They don’t know about us (HARRY STYLES Y TU)

-¡Samantha Rose date prisa!-Grité por décima vez esa mañana.

Era el primer día de colegio y llegaríamos tarde por culpa de mi queridísima mejor amiga que cree que los primeros días son una especie de pasarela de moda o algo así.

Después de quince minutos más, bajó las escaleras usando una mini falda blanca, una blusa azul celeste de tiras y unas sandalias doradas, que de hecho eran mías. Traía el cabello excesivamente liso y se había aplicado más maquillaje de lo normal.

-¡Ya estoy lista!-Exclamó feliz, mientras caminaba hacia mí.
-Te ves bien.
-Gracias-Respondió-Tu deberías hacer el intento.

Volteé los ojos. Por ser el primer día de clases la mayoría de los estudiantes preferían utilizar ropa común en lugar del uniforme, yo por supuesto era parte de la minoría que optaban por el uniforme, como debería ser. Traía puesta la falda corta de cuadros azules, una camisa blanca elegante con cuello, sobre esta, un sweater tejido de color azul manga larga con el escudo del Saint Claude’s College, medias blancas por debajo de la rodilla y zapatos negros.

Tomé mi mochila del sofá y la acomodé en mi hombro lista para irnos hacia el auto donde Robert, el papá de Sam, nos estaba esperando.

Apenas llegamos pude divisar el grupo de nuestros amigos sentados hablando en una jardinera. Nos despedimos y salimos inmediatamente.

-¡Grify! ¡Sam!-Gritó Niall en cuanto nos vio.
-Ignoraré que me has llamado Grify-Dije mientras me acercaba a él y le daba un abrazo.

Junto a Niall estaban Alice, Isabelle, Liam y su novia, Danielle. Hablamos un rato sobre las vacaciones hasta que sonó el timbre avisando el inicio de un nuevo año escolar. Se escuchaban los quejidos de los estudiantes entrando al patio y no pude contener la risa. Niall rodeó mis hombros con su brazo mientras caminábamos hacia nuestro salón.

Niall estaba en último año pero aun así pasaba tiempo con nosotros, se había vuelto uno de mis mejores amigos. Todos menos él, estábamos en el mismo curso. La primera clase del día fue Física, para todos nosotros fue muy cruel saber que por el resto del año tendríamos que empezar la semana con Física. De hecho Liam y Alice eran buenos en la materia, pero simplemente sentían el típico odio por el estudio. Pero yo era una caso diferente, la odiaba y me iba jodidamente mal.

El Sr. Morris aún no había llegado, así que nos sentamos en las mesas de la última fila esperando por él.

La clase no estuvo tan mal, quizás fue por el hecho de que en realidad no hicimos clase. Los estudiantes nuevos y los antiguos nos presentamos, y contamos anécdotas sobre las vacaciones. La mejor experiencia que había tenido fue el viaje a Liverpool, pero claramente no expliqué por qué exactamente. Sam me dio miradas cómplices en cuanto lo mencioné y de inmediato mis mejillas tomaron color.

El resto de clases fue más de lo mismo, presentaciones, risas, historias y demás.

Era la hora del almuerzo, estábamos sentados hablando y comiendo en el comedor del colegio.

-Mira quien viene allí-Exclamó Sam hacia mí.

Automáticamente giré la cabeza para encontrarme con Hayley y su grupo de amigas entrando en el lugar como si fueran las dueñas y amas del universo. Reí por lo ridículas que se veían y giré nuevamente hacia el frente para ver a Sam que también reía e hizo una mueca extraña hacia mí, que me hizo reír aún más.

-¿Así que cómo esta Harry?-Pregunto Niall de repente.

Me atoré un poco por la sorpresa. Había olvidado que Niall conocía a Harry, de hecho fue en su casa en la que nos besamos cuando éramos niños. Por alguna razón me sentí incomoda. Giré hacia Sam y ella estaba tratando de disimular una risa. La miré mal antes de contestar.

-Bi-Bien-Tartamudee dándole una mordida a mi emparedado para evitar decir otra palabra.

Gracias al cielo Niall se entretuvo en otra conversación y no insistió en preguntar por Hazza. Las siguientes horas después del almuerzo pasaron bastante rápido. La mayoría de estudiantes se quedaron en el patio principal hablando de cualquier cosa, mis amigos también lo hicieron pero yo decidí irme a casa.

Tomé un taxi y de inmediato saqué el celular para llamar a Harry y preguntar qué tal había estado su primer día del último año. El móvil timbró tres veces hasta que lo cogieron del otro lado.

-Hola-Contestó el rizado con voz ronca y un poco perdido.
-¿Estabas durmiendo?-Pregunté soltando una risa.
-Amm ¿Qué?-Aclaró la garganta-No, claro que no. Estoy despierto.

Reí más duro por lo desconcertado que sonaba.

-Sí, claro-Susurré divertida-¿Siquiera fuiste a clases?
-Por supuesto que si _________-Dijo obvio-Pero me vine temprano.
-¿Es enserio Styles? Primer día y ya te estas escapando.

Durante las últimas semanas había hablado con él casi todos los días. Me gustaba mucho hacerlo, él siempre buscaba la manera de hacerme reír de cualquier cosa y eso me ayudaba mucho para ignorar los problemas de mis padres. Ellos por su parte ya habían firmado oficialmente el divorcio, mamá se quedó con la casa, dos carros y la empresa a su nombre. Mientras que papá se quedó con otras propiedades que teníamos por fuera y hasta donde estaba enterada planeaba irse de Londres. Desde ese horrible día en que lo sorprendí no volví a verlo de nuevo, y era mejor así.

A pesar de todo lo malo, me hacía feliz tener a Harry apoyándome.

El resto de la semana estuvo bastante bien, los profesores no habían dejado tantas tareas ni trabajos por lo que salimos casi todos los días a cine o a un café a hablar.

Ya era sábado y en la noche sería la fiesta de bienvenida que organiza el colegio todos los años. Tomé una siesta después del almuerzo y me levanté por el molesto sonido del timbre.

Rosie, quién ayudaba con los oficios de la casa se había ido después del almuerzo por lo que estaba sola y por lo tanto tendría que bajar a abrir. Dejé escapar un fuerte bufido poniéndome de pie y bajando las escaleras.

Al otro lado de la puerta se encontraba Niall viéndome con una enorme sonrisa. Subimos a mi habitación y hablamos un rato antes de que yo fuera a arreglarme, pasar tiempo con él era fácil, siempre teníamos algo de qué hablar por lo que no habían esos horribles silencios incómodos, de verdad disfrutaba pasar tiempo con él.

Había optado por utilizar un vestido gris sencillo y tacones negros. Tomé las cosas que necesitaba y las lleve al baño para tomar una ducha, dejando a Niall en mi cama viendo televisión.

Luego de vestirme apliqué un poco de maquillaje en mi rostro, dejé mi cabello suelto y salí a la habitación, Niall dio su visto bueno de mi atuendo y yo reí. Me dirigí hasta el tocador tomando mi loción y aplicando sólo un poco.

Escogí una blazer negro, un bolso en el cuál guarde las cosas necesarias y ya estaba lista.

Niall se pusó de pie apagando el televisor e hizo una reverencia para que yo saliera primero, caminé por delante de él riendo por lo payaso que podía llegar a ser a veces. Estábamos a punto de bajar las escaleras cuando me di cuenta que algo me hacía falta.

-Dame un segundo. Olvidé mi celular-Exclamé hacia mi amigo.

Iba a caminar de regreso a mi habitación cuando Niall me detuvo.

-Casi lo olvido. Tu primo te llamó.
-¿Qué primo?- dije frunciendo el ceño.
-Harry.

Inmediatamente mis ojos se abrieron mientras lo miraba con confusión. A veces realmente olvidaba el hecho de que Harry era mi primo.

-¿Qué dijo?-Pregunté dudando.
-Lo saludé, preguntó por ti y le dije que estabas en la ducha-Mis ojos se abrieron mucho más si es que acaso eso era posible-Y ya, dijo que debía irse. Sonaba molesto.
-Oh Dios mío-Susurré para mí misma-Iré a llamarlo. Espérame en el carro, por favor. No me demoro.

Niall asintió y bajo las escaleras, después de comprobar que había salido de la casa corrí hacia mi alcoba para encontrar el celular. Al encontrarlo llamé a Harry. No contestó. Insistí y finalmente lo hizo a la cuarta llamada.

-Hola.
-Hola Hazza-Dije apretando los ojos y simulando que nada había pasado-¿Me llamaste?
-Sí. Lo hice-Dijo con un tono fuerte-Pero al parecer estabas ocupada.
-Amm si, estaba arreglándome-Dije torpemente arrastrando las palabras-Verás, esta noche…
-No quiero saberlo-Me interrumpió.

¡Mierda! ¿Estaba enojado? No, él no podía enojarse. Estábamos bien, muy bien, no podía enojarse conmigo por una tontería.

-Niall fue quién te contestó-Dije nerviosa-¿Recuerdas a Niall?
-Sí, lo recuerdo-se limitó a decir.
-¿Estás enojado conmigo?
-Furioso-Su tono frio se intensificó y me maldije internamente.
-No tienes por qué…-Traté de explicarme pero él me interrumpió nuevamente.
-¿Sabes? Si no querías estar conmigo por qué estas con ese imbécil solo tenías que haberlo dicho.
-No. Nada de eso, no estoy con él-Me apresuré a responder-Enserio.

El no dijo nada y casi hubiera creído que me había colgado de no ser porque escuchaba su fuerte respiración del otro lado. No dijo nada por lo que decidí continuar hablando.

-Mira, hay una fiesta de bienvenida del colegio esta noche…él vino a buscarme y…y ya, me esperó mientras me arreglaba y eso es todo. Lo prometo.

Él continuó en silencio. Era tonto que yo le estuviera dando explicaciones cuando claramente no tendría que hacerlo. No tenía, pero quería. Quería dárselas. Y eso era aún más tonto.

-¿Enserio?-Susurró finalmente.
-Enserio-Afirmé asintiendo con la cabeza, algo estúpido, considerando que él no podía verme.
-¿Y por qué tiene que ir a buscarte ese idiota?
-No le digas así-Defendí a Niall-Es mi amigo y te recuerdo que era tu amigo también.
-Como sea-Refunfuñó con claro fastidio.
-Mamá no está, él tiene un auto, se ofreció a llevarme, eso es todo.
-Bueno-Dijo después de unos segundos de pensarlo-Bueno.
-Tengo que irme-Susurré-Ya no estás enojado ¿cierto?
-Estaba furioso y no, ya no lo estoy tanto.

Un suspiro de alivio salió de lo más profundo de mi pecho y una sonrisa se curvó por mis labios.

-Vale, debo irme-Dije bajando las escaleras-No hagas nada estúpido.

Esto último se escapó de mi boca, tan rápido que no pude detenerlo. Apreté los ojos y me reñí por lo estúpida que era y por la boca tan suelta que poseía. No tenía que decirle a Harry cómo comportarse, pero quería.

Luego recordé que de hecho él me había dicho que quería cambiar así que yo estaba en todo mi deber de persuadirlo de hacer idioteces.

-¿Nada estúpido como qué? –Preguntó con un tono divertido.
-Sabes de lo que hablo.
-¿Oh te refieres a que no me emborrache? ¿O que no me folle a alguna zorra?-Un jadeo de sorpresa salió de mi boca por sus palabras.
-¡Harry!-Di un pequeño gritico.
-Estoy bromeando-Dijo riendo-Estoy bromeando.
-Cerdo-Susurré pero sabía que él había alcanzado a escucharme.
-Vale, vale no te enojes-Continuó riéndose-Te prometo que no hare ninguna estupidez.
-Eso espero-Dije con una sonrisa.
-Tú tampoco hagas nada estúpido.
-Sabes que no lo haré-Respondí un tanto ofendida.
-¿Cualquier cosa me llamas vale?-Yo asentí con mi cabeza en un momento de no mucha inteligencia, él no podía verme-Y apenas estés de vuelta en casa también.
-Lo haré.
-Cuídate.
-Lo haré. Tú también.

Él suspiró un momento sin decir nada y yo detuve mis pasos por su silencio.

-Adiós-Dijo finalmente.
-Adiós. Te quiero Hazza.
-Yo también te quiero.

Colgué y comprobando que todo había quedado en orden, salí de casa. Niall estaba esperándome en su auto y después de disculparme por el retraso nos abrimos camino hacia el Saint Claude’s College.

La fiesta estuvo bien, en la medida en que podría estarlo una fiesta de colegio. Algunos estudiantes habían podido camuflar algo de alcohol. Una chica de último año, amiga de Niall se había emborrachado de una manera increíble haciendo un espectáculo que ninguno de nosotros jamás podría olvidar. Todos se reían de ella, incluso algunos de los profesores que nos cuidaban y que eran más flexibles.

A las dos de la madrugada decidimos que ya habíamos tenido suficiente. Niall me llevó a casa y luego de comprobar que había entrado, se fue a la suya.

Yo estaba sólo algo mareada, había tomado un poco. Me quité los tacones en cuanto cerré la puerta principal y caminé algo descoordinada hacia el segundo piso con ellos en las manos. Antes de entrar a mí habitación pasé por la de mi madre. Ella se encontraba durmiendo tranquilamente en su cama y no pude evitar sonreír.

Fui hasta mi alcoba, tiré los tacones a un lado de la puerta y caminé hasta el baño. Lavé mi rostro, mis dientes y amarré mi cabello en un moño alto. Caminé de vuelta a la habitación y tomé mi móvil. Era muy tarde, no quería molestar a Harry por lo que simplemente le mande un mensaje de texto.

“Ya estoy en casa. Sana y salva”

Quité mi vestido y lo tiré en el cesto de la ropa sucia. Caminé hacia mi armario para sacar una pijama y la deslicé sobre mi cuerpo. Me tiré en la cama tomando el control dispuesta a prender la televisión cuando mi celular comenzó a sonar.

Sonreí instantáneamente al ver el, últimamente muy regular, nombre de Harry en la pantalla.

-Hola Hazza-Contesté feliz.
-Hola. ¿Qué tal la fiesta?
-¡Oh excelente!-reí-Tendrías que haber visto…estaba esta chica…demasiado ebria y…
-Espera. ¿Ebria?-Me interrumpió confundido-Creí que era una fiesta de tu colegio.
-Lo era.
-¿Había alcohol?
-Claro que lo había-solté una risa innecesaria-Tú sabes, alguien siempre encuentra la manera.
-¿Estas ebria?-Preguntó de repente, y no pude descifrar el tono con el que lo había hecho.
-No-Respondí obvia-Tomé un poco pero no estoy ebria.
-¿Estas segura?-Insistió de nuevo y yo volteé los ojos.
-Si Harry, estoy segura.

El tiempo estaba pasando demasiado rápido. Harry y yo hablábamos muy poco y cada vez que lo hacíamos él sonaba raro, la distancia empezaba a cobrar factura. Yo culpaba a sus ocupaciones con todos los asuntos de último curso y con las prácticas y juegos de fútbol.

Yo por mi lado estaba asfixiada con el colegio, además había empezado a ayudar a mamá en la empresa por lo que casi no tenía mucho tiempo libre.

Niall también estaba ocupado con sus estudios y con la búsqueda de Universidad y casi no lo veía, ni siquiera en el colegio. Sam estuvo saliendo por un tiempo con un chico, Tom. Estuvieron juntos por casi cuatro meses pero luego terminaron.

Estaba con mamá y Rosie almorzando cuando el timbre nos interrumpió. Me puse de pie antes de que alguna de ellas lo hiciera. Corrí hacia la puerta y al abrirla quede en shock.

-¿Qué haces aquí?

Fue lo primero que salió de mis labios, no pude evitar que mi voz se escuchara tan fría y ruda. Uno no puede luchar contra lo que siente.

-Ho-Hola-Tartamudeó.

Pude notar como dirigía su mirada tras de mí. Automáticamente cerré la puerta un poco para impedirle ver más allá.

-¿Qué quieres Trey?
-Sólo pasaba a saludar hermanita-Volteé los ojos con fastidio-¿Está mamá?
-Sí.

Los dos nos quedamos viéndonos cara a cara sin decir nada. Hasta que después de unos minutos él soltó un risa a la cual yo respondí fulminándolo con los ojos.

-Estás muy hermosa _________-Dijo y pude ver sinceridad en sus ojos-¿Puedo entrar?

Lo miré unos segundos más, analizando su mirada y sus gestos, parecía honesto, no parecía algún tipo de truco. Así que abrí la puerta y me hice a un lado para que él pudiera entrar. Lo hizo y luego de cerrar yo lo seguí.

-¿Quién era ________?

Preguntó mi madre mientras salía del comedor. En cuanto vio a Trey se quedó congelada en su lugar, mirándolo con los ojos abiertos como si fuera una especie de extraterrestre o algo así. Parpadeó un par de veces antes de acercarse un poco más hasta donde nosotros estábamos. No tenía idea de cómo iba a reaccionar ella. Luego de casi un año de no verlo.

Cuando Trey cumplió 18 años papá y mamá estaban con muchos problemas de pareja por lo que él decidió irse a vivir solo para alejarse de todo lo que había en casa. Yo sabía por amigos suyos, que yo también conocía, que a él le encantaba alardear que vivía por su propia cuenta pero eso no era del todo cierto. El departamento se lo regaló mi madre y mi papá le dio el coche, además, papá cada mes le mandaba dinero para su manutención. Era solo un pobre niñito mimado que vivía solo.

Mamá se acercó más a él y lo estrechó en sus brazos, él le regresó el abrazo y yo no supe cómo se suponía que debería sentirme. ¿Feliz, fastidiada, enojada o cómo? Luego de separarse se sonrieron mutuamente y yo volteé la mirada hacia otro lado.

Rosie entró en ese momento y también se sorprendió de verlo ahí, en nuestra sala. Rosie era como parte de la familia, estaba con nosotros desde hacía mucho tiempo. Nos vio crecer.

Ella también se acercó a él y lo abrazó. ¿Qué había mal con esta gente? Pensé. ¿Cómo cedían tan fácilmente a él después de la forma en que se había ido?

Con enojo me di la vuelta, subí las escaleras y me encerré en mi habitación.

Acostada en la cama mirando fijamente el techo me di cuenta que en realidad ni siquiera sabía por qué estaba enojada. Era mi hermano después de todo y al fin y al cabo él se fue sólo porque no quería vivir toda la mierda que pasaba en casa. No podía culparlo por eso.

Bufé enojada conmigo misma por ser tan comprensiva.

Luego de una hora. Alguien tocó la puerta. Giré los ojos pensando en que seguramente sería mamá que vendría a reprenderme por ser grosera y todo lo demás.

Me paré y la abrí colocando en mi rostro lo enojada y fastidiada que estaba. Pero no era mamá. Era Trey. Me di vuelta dejando la puerta abierta para que él entrara.

-¿Qué quieres?-Pregunté sentándome en la orilla de la cama.

Vi como él dudaba si seguir adelante o quedarse simplemente de pie junto a la puerta. Finalmente se decidió por entrar y cerró la puerta detrás de él.

-¿Cómo has estado?
-Bien-Respondí seca.
-Amm-Dudó un poco-¿Y el colegio?
-Bien también.

Unos minutos de silencio nos siguieron. Definitivamente yo no sería quién los acabaría por lo que me limité a sentarme en la cama viendo hacia mis pies. De hecho necesitaba arreglar mis uñas.

-Mira…-Dijo y caminó hacia mí, sentándose a mi lado-Sé que hice mal en irme. Lo siento.

Lo miré con el ceño fruncido por su cercanía. Yo no estaba enojada con él por el simple hecho de haberse ido. Y en ese momento mi ira creció porque él parecía no entenderlo.

-Me fui de la casa así como así y no debí haberlo hecho. Estuvo mal. Fui un tremendo cobarde.

No podría culparlo por querer irse, yo hubiera hecho lo mismo. Siempre había creído que es mejor huir en lugar de enfrentar. Y de hecho a corto plazo lo es. Pero con el paso del tiempo te das cuenta que no es así, encarar los problemas por más hijos de puta que sean, siempre será mejor. Para todos. Habida llegado a esa conclusión los últimos meses. No se puede huir siempre.

Y en este día yo diría lo que tenía que decir, no pensaba guardármelo. Y no pensaba perdonar a Trey, principalmente porque no se estaba disculpando por lo que debería.

-¿Sabes qué?-Dije fuerte y claro, poniéndome de pie frente a él con las manos en las caderas-Ni siquiera lo entiendes.
-¿Entender qué?-Dijo confundido. Tomé en mis pulmones todo el aire que pude.
-No me enojó el que te fueras. De hecho me viene y me va que te hayas ido y nos hayas dejado aquí. Pero… ¿Sabes qué si me enojo?-Pregunté y no le di tiempo para responder-Ni siquiera me enojó. ¡Me dolió!

Bajé mi vista a mis manos. La fuerza con la que estaba hablando se desvanecía poco a poco y sentí mi corazón estrujarse.

-Tú te fuiste, si, lo comprendo-Susurré mirando hacia el suelo-Pero no volviste por mí. Quiero decir…pudiste haber llamado preguntando como estábamos. Sólo tenías que tomar el teléfono, marcar unos cuantos números y listo. Eso era todo. Y no lo hiciste.

Levanté mi rostro y vi como abría la boca para decir algo. Yo levanté mi mano deteniéndolo.

-Tú escapaste pero yo quede en medio de toda la mierda. Y ni siquiera te importó. Yo no te importé.

Los ojos de Trey se fruncieron y se cristalizaron. Él siempre había sido muy sensible y llorón. Al parecer eso no había cambiado. Se puso de pie rápidamente y se acercó a mí estrechándome en sus brazos.

Yo me quede helada, no esperándome eso de parte de él. Tenía los brazos tiesos sin saber si abrazarlo y apartarlo. Desde mi posición pude ver en la pared el cuadro con la foto de la “Familia feliz”. Sonreí y estreché mis brazos a su alrededor. Era mi hermano después de todo. Y yo amaba a mi hermano a pesar de todo.

-Lo siento por haberte abandonado en medio de todo-Susurró en mi oído-Yo me entretuve en otras cosas que no eran nada importante. Tú eras importante. Eres importante. Lo lamento.

Asentí con la cabeza no queriendo decir nada más.