Abrázame fuerte.- [Liam Payne]

Nos encontrábamos rumbo a Tamale. Luego de la reunión en el centro de voluntariado nos han separado en grupos, para trasladarnos en avionetas hacia la nueva ciudad. Lamentablemente, Niall ya había partido, mientras yo seguía esperando por mi turno.
Cuando habíamos llegado al centro Niall y yo hemos seguido hablando y conociéndonos. Me ha contado un poco de su vida, y me ha dicho que ojala nos toque juntos en la misma aldea. En la reunión nos han explicado como sería el trabajo que debíamos realizar una vez que lleguemos a Tamale; como nos distribuiríamos en el complejo especial para voluntarios que montaron allí. Debo confesar que en ese momento la curiosidad me invadió. ¿Seríamos todos jóvenes? Estaba mirando a mí alrededor, observando a todos aquellos individuos allí sentadas, intentando descifrar el tipo de personas serían. Había algunas muchachas, pero la mayoría eran hombres. ¿Hombres tiernos? Eso no se veía todos los días. Bueno, si eras amiga de Louis puede verse. Oh, Lou. Ahora lo recordé, lo echo de menos. Esta noche lo llamaré, pensé.
Era mi turno de partir hacia Tamale. Subí a la avioneta una vez que mi equipaje había sido guardado y me acomodé en un asiento contra la ventana. Junto a mi subieron dos muchachas y un muchacho. No les he prestado mucha atención ya que me quede contemplando como la ciudad desaparecía debajo de nosotros. Desde arriba Accra no parecía una ciudad como lo era Londres, sino que se notaba su humildad. Se podía ver la pobreza, la necesidad que había. Por lo poco que había conocido de Ghana, me parecía como si el país le gritara al mundo que necesitaba ayuda. Y saber que estaba cumpliendo a ese pedido de auxilio, me reconfortaba.

—‏ Increíble —‏ murmuré cuando veía como todo desaparecía debajo de mí.

—‏ ¿Increíble? Se nota que a ti no te ha faltado nunca nada, si piensas que esto es increíble —‏ dijo una voz masculina a mi lado.

Me voltee y observé al muchacho que había pronunciado esas palabras. Me he encontrado con unos ojos que me miraban con... ¿Desprecio? ¿Quién era él? ¿Se creía mejor por llevar su cabello rapado al ras? Okey Allie tranquila, todavía no has llegado a Tamale y ya quieres pelearte. Tranquilízate, me dije.

—‏ ¿Disculpa, me hablas a mi? —‏ pregunté incrédula.

—‏ A ti. ¿A quién más?

—‏ ¿Y con qué derecho te atreves a juzgar a alguien de esa manera? —‏ cuestioné mirándolo fijamente a los ojos. Sus ojos miel, me observaban también. ¿Me estaba desafiando con esa mirada? Estaba dispuesta a enfrentarle, odiaba a la gente que te juzgaba sin siquiera tomarse el tiempo de conocerte.

—‏ No hace falta tener derecho alguno, basta con sólo mirarte —‏ me contestó.

—‏ Oh, ya veo. ¿Eres de esos que tienen superpoderes y conocen a las personas solo con una mirada? —‏ le dije irónica —‏ Woow, y dime ¿Cuál es tu nombre de superhéroe? ¿Superman? ¿Spiderman? ¿Trepas paredes? No, ya sé. Eres el "Señor leo mentes y puedo juzgar a quien me da la gana".

—‏ No leo mentes, se nota en tu aspecto —‏ contestó divertido. ¿Se estaba divirtiendo con esta discusión? Pues a mi, no me hacía ninguna gracia —‏ Una niña de mamá sin saber que hacer con su vida y enviada aquí como castigo para aprender lo que realmente es el mundo.

—‏ Oh, tengo una doble vida y personalidad. Gracias por contármelo, siempre supe que algo andaba raro en mí —‏ le estaba siguiendo el juego, porque sino lo golpearía. ¿De veras, una niña de mamá? ¿Yo? Lo que menos quería era seguirla a ella —‏ Ahora, si no tienes nada mejor que hacer, deja de hablarme por favor. Muchas gracias.

—‏ Lo ves, totalmente engreída. Una mirada, dos palabras y ya se que clase de persona eres.

—‏ Sufrirás la decepción cuando veas que no es así —‏ contesté y el rió. No quería seguir hablando con él. Si que había personas insufrible en todo el mundo, y él parecía ser una de ellas.

—‏ Oh, ¿Ahora me dirás que eres una monja mandada de un monasterio?

—‏ ¿De veras tengo que contestarte y seguir hablando contigo? —‏ le pregunté —‏ Oh, ahora lo entiendo. Me juzgas porque seguro algo así te ha pasado a ti. Te han echado de tu hogar por ser tan engreído y pedante, ¿No es así?

— No, no soy como tú. Lo hago porque realmente lo siento —‏ me contestó con aires de superioridad.

—‏ ¿Y por qué crees que yo no lo siento, señor...? —‏ le cuestioné. ¿Realmente esto estaba sucediendo?

—Porque seguramente en este momento estarías más feliz en un centro comercial de compras, que aquí. Señor Payne, señorita...

—‏ Bush, señorita Bush —‏ ¿Cuánto más faltaba? Por favor, que alguien tenga piedad de mi y me aleje de este hombre.

—‏ Oh, señorita Bush, un gusto para mi —‏ me dijo con sarcasmo.

—‏ Si lo será para ti, porque para mi no lo es, Payne.

—‏ De nuevo la engreída —‏ dijo divirtiéndose.

—‏ ¿Sabes? No me importa lo que digas o pienses de mí. Y si no es mucha molestia deja de hablarme por favor —‏ en serio, estaba enojada. ¿Acaso se creía mejor que todos para venir a hablar así de mí? —‏ Adiós.

Dicho esto deje de mirarlo y me di vuelta para seguir observando por la ventana.
Luego de unos 15 minutos que parecieron eternos comenzaba a distinguirse la ciudad, deberíamos estar próximos a aterrizar. Menos mal, porque quería alejarme de ese hombre lo antes posible. ¿Podía existir gente como él con la intención de ayudar? Porque a mi, me parecía imposible.
Lo único que pido, es que no me toque cerca del "señor Payne".

—‏ Quédate tranquila, yo tampoco quiero que me toque contigo, Bush —‏ me dijo. ¿Acaso también leía mentes?

—‏ Engreída, Louis. Me llamo engreída —‏ grité. Estaba en mi habitación del complejo de voluntarios. Habíamos llegado cerca del mediodía, nos habían presentado al personal con el que trabajaríamos. También hemos conocido las escuelas y hogares donde asistiríamos. Luego de la caminata, nos habían dado tiempo para desempacar y tomar un baño antes de la cena, ya había hecho todo eso. Ahora estaba acostada hablando con Louis.

— ¿Por qué te ha llamado engreída? ¿Qué le has dicho, Allie? — me preguntó con tono como si fuera mi padre.

— Lou, no le he dicho nada. Él sin motivo alguno ha empezado a juzgarme.

—Bueno, tranquilízate — me contestó Louis — ¿Lo has vuelto a ver?

— Esa es la mejor parte, por suerte no lo he visto. Pero vuelve a decirme algo y rompo su nariz — dije con tono malicioso, a lo que mi amigo solo rió.

— ¿Tu pegándole a alguien? — me cuestionó divertido — Vamos, All. ¿Desde cuándo te importa lo que los demás digan de ti?

— No es eso lo que importa, Louis. Sino tener que relacionarme con seres tan pedantes.

— Todavía no sabes si tendrás que relacionarte, así que tranquilízate — me dijo con su voz dulce. Moría por abrazarlo — Ahora, cuéntame sobre ese Niall. ¿Ya es tu amigo?

— ¿Qué pasa, Tomlinson? ¿Celoso?

— ¿Yo? ¿Por tu nuevo amigo? En tus sueños, Bush — dijo Louis mientras reía — Seguro ni siquiera ha de ser tan bonito como yo.

— "Señor modestia", lamento informarle que Niall es muy buen mozo. Su cabellos es rubio y sus ojos celestes como el cielo — mi voz sonaba coqueta. Sabia que estaría enojado y celoso — Pero jamás será como mi gran amigo Louis.

— Oh intentas ser tierna. ¡Qué linda te ves cuando quieres ser dulce, All! — contestó riendo — Así que, no será un amigo como yo. Entonces... ¿Te gusta?

— Yo no he dicho eso. Es bonito he de reconocerlo, pero es de esos seres que transmiten paz, como lo haces tu.

— No me compares con el rubio — dijo fingiendo enfado.

— Okey, Lou. No te enojes — dije suavemente — Te echo de menos, amigo.

— Y yo a ti, pequeña — su voz sonada triste. Realmente nos extrañábamos, esto era nuevo, raro y difícil para ambos — ¿Sabes? Ayer hemos ido con Emma de compras, se ha comprado un vestido muy lindo. Ha dicho que es de los que te gusta a ti.

— Oh, que bella. ¿Cómo esta ella? ¿Helena te ha dicho algo? — ¡Maldito Payne! Llevaba quince minutos hablando con Louis sobre ese ser, y había olvidado completamente a mi familia. ¿Cómo podía ser posible?

— Emma esta bien, te echa mucho de menos y dijo que te llamará, Allie — me contestó — y Helena... Bueno, ella me ha pedido disculpas por lo del aeropuerto. Y me ha hablado sobre ti y África. Todavía piensa que estas loca, Allie.

— Pobre Lou. Lamento haberte dejado solo con ella — realmente lo lamentaba, mi madre podía ser insoportable si se lo proponía — He discutido con ella el otro día. Llamo para criticarme y le he colgado.

— Me ha dicho "Allie me colgó el llamado. ¿Puedes creerlo, Louis? No se que pasa por la cabeza de esa niña." — dijo imitando la voz de mi madre, mientras ambos reíamos.

— ¿Y qué le has contestado?

— Le he dicho que tú tomaste una decisión y eso no cambiaría. Se ha enojado porque te apoyo, pero se le pasara.

— De veras lo siento, Lou — dije con tristeza — ¿Cómo van tus clases?

— Muy bien, por suerte. Estoy realmente feliz con los niños — dijo orgulloso

— Me alegro por ti, Lou — susurré. Mierda de verdad lo extrañaba, y solo llevaba dos días lejos de él — ¿Ya has buscado novia?

— He buscado en los clasificados del periódico, pero no hay ninguna que quiera como novia — bromeó.

— Lo sabía, has estado buscando compañía — dije mientras reía — No vayas a hacer cosas con alguna mujer en mi departamento.

— No, All. No haré nada, ni buscaré a nadie — me contestó con sinceridad — Todavía nos quedan muchas cenas de amigos y noche de películas antes, ¿Sí?

Oh eso dolió, y no saben cuanto. Entre tanta excitación y nervios por el viaje, había olvidado mi vida cotidiana junto a Louis. Nuestras cenas, las tardes tirados en el sofá sin hacer nada más que charlar de todo. Las idas al centro comercial, ambos de aquí para allí gastando dinero en cosas que luego donaríamos. No se si podré soportar seis meses. ¿Qué haré si no lo aguanto más? ¿Podré volver?

— No te pongas triste, pequeña. Nos veremos pronto, lo prometo — ¿Cómo podía saber que estaba triste?

— ¿Cómo lo sabes?

— Tu voz, tu silencio. Vamos All, te conozco hace quince años. ¿No soy tu mejor amigo? ¿O ahora lo es Niall, el "rubio buen mozo"? — preguntó con diversión. Así era Louis, siempre levantándome el ánimo y haciéndome sonreír.

— No, tonto. Eres tú mi amigo y siempre lo serás. — sonreí.

— Iré a dormir, tu madre tendrá mucho trabajo para mi mañana, luego de nuestra discusión — dijo entre bostezos.

— Esta bien, ve — la verdad no quería acabar la comunicación, pero ambos debíamos descansar — Louis, mándale saludos a Emma y a mi madre, ¿Sí?

— Se los daré — contestó — Buenas noches, All. Descansa y avísame si ese Payne te hace algo.

— Te mantendré al tanto — dije riendo — Te quiero, buenas noches Lou.

— Yo también te quiero. Adiós, All.

Deje mi móvil sobre la mesa de luz y me acomodé en la cama. Estaba realmente agotada, pero los nervios eran más fuertes y parecía que no me iban a dejar dormir tan fácil. Mañana empezaríamos a trabajar en los hogares y escuelas. Mañana conoceríamos a nuestros compañeros y también a los niños que ayudaríamos.
"Si a Niall, no a Payne." Parecía una canción de protesta, pero realmente lo quería así. Engreída, ¿Justo a mi? Seguro creía que era el único con buenas intenciones, y por eso se sentía superior. No, seguro era chicato. Si eso, ¿Verme a mi como una niña de mamá? Por favor, un oculista para Payne.