She loves you. {LiamPayne}

– ¿Vas a volver a Londres?– pregunto Louis en el desayuno tres días después.
– Exámenes – Hannah se encogió los hombros y volvió a su hamburguesa triple.
La tensión se veía cada vez más frustrante cuando Liam y ella se encontraban en la misma habitación, y como Camila le había encargado a su novio cuidar de su mejor amiga, el castaño le invito a almorzar a un lugar de comidas rápidas, prometiéndole que le compraría todo lo que ella quisiera comer. Y si era comida gratis, Hannah no dudaba en aceptar.
– ¿Exámenes de qué?
La rubia revoleo los ojos con exasperación y limpio su boca manchada de kétchup con una servilleta.
– Estoy estudiando Licenciatura en diseño y gestión de estática para la moda – respondió la rubia – Por eso me mude a Londres, estoy en mi último semestre.
–¡¿Qué?! ¡¿Y te viniste de gira con nosotros cuando debes...?!
– Tranquilo – le corto Hannah, haciendo un gesto con su mano – Puedo hacer los trabajos prácticos por web y estudio cada vez que están en sus conciertos o afuera del hotel. Además no es tan difícil como todo el mundo lo pinta. Ahora debo volver dentro de una semana para finalizar el año de una buena vez.
Louis asintió con la cabeza y le deseo buena suerte. Hannah sonrió ante el gesto, pero su sonrisa se esfumo cuando observo al castaño comer como si fuera un completo cerdo. Aun le extrañaba como una persona como su mejor amiga pudiera salir con un tipo como él, pero que va, gustos eran gustos y Louis no era tan malo como al principio lo pintaba, incluso le había tomado un poco de cariño.
Sin dudas, iba a extrañar al culón y al rubiecito. Habían sido los únicos en ser amables con ella, a pesar que en el comienzo también estaban de lado de los maricas.
Y pensando en Zayn y Harry... quizá también los extrañaría, sobre todo al moreno, su enemigo número uno.



Según el mensaje que había recibido después de su cena con Louis, Liam le había preparado una sorpresa en la suite principal del hotel, la cual quedaba lejos de las habitaciones de los chicos y no habría ninguna interrupción para ambos.
Hannah se sentía un poco extrañada ante el mensaje de su novio, incluso llego a pensar que era una broma que Zayn y Harry tenían preparado para ella. Tenía que arriesgarse a ir y soportar lo que viniera, porque quizás enserio había un encuentro con el castaño y no ir podría ser un gran error.
Una vez que llego a la suite, toco la puerta y miro su atuendo: un sencillo vestido de color coral que le llegaba a unos centímetros más arriba de las rodillas, unos zapatos que le hacían juego y una cadena de oro junto con la pulsera que le había regalado para su aniversario. Liam le abrió la puerta regalándole una sonrisa, lo que le confirmo que había echo bien en ir.
– Pasa, la cena ya está lista – dijo Liam, haciéndose a un lado para permitirle la entrada.
La muchacha sonrió y entro a la preciosa habitación, se quedó maravillada al ver las paredes relucientes de color azul opaco, haciendo juego con los sillones que había; el mármol era color blanco y liso y brillante. Había dos plasmas colgados en la pared y un bar con cantidades de bebida y copas de todo tipo y tamaño. Realmente era una suite preciosa como las que veía en las películas y se preguntó cuántas veces había soñado con ir a una así, tan lujosa y perfecta para una ocasión como la que Liam le había preparado.
Se dejó guiar hacia la mesa donde la cena ya estaba servida y se sentó cuando su novio le corrió la silla para que pudiera acomodarse. Él tomo su lugar justo enfrente de ella.
– Esto es muy hermoso, Liam – comento ella, aun maravillada por los hermosos candelabros que había en el lugar.
– Lo sé – asiento el muchacho – Quería que tuvieras algo así antes de marcharte mañana. Si vamos a algún restaurante aparecerán los paparazis o los chicos.
– ¿Y dónde están ellos ahora? – pregunto ella, tomando la copa de vino que ya estaba servida y dándole un pequeño trago.
– Louis y Niall le dijeron que estamos del otro lado de la ciudad en algún restaurante costoso – el castaño se encogió de hombros y Hannah soltó una leve risita al imaginarse a Harry y Zayn buscándolos por cada restaurante que encontraran.
–Me imagino lo histéricos que deben estar.
– Pues si – Liam solo se encogió de hombros – pero ahora disfrutemos la noche. No sé cuánto tiempo pasara hasta que se den cuenta.
Decidió hacer caso a las palabras de su novio y comenzó a devorar su comida. La cena se fue envuelta por una conversación entre ambos bastante fluida y con risas acompañadas al recordar los viejos tiempos, acompañada por la música romántica que sonaba en el estéreo. Hannah ya había terminado de comer hacia bastante tiempo, pero seguía concentrada en escuchar las anécdotas que Liam le contaba cuando recién conocía a los chicos y no evito reír un par de veces.
– ¿Y tú como conociste a Camila? – pregunto Liam, luego de retirar los platos y sentándose una vez más en la mesa mientras ambos terminaban la botella de vino. Por su parte, el ya comenzaba a sentir los efectos del alcohol debido a su poco tacto con este, pero Hannah se encontraba bastante bien, a diferencia de él.
La rubia solo sonrió con ternura al recordar cuando conoció a aquella castaña callada y bastante tímida, o bien lo era hasta que tomo confianza.
– Me senté con ella el primer día de clases el año en que entro – explico Hannah – Nos designaron como compañeras de banco en biología, y como ambas éramos un asco y todos los trabajos eran a grupo, nos juntábamos en las tardes para estudiar. Y bueno, luego le presente a Darren y ya sabes el resto. Nos volvimos un trio.
– Ya veo – asintió el castaño, regalándole una sonrisa – ¿Y siempre fueron de meterse en problemas y caer presos?
– Solo cuando no podíamos escaparnos – dijo la rubia, riendo.
Liam, aun sonriendo, se levantó de su asiento y se acercó hacia la rubia, extendiéndole la mano. Ella frunció el ceño y meno la cabeza, divertida por la situación. Capto el mensaje cuando Liam le guiño un ojo y coloco su mano en la de su novio, este la ayudo a incorporarse y comenzaron a bailar al compás de la canción que sonaba en aquel momento.
Se dejó llevar por el ambiente y aquellos ojos cafés intensos que la miraban como si ella fuera la única mujer en el mundo, haciéndola sentir tan dichosa y querida. Liam capturo sus labios cuando estuvo a centímetros de ella y comenzó a besarlos de aquella manera tan dulce y perfecta, Hannah devolvió el beso de la misma manera mientras sus cuerpos seguían danzando.
Sin saber cómo o porque, el beso se fue volviendo cada vez más profundo y brusco, tanto que llego a sentirse hambrienta por el deseo que comenzaba a brotar de ambos. Las manos de Liam acariciaban la cintura de la rubia mientras que ella estrechaba cada vez su cuerpo a la del muchacho.
La habitación parecía arder entre ambos y los toqueteos iban y venían, de tal manera que jamás habían echo algo así. Cuatro meses y lo más íntimo que habían compartido había sido un par de besos calurosos antes de dormir en la misma cama, pero aquel calor no se podía comparar con el fuego que estaban experimentando. Hannah sentía  que aquel sencillo vestido le estaba asfixiando y la desesperación por sentir la piel desnuda de Liam contra la suya cada vez era más fuerte. Termino por arrancarle la camisa sin apartar sus labios de los de él. El castaño se separó unos centímetros de ella para recuperar aire, aprovecho aquel momento para bajar el cierre del vestido de Hannah.
Quedando solo en ropa interior, fue ella quien esta vez lo beso, demostrándole cuanto ardor llevaba dentro y cuanto deseaba que ambos se volvieran uno solo.
Liam la llevo hasta el sillón donde la recostó y se situó arriba de ella. Las caricias cada vez eran más profundas y todo parecía indicar que iban a terminar follando en el sillón de la suite que Liam había pagado para una; pero no importaba, no cuando todo era perfecto o aún más de lo que la rubia hubiera imaginado. Jamás creyó que llegaría el momento en que estaría por hacer el amor con el hombre que siempre había amado. Si, se había entregado por primera vez a Ryder y también lo había querido muchísimo, pero el "querer" y "amar" siempre tendría una trecha demasiada larga.
Sintiéndose maravillada y feliz por el momento, Hannah no pudo evitar soltar las siguientes palabras que tendría una respuesta que no esperaba, y que encima arruinaría por completo lo poco que había construido ella sola en la relación.
– Te amo, Liam – susurro, arqueando la espalda cuando el castaño comenzó a besarle el cuello.
– Yo también te amo, Dani.

Abrió sus ojos de golpe y todo aquel fuego que parecía abrazarla se esfumo, dejando el frio y el dolor apoderarse de ella. La ira y la impotencia comenzaron a rebalsar en su sistema, por lo que no le importo darle una patada en la entrepierna al castaño para quitárselo de encima. Este cayó sobre el suelo mientras se retorcía de dolor al mismo tiempo que ella buscaba su vestido, el cual se encontraba tirado en alguna parte de la suite. Con rapidez, termino de colocarse la prenda y tomo sus zapatos y su cartera para echarse a correr hacia la puerta. Ignoro los gritos de Liam llamándola por su nombre esta vez, pero sabía que nada de lo que pudiera decirle podría borrar el terrible dolor que había provocado en aquel momento.
No iba a ir a su habitación, ni tampoco a la de los chicos. Liam la buscaría y lo que menos necesitaba era que él le siguiera llenando de ilusiones y esperanzas que simplemente eran en vano, porque ahora realmente entendía que nunca podría forzar a alguien a que la amara.
Salió del hotel sin importarle no llevar más que un vestido corto en una fría noche en una ciudad desconocida. Y Hannah camino por las calles por horas y horas, con el maquillaje corrido debido a las lágrimas que se escurrían de sus ojos.
Él no la amaba, y ella había sido una estúpida al creer que podría tener alguna esperanza.