico, y no es como si no lo hubiera intentado porque en realidad si lo había hecho. Simplemente no podía. Algo dentro de mí me lo impedía, y no sabía con exactitud que era ese algo.

Llegamos a un alto edificio blanco. El portero parecía conocer a Harry porque lo saludó amablemente y nos dejó pasar sin ser anunciados. Nos subimos al ascensor, él oprimió el número 9 del tablero, las puertas se cerraron y empezamos a subir.

El rizado se apoyó contra la pared del ascensor tomando mi mano derecha logrando arrastrarme hacia él. Con mis brazos abracé su cuello, me paré en la punta de sus botas cafés para así empinarme y alcanzar un poco más de altura. Él me abrazó por la cintura y se inclinó para besarme. Sus suaves labios sobre los míos. En las últimas semanas me había acostumbrado tanto a esa sensación que sería extraño no sentirla de nuevo.

Quería seguir sintiéndola.

Su lengua no se demoró en adentrarse en mi boca tomándose su tiempo mientras acariciaba la mía. Tomó mi labio inferior entre sus dientes tirando de él suavemente. Un pitido sonó avisando que ya estábamos en nuestro destino y las puertas se abrieron.

Nos separamos y salimos de la caja metálica, Harry tomó mi mano derecha y entrelazó nuestros dedos mientras caminábamos por un pasillo hasta llegar a una puerta de madera café oscuro. Me quedé esperando que timbrara o en su defecto que golpeara la puerta, pero en lugar de eso sacó un juego de llaves de su bolsillo delantero y las deslizó por la perilla de la puerta. Mantuvo la puerta abierta para que yo pasara, lo hice con el ceño fruncido debido a la sorpresa.

Había una pequeña mesa en dónde se suponía era el comedor, un gran sofá puesto frente a un televisor pantalla plana en el área de la sala y sobre él, dos chicos sentados viendo la pantalla. Se giraron a mirarnos y nos saludaron. Un particular olor a cigarrillo se introdujo por mis fosas nasales, este definitivamente era un apartamento de hombres.

Fui junto con Harry hacia la cocina, me ofreció algo de tomar pero solo pedí agua. Había muchas botellas vacías en el mesón y otras llenas en los estantes. Harry abrió la nevera y sacó una cerveza del refrigerador.

-¿Por qué tienes llaves?-Pregunté finalmente con curiosidad.
-Vivo aquí-Dijo despreocupado después de tomar un largo sorbo de la botella.

Lo miré esperando que continuara, pero no lo hizo. Casi podría apostar que llevaba un enorme signo de interrogación pegado en mi cara pero él siguió tomando y viéndome como si nada.

-¿A qué te refieres?
-Vivo aquí-Repitió de nuevo, levante una ceja mirándolo con fastidio a lo cual él rio un poco-Los tres compartimos este departamento desde que regresamos de Nueva York.

No tenía ni la menor idea de eso. Mis tíos nunca lo habían mencionado y mucho menos Harry. Sabía lo de su viaje a Nueva York, qué vivieron los tres juntos allá y qué había estado trabajando para una empresa de edición o algo así. De hecho no me había contado muchos detalles de su año en Estados Unidos, según él nada extraordinario digno de ser mencionado había pasado.

En ese momento me encontré curiosa por saber que haría él el próximo año, si iría a la Universidad o buscaría un empleo. Y lo más importante, si pensaba quedarse en Liverpool o mudarse a otro lugar.

Estaba a punto de preguntarle pero nos vimos interrumpidos por un grito proveniente de la sala.

-¡Harry ya suéltala y vengan a hacernos compañía!-Era la voz del oji azul seguida de la risa del moreno.

Mis mejillas se ruborizaron completamente, Harry soltó una fuerte carcajada mientras que yo por mi parte reí con timidez. Salimos juntos hacia la sala y nos sentamos a ver una película.

Yo estaba totalmente inmersa en la trama de la película pero los chicos junto a mí lo único que hacían era hablar y reír. Los regañaba de vez en cuándo mandándolos a callar pero hacían caso omiso a mis peticiones.

La película terminó y me sentí totalmente decepcionada por el final.

-¿Otra cerveza?-Preguntó Zayn poniéndose de pie y mirando hacia Harry.

Cuando vi al rizado asentir el malestar se filtró en mi cuerpo. Ya se había tomado dos cervezas y para mí, eso era más que suficiente. No quería inmiscuirme en sus asuntos pero me vi obligada a hacerlo.

-Tienes que manejar-Fue lo único que dije, acompañado de una mirada de reproche.

Su expresión se tornó un tanto enojada pero aun así le dijo a Zayn que no, que ya había tenido suficiente por esta noche. Sonreí victoriosa hacia él pero me contestó con una mueca de irritación. Muy probablemente no estaba acostumbrado a alguien recordándole los peligros que había si se excedía con el alcohol.

-¡Uh Styles!-Exclamó Louis con una mueca de pura diversión estando de pie frente a nosotros-¿Desde cuándo dejas que una chica te diga qué hacer?
-Cállate imbécil-Respondió con agresividad.

La diversión en el rostro de Louis se hizo más evidente y dejó salir una fuerte risa.

-Yo solo digo-Levantó las manos con falsa inocencia-Creo que necesito una prima como ________.

Harry se puso furioso mientras que yo me sentí un poco incómoda.

-Hijo de puta-Replicó-Solo cállate ¿Si?

Zayn llegó nuevamente con dos botellas en la mano, le alcanzó una a Louis y destapó la otra cubriendo la boquilla con sus labios.

-No le hagan caso a éste idiota-Dijo el moreno rodeando a Louis por los hombros-Es el alcohol el que les habla.

Nos quedamos un rato más simulando que veíamos la televisión, Louis ya estaba algo descoordinado, incluso antes de que llegáramos ellos habían estado tomando. El alcohol también hacia su efecto en Zayn pero no era tan notable. Sin embargo, aun así estaban haciendo planes para ir a un club en el que sólo aplicaba la restricción de ser mayor de 18 años, no de 21. Un amigo de ellos tres iba a pasar a recogerlos para dirigirse hasta allá. Harry dijo que pasaba del plan porque estaba muy cansado, además yo todavía era menor de edad y no cumplía con el requisito de ingreso.

Después de unos minutos entró una llamada al celular de Zayn, era su amigo avisando que se encontraba abajo. Los dos se colocaron de pie con dificultad y se despidieron para después salir.

-¡Se protegen! ¡¿Bueno?!-Gritó Louis antes de cerrar la puerta, moviendo las cejas de arriba abajo con insinuación.

De inmediato me puse como un tomate, Harry bufó a mi lado. Parecía que su paciencia hacia su amigo medio borracho era nula.

La realización me golpeó inmediatamente, Harry y yo estábamos solos. Realmente no habíamos tenido la oportunidad de estar solos durante estas semanas, siempre estaban mis tíos o mi mamá o mi hermano interrumpiéndonos de alguna forma u otra, era sorprendente cómo siempre inconscientemente encontraban la manera.

No pude controlar los nervios y estos se apoderaron de mi anatomía al ser consciente que por esta vez, sólo éramos él y yo.