Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú) (Cancelada)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú) (Cancelada)
Nombre: Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú)
Autor: Rachel
Adaptación: Si, de la novela del mismo nombre escrita por Elisabeth Winfrey
Género: Romance
Advertencias: Ninguna
Otras páginas: No :cherry:
Sinopsis
"Harry y yo siempre hemos estado juntos. Al menos, es lo que él dice"
______(tn) Pendleton no sabe por qué se ha enamorado de su novio, Harry Styles. ¿Habrá sido su sonrisa sexy o su estilo romántico?
En realidad, últimamente ______(tn) está muy confundida. Todos sus recuerdos, sentimientosy sueños se esfumaron a partir del golpe que se dio en la estación, el día en que iba a partir hacia un campamento de verano.
A medida que ______(tn) recupera la memoria, descubre que algunas cosas no encajan. ¿Porqué no reaparece el rostro de Harry en sus recuerdos? ¿Por qué se pone tan nervioso cuando ella le pregunta cómo se conocieron?
Autor: Rachel
Adaptación: Si, de la novela del mismo nombre escrita por Elisabeth Winfrey
Género: Romance
Advertencias: Ninguna
Otras páginas: No :cherry:
Sinopsis
"Harry y yo siempre hemos estado juntos. Al menos, es lo que él dice"
______(tn) Pendleton no sabe por qué se ha enamorado de su novio, Harry Styles. ¿Habrá sido su sonrisa sexy o su estilo romántico?
En realidad, últimamente ______(tn) está muy confundida. Todos sus recuerdos, sentimientosy sueños se esfumaron a partir del golpe que se dio en la estación, el día en que iba a partir hacia un campamento de verano.
A medida que ______(tn) recupera la memoria, descubre que algunas cosas no encajan. ¿Porqué no reaparece el rostro de Harry en sus recuerdos? ¿Por qué se pone tan nervioso cuando ella le pregunta cómo se conocieron?
Última edición por Rachel el Vie 26 Abr 2013, 8:35 am, editado 1 vez
Rachel
Re: Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú) (Cancelada)
¿Esta es la nueva que me dijiste? Pues está interesante ejeje a ver cuando pones el primer capi tq L
Giselle96
Re: Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú) (Cancelada)
Giselle96 escribió:¿Esta es la nueva que me dijiste? Pues está interesante ejeje a ver cuando pones el primer capi tq L
Giselle!!!!! si, es esta, a ver si te gusta, ya me irás contando jejeje, si mañana subiré el primer capitulo, bueno o esta noche, no se tq L
Rachel
Re: Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú) (Cancelada)
¡Hoooolo!
Nueva lectora is here
#PartyHardAllDayAllNight lml
Me encantoooo la sinopsis
Yo tengo una novela parecida, con la misma idea central, la protagonista pierde parte de su memoria y blaaah
Espero el primer capítulo
¡Kisses! xx
Nueva lectora is here
#PartyHardAllDayAllNight lml
Me encantoooo la sinopsis
Yo tengo una novela parecida, con la misma idea central, la protagonista pierde parte de su memoria y blaaah
Espero el primer capítulo
¡Kisses! xx
Invitado
Invitado
Re: Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú) (Cancelada)
Capítulo 1 (parte 1)
______(TN)
Nunca olvidaré la noche que conocí a Harry Styles… y tampoco a él. Por fin la primavera había borrado el aburrido gris de las grises calles neoyorquinas para convertirlas en una policromía de árboles y capullos listos para florecer. Por lo menos en mi barrio había árboles. Gran parte de Manhattan todavía cargaba sobre sus espaldas ese gris plomizo, sucio y totalmente deprimente. Pero ninguna de esas tristes imágenes abrumaba mis pensamientos mientras me pasaba por la cabeza el nuevo vestido blanco que me había comprado. Ya me había puesto las sandalias blancas y el collar de perlas que heredé de mi madre cuando murió, hacía cinco años.
Eché un vistazo al reloj digital ubicado junto a mi cama de dosel; ya estaba casi lista para el baile de promoción, ¡y con diez minutos de adelanto!
―No está nada mal, me felicité en silencio.
Zayn siempre protestaba cuando se veía obligado a esperarme sentado en el desván del pent house de Upper East Side, charlando tonterías con mi padre para matar el tiempo.
A él tampoco le agradaban demasiado esas conversaciones, pero es un secreto que jamás confesé a Zayn. Mi novio se consideraba el candidato ideal paro los padres ricos y bien trajeados.
Sonreí con una descarada satisfacción cuando completé mi propia imagen en el espejo colgado justo frente a mi cama. El blanco inmaculado de mi vestido de marca destacaba mi piel suave y bronceada a la perfección. Mi negra cabellera ondulaba libremente sobre los hombros, enmarcándome el rostro con rizos no muy pronunciados. Sólo debía aplicar un poco de rímel—también costoso y de buena marca— sobre las pestañas para acentuar la expresión de mis ojos color chocolate. Era hermosa, y lo sabía. ¿Cuántas chicas de dieciséis años tendrían la valentía y la seguridad para realizar semejante aseveración de sí mismas,aunque fuera cierta?
Pero cuando me dirigí al otro lado de mi cuarto para mirar Central Park desde la ventana,experimenté una horrenda sensación de soledad que de repente se apoderó de mí. Afuera, la represa del parque brillaba como un manto de seda negra bajo el estrellado cielo nocturno.
Pero en el santuario de mi habitación (a la que solía llamar mi ―tocador cuando estaba de un humor muy chic) eché de menos a mi madre como si hubiera muerto apenas días atrás.
De pie sobre mi alfombra azul celeste, recreé en mi mente la imagen de mi madre antes de su cáncer de mama: estaba riendo con su tez del mismo tono que la mía, fresca y juvenil,sin arrugas, mientras trataba de recoger mis rizos rebeldes con una cinta. Yo tenía diez años entonces y mi madre tuvo que luchar bastante contra mi indisciplinado cabello antes de que yo estuviera lista para disfrutar del primer baile de chicos y chicas de la escuela.
Aparté de mi mente la auto compasión, como quien esconde debajo de la alfombra de la basura que barre del piso. Era una persona muy realista como para perder el tiempo en devaneos sobre recuerdos lejanos e imposibles. Yo era ______(tn) Pendleton la extraordinaria hija de Lincoln Pendleton, y nunca permitiría que los demás supieran de mis puntos débiles. Y mucho menos mi padre, que sin duda estaría esperándome para tomar la tradicional fotografía de su única hija yendo al baile de promoción.
Jamás desperdiciaba la oportunidad de tomarme una foto; empapelar nuestro apartamento con retratos míos convenía a su imagen de su estupendo filántropo internacional.
Después de todo, ¿cómo se puede confiar en la generosidad de un hombre que no se ocupa de su propia hija? Sólo yo sabía que mi padre siempre estaba demasiado atareado atendiendo sus negociosos como abogado en materia civil como para invertir parte de su
tiempo en mí o compartir conmigo momentos ―de buena calidad. Pero me había propuesto
guardar el secreto bajo siete llaves. Como ya he dicho, no tenía por costumbre lamentarme por cosas imposibles.
Cuando entré en el santuario del desván de mi padre, levantó ligeramente la cabeza de la alta pila de papeles que tenía frente a sí, sobre el escritorio. Los anteojos de lectura hacían equilibrio sobre su nariz y los pronunciados surcos de su frente lo avejentaban más de la cuenta. Parecía tener mucho más que cuarenta y un años.
— Estás preciosa —dijo, aunque su elogio parecía alarmarlo.
—Gracias, papá —respondí, y di una vuelta para que pudiera contemplarme.Estaba de pie y vi algo brillante en su mirada, sospechosamente parecido a una lágrima.
— Estás idéntica a tu madre. Eres el calco de Lindsay.
El elogio me envolvió como una nube de algodón. Nunca me había dicho nada igual, de modo que guardé sus palabras para poder pensar en ellas después. Por un instante, mi padre estaba tal como antes de que mi madre se enfermara. Pero casi de inmediato el hombre cariñoso y despreocupado desapareció, para que de nuevo ocupara su lugar el severo robot adicto al trabajo en el cual se había convertido. Carraspeé nerviosa, un poco sensible por la emoción que me había demostrado, al menos por unos breves segundos.
— Espero que a Zayn le agrade —comenté mientras extraía un tubo de lápiz labial de mi bolso plateado.
______(TN)
Nunca olvidaré la noche que conocí a Harry Styles… y tampoco a él. Por fin la primavera había borrado el aburrido gris de las grises calles neoyorquinas para convertirlas en una policromía de árboles y capullos listos para florecer. Por lo menos en mi barrio había árboles. Gran parte de Manhattan todavía cargaba sobre sus espaldas ese gris plomizo, sucio y totalmente deprimente. Pero ninguna de esas tristes imágenes abrumaba mis pensamientos mientras me pasaba por la cabeza el nuevo vestido blanco que me había comprado. Ya me había puesto las sandalias blancas y el collar de perlas que heredé de mi madre cuando murió, hacía cinco años.
Eché un vistazo al reloj digital ubicado junto a mi cama de dosel; ya estaba casi lista para el baile de promoción, ¡y con diez minutos de adelanto!
―No está nada mal, me felicité en silencio.
Zayn siempre protestaba cuando se veía obligado a esperarme sentado en el desván del pent house de Upper East Side, charlando tonterías con mi padre para matar el tiempo.
A él tampoco le agradaban demasiado esas conversaciones, pero es un secreto que jamás confesé a Zayn. Mi novio se consideraba el candidato ideal paro los padres ricos y bien trajeados.
Sonreí con una descarada satisfacción cuando completé mi propia imagen en el espejo colgado justo frente a mi cama. El blanco inmaculado de mi vestido de marca destacaba mi piel suave y bronceada a la perfección. Mi negra cabellera ondulaba libremente sobre los hombros, enmarcándome el rostro con rizos no muy pronunciados. Sólo debía aplicar un poco de rímel—también costoso y de buena marca— sobre las pestañas para acentuar la expresión de mis ojos color chocolate. Era hermosa, y lo sabía. ¿Cuántas chicas de dieciséis años tendrían la valentía y la seguridad para realizar semejante aseveración de sí mismas,aunque fuera cierta?
Pero cuando me dirigí al otro lado de mi cuarto para mirar Central Park desde la ventana,experimenté una horrenda sensación de soledad que de repente se apoderó de mí. Afuera, la represa del parque brillaba como un manto de seda negra bajo el estrellado cielo nocturno.
Pero en el santuario de mi habitación (a la que solía llamar mi ―tocador cuando estaba de un humor muy chic) eché de menos a mi madre como si hubiera muerto apenas días atrás.
De pie sobre mi alfombra azul celeste, recreé en mi mente la imagen de mi madre antes de su cáncer de mama: estaba riendo con su tez del mismo tono que la mía, fresca y juvenil,sin arrugas, mientras trataba de recoger mis rizos rebeldes con una cinta. Yo tenía diez años entonces y mi madre tuvo que luchar bastante contra mi indisciplinado cabello antes de que yo estuviera lista para disfrutar del primer baile de chicos y chicas de la escuela.
Aparté de mi mente la auto compasión, como quien esconde debajo de la alfombra de la basura que barre del piso. Era una persona muy realista como para perder el tiempo en devaneos sobre recuerdos lejanos e imposibles. Yo era ______(tn) Pendleton la extraordinaria hija de Lincoln Pendleton, y nunca permitiría que los demás supieran de mis puntos débiles. Y mucho menos mi padre, que sin duda estaría esperándome para tomar la tradicional fotografía de su única hija yendo al baile de promoción.
Jamás desperdiciaba la oportunidad de tomarme una foto; empapelar nuestro apartamento con retratos míos convenía a su imagen de su estupendo filántropo internacional.
Después de todo, ¿cómo se puede confiar en la generosidad de un hombre que no se ocupa de su propia hija? Sólo yo sabía que mi padre siempre estaba demasiado atareado atendiendo sus negociosos como abogado en materia civil como para invertir parte de su
tiempo en mí o compartir conmigo momentos ―de buena calidad. Pero me había propuesto
guardar el secreto bajo siete llaves. Como ya he dicho, no tenía por costumbre lamentarme por cosas imposibles.
Cuando entré en el santuario del desván de mi padre, levantó ligeramente la cabeza de la alta pila de papeles que tenía frente a sí, sobre el escritorio. Los anteojos de lectura hacían equilibrio sobre su nariz y los pronunciados surcos de su frente lo avejentaban más de la cuenta. Parecía tener mucho más que cuarenta y un años.
— Estás preciosa —dijo, aunque su elogio parecía alarmarlo.
—Gracias, papá —respondí, y di una vuelta para que pudiera contemplarme.Estaba de pie y vi algo brillante en su mirada, sospechosamente parecido a una lágrima.
— Estás idéntica a tu madre. Eres el calco de Lindsay.
El elogio me envolvió como una nube de algodón. Nunca me había dicho nada igual, de modo que guardé sus palabras para poder pensar en ellas después. Por un instante, mi padre estaba tal como antes de que mi madre se enfermara. Pero casi de inmediato el hombre cariñoso y despreocupado desapareció, para que de nuevo ocupara su lugar el severo robot adicto al trabajo en el cual se había convertido. Carraspeé nerviosa, un poco sensible por la emoción que me había demostrado, al menos por unos breves segundos.
— Espero que a Zayn le agrade —comenté mientras extraía un tubo de lápiz labial de mi bolso plateado.
Rachel
Re: Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú) (Cancelada)
muy chulo el primer capi, yo tenía ese libro, pero mi hermana se lo llevó y no lo he podido leer, no siquiera me acordaba de el jajaja. Me gustaaa LL
Elisabeth_Love
Re: Mi novio es un extraño (Harry Styles y tú) (Cancelada)
Capítulo 1 (2ª parte)
Mi padre me revoleó los ojos.
— Zayn — repitió con su desdén habitual.
— Papá, por favor, no empieces a criticarlo. Va a llegar de un momento a otro.
Mi padre se sentó en su escritorio
— Simplemente, no comprendo por qué te empecinas en salir con un mocoso malcriado, farsante y esnob — dijo por décima vez como mínimo en cinco meses.
— A eso se llama estar enamorada —respondí. Un sentimiento de ira me quemó la boca del estómago. Mi padre siempre estaba demasiado ocupado como para dedicarme su tiempo, pero tenía el valor de insultar al chico que adoraba pasar cada minuto de su vida a mi lado.
— Eso se llama estupidez —mi padre era siempre muy directo, y esa noche no fue la excepción. Estuve a punto de recitar el millón de cualidades maravillosas que caracterizaban a Zayn, cuando sonó el timbre.
— Ahí está —dije de inmediato—. Sé amable.
Con su esmoquin negro, Zayn Malik lucía mucho más increíble que de costumbre. Se había cortado la negra cabellera casi al ras, y por su perfume era obvio que acababa de bañarse en una costosa colonia para hombres. Sus ojos marrones recorrieron todo mi cuerpo y finalmente se posaron sobre mis labios. Cuando me besó, una cálida sensación de seguridad recorrió todo mi cuerpo. Zayn estaba tan bueno como una estrella de cine y tenía una gran fortuna… mejor dicho, el que la tenía era su padre.
— Hola, preciosa —dijo Zayn cuando me soltó— . ¿Lista para llamar la atención de todos en ese baile de parásitos?
— Ten cuidado con lo que dices sobre el baile de promoción. No olvides que pertenezco ala comisión de decoración. Hemos gastado una fortuna para que esta noche sea realmente especial.
Zayn se mofó, si es posible que un chico de dieciséis sepa mofarse como Dios manda.
— Vamos, ______(tn). ¿Cómo puedes pretender hacer una velada especial de un baile que estará plagado de esos sucios y perdedores habitantes de Brooklyn? Lo único que espero es no ser presa fácil de ningún carterista.
Por un momento me quedé muda. Coincidía con Zayn respecto a los chicos de Brooklyn. ¿Qué podían tener en común con nosotros? Ése había sido mi argumento cuando el director Hager sugirió que unificáramos nuestro baile de promoción con otras escuelas —menos elitistas, claro—, porque nuestra clase era muy poco numerosa. A Hager no le gustó en lo más mínimo mi comentario, y desde entonces no me quedó otra alternativa que cerrar el pico. Sin embargo, en ese momento mi desdén recobraba fuerzas, de sólo pensar que tendría que soportar a un grupo de extraños que tratarían de acosarnos en la pista de baile. De pronto advertí la presencia de mi padre, que estaba de pie junto a la puerta.
— Con esa actitud, tendrás suerte si no te rompen la nariz de un puñetazo— comentó cortante, mirando fijo a Zayn.
En ese momento sentí pena por mi novio. Sabía que mi padre tenía un arte muy especial para hacer que la gente se sintiera como una goma de mascar pegada a la suela de un zapato.
—Buenas noches, señor Pendleton, Claro… usted tiene razón, señor. Sólo estaba bromeando… —su voz se quebró ligeramente. Me volví hacia mi padre.
— Sucede que Zayn no quiere compartirme. Eso es todo, papá.
Mi padre arqueó las cejas.
— Bien, sí estos invitados al baile de promoción de la alta sociedad pueden disponer de un par de minutos, me gustaría haceros algunas fotografías.
Nos condujo hacía el desván, donde me hizo unas diez fotografías a mí sola y sólo una con Zayn. Cuando por fin terminamos la sesión, advertí que unas gotas de sudor humedecían las sienes de mi novio. Me habría echado a reír a carcajadas, pero bastó mirarlo una sola vez para darme cuenta de que no le habría causado ninguna gracia su propia incomodidad.
— Vuelve a casa a las doce y media —ordenó mi padre mientras Zayn me ayudaba a ponerme la chaqueta de seda celeste que combinaba perfectamente con el vestido.
— ¡Papá! —protesté.
— A la una — corrigió.
— ¡Todos volverán a las tres! —exclamé. Se encogió de brazos y regresó al desván.
— Te espero a la una —repitió. Zayn se me acercó.
— Trataremos de cumplir el horario de regreso —murmuró a mi oído—. Aunque a veces suelen suceder cosas terribles cuando uno vuelve de un baile de promoción…
Sentí un escalofrío en la espalda. Zayn Malik no estaba acostumbrado a cumplir órdenes. ¿Acaso esa noche sería la excepción?
La música estallaba en los enormes altavoces cuando Zayn y yo entramos en el Eden Club. Cuando cruzamos el umbral del gigantesco salón donde tenía lugar el baile de promoción, me quedé parada a mitad de camino. Aunque ya había estado allí más temprano, supervisando las decoraciones, me impresionó la magia del club, ahora que estaba lleno de gente, música y luces parpadeantes.
En el techo habían colgado docenas de lamparitas con pantallas de papel en rosa y blanco. Las mesas estaban dispuestas a un lado del salón, con manteles rosados. Cada silla llevaba un lazo rosado también, y en todo el ambiente se habían colocado estratégicamente maceteros con flores. Sin pensarlo siquiera, comencé a mover los pies de un lado al otro. Me encaminé hacia la pista de baile, pero Zayn me detuvo.
— Bebamos un poco de ponche primero, querida —me dijo con voz autoritaria—. Quiero inspeccionar a toda esta gente.
Antes de que yo pudiera responder, Zayn desapareció entre la multitud y yo me quedé allí de pie, sola. Escruté la pista de baile, tratando de localizar a alguno de mis amigos, pero eran todas caras extrañas. Según parecía, estaban divirtiéndose a lo grande y nadie tuvo el buen gusto de darse cuenta de que había una belleza sola. Una vez más me sentí irritada por tener que compartir nuestra noche con chicos que no tenían nada en común con nosotros.
— ¿Es el hombre más guapo que has conocido, o qué? —me preguntó mi mejor amiga, Eleanor Calder, que acababa de acercarse.
— Sí, pero olvida todas tus ideas —le respondí, sonriéndole. Con un vestido amarillo de falda corta y zapatos con plataforma, Eleanor estaba tan moderna como yo clásicamente elegante. Se la veía maravillosa. Ele abrió mucho los ojos.
— No me dirás que hay problemas en el Jardín del Edén, ¿verdad? ¿Acaso Zayn no es el Adán ideal para esta Eva?
Fruncí el entrecejo. Supuse que hablaba de Zayn cuando se refirió al hombre más guapo que había conocido, pero en ese momento me di cuenta de que estaba mirando aun chico que se encontraba a escasos cinco metros de distancia. Era alto, aunque no tanto como Zayn, de cabello castaño y rizado, y tez mate muy tersa. A pesar de su porte arrogante, observé que no tenía ni punto de comparación con mi novio.
— Pensé que hablábamos de Zayn —le dije abruptamente a Eleanor —. Él sí que es mucho más guapo que el Señor Hielo que está parado allí.
— Vaya, querida, qué humos —comentó Ele —. Nadie ha rebatido el hecho de que Zayn Malik es el mejor partido de Manhattan. Pero es tuyo. Danos al resto de las chicas una oportunidad de disfrutar del romance.
De reojo, volví a echar un vistazo al galán. El esmoquin negro le quedaba bien; la corbata roja que había elegido como complemento hacía un buen contraste con la camisa blanca. Sin embargo, no podía asegurar que el esmoquin no fuera alquilado… a diferencia de Zayn, que mandaba a hacer de medida toda su ropa de etiqueta. De pronto se giró y me miró a los ojos. Sonrió vagamente y me hizo un guiño. Sentí que la sangre acudía a mi rostro.
— Quédate con los chicos de tu círculo —aconsejé a Eleanor—. Lo único que puede traerte ese estúpido son problemas. Seguramente ni siquiera tendrá el dinero suficiente para pagar el taxi de regreso a su casa.
Sabía que a mi padre se le habrían puesto los pelos de punta si me hubiera oído hablar de ese modo, pero en aquel momento me importaba muy poco. Me sentía dueña de la verdad. Eleanor resopló.
— Discúlpeme, señorita Pendleton, si soy incapaz de juzgar a un hombre por el tamaño de su Tarjeta Dorada. Supongo que formo parte de ese grupo de gente estúpida que todavía cree en cosas como la personalidad, la inteligencia y el ingenio —echó otro vistazo al Señor Hielo—. Sin mencionar el eterno amor a primera vista.
Estuve a punto de decirle que para mí Zayn representaba más, mucho más que el límite de una tarjeta de crédito, cuando el hombre en cuestión comenzó a acercarse a nosotras. Eleanor hizo una de sus típicas sonrisas caza bobos y lo miró, radiante. Yo rodé los ojos y suspiré exasperada.
— ¿Me harías el honor? —oí que decía una voz ronca detrás de mí. Volví la cabeza para poder ver cómo Eleanor se ponía en ridículo frente a alguien a quien jamás había visto es su vida. Pero cuando lo miré a él y luego a Ele, me di cuenta de que no está hablándole a ella. Se dirigía a mí.
— ¿Cómo? —dije, con la esperanza de que mi voz sonara lo más indignada posible.
— Harry Styles, para servirte — respondió. Tenía una amplia sonrisa en los labios, casi burlona, y sus ojos parecían emitir haces de luz. Enseguida advertí que su esmoquin estaba arrugado y que de su corbata ya no quedaba ni el recuerdo. Afortunadamente, vi que en ese momento Zayn se me acercaba con dos vasos de ponche en las manos.
— Disculpa, pero a mi novio no le gustaría verte tratando de conquistarme —respondí, deseando que se marchara de una vez. Eleanor nos observaba con una mezcla de decepción y diversión. Por una décima de segundo, Harry Styles pareció sorprendido. Luego volvió a guiñarme el ojo.
— Claro, los hombres inseguros siempre son demasiado posesivos —contestó, y se alejó en el momento justo en que Zayn llegaba con mi ponche.
— ¿Quién era? — preguntó Zayn, ignorando por completo a Ele, pues la creía demasiado extravagante y siempre se las ingeniaba para mostrarse grosero con ella.
— Un total desconocido — respondí —. Un Don Nadie.
Mi padre me revoleó los ojos.
— Zayn — repitió con su desdén habitual.
— Papá, por favor, no empieces a criticarlo. Va a llegar de un momento a otro.
Mi padre se sentó en su escritorio
— Simplemente, no comprendo por qué te empecinas en salir con un mocoso malcriado, farsante y esnob — dijo por décima vez como mínimo en cinco meses.
— A eso se llama estar enamorada —respondí. Un sentimiento de ira me quemó la boca del estómago. Mi padre siempre estaba demasiado ocupado como para dedicarme su tiempo, pero tenía el valor de insultar al chico que adoraba pasar cada minuto de su vida a mi lado.
— Eso se llama estupidez —mi padre era siempre muy directo, y esa noche no fue la excepción. Estuve a punto de recitar el millón de cualidades maravillosas que caracterizaban a Zayn, cuando sonó el timbre.
— Ahí está —dije de inmediato—. Sé amable.
Con su esmoquin negro, Zayn Malik lucía mucho más increíble que de costumbre. Se había cortado la negra cabellera casi al ras, y por su perfume era obvio que acababa de bañarse en una costosa colonia para hombres. Sus ojos marrones recorrieron todo mi cuerpo y finalmente se posaron sobre mis labios. Cuando me besó, una cálida sensación de seguridad recorrió todo mi cuerpo. Zayn estaba tan bueno como una estrella de cine y tenía una gran fortuna… mejor dicho, el que la tenía era su padre.
— Hola, preciosa —dijo Zayn cuando me soltó— . ¿Lista para llamar la atención de todos en ese baile de parásitos?
— Ten cuidado con lo que dices sobre el baile de promoción. No olvides que pertenezco ala comisión de decoración. Hemos gastado una fortuna para que esta noche sea realmente especial.
Zayn se mofó, si es posible que un chico de dieciséis sepa mofarse como Dios manda.
— Vamos, ______(tn). ¿Cómo puedes pretender hacer una velada especial de un baile que estará plagado de esos sucios y perdedores habitantes de Brooklyn? Lo único que espero es no ser presa fácil de ningún carterista.
Por un momento me quedé muda. Coincidía con Zayn respecto a los chicos de Brooklyn. ¿Qué podían tener en común con nosotros? Ése había sido mi argumento cuando el director Hager sugirió que unificáramos nuestro baile de promoción con otras escuelas —menos elitistas, claro—, porque nuestra clase era muy poco numerosa. A Hager no le gustó en lo más mínimo mi comentario, y desde entonces no me quedó otra alternativa que cerrar el pico. Sin embargo, en ese momento mi desdén recobraba fuerzas, de sólo pensar que tendría que soportar a un grupo de extraños que tratarían de acosarnos en la pista de baile. De pronto advertí la presencia de mi padre, que estaba de pie junto a la puerta.
— Con esa actitud, tendrás suerte si no te rompen la nariz de un puñetazo— comentó cortante, mirando fijo a Zayn.
En ese momento sentí pena por mi novio. Sabía que mi padre tenía un arte muy especial para hacer que la gente se sintiera como una goma de mascar pegada a la suela de un zapato.
—Buenas noches, señor Pendleton, Claro… usted tiene razón, señor. Sólo estaba bromeando… —su voz se quebró ligeramente. Me volví hacia mi padre.
— Sucede que Zayn no quiere compartirme. Eso es todo, papá.
Mi padre arqueó las cejas.
— Bien, sí estos invitados al baile de promoción de la alta sociedad pueden disponer de un par de minutos, me gustaría haceros algunas fotografías.
Nos condujo hacía el desván, donde me hizo unas diez fotografías a mí sola y sólo una con Zayn. Cuando por fin terminamos la sesión, advertí que unas gotas de sudor humedecían las sienes de mi novio. Me habría echado a reír a carcajadas, pero bastó mirarlo una sola vez para darme cuenta de que no le habría causado ninguna gracia su propia incomodidad.
— Vuelve a casa a las doce y media —ordenó mi padre mientras Zayn me ayudaba a ponerme la chaqueta de seda celeste que combinaba perfectamente con el vestido.
— ¡Papá! —protesté.
— A la una — corrigió.
— ¡Todos volverán a las tres! —exclamé. Se encogió de brazos y regresó al desván.
— Te espero a la una —repitió. Zayn se me acercó.
— Trataremos de cumplir el horario de regreso —murmuró a mi oído—. Aunque a veces suelen suceder cosas terribles cuando uno vuelve de un baile de promoción…
Sentí un escalofrío en la espalda. Zayn Malik no estaba acostumbrado a cumplir órdenes. ¿Acaso esa noche sería la excepción?
La música estallaba en los enormes altavoces cuando Zayn y yo entramos en el Eden Club. Cuando cruzamos el umbral del gigantesco salón donde tenía lugar el baile de promoción, me quedé parada a mitad de camino. Aunque ya había estado allí más temprano, supervisando las decoraciones, me impresionó la magia del club, ahora que estaba lleno de gente, música y luces parpadeantes.
En el techo habían colgado docenas de lamparitas con pantallas de papel en rosa y blanco. Las mesas estaban dispuestas a un lado del salón, con manteles rosados. Cada silla llevaba un lazo rosado también, y en todo el ambiente se habían colocado estratégicamente maceteros con flores. Sin pensarlo siquiera, comencé a mover los pies de un lado al otro. Me encaminé hacia la pista de baile, pero Zayn me detuvo.
— Bebamos un poco de ponche primero, querida —me dijo con voz autoritaria—. Quiero inspeccionar a toda esta gente.
Antes de que yo pudiera responder, Zayn desapareció entre la multitud y yo me quedé allí de pie, sola. Escruté la pista de baile, tratando de localizar a alguno de mis amigos, pero eran todas caras extrañas. Según parecía, estaban divirtiéndose a lo grande y nadie tuvo el buen gusto de darse cuenta de que había una belleza sola. Una vez más me sentí irritada por tener que compartir nuestra noche con chicos que no tenían nada en común con nosotros.
— ¿Es el hombre más guapo que has conocido, o qué? —me preguntó mi mejor amiga, Eleanor Calder, que acababa de acercarse.
— Sí, pero olvida todas tus ideas —le respondí, sonriéndole. Con un vestido amarillo de falda corta y zapatos con plataforma, Eleanor estaba tan moderna como yo clásicamente elegante. Se la veía maravillosa. Ele abrió mucho los ojos.
— No me dirás que hay problemas en el Jardín del Edén, ¿verdad? ¿Acaso Zayn no es el Adán ideal para esta Eva?
Fruncí el entrecejo. Supuse que hablaba de Zayn cuando se refirió al hombre más guapo que había conocido, pero en ese momento me di cuenta de que estaba mirando aun chico que se encontraba a escasos cinco metros de distancia. Era alto, aunque no tanto como Zayn, de cabello castaño y rizado, y tez mate muy tersa. A pesar de su porte arrogante, observé que no tenía ni punto de comparación con mi novio.
— Pensé que hablábamos de Zayn —le dije abruptamente a Eleanor —. Él sí que es mucho más guapo que el Señor Hielo que está parado allí.
— Vaya, querida, qué humos —comentó Ele —. Nadie ha rebatido el hecho de que Zayn Malik es el mejor partido de Manhattan. Pero es tuyo. Danos al resto de las chicas una oportunidad de disfrutar del romance.
De reojo, volví a echar un vistazo al galán. El esmoquin negro le quedaba bien; la corbata roja que había elegido como complemento hacía un buen contraste con la camisa blanca. Sin embargo, no podía asegurar que el esmoquin no fuera alquilado… a diferencia de Zayn, que mandaba a hacer de medida toda su ropa de etiqueta. De pronto se giró y me miró a los ojos. Sonrió vagamente y me hizo un guiño. Sentí que la sangre acudía a mi rostro.
— Quédate con los chicos de tu círculo —aconsejé a Eleanor—. Lo único que puede traerte ese estúpido son problemas. Seguramente ni siquiera tendrá el dinero suficiente para pagar el taxi de regreso a su casa.
Sabía que a mi padre se le habrían puesto los pelos de punta si me hubiera oído hablar de ese modo, pero en aquel momento me importaba muy poco. Me sentía dueña de la verdad. Eleanor resopló.
— Discúlpeme, señorita Pendleton, si soy incapaz de juzgar a un hombre por el tamaño de su Tarjeta Dorada. Supongo que formo parte de ese grupo de gente estúpida que todavía cree en cosas como la personalidad, la inteligencia y el ingenio —echó otro vistazo al Señor Hielo—. Sin mencionar el eterno amor a primera vista.
Estuve a punto de decirle que para mí Zayn representaba más, mucho más que el límite de una tarjeta de crédito, cuando el hombre en cuestión comenzó a acercarse a nosotras. Eleanor hizo una de sus típicas sonrisas caza bobos y lo miró, radiante. Yo rodé los ojos y suspiré exasperada.
— ¿Me harías el honor? —oí que decía una voz ronca detrás de mí. Volví la cabeza para poder ver cómo Eleanor se ponía en ridículo frente a alguien a quien jamás había visto es su vida. Pero cuando lo miré a él y luego a Ele, me di cuenta de que no está hablándole a ella. Se dirigía a mí.
— ¿Cómo? —dije, con la esperanza de que mi voz sonara lo más indignada posible.
— Harry Styles, para servirte — respondió. Tenía una amplia sonrisa en los labios, casi burlona, y sus ojos parecían emitir haces de luz. Enseguida advertí que su esmoquin estaba arrugado y que de su corbata ya no quedaba ni el recuerdo. Afortunadamente, vi que en ese momento Zayn se me acercaba con dos vasos de ponche en las manos.
— Disculpa, pero a mi novio no le gustaría verte tratando de conquistarme —respondí, deseando que se marchara de una vez. Eleanor nos observaba con una mezcla de decepción y diversión. Por una décima de segundo, Harry Styles pareció sorprendido. Luego volvió a guiñarme el ojo.
— Claro, los hombres inseguros siempre son demasiado posesivos —contestó, y se alejó en el momento justo en que Zayn llegaba con mi ponche.
— ¿Quién era? — preguntó Zayn, ignorando por completo a Ele, pues la creía demasiado extravagante y siempre se las ingeniaba para mostrarse grosero con ella.
— Un total desconocido — respondí —. Un Don Nadie.
Rachel
Temas similares
» Mi novio es un zombie (Harry Styles & TU)
» Casada Con Un Extrano [Harry Styles & Tu]
» Casada con un extraño (Harry Styles y tu)
» La Venganza De Un Extraño (Harry Styles & ___ Malik)
» [Resuelto]Un extraño amor (Harry Styles) CANCELADA
» Casada Con Un Extrano [Harry Styles & Tu]
» Casada con un extraño (Harry Styles y tu)
» La Venganza De Un Extraño (Harry Styles & ___ Malik)
» [Resuelto]Un extraño amor (Harry Styles) CANCELADA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.