Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 14 de 16. • Comparte
Página 14 de 16. • 1 ... 8 ... 13, 14, 15, 16
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Siento npo haber podido comentar antes. Leí el capitulo y la verdad es que me encantó. Pero estoy preparando cosiitas (porque me voy a estudiar a Londrees) jajaj, no viene a nada pero... Bueno eso,que siguela esque adoro tu novela. Aiins que Mono es Harry. Pero Drina meda quee es un poquito malaa, eeh??? Bueno, eso que espero que la sigas pronto esque lo necesito, es como una droga, pliis pliiis pliis. Un besoo
Nefer
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
maiira1D escribió:ay que tierno Harold
mori en la parte [b style="font-style: italic;"][i]solo me interesas tu [/i][/b]fue simplemente genialoso!
me encanta esta nove cada vez mas
esa Drina le va a hacer a Haven, lo siento, se que si
y a rayis la odia!se nota
siguela porfa
besitos
Jajajajaja, Harry siempre es tierno...
Me encantas saber que les gusta...
Ahorita la sigo.
Besos
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
¡Giovi! escribió:Siguela!
Ahora la sigo linda ;)
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Jajajajaja al parecer alguien quiere maratón....Aly_Styles escribió:ESTA GENIIIAL ! SIGUELA PRONTO ! FELICIDADES ESCRIBES MUY BIEN !! BESO DE ESPAÑA :)
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
MARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓNMARATÓN MARATÓN MARATÓN MARATÓN
Ahora la sigo linda
Un Beso ;)
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Nefer escribió:Siento npo haber podido comentar antes. Leí el capitulo y la verdad es que me encantó. Pero estoy preparando cosiitas (porque me voy a estudiar a Londrees) jajaj, no viene a nada pero... Bueno eso,que siguela esque adoro tu novela. Aiins que Mono es Harry. Pero Drina meda quee es un poquito malaa, eeh??? Bueno, eso que espero que la sigas pronto esque lo necesito, es como una droga, pliis pliiis pliis. Un besoo
Wow!! Londres!!! eso es genial... ahhh me emocione por ti, no me quieres llevar contigo?? Okno
Claro ahorita la sigo.... Y si Drina es malvada.
Un beso linda :)
P.D: piénsalo, no se, tal vez me pueda ir en tu maleta
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Maratón 1/3
Capítulo dieciocho
Cuando vuelvo a casa después de las clases, Harry ya me está esperando en las escaleras de la entrada, con una sonrisa de esas que despejan las nubes del cielo y hacen desaparecer cualquier tipo de duda.
—¿Cómo has conseguido que el guarda te dejara pasar? —le pregunto, ya que sé con certeza que yo no le he permitido la entrada.
—El encanto personal y un coche caro siempre tienen éxito. —Se echa a reír antes de sacudirse el trasero de sus oscuros vaqueros de marca y me sigue al interior—. Bueno, ¿qué tal te ha ido el día?
Me encojo de hombros. Sé muy bien que estoy rompiendo la regla más importante de todas: nunca invitar a mi casa a un desconocido… ni siquiera cuando ese desconocido es mi supuesto novio.
—La rutina de siempre, ya sabes —respondo por fin—. La sustituía juró no volver jamás; la señora Machado me pidió que no volviera jamás… —Entonces lo miro de reojo y siento la tentación de decir algo escandaloso, ya que es evidente que no me está escuchando. Porque, aunque asiente, su mirada parece preocupada, distante.
Voy a la cocina, meto la cabeza en el frigorífico y pregunto:
—¿Qué tal tu día? ¿Qué has hecho? —Cojo una botella de agua y se la ofrezco, pero él sacude la cabeza y da un trago de su bebida de color rojo.
—He ido a dar una vuelta en coche, he practicado surf un rato y he esperado a que sonara el timbre para poder verte otra vez. —Sonríe.
—¿Sabes?, podrías haber ido al instituto y así no habrías tenido que esperar nada —replico.
—Intentaré recordarlo mañana. —Suelta una risotada.
Me apoyo en la encimera y giro el tapón de la botella una y otra vez. Me pone nerviosa estar a solas con él en esta enorme casa vacía cuando tengo tantas preguntas sin respuesta y ni idea de por dónde empezar.
—¿Quieres que salgamos afuera y nos sentemos junto a la piscina? —le pregunto por fin, pensando que quizá el aire fresco y el hecho de estar fuera me calmen un poco los nervios.
Pero él sacude la cabeza y coge mi mano.
—Prefiero ir arriba y echar un vistazo a tu habitación.
—¿Cómo sabes que está arriba? —pregunto al tiempo que lo miro con los ojos entornados.
Harry se limita a sonreír.
—¿Acaso no están siempre arriba?
Titubeo. No sé si permitir que ocurra algo así o si buscar una excusa educada para evitarlo.
Sin embargo, él me aprieta la mano y dice:
—Venga, te prometo que no te morderé.
Y su sonrisa es tan irresistible y su contacto tan cálido e incitante que mi único deseo mientras subo las escaleras es que Riley no esté allí.
Cuando llegamos a la parte superior de las escaleras, mi hermana aparece y dice:
—¡No sabes cuánto lo siento! No quería pelearme con… ¡Vaya! —Se calla de golpe y se queda con la boca abierta, mirándonos a ambos con los ojos abiertos de par en par.
Yo me limito a seguir avanzando hacia mi habitación como si no la hubiera visto. Solo me cabe la esperanza de que Riley tenga el buen juicio de desaparecer y de no regresar hasta más tarde. Mucho más tarde.
—Parece que te has dejado la tele encendida —dice Harry cuando entra en el cuarto. Yo le dirijo una mirada asesina a mi hermana, que camina junto a él y lo mira de arriba abajo antes de levantar los pulgares con entusiasmo.
Y aunque le suplico con la mirada que se marche, ella se deja caer en el sofá y coloca los pies sobre las rodillas de Harry.
Entro a toda prisa en el baño, furiosa con Riley por no hacer lo que le pido, por alargar su visita y negarse a desaparecer; sé que es cuestión de tiempo que haga alguna de sus locuras, algo que no podré explicar. Así pues, me quito la sudadera y me embarco en la rutina de todos los días: me lavo los dientes con una mano mientras me aplico el desodorante con la otra y escupo en el lavabo segundos antes de ponerme una camiseta blanca limpia. Después me hago la coleta, me doy un poco de bálsamo para los labios, me pongo un poco de perfume y salgo a toda prisa por la puerta solo para descubrir que Riley sigue allí, observando de cerca las orejas de Harry.
—Deja que te enseñe la terraza; las vistas son impresionantes —digo, impaciente por alejarlo de mi hermana.
Sin embargo, él sacude la cabeza y dice:
—Más tarde. —Da unos golpecitos con la mano a su lado en el sofá y Riley se levanta de inmediato con un grito de alegría.
Lo observo allí sentado, inocente, desconocedor, creyendo que tiene el sofá para él solo cuando lo cierto es que lo que pincha en la oreja, lo que le pica en la rodilla, lo que le eriza la piel del cuello no es sino mi hermana muerta.
—Vaya, me he dejado la botella de agua en el cuarto de baño —digo.
Clavo la mirada en Riley y me doy la vuelta para marcharme con la certeza de que ella me seguirá si sabe lo que le conviene. Pero Harry se levanta y dice:
—Déjame a mí.
Y observo cómo maniobra entre el sofá y la mesa a fin de evitar las piernas de Riley.
Mi hermana me mira con la boca abierta, yo la miro a ella y, en un momento dado, desaparece.
—Ya está —dice Harry, que me arroja la botella y se pasea con libertad por el espacio que apenas un instante antes había sorteado con tanto cuidado. Cuando ve que lo miro con expresión extrañada, sonríe y pregunta—: ¿Qué?
Me limito a sacudir la cabeza y a volver la vista hacia el televisor, diciéndome a mí misma que solo ha sido una coincidencia. Que no es posible que la haya visto.
—¿Te importaría decirme cómo lo haces?
Estamos sentados fuera, acurrucados en la butaca después de devorar casi una pizza entera; aunque lo cierto es que la mayor parte me la he comido yo, ya que Harry come como un supermodelo y no como un chico normal. En realidad, picotea y mueve la comida de un lado a otro antes de dar un par de mordisquitos, pero lo único que hace es dar sorbos a su bebida.
—¿Hacer qué? —pregunta él, que me rodea con los brazos mientras apoyo la barbilla en su hombro.
—¡Todo! En serio. Nunca haces los deberes, y sin embargo conoces todas las respuestas; coges un pincel, lo introduces en la pintura y voilà!, de repente has creado un Picasso que es incluso mejor que el del auténtico Picasso. ¿Se te dan mal los deportes? ¿Te falla la coordinación o algo así? ¡Venga, dímelo!
Harry suspira.
—Bueno, la verdad es que nunca se me ha dado muy bien el béisbol —admite mientras presiona los labios contra mi oreja—. Pero soy un jugador de fútbol de primera y tengo cierto talento para el surf, o al menos eso creo.
—En ese caso, debe de ser la música. ¿Tienes mal oído para la música?
—Tráeme una guitarra y te tocaré una melodía. Aunque también servirían un piano, un violín o un saxofón.
—¿Qué, entonces? Vamos, ¡a todo el mundo se le da mal algo! Dime algo que se te dé mal.
—¿Por qué quieres saber algo así? —pregunta al tiempo que me estrecha con más fuerza—. ¿Por qué quieres destrozar la imagen perfecta que tienes de mí?
—Porque detesto parecer tan pobre y pusilánime en comparación. En serio, soy tan mediocre en tantas cosas que me gustaría saber que tú también eres malo en algo. Vamos, con eso me sentiría mucho mejor.
—Tú no eres mediocre —asegura él con un tono de voz demasiado serio mientras hunde la nariz en mi cabello.
Pero yo me niego a rendirme. Necesito algo para continuar, algo que lo haga más humano, aunque solo sea un poco.
—Solo una cosa, por favor… Aunque tengas que mentir. Es por una buena causa: mi autoestima.
Intento girarme para poder mirarlo a la cara, pero él me sujeta con más fuerza para mantenerme inmóvil y me da un beso en la oreja antes de decir:
—¿De verdad quieres saberlo?
Asiento. Mi corazón late a un ritmo frenético y la sangre corre a toda prisa por mis venas.
—Se me da fatal todo lo relacionado con el amor.
Clavo la vista en la luz del fuego que adorna uno de los rincones del jardín y me preguntó qué habrá querido decir. Y aunque deseaba con todas mis fuerzas que él me respondiera, la verdad es que no quería oír una contestación tan seria.
—Bueno, ¿te importaría ser algo más explícito? —pregunto con una risilla nerviosa. Lo cierto es que no estoy segura de querer oír una respuesta, ya que temo que esté relacionada con Drina… un tema del que preferiría no hablar.
Harry me abraza con más fuerza y respira profunHarryte.
Y se queda así durante tanto rato que me pregunto si llegará a abrir la boca. Cuando lo hace por fin, dice:
—Al final, siempre resulto… decepcionante. —Se encoge de hombros, negándose a explicar nada más.
—Pero si solo tienes diecisiete años… —Me libro de sus brazos para poder mirarlo a la cara.
Él se encoge de hombros.
—¿Cuántas veces puedes haber resultado decepcionante?
En lugar de responder, Harry me obliga a darme la vuelta y pega sus labios a mi oreja antes de susurrar:
—Vamos a darnos un baño.
Otra muestra más de lo perfecto que es: tiene un par de bañadores en el coche.
—Oye, esto es California y nunca se sabe cuándo vas a necesitarlos —dice al tiempo que se sitúa al borde de la piscina y me dedica una sonrisa—. También tengo un traje de neopreno en el maletero. ¿Crees que debería ir a buscarlo?
—No sé qué responder a eso —le digo mientras entro en la piscina por la parte profunda, donde el vapor se desprende de la superficie del agua—. Tendrás que decidirlo tú mismo.
Harry se acerca unos centímetros más al borde y finge hundir el dedo gordo del pie en el agua.
—No la pruebes, salta sin más —le digo a modo de reprimenda.
—¿Puedo tirarme al agua?
—A bomba, en plancha, como quieras. —Me río al ver cómo realiza una increíble zambullida de cabeza antes de aparecer a mi lado.
—Perfecto —afirma. Tiene el pelo hacia atrás, la piel húmeda y resplandeciente, y las pestañas llenas de pequeñas gotitas de agua. Y, justo cuando creo que está a punto de besarme, desaparece bajo la superficie y se aleja nadando.
Así que respiro hondo, me trago el orgullo y lo sigo.
—Mucho mejor —dice antes de estrecharme con fuerza.
—¿Te da miedo la parte profunda? —Sonrío, ya que los dedos de mis pies apenas rozan el suelo del fondo.
—Me refería a tu atuendo. Deberías vestirte así más a menudo.
Bajo la mirada hacia mi cuerpo pálido cubierto por un biquini blanco e intento no sentirme demasiado insegura al estar tan cerca del suyo, bronceado y perfecto.
—Sin duda es una gran mejora, si se compara con los vaqueros y las sudaderas con capucha —dice entre risas.
Aprieto los labios sin saber muy bien qué decir.
—Pero supongo que debes hacer lo que debes hacer, ¿verdad?
Observo su rostro. Hay algo en lo que ha dicho que parece tener un significado oculto, como si él supiera por qué me visto de la forma en que lo hago.
Harry sonríe.
—Es obvio que te proteges de la ira de Stacia y de Honor. Esas dos no juegan demasiado limpio. — Me mete el pelo detrás de la oreja y me acaricia la mejilla.
—¿Acaso estamos compitiendo? —pregunto al recordar el coqueteo, los capullos de rosa, la discusión, que mantuvimos esta mañana en el instituto y la amenaza que ella está dispuesta a cumplir.
Harry no hace otra cosa que mirarme durante demasiado tiempo, tanto que mi estado de ánimo cambia y me aparto de él.
—____, jamás ha habido competición alguna.
Pero yo me sumerjo bajo el agua y nado hasta el borde para salir; necesito actuar rápido si quiero dejar claro lo que pienso, porque siempre que él se acerca las palabras se esfuman de mi mente.
—¿Cómo puedo saber algo así cuando te muestras unas veces afectuoso y otras distante? —pregunto con la voz y las manos temblorosas. Desearía poder callarme, dejarlo pasar, recuperar la noche agradable y romántica que estábamos pasando. Pero sé que es necesario decir lo que voy a decir, sean cuales sean las consecuencias—. A veces me miras como… bueno, de esa forma en que me miras… y un instante después estás encima de Stacia. —Tenso la mandíbula y espero a que responda; observo cómo sale de la piscina y avanza hacia mí, tan guapo, mojado y resplandeciente que debo esforzarme por seguir respirando.
—____, yo… —Cierra los ojos y suspira. Y cuando los abre de nuevo, da otro paso hacia mí y dice —: Jamás ha sido mi intención hacerte daño. De verdad. Jamás. —Me rodea con el brazo e intenta lograr que lo mire. Y cuando lo hago, cuando me rindo por fin, me mira a los ojos y añade—: Nunca he intentado hacerte daño. Y me disculpo si alguna vez te ha dado la sensación de que estaba jugando con tus sentimientos. Ya te he dicho que no se me dan bien este tipo de cosas. —Sonríe al tiempo que introduce los dedos entre los mechones húmedos de mi cabello y saca un tulipán rojo.
Yo lo observo, fijándome en sus amplios hombros, en su torso definido, en sus marcados abdominales y en sus manos desnudas. No hay mangas donde esconder la flor; no hay bolsillos en los que ocultar nada. No hay más que su glorioso cuerpo semidesnudo, el bañador chorreante y ese estúpido tulipán que tiene en la mano.
—¿Cómo lo haces? —pregunto conteniendo el aliento. Sé muy bien que no estaba detrás de mi oreja.
—¿Hacer qué? —Sonríe mientras me rodea la cintura con los brazos para acercarme más.
—Lo de los tulipanes, las rosas y todo eso —susurro. Intento pasar por alto la sensación que provocan sus manos sobre mi piel, el hecho de que, cada vez que me toca, una oleada de calor invade mi cuerpo y me siento atontada, casi mareada.
—Es magia —asegura con una sonrisa.
Me aparto de él y estiro el brazo para coger la toalla antes de envolverme con ella.
—¿Por qué nunca hablas en serio? —No puedo evitar preguntarme dónde me estoy metiendo y si aún estoy a tiempo de huir.
—Hablo en serio —murmura. Se pone la camiseta y busca sus llaves mientras yo me estremezco bajo la fría toalla empapada. Observo sin mediar palabra cómo se acerca a la puerta, hace un gesto con la mano por encima del hombro y dice—: Sabine está en casa.
Luego desaparece en la oscuridad.
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Maratón 2/3
Capítulo diecinueve
Al día siguiente, cuando llego al aparcamiento, Harry no está allí. Así que salgo del coche, me cuelgo la mochila al hombro y me dirijo a clase mientras pronuncio unas palabras de ánimo para mis adentros y me preparo para lo peor.
Sin embargo, cuando llego al aula, me quedo totalmente inmóvil. Miro como una estúpida la puerta pintada de verde, incapaz de abrirla.
Puesto que mis habilidades psíquicas no sirven de nada en lo que a Harry se refiere, lo único que en realidad puedo «ver» es la pesadilla que se desarrolla en mi cabeza. La pesadilla en la que Harry aparece sentado al borde de la mesa de Stacia, riendo y flirteando, sacando rosas de todos los lugares posibles mientras yo agacho la cabeza y me dirijo a mi sitio, donde la calidez de su mirada pasa rozándome cuando él se gira para poder concentrarse en “ella”.
Y sé que esta vez no podré soportarlo. En serio, no podré hacerlo. Porque aunque Stacia es cruel, mezquina, detestable y sádica, resulta que es cruel, mezquina, detestable y sádica de una manera abierta.
No lo guarda en secreto, no es ningún misterio; muestra con claridad su desagradable comportamiento a todo el mundo.
Y yo soy todo lo contrario: una persona paranoica y reservada que se oculta tras unas gafas de sol y una capucha, y que soporta una carga demasiado pesada. No hay nada sencillo en mí.
Extiendo la mano hacia el picaporte una vez más mientras me reprendo a mí misma: “Esto es ridículo. ¿Qué piensas hacer? ¿Dejar el instituto? Tendrás que lidiar con esto un año y medio más, así que acéptalo y entra de una vez”.
Pero mi mano comienza a temblar, negándose a obedecer, y justo cuando estoy a punto de huir, un chico aparece por detrás, se aclara la garganta y dice:
—Oye… ¿piensas abrirla? —Y completa la pregunta en su cabeza con unas palabras que no pronuncia en voz alta: “¡Puto bicho raro!”.
Así que respiro hondo, abro la puerta y entro. Me siento peor de lo que podría haber imaginado, pero solo porque Harry no está allí.
En cuanto llego al comedor, examino las mesas en busca de Harry, pero al ver que no está me encamino hacia mi mesa habitual. Llego al mismo tiempo que Haven.
—Han pasado seis días y sigo sin saber nada de Evangeline —dice mientras deja caer la caja de su magdalena sobre la mesa y se sienta frente a mí.
—¿Has preguntado en el grupo? —Miles se sienta junto a mí y desenrosca el tapón de su Vitamin Water.
Haven pone los ojos en blanco.
—Es un grupo de personas anónimas, Miles.
Mi amigo adopta una expresión exasperada.
—Me refería a su mentora…
—Se les llama “monitores de apoyo”. Y sí, la monitora no ha sido de ninguna ayuda, ya que no sabe nada. Drina cree que estoy exagerando, que estoy sacando las cosas de quicio.
—¿Todavía está aquí? —Miles la mira con atención.
Yo paseo la vista entre ellos, alarmada por el tono de su voz.
Puesto que la mayor parte de las cosas relacionadas con Harry y con Drina quedan fuera del alcance de mis habilidades psíquicas, siento tanta curiosidad por escuchar la respuesta como él.
—Pues claro que sí, Miles. Ahora vive en esta ciudad. ¿Por qué? ¿Hay algún problema? —Lo mira con los ojos entornados.
Miles se encoge de hombros y da un sorbo a la bebida.
—Ningún problema. —No obstante, sus pensamientos dicen algo muy distinto y su aura amarilla se vuelve oscura y opaca mientras se debate entre decir lo que piensa o callarse la boca—. Es solo que…—comienza a decir.
—¿Solo que… qué? —Haven clava la mirada en él con los párpados entornados y los labios apretados—. ¿Y bien?
Yo lo miro fijamente, pensando: “Hazlo, Miles, ¡dilo! Drina es arrogante, aborrecible, una mala influencia que solo traerá problemas. No eres el único que lo ve; yo también me he dado cuenta, así que adelante, dilo… ¡Esa tía es lo peor!”.
Miles titubea. Tiene las palabras en la punta de la lengua y yo contengo el aliento, a la espera de que las suelte de una vez.
Sin embargo, mi amigo suelta un largo suspiro, sacude la cabeza y dice:
—Da igual.
Echo un vistazo a Haven y veo su expresión furiosa; los bordes de su aura chisporrotean en todas direcciones, lo que presagia que se producirá una fuga radiactiva en tres, dos, uno…
—Perdona, Miles, pero no me lo trago. Así que si tienes algo que decir, dilo y ya está. —Lo fulmina con la mirada; la magdalena queda olvidada mientras ella tamborilea con los dedos sobre la mesa de fibra de vidrio. Y al ver que Miles no responde, añade—: No te molestes, Miles. Y te digo lo mismo, ____. El hecho de que no digáis nada no os convierte en menos culpables.
Miles me mira con los ojos abiertos de par en par; sé que debería decir algo, hacer algo, montar un numerito y preguntar por qué soy culpable. Pero lo cierto es que ya lo sé.
Soy culpable porque no me gusta Drina. Porque no confío en ella. Porque veo algo sospechoso en ella, casi siniestro. Y por no hacer nada por ocultar esas sospechas.
Haven sacude la cabeza y pone los ojos en blanco; está tan enfadada que casi escupe las palabras:
—¡Vosotros ni siquiera la conocéis! ¡No tenéis ningún derecho a juzgarla! Resulta que Drina me cae muy bien, para vuestra información. Y en el poco tiempo que hace que la conozco, ¡ha sido mucho mejor amiga que ninguno de vosotros dos!
—¡Eso no es cierto! —grita Miles con la mirada encendida—. Una mierda como una…
—Lo siento, Miles, pero es la verdad. Vosotros me toleráis, salís conmigo, pero en realidad no encajáis conmigo tanto como ella. A Drina y a mí nos gustan las mismas cosas, compartimos los mismos intereses. Ella no desea en secreto que cambie, como hacéis vosotros. Le gusto tal y como soy.
—Vaya, ¿por eso has cambiado tu look por completo, porque ella te acepta tal y como eres en realidad?
Veo que Haven cierra los ojos y respira muy despacio; luego mira a Miles y se levanta de la silla antes de recoger sus cosas.
—Olvídalo, Miles. Olvidadlo los dos.
—Y ahora, damas y caballeros, ¡observen el dramático silencio que viene a continuación! —Miles frunce el ceño—.
Vamos, ¿estás de broma? ¡Lo único que he hecho ha sido preguntar si aún seguía aquí! ¡Eso es todo! Y tú lo has convertido en una afrenta monumental. Venga, siéntate, relájate y disfruta, ¿quieres?
Haven sacude la cabeza y se aferra al borde de la mesa; el pequeño e intrincado tatuaje de su muñeca parece terminado, aunque todavía está enrojecido e inflamado.
—¿Cómo se llama eso? —pregunto sin dejar de mirar la interpretación en tinta de la serpiente que se muerde la cola; sé que tiene un nombre, que es algún tipo de criatura mítica, pero no recuerdo cuál.
—Ouróboros. —Y cuando se lo frota con el dedo, me parece ver cómo la serpiente saca la lengua y se mueve.
—¿Qué significa?
—Es un antiguo símbolo alquímico de la vida eterna, de la creación a partir de la destrucción, de la vida a partir de la muerte, de la inmortalidad... algo así —dice Miles.
Haven y yo lo miramos intrigadas, pero él se limita a hacer un gesto indiferente con los hombros.
—¿Qué pasa? Leo mucho.
Clavo la mirada en Haven y digo:
—Parece infectado. Deberías ir a que te lo miraran.
Pero tan pronto como pronuncio las palabras, sé que es un error; veo que Haven se baja la manga de un tirón y que su aura flamea y lanza chispas.
—A mi tatuaje no le ocurre nada. Estoy bien. Y perdonadme por decirlo de esta manera, pero no puedo evitar darme cuenta de que ninguno de los dos parece preocupado por Harry, quien, por cierto, ya nunca viene al instituto. Bueno, ¿a qué se debe eso?
Miles baja la mirada hasta su Sidekick y se encoge de hombros. En eso Haven tiene razón. Ambos la observamos mientras sacude la cabeza, coge la cajita de su magdalena y se marcha enfurecida.
—¿Te importaría decirme qué es lo que acaba de ocurrir? —pregunta Miles mientras la observa esquivar las mesas del comedor en su prisa por llegar a ninguna parte.
Pero yo también me encojo de hombros, incapaz de sacarme de la cabeza la imagen de la serpiente que luce en la muñeca ni la forma en que ha girado la cabeza para clavar sus ojillos redondos y brillantes en mí.
Cuando llego al camino de entrada de mi casa, veo a Harry apoyado contra su coche, sonriente.
—¿Qué tal las clases? —pregunta al tiempo que rodea el coche para abrir mi puerta.
Hago un gesto de indiferencia con los hombros y estiro la mano para coger los libros.
—Vaya, así que sigues enfadada —dice mientras me sigue a la puerta principal. Y aunque no me está tocando, puedo sentir el calor que emana de su cuerpo.
—No estoy enfadada —murmuro al tiempo que abro la puerta y arrojo la mochila al suelo.
—Bueno, es un alivio saberlo… porque he hecho una reserva para dos y, como no estás enfadada, supongo que querrás venir conmigo.
Lo miro y me fijo en sus vaqueros oscuros, en sus botas y en su suéter negro, tan suave que solo puede ser de cachemira.
Me pregunto qué demonios estará tramando ahora.
Me quita las gafas de sol y los auriculares y los deja sobre la mesa de la entrada.
—Créeme, conmigo no necesitas estas “defensas” —dice al tiempo que me baja la capucha, enlaza su brazo con el mío y me guía a través de la puerta principal hasta su coche.
—¿A dónde vamos? —pregunto mientras ocupo el asiento del acompañante. Tengo la sensación de estar siendo demasiado complaciente, insulsa, ansiosa por hacer todo lo que me pida—. Lo cierto es que tengo muchos deberes. Tengo un montón de tareas que hacer para ponerme al día.
Harry se limita a sacudir la cabeza antes de subirse al coche.
—Tranquila, podrás hacer todo eso más tarde, te lo prometo.
—¿Cuánto más tarde? —Lo observo con atención, preguntándome si me acostumbraré alguna vez a su increíble belleza, a la calidez de su mirada y a esa capacidad de convencerme de cualquier cosa.
El sonríe y pone en marcha el motor del coche sin ni siquiera girar la llave.
—Antes de medianoche, lo prometo. Ahora ponte el cinturón, vamos a dar una vuelta.
Harry conduce deprisa. Muy deprisa. Así que cuando entra en el aparcamiento y le deja el coche al mozo parece que no han pasado más que unos cuantos minutos.
—¿Dónde estamos? —le pregunto mientras contemplo los edificios de color verde y el cartel que dice: “ENTRADA ESTE”—. ¿Entrada este de qué?
—Bueno, creo que esto debería servir como explicación. —Se echa a reír y me estrecha contra su cuerpo cuando cuatro purasan-gres relucientes y sudorosos pasan trotando junto a sus cuidadores, seguidos de un jockey ataviado con una chaqueta rosa y verde, unos ajustadísimos pantalones blancos y botas negras cubiertas de barro.
—¿El hipódromo? —Lo miro con la boca abierta. Al igual que me ocurrió con Disneyland, este es el último lugar al que habría esperado que me llevara.
—Pero no cualquier hipódromo; estamos en Santa Anita —me contesta—. Es uno de los más bonitos. Vamos, tenemos una reserva para las tres y cuarto en el Favorito.
—¿Dónde? —pregunto, negándome a moverme de donde estoy.
—Tranquila, solo es un restaurante. —Ríe con ganas—. Vamos, no quiero perder la mesa.
—Oye, ¿esto no es ilegal? —Sé que es una pregunta de lo más mojigata, pero es que Harry es tan… rebelde e imprudente… tan impredecible.
—¿Comer es ilegal? —Sonríe, pero sé que se le está acabando la paciencia.
Niego con la cabeza.
—Apostar y todo eso, ya sabes.
Suelta una carcajada y sacude la cabeza.
—Se trata de una carrera de caballos, ____, no de una pelea de gallos. Venga, vamos. —Me da un apretón en la mano y me conduce hacia el ascensor.
—Pero ¿no hay que tener veintiún años o algo así?
—Dieciocho —murmura antes de entrar y apretar el botón del quinto piso.
—Vale, pues yo tengo dieciséis y medio.
Harry hace un gesto exasperado y se inclina para besarme.
—En ocasiones hay que adaptar un poco las normas, o romperlas. Es la única forma de pasarlo bien. Anda, vamos —dice mientras me conduce por un pasillo que termina en una enorme estancia decorada con distintos tonos de verde. Se detiene frente al estrado de la entrada y saluda al maître como si fueran viejos amigos.
—Vaya, señor Styles, ¡es un placer verlo de nuevo! Su mesa ya está lista; sígame, por favor.
Harry asiente y me da la mano para guiarme por el salón lleno de parejas, jubilados, hombres solteros, grupos de mujeres, un padre con su hijo… No hay ni un solo sitio libre en el comedor. Al final, nos detenemos en una mesa que está justo enfrente de la línea de meta, con unas hermosas vistas de las pistas y las colinas verdes que hay más allá.
—Tony vendrá enseguida a anotar lo que quieren. ¿Desea que les traiga un poco de champán?
Harry me mira y hace un gesto negativo. Su rostro se ruboriza un poco al decir:
—Hoy no.
—Bien. Le advierto que quedan cinco minutos para cerrar las apuestas.
—¿Champán? —susurro con las cejas enarcadas, pero él se limita a alzar los hombros y a desdoblar el programa de carreras.
—¿Qué piensas de Cantárida? —Clava la mirada en mí y sonríe antes de aclarar—: Me refiero al caballo, no al afrodisíaco.
Sin embargo, yo estoy demasiado ocupada observando los alrededores como para responder. Me cuesta un verdadero esfuerzo verlo todo, porque la sala no solo es enorme, sino que además está llena a rebosar a estas horas… y eso que estamos en un día de diario. Es como un universo diferente del que yo no sabía nada. Y no puedo evitar preguntarme si es aquí donde Harry pasa su tiempo libre.
—Bueno, ¿qué dices? ¿Quieres apostar? —Me mira de reojo antes de realizar unas cuantas anotaciones con su bolígrafo.
Niego con la cabeza.
—Ni siquiera sabría cómo hacerlo.
—Yo puedo darte todos los detalles sobre las apuestas, los porcentajes, las estadísticas y el linaje de cada caballo. Pero puesto que no tenemos mucho tiempo, ¿por qué no te limitas a echarle un vistazo a esto y me dices lo que “sientes”, qué nombres te atraen? A mí siempre me funciona —dice con una sonrisa.
Me lanza el programa de carreras y yo lo miro, sorprendida al descubrir que hay tres nombres diferentes que parecen llamar mi atención en un orden de primero, segundo y tercero.
—Cantárida gana, Acapulco Lucy segundo, e Hijo de Buda en tercer lugar —le digo. Aunque no tengo ni idea de cómo lo sé, tengo bastante confianza en mis elecciones.
—Lucy y Buda, vale —murmura mientras lo escribe—. ¿Y cuánto quieres apostar? La apuesta mínima es dos, pero puedes apostar más.
—Dos está bien —digo. De repente me siento menos confiada, ya que no estoy dispuesta a vaciar mi monedero por un capricho.
—¿Estás segura? —pregunta con una expresión algo decepcionada.
Afirmo con la cabeza.
—Bueno, pues yo creo que son buenas elecciones, así que voy a apostar cinco. No, que sean diez.
—No apuestes diez —le digo antes de apretar los labios—. Los he elegido al azar, ni siquiera sé por qué.
—Pues parece que tendremos que averiguarlo —asegura Harry, que se pone en pie mientras yo estiro la mano para coger mi cartera. Sin embargo, él me la quita de la mano—. Podrás reembolsármelo cuando cobres las ganancias. Voy a apostar. Si viene el camarero, pide lo que quieras.
—¿Qué quieres que pida para ti? —le pregunto, pero se ha marchado tan rápido que ni siquiera me oye.
Cuando regresa, los caballos ya están situados tras el portón y, cuando suena el disparo de salida, todos salen como una exhalación de sus casilleros. Al principio no son más que brillantes borrones oscuros, pero cuando doblan la esquina para tomar la recta final, salto de mi asiento al ver que mis tres elecciones maniobran para colocarse en buena posición.
No puedo evitar dar brincos y gritos de alegría cuando veo que cruzan la meta según el orden que he elegido para el primero, el segundo y el tercero.
—¡Madre mía, hemos ganado! ¡Hemos ganado! —exclamo con una sonrisa mientras Harry se agacha para besarme—. ¿Es siempre tan emocionante? —Observo la pista y veo que Cantárida trota hacia el círculo del ganador para recibir la corona de flores y prepararse para las fotografías.
—Más o menos —me contesta—. Aunque no hay nada que pueda compararse con la primera vez que se gana mucho; esa es siempre la mejor.
—Bueno, no sé cuánto será ese mucho —replico, deseando haber confiado un poco más en mis capacidades, al menos lo suficiente como para subir la apuesta.
Harry frunce el ceño.
—Bueno, puesto que apostaste dos, me temo que habrás ganado alrededor de ocho.
—¿Ocho dólares?
Entorno los párpados algo decepcionada.
—Ochocientos. —Suelta una carcajada—. O, para ser exactos, ochocientos dólares y sesenta centavos. Has ganado una triple, lo que significa que has conseguido acertar quiénes serían los tres ganadores y qué posición ocuparía cada uno.
—¿Y solo con dos dólares? —pregunto. De repente entiendo por qué Harry tiene una mesa reservada.
Él asiente.
—¿Y tú? ¿Cuánto has ganado? —pregunto—. ¿Has apostado lo mismo que yo?
Harry sonríe.
—Resulta que he perdido. Bastante. Me he vuelto algo avaricioso y he querido ir un poco más allá, lo que significa que he añadido un caballo que no lo ha conseguido. Pero no te preocupes, pienso solucionarlo en la próxima carrera.
Y lo hace, sin duda. Porque cuando nos acercamos a la ventanilla después de la octava y última carrera, yo recojo un total de mil seiscientos cuarenta y cinco dólares y ocho centavos, mientras que Harry se embolsa una cantidad significativamente mayor, ya que ha ganado la Super High Five, lo que significa que ha acertado cuáles serían los cinco primeros caballos y su posición exacta. Y puesto que es el único que lo ha conseguido en los últimos días, gana quinientos treinta y seis mil dólares con cuarenta y un centavos… Y todo con una apuesta de diez dólares.
—Bueno, ¿qué piensas de las carreras? —pregunta. Tiene el brazo enlazado con el mío mientras me conduce al exterior del edificio.
—La verdad es que ahora entiendo por qué no te preocupas mucho por las clases. Supongo que no tienen comparación, ¿no? —Me echo a reír. Aún estoy emocionada por todo lo que he ganado y me da la impresión de que por fin le he encontrado algo provechoso a mi “don” psíquico.
—Vamos, quiero comprarte algo para celebrar mi enorme fortuna —dice antes de guiarme hacia la tienda de regalos.
—No, no tienes por qué… —empiezo a decir.
Sin embargo, Harry me aprieta la mano y pega los labios a mi oreja antes de añadir:
—Insisto. Además, creo que puedo permitírmelo. Pero hay una condición.
Clavo la mirada en él.
—Nada de sudaderas ni de capuchas. —Suelta una carcajada—. Si quieres cualquier otra cosa, lo que sea, solo tienes que decirlo.
Después de bromear un rato e insistir en que quería un casco de jockey, una maqueta de un caballo y una gigantesca herradura de bronce para colgarla en la pared de mi habitación, nos decidimos por una pulsera plateada con la forma de un bocado. No obstante, solo accedo después de asegurarme de que los brillantitos de cristal son realmente de cristal y no diamantes, porque eso habría sido demasiado, sin importar lo mucho que hubiera ganado.
—De esta forma, ocurra lo que ocurra, jamás olvidarás este día —dice Harry antes de abrochar el cierre de la pulsera sobre mi muñeca y esperar a que el mozo nos traiga el coche.
—¿Cómo iba a olvidarlo? —le pregunto mirando primero mi muñeca y después a él.
Sin embargo, él se limita a encogerse de hombros mientras sube al coche. Hay algo tan triste y melancólico en su mirada que, si de verdad hay algo que deba olvidar, espero que sea eso.
Por desgracia, el viaje de vuelta a casa parece incluso más rápido que el de ida, y cuando Harry aparca en el camino de entrada de mi casa, me doy cuenta de que no quiero que el día termine tan pronto.
—¿Te importaría mirar esto un momento, por favor? —me dice al tiempo que señala el reloj del salpicadero—. Te he traído bastante antes de medianoche, tal y como te prometí. —Y cuando se inclina para besarme, le devuelvo el beso con tal entusiasmo que prácticamente lo arrastro hasta mi asiento.
—¿Puedo entrar? —murmura, tentándome con esos labios que se deslizan por mi oreja y mi cuello antes de recorrer la clavícula.
Y me sorprendo a mí misma apartando a Harry y negando con la cabeza. No solo porque Sabine está dentro y tengo cosas que hacer, sino porque necesito recuperar la cordura, dejar de darle todo lo que quiere con tanta facilidad.
—Te veré en el instituto —le digo, y salgo del coche antes de cambiar de opinión—. ¿Recuerdas el Bay View? ¿El instituto al que solías ir? —Harry aparta la mirada y suspira—. No me digas que vas a saltarte las clases… otra vez…
—El instituto es un auténtico aburrimiento… No sé cómo lo aguantas.
—¿Que no sabes cómo lo aguanto? —Sacudo la cabeza.
Echo un vistazo a la casa y veo que Sabine se asoma entre los listones de las persianas antes de alejarse de nuevo. Me giro una vez más hacia Harry para decirle—: Bueno, supongo que de la misma forma que tú lo aguantabas antes. Ya sabes, te levantas, te vistes y te vas. Y algunas veces, si prestas atención, aprendes un par de cosas mientras estás allí. —Sin embargo, en cuanto esas palabras salen de mi boca, me doy cuenta de que son mentira. Porque lo cierto es que no he aprendido ni una maldita cosa en todo este año.
Bueno, resulta difícil aprender algo cuando más o menos puedes saberlo todo. Aunque, por supuesto, no pienso decírselo a él.
—Debe de haber una forma mejor de hacerlo —asegura él con un gemido y los ojos abiertos en una expresión suplicante.
—¿Cómo hacer novillos? No me parece una forma mejor. No si quieres ir a la universidad y hacer algo con tu vida. —Más mentiras. Porque con unos cuantos días más en el hipódromo uno podría vivir muy bien. Mejor que bien.
Harry se echa a reír.
—Está bien. Jugaremos según tus normas. Por el momento. Te veré mañana, ____.
Y apenas he atravesado la puerta principal cuando Harry ya se aleja con el coche.
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Maratón 3/3
Capítulo veinte
A la mañana siguiente, mientras me preparo para el instituto, Riley se sienta en mi cómoda disfrazada de Mujer Maravilla y se pone a contar secretos de los famosos. Al parecer, se ha hartado de observar las payasadas de nuestros antiguos vecinos y amigos y ha concentrado su atención en Hollywood, lo que le permite comentar los trapos sucios mejor que cualquier revista del corazón.
—¡No me digas! —La miro con la boca abierta—. ¡No puedo creerlo! ¡Miles alucinará cuando se entere de esto!
—No te haces ni la menor idea. —Sacude la cabeza, haciendo que sus rizos negros se balanceen de un lado a otro. Tiene un aspecto agotado, hastiado, como alguien que ha visto demasiadas cosas… y más aún—. Nada es lo que parece. En serio. Las cosas no son más que una ilusión, tan falsas como las películas que hacen. Y créeme, esos publicistas se rompen el culo para mantener todos esos sucios secretillos… en secreto.
—¿A quién más has espiado? —pregunto, impaciente por escuchar más. Me pregunto por qué nunca se me ha ocurrido tratar de interpretar sus energías mientras veo la tele o al hojear una revista—. ¿Qué…?
Estoy a punto de preguntarle si los rumores sobre mi actriz favorita son ciertos cuando Sabine asoma la cabeza por la puerta de mi habitación y dice:
—¿Qué ibas a preguntar?
Miro a Riley y veo que se está partiendo de risa. Me aclaro la garganta y contesto:
—Hummm, nada, no he dicho nada.
Sabine me mira extrañada y Riley sacude la cabeza antes de decir:
—Una respuesta estupenda, ____. Muy convincente.
—¿Necesitas algo? —pregunto mientras le doy la espalda a Riley y me concentro en el propósito de la visita de Sabine…
La han invitado a pasar el fin de semana fuera y no sabe cómo decírmelo.
Mi tía entra en la habitación con una pose tensa y dando unas zancadas demasiado rígidas. Después respira hondo y se sienta en el borde de la cama. Está nerviosa, y enreda los dedos en un hilo suelto de mi edredón azul mientras piensa en la mejor forma de contármelo.
—Jeff me ha invitado a pasar el fin de semana fuera. —Frunce el ceño—. Pero he creído que debería consultártelo primero.
—¿Quién es Jeff? —le pregunto mientras me pongo los pendientes y me giro hacia ella. Aunque conozco la respuesta, me parece necesario formularla de todas formas.
—Lo conociste en la fiesta. Vino disfrazado de Frankenstein. —Me mira a los ojos. El sentimiento deculpa inunda su mente; se siente una tutora negligente, un mal ejemplo a seguir, aunque eso todavía no ha afectado a su aura, que sigue teniendo un brillante y feliz tono rosado.
Meto los libros en la mochila para ganar algo de tiempo mientras decido qué hacer. Lo cierto es que Jeff no es el tipo que le gusta. Ni de lejos. No obstante, por lo que puedo “ver”, a él le gusta mi tía de verdad y no tiene intención de hacerle daño. Y ha pasado tanto tiempo desde la última vez que la vi tan feliz que no me atrevo a decírselo. Además, ¿cómo podría hacerlo? “Oye, perdona, pero ese tal Jeff, el señor Banquero Fanfarrón, no es el tipo que tú crees que es. De hecho, ¡todavía vive con su madre! No me preguntes cómo lo sé, pero… créeme, lo sé.”
No. Ni hablar. No puedo hacerlo. Además, las relaciones siempre se solucionan por sí solas, a su modo y en el momento apropiado. Y yo ya tengo una relación de la que preocuparme. Ahora que las cosas con Harry empiezan a estabilizarse, ahora que empezamos a conocernos mejor y a comportarnos como una pareja, creo que ha llegado el momento de dejar de apartarlo de mí. Tal vez haya llegado la hora de dar un paso más. Y si Sabine se marcha de la ciudad durante un par de días… Bueno, es una oportunidad que puede que no se presente de nuevo.
—¡Pues ve! ¡Pásalo bien! —digo por fin, esperando que al final descubra la verdad sobre Jeff y siga adelante con su vida.
Mi tía sonríe con una expresión que revela entusiasmo y alivio a partes iguales. Después se levanta de mi cama y se acerca a la puerta, donde se detiene para decir:
—Nos marchamos hoy, después del trabajo. Tiene una casa en Palm Springs, y eso está a menos de dos horas de viaje, así que si necesitas algo no estaré muy lejos.
Corrección: su madre tiene una casa en Palm Springs.
—Volveremos el domingo. Y, ____, me parece bien que invites a tus amigos a casa, pero… ¿es necesario que mantengamos una conversación al respecto?
Me quedo paralizada, ya que sé muy bien sobre qué trataría dicha conversación y no puedo evitar preguntarme si me ha leído el pensamiento de alguna forma. Pero me doy cuenta de que Sabine solo trata de comportarse como una adulta responsable y cumplir su papel de «madre», así que niego con la cabeza antes de responder:
—Tengo las cosas muy claras, puedes creerme.
Después cojo la mochila y pongo los ojos en blanco al ver que Riley está bailando encima del armario sin dejar de canturrear:
—¡Fies-ta! ¡Fies-ta!
Sabine asiente, casi tan aliviada por no tener que hablar de sexo como yo.
—Nos vemos el domingo —me dice.
—Claro —replico mientras me dirijo a las escaleras—. Nos vemos el domingo.
—Te juro por Dios que es de los tuyos —digo al entrar en el aparcamiento. Siento la calidez y el dulce hormigueo que me provoca la mirada de Harry mucho antes de verlo a él.
—¡Lo sabía! —me contesta Miles—. Sabía que era gay. Me lo decía el instinto. ¿Dónde te has enterado de eso?
Me hago la loca, ya que no puedo revelar mi verdadera fuente y además admitir que mi difunta hermana es ahora una infiltrada en Hollywood.
—Hummm… pues no lo recuerdo —mascullo mientras salgo del coche—. Lo único que sé es que es cierto.
—¿Qué es cierto? —pregunta Harry, que me da un beso en la mejilla.
—Que Jo… —empieza a decir Miles.
Pero yo sacudo la cabeza para interrumpirlo, ya que no quiero que la faceta de mi carácter obsesionada por los famosos salga a la luz tan pronto.
—Nada. Solo estábamos… bueno… ¿Te has enterado de que Miles encarnará a Tracy Turnblad en Hairspray? —pregunto. Y después me embarco en un discurso de frases entrecortadas y tonterías inconexas hasta que Miles se despide por fin y se encamina hacia su clase.
Tan pronto como mi amigo se marcha, Harry se detiene y dice:
—Oye, tengo una idea mejor. Vamos a desayunar.
Le dirijo esa mirada que dice: “Tú estás loco” y sigo caminando, pero no he llegado muy lejos cuando él me agarra de la mano y me detiene.
—Vamos… —me ruega mirándome a los ojos y riéndose de esa manera contagiosa.
—No podemos —susurro mientras miro nerviosa a mi alrededor. Sé que estamos a punto de llegar tarde y no quiero que las cosas se pongan peor—. Además, ya he desayunado.
—¡____, por favor! —Se pone de rodillas y junta las palmas de las manos antes de mirarme con expresión suplicante—.
Por favor, no me obligues a entrar ahí. Si tienes algo de compasión, no me obligues a hacerlo.
Aprieto los labios en un intento por no echarme a reír. Jamás habría podido imaginar que llegaría ver a mi guapísimo, elegante y sofisticado novio suplicándome de rodillas. Pero a pesar de todo, sacudo la cabeza y digo:
—Venga, levántate; está a punto de sonar el timb… —Aún no he terminado la frase cuando empieza a sonar.
Harry sonríe, se pone de pie, se sacude los pantalones vaqueros y luego me rodea la cintura con el
brazo.— ¿Sabes?, dicen que es mejor no aparecer que llegar tarde.
—¿Quién lo dice? —pregunto al tiempo que hago un gesto negativo con la cabeza—. Me parece que el único que lo dice eres tú.
El se encoge de hombros.
—Hummm, sí, puede que sea yo quien lo dice. De cualquier modo, te garantizo que hay formas mucho mejores de pasar la mañana. Porque, ____ —me dice al tiempo que aprieta mi mano—, no tenemos por qué hacer esto. Y tú no tienes por qué ponerte esto. —Me quita las gafas de sol y me baja la capucha—. El fin de semana comienza ahora.
Y aunque se me ocurren un millón de buenas y valiosas razones por las que no deberíamos saltarnos las clases, por las que el fin de semana tendría que esperar hasta las tres en punto como cualquier otro viernes, cuando Harry me mira, sus ojos son tan profundos e incitantes que me sumerjo en ellos sin pensármelo dos veces.
Apenas reconozco el sonido de mi voz cuando me oigo decir:
—Démonos prisa, antes de que cierren la verja.
Vamos en coches separados. Porque, aunque no lo hemos dicho, es bastante obvio que no tenemos pensado regresar. Y mientras sigo a Harry por las amplias curvas de la autopista de la costa, mientras contemplo la espectacular línea del litoral, las prístinas playas y las aguas azul oscuro, mi corazón se llena de gratitud. Me siento muy afortunada por vivir aquí, por poder llamar hogar a este asombroso lugar. Pero luego recuerdo cómo he acabado aquí… y la emoción se desvanece en un abrir y cerrar de ojos. Harry hace un giro rápido y yo estaciono en el lugar que hay junto al suyo.
Sonrío cuando lo veo rodear el coche para abrir mi puerta.
—¿Has estado aquí alguna vez? —pregunta.
Contemplo el cobertizo de tablas blancas y niego con la cabeza.
—Sé que dijiste que no tenías hambre, pero los batidos de aquí son los mejores. Deberías probar el de dátiles, o el de chocolate con mantequilla de cacahuete, o ambos. Yo invito.
—¿Dátiles? —Arrugo la nariz y hago una mueca—. Detesto tener que decírtelo, pero eso suena asqueroso.
Harry se echa a reír y me empuja hacia el mostrador antes de pedir un batido de cada. Después los lleva hasta un banco pintado de azul donde nos sentamos a contemplar la playa.
—Bueno, ¿cuál es tu favorito? —me pregunta.
Los pruebo una vez más, pero ambos son tan espesos y cremosos que les quito la tapa y utilizo una cuchara.
—Los dos están buenísimos, la verdad —respondo—. Pero, por sorprendente que parezca, creo que me gusta más el de dátiles. —Sin embargo, cuando se lo paso para que pueda probarlo también, Harry sacude la cabeza y lo rechaza.
Y hay algo en ese sencillo gesto que atraviesa mi mente como un rayo.
Hay algo raro en él, algo más que sus extraños trucos de magia y sus actos de desaparición. Y lo más llamativo es que este chico nunca come.
Con todo, en cuanto esa idea se me viene a la cabeza, él estira la mano para coger la pajita y da un largo sorbo, de manera que cuando se inclina para besarme, sus labios están fríos como el hielo.
—Bajemos a la playa, ¿quieres?
Me da la mano y caminamos por el sendero. Nuestros hombros chocan una y otra vez mientras nos pasamos los batidos, aunque soy yo quien más bebe. De camino hacia la playa, nos quitamos los zapatos y nos remangamos el bajo del pantalón para caminar junto a la orilla y permitir que las gélidas aguas nos mojen los dedos de los pies y nos salpiquen las piernas.
—¿Sabes hacer surf? —me pregunta antes de coger los vasos vacíos y colocarlos uno dentro del otro.
Niego con la cabeza al tiempo que sorteo un montón de rocas.
—¿Te gustaría aprender? —Esboza una sonrisa.
—¿Aquí? —Me dirijo hacia una zona de arena seca; tengo los dedos de los pies azules y entumecidos después de un mero salpicón—. No, gracias.
—Bueno, podríamos ponernos los trajes de neopreno —replica él, pisándome los talones.
—Solo si están ribeteados en piel.
Me echo a reír mientras aliso la arena con el pie a fin de dejar un espacio llano en el que sentarnos.
Sin embargo, Harry me coge de la mano y me aleja de allí; dejamos atrás los charcos de la marea y nos adentramos en una caverna natural.
—No tenía ni idea de que había una cueva aquí —digo mientras miro a mi alrededor para examinar las suaves paredes de roca, la arena recién rastrillada y las toallas apiladas en un rincón, junto a unas tablas de surf.
—Nadie lo sabe. —Sonríe—. Por eso guardo mis cosas aquí.
Se camufla entre las rocas y la mayoría de la gente pasa al lado sin verla siquiera. No obstante, la mayoría de las personas pasa toda su vida sin ver lo que tiene delante de sus narices.
—¿Y cómo la descubriste tú? —le pregunto mientras me siento en la enorme manta verde que ha extendido en medio del lugar.
Harry se encoge de hombros.
—Supongo que no soy como la mayoría de las personas.
Se tumba a mi lado y después tira de mí para que yo haga lo mismo. Apoya la mejilla en la palma de la mano y me mira durante tanto tiempo que no puedo evitar ponerme nerviosa.
—¿Por qué te escondes tras esos vaqueros holgados y esas sudaderas con capucha? —susurra mientras me acaricia la mejilla con los dedos y coloca un mechón de pelo detrás de mi oreja—. ¿No sabes lo hermosa que eres?
Tenso la mandíbula y aparto la mirada; me agrada gustarle, pero deseo que se calle. No quiero seguir con esta conversación y tener que explicarme, defender por qué soy como soy. Es obvio que él preferiría a mi antigua yo, pero es demasiado tarde para eso. Esa chica murió y me dejó a mí en su lugar.
Una lágrima se desliza por mi mejilla y trato de darme la vuelta para que él no lo vea. Pero me sujeta con fuerza para mantenerme inmóvil mientras borra mi tristeza con sus labios antes de besarme en la boca.
—____… —dice con voz ronca y una mirada abrasadora.
Luego cambia de posición y se sitúa encima de mí. El peso de su cuerpo me colma de una agradable calidez que muy pronto se convierte en fuego.
Deslizo mis labios a lo largo de su mandíbula hasta su barbilla, y comienzo a jadear cuando Harry mueve sus caderas en círculos sobre las mías, despertando todos los sentimientos que tanto he luchado por mantener ocultos. Pero estoy harta de luchar, harta de ocultarlos. Lo único que quiero es volver a ser normal. ¿Y qué puede ser más normal que esto?
Cierro los ojos mientras me quita la sudadera. Me rindo y le dejo que me desabroche los pantalones antes de quitármelos.
Me permito sentir la presión de la palma de su mano y de sus dedos, diciéndome a mí misma que esta extraordinaria sensación, esta maravillosa euforia que invade mi interior solo puede ser una cosa. Solo puede ser «Amor».
Sin embargo, cuando noto sus pulgares amarrados al elástico de mis bragas, intentando bajarlas, me incorporo de golpe y lo alejo de mí. Hay una parte de mí que quiere continuar, abrazarlo con fuerza y…
Pero ahora no; no aquí ni de esta manera.
—____… —susurra Harry mientras sus ojos buscan los míos. Yo niego con la cabeza y aparto la mirada. Siento la calidez de su maravilloso cuerpo en mi piel y sus labios contra mi oreja cuando me dice—: No pasa nada. De verdad. Ahora, duérmete.
—¿Harry? —Ruedo hacia un lado y parpadeo en la penumbra mientras exploro con las manos el espacio vacío que hay a mi lado. Palpo la manta una y otra vez, hasta que me convenzo de que él no está allí—. ¿Harry? —repito al tiempo que examino la cueva. El ruido distante de las olas que llegan hasta la orilla es la única respuesta que recibo.
Me pongo la sudadera y salgo fuera. Examino la playa a la luz tenue del atardecer con la esperanza de encontrarlo.
Pero puesto que no lo veo por ninguna parte, vuelvo al interior Allí encuentro una nota que ha dejado encima de mi mochila, la desdoblo y la leo:
He ido a hacer surf.
Volveré pronto.
H.
Salgo corriendo de la cueva con la nota en la mano y recorro la orilla de arriba abajo en busca de algún surfero; de uno en particular. Sin embargo, los dos únicos que veo son tan rubios y pálidos que está claro que ninguno de ellos es Harry.
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Bueno chicas guapas, eh hay su maratón espero que les haya gusta..
Les mando un beso :*
COMENTEN NO ME GUSTAN LOS FANTASMAS
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
La dejo sola, enserio?
Que se trae harry? es muy extraño por que no le dice a rayita todo de una buena ves!
No lo puedo creer! espero que todo tenga una buena explicación, o sino yo misma voy a ir a pegarle jijijiji
Graciasss! por hacer un maraton!! TE AMO!
siguela pronto! te espero! Bye hermosa :love:
Que se trae harry? es muy extraño por que no le dice a rayita todo de una buena ves!
No lo puedo creer! espero que todo tenga una buena explicación, o sino yo misma voy a ir a pegarle jijijiji
Graciasss! por hacer un maraton!! TE AMO!
siguela pronto! te espero! Bye hermosa :love:
Wonderwall.-
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
ALGUIEN ME HIZO CASO CON LA MARATÓN JIJIJI :) GRACIIIAS LINDA ♥
—No tenía ni idea de que había una cueva aquí —digo mientras miro a mi alrededor para examinar las suaves paredes de roca, la arena recién rastrillada y las toallas apiladas en un rincón, junto a unas tablas de surf.—Nadie lo sabe. —Sonríe—. Por eso guardo mis cosas aquí.
Se camufla entre las rocas y la mayoría de la gente pasa al lado sin verla siquiera. No obstante, la mayoría de las personas pasa toda su vida sin ver lo que tiene delante de sus narices.
—¿Y cómo la descubriste tú? —le pregunto mientras me siento en la enorme manta verde que ha extendido en medio del lugar.
Harry se encoge de hombros.
—Supongo que no soy como la mayoría de las personas.
ESE TROZO ME ENAMOROOOOOOOO :3 SI NO TE IMPORTA ESTOY ESCRIBIENDO UNA NOVELA (QUE QUIZÁS NUNCA PUBLIQUE PERO PASO EL TIEMPO) Y ME GUSTARÍA PONER ALGO PARECIDO ...SI NO QUIERES NO, PERO ES PRECIOSOO , BUENO MÁS BIEN TODO.ESCRIBES DE MIEDO ESPERO LEER PRONTO COMO HARRY LE EXPLICA TODO A RAYITA !! TENGO MI IDEA PERO ES MUUUCHA INTRIGA, BUENO LINDA, FELICIDADES, ESTUVO GENIAL, ESCRIBE PRONTO !! BESOS !!
Aly_Styles
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Wonderwall.- escribió:La dejo sola, enserio?
Que se trae harry? es muy extraño por que no le dice a rayita todo de una buena ves!
No lo puedo creer! espero que todo tenga una buena explicación, o sino yo misma voy a ir a pegarle jijijiji
Graciasss! por hacer un maraton!! TE AMO!
siguela pronto! te espero! Bye hermosa :love:
Harry no es siempre el mejor....
La gran pregunta que todos se hace.... hay que mantener el misterio mmm..
Nooo!!, pobre Hazza!!!
Hahahaha que bueno que te gusto un beso linda
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Aly_Styles escribió:ALGUIEN ME HIZO CASO CON LA MARATÓN JIJIJI :) GRACIIIAS LINDA ♥—No tenía ni idea de que había una cueva aquí —digo mientras miro a mi alrededor para examinar las suaves paredes de roca, la arena recién rastrillada y las toallas apiladas en un rincón, junto a unas tablas de surf.
—Nadie lo sabe. —Sonríe—. Por eso guardo mis cosas aquí.
Se camufla entre las rocas y la mayoría de la gente pasa al lado sin verla siquiera. No obstante, la mayoría de las personas pasa toda su vida sin ver lo que tiene delante de sus narices.
—¿Y cómo la descubriste tú? —le pregunto mientras me siento en la enorme manta verde que ha extendido en medio del lugar.
Harry se encoge de hombros.
—Supongo que no soy como la mayoría de las personas.
ESE TROZO ME ENAMOROOOOOOOO :3 SI NO TE IMPORTA ESTOY ESCRIBIENDO UNA NOVELA (QUE QUIZÁS NUNCA PUBLIQUE PERO PASO EL TIEMPO) Y ME GUSTARÍA PONER ALGO PARECIDO ...SI NO QUIERES NO, PERO ES PRECIOSOO , BUENO MÁS BIEN TODO.ESCRIBES DE MIEDO ESPERO LEER PRONTO COMO HARRY LE EXPLICA TODO A RAYITA !! TENGO MI IDEA PERO ES MUUUCHA INTRIGA, BUENO LINDA, FELICIDADES, ESTUVO GENIAL, ESCRIBE PRONTO !! BESOS !!
Hahahaha se los debía...
Harry siempre tan el.... y claro linda, puedes usarla..
Falta poco, no desesperes....
Un beso :*
Melany Alexa
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
WOW! Ya ya ya seee Harry aaaayyy Dios!! El es un dios griego combinado con vampiro y es perfeeeectooo Siguela bye besos :) xx
Vale.Porras95
Re: "Eternidad" Irresistible, Adictivo, Arrollador... (Harry Styles y ____ Bloom)
Vale.Porras95 escribió:WOW! Ya ya ya seee Harry aaaayyy Dios!! El es un dios griego combinado con vampiro y es perfeeeectooo Siguela bye besos :) xx
Vaya Harry no sabia que eras un dios vampiro griego.....jajajajjajaja
Gracias linda es bueno que te guste... un beso
Luego la sigo :)
Melany Alexa
Contenido patrocinado
Página 14 de 16. • 1 ... 8 ... 13, 14, 15, 16
Temas similares
» JUNTOS HASTA LA ETERNIDAD...(HARRY STYLES Y TU)
» Justos hasta la eternidad- harry styles y tu
» Irresistible Harry Styles.
» Irresistible|Harry Styles| {Hot}
» Irresistible {Harry Styles y tu}
» Justos hasta la eternidad- harry styles y tu
» Irresistible Harry Styles.
» Irresistible|Harry Styles| {Hot}
» Irresistible {Harry Styles y tu}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 14 de 16.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.