Re: The Heather|NC|One Direction y más|

por Invitado Dom 18 Ago 2013, 3:45 pm

holi.

por **Jaeger.** Dom 18 Ago 2013, 3:50 pm

¿Quién seguia? :c

por **nayeon.** Dom 18 Ago 2013, 4:00 pm

Seguía Juli, :c.

por **Julianne.** Dom 18 Ago 2013, 5:23 pm

Chicas no voy a poder subir por al escuela. Vir perdóname, pero tengo que estudiar demasiado, esta por cerrar el trimestre, y están con todo con los exámenes. MIL DISCULPAS!! Prometo que cuándo sea mi turno, voy a subir un capítulo bueno!!

{PD: cuando termine con todo eso de la escuela, voy a leer los caps, y dejare los comentarios

por **irwin.** Dom 18 Ago 2013, 7:33 pm

.Juli. escribió:Chicas no voy a poder subir por al escuela. Vir perdóname, pero tengo que estudiar demasiado, esta por cerrar el trimestre, y están con todo con los exámenes. MIL DISCULPAS!! Prometo que cuándo sea mi turno, voy a subir un capítulo bueno!!

{PD: cuando termine con todo eso de la escuela, voy a leer los caps, y dejare los comentarios

Oh, Juli, no te preocupes<3 Te comprendo, yo también.____: ~~no se porque no me pondré a estudiar antes para no llegar floja ¬¬~~. Como sea, no te preocupes, te paso el turno<3.
Cami, ha llegado por primera vez tu turno<3.

por **hood.** Lun 19 Ago 2013, 7:08 am

Ay D:
Hoy lo termino y subo aphshssgdgdfs
Hola(?

por **irwin.** Lun 19 Ago 2013, 7:23 am

.Cami. escribió:Ay D:
Hoy lo termino y subo aphshssgdgdfs
Hola(?

Lo esperamos, Camz<3.

por **hood.** Lun 19 Ago 2013, 7:37 pm

Capítulo 14

Bella Tucson.

Caminé despreocupadamente por el parque en el que Liam me había citado mientras leía un poco sobre su vida en el expediente que George nos había dado. No especificaba la razón de la ruptura con su novia por lo que tendría que preguntársela yo misma, el problema era que no tirara en el pasto a llorar por ella cuando lo hiciera.

— Hey —Escuché una voz detrás mío y di la vuelta, encontrándome con él. Lucía mucho más casual que cuando nos presentaron, pero aún mantenía esa faceta de hombre de negocios. Lo único que le faltaba era un maletín — ¿Isabella, cierto?
— Llámame Bella —Le sonreí, mientras estrechaba mi mano con la suya.
— ¿Crees que deberíamos empezar con esto o primero nos conocemos mejor? —Me preguntó él.
— Mejor comencemos —Respondí —. Así que dime, ¿Qué te llevó a contactar a George? —La sonrisa que llevaba plasmada en su cara se convirtió de repente en una mueca un tanto melancólica. Entiendo. Sensible; era su punto débil hablar de ello. Esto sería más difícil de lo que creí.
— Danielle, mi novia, o mejor dicho, ex, simplemente se fue de la casa un día sin una mínima explicación. Habíamos tenido una pelea noches antes, pero según lo que me dijo, todo se había arreglado —Me contestó confundido, con tristeza cargada en su voz. ¿Era una broma? Si había algo que me enseñaron a hacer era a no juzgar a la gente sin conocerla a fondo; pero a simple vista podía verse que era un chico que no tenía nada relacionado con la diversión o el querer pasarla bien. Tampoco me sorprendería si fuese un adicto al trabajo.
— Entonces dices que no sabes porque ella se fue —Comenté—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
— Claro —Asintió.
— ¿Le prestabas atención? Quiero decir, quizás te enfocabas en todo lo que deseabas y la sacabas a ella de ese grupo. Puede que se haya sentido despreciada o algo por el estilo.
— Claro que lo hacía, Danielle era mi vida, y me encargaba de demostrárselo día a día.
— Entonces solo me queda una opción, ¿Cómo era ella? —Cuestioné. No imaginaba una de las típicas plásticas a las que si no les cumplían los caprichos simplemente se largaban. No creía que ese fuera el tipo de chica que podría enamorar tanto a Liam, pero todo puede pasar.
— Ella era sencilla, humilde y espontánea —Comentó lanzando un suspiro, acompañado de una gran sonrisa —, siempre tenía algo para decir que te hacía sonreír, y era imposible aburrirse a su lado.
— Entonces, si la describiera en una palabra podría ser algo así como extrovertida, ¿no? —Liam asintió con el ceño fruncido.
— Lamento decirte que no hay nadie más para culpar de la ruptura eres tú, mi querido amigo —Abrió los ojos de golpe, algo enfadado por mi comentario.
— ¿Disculpa? No creo que fuese un error de mi parte tratarla como se lo merecía —Acotó ofendido.
— Esto no es para que te enojes, Liam. Creo que sabes que tengo el punto aquí, ¿no es cierto? —Negó con su cabeza, sin embargo, proseguí haciéndolo entrar en razón —. Quizás la culpa fue tuya por tomarte tanto tiempo para ella, como tú dices. Podría haber necesitado un respiro, y jamás te lo dijo con la excusa de no lastimarte o hacerte creer que no te quería.
— ¿O sea que, según tú, ella me dejó porque quería una relación más liberal? —Comenzó a caminar hacia los juegos, comprendiendo ya a lo que quería ir. Nos recostamos en unos sube y baja de por allí y dirigió su mirada hacia mí, dándome lugar a proceder.
— Exacto. Si era de las personas que vivían de divertirse o pasar un buen rato, entonces nunca congeniaron perfectamente —Respondí.
— No lo entiendo, siempre estuve ahí para ella, cada vez que me necesitaba ella contaba conmigo.
— No se trata de eso, lo suyo podría haber pasado como una simple amistad. Dicen que las personas diferentes son las más difíciles de separar, pero hay un límite entre esas diferencias y creo que ustedes lo sobrepasaban. Ella quería divertirse y pasarla bien, y tú siempre pensabas en mantener todo en calma y al ras de la línea.
— Lo arruiné todo.
— Claro que no, si no tuvieses ni una mínima oportunidad de recuperarla, yo no estaría aquí —Me levanté y me paré a su lado extendiendo mis manos para subirlo a él. En cuanto lo hizo, comenzamos a caminar hacia su coche. Charlábamos de temas triviales como nuestras relaciones más desastrosas en secundaria o el mal clima de la ciudad hasta que llegamos a la que suponía que era su casa. Mansión, mejor dicho.
— ¿Aquí vives? — Pregunté boquiabierta. Liam rio suavemente ante mi exagerada expresión.
— Sip, aquí vivo — Respondió. Luego de que se bajara del coche, me quedé unos segundos admirando el lugar, parecía que vivía en un palacio, y todo era para él.

Horas después, me encontraba en uno de los sillones con Liam a mi lado, mirábamos una comedia de los 90 y reíamos a cada estupidez que decían. En este tiempo que tuve para conocerlo, descubrí que, a pesar de ser excesivamente serio y un tanto aburrido, cuando entra en confianza llega a soltarse un poco más. Me contó algunas anécdotas de su pasado, como sus problemas de salud o sus años siendo acosado en la secundaria. También me habló sobre su relación con Danielle; según él, se conocieron de casualidad en un café y luego de ese día se hicieron inseparables, por un tiempo fueron mejores amigos, pero de repente su relación se hizo más estrecha y terminaron siendo pareja. Al juzgar por los suspiros que lanzaba o las sonrisas que se le escapaban cuando hablaba, todavía estaba enamorado, como si nada hubiese pasado y siguiera estando con ella, un día común y corriente. Llegó a The Heather gracias a la recomendación de uno de sus amigos, quién había recibido ayuda antes.
Mientras charlábamos, me dedicaba a anotar cada detalle de lo que me decía, para que nada se me pasara y pudiera idear un plan que realmente funcionara. Prefiero no recordar a mi primer cliente, quién creyó que estaba allí para ”satisfacerlo”, pero no del modo en el que recuperara su novia.
Sentí que era tiempo de que me fuera, necesitaba su tiempo a solas y yo no iba a estar encima suyo todo el día.

— Te conté demasiado sobre mí como para que te vayas y me dejes con la intriga —Volví a subir mis piernas al sillón y me senté como indio.
— ¿Qué quieres que te diga? —Cuestioné. Liam se tomó la barbilla y fingió una mueca pensativa, a lo que yo me reí por lo gracioso que parecía.
— No lo sé, cuéntame sobre tu infancia y adolescencia. Te imagino como la típica rebelde que hacía enfadar a sus padres —Soltó una pequeña risa, más yo no me inmuté. Tuve la suerte de tenerlos, por lo menos, por un tiempo, pero no lo disfruté lo suficiente. Su semblante se volvió serio al ver que mis mejillas se tornaron rosadas de repente. Eso sucedía solamente cuando quería llorar e inconscientemente no lo hacía, pero no podía tener más ganas en ese momento. Suspiré pesadamente y me obligué a mí misma ser fuerte como lo había hecho todos estos años. No me derrumbaría ahora y mucho menos en frente de Liam, él no tenía la culpa de nada y no se merecía pasar por esa situación.
— Mis padres murieron en un accidente automovilístico cuando yo tenía quince años —Vi un destello de pena pasar por sus ojos y fue lo que más odie, jamás querría darle lástima a alguien —. Me dejaron a cargo de mi abuela, pero se fue junto a ellos unos años después.
Jamás había hablado de esto con alguien, nunca fui demasiado cercana a una persona y tampoco sabía por qué lo platicaba con Liam. Toda mi vida la pasé por mi propia cuenta y sin ayuda de nadie, y este preciso momento me había ablandado demasiado, tanto que no aguanté y exploté en lágrimas encima de su regazo. Sentí sus manos acariciando mi cabello y murmurando leves "Sh", cada vez que mis gemidos se hacían más grandes.
— ¿Nunca le habías contado esto a nadie, no? —Negué con mi cabeza, pero no pronuncié ni una palabra —. Entiendo. Estás en todo derecho de ponerte así, Bella.
— Esto es vergonzoso —Murmuré contra su hombro.
— Claro que no, todos necesitamos debilitarnos en algún momento —Lo abracé aún más fuerte y el me correspondió. En cuanto me alejé vi que había manchado toda su camisa. Nos reímos al unísono.
— Existe la lavadora.
— Eres un gran chico, Liam. Si yo tuviese a alguien como tú a mi lado, jamás lo dejaría ir —Ambos sonreímos, pero su sonrisa demostraba más calidez—. Y es por eso que le demostraremos a Danielle su error.
Me enderecé y pregunté; — ¿Cuál es el lugar que estás totalmente seguro de que va a diario? —Frunció el ceño, confundido. Al parecer era normal en él, ya que repitió esa acción miles de veces en un rato.
— Solía ir con sus amigas a un pub cercano de aquí.
— Pan comido —Sonreí maliciosamente.

{***}

— ¡Bella! ¿Cuántas veces tendré que decirte que esto no es para mí? —Gritó desesperado.
— ¡Vamos, Liam! ¿Cómo pretender recuperar a tu chica usando las camisas dentro del pantalón y esas ridículas corbatas? —Me miró ofendido, más o cambié mi opinión. Revolee una camisa escocesa, una camiseta blanca, unos jeans azules y un par de Converse a su cama y salí de su habitación — Y más te vale salir de aquí con eso puesto —Lo miré desafiante. Tomé de mi bolso la ropa que usaría. Tuve que pedirle a George algo para ponerme ya que no era demasiado fanática de salir ni mucho menos de usar este tipo de vestimenta. Mi atuendo consistía en un short de tiro alto y una playera de los Stones dentro de este, obligada de usar un par de tacos negros plataforma. Pero que nadie me venga con un vestido ni nada por el estilo. Entré al baño y comencé a vestirme.
Escuché la puerta de la habitación de Liam por lo que supuse que ya había terminado. Sin más, copié su acción. Me quedé sin aire por un segundo al verlo allí parado, pero luego volví a la realidad e intenté hacer un comentario para disimular; — Pareces alguien normal ahora —Soltó una risa, a la que yo correspondí.
— Mejor no hablemos de ti.
— ¿Vamos? —Extendí mi mano.
— Vamos.
Veinte minutos después, llegamos al "cercano" pub al que supuestamente Danielle asistía. Tomé la mano de Liam y nos llevé un poco más lejos.
— ¿Qué pasa? —¿Qué este chico no se cansaba te fruncir el ceño? ¡Terminaría acalambrándose!
— Solo una cosa antes de entrar.
— Claro, solo dime.
— Debemos actuar como novios, una pareja va de la mano, se sonríen, se roban besos, ¿Estás de acuerdo con eso? —Suspiró poco convencido.
— Bien, solo porque eres tú —Lo empujé para entrar, intentando de ignorar su comentario. Fui directamente a la pista de baile y comenzamos a movernos por todo el lugar.
— ¿Estás seguro que era este el lugar, no?
— Claro que sí, más de una vez me hizo traerla —Me encogí de hombros, de todas formas, era lo último que pensaba en este momento. Estaba teniendo un buen rato y no pensaba desperdiciarlo. Choqué con alguien y sentí un líquido caliente recorriendo mi espalda dos segundos después. Dí la vuelta para disculparme, pero la chica se me adelantó.
— ¡Lo siento! —Dijo con una expresión sorprendida— De veras, lo... ¿Liam? —El ya nombrado se quedó en silencio. Oh oh, Danielle hizo acto de presencia. Tomé las manos del castaño y, disimuladamente, las pasé por mi cintura, creando un abrazo.
— ¿Danielle? Wow, había olvidado que venías aquí — La mueca en la cara de la semi-rubia parecía un tanto de decepción —Ehm, Bella, ella es Danielle, mi ex-novia. Danielle, ella es Bella... mi novia.
— Un gusto en conocerte —Me dijo, mas no parecía sentirlo enserio.

por **hood.** Lun 19 Ago 2013, 7:41 pm

Ni siquiera me presento porque creo que ya las conozco a todas(?
Bueno, debería ser mejor para ser el primero, pero no estaba muy segura de qué escribir y se me hace raro narrar sobre ellos conociéndose cuando ustedes van como cuatro rondas ya D: pero prometo que los próximos van a ser mejores lakshdasfj :c
como la otra Cami/yo sería la última de la ronda, le toca a Juli de nuevo o, en todo caso a Vir. Así que espero el cap.
besos<3

por **irwin.** Mar 20 Ago 2013, 11:36 am

omg, Camz, creo que ya lo sabes, pero igual te lo digo :meh: amo como escribís. Me encantó la parte de la fiesta dfelelf y como se presentaron con Danielle :twisted: . Y Liam baba

IOjoidjoejf, me encantó :c. Ahora voy a subir el mio<3
~~que me quedo re largo .__:~~.

por **nayeon.** Mar 20 Ago 2013, 11:38 am

Ya me pongo a leer Cami The Heather|NC|One Direction y más| - Página 18 1857533193

.

por **irwin.** Mar 20 Ago 2013, 11:51 am

Capítulo 015

Luego de aquel -terrible- encuentro con Emily, nos habíamos distanciado un poco. O, por lo menos, lo suficiente como para solo hablar sobre trabajo. Si bien sabía que esa mujer era, según él, el amor de su vida, no comprendía cómo un hombre podía ser tan masoquista como para hacerse daño a sí mismo. Si la chica lo había dejado, era por algo, o por alguien, o porque sí. Quizá tenía una visión sobre Emily completamente errada, y que aquella personalidad que había formado en mi mente sobre ella era producto de la descripción que Niall me había facilitado. Quizá, la muchacha tenía lo suyo, quizá era buena, bondadosa, muy humilde y familiera, entre otras cosas favorables. O, quizá, era una persona fría, egoísta e interesada en ella únicamente. Y aunque no hable mal de nadie, o al menos lo intentaba día a día, me inclinaba más por la segunda Emily.

Observaba el techo. Aún no había hecho la cama y me había tirado por encima de las sábanas, vestida con una mezcla de ropa algo vieja, que utilizaba como pijama. Seguramente, si tuviera a mi madre viviendo junto a mí, me hubiera regañado demasiado por ser “tan perezosa” y hubiéramos terminado en una pequeña pelea. Yo cerrando la puerta con fuerza de un portazo y ella suspirando y bajando las escaleras quejándose.

Suspiré, ahora yo, mientras recordaba los lindos momentos que había pasado junto a ella. Pese a ser una señora amargada por la triste desaparición de su marido, junto a una hija que era mucho más natural de lo que seguramente ella hubiera preferido, se mantenía todo el tiempo de pie. Jamás caía, y si lo hacía, no dudaba en levantarse rápidamente. Las recaídas eran una especie de apoyo moral para ella. Lo que hacían era fortalecerla, y gracias a eso, se convirtió en mi madre. Una señora de cuarenta y cinco años que tuvo a su primera y única hija a los veinticinco, que tuvo que dejar los estudios por esta, pero que la amo. Porque, sí, confiaba en que ella me ama. Tanto como yo a ella.

Me levanté y miré a través de las cortinas como una leve llovizna inundaba el mar, que ya había levantado marea, y se amontonan en gente. Por alguna razón, todos preferían surfear en días de lluvias, y sus familiares venían a alentarlos. Observé algo más lejos como un notero sin camiseta y una malla daba una nota sobre la especie de competencia que hoy por la tarde se daba. Claro, lo había olvidado. No es extraño que olvide esas cosas, claro está, soy Lena, una rubia con pecas que se olvida de todo.

Negué con la cabeza, cerré la ventana de la cual entraba un aire fresco que ya había logrado levantar los vellos de mis brazos, y pasé a ponerme algo más abrigado. Luego, tomé mi teléfono y me senté en el sofá, intentando comunicarme con mi madre. Hacía demasiado tiempo que no hablaba un poco con ella, y ya tenía muchas ganas de contarle sobre el nuevo cliente, que seguramente molestaría por conocerlo, y hablar sobre su vida. Como iba la vida de los demás, mis familiares, y mi primo que se quedaba en la ciudad por una semana y aún no lo había visitado.

Al fín, su voz me sorprendió y me sacó del trance por el que había estado pensando un buen rato:
— ¿Hola, quien habla? — Habló, con clara inseguridad al pronunciar las últimas dos palabras.
— Mamá, soy yo, Lena — Le sonreí a la nada, prácticamente. Me alegraba demasiado hablar con ella, y más en estos días en los que estaba demasiado distanciada del cliente.
— ¡Hija, mi amor! ¿Cómo estás, hermosa? — Respondió con exceso de ternura y alegría en su voz. Gracias a eso, me hizo sonreír aún más.
— Bien, bueno, si, creo que bien. ¿Tu como estás? ¿El primo sigue allí? — Le dije, pero restándole la ternura de ella. Rió un poco y luego volvió a mí, supuse.
— ¿Mal de amores, pequeña? — Rió de nuevo, como si estuviera dando mis primeros pasos. — Sí, él está aquí, ¿quieres que te lo pase? —.
— No, creo que es algo más serio que eso, madre — Suspiré, recordando los enormes luceros azules de Niall, que me miraron directo a mis ojos, haciendo conexión. Al volver al momento, unas inevitables mariposas revolotean en mi estómago, resultando casi doloroso el sentimiento. — No, no te preocupes por él, seguramente los visite hoy por la noche, para la cena. Y llevaré al misterioso señor X.
— Oh, cielo — Se lamentó. — Cuentame.
— Bueno, es el nuevo cliente. El tío George me lo presentó y, oh Dios, madre. Te aseguro que no puedes imaginarte lo que es. — Me sorprendió a mi misma la forma de hablar sobre él. ¿Que me pasaba? Era un simple muchacho, y lo tomaba como algo más que eso. No era un adonis griego, ni tampoco modelo de pasarela, ni menos un lujo. Pero, increíblemente, me resultaba algo más que todo eso. Aunque, aún, no sabía exactamente lo que era.
— Hija, sabes que no estoy de acuerdo con ese trabajo, y que lo respeto por el simple hecho de que a tí te gusta la actuación. Pero no creo que sea lo correcto, si luego deberás... Hum, entregarlo. ¿Entiendes mi punto? Sufrirás, lo se.
— Madre, más que tu nadie me conoce, pero sinceramente, quiero esto. Aunque... Termine — Dije lo último más dolorosamente de lo que hubiera querido que se escuche. La oí mufa, como diciendo “no se puede contigo” y luego de despedirse afectuosamente de mi, y yo de ella, cortó la llamada.

Me quedé un rato más tirada, esperando algo. Pero decidí levantar mi cuerpo y fue cuando observé a lo lejos la llave de la moto. Seguí mirando, como debatiendo si ir o no, y finalmente, decidí que sí. Me levanté completamente, acomodé mi pelo, mi ropa, me puse encima una campera y tomé la billetera, por si acaso, colocándola en uno de los bolsillos de aquel adorable abrigador. Abrí la puerta y en pocos minutos ya me encontraba fuera, manejando la motocicleta. La adrenalina recorría mi cuerpo entero, y sí, era muy divertido manejar ese artefacto. Te lleva hasta la punta del abismo, pero te devuelve nuevamente a tu eje. Era hermoso sentir tu cabello volar por encima de tus hombros, en reacción al aire que chocaba contra tu rostro, suave y afectuosamente.

La ciudad se posó frente a mi vista, y poco tiempo después ya me encontraba frente al gran aviso de “Bienvenido a Los Ángeles”. Respiré profundamente antes de entrar a la ciudad formalmente. Era una especie de éxtasis, como una reacción muy similar a lo que se siente consumir la droga, cuando respiraba el aire natural. La imagen de una poblada ciudad se abrió ante mis ojos, haciéndome sonreír ante tanta gente. Aminore la marcha de la moto y me dirige hasta su casa. Niall debería encontrarse en su apartamento, a juzgar por su humor sin Emily.

Estacioné frente al lujoso edificio en el que Horan vivía y cuando ya le hube puesto seguro al vehículo, le sonreí al amable señor que abría las puertas del edificio y pasé. Fui directo hacia los ascensores, pasé dentro cuando ya hubo llegado y, por suerte, estaba sola.

Pero, ahí fue cuando me puse a pensar en la reacción que tendría Niall al verme. ¿Qué pensará? ¿Creerá que estoy demasiado interesada en él, tanto como para haber llegado hasta allí? Quizá podría inventar alguna excusa, como, no lo sé, ¿el plan? No, definitivamente no. Lo pude haber llamado antes, ¿por qué debía precipitarse tanto y ser tan impulsiva? ¿Por qué no lo pude haber pensado tan solo dos segundos más?
Por instinto giré mi cuerpo hacia el gran espejo de cuerpo entero que se extendía por todo el ascensor. Me miré de arriba a abajo y negué con la cabeza: encima venía mal arreglada. Por ser una puta impulsiva.

Las puertas se abrieron ante mí y se me agitó el corazón al ver a la persona de enfrente. Abrí los ojos, muy grandes, tanto así que él también los abrió. Niall estaba frente a mí, con sus manos posicionadas en los bolsillos y una mirada de extrañés. Esperaba la típica pregunta, como “¿Qué haces aquí?”, pero evidentemente era mucho más caballero y se dedicó a saludarme, con una sonrisa en su rostro.

— Hum... Hola Lena — Supe que quería hacer la pregunta del millón, y esperé paciente, mientras pensaba una excusa muy rápida y mala. — ¿Que haces aquí? —.
— Hum... Hola. Yo... Venía para seguir... Con el plan, ya sabes — Intenté sonreír, pero luego de aquella oración llena de tartamudeo, mis mejillas frías debido al clima de hoy, se tornaron rosadas. — Lo siento, en realidad no es eso. Vine porque hace un rato he hablado con mi madre, y me ha dicho que quiere conocerte, entonces le he dicho que iríamos a cenar a su casa hoy y te conocería pero en serio, no debes hacerlo si no quieres solo ha sido una estupidez... — Hablé demasiado rápido y sin respirar, por lo que él preocupado, me tomó con sus manos el rostro y me hizo mirarlo a los ojos.
— Haber, Lena, sigue mi respiración — Se calló, y dejó que un silencio nos rodeara. Solo escuchaba su fuerte respiración, e intenté seguirla. Minutos después ya estaba respirando normalmente. Le agradecí con una simple sonrisa y él lo entendió. — Ya, ahora, te respondo sintetizando a un simple sí, iré, no debes preocuparte.
— Oh, ¿de veras irás? — Me sorprendió mucho que aceptara. Lo esperaba más bien algo más preocupado. Pero luego entendí que ya había lidiado demasiado tiempo con Emily, no sería nada a comparación de una señora que si respeta a los demás.
— Si, claro, ¿por qué no? Creo que sería agradable conocer tu entorno.
— Creo... Creo que tienes razón — Asentí, confusa.

Poco después se abrieron las puertas, dándonos a conocer el lujoso amueblamiento del edificio en el que Niall vivía. Era enorme y grandioso. Era perfecto, y podía deducir que aquí sí se pasaba bien. La gente parecía muy amable, y era todo muy pasivo. No podía creer cómo era que no me había detenido a observar el ambiente en el que él vivía. Era completamente inútil por mi parte. Se me hubiera hecho mucho más fácil deducir su personalidad, creía.

— ¿En qué has venido? — Comentó sacándome del trance. Lo miré, y comprendí que se refería a cómo había llegado hasta allí.
— En mi moto — Respondí simple. Pero me retracté y expliqué mejor. — Bueno, en realidad, es una moto que alquilo, desde hace mucho tiempo, ya que al vivir fuera de la ciudad y al trabajar aquí se me complicaba demasiado encontrar un bus que me trajera.
— Comprendo — Quedó pensando unos minutos más. — ¿Podemos ir a tu casa?
— Claro que sí, pero... ¿Por qué? — Le formulé confusa. ¿Que tenía de impresionante mi casa? Era una simple cabaña frente al mar. Eso era lo único que destacaba; tenía mucho más cerca el mar.
— Creo que también debería conocerte. Supongo que es una buena forma de empezar.
— Supongo — Respondí simple. Llegamos hasta la moto y se sentó primero, pasandome el casco. Estiró una mano esperando a que le alcanzara las llaves y lo hice, cuando comprendí que quería manejarla.
— ¿Cual es la razón por la que no tienes una moto si sabes conducir?
— En realidad, no se conducir — Pero antes de que le gritara un “¿Que?” ya estábamos en la carretera, a mil por segundo.

No pude evitar agarrarse fuertemente de su torso. El cabello volaba a mi alrededor, y gritaba de emoción y adrenalina. Era el doble de la adrenalina que sentía usualmente. Y era por el simple hecho de las cinco palabras que había pronunciado. “En realidad, no se conducir”.

***

Guiandolo habíamos llegado a la casa. Increíblemente y para ser su primera vez, no creía que condujera tan bien. Supuse que o había aprendido de vista, o jamás había conducido pero le habían explicado como hacerlo.

Me dirije a abrir las cortinas del lugar al darme cuenta de que estaba todo oscuro. Cuando el ambiente ya estuvo lo suficiente iluminado como para no chocarse contra los muebles, dejé de abrir las cortinas: no me gustaba abrirlas todas y prefería dejarlas cerradas por el simple hecho de que tenía un enorme rascacielos, por el cual se veía todo desde la playa hasta aquí, ya que estábamos a tan solo pasos de la arena. Miré al blondo, intentando descubrir qué era lo que hacía. Lo pillé observando con detenimiento las fotografías que se ubican en uno de los tantos muebles, que me gustaba tener. Giró su vista y ahora me descubrió a mí observándose. Me sonrió, intentando con eso decir algo así como “Sigue mirándome, si gustas”, pero luego de eso aparté mi vista completamente, mirando únicamente al espectáculo de surfistas manejando con habilidad la tabla en medio del mar, y disfrutando de las olas. Las bellas, refrescantes y coloridas olas.

— ¿Que hay allí? — Preguntó, acercándose a mí y mirando en mi dirección.
— Desde esta mañana hay un concurso de surf. Creo que es algo... ¿libre? — Aclaré. — No lo sé, creo que aún hay tiempo de inscribirse.
— ¿Sabes surfear? — Preguntó. Atiné a asentir lentamente con la cabeza, mirando con deseo una gran ola que se acercaba, y como un muchacho atacaba contra ella, saliendo ileso de la maniobra. — ¿Y por qué no participas? Sería lindo.
— Porque... Creo que perdí la magia.
— Puedo enseñarte nuevamente, si quieres. — Lo miré. ¿Hablaba en serio? — ¿Qué? Tengo aspecto de no hacer nada en mi vida, pero me gusta el arte y la rebeldía, creo que ya lo sabías.
— Sí, lo sabía, pero... No te veía así. — Lo miré extraño. — Aún así, si quieres enseñarme, no creo tener una malla para tí. — Le dije mientras me dirigía hacia mi armario, en mi habitación.
— En ese caso, el boxer me ayudará, supongo. — Se encogió de hombros, mientras yo asomaba mi vista inclinandome hacia el costado, debido a que me tapaba el gran armario, intentando verlo. Cuando lo logré, reí fuertemente, generando también su risa.
— Anda, sé que no hablas en serio. De todas formas, encontré una malla de... — Dije sonriendo aún más. Aquella malla pertenecía a un ex-novio, que solía surfear todos los días en esa playa, y como vivía cerca decidió dejar una de repuesto. Aún así, cuando terminamos cortó todo vínculo conmigo y dejó de venir a esa playa.
— ¿De quien? — Inquirió curioso, haciendo el que observaba la prenda de ropa, pero mirándome de reojo. Sonreí al recordar que la pasabamos bien. Lamentablemente, terminamos por mi trabajo y un gran malentendido que jamás pudo ser solucionado.
— De mi ex. — Respondí naturalmente. Él me miró, ¿sorprendido? ¿celoso? No, creo que más bien, algo sobreprotector, con una extraña mezcla de celos. — Ya, ¿no puedes creer que tenga novio? No creo ser tan fea. — Le golpeé levemente el brazo, bromeando. Al ver que sonrió, aliviada, caminé hasta mi armario nuevamente y decidí cambiarme. — Me cambiaré aquí, si quieres puedes ir al baño. Está a tu izquierda, es la segunda puerta. — Medio grité, mientras miraba todas mis vestimentas playeras, decidiendo cual usar. Me decidí, al fin, por una bikini rosa, que combinaba con... Nada. Era un absoluto desastre en la moda, estaba dado por hecho.

Me vestí muy rápidamente y salí, sintiéndome desnuda. Él ya estaba vestido y me miraba de arriba a abajo mientras asentía con la cabeza, a probatoriamente. Me sentí avergonzada, demasiado expuesta, por lo que me crucé de brazos. El rubio notó mi acción y se dedicó a apartar su vista de mi cuerpo y juntar su ropa a un costado.

Agarré su camiseta y me la puse encima, ya que había sido lo primero que encontré. Levanté mi vista y me encontré con su espalda. Su desnuda, y amplia espalda, por la que pasaban unos pequeños lunares, blanca y perfecta. Lo admitía, no podía ocultarlo más: Niall era increíblemente hermoso. No podía evitar pensar eso. Sus enormes luceros azules me dejaban sin aliento y su musculatura... Era todo lo que una chica quería desear. Y Emily había tenido la gran suerte de pasar mucho tiempo con él. ¿Qué habrá sido lo que verdaderamente sucedió como para tomarselo tan así? No podía entender qué era lo que los había llevado a tal situación. ¿La pintura? No, era imposible. Si Emily lo amaba realmente, estaba segura de que dejaría que hiciera lo que le apasionaba verdaderamente. Era completamente una acción egoísta e inmadura de su parte, si es que quiso pensar en los demás.

Se dio la media vuelta y me miró. Observó que llevaba puesta su camiseta y asintió, dando a entender que comprendía lo expuesta que me sentía en ese momento.
Me dirigí a la puerta seguida por él y al salir, poco tiempo después pude sentir la arenilla tocar mis dedos. Estaba tibia, y supuse que el agua estaría más que helada. Miré a Niall, que solo observaba maravillado la playa.

— ¿Que le encuentras de distinto a la playa? — Capté su atención. — Me refiero a por cómo la miras.
— Nada. No me había dado cuenta, la verdad. Pero supongo que es por el tiempo que no visito la playa. — Respondió, aún con ojos brillantes la marea.
— Bien. Calculo que hará unos tres años que no visitas una. — Me miró, intentando descifrar de donde lo había sacado. — Hace tres años comenzaste la relación con Emily.

Giró su vista nuevamente. Supuse que no tenía ganas de que lo regañe por lo que su ex no le dejaba hacer y por como lo manipula constantemente. Pero haya sea él feliz, no lo haría cambiar de opinión y le estaba dando un simple consejo indirecto sobre la mujer que verdaderamente quería elegir.

***

Charlie ya me había prestado dos de sus tablas. El viejo me agradaba por el simple hecho de que no era morboso como el vendedor de helados.
Niall había estado practicando por sí solo un buen rato en el mar, mientras yo me había dedicado a posicionarme en la arena de tal manera de quedarme muy cómoda, observándolo. Hacía poco tiempo se me había acercado una muchacha tan solo unos años menor que yo. Le calculaba unos quince o dieciséis años. Me había pronunciado un perfecto “Tu novio es muy apuesto. Eres afortunada.” a lo que yo había asentido, aún mirándolo, y le había respondido “Sí, ¿lo crees en serio?” a lo que asintió sonriente y se marchó, sin más.

Pese a que estaba muy cómoda sentada, me había dado cuenta de lo mucho que me estaba aburriendo, por lo que decidí levantarme e ir por la mejor ola, que la veía aproximarse y Niall no se percataba de ello. Me adentre al mar y aún no me había visto, ya que se restregaba los ojos, que se le habían llenado de agua salada. Pasé por su lado, que fue cuando me notó, y comencé a nadar y nadar con la tabla por abajo mío.

La ví venir, lúcida y resplandeciente. La ola era enorme, a lo que en cuanto noté como tapaba el sol reluciente que bañaba la playa entera, me puse de pie y la monté. Le grité a Niall, para que se diera cuenta y con habilidad logró hacer lo mismo que yo. Pero duró poco, ya que a los segundos cayó.

Su caída me desconcentro, y caí desde lo más alto, siendo atrapada por los fuerte brazos de un chico que me protegió durante el fuerte choque de la ola. Distinguí rápidamente su cabellera rubia y no pude evitar reír, mientras me separaba de él. Me miró desconcertado y pasé a explicarle.

— ¡Ha sido la mejor ola, y eso que no surfeo desde hace cinco meses! — Lancé emocionada. Fue impulsivo, pero valió demasiado la pena.
— Surfeas muy bien para ser mujer — Habló machista, mientras iba en busca de su tabla, que no se había alejado demasiado. Yo me dirige y me subí a la mía, y le respondí con ambas piernas a los costados de la tabla y mirando a la multitud que nos miraban, a lo lejos.
— Y tu surfeas muy bien como para no hacerlo desde hace tres años — Y dicho eso, comencé a nadar hasta la costa.

Lo oí venir detrás mío y al llegar, decidí que ya era tiempo de regresar, ya que estaba anocheciendo y debíamos llegar para cenar a lo de mi madre. Le informé de esto, a lo que él negó como niño e insistió en ver la puesta de sol, al ver que no me quedaría mucho tiempo más. Acepté, y poco tiempo después ya nos encontrábamos en mi casa. Nuevamente, vivía un momento mágico con Horan.

***

Me había vestido demasiado normal: un simple pantalón color azul Francés y una blusa blanca, junto a unas zapatillas del mismo color que la remera. Pero aquel atuendo había captado la atención de Niall, que me había dicho “Estas muy linda” y yo, como de costumbre, me había sonrojado notablemente.

Antes de ir a la casa de mi madre, cambió de opinión -ya que había dicho que se quedaría con la ropa con la que había ido a mi casa- y se bañaría y vestiría más apropiadamente. No encontraba cual era el problema, por lo que acepté, y en ese momento me encontraba mirando felizmente un dibujo animado en su televisor. Lo escuchaba silbar en su habitación, escogiendo el atuendo. Ya hacía más de diez minutos que se encontraba haciendo lo mismo una y otra vez, ¿no se suponía que las mujeres tardaban más?

Estuve a punto de gritarle que se apurara, cuando lo escuché decir “Dime que estoy presentable”, por lo que me di la vuelta y lo observé, boquiabierta. Con su camisa blanca y sus jeans en distintos tonos de marrón, podían dejar más que deseosa a una mujer. Y me incluía en la lista.

— Estas... Muy bien — Le confesé, acercándome a él. Noté como tragó en seco cuando le toqué la mano, pero lo ignoré. Realmente, se había pasado. ¡Era una simple mujer mayor, madre de su falsa novia!
— Entonces... ¿Vamos? — Preguntó dudoso. Asentí, tomé mi abrigo negro y lo tomé por el brazo, juguetona.

Llegamos muy rápido a la casa de Rose, mi anciana madre, ya que nos encontrábamos en la ciudad, y toqué el timbre en cuanto lo tuve enfrente. Increíblemente, me encontraba emocionada por la reacción de mi madre al verlo. ¿Qué pensaría? ¿Le gustaría?

Finalmente, abrieron la puerta y noté a mi adorada mamá, que me sonrió y miró a Niall, para nuevamente mirarme, picarona esta vez. Y supe, que lo había aprobado.

— Pasen, lindos muchachitos — Habló maternalmente. Observé como Niall la saludaba con un beso en la mano, a lo que mi madre rió coqueta. Le parecía adorable, lo notaba en su voz.

Al pasar, más adentro, noté la presencia de mi joven primo. Lo saludé y él me alzó por los aires, mientras reía. Le planté un gran beso en la mejilla. A pesar de tener cuatro años más que yo, se comportaba casi igual que un niño de catorce: con toda esa vitalidad.

Noté como el clima pasaba de ser alegre, a ser algo tenso. Niall lo saludó por cortesía, supuse, ya que su rostro estaba en completo mutis, serio y para nada feliz. Supuse que algo había pasado en la entrada, a lo que miré a mi madre, que me hizo un gesto de “Yo no sé”.

Miré a mi primo, que se encontraba casi igual que Niall.

Y lo entendí.

Niall y Trevor, mi primo, no se caían para nada bien.

leeeeeeeeeeeeeeemeeeeeeeeeeeee(?):

por **Jaeger.** Mar 20 Ago 2013, 8:34 pm

Primero, vamos con el capitulo de cami. Yo lo ameeeeeeee! <3 ese Liam es tan asdnasldas parece un viejito JAJAJAJAJ pobre, el no tenia la culpa de enamorarse de una chica como Dani, es comprensible que quiera salir a bailar y todo eso, tal vez no se sentia a gusto con un hombre como Liam a su lado, pero creo que debio ser mas sincera con él.
Y bueno, adoro a Bella <3 la chica es tan genial :')
Porcierto, ¿no hay dos Bellas?._. va a ser confuso esto xd
Ahora leo el de Vir The Heather|NC|One Direction y más| - Página 18 2841648573

The Heather|NC|One Direction y más| - Página 18 2841648573

por **nayeon.** Mar 20 Ago 2013, 8:43 pm

Capitulo de Cami: Bella le dejo las cosas en claro como son, pobre Danielle super apegada a Liam, tanto que lo dejo. Hoy estuve re deprimida con Payzer, nada que ver ue, JAJAJA pero acá el amor de Bella tiene que triunfar, así que sigo. Tiene mansión, aja no le falta nada y fue tierno que él le contara cosas de su pasado, muy considerado, y lego Bella se quebró y el le dijo que estaba bien, wn son un amor juntos. Ahora pareces normal le decía JAJAJA, morí con eso, pobre solo tenia que dejar de ser tan señor, ya quedo bien chulo me lo imagino. Fueron y se chocaron literalmente con Danielle, comienza la guerra, wn es que nadie podrá con Bella, la adoro. Ya Cami, a mi me encanto realmente el capitulo, escribes hermoso, y lo ame eso.

Capitulo de Vir: Enserio, la primera parte fue hermosa, Lena llamando a su madre fue muy tierno, y la describió como una luchadora, eso es hermoso. Y llego a donde Niall, estaba más nerviosa y él la tranquilizo, es si que es un caballero y accedió a ir a su casa, con el viaje en moro fue tan pacifico y dulce, un poco loco. Fueron a su casa, y el surf, si wn. La maya del ex novio, uh de verdad que mala gana, aun así le vio la espalda y murió la weona, pero es verdad es perfecto y si. Lena lo regaña y a Niall no le gusta, no se a mi me dar ternura eso. La parte de Nuevamente, vivía un momento mágico con Horan. fue una bola de feels, lo shippeo mucho son más dulce y hermoso juntos. Uf a su primo no le cae Niall, habrá pasado algo ahí no lo se, pero quiero saberlo, wn es que pobre Lena todo el drama en sus relación, peor la amo porque es super cute y bella. Vir escribe como realmente, muy, hermoso, ame completamente el capitulo bby, ilysm.

Creo que sube Kande ¿no? como sea, espero igual <3.

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