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Mensaje por rukiaza Sáb 20 Abr 2013, 10:49 pm

Este es un libro hecho por mi, es una idea 100% mía, sale de mi propia cabeza, de mi mente...y decidí compartirla espero y les guste....
Sipnosis:
Hanare una chica de 15 años que al mudarse a una nueva casa y una nueva cuidad entra a la preparatoria, y como en toda preparatoria ella encuentra un mundo completamente diferente al que conocía, ahora tendrá que enfrentar muchos enigmas adolescentes, principalmente él de poder entender a un chico llamado Sebastián quien además es su mejor amigo. Sebastián un chico de 16 años quien odia recibir sermones de hombres, escribe un pequeño libro que a pesar de su corta edad, lo escribe de amor e intenta plasmar en letras : 20 formas de decir ``te quiero´´
Aquí les dejo la portada de mi libro:



SERÉ BREVE: Ser%C3%A9


:bye: ¡¡JANE!! (YANE) (nos vemos)


Última edición por rukiaza el Dom 21 Abr 2013, 9:53 pm, editado 1 vez
rukiaza
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Mensaje por Monse_Jonas Dom 21 Abr 2013, 1:44 pm

Síguela!! plis ñ_ñ :enamorado:
Monse_Jonas
Monse_Jonas


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SERÉ BREVE: Empty SERÉ BREVE: Capitulo 1. El primer día.

Mensaje por rukiaza Mar 23 Abr 2013, 11:45 am

SERÉ BREVE: Ser%C3%A9




Capitulo 1
El primer día.
`` ¿Porqué el primer día?´´


Soy Hanare Cabada y tengo 15 años, no me gusta el calamar ni los camarones, pero si el pescado y los cocos, soy nueva en esta ciudad, me mude en el julio con mi padre y mi madre, tengo que decir que me gusta mucho la playa pero me da miedo el mar, me gusta mucho el manga/anime y los Beatles, tengo un hermano mayor que esta en la universidad y quiero aprender mucho este nuevo año de escuela. Dije frente a todos mis nuevos compañeros de clase quienes me miraban como si yo fuera un horrible calamar.
-Muy bien Hanare puedes tomar asiento-dijo algo aliviada por que al parecer es fui la única alumna que solo se tomo 3 minutos para presentarse.
-pero aun no me da un asiento-dije algo nerviosa.
-bueno entonces siéntate atrás de tu compañera-
Me dirigí hacia lo más recóndito del salón, mi nueva butaca era la última de todo el salón por suerte tenia una ventana para que al menos le diera algo de sol a este lugar tan lejano a todo.
-Ahora pase usted joven-dijo la maestra señalando al chico que estaba a mi lado.
Soy….soy Sebastián Gutiérrez…y bueno me gustan muchas cosas, como el café, el deporte, correr, aunque me gusta mucho dormir, no soy muy musical por lo que no tengo mucho que decir de eso aunque me gusta mucho Nirvana, me aburre mucho escuchar sermones en especial de hombres me aburren demasiado, me gusta como ya dije mucho el café y los pastelillos que dan en las cafeterías, en especial los martes que te regalan uno, y me gustan mucha las chicas…eso es todo-Dijo con una enorme sonrisa.
-Interesante su presentación joven Gutiérrez y bienvenido.-dijo la profesora muy animada al igual que casi el resto de las chicas.
-tome asiento, y por ultimo usted jovencita-dijo señalando a una menuda chica morena de largo cabello negro y lacio que estaba sentada en frente de mi.
-¡¡Hola!!...soy Catalina Del Monte, me gusta mucho ver el mar, tomar fotos a lo que sea que vea que se me haga lindo, también me gustan mucho los osos negros y el té verde, no me gusta para nada el tomate y soy alérgica a la miel de abeja, amo los bombones en especial si están rellenos de chocolate, me gusta la música en especial el J-pop y amo el anime y lo mas importante…odio la escuela, estoy porque mis padres me obligan no es por voluntad propia, si alguien conoce un abogado, pregúntele por mi si puedo emanciparme de mis padres por eso, gracias-todo el salón se quedo en silencio, hasta que la profesora interrumpió ese silencio.
-oh…bueno gracias por tu honestidad es muy apreciada, puedes tomar asiento-dijo la maestra algo sorprendida.
Muy bien entonces, en frente de mi esta Catalina del Monte y a mi lado Sebastián Gutiérrez, listo, ojala y no se me olvide. En eso momento la campana sonó y todos los chicos y chica salieron disparados con sus nuevos amigos y con los que ya conocían, todos salieron a excepción de mi y otros dos.
-Hola, que tal-me dijo Catalina, creo que ese es su nombre.
-Hola-dije con una sonrisa.
-no tienes amigos cierto, eres nueva en la ciudad… ¿Podemos ser amigas?-
-Claro, si esta bien –
-Mira, el es Sebastián-dijo Catalina.
-H…ho…Hola-dije nerviosa.
-Hey… hola, no te preocupes, no tienes que ponerte nerviosa, un gusto-me dijo Sebastián animado.
-El es un viejo amigo de la secundaria-dijo Catalina-por cierto puedes llamarme Cata.-
-¡¡Eres una mentirosa, nos acabamos de conocer hoy!!-dijo Sebastián parándose.
-OOhh…Ya veo-dije
-Bueno, bueno esta bien, nos conocimos hoy-dijo Cata con una sonrisa.
-Tengo hambre, vamos a comer algo, chicas yo invito hoy-
-Esta bien-dijimos ambas en coro mientras nos parábamos de nuestras butacas.
Caminábamos por el jardín de la escuela, al parecer no había quien no se detuviera a mirarnos un momento, incluso los de tercer años nos miraban como si fuéramos a la horca, lo que no es extraño ya que no es muy común en una ciudad como esta ver a un chico de peculiar cabello negro con ojos azules, alto y varonil a pesar de tener 15 años, junto a una chica morena con cara de ángel y largo cabello negro, con unos enormes ojos cafés chocolate , pequeña y delgada y que justo en medio de ellos valla una chica promedio de peso y estatura con el cabello corto hasta el cuello algo ondulado y despeinado de un color castaño oscuro casi negro con ojos ámbar.
-Valla, Valla si que nos miran eh-dijo Sebastián cuando llegamos a la cafetería de la escuela.
-Si eso parece, creo que nos envidian-dijo Cata
-Creo que no es eso-
-Yo creo que si, y punto-dijo firme.
-mira chica, creo que mas bien tu hiciste algo desde el primer día, o los profesores les advirtieron de ti-Dijo Sebastián mirándola burlonamente.
-Que te pasa yo nunca he hecho algo malo, mas bien lo que pasa es que a las personas les da miedo tu aspecto de chico malo, idiota –Dijo Cata Desafiante
-¿Yo?...por favor tal vez están pensando que eres alguna especie de duende demoniaco, mujer-
-Mas bien piensan que soy muy hermosa para estar con alguien como tu-
-Creo que es lo contrario-
Mientras ellos siguen con su discusión ``amistosa´´, yo miro una maquina expendedora.
-Hanare…oye ya decidiste que quieres-pregunto Sebastián mientras que Cata seguía diciendo cosas al aire.
-Ohh…si-dije apuntando a una pequeña galleta de chocolate y trigo.
-muy bien-dijo. Puso el dinero y pulso 9B, en un momento la galleta calló.
-Gracias, te lo pagaré-
-No, no hace falta, esta bien-dijo el con una enorme sonrisa.
-Oye por cierto, tu nombre es muy…peculiar ¿Que significa?-dijo con curiosidad
-cierto ¿Que significa?-Pregunto Cata de repente mientras le da un ligero golpe a Sebastián en el pecho y luego apunta a unas papas light en la maquina.
-Bueno, no lo se-dije.
-Como que no lo sabes-Dijo Sebastián mientras introducía el dinero a la maquina y presionaba 5D.
-Bueno es que creo que no tiene significado, mi mamá dijo que un día le llego a la mente y le gusto, después yo lo busque en Internet pero nunca lo encontré, por eso digo que no tiene significado-dije con la galleta en las manos.
-Bueno eso es bueno, tienes un nombre único, que ``Kawaii´´ -dijo Cata agarrando sus papas de la maquina.
-gracias-En ese momento dos chicas de la misma clase que nosotros se acercaron tímidamente.
-Hola, soy Anabel Ubaldo y ¡¡estamos en la misma clase!!-dijo una delgada chica de cabello rubio oscuro y con la falda un poco mas corta de lo admitido.
-Hola, que gusto que estemos en la misma clase-dijo Sebastián con un tono elegante y extendiendo su mano para saludar. ``Que formal´´. Pensé.
-bueno les queríamos preguntar si podemos comer juntos, es el primer día, que mejor momento para conocernos-dijo la otra chica, que al parecer no era nada tímida como parecía al acercarse a nosotros.
-¡¡Claro eso seria genial, porque no!!-dijo cata.
-Muy bien-dijo Anabel con una sonrisa. Cuando los 5 llegamos a una mesa disponible a Cata le llamo mucho la atención un chico que se sentaba cerca de la entrada a la cafetería.
-Anabel tu…bueno, me entere que tú sabes mucho de las personas de esta escuela ¿No? Tanto de los de nuevo ingreso como nosotros, como de los 2 y 3 año…O ¿Me equivoco?-
-No, estas en lo correcto, ¿Porque?-dijo mientras abría su jugo.
-Bueno, entonces me podrías decir quien es el chico con sonrisa sínica que nos esta mirando-dijo Cata seria.
-Ohh te refieres a Félix Paramo, es un chico de 2 año, pero la verdad es que no toma a ninguna chica en serio, en verdad, hay rumores de que una vez salió con 6 chicas diferentes en una semana, dicen que hubiera salido con las 7 pero, el séptimo día se arrepintió porque pensó que la chica no era tan linda, incluso dicen que se lo dijo en la cara, que grosero ¿Verdad? –dijo Anabel con el seño un poco fruncido.
-Si-dijo cata.
-Oye por cierto, ¿Cuál es tu nombre?-pregunte la chica que acompañaba a Anabel.
-¿Yo?-
-si tu-
-yo me llamo Ximena Saavedra, fui de las primeras en presentarme-dijo casualmente.
-ya veo…Tal vez por eso no escuche tu nombre, llegue algo tarde-explique.
-¿Alguna otra pregunta chicas?-pregunto Anabel.
-Yo también cuento, no se olviden de mí, ¿Sabes?, yo si tengo una pregunta, ya que tu sabes mucho de los que estudian en esta escuela, dime ¿Quiénes son los estudiantes mas populares, interesantes y/o impopulares de esta escuela?-pregunto Sebastián.
-okey, bueno Verónica Ventura mejor conocida con ``VV´´ o ``Doble V´´-dijo apuntando a una chica de cabello rizado y pelirrojo que estaba con un grupo de chicas y chicos con un libro-ella es muy popular no por ser muy bonita, bueno si lo es pero, además es porque es una de las chicas mas inteligentes de la escuela, y es muy carismática y amables, es buena chica, Y el chico que esta allá- dijo apuntando a un chico con cabello Cataño- es su ex –novio Alfonso Barrera, terminaron porque al parecer el tiene preferencias sexuales un poco diferentes, aunque el lo negó todo, yo sigo creyendo que es gay, los dos son de segundo año y esta en la misma clase que Héctor Esteves el chico mas guapo, amigable, gentil e inteligente de toda la escuela y claro no faltan los del ultimo año. El-apunto a un chico moreno de ojos cafés alto y fuerte-Es muy guapo ¿No?-
Si-dijo Cata.
-Pues lastima, no sale con nadie desde que termino…O bueno desde que su novia lo termino el año pasado, Camila Limón, al perecer el la amaba mucho pero ella lo dejo por un universitario-
-Que triste-dije.
-Si y ¿Ven a esa chica de pelo como de modelo con un cuerpo perfecto?-pregunto Anabel.
-si-respondimos.
-hey, yo la conozco-dijo Cata
-pues entonces ya sabrás tú que es-dijo Anabel en tono burlón.
Todos menos yo rieron, no entendí.
-No entiendo el doble sentido-dije.
-Creo que no hay mucho doble sentido mas bien es sarcasmo-dijo Sebastián.
-Hanare, ella es una zorra-dijo Cata en gritando en voz baja.
-ya, ya entiendo-
-¿Entonces ella se mete con todos?-pregunto Sebastián. Anabel miro a Ximena con una sonrisa.
-Y todas, o al menos eso dicen bocas de confianza para mí-respondió Ximena.
-Ustedes lo saben todo-Dijo Cata Con brillo en sus ojos.-Díganme entonces quienes son los solteros-dijo mirando a todos lados.
-Bueno, Carlos Valdez de familia argentina, Antonio Martínez de nuestro grado y bueno muchos mas pero no están aquí presentes-dijo Ximena mirando a los chico mencionados.
-bueno y ustedes se conocen desde la secundaria o…-pregunte.
-si somos amigas desde la secundaria -dijo Anabel
-ya veo –
El resto de la hora del almuerzo nos quedamos platicando de música, citas e incluso me recomendaron lugares a los que chicos de 15 años podían ir a divertirse. Cuando la campana por fin sonó y todos los alumnos se fueron a sus casas, al parque o a la plaza, yo me quede sola esperando a mi padre, que al parecer se había olvidado recogerme.
-Vaya, vaya al parecer han olvidado a alguien-dijo una voz masculina a lo lejos en tono burlón.
-que no es nada, mi padre ya viene-dije girándome para ver quien era.
``Es….Félix Paramo…el chico de 2 año´´ Pensé. `` Pero no toma a ninguna chica en serio, dicen que una vez salió con 6 chicas diferentes en una semana´´
-No creo que sea conveniente que una chica de primero se quede sola el primer día-dijo el acercándose.
-porque, no le veo lo malo-Mentí. En el fondo tenia miedo, aunque no sabia de que.
-Fácil, que no sabes lo que es una novatada-
-Si…Si lo se pero y eso que…no creo que alguien me haga una a mi…lo mas común es que se lo hagan a varios…en grupo-dije alejándome de el porque ya estaba demasiado cerca.
-Bueno pues a mi no me gusta lo mas ``común´´-
-Pues a mi….tampoco…pero déjame en paz-dije mirándolo, tratando de ser firme aunque seguía teniendo miedo.
-ya veo, sabes te vi en la cafetería, eres realmente bonita-se acerco mas.
-¿Que quieres?...yo no te conozco-dije algo nerviosa.
-pues nada en realidad, pero quería hablarte, sabes eres muy interesante-
-pues….
- ya se, vamos a jugar algo-
-no-
-SI-
-NO-
-que te parece si te invito algo y platicamos-
-te dije que no-dije firme
-anda es un juego muy bueno en verdad, yo tengo experiencia en esto-
-es…eso ni siquiera es un juego-dije molesta ``claro, como no va a tener experiencia en ``eso´´. Pensé ``Pero es realmente guapo´´
-yo se que quieres- ``porque esta tan cerca de mi´´
-por supuesto que no-
-yo invito-`` que le pasa a este tipo, ni siquiera lo conozco y ya me invita a salir´´
-te dije que me dejaras en paz-dije empujándolo.
-Sabes que, tendrás tu novatada ahora-dijo.
-que, a que te refie…res-Justo en ese momento un carro blanco paso por la calle y me distraje.
-ya sabrás-sonrió y me beso cuando estaba distraída.
-¡¡que hiciste, porque, déjame!!- le grite. En ese momento, bendito sea mi padre que llego en el momento justo.-vámonos papá-dije y me subí al coche-``Cabrón, es un idiota, un idiota me beso´´ pensé


Esperen el segundo capitulo que lo publicare por la mañana del 24 de abril(Que es mi decimoquinto cumpleaños :aah: ).....espero y les allá gustado si les gusto recomiendenlo y digan que es de Zaira Moreno o Mi nombre completo, una autora principiante XD
PRÓXIMO CAPITULO: ``La escuela es una mierda´´ :misery:
rukiaza
rukiaza


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SERÉ BREVE: Empty SERÉ BREVE: Capitulo 2. La escuela es una mierda

Mensaje por rukiaza Miér 24 Abr 2013, 11:00 am

SERÉ BREVE: Ser%C3%A9


Capitulo 2
La escuela es una mierda.
``Esto es problemático, no quiero verlo…no quiero ver a ese tipo…´´

6:15 am.
¡¡Nunca pensé que el primer día de escuela me pasaría algo así, que emoción!!
Eso es lo que una chica de 15 años pensaría al despertarse al día siguiente de haber sido besada, pero no en este caso, estaba furiosa, no podía creer que un tipo tan engreído me allá besado, no quería ir a la escuela, no por vergüenza sino porque sabía que si lo veía mi instinto asesino despertaría. La vida en esta ciudad turística no era como pensaba que iba a hacer, había conocido a 4 personas muy buenas que con el tiempo podrían llegar a convertirse en mis amigos, pero aun no estaba segura si iba a conseguirlos. Como todos los días me levante algo tarde, no era muy de mi despertarme a la hora adecuada pero este día quería hacer todo lo posible por llegar más tarde de lo común, aunque todo eso me molestaba no podía faltar el segundo día de clases, no iba con mis principios. Con todas mis fuerzas baje las escaleras sin mucho animo, mi madre preparaba el desayuno, mientras mi padre veía el noticiero.
—Hanare, despiertas más temprano últimamente—dijo mi madre.
— ¿Qué?, enserio, no puedo creerlo yo que pensé que ya era tarde—me lamente.
— Desayuna rápido cariño, no queras llegar tarde como ayer ¿verdad?—dijo mi padre
—En realidad, quería hacer todo lo posible por llegar tarde—dije entre dientes.
— ¿Qué?—
—Nada, papá—
Cuando subí a mi recamara a cepillarme los dientes, recordé mi días en la secundaría, no eran tan buenos pero tampoco eran malos ya que tenía tres amigas, nunca fui muy popular de hecho a veces las personas se olvidaban de mi presencia, no sabían que yo estaba ahí incluso a veces los asustaba, eso es todo lo contrario a…..a Sebastián, el tiene mucha presencia aunque solo lo conozco de un día, ese día es suficiente para darse cuanta de que el tiene mucho carisma y es muy popular entre las chicas y maestras. No creo que llegue a ser como el, nunca, pero espero y seamos buenos amigos.
Mi padre me dejo en la puerta de la escuela donde para mi desgracia estaba Félix. Pase por donde el estaba sin mirarlo ni nada, seguí mi camino aparentando que no importaban las bullas de sus amigos, aun así el nerviosismo me invadía, estaba apunto de llegar al baño de chicas, solo faltaban unos 20 pasos medianos, cuando de repente sentí una mano en mi hombro, me asuste.
—Suéltame—grite.
—Esta bien, que te pasa—dijo Sebastián.
—Perdón pensé que eras alguien más—
—Pues no te a de caer nada bien…bueno, la tarea de matemática…. ¿Tu la hiciste?—pregunto tímidamente.
—si, si la hice ¿por?—
—Bueno la verdad es que…. —en ese momento vi que Félix se acercaba hacia nosotros, tenia que salir de ahí lo entes posible.
—Disculpa pero no tengo mucho tiempo—
—Seré breve—dijo con una cara con la que nadie podría resistirse.
—Está bien—
—Yo se que es el segundo día, y no te conozco muy bien, pero me podrías pasar la tarea, solo será esta vez lo prometo—me rogo.
—Esta bien, toma—le dije mientras le daba el cuaderno de matemáticas.
—Gracias—me dijo con una enorme sonrisa.
—De nada, de nada—dije mientras huía.
—No vemos en clases—
—Claro—dije y entre al baño de chicas.
Me mire al espejo y me lave las manos unas 35 veces antes de salir del baño, ya había sonado la campana por lo que ya todos, incluyendo a Félix estaban en clases. Salí del baño solo para toparme con la persona que menos quería toparme después de Félix: el prefecto, un hombre joven de unos 30 años, era intimidante, tenia unos oscuros ojos y pelo negro, la verdad nadie podría ponerse en su contra, tal vez esa era la razón principal por la que era el prefecto de una institución donde un grupo grande de sus alumnos eran chicos expulsados de otras escuelas por sus conductas o sus padres los obligaron a venir por esa razón o por otras similares. Lo salude educadamente y fingí que apenas iba al baño, regrese por el camino por el que vine pero el me llamo entes de abrir la puerta.
—Señorita Cabada, que hace aquí en hora de clases—pregunto.
—Bueno yo….pedí permiso—dije casualmente.
—Permiso, ya veo—``no me cree, es obvio´´—Cabada de primer semestre, grupo c, primera hora, tiene Historia y su profesora no da permisos para salir, como explica eso—dijo revisando su lista. ``rayos el lo sabe todo y la lista no dice nada´´ se veía claramente.
—Esta bien me descubrió la verdad es que no me siento muy bien hoy, la pizza no me cae bien—este era el momento indicado para salir de la escuela, no lo tenia planeado pero ya que la oportunidad llego no podía desaprovecharla.
—Bueno si se siente mal puedo hablar a su madre—dijo— acompáñeme a la dirección—``Este viejo que se cree, es adivino o que, el sabe que estoy mintiendo´´ lo acompañe sin decir nada hasta la dirección.
—Creo que lo dejare pasar por hoy señorita Cabada pero no habrá próxima vez, ¿esta bien?—dijo finalmente.
—Si esta bien, lo entiendo, perdón, con permiso—dije y me fui a la clase de historia, llegue algo tarde, pero por suerte la maestra no estaba de tan mal humor como ayer, solo pasaron diez minutos y la campana sonó, en verdad me tarde mucho en el baño. Cuando la clase termino, Cata, Anabel y Ximena se fueron al baño mientras yo escribía los apuntes que se me pasaron.
—Gracias por la tarea—dijo Sebastián entregándome mi cuaderno.
—De nada—dije sinceramente.
— ¿Por qué tardaste mucho en entrar?, le tuve que mentir a la maestra, le dije que te sentías mal—dijo preocupado.
— ¿En serio? Gracias lo mismo le dije yo al prefecto—
— ¿Que le dijiste?—
—Le dije que tuve un problema con una pizza y eso—
—Y ¿es cierto?—
—Claro que no, no he comido pizza en mucho tiempo, yo también le mentí, me la pase casi toda la clase en el baño — es muy extraño nunca fui muy buena para hablar con hombres, siempre parecía estar molesta y desconfió mucho de ellos, pero con Sebastián puedo hablar clara y alegremente.
—Que tramposa, no pensé que fueras del tipo que se salta las clases—
—Y no lo soy, esta es la primera vez en mi vida que lo hago y no me siento muy bien por ello, pensé que en cualquier momento me encontrarían y me suspenderían—dije desanimada.
—HAHAHAHA, no te suspenden por saltarte clases si mucho te ponen un reporte y ya—dijo muerto de la risa.
—¡¡NO TE BUERLES ESTO ES ALGO SERIO!!—le dije avergonzada.
—Esta bien, esta bien, pero ¿porque lo hiciste entonces? , tu historial estará manchado ahora—
—Bueno es por algo que prefiero no contarte—dije roja de la vergüenza.
—Porque no, vamos no te preocupes, puedes contarme, confía en mi—``porque me pides algo como eso, porque, yo no puedo confiar en las personas tan fácilmente´´ pensé.
—Lo siento no puedo confiar en ti tan fácilmente, pero no es nada personal—dije.
—Ya veo, pero yo creo que deberías contarle a alguien lo que te pasa, en verdad te ves mal—
—Tan mal estoy—dije con una sonrisa.
—No, claro que no, me refiero a que te ves…preocupada, nerviosa más bien—dijo mirándome fijamente.
—Ya veo, bueno sabes creo que tienes razón, se lo contaré a mi subconsciente—dije y ambos reímos.
—Creo que es mejor que termines eso—dijo señalando los apuntes de Cata.
—Si tienes razón—
—Bueno será mejor que te apures que la clase de matemáticas casi comienza—
—Si—Las siguientes horas los profesores hablaron de matemática, español y biología. No quería que las clases acabaran. ``no quiero verlo, me da miedo, no se que hacer´´. Cuando supe que ya no podía hacer nada decidí que salir sola no era lo más conveniente así que tendría que estar acompañada de alguien todo el receso.
—Sebastián… ¿puedo acompañarte?—dije. Él era el único que quedaba en el salón Anabel, Cata y Ximena se habían ido después de que les dije que no me sentía bien, pero Sebastián fue el único que se quedo, se quedo en silencio sin decir una sola palabra.
—Claro esta bien, pero porque no saliste entes—
—Bueno, veras no tenia mucho animo de salir y menos sola, pero tengo un poco de hambre—dije parándome de mi butaca.
—esta bien, vamos a la cafetería—sonrío.
—Está bien— De camino a la cafetería, nos topamos por un instante con Félix y sus amigos.
—Hola—me dijo con una sonrisa. No le conteste y seguí caminando.
— ¿Porque no le contestaste?— me pregunto.
—Porque no, no quiero contestarle, no lo conozco—
Llegamos y la cafetería estaba llena, no tendría tiempo siquiera de llegar a la mitad cuando la campana sonara, no podía comprar comida preparada, tendría que comprar de nuevo de la maquina expendedora. Presione D7 y unas galletas de avena con chocolate cayeron.
— ¿No vas a querer algo?— le pregunte a Sebastián.
—aaa…si, si quiero—dijo y presiono C3.
—Vamos al jardín aquí hay mucha gente—le dije
—Segura que es eso, no será más bien que te quieres esconder de alguien—
— ¿Qué? No por supuesto que no, porque piensas esas cosas—dije con una sonrisa nerviosa.
—no se, creo que soy adivino…—dijo.
—Bueno, dígame ``Don´´, que estoy pensando, de quien según usted me quiero esconder—dije en tono sarcástico.
—Bueno usted señorita, esta pensando en que no quiere que Félix Paramo la encuentre y es de el de quien se esconde—dijo mientras caminábamos por la cafetería. `` Pero que, como lo supo´´.
— ¿Cómo lo supiste?—pregunte asombrada y avergonzada.
—Fácil, cuando el te saludo, tu no le respondiste, y el no te deja de mirar—dijo.
— ¡¡ ¿Qué?!! Me esta mirando, vámonos—dije.
—Tranquila él no esta aquí—dijo.
— ¿A no?, entonces como…—mire a mi alrededor, solo para verlo en la fila.
—Bueno, si esta aquí—dijo Sebastián mirándolo también.
—¡¡Eres un mentiroso!!—le dije. Lo agarre del brazo, lo lleve hasta un árbol grande y me tire en el pasto aliviada de salir de su vista. Sebastián estaba muerto de la risa.
—Que te pasa, de que te ríes—le dije dándole un golpecito en la pantorrilla.
—Bueno…es que, ¡¡eres muy graciosa!!— dijo entre risas.
— ¿Graciosa? …esto no gracioso—le dije
—Claro que lo es, solo mírate, estas toda roja y alterada—
—No es cierto, yo estoy muy en paz—
—Bueno esta bien—dijo y se tiro junto a mi en el pasto; cruce las piernas y me concentre en mirarlo, no quería mirar a otro lado tenia miedo de verlo, de ver a Paramo.
— ¿Qué música te gusta?—le pregunte de repente.
—Aja…típica pregunta, que coqueta—dijo con una sonrisa.
—¡¡Tonto!! , no es eso, solo quiero sacar un tema de conversación—dije abriendo mis galletas.
—Pues me gusta, Nirvana y ya, bueno otras canciones de rock clásico, no tengo mucho favoritismo—
—Ya veo. ¿Has vivido toda tu vida en esta ciudad?—pregunte, me sentía una entrevistadora, solo me faltaba sacar una libreta, apuntar con detalle cada una de sus palabras, reacciones faciales y físicas y tener una grabadora.
—Pues si, toda mi vida, aunque no nací aquí—
— ¿De donde eres?— pregunte con una galleta en la mano.
—De un pequeño pueblo—dijo con un orgullo falso.
—Y ¿Cuál es tu fruta favorita?—
—Eso mas bien me suena a…—
—Tema de conversación—dije antes de que acabara la frase.
—Es la uva—dijo sonriendo.
—Está bien—dije y me quede callada. El silencio duro un minuto y después se convirtió en 5 y luego en 10, aunque no hablamos en 10 minutos el silencio no se hizo incomodo como lo decía una revista de mi madre. ``Según la revista solo tardan 60 segundos para que el silencio entre dos personas se haga demasiado incomodo, pero esto no es así en realidad estoy muy cómoda´´ pensé.
—Oye, porque…—Comenzó Sebastián.
—Disculpa, podemos hablar un momento— interrumpió Félix. ``No´´ quería decir, pero tenia que decirle muchas cosas.
—Si—Dije y camine hacia otro lado. Me sentí un poco mal por Sebastián por dejarlo solo.
—Quiero que me digas una cosa—comenzó Félix.
— ¿Qué cosa?—
— ¿Por qué te enojaste ayer cuando te bese?—pregunto.
—Pero que te piensas, como que porque me enoje, que no es obvio, porque no quería que lo hicieras, tarado—dije molesta.
— ¿porque no?—
—porque no te conozco, porque no es normal que beses a alguien en el primer día, porque no es normal que beses a alguien que no conoces, ¡¡a alguien que ni siquiera sabes su nombre!! , ¡¡Porque no quiero que lo hagas y no lo vuelvas a hacer!!—
— ¿Cómo se llama la chica morena con la que estabas ayer en la cafetería?—me pregunto cambiando la conversación.
—no te voy a decir—
—dime—
— ¿O que?—dije desafiante, no podía decirle el nombre de una compañera muy amable como ella, y menos ahora que ya sabia el Cabrón que era.
—te volveré a besar—
—yo me voy, ya no quiero hablar contigo— dije y me fui de regreso al árbol. Estaba a punto de llegar con Sebastián cuando me agarra del brazo me voltea y me besa frente a todos.
—Que haces que te pasa ¡¡IDIOTA!!—le grite y me aleje de el para topar con Sebastián que estaba muy sorprendido.
— ¿Qué pasa?—Pregunto confundido.
—Nada no pasa nada—dije.
—claro que pasa algo—dijo Félix y se acerco de nuevo a mi, automáticamente me puse atrás de Sebastián y me tape la boca con mi mano.
—Yo creo que es mejor que hablan de sus cosas en otro momento—dijo Sebastián calmando las cosas.
—Si vete—le dije desde atrás de Sebastián, apenas y veía el era muy alto, tenia que estar de puntillas para ver por su hombro.
Félix se fue caminando con una odiosa sonrisa de triunfo, era super odioso, nunca pensé en mi vida que una persona me fuera a caer tan mal a segundo día de conocerle, pero ese momento llego.
—No pensé que, te entendiera con el, ¿Desde cuando lo conoces?—me pregunto girándose para verme.
— desde ayer, pero no se que se cree, ayer hizo lo mismo, por eso no quería salir del salón— dije preocupada de que alguien mas allá visto, no quería que las personas supieran, no quería por que no quería que Cata se enterara.
— ¿Y porque no le dijiste que no lo hiciera?—
—Si se lo dije pero no hizo caso—
—ya veo, pues que cabrón—dijo con el seño fruncido.
—ya lo se, pero no se lo digas a nadie, en espacial a Cata, promételo— le roge.
—Lo prometo—dijo y ambos sonreímos.
—Hanare—me llamo alguien a lo lejos. Era Cata. ``Mierda dime Dios que no vio nada, por favor´´ pensé.
— ¿Porque te besaste con Félix?— pregunto triste.
— ¿Qué?—dije aparentando no saber nada.
—No te hagas la que no sabes yo los vi—dijo
—no, tu no entiendes, yo no lo bese, el me beso a la fuerza, y muy apenas lo hizo porque yo lo empuje, te lo juro—dije tratando de calmarla.
—Cata, ella tiene razón yo lo vi todo—dijo Sebastián.
—¡¡Tu cállate!! , ¿Porque?, yo te dije que el me gustaba— ``Pero como le puede gustar alguien al segundo día´´
—Lo se, y, a mi no me gusta, en verdad. Además Cata el es un cabrón—dije nerviosa.
—Claro eso lo dices porque lo quieres todo para ti, ¿no es así?—
— ¿Que?, por supuesto que no, no es así, de hecho yo lo detesto—dije con sinceridad.
—Es mentira, y Sebastián porque no dices nada, por que la apoyas—dijo Cata furiosa.
—yo no…. Es que ella dice la verdad—dijo el.
—Ya, muy bien pues quédense juntos los dos, pensé que eran mis amigo—
—y los somos—dijimos Sebastián y yo al mismo tiempo.
—Mentira, mis amigos nunca me harían eso—dijo y se fue justo cuando la campana sonó, todos se fueron a sus respectivas clases menos Sebastián y yo que nos quedamos parados frente al árbol.
``LA ESCUELA ES UNA MIERDA`` grite en mi interior.




Próximo capitulo : Cuando las cosas van mal, lo mejor es hablar claro.
Domingo.
rukiaza
rukiaza


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Mensaje por Monse_Jonas Dom 28 Abr 2013, 1:32 pm

Sube capi plis!!! hahah ese Félix ash :muere:
Monse_Jonas
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Mensaje por Swampy Vie 03 Mayo 2013, 5:26 pm

Me encanto el segundo cap, SIGUE!!! o te corto la yugular SERÉ BREVE: 2278276204 jeje, aunque se breve, jaja, te lo recomiendo, no vayas tan rapido SERÉ BREVE: 3851695399.
Swampy
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SERÉ BREVE: Empty SERÉ BREVE:....Capitulo 3 Cuando las cosas van mal lo mejor es hablar claro

Mensaje por rukiaza Mar 07 Mayo 2013, 8:19 pm

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Capitulo 3
Cuando las cosas van mal, lo mejor es hablar claro.
`` ¿Por qué las cosas siempre tienen que empeorar por culpa de otras?´´

Después de ese horrible día, no volví a hablar con Cata, Ximena y Anabel me siguen hablando un poco. Hace dos semanas que entre a la preparatoria y simplemente no puedo creer como es que Cata se molesto tanto por un chico que apenas y conoce. Por otra parte, Sebastián, se podría decir que se convirtió en por ahora mi único amigo en la escuela, pero tenia que arreglar las cosas con Cata y tenía que ser hoy, no mañana ni pasado, hoy, solo hoy.
Me desperté rápidamente de mi cama, me duche y me puse el uniforme, sostuve mi cabello con una pequeña diadema negra de encaje y lo alborote, baje las escaleras con la mochila en el hombro y me senté en el comedor.
—Mamá, ¿que almorzaremos hoy? —pregunte.
—Lo siento mi niña, pero, tendrás que comer fuera, tengo que salir de emergencia de la ciudad, tú abuelo a enfermado—dijo mi mamá desde la cocina.
—No, esta bien, dígale que espero y se reponga pronto, que le mando saludos y que lo extraño, que espero verlo pronto—dije preocupada.
—Claro, yo se lo digo—dijo mientras tomaba las llaves del coche.
—Nos vemos mamá—le dije.
—Te portas muy bien, regresaré en dos días—dijo y salió de la casa.
Abrí la puerta y la vi dar vuelta a la esquina de la calle, entré de nuevo a la casa, tome mi mochila y camine rumbo a la escuela. Sentía que olvide hacer algo, algo verdaderamente importante, pero no sabía que.
Seguía caminando y por alguna razón extraña, comencé a sentir un vacío, un peso enorme en mi estomago, que de repente llego a mi corazón, era el tipo de vacío que no te deja moverte, ese que no te deja respirar, el peso que no te deja pensar racionalmente. Pero en un segundo se fue, como si nada, ni siquiera podía pensar en nada, solo se había ido.
—Pequeña ¿te sientes bien?—Me pregunto una pequeña anciana de cabello corto y blanco.
—Si, estoy bien, gracias—dije con una sonrisa. ``Que es lo que he olvidado´´ .Pensé.
Estaba en la esquina de la escuela aun faltaban 30 minutos para que la campana sonara, faltaba demasiado, casi no había estudiantes, posiblemente Cata, Anabel o Ximena seguían en sus casas o estaban en camino apenas, tenia que matar el tiempo de algún modo.
Fui al patio trasero de la escuela, había tantos árboles que parecía un mini bosque, desde ahí, justo en este punto de la escuela se podía ver como el sol salía. Estaba a la mitad de salir, ilumino los árboles, después la cancha de futbol y termino por iluminar el techo de la escuela, había amanecido completamente, todo se veía hermoso, los pájaros cantaban y volaban por todas partes, la luz era clara había sombras de árboles en toda la escuela.
Comencé a patear una piedra por todo el patio mientras cantaba muy desafinadamente en voz baja Time after time de Cindy Lauper. Recordé a mi hermano que siempre la cantaba, no importa donde, en las vacaciones, en el supermercado, en el parque, en el baño, de camino a casa, él siempre cantaba la canción. ``Ahora debe de estar dormido en su casa´´.
No había aun nadie en la escuela así que empecé a cantar más alto, el coro era mi parte favorita.
—If you're lost you can look, and you will find me. Time after time—Canté como morsa.
—If you fall i will catch you, i'll be waiting. Time after time—Alguien mas canto. Voltee. ``Joder es Sebastián´´.
— ¿Qué haces aquí?—Le pregunté.
—Nada, simplemente caminaba por aquí y escuche a una morsa cantar—dijo con una sonrisa.
—Pu…pues…tu, tampoco cantas nada bonito—dije defendiéndome. Sabia que no cantaba bonito, pero me gustaba hacerlo, aunque sabia que eso era un peligro para el oído humano, por eso lo hacía cuando estaba sola.
— ¿Pero que dices?, yo canto como todo un Dios, ¿Qué no lo escuchas? —
—Por favor, ¿que Dios canta así?—dije burlándome de él.
—Yo—dijo con un falso tono serio.
—pues que feo, que feo en verdad, ahora se que haces en este mundo, te expulsaron permanentemente del Olimpo, por cantar así—dije con si fuera una critica de algún concurso de canto de la TV.
—No te burles de mi, que yo soy tú único amigo, no es justo que me trates de esta manera. Yo que te he apoyado tanto—dijo dramáticamente.
—Tarado, eres un dramático—le dije sonriendo.
—Es mi don natural, cariño—``Tarado´´. Pensé.
Entramos a la escuela, no había tantos alumnos todavía, faltaban 15 minutos para la hora de entrada, y, me estaba poniendo cada vez más nerviosa, no tenia ni la mas mínima idea de como decirle o mas bien de como explicarle a Cata de lo hace unas semanas, aunque sabía que las cosas ya no podían ponerse peor porque incluso ya sabia que no solo fue una vez, sino dos veces las que el tonto de Félix me beso.
La vi entrar por la puerta de la escuela, espere un momento, pero no me miro, camino por mi lado pero no me miro, me sentí rechazada, invisible. Entro como si no existiera al baño de chicas. Era el momento no podía esperar más. Entre rápidamente al baño y la encare en los espejos.
—Dame cinco minutos—dije en cuanto la vi.
—No me molestes—dijo ella arreglándose el cabello.
—Yo no lo besé, yo lo detesto, pero, aun así, lo siento—le dije. Se volteo me miro por un instante y me abrazó.
—No, pero, porque me abrasas. Aunque yo lo detesto, si te gusta, puedes estar con el—le dije
— ¿En verdad no te importa?—me pregunto.
—Si, bueno si me importa, no el, sino tú. Él es un cabrón, te lo juro, pero…—
—Eso ya lo se, soy muy masoquista sabes—me dijo.
—Esta bien, pero eso no significa que confié en el—le dije como si fuera su madre.
—Gracias, yo pensé que el te gustaba—
—Por su puesto que no—le dije.
—dime una cosas, ¿Que le dijiste cuando el te beso por primera vez?—pregunto mientras salíamos del baño.
— ¿Qué le dije?, pues muchas cosas, una de ellas fue….le dije que era un idiota que, qué había hecho y luego llego mi padre y me fui—
—Tal vez tengas razón, con eso de que es un cabrón, pero, no se porque me gusta ¿Soy una tonta?—me pregunto mientras caminábamos por el pasillo principal.
—No, eres una adolecente de preparatoria, según los expertos es muy normal a nuestra edad—le dije con una sonrisa, que se desvaneció cuando Félix apareció en frente de nosotras.
—Hola—le dijo a Cata.
—Hola—dijo ella tímidamente.
—Mónica te quería preguntar una cosa—dijo el. ``pero que idiota, ¿Quién carajos en Mónica?, es Cata, Catalina, tonto´´ pensé.
— ¿Quién es Mónica?— pregunto ella inocentemente, mirando a los alrededores.
—Se llama Cata, Catalina—dije y lo mire como si lo fuera a matar.
—Perdón, no soy muy bueno con los nombres—
—Mas bien no te importan—dije entre dientes. Cata me suplico con la mirada que no dijera nada inapropiado. Suspire.
—Yo creo que mejor los dejo solos, tengo algo importante que hacer—dije y salí pintada de ahí.
—Hanare—me llamó alguien mientras caminaba por el jardín.
— ¿Qué?— pregunte. Era mi compañero de Ética. Un chico de cabello castaño con ojos cafés.
—Bueno que te parece, si después de clases vamos a una cafetería cercana—me dijo sin titubear un instante. El tenía mucha confianza en si mismo. ``Y como no si es muy guapo con sus ojos cafés´´ pensé.
—Claro, si esta bien—le dije ruborizada, no podía negarme, no mientras me mirara.
—¡¡Bien!!—Me dijo con una deslumbrante sonrisa. —Te espero entonces, en la salida de la escuela—me dijo y se fue.
—Claro, claro—le dije como tonta. Pero mi ilusión se fue cuando recordé que tenía un problema más grande, que verme en el espejo para estar linda en la cafetería. El problema: Félix.
Vi a Ximena por el pasillo, y fui hacía ella.
—Ximena, oye ¿Dónde esta Cata?—le pregunte esperando que ya no estuviera con Félix.
—Esta con Félix—me dijo con una sonrisa.
— ¿Por qué lo dices tan feliz?—le dije sarcástica.
—No fue una sonrisa de felicidad, mas bien una de ``buenos días Hanare´´—me dijo, caminando hacía mi.
—Ya veo…y, ¿Qué piensa Anabel de esto?—le pregunte.
—Piensa que todo esto es una mierda—dijo moviendo las manos.
— ¿Y tú?—
—Igual, pero es lo que ella quiere, lo que a ella le gusta—dijo Ximena.
—Si, tienes razón—le dije.
—bueno me voy—dijo.
—Si, nos vemos en clases—le dije y vi a Cata con Félix y sus amigos. Me fui furiosa por los pasillos. Entre rápidamente al salón y me senté de golpe en mi butaca, mire de reojo y Sebastián me miraba curioso. Parecía un niño.
— ¿Qué?— pregunte.
—Nada, nada—dijo y se concentro en su tarea de Ingles. Sonreí y el también.
Las clases comenzaron y parecían eternas. En la clase de ingles antes del receso, pensé que iba a morir hasta que una sorpresa me revivió.
—dice, Xavier que es para ti—me dijo Anabel, dando me un pequeño papel.

``Hanare, te quiero decir que lo lamento mucho pero, no podre ir contigo hoy a la cafetería después de la escuela….espero y me perdones´´. Morí definitivamente.

``No te preocupes lo entiendo, ya será otro día´´. Escribí en el papel.

—Anabel, dáselo a Xavier por favor —dije. Estaba algo decepcionada, en verdad quería salir con él. No era mucho de salir con chicos, en realidad apenas y quería que me notaran, pero, esta vez, en verdad quería que él me notara.
Xavier me volteo a ver y me sonrió, no pude hacer nada más que contestarle la sonrisa con otra. Después de un tiempo que pareció eterno por fin sonó la campana, salí lo más rápido posible de salón y me fui a la cafetería. Mi cabeza daba vueltas, apenas y podía caminar sin tropezarme; pasaba por el jardín cuando me tropecé con una jardinera y sentí que alguien me sostuvo de la cintura.
—Hoy estas más rara de lo común—me dijo Sebastián.
—Gracias, eres buen amigo—le dije.
—Para eso estoy—dijo el levantándome.
—Dime algo, ¿Alguna vez te a gustado alguien del sexo opuesto?—le pregunte mientras caminábamos.
— ¿Pero que pregunta es esa?, por supuesto que si— dijo rodeando mis hombros con su mano.
— Ya veo—
— ¿Porque lo preguntas tan de repente ?—me dijo.
—Bueno es que, tenía curiosidad por saberlo—le dije.
—Bueno—dijo. Caminamos hasta la cafetería y como siempre estaba llena, llegamos a la fila y Sebastián soltó mis hombros y reviso su bolsillo.
—Oye, no me siento muy bien, mejor me regreso dentro, el sol me molesta mucho—le dije sobándome la cabeza. Pensaba que me iba a explotar.
—Ohh, claro será mejor que le digas al prefecto, estas muy caliente, tal vez tengas fiebre—me dijo tocando mi frente.
—Si, esta bien, nos vemos—le dije con una sonrisa.
Mientras caminaba de la cafetería al jardín de la escuela vi a Félix con sus amigos, suerte que Cata ya no estaba con ellos. Me miro mientras caminaba por donde el estaba, nuestras miradas no eran las típicas miradas, profundas, extrañas o hipnóticas, mas bien eran todo lo contrario, eran miradas de amenaza, de rivalidad, no confiaba en él, por lo que no pude apartar mi mirada de él. No me di cuenta que justo en frente de mi iban Sol y su compinche Julieta de el grupo A, hasta que me tope con ellas; caí sobre la tierra del jardín con múltiples rocas y más cosas puntiagudas, ambas chicas no se detuvieron al verme tirada con lombriz en el suelo, solo siguieron su camino riendo.
Félix se acerco a mí y se agacho para ver como estaba.
— ¿Estas bien? ¿No te paso nada?—interrogo Félix.
—He, Hanare ¿Estas bien? ¿Qué paso?—apareció diciendo Xavier, que estaba sentado hace un momento sobre el césped.
—Estoy bien, puedo sola, déjenme—exclame algo frustrada.
Sentí un ardor en la mano, que después se convirtió en dolor. ``Genial me corte con un vidrio´´. Pensé.
— ¡¡Rayos!!—dije.
—Este….sangre—dijo Félix mientras sacaba el vidrio.
—Y es demasiada—afirmo Xavier.
—No te preocupes, te perdono, sólo porque eres linda—dijo Félix.
— ¿Qué?...pero-lo mire confundida. —pero yo no necesito tu perdón, al contrario—dije algo molesta, confundida y titubeando.
— ¿Qué? ¿Por qué?—pregunta.
—Porque, por tu culpa estoy así— dije molesta.
—Eh ¿por?— dice.
—Por mirarme como loco mientras camino—
—Pero yo digo por la sangre—
—Si, exacto…eso también fue por tu culpa—
— ¿Qué? eso no fue mi culpa—dijo el sorprendido por lo que le dije.
—Claro que si—dije mientras me levantaba y camino a la enfermería.
—Hey, ¿Qué haces?, no puedes ir con la mano como si no tuvieras nada—me dijo Félix mientras me seguía y dejaba solo a Xavier.
—Claro que puedo—le replique.
—Bueno si, si quieres que los carroñeros vengan y te destrocen—
—Ojala vengan y te destrocen a ti—le dije.
— ¿Por qué a mí?—pregunto.
—Porque seria divertido—dije y lo ignore.
En lugar de ir a la enfermería como lo tenía planeado, fui al baño de chicas. Mire mi mano y la herida no estaba tan mal como pensaba, lave mi mano con jabón y la seque con un pañuelo desechable que una chica me regalo. Salí de baño y me encontré con Cata. Se veía demasiado animada.
—No vas a creer lo que me paso— me dijo agarrando mis manos.
— ¡¿Que pasó?!—pregunte.
—Félix me invito a salir.... el sábado—dijo expulsando felicidad hasta por los dedos
—Que bien, bueno espero que todo salga bien....en verdad—dije. Aunque yo aun no confiaba en el, quería intentar aceptarlo como dijo Ximena.
Iba a ser muy difícil.
—Si igual yo—.Dijo mientras caminábamos al salón. —Pero ¿que te paso en la mano?—Pregunto mirándola.
—Nada me caí—dije
—Ohh...si, ya recuerdo que Félix me conto que te caíste, y el te ayudo ¿verdad?—me dijo con cara de ángel.
—Si, el me ayudo-dije y entramos al salón.
El receso no acababa todavía, por lo que no había muchos estudiantes en los salones. No me había dado cuenta, pero de repente el cielo se nublo, tomo un color muy oscuro, completamente diferente al cielo azul de esta mañana. ¿Cuando oscureció tanto el cielo? . ''No me di cuenta de nada, ¿En donde estaba mi cabeza cuando eso paso?''. Pensé.
Cata pasó de repente en frente de mí. Me había quedado parada en la puerta, congelada. ‘‘Que me esta pasando, porque me pasa esto''. Cata se sentó en su butaca y me miro, se levanto, aliso su falda y su cabello y se sentó de nuevo.
— ¿Que te pasa Hanare?, estas muy rara hoy—me dijo.
—No lo se—
—Ven, siéntate—me dijo. —Quiero contarte algo—
—Si, ya voy—dije y me senté en mi butaca.
— ¿Porque no sales con Sebastián?—me pregunto volteándose para verme.
—Por que no, él es solo mi amigo—dije sorprendida por la pregunta.
—si pero, los he visto estas semanas y en verdad por un momento pensé que ustedes eran algo—
—No, por supuesto que no—dije con una sonrisa.
—Pues yo creo que deberían salir—dijo Cata con un brillo que no entendí en los ojos.
—No—
—Si, se verían muy bien juntos—dijo. Suspire y mire la ventana. Comenzó a llover, llover en serio. Cata miro a la puerta y se paro enseguida. ''Félix'' pensé.
—Vaya, adivine sin siquiera mirar—dije. Cata rio y se fue junto con el. Era la única en el salón.
''Al comienzo del curso me alegre por tener este lugar y ahora me siento sola. Aunque no se porque. Donde esta Sebastián'' pensé.
Las gotas de lluvia eran demasiado rápidas en la ventana, caían como si fueran a morir sino se movían, lo cual es irónico ya que, aunque no tienen vida, morirán si se mueven, caerán al suelo y ya no existirán, no de la misma manera, serán agua es cierto, pero ya no serán gotas de lluvia. ¿Sera lo mismo cuando una persona muere?
Mire mi reloj, había pensado que faltaba poco para que el receso terminara, pero no.
Estaba sola, para mi eso no hubiera sido un problema antes de hecho me gustaba estarlo a veces, pero esta vez quería, en verdad quería estar acompañada, no quería estar sola, me sentía agotada por algo, algo que no lograba entender. ''Tal vez es porque Xavier canelo nuestra cita' 'pensé. ‘‘Pero creo que eso ni siquiera era una cita, tonta''.
''Este salón se ve muy diferente cuando hay sol''. El salón era de un clásico color café con color cremoso. El escritorio de la maestra estaba al lado del pizarrón y enfrente de el, las butacas, era un salón típico, a excepción creo de los colores. Las cortinas eran rojas y el piso blanco, en las paredes había papeles de ética, historia de México y universal y de química. Oí a alguien entrar al salón.
—Pensé que ibas a ir a la enfermaría—dijo Sebastián.
—No, ya no me siento tal mal—Mentí. La cabeza me dolía.
—Supe que vas a ir con Xavier a la cafetería después de la escuela—dijo sentándose a mi lado.
—No, bueno el cancelo, pero no importa—dije mirando la mesa de mi butaca.
— ¿Estas segura de que no importa?—pregunto bajando la cabeza para mirarme.
—Estoy bien, en verdad—dije mirándolo.
—Pero, eso no quiere decir que estés feliz—me dijo sin apartar su vista de mi.
— ¿Como te enteraste?—le pregunte cambiando de tema.
—Me lo dijo Anabel—dijo.
—Ya, y ¿como se entero Anabel?—pregunte.
—Se lo dijo Cata y a Cata se lo dijo Félix y a Félix se lo dijo el mismo Xavier—dijo moviendo las manos para explicar una cadena.
—Pues al final el cancelo—dije.
— ¿Por?—pregunto.
—No lo se—
—Bueno, yo te invitaría a salir pero, no creo que sea lo mismo para ti—dijo mirando por la ventana. — ¿Verdad?—me volteo a ver.
—No, no seria lo mismo, seria mucho mejor—dije con una sonrisa.
—Claro—dijo sonriendo de tal manera que sus dientes se veían.
—Entonces, después de clases a la cafetería de la vuelta—dije.
—Después de clases—dijo Sebastián.
—Por favor tu no canceles—le roge.
—Nunca lo haría—

Sonreí.


A la hora de salida de la escuela Sebastián me esperaba en la puerta de la escuela, mientras yo estaba platicando de moda con Ximena. Mi estilo de moda no era muy bueno como el de ella, pero tampoco era tan malo. Salí de la escuela y camine por el jardín.
— ¿Nos vamos?- dijo Sebastián en cuanto me vio.
—Si, vámonos-le dije.
— Está bien, pero espera un momento...solo un momento—me dijo caminando hacia un chico de 3er año.
—Ves te dije que hacen bonita pareja—me dijo Cata dándome un codazo.
— ¡¡CATA!!—le dije rogando que no lo dijera en voz alta.
—Pero si Anabel y Ximena piensan lo mismo—dijo burlándose de mi.
—Si—dijeron las dos a la vez.
— ¿Ya nos vamos?-apareció diciendo Sebastián.
—Si vámonos—le dije.
La lluvia había parado un poco, ahora solo caían unas cuantas gotas del cielo. Estaba caminando al lado de Sebastián, el más bien estaba muy cerca de mí, no eran más de las 4 pm, pero como el cielo estaba todavía demasiando negro parecían como las 7 pm. Las calles llenas de lluvia parecían como de película, mas bien, como de manga shoujo, para mi, pero esta vez obviamente no se trataba de un manga shoujo, ya que estaba con mi mejor amigo, y eso no iba en un manga shoujo, definitivamente no, pero igual era bueno.
Los carros pasaban con precaución por las calles, los arboles estaba llenos de agua y constantemente caían gotas de ellos. Llegamos a la cafetería y había poca gente.
—Que raro este lugar siempre esta repleto de gente—comento Sebastián.
—Tal vez es porque a llovido—le dije.
—No lo creo, cuando llueve es el mejor momento para venir este lugar—dijo. —Tomemos una mesa—
—Si— dije. Caminamos a una de las mesas que tenían vista a fuera, las sillas eran altas al igual que la mesa, tome asiento justo en frente de él, una chica de cabello teñido de rubio nos atendió.
—Lo de siempre, cariño—dijo con un tono coqueto. Mire al rededor para ver a quien le decía, hasta que me di cuenta que le hablaba a Sebastián.
—Si, gracias—dijo el avergonzado.
— ¿Y tu?—me dijo la chica apuntándome con su pluma antipáticamente.
—lo mismo que él—dije. No tenia ni idea de como o que se pedía, ni siquiera sabia que se vendía y mucho menos que significa `lo mismo que el´.
—En un momento—dijo y me dio una fría mirada. Se volteo y a Sebastián le dio un giño demasiado obvio y una gran sonrisa.
— ¿La conoces?—lo interrogue en cuanto la chica del giño dio 5 pasos fuera de nuestra mesa.
—Pues no, no exactamente, solo cuando vengo a este lugar—dijo.
— ¿Y cada cuanto es eso?—Le dije. Parecía novia celosa.
—Como 3 o 5 veces a la semana—dijo pensando.
—Bueno, pues está bien... ¿No has pensado en salir con ella?-pregunte, mirando a la chica.
— ¿Que?, ¿como crees?, si tiene como 25—dice riendo.
—Si, que bueno—dije sonriendo.
De nuevo como tantas veces atrás, el silencio, volvió a parecer, pero no era incomodo, no con él.
—Todo salió bien con Cata al final ¿No?—dijo después de un largo rato.
—Si, todo esta perfecto ahora, ella me perdono, y aunque yo no confió en Félix, intentare hacerlo por ella—dije jugando con un pequeño sobre de azúcar.
—Que bien, pero no hay que quitarle un ojo de encima a ese tipo—dijo Sebastián.
—Aquí esta lo que pidieron—dijo la chica del guiño, mientras ponía dos tazas de cafés, una café y otra verde junto a dos pastelillos de chocolate.
—Gracias—dijo Sebastián.
—Gracias—dije yo también.
—De nada, provecho—dijo se fue. Sebastián me miraba curioso.
—Sabe rico… ¿verdad?—le pregunte mirándolo.
—Claro—dijo con una gran sonrisa. Mire la taza de café, que tenia una textura cremosa, con un color blanco y una espiral color canela.
—Canela—dije y lo probé. Estaba delicioso.
— ¿Te gusto?— pregunto ansioso.
—Si, esta delicioso—dije haciendo una expresión de gusto.
—Lo sabia, sabia que te iba a gustar—dijo contento.
—Ahora pruébalo tú—le dije.
—Yo ya lo he probado muchas veces, pero esta bien—dijo y acerco la taza verde a su boca.
—mmmm...que rico—dijo. La redondita taza verde hacia un hermoso contraste con sus ojos azules, era algo pálido, nunca lo había notado, pero tal vez era por el cielo nublado.
— ¿Que es esto?— pregunte sosteniendo un pequeño libro de color negro.
—Nada importante, es sólo un libro que estoy leyendo—dijo casualmente.
— ¿De que trata?—pregunte.
— Es sobre la opinión del amor, no es famoso el libro, pero me gusta, me lo regalo mi hermana, el día que se caso—dijo tomando de su café.
—Y tu ¿que piensas de eso?...del amor—dije mirando el libro.
— ¿Que pienso?—dijo pensando. —Pienso que el amor...pienso que no se puede vivir sin el, no se podría, no al menos los hombre, no duraríamos ni un año sabiendo que no existe, que no hay amor para nosotros—dijo sonriendo.
—Entonces, piensas que no se puede vivir si el—dije moviendo el betún del pastelillo con la cuchara.
—Si—dijo.
— ¿Eso es todo lo que piensas?— pregunte.
—No se puede vivir sin la persona amada—
—Si que puedes—dije firme.
—no se puede—repitió.
—Si puedes, se puede vivir incluso sin alma—
—Pero no en paz—dijo.
—Pero vives—
—No era eso a lo que me refería— dijo acercándose.
—Tú no te especificaste—dije levantando la ceja. Me miro y sonrió.
Era increíble lo que decía, me resultaba imposible creer que no se podía vivir sin una persona, incluso pensaba que el ya sabia como pensaba yo y lo hacia por molestar....pero en el fondo de mi mente quería creerle.
—Sabes, mejor hay que cambiar de tema—me dijo.
—Está bien—dije.
— ¿Como esta tu familia?—pregunto.
—Mi papá esta en su trabajo, mi mamá se fue porque mi abuelo está enfermo y mi hermano en Zacatecas—
—Ya veo—dijo.
—Ya es algo tarde mejor me voy—dije.
—Si está bien, yo te acompaño—dijo Sebastián parándose de su silla.
—No esta bien, gracias, fue muy bueno salir contigo, prométeme que lo volveremos a hacer—le dije con una sonrisa.
—Si, claro, lo prometo—dijo. Me acompaño hasta la parada del camión. Me despedí de él desde la ventana del camión, lo mire por unos instante y después desapareció entre la multitud.
Llegue a mi casa y estaba sola, mi padre aun no llegaba. Subí a mi cuarto, prendí mi computadora, tenia dos mensajes nuevos, ambos de mi madre.

Hija ¿estas bien? come bien y pórtate bien, no hagas enojar a tu padre y llega temprano a casa, no pienses que porque no estoy puedes hacer lo que quieras.

Te quiero.
Mamá.

''Haré caso lo prometo, mamá'' pensé.
Baje a la cocina por comida, encontré el en refrigerador un pequeño pastel, verduras, pero nada era de mi gusto. Prendí la estufa y puse agua en un recipiente resistente al fuego, le agregué sopa instantánea sabor pollo y espere a que se preparara.
El teléfono sonó cuando estaba apunto de revisar la sopa. Corrí a la sala y tome el teléfono.
—Mochi mochi—dije usando el saludo por teléfono en japonés.
—Hanare soy yo, Manuel, iré de visita la próxima semana...bueno ¿esta papá o mamá?—Pregunto. ''Manuel'' pensé.
—No, no están ¿por?—pregunte.
—No, por nada luego llamo, te cuidas hermanita, no vemos—dijo algo serio.
—Jane—dije y colgó.
Regrese a la cocina y el teléfono volvió a sonar, corrí de nuevo pero ahora mas animada.
—Mochi mochi—dije saltando al sofá.
—Hola...soy yo, Sebastián—dijo de la otra línea.
—OHH Sebastián, sólo eres tú—dije con decepción. Esperaba que fuera otra vez mi hermano.
—Perdón solo quería decirte que Cata me dijo que te esperaba, en la playa a la 6, claro que si podías ir—dijo algo extraño.
—Ohh, si claro dile que si iré—dije sonriendo.
—Está bien, oye...—La sopa empezó a hervir.
—Sebastián, me tengo que ir o mi cocina explotara—dije mirando la estufa.
—Seré breve, lo prometo: no me odies, por favor—dijo y colgó

Comenta y espera el próximo capitulo
rukiaza
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Mensaje por rukiaza Jue 09 Mayo 2013, 6:38 pm

Swampy escribió:Me encanto el segundo cap, SIGUE!!! o te corto la yugular SERÉ BREVE: 2278276204 jeje, aunque se breve, jaja, te lo recomiendo, no vayas tan rapido SERÉ BREVE: 3851695399.

Ya esta el 3 capitulo espera el 4 que se pone bueno XD
rukiaza
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Mensaje por Monse_Jonas Mar 28 Mayo 2013, 11:55 am

:O que es lo que pasa!!!!!!!!!!!!!!!!??????? síguela!!!!!!!
Monse_Jonas
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SERÉ BREVE: Empty SERÉ BREVE:....Capitulo 4 Marea Roja

Mensaje por rukiaza Mar 28 Mayo 2013, 12:12 pm

Capitulo 4
Marea roja.
‘‘¿Caminamos por la playa?''


Esa tarde a las 5:30 pm salí de mi casa y camine rumbo a la playa. Tenía 2 meses viviendo en esta ciudad y sólo había ido a la playa una vez, serian dos con esta. Las calles de esta ciudad siempre estaban repletas de personas, no importaba la hora. Algunos eran turistas de todas partes de México y otros extranjeros.
En el camino me pare a hacer unas compras en un 24 horas. Cuando llame a Cata después de que Sebastián me llamara para decirme que ella me esperaba en la playa, me dijo que comprara bebidas y comida chatarra para comerla en la playa, ya que según ella tomaría un rato para contarme algo groso.
Entre al 24 horas y me fui directamente a los congeladores, tomé té helado uno para mi y otro para Cata, cerré la puerta del congelador con un pie y el cobrador me miro dudoso, como si fuera una criminal.
Camine con paso rápido hasta las frituras apenada, no quería que el cobrador veterano me viera otra vez, al parecer algo era seguro en esta ciudad: no confiaban en los jóvenes de preparatoria, creo que es así en todo el mundo, tal vez creían que en cualquier momento empezaría a destruir el local y a gritar ''VIVA LA JUVENTUD ‘o algo así...como en las películas americanas.
Mire detenidamente las bolsas de papas que estaban en los estantes, había tantas que no sabia cuales escoger. No sabía si elegir una papas clásicas y unas con limón o unas clásicas y unas sabor queso. Al final me decidí por las de sabor limón y unas clásicas, después de eso sólo faltaba una cosa, una importante para mí, un dulce picante. Fui al pasillo de los dulces y me di cuenta que el cobrador no me dejaba de mirar, en ese punto no sabia si el señor no confiaba en mi y quería mantenerme vigilada y ver si no me robaba algo o si no iba a la sección de bebidas alcohólicas o era un pervertido pedófilo acosador. Rece porque fuera la primera teoría.
Me agache en el pasillo para que no me viera y tome un dulce de tamarindo lo suficientemente grande y duro como para atacar al viejo pervertido si se quería pasar conmigo cuando me acercara a pagar. No había mas personas en el local por lo que podría ser fácil para él. Me levante disimuladamente y lo vi por encima de los estantes con precaución, el viejo ya no me miraba, estaba parado de espaldas hablado con alguien. Ese tipo era un gigante, media como 2 metros y era muy grande, estaba calvo y por debajo de su manga derecha llevaba un tatuaje apenas visible, su camisa de trabajo podría ser un vestido para mi y aun así me quedaría enorme, no era muy delgada pero el era enorme. El viejo apuntaba constantemente a mi dirección pero no volteaba.
Me agache otra vez y me asegure de traer todo lo necesario para la playa. Estaba todo. Era el momento para ir a cobrar, salí del pasillo y camine a la caja sin mirar a arriba, llegue a la caja y puse las cosas para que las cobraran, levante la vista y me sorprendí al ver que el señor ya no estaba, me sorprendí tanto que gemí del susto. No era el viejo pervertido pedófilo acosador sino Xavier, pero que hacia trabajando aquí, no tenia nada de malo, pero no me lo esperaba, sonrió al verme, pero yo seguía demasiado sorprendida y avergonzada, que le habrá dicho el viejo de mi, no quería que el pensara mal de mi, aunque, yo no he hecho nada malo.
—Hey Hanare—me dijo tomando unas papas y las paso por el escáner.
—Hola—dije finalmente.
— ¿Vas a una fiesta o algo?—pregunto curioso. —Y no me invitas—
—No en realidad, no, a demás tú estas trabajando—dije.
—Si tienes razón, pero vas muy guapa, vas a ver a tu novio ¿verdad?—dijo sonriendo.
— ¿Que? ¿Yo?...no para nada—dije. ¨ ¿A que se refiere con eso de novio?¨. Pensé.
—Bueno, y entonces ¿Me perdonas por no poder ir a la cafetería contigo?, como ves esta es la razón, mi papá quería mostrarme algo entes de venir a mi primer día—dijo mirando el total de mis compras.
—Ya...claro que te perdono, esta bien—dije buscando las palabras correctas.
—Que te diviertas—dijo cuando salía del 24 horas. Dijo otra cosa entre dientes pero no pude entenderle.
Salí del autoservicio y camine a la playa, no podía creer que me había tardado 15 minutos comprando unas cuantas cosas, sólo tenia 10 minutos para llegar a la playa y a Cata no le gustaba que las personas se atrasaran. Llegue al malecón de la ciudad y baje las escaleras a la playa. Cata me esperaba sentada en la playa, pero a su lado había otra persona.
—Hola—dije acercándome a ella.
—Estas aquí—grito como niña.
—Si aquí estoy—dije mostrando la bolsa con lo que me pidió.
—Que bien—dijo. Me di cuenta de que quien estaba con ella era Félix. Cata pudo sentir que el ambiente se tenso.
—Aahh...Bueno el ya se iba, dijo que iba a ir con su primo ¿No?—dijo Cata mirando a Félix y luego a mi y luego otra vez a Félix
—Si ya me tengo que ir—dijo el mirándome.
—Bueno, que te vaya bien—dije mostrándole la salida de la playa, mas bien corriéndolo.
—Hanare—dijo Cata seria. Sonreí.
—Si ya me voy, nos vemos luego Cata—dijo Félix y camino al malecón.

Cata y yo nos sentamos en una manta que ella había puesto antes, le di su té verde y yo tome el mío, las papas Cata las puso en el medio de las dos y empezamos a comerlas como locas. La marea no estaba muy calmada en esta playa no había gente dentro por lo que posiblemente había marea roja, el aire era calmado y fresco, muy bueno.
—Pensé que Félix te había invitado a salir hasta el sábado—empecé.
—Si, pero me lo encontré por casualidad, mientras venia para la playa y el me acompaño—dijo mirado el mar.
—Pues yo sigo pensado que no es de fiar—dije tomando una papa.
—Eso es porque no lo conoces—dijo Cata.
—Y no quiero—dije riendo.
—En realidad el es una buena persona, tienes que tratarlo, es muy divertido, y tierno—dijo.
—Lo dices.....no puedes saber como es, si llevas muy poco de conocerlo—dije mirándola.
—Ese tiempo es suficiente para darte cuenta de lo bueno que es, en verdad—dijo seria.
—Pues si tienes un poco de razón, digo, a mi me tomo 2 días para darme cuenta de que es un cabrón—dije.
— ¿Por favor?—me rogo Cata.
—Este bien—dije.
El cielo estaba anaranjado ahora y hacia más calor que hace unas horas, Cata se paro y camino hacia el mar, llevaba un short negro con una hermosa blusa azul marino tipo marinero y unas sandalias de varilla. Visualicé en mi mente la imagen de mi en el espejo antes de salir de mi casa, no me veía tan linda como ella con mi short verde militar y mi blusa blanca que tenia escrito en letras rojas ''sport'', aunque el corte de la blusa era muy lindo creo que lo arruinaba todo mi simples sandalias negras y mi bolso cruzado negro.

Recordé la razón de porque estaba aquí cuando Cata me miro y luego miro hacia arriba. Me iba a decir algo groso.
—Cata ¿Que es lo que me tenias que decir?—le pregunte caminando hacia ella.
—Nada importante, en realidad sólo dije eso para que vinieras—dijo mirándome.
—Bueno—dije mirando el mar.
— ¿Te dije que invite al Anabel y Ximena? no tardan en llegar, creo—dijo de repente.
—No, pero está bien—dije con una sonrisa.
En ese momento unas chicas llamaban a lo lejos, me gire para ver. Ximena y Anabel bajaban las escaleras a la playa. Anabel llevaba una linda blusa color melón y un pantalón corto color mezclilla. Ximena con su cabello castaño, llevaba un vestido veraniego color verde con unas sandalias negras.
Cata camino hacia ellas y yo la seguí de cerca.
—Ya estamos todas—dijo Cata contenta.
—Si, trajimos cosas—dijo Ximena.
—WOW, si que son cosas ¿Que es?—pregunte mirando la enorme bolsa de Anabel.
—Pues muchas, como una manta más grande para las cuatro, comida....no saludable—dijo con una sonrisa. —y bebidas… —
— ¿Bebidas?—Pregunte dudosa.
—No alcohólicas, tonta—dijo Ximena riendo.
—Que bueno, entonces a comer—dijo Cata.
—Esto es muy sospechoso—dije cuando todas se en caminaron y yo me quede a la orilla del mar.
— ¿Qué?—preguntó Anabel.
—Parece como si todo esto ya lo hubieran planeado antes—dije.
—Pues si, en realidad si—Dijo Ximena.
—Lo planeamos cuando yo todavía estaba molesta contigo—dijo Cata.
—Pero hoy, como ustedes se contentaron, Cata te invito—dijo Anabel.
— ¿No estas enojada...verdad?—pregunto Cata.
—No, claro que no...Vamos a comer—dije con una sonrisa. No me molestaba que Cata haya hecho planes y no me haya invitado, si en ese entonces ella estaba enojada conmigo, y Anabel y Ximena no me invitaron porque sabían que no seria bueno. Después de todo, estoy aquí porque decidí hacer....''las pases'' con Cata y ella misma me invito, así que esta bien.
Pusimos la nueva manta en la arena y nos sentamos a comer. Ximena saco de la bolsa una pizza....''pero, como saco una pizza de ahí´ pensé.
—Ohm pizza—dijo Cata.
—Tu Sebastián, me dijo que hace mucho que no comías pizza, me dijo cuando le pregunte que te gustaba más, el tonto me dijo que no sabia pero que le habías dicho que no comías pizza hace mucho, así que la traje ya que, es la primera vez que salimos juntas las cuatro—me dijo Ximena.
— ¿Mi Sebastián?—pregunte.
—Ohh si claro, se me olvido decirte—dijo Cata atragantándose con su té.
— ¿Decirme que?—pregunte.
—Es que, cuando tu y Sebastián salieron de la cafetería, y te fuiste, Félix y yo estábamos por ahí, después paso Xavier y le dijo que....bueno no escuche mucho eso ni se como paso pero el punto es que Xavier y Sebastián empezaron a hablar y yo creo que Xavier le dijo algo que molesto a Sebastián porque el le dijo que tu eras su novia—me explico Cata.
— ¿Que yo era su novia?—pregunte sorprendida.
—Si—dijo Cata.
—Pero no te enojes con el, sólo lo hizo por que se preocupa por ti y Xavier no es un buen tipo—dijo Ximena.
—No, él no tenía porque decir eso, si sabe que a Hanare le gusta Xavier—dijo Anabel.
—Si, por eso lo dijo, él ya sabe eso, no creo que lo haya hecho con mala intención—defendió Ximena. Ahora lo entendía, por eso Xavier me pregunto que si iba a ir con mi novio, y por eso Sebastián me dijo que no lo odiara. No lo odiaba pero estaba molesta por lo que dijo, el sabia que a mi me gustaba Xavier y que, lo que menos quería era que el pensara que yo tenia novio, no lo tengo, pero... ¿Que le habrá dicho Xavier que le hizo decir eso? tenía que averiguarlo.
—bueno pero ¿tu que piensas Hanare?—me pregunto Cata.
—Es un cabrón—dije metida en mis pensamientos.
—Sus palabras vienen de sus pensamientos, se le ve en la cara, esta molesta—dijo Ximena.
—Y como no, yo también lo estaría—dije Anabel acomodando sus rubios cabellos. —Mejor hay que hablar de otra cosa y comer la pizza—dijo tomando un trozo.
—Si—dije. Cada una tomo un trozo de la pizza y comimos, el cielo ya estaba más anaranjado y el mar seguía algo turbio.
Cuando acabamos de comer y gritar como locas recogimos las cosas y fuimos a la orilla del mar a mojarnos los pies, Cata y Ximena seguían gritando y más cuando la ola se acercaba a ellas.
—Hey—grito Anabel. — ¿Caminamos por la playa?—nos pregunto.
—Pero yo quiero mojarme, quiero meterme al mar, no sólo estar en la orilla—se quejo Ximena.
—Pero hay marea roja, no vez las banderillas—dije apuntando las banderillas rojas que estaban en la arena.
—Podemos caminar, y si nos apuramos podemos llegar a un lugar estable antes de que oscurezca—dijo Anabel.
—Bueno hay que apurarnos—dijo Cata corriendo por la arena con sus sandalias en la mano.
—Espérame—le grito Ximena corriendo atrás de ella. Anabel y yo fuimos por las cosas. La bolsa de Anabel era muy práctica, como ya no traía la caja de la pizza y las bebidas ahora era mucho más pequeña con solo la manta y mucho más liviana, casi estaba del mismo tamaño que mi bolso. Recogimos nuestras sandalias y corrimos tras ellas, que gritaban como si las fueran a matar. Pasábamos por entre las muchas familias que se divertían a la orilla del mar y algunos ancianos y señores nos miraban como si recordaran su juventud incluso algunos reían.
—Cata, dije caminar, no correr—le grito Anabel. Parecían locas gritando y riendo por toda la playa. La arena del mar era pesada no se como no se cansan. Seguimos corriendo hasta que encontramos una bandera verde; Cata y Ximena gritaron aun más cuando la vieron, soltaron sus sandalias al aire y corrieron al mar.
—Al fin—dijo Anabel recogiendo las sandalias de la arena.
—Vaya sitio más afortunado que escogieron—dije. Parecía que su día no podía salir mejor, el lugar estaba lleno de chicos turistas, había muchos chicos rubios, morenos e incluso unos cuantos pelirrojos.
—Creo que lo hicieron a propósito—dijo Anabel guardando las sandalias en su bolsa.
—Vamos al mar—dije.
—Si vamos—dijo y puso su bolsa en la arena.
El agua estaba el algo fría. Me llagaba a las rodillas y empecé a imaginar que en cualquier momento algo me agarraría el pie y morirá.
—Yo...yo mejor las espero aquí...no mejor en la orilla...si, en la orilla—dije caminando a la orilla.
— ¿Qué?, claro que no, tu te vienes con nosotras—dijo Anabel.
—Es que me da miedo—dije.
— ¿Porque?—pregunto.
—Porque si me sale algo y me pica o me muerde o me ahogo—dije.
—No claro que no, mira a Cata y a Ximena, nada les a pasado ¿Verdad?—me dijo tomando mi mano.
—Bueno esta bien—dije y la seguí de cerca. Voltee a ver cuan lejos estaba de la orilla y me sorprendí al ver que algunos chicos nos miraban curiosos.
—Ana...Anabel, nos están mirando mucho—le dije cuando el agua ya me llagaba a la cintura.
— ¿Quienes?—pregunto girándose. —Ooh...ya, no importa, vamos—dijo.
Llegamos a donde Cata y Ximena y me pregunte porque no iban mas dentro como los demás.
—no vamos mas dentro porque no traemos ropa para el mar, nos podríamos ahogar—dijo Cata.
—Ves, Anabel me puedo ahogar—dije con miedo. Estaba como niña agarrada de ella.
—Claro que no sólo si entras mas, además traes un short eso es para mi que traigo pantalón—dijo calmándome.
—si y además es un pantalón corto te llega como a las rodillas, no hay problema—dijo Ximena a Anabel.
-Hablando de problemas—dijo Anabel. —porque... ¿decidieron quedarse aquí? .... ¿ya vieron a su alrededor?—
Cata y Ximena miraron a todos lados y se sorprendieron aun más que yo. Rieron y hablaron cosas que no puede entender bien.
— ¿Cómo no nos dimos cuenta?—dijo Ximena.
—Que coincidencia—dijo Cata.
—Si claro coincidencia—dije con sarcasmo.
—Hay que divertirnos—Dijo Ximena.
La siguiente media hora no la pasamos divirtiéndonos y jugando con unos chicos turistas. Yo no quería mucho, pero, incluso Anabel parecía animada con la idea de jugar con turistas españoles. Los chicos tenían un lindo acento y eran muy amables; recordé lo que una vez me dijo mi prima, que los españoles eran muy guapos y calientes, posiblemente eso estaban pensando Cata, Ximena y Anabel. Nos divertimos mucho hasta que el reloj marco las 7:30 y teníamos que volver a nuestras respectivas casas. Nos despedimos y me fui a mi casa corriendo antes de que mi padre llegara a casa.
Pase por una calle transitada y pare un una esquina. Me congele. Regrese por donde venia y mire detenidamente una tienda de música. Ahí justo en frente de mi estaba la mas asombrosa, hermosa, y extraña mochila que jamás haya visto, mi mochila no era bonita y estaba algo gastada porque era la que llevaba en la secundaria. La mochila simple sin tantas bolsas y negra tenia impreso el nombre de varias bandas de rock y de metal como The Doors, Led zappellin, Scorpions, The Beatles, AC/DC, Guns & Roses, Nirvana e incluso de rock alternativo como Audioslave y rock mas actual como HIM y Marilyn Manson. Era la mochila perfecta. Toque mi bolso para ver si traía mi monedero de onigiri y sentí mi ropa mojada. No podría entrar a la tienda mojada, pero si alguien mas compraba esa mochila. No podía esperar hasta mañana para comprarla. Entre mojada a la tienda y agarre la mochila.
— ¿Sólo comprara eso?—me pregunto amablemente la chica de la caja, tenia el cabello rojo artificial y lo llevaba en una coleta despeinada, vestía completamente de negro y tenia un industrial en la oreja.
—Si gracias—dije.
—Son 120—me dijo poniendo la mochila en una bolsa. Page y tome la bolsa.
—Gracias—dije.
Salí de la tienda y corrí hasta mi casa. Empecé a sentir un dolor en mi estomago, había sido un día largo y me puse a pensar y me di cuenta de que había comido mucho y nada de lo que comí hoy era precisamente comida saludable; por suerte cuando llegue mi padre aun no llegaba a casa.
Revise el teléfono y no tenia llamadas, subí las escaleras y me metí en la regadera. ``Tal vez el agua me ayude y se me quite el dolor de estomago´´ pensé. Pero no, el dolor se hizo más fuerte y tenia ganas de vomitar. Unas luces amarillas iluminaron mi cuarto. Mi papá había llegado. Baje las escaleras lentamente y lo vi entrar por la puerta.

—Hola, cariño, ¿como estuvo tu día?—me pregunto mientras ponía su saco en el sillón.

—Bien, estuvo bien, hice muchas cosas—dije.

—Bueno, Adivina que traje para cenar—dijo caminando a la cocina con una bolsa.

— ¿Que?—pregunte fingiendo entusiasmo. Tendría que comer lo que trajo, aunque me dolía el estomago, él nunca trae algo para la cena así que tendría que comerlo, no quería lastimarlo, se que se sentiría triste si no lo como. Mi papá es algo delicado con eso del afecto así que no tenia otra opción.

—Alitas picantes, como te gustan—dijo poniéndolas en un plato.

—Que rico—las hubiera amado si no fuera en este momento.

—Comeremos poco, porque hay pastel, tu madre lo hizo así que no hay que desperdiciarlo—dijo sentándose a comer. Me senté a comer y puse pesadamente 3 pequeñas alitas en mi plato. Le di un diminuto mordisco a una de las alitas y automáticamente me empezó a doler mas el estomago.

—Y ¿Que hiciste hoy?—me pregunto de repente.

—Pues muchas cosas, como: fui a una cafetería y tomé un café muy bueno, y luego a la playa con unas amigas y nos divertimos mucho jugando con...—me detuve, no podría decirle a mi papá que jugué con unos turistas españoles… No era muy estricto, pero cuando se trataba de chicos era muy diferente. —una pelota. —dije en cambio. — y luego cuando venia de regreso me compre una mochila nueva— .

—Ahh, pues si que te divertiste—dijo.

—Si—dije tomando soda. Terminamos las alitas y mi padre trajo el pastel. Esto parecía no acabar nunca. Cuando acabe la pequeña rebanada de pastel me fui a mi cuarto. Me tumbe en la cama y me puso en posición de feto y con las manos presione mi estomago. Me dolía demasiado.
''Odio los dolores de estomago, siempre parecen eternos''. Pensé y poco a poco me quede dormida.



Al siguiente día en la escuela entre al salón y vi a Sebastián en su butaca escuchando música y haciendo garabatos en su cuaderno. Suerte que Xavier todavía no llegaba. Camine hacia el, me agache y le quite los audífonos.

—Hey...hola Hanare—me dijo.

— ¿Porque diablos le dijiste a Xavier que tu eras mi novio?—le pregunte furiosa.

— ¿Porque?.....tengo mis razones—dijo y se volvió a poner los audífonos. Se los quite.

—Dime ya—le dije.

—Porque pienso que no es un buen tipo—dijo mirándome.

— ¿Porque?—pregunte.

—¡¡Mira!! nueva mochila, que bonita, ¿Donde la compraste?—cambio de tema.

—¡¡No cambien tan obviamente de tema y dime!!—le dije.

—Mira, tu dices que no confías en Félix ¿No?—

—Si y eso que, que tiene que ver—dije.

—Pues yo no confió en su primo—dijo serio.

— ¿Su primo?—pregunte confundida.

—Si Xavier es primo de Félix. Félix Paramo y Xavier Paramo. ¿Que nunca te diste cuenta? y es tu compañero de ética—dijo tomando sus audífonos.

—No lo sabía, además, él...no es igual a Félix—dije sorprendida por lo que acaba de escuchar.

—Linda, siento habértelo dicho así pero....el es igual a su primo—dijo Sebastián. No quería creerle, Xavier no era como Félix, pero los ojos de Sebastián decían la verdad y el nunca diría algo como eso sólo por lastimarme, de eso estaba segura. Él nunca me mentiría de esa manera.

—Hanare, lo siento en verdad, le diré a Xavier que es mentira que yo soy tu novio pero, no te ilusiones por favor, el no es bueno, hay muchos, muchos chicos en la escuela, hay mas salones...—dijo.

—Gracias—le dije con una sonrisa. Me senté en mi butaca y en ese momento Xavier entro al salón. No creía que el fuera así de ese tipo de hombres, no lo creía y no quería creerlo. La clase comenzó y Xavier se sentó en su butaca que estaba al frente. Con mi mano acerque a Cata hasta que su oreja se acercara más a mi boca.

—Cata, el dicho ¨De tal palo tal astilla¨ no aplica en primos ¿verdad?—le pregunte al oído.

—No lo se, ¿por?—dijo en voz baja.

—Por nada—dije.

Sebastián me dio un papel disimuladamente. '' No estés triste''. Volteé y le sonreí pero el no me miraba. Después de eso no le hable en todo el día, no podía, de alguna manera me daba vergüenza hablarle, pero quería decirle que no estaba molesta con el, no pude decírselo cuando llegue a la escuela, sólo hice parecer que en verdad estaba molesta con el y como no le hable....tiene ahora dos razones para creer que estoy enojada.
Cuando la campana sonó en la última clase y todos comenzaron a irse, me pare de mi butaca y me puse en frente de Sebastián que todavía guardaba sus cosas.

—No, no esto enojada contigo, no te odio, no pienses eso—empecé. Sebastián me miro.

—Está bien—dijo con una enorme sonrisa. —ya le aclare todo a Xavier no te preocupes—dijo parándose de su butaca. Sonreí.

—Tu mochila es muy bonita—dijo mientras salíamos del salón.

—Gracias—dije.

—Me alegro que no estés molesta. Cuando me dijiste que no estabas enojada parecías una nena—dijo rodeando mis hombros.

—No es cierto—dije.

—Claro que si—dijo. —Hasta mañana—.

—Hasta mañana—dije y me fui a mi casa.



Espera el próximo capitulo : Capitulo 5. 20 formas de decir : te quiero.


rukiaza
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SERÉ BREVE: Empty Re: SERÉ BREVE:

Mensaje por Carolina1D Vie 14 Jun 2013, 11:43 am

sigula me encanto es buy bonito encerio y eso que he leido muchos libros para decirte esoo besitos y siguela muy muy muy pronto encerio me encanto por cierto me llamo DIANA pero dime CAROLINA besitos SIGUELA :D
Carolina1D
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SERÉ BREVE: Empty SERÉ BREVE:....Capitulo 5 ¿Qué es el amor?

Mensaje por rukiaza Vie 14 Jun 2013, 5:46 pm

SERÉ BREVE: Día 11 de octubre. Escribí en mi cuaderno. Estaba en la clase de español y se suponía que escribiría un escrito de tema libre. No sabia de escribir, podía escribir de la vida, las drogas, de la familia...del amor. Pero...que escribiría, no sabia nada de eso, nada, absolutamente nada.   Habían pasado 2 semanas de el día que Sebastián me dijo que Xavier y Félix eran primos y yo aun no creía que fueran iguales. Xavier era completamente diferente, el no era engreído, chulo y sangrón como Félix, no creía en lo que Sebastián decía, incluso pregunte a Ximena, Cata y Anabel que pensaban y las tres me dijeron que el no era así.  Desde ese día no voy a la cafetería con Sebastián, porque, casi siempre estoy todo el receso con Xavier, y Sebastián...el se la pasa a veces con sus amigos o a veces no lo veo por ningún lado en todo el receso, pero aun así, a veces me siento mal por él...porque es mi mejor amigo y no quiero hacerle ningún tipo de daño y en parte se que al el no le gusta mucho la idea de que salga con Xavier. No era como si yo fuera novia de Xavier, aun no creo, pero podría ser que en un futuro no muy lejano, el y yo fuéramos novios y entonces, entonces yo sabría lo que es el amor. ‘‘¿Porque este maldito escrito no es dentro de unas semanas?''. Pensé.  Mire a Sebastián en busca de ayuda, pero el estaba tan metido en su escrito que no quería interrumpirlo, no mientras pareciera un niño. Parecía un niño que habría con anisas un regalo de cumpleaños, sólo que en este caso escribía en vez de rasgar el papel. Se paro de su butaca y le dio la hoja a la maestra. Regreso y se sentó a hacer garabatos en su cuaderno. Ahora podría preguntarle. Tal vez Sebastián sabia que era el amor.  -Sebastián... ¿Que es el amor?-le pregunte acercándome a él en voz baja, con ansias por dentro por escuchar su respuesta pero un poco seria por fuera.  -¿Qué?, ¿Enserio no lo sabes?-pregunto confundido.  -No es común que se pregunte lo que ya se sabe-le dije inexpresiva, aunque pude sentir un poco el seño fruncido. Me voltee y me concentre en mi escrito. Como pude pensar que él me ayudaría en algo como eso, no pensé en lo que decía, incluso ahora estaba apenada por haber dicho algo tan vergonzoso como eso.  ¿Que se del amor? ¿Que es? ¿Como se siente el amor?  Lo único que se del amor es que dicen que es doloroso, pero aun no puedo confirmar nada. No puedo escribir sobre el amor.  Cambie el tema de ´´AMOR´´ en mi hoja y escribí la palabra ´´AMISTAD´´, de eso sabía más. Las palabras salieron de mi mente rápidamente recordando las cosas que me pasaron con mis amigas en la playa y como me sentía cuando estaba con Sebastián en la cafetería de la escuela, en el café o en el árbol de las escuela donde antes íbamos mucho; recordando todo eso me di cuenta de que extrañaba todo, aunque el estaba a un lado mío lo extrañaba a él. ¿Por qué?  Me pare de mi butaca con mi escrito listo y terminado y se lo entregue a la maestra. Regrese y me puse a mirar por la ventana, sentí un ligero golpe en mi brazo y me voltee, Sebastián me miraba fijamente y sus ojos que eran azules, con el sol directo se veían algo grises. Me sonrió y le sonreí, sabía que escondía algo, que me escondía algo a mi y ya no aguantaba más, quería decírmelo, lo supe en cuanto lo mire porque cuando le pasa eso, su mirada se vuelve mas profunda y sus ojos más brillosos. Pero, yo tenía miedo, miedo de que fuera algo malo.  — ¿Qué?—pregunte.  — ¿No sabes que es el amor?— preguntó. Eso no era lo que quería decirme, yo lo sabía y él también. Cambió de parecer en el último segundo.  —No—respondí.  —No se si te sirva pero, ¿Quieres que te diga lo que yo pienso que es?—  —Si—dije y mire el escritorio de la maestra que ahora estaba vacío. No me di cuenta de que había salido y de que todos en salón estaban hablando.  —Pienso que es cuando…cuando quieres dar todo por una persona, cuando puedes mirar a otras personas pero, sin embargo ninguna de esas personas es capas de hacerte sentir feliz como a la que quieres. Nunca quisieras lastimarla y...también pienso que es cuando si estas lejos de esa persona la valoras más porque al menos yo creo que esa persona es impresionante ya que te puede atrapar de tal manera que puede hacer que le extrañes en un instante...Para mi el amor es como el color negro—me dijo en voz baja al oído.  — Y ¿por qué color negro?—pregunte mirándolo.  —Porque el negro es profundo, míralo bien, míralo detenidamente y date cuenta de lo profundo que es, es profundo como el silenció y el silencio es lo más importante, lo que más destaca cuando estas con la persona que quieres—dijo tocando la pasta negra de mi cuaderno.  —Entonces...Cuando el silencio es bueno entre dos personas significa que la quieres...que estas bien incluso en el silencio...y eso es lo que importa—dije comprendiendo lo que él dijo.  —Bueno eso es lo que yo pienso, no tienes que hacerme caso si no quieres, sólo quería que lo supieras—dijo y la maestra entro al salón.  Cuando las clases terminaron y me fui a casa no dejaba de pensar en lo que Sebastián me dijo en la clase de lectura, en realidad no deje de pensar en eso en todo el resto del día de escuela. Aunque tampoco dejaba de pensar en Xavier y en tratar de recordar como eran los silencios con él...creo que nunca ha habido silencios.   Cruce una calle que recordaba de algún lugar pero, no sabía de donde. Nunca he sido muy buena recordando calles, direcciones o números de teléfono, pero esta si la recordaba, camine más dentro de la calle y mire de reojo a una ventana enorme de vidrio que decía ''Café'' con letras color crema y fue ahí cuando me detuve cuando atrás de esa ventana estaba un chico con una enorme sonrisa, era Sebastián. Entre a la cafetería sin pensarlo, quería preguntarle si el amor es cuando se piensa constantemente en una persona, cuando se piensa en esa persona por cualquier cosa, quería preguntárselo y quería hacerlo ahora, mañana me daría vergüenza, hoy también siento vergüenza pero ya estaba aquí y no podía arrepentirme.  —Sebastián—dije poniéndome al otro lado de la mesa quedando en frente de él.  —Hanare, ¿Qué pasa?— pregunto sosteniendo una pluma en su mano; estaba escribiendo algo en una servilleta verde.  —Quería preguntarte algo—dije.  —Dime—  — ¿Es querer cuando piensas en alguien constantemente?— pregunte nerviosa, el me miro sorprendido pero luego sonrió.  —Puede que si pero...una persona en la que se piensa constantemente no es necesariamente una persona a la que se quiere,  a veces es simplemente una persona de la que hay mucho que pensar—dijo mirándome a los ojos.  —Ya veo, gracias...perdón por molestarte para eso—dije  sonriendo.  —Tu nunca me molestarías…ahora váyase a casa jovencita que ya es muy tarde para que este en la calle—dijo fingiendo madures de un señor de 60 años, reí.  — Son las 6 pero, esta bien ya me voy hasta mañana—dije y salí de la cafetería.  Regrese a  mi casa y fui directamente a la cocina por algo de comer. Mi mamá estaba hojeando una revista de mujeres maduras, abrí el refrigerador y tome una roja manzana que eran mis favoritas. Me senté a un lado de mi madre y me miro curiosa de reojo.  No sabía que se traía entre manos pero, una pequeña parte de mi ser interior gritaba ''Corre…Hanare huye no es nada bueno, por Dios hazle caso a tu desarrollado sexto sentido, corre'', pero no lo hice otra parte de mi quería saber que quería mi madre.  La ultima vez que me miro así me obligo a ir con ella a la casa de la abuela y de su horroroso perro guardián que me odia, si me volvía a pedir ir con ella me encerraría en mi cuarto y no saldría hasta la cena.  Recuerdo el día en que visite a la abuela, entré a su patio y de una fuente vacía salto un enorme perro Pastor Alemán con un collar rojo con balones de béisbol como adorno. Por Dios era un collar de perro no una pijama de un niño de 5 años para que tuviera adornos. El perro me miro con cara de pocos amigos y empezó a ladrarme, salté para atrás pegando un grito tan alto que la nueva pareja de mi abuela Jaime, corrió a ver que pasaba.  Incluso recuerdo la cara de Jaime cuando me vio tirada en el piso de su patio aterrada por un perro de 5 meses (Que para mi era enorme), mientras intentaba ayudarme no pude no notar como intentaba con todas las fuerzas que un señor de 65 años podía de contener su risa por haberme asustado tanto. Una cosa estaba segura: no volvería a ir a la casa de mi abuela sin una protección adecuada.  El perro me odia y yo le tengo miedo a él.  —Ha-na-re, ¿hace cuanto que no salimos juntas?— preguntó mi mamá volteándose completamente hacia mi y cerrando su revista.  —No se, desde antes de que nos mudáramos—dije pensando.  —Pues vamos a salir tu y yo juntas, sólo nosotras dos, hoy. Vamos y te compró un nuevo libro— dijo mi mamá, me convenció con su soborno de comprarme un nuevo libro.  —Está bien—dije.  Corrí a mi cuarto a cambiarme el horrible uniforme y lo cambie por unos jeans negros y una blusa azul marino con una cara de gato, me puse los primeros zapatos de bailarina que vi y corrí por las escaleras


Capitulo 5
¿Qué es el amor?


''No espero y no quiero que me dejes''
Día 11 de octubre.
Escribí en mi cuaderno. Estaba en la clase de español y se suponía que escribiría un escrito de tema libre. No sabia de escribir, podía escribir de la vida, las drogas, de la familia...del amor. Pero...que escribiría, no sabia nada de eso, nada, absolutamente nada.


Habían pasado 2 semanas de el día que Sebastián me dijo que Xavier y Félix eran primos y yo aun no creía que fueran iguales. Xavier era completamente diferente, el no era engreído, chulo y sangrón como Félix, no creía en lo que Sebastián decía, incluso pregunte a Ximena, Cata y Anabel que pensaban y las tres me dijeron que el no era así.


Desde ese día no voy a la cafetería con Sebastián, porque, casi siempre estoy todo el receso con Xavier, y Sebastián...el se la pasa a veces con sus amigos o a veces no lo veo por ningún lado en todo el receso, pero aun así, a veces me siento mal por él...porque es mi mejor amigo y no quiero hacerle ningún tipo de daño y en parte se que al el no le gusta mucho la idea de que salga con Xavier. No era como si yo fuera novia de Xavier, aun no creo, pero podría ser que en un futuro no muy lejano, el y yo fuéramos novios y entonces, entonces yo sabría lo que es el amor. ‘‘¿Porque este maldito escrito no es dentro de unas semanas?''. Pensé.


Mire a Sebastián en busca de ayuda, pero el estaba tan metido en su escrito que no quería interrumpirlo, no mientras pareciera un niño. Parecía un niño que habría con anisas un regalo de cumpleaños, sólo que en este caso escribía en vez de rasgar el papel.
Se paro de su butaca y le dio la hoja a la maestra. Regreso y se sentó a hacer garabatos en su cuaderno. Ahora podría preguntarle. Tal vez Sebastián sabia que era el amor.


-Sebastián... ¿Que es el amor?-le pregunte acercándome a él en voz baja, con ansias por dentro por escuchar su respuesta pero un poco seria por fuera.


-¿Qué?, ¿Enserio no lo sabes?-pregunto confundido.


-No es común que se pregunte lo que ya se sabe-le dije inexpresiva, aunque pude sentir un poco el seño fruncido. Me voltee y me concentre en mi escrito. Como pude pensar que él me ayudaría en algo como eso, no pensé en lo que decía, incluso ahora estaba apenada por haber dicho algo tan vergonzoso como eso.


¿Que se del amor? ¿Que es? ¿Como se siente el amor?


Lo único que se del amor es que dicen que es doloroso, pero aun no puedo confirmar nada. No puedo escribir sobre el amor.


Cambie el tema de ´´AMOR´´ en mi hoja y escribí la palabra ´´AMISTAD´´, de eso sabía más. Las palabras salieron de mi mente rápidamente recordando las cosas que me pasaron con mis amigas en la playa y como me sentía cuando estaba con Sebastián en la cafetería de la escuela, en el café o en el árbol de las escuela donde antes íbamos mucho; recordando todo eso me di cuenta de que extrañaba todo, aunque el estaba a un lado mío lo extrañaba a él. ¿Por qué?


Me pare de mi butaca con mi escrito listo y terminado y se lo entregue a la maestra.
Regrese y me puse a mirar por la ventana, sentí un ligero golpe en mi brazo y me voltee, Sebastián me miraba fijamente y sus ojos que eran azules, con el sol directo se veían algo grises. Me sonrió y le sonreí, sabía que escondía algo, que me escondía algo a mi y ya no aguantaba más, quería decírmelo, lo supe en cuanto lo mire porque cuando le pasa eso, su mirada se vuelve mas profunda y sus ojos más brillosos. Pero, yo tenía miedo, miedo de que fuera algo malo.


— ¿Qué?—pregunte.


— ¿No sabes que es el amor?— preguntó. Eso no era lo que quería decirme, yo lo sabía y él también. Cambió de parecer en el último segundo.


—No—respondí.


—No se si te sirva pero, ¿Quieres que te diga lo que yo pienso que es?—


—Si—dije y mire el escritorio de la maestra que ahora estaba vacío. No me di cuenta de que había salido y de que todos en salón estaban hablando.


—Pienso que es cuando…cuando quieres dar todo por una persona, cuando puedes mirar a otras personas pero, sin embargo ninguna de esas personas es capas de hacerte sentir feliz como a la que quieres. Nunca quisieras lastimarla y...también pienso que es cuando si estas lejos de esa persona la valoras más porque al menos yo creo que esa persona es impresionante ya que te puede atrapar de tal manera que puede hacer que le extrañes en un instante...Para mi el amor es como el color negro—me dijo en voz baja al oído.


— Y ¿por qué color negro?—pregunte mirándolo.


—Porque el negro es profundo, míralo bien, míralo detenidamente y date cuenta de lo profundo que es, es profundo como el silenció y el silencio es lo más importante, lo que más destaca cuando estas con la persona que quieres—dijo tocando la pasta negra de mi cuaderno.


—Entonces...Cuando el silencio es bueno entre dos personas significa que la quieres...que estas bien incluso en el silencio...y eso es lo que importa—dije comprendiendo lo que él dijo.


—Bueno eso es lo que yo pienso, no tienes que hacerme caso si no quieres, sólo quería que lo supieras—dijo y la maestra entro al salón.


Cuando las clases terminaron y me fui a casa no dejaba de pensar en lo que Sebastián me dijo en la clase de lectura, en realidad no deje de pensar en eso en todo el resto del día de escuela. Aunque tampoco dejaba de pensar en Xavier y en tratar de recordar como eran los silencios con él...creo que nunca ha habido silencios.




Cruce una calle que recordaba de algún lugar pero, no sabía de donde. Nunca he sido muy buena recordando calles, direcciones o números de teléfono, pero esta si la recordaba, camine más dentro de la calle y mire de reojo a una ventana enorme de vidrio que decía ''Café'' con letras color crema y fue ahí cuando me detuve cuando atrás de esa ventana estaba un chico con una enorme sonrisa, era Sebastián. Entre a la cafetería sin pensarlo, quería preguntarle si el amor es cuando se piensa constantemente en una persona, cuando se piensa en esa persona por cualquier cosa, quería preguntárselo y quería hacerlo ahora, mañana me daría vergüenza, hoy también siento vergüenza pero ya estaba aquí y no podía arrepentirme.


—Sebastián—dije poniéndome al otro lado de la mesa quedando en frente de él.


—Hanare, ¿Qué pasa?— pregunto sosteniendo una pluma en su mano; estaba escribiendo algo en una servilleta verde.


—Quería preguntarte algo—dije.


—Dime—


— ¿Es querer cuando piensas en alguien constantemente?— pregunte nerviosa, el me miro sorprendido pero luego sonrió.


—Puede que si pero...una persona en la que se piensa constantemente no es necesariamente una persona a la que se quiere,  a veces es simplemente una persona de la que hay mucho que pensar—dijo mirándome a los ojos.


—Ya veo, gracias...perdón por molestarte para eso—dije  sonriendo.


—Tu nunca me molestarías…ahora váyase a casa jovencita que ya es muy tarde para que este en la calle—dijo fingiendo madures de un señor de 60 años, reí.


— Son las 6 pero, esta bien ya me voy hasta mañana—dije y salí de la cafetería.


Regrese a  mi casa y fui directamente a la cocina por algo de comer. Mi mamá estaba hojeando una revista de mujeres maduras, abrí el refrigerador y tome una roja manzana que eran mis favoritas.
Me senté a un lado de mi madre y me miro curiosa de reojo.


No sabía que se traía entre manos pero, una pequeña parte de mi ser interior gritaba ''Corre…Hanare huye no es nada bueno, por Dios hazle caso a tu desarrollado sexto sentido, corre'', pero no lo hice otra parte de mi quería saber que quería mi madre. 
La ultima vez que me miro así me obligo a ir con ella a la casa de la abuela y de su horroroso perro guardián que me odia, si me volvía a pedir ir con ella me encerraría en mi cuarto y no saldría hasta la cena.


Recuerdo el día en que visite a la abuela, entré a su patio y de una fuente vacía salto un enorme perro Pastor Alemán con un collar rojo con balones de béisbol como adorno. Por Dios era un collar de perro no una pijama de un niño de 5 años para que tuviera adornos. El perro me miro con cara de pocos amigos y empezó a ladrarme, salté para atrás pegando un grito tan alto que la nueva pareja de mi abuela Jaime, corrió a ver que pasaba. 
Incluso recuerdo la cara de Jaime cuando me vio tirada en el piso de su patio aterrada por un perro de 5 meses (Que para mi era enorme), mientras intentaba ayudarme no pude no notar como intentaba con todas las fuerzas que un señor de 65 años podía de contener su risa por haberme asustado tanto. Una cosa estaba segura: no volvería a ir a la casa de mi abuela sin una protección adecuada.


El perro me odia y yo le tengo miedo a él.


—Ha-na-re, ¿hace cuanto que no salimos juntas?— preguntó mi mamá volteándose completamente hacia mi y cerrando su revista.


—No se, desde antes de que nos mudáramos—dije pensando.


—Pues vamos a salir tu y yo juntas, sólo nosotras dos, hoy. Vamos y te compró un nuevo libro— dijo mi mamá, me convenció con su soborno de comprarme un nuevo libro.


—Está bien—dije.


Corrí a mi cuarto a cambiarme el horrible uniforme y lo cambie por unos jeans negros y una blusa azul marino con una cara de gato, me puse los primeros zapatos de bailarina

que vi y corrí por las escaleras.
rukiaza
rukiaza


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Mensaje por Monse_Jonas Dom 16 Jun 2013, 9:09 am

me encanta  tú libro es muy bonito :amor::canto:
Monse_Jonas
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Mensaje por rukiaza Mar 16 Jul 2013, 4:11 pm

 
Capitulo 6
Pretendiente
``—Me gusta alguien…alguien a quien conozco muy bien, ¿tu podrías ayudarme?—´´
 
Mi mamá condujo hasta una calle principal y se detuvo por el trafico, esta hora no era de hora pico pero era viernes las familias de la ciudad salían mucho los viernes al parque con sus hijos, a los cines o a algún restaurante familiar. Algunos universitarios posiblemente iban a una fiesta u otro grupo escaso podría estar yendo a la biblioteca de la ciudad. Todo pasaba y de todo había en esta ciudad.
 
Estaba sentada en el asiento de copiloto del carro de mi mamá, mientras seguíamos atrapadas en el trafico, encendí la radio, cambie de estación tratando de encontrar una buena canción, pase por una estación de música norteña, otra de pop, música clásica, rock de los 70´s y 80´s, pero nada me convenció. Apague la radio, saque mis audiófonos de la bolsa de mi mamá y los conecte a mi celular, busque en mi lista de canciones hasta que encontré una que hace mucho no escuchaba  ``Me´´ del grupo Asp, le di en el botón de reproducir y la canción empezó a sonar en todo mi interior: Amo esa canción.
 
El tráfico aun no avanzaba y ya teníamos poco más de 7 minutos sin avanzar. Saque la cabeza por la ventana  para ver si podía encontrar el problema pero no encontré nada, gire la cabeza para otro lado y fue cuando justo en el momento en el que la canción termino vi un rostro familiar, Héctor Esteves. Desde el día que Anabel nos dijo su nombre, nunca volví a verlo, pero si supe que él era muy amigo de Cata y Anabel porque ambas no dejaban de hablar de lo  gracioso que era. Nunca he hablado con él pero no es del tipo de hombre que derrocha misterio por los poros, se veía a simple vista un chico amigable y sociable, buena persona pero nada tonto.
 
El auto comenzó a avanzar y gire mi cabeza más para poder seguir viéndolo, los audífonos me estorbaban y me los quiete para poder moverme mejor, pero mi mamá me dijo que metiera la cabeza y sólo me quedo verlo por el espejo lateral.
 
Su carro también empezó a avanzar por lo que se me hizo más fácil verlo, mirándolo bien detenidamente, no era tan mal visto. Tenía el cabello algo rizado, cortó y despeinado ligeramente hacia atrás, sus ojos eran de un atractivo color chocolate al igual que su pelo y su piel era ligeramente morena, como leche con muy poco café y su risa era muy simpática era un poco torcida pero era muy bonita, no iba solo en el carro, obvio no.
 
Mi mamá acelero la velocidad y lo perdí de vista cuando su carro giro en una esquina, en ese momento prendí el radio de nuevo y empezó Tormenta de arena de Dorian.
 La canción hablaba de lo que una persona siente por otra y era cierto lo que decía, así era como yo la entendía.
``Es a veces muy difícil de explicar lo que se siente por alguien y la canción para mi eso reflejaba´´
— Te dolerá todo el cuerpo, me buscaras en el infierno, porque soy igual que tú—empecé a cantar. — ¿A dónde vamos mamá?—pregunte.
 
—Al centro comercial—me respondió. Seguí cantando, no me avergonzaba cantar en frente de mi madre porque ella también lo hacia y no cantaba más bonito que yo, si el caso fuera diferente y con quien fuera en el carro fuera mi padre, entonces si me daría vergüenza porque el se empezaría a burlar de la forma que cantó y se reiría todo el camino, y no sólo eso sino que tendría que soportar de nuevo su historia con mi mamá de como es que se conocieron por lo mala que era ella cantando y me dormiría en el camino.
 
—Todo lo que siento por ti…Sólo podría decirlo así…Todo lo que siento por ti…Sólo sabría decirlo así… Para viajar a otros planetas, por corrientes circulares…—Canté imitando su sexy acento español en voz alta cuando nos paramos de nuevo en un semáforo.
 
—Te di una capsula especial….Pero ahora tú cabeza es una tormenta de arena…—Canto un universitario que iba en una Jeep negra junto con otros chicos—Cantas hermoso, chula— me dijo extendiendo los brazos fuera de la camioneta. Me lanzo un besó y la Jeep avanzó, me hundí en el asiento y cerré la ventana. Eran universitarios estaba segura porque hace un rato los había visto salir de una universidad cerca, tal vez iban a una fiesta.
 
Después de un rato de no más de 6 minutos mi mamá entro en el estacionamiento del centro comercial después de tomar su ticket de entrada. Aparco el auto en un lugar lejano a los demás y bajo del auto con su bolsa colgada a su hombro. Yo la seguí de cerca.
Entramos al centro y era todo glamur, los techos estaban llenos de tragaluces hermosos, los pisos eran brillantes y había varias chicas de diferentes empresas costosas intentando atraer nuevos clientes mostrando lo último en su colección de maquillaje, ropa, seguros y autos.
Una chica morena de aproximadamente 1.79, se no acerco junto con una crema para base de maquillaje, con una enorme sonrisa de simpatía nos preguntó si no queríamos probar la crema yo me negué pero mi mamá acepto en seguida y se coloco en una silla blanca frente a un espejo. La morena que al parecer se llamaba Sofía hizo una extraña conexión con mi mamá y empezaron a hablar como si fueran hermanas adolecentes en una noche de lluvia. La chica tenía ya sus bien aprovechado 29 años, no me sorprendería si alguna vez fue miss de la ciudad y tampoco me sorprendería si su ayudante de aproximadamente 22 años con un largo cabello negro y lacio fuera modelo y esta en este empleo nocturno porque en las mañanas tiene trabajo en una agencia  de modelaje local.
 
Mientras ponían la extraña base en el rostro de mi madre yo me acerque a una librería que estaba justo en frente, me quede de pie en la puerta de la librería, incapaz de entrar. Puse mis manos en las vidrierías y asome mi cabeza en medio de ellas, la librería no era tan grande pero tenía una sorprendente cantidad de libros, mire de arriba abajo sólo con un objetivo: encontrar la sección de libros juveniles. La encontré y se veía que tenía bastantes. Regrese a con mi madre y le dije que entraría a la librería.
 
Entre y una campanilla sonó, fui directamente a la sección juvenil después de saludar cortésmente a la veterana cajera. El pasillo era estrecho pero comencé a buscar: nada, sólo quería un nuevo libro de amor o de amor sobrenatural. No encontré nada que me gustara y fui a el pasillo de sobrenatural, terror y suspenso, mire detenidamente todos los libros de la estantería de sobrenatural, la luz en ese pasillo era poca comparada con los otro pasillos. Lo que hacia que no tuviera tanta luz era que tenia una especia de lona con luces fluorescente tratando de dar una escénica de suspenso. Las alfombras de la librería eran color crema abuelita y las paredes tenían un tono mas oscuro en la parte de abajo dándole una elegancia al local.
 
Después de varios minutos tratando de encontrar un buen libro por fin me llamo uno la atención; el libro no trataba de una sola historia mas bien eran varias historias de ángeles, demonios y brujas. Abrí el libro y mire el índice, las historias se veían interesantes. Un chico entro de repente al mismo pasillo que yo, sólo que el se giro del lado de la sección de asesinos en serie, esa sección daba directamente a la pared. No había muchos clientes pero había algunos cuantos distribuidos por toda la librería como para pedir ayuda en caso de necesitarla. Para mi mala suerte la sección de Terror era la ultima en la librería pero estaba de frente  a la caja, si giraba mi cabeza 180º podría ver a la vieja cajera leyendo una revista Cosmopolitan de hace 8 años. El extraño chico se reía de vez en cuando, no sabía si era porque se reía de mí o se reía de las sangrientas escenas que imaginaba en su cabeza mientras leía, por primera vez en mi vida rogué y espere que se riera de mí.
 
—Tú eres Hanare Cabada ¿Cierto?  —dijo de repente el chico asesino.
 
—¡¡No!!—dije casi gritando, la vieja de la caja me miro sobre sus lentes.
 
— ¿No?—preguntó tratando de sonar sorprendido. `` ¿Como sabe mi nombre?´´. Pensé.
 
—No, yo me llamo Flor...Del Campo— dije en voz baja, sacando mi supuesto apellido de un libro que estaba un poco debajo de mi pecho llamado ``Historias del campo´´.
 
— ¿Flor Del Campo? Que nombre mas loco—dijo con un tono que era obvio que sabía que estaba mintiendo.
 
—No te burles…que ese es mi nombre—dije tratando de convencerlo de que no mentía.
 
—No me burlo pero, yo se que ese no es tu nombre…tú nombre es Hanare Cabada—dijo al principio riendo pero finalizando firme. 
 
— ¿Cómo sabes mi nombre?—pregunté convencida de que ya no podría hacerle creer que me llamaba de otra forma.
 
—Hay formas— dijo, aunque estábamos de espaldas el uno al otro puede sentir una sonrisa en su rostro.
 
— ¿Formas? …. —dije incapaz de pronunciar otra palabra.
 
—Formas—repitió.
 
— ¿Eres un asesino? ¿Eres un psicópata? ¿O eres un asesino psicópata?—pregunté con miedo.
—No soy un asesino, no soy un psicópata y mucho menos un asesino psicópata— dijo riendo.
 
— ¿Entonces?— pregunté.
 
— ¿Entonces que?—Preguntó.
 
—Entonces… ¿Quién eres?—pregunté temblando.
 
—Héctor Esteves—dijo.
 
—Héctor…—
 
—Hanare—
 
—Hola—dije tratando de suavizar el ambiente.
 
—Hola— respondió.
 
— ¿Qué haces por aquí?—pregunté.
 
—Lo mismo que tú, creo—dijo tratando de sonar serio— buscando un libro en la librería de mi abuela, pero claro ella no es tu abuela—
 
— ¿La señora de la caja es tú abuelita?—pregunté con los ojos bien abiertos de la sorpresa.
 
—Claro ¿No viste el nombre en la entrada? ``Librería Esteves´´—dijo.
 
—Ya veo—dije tomando un libro de demonios en la tierra.
 
—Pero ya que estas aquí… ¿Podrías ayudarme en algo?—pregunto tímido.
 
—Si ¿En que?—
 
—Me gusta alguien…alguien a quien conozco muy bien ¿Tú podrías ayudarme? —
 
—Claro, ¿Cómo se llama?—
 
—Primero prométeme que no se lo dirás a nadie—dijo aun de espaldas.
 
—Te lo prometo—dije.
 
—Es  Catalina del monte—dijo en voz baja.
 
Me gire para mirarlo y me di cuenta de que el ya lo hacia, posiblemente me miraba ya desde hace rato. Sonrió y dijo ``por favor´´ sin pronunciar la palabra. Asentí y salió de la librería a paso rápido después de darle un rápido beso de despedida a su abuela en la caja.
 
Me quede pensando en la sección de terror por unos minutos y luego me fui directo a la caja para pagar el libro de ángeles, demonios y brujas.
La señora tenía un parecido notable con su nieto, ahora viéndola de cerca me pude dar cuenta de que Héctor no me mentía, ambos tenían los mismos ojos y el mismo pelo, posiblemente la anciana fue guapa cuando joven, eso era seguro. Pero ahora con los inevitables años que cargaba sobre su cuerpo no era más que una anciana promedio con su cabello corto y blanco, sus lentes con marco rojo de los 70´s y su blusa a botones verde limón amargo y su pescador azul marino.
 
Me miro amablemente, en su mirada había un gran amor, me supuse que amaba a sus hijos y a su nieto Héctor. Le sonreí inevitablemente, su sonrisa y mirada me daban ganas de abrazarla.
 
Compre el libro por 45 pesos, era una buena oferta para un libro como ese, al menos para mi lo era. Salí de la tienda en busca de mi mamá que me esperaba en una jardinera con asientos cerca mientras se miraba en el espejo de su kit de maquillaje favorito. Cuando llegue con ella me mira con los ojos bien abiertos como si esperara que viera un cambio en ella.
 
— ¿Qué tal estoy? ¿Hay cambios?—preguntó como si fuera una adolecente.
 
—Si te ves más joven, mucho más joven mamá—mentí, sólo había unos cuantos cambios en sus pómulos y habían borrado unas cuantas manchas de la edad, pero nada sorprendente como lo anuncian en la televisión. Supuse que mi madre pensaba que se veía como las señoras del programa de cable ``10  años menos´´.
 
—Bueno vamos que tenemos mucho que comprar—dijo parándose y tomando mi mano como si tuviera 5 años.
 
Entramos a una tienda donde toda la ropa de invierno estaba a un 90% de descuento y toda la ropa de verano tenía uno del 75%, pero la ropa de primavera estaba al precio normal, y la ropa de verano si estaba en rebaja. Esta época del año era la preferida de las fashonistas de la ciudad ya que, podían obtener la ropa que querían y la que estuvieron esperando durante todo el verano por un precio justo ahora.
La tienda estaba repleta de mujeres comprando en las rebajas, no era tan sorprendente como lo ponen en las películas, esta llena de mujeres comprando por toda la tienda si, pero no había mujeres peleando por el ultimo par de zapatos o por la ultima blusa de talla grande como yo me lo esperaba.
 
Mi mamá camino rápidamente por toda la tienda hasta llegar a la sección de mujer adulta y justo al lado estaba la de ropa interior, ella pego casi un grito cuando miro un elegante vestido negro perfecto para una cena romántica…con mi padre. Sin pensarlo fue a los probadores para ver como le lucia, entre junto con ella y la espere pacientemente mientras se probaba el vestido.
 
—Hanare… ¿Por qué no vas a ver la ropa interior cariño?—grito mi madre desde el vestidor.
 
—Aaaa…si, bueno—dije escondiendo la cara avergonzada.
 
—Si algo te gusta dime, que eso también tiene descuento y además esta al 2x1—
 
Fui a la sección de ropa interior. No me gustaba mucho ir a esta sección a menos que fuera necesario pero, la ropa esta en descuento y hasta yo se que seria una mala idea no aprovechar la oportunidad.
 
Pasaba por los pasillos mientras veía los sujetadores con push-up de diversos colores.
Llevaba apenas un sujetador color verde oliva con ranas de adorno, me pareció lindo así que lo tome, una de las cosas buenas del 2x1 en esta tienda era que podías variar la marca y talla de la ropa. Algo repentinamente llamo mi atención, no podía creer que aun se hicieran cosas así, un enorme calzón de color piel estaba extendido en un probador que parecía avergonzado por mostrar tal cosa; lo tome, era increíble que eso se vendiera en una tienda como esta.
 
Solté la enorme cosa y me fui a buscar por otra parte, comencé a buscar en un bulto de rebajas sorprendentes según el cartel que había justo arriba de el cuando una chica de cabello hermoso y cuerpo de modelo se acerco a mi a buscar al parecer lo mismo que yo: algo ¨lindo¨.
 
—Es bueno que chicas de 15 sepan de buen gusto—dijo mientras yo sostenía un sostén de encaje negro, lo solté apanada.
 
—Ya…no te apenes es normal que quieras verte bonita para ti cariño—dijo en tono materno. No me di cuanta de quien era hasta que acomodo su cabello fuera de su cara, era la chica que Anabel dijo que era una zorra, poco tiempo después me entere de que su nombre era Julieta.
 
—Yo…te conozco, creo...—dije.
 
—Claro que me conoces, todos en la escuela me conocen—dijo guiñando el ojo.
 
``Mierda…esto no es un pueblo, la ciudad es muy grande para ir por ahí a pasear, comprar libros o ropa… ¿Por qué siempre me encuentro a alguien que va a la misma escuela que yo? ´´ Pensé.
 
— ¿Puedo hacerte una pregunta?—me dijo recargándose en el estante.
 
—Si—respondí.
 
—Dime ¿Tienes novio…novia?—preguntó curiosa.
 
—No, no tengo novio ni novia—dije confundida.
 
—Que bueno—dijo sonriendo.
 
— ¿Por?—pregunté.
 
—Por nada...bye bye—dijo doblando su mano varias veces y desapareció entre los estantes de ropa.
 
 
 
Después de seguir buscando ropa interior y seleccionar algunas prendas para llevar regrese con mi madre confundida por lo que me había dicho Julieta, no comprendía ni la mitad de lo que me había dicho y algo me decía que no debía comprenderlo por mi bien. Regrese a los probadores pero ella ya no estaba ahí.
 
Camine por toda la tienda buscándola, incluso fui a la ropa de hombre con la esperanza de que estuviera ahí buscado algo para el cumpleaños de mi padre que estaba acercándose, pero no estaba ahí, justo cuando estaba  por irme a buscarla fuera de la tienda la encontré en la caja lista ella para pagar el vestido y otras cosas como un vestido azul marino, un pantalón de mezclilla y unas cuantas blusas. Me hizo sellas para que me dirigiera a pagar junto con ella y puse rápidamente las cosas en el deslizador. Pagamos y nos fuimos de la tienda.
 
Salimos del centro comercial y entre al carro mientras mi mamá metía las bolsas a la cajuela y hablaba con mi papá sobre las compras y super rebajas que encontró y que había en toda la tienda.
 
Después de un largo camino a casa llegamos a las 9:30 y mi mamá se fue directo a la cocina y yo me fui a mi cuarto prendí mi computadora y por una extraña razón puse Héctor Esteves en google, 0.0000001 segundos después, no apareció la búsqueda que quería encontrar, esperaba encontrar algún blog o Facebook pero no, no había nada.
Borre el nombre de Héctor y puse Julia Madrid entonces apareció mucho más de lo que esperaba, lo borre rápidamente ya que su vida y lo que hiciera no me importaba en absoluto.
Sin saber que hacer me recosté en mi cama y poco a poco me fui quedando dormida otra vez con muchas dudas en mi cabeza y sin saber porque siempre que tenía dudas o algo sentía que no andaba bien, automáticamente me empezaba  a quedar dormida.
 
 
 
 
``Sebastián´´ .Pensé.
 

 
El lunes me desperté tan activa que ni me madre podía creer que estuviera de tan buen humor por la mañana, desayune rápidamente y me fui corriendo a la escuela después de ser obligada a darle un beso a mi madre de despedida.
 
Entre a la escuela y empecé a recordar lo que había soñado el viernes por la noche: Sebastián estaba en la cafetería en el mismo lugar donde  lo encontré pero, el no estaba sólo y no estaba conmigo, estaba con Julieta la chica modelo. Camine rápidamente por toda la escuela hasta que lo encontré en el patio trasero, estaba parado mirando las verdes hojas del árbol que ahora unas cuantas hojas empezaban a tomar un color amarillento que advertían que el otoño se acercaba.
 
—Sebastián—le dije cuando estaba más cerca de él.
 
—Hola—dijo sonriendo.
 
— ¿Cómo se llama?— dije sin pensar. Por una extraña razón sospechaba que tenia una novia y no me lo quería decir, pero lo que se me hacia mas extraño era que yo estuviera de repente tan celosa por la idea.
 
— ¿Cómo se llama quien?—preguntó confundido.
 
— ¿Tu novia…como se llama?—dije sentándome en el suelo para recargar mi espalda en el árbol.
 
—Que inteligente eres niña, se llama Alondra y no es mi novia pero comenzamos a salir hace como…—dijo sentándose a mi lado.
 
—No tienes que darme los detalles—dije poniendo mi mano en frente de mi para decirle que parara.
 
—Está bien—dijo sonriendo mientras bajaba la cabeza. La campana sonó y me fui sin decir nada.
En la hora de Matemáticas mientras el profesor explicaba en el pizarrón ecuaciones simples, platicaba con Cata sobre lo que había pasado el viernes en la librería, a excepción de la parte en que Héctor me dijo que le gustaba Cata.
 
—Héctor es guapo—dijo Cata—pero yo estoy con Félix ahora. No lo había pensado antes pero si Cata estaba con Héctor se olvidaría del cabrón de Félix y ya no tendría que preocuparme por ella.
 
—Y eso que—le dije llevando mi plan a cabo—puedes olvidarte de Félix—
 
—No, yo quiero a Félix—rodee los ojos. — ¿Sabes si tiene algún Facebook?—preguntó tratando de sonar casual.
 
—No eso es lo más extraño, no tiene—le dije, el profesor Juárez me miro con advertencia.
 
— ¿Cómo sabes?—
 
—Porque busque su nombre en google—le dije inocente.
 
—Hanare, no puedes goglear el nombre de alguien si no vas a encontrar información jugosa—dijo regañándome.
 
—Cabada, tiene algún problema con la materia—me dijo el profesor Juárez, toda la clase tenía los ojos en mi.
 
—No—respondí y el profesor se giro para seguir explicando. Sebastián me miro de reojo y yo lo mira también pero aparte la vista de inmediato concentrándome en el pizarrón.
 
No le hable en todo el día.
 
 
Unos días después supe que tenía que hablarle a Sebastián de nuevo, pero siempre que pasaba algo extraño entre los dos, dejo de hablarle por un tiempo y el también; no se si el lo hace por orgullo pero al menos yo no le hablo por que me da vergüenza.
 
Era jueves y sólo me quedaban dos días para hablarle, no iba a poder en el fin de semana, incluso el día parecía estar en mi favor porque la maestra de ciencias sociales tuvo una emergencia de último momento y tuvo que salir rápidamente dejándonos la última hora libre.
Sebastián salió del salón al igual que todos los demás y yo me quede sola pensando y debatiéndome en mi interior si ir a buscarlo o no, al final fui a buscarlo y lo encontré de nuevo en el árbol del patio trasero.
 
 
 
rukiaza
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