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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
† Harmenlock †
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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1 ... 30 ... 57, 58, 59
¿Cuánto te ha gustado Harmenlock?
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Sáb 27 Jul 2013, 9:33 am
Me has escrito la Biblia. He mirado, y he visto que continuaba bajando y yo en plan: Joder que se lo ha currao' enserio Ahora, te devuelvo el comentario.No la matan a Anne. Si no, como conio consigo dejarte muerta de curiosidad? JAJAJAJA Es que queria poner algo especial a Anne y me dije, un angel.Todos sabemos que Jennifer es una hija de puta. Ya veras lo que trama. Fliparas. Yo estoy de acuerdo en TODO lo qie dijo Cindhy. JAJAJA Y claro que tu primo te quiero mucho. Te sigo contrstando luego que me vienen a recoger y que guarrillos...
Jockie.
Re: † Harmenlock †
por darkness. Dom 28 Jul 2013, 10:03 pm
ai por dios me muero
seguilaaaaaaaaaaaaaa
me encanto la maraton
fue suuper genial
mmm haha yo soy la chica en contra siemrpe ahha
super
en fin seguila es geniaaaaaaaañ
seguilaaaaaaaaaaaaaa
me encanto la maraton
fue suuper genial
mmm haha yo soy la chica en contra siemrpe ahha
super
en fin seguila es geniaaaaaaaañ
darkness.
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Lun 29 Jul 2013, 5:06 am
Omg, me encanta el gif! No mueras, la sigo maniana y pongo fin a la novela Sniff :c TeAmo<3
Jockie.
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Mar 30 Jul 2013, 5:36 am
Maratón 5/⸮?
{Segunda Parte Del Maratón}
{Segunda Parte Del Maratón}
† Capítulo 49 †
Lugar: Anónimo
Hora: 21:57
Personaje: Anastasia West/i]
—Deja de gruñir, Anastasia —le ordenó Jennifer, mirando a su hija desde un sillón victoriano.
La joven la ignoró y volvió a gruñir, al sentir otro tirón en su cabello.
—¿Podrias tener más cuidado? —le preguntó la chica, mirando mal a la criada que se encontraba detrás suya.
La joven se encogió bajo la mirada de la chica, y asintió temblorosa.
—La chica hace lo que puede —le replicó Jennifer, dándole una calada a su cigarillo y dejando las cenizas en un cenicero.
—Me da lo mismo —dijo Anastasia, quitando las manos de la chica de su cabeza.
Se puso en pie, mirando a Jennifer con enfado.
—Mi pelo nadie lo toca, ¿entendido? —entrecerró los ojos y miró el cigarrillo—. Pensaba que habias dejado esa mierda.
Jennifer puso los ojos en blanco, pareciéndose a su hija y apago el cigarrillo con rápidez, dejando la colilla manchada de pintalabios rojo en el cenicero.
—¿Podrias dejar de ser tan amargada? —cuestionó la mujer, poniéndose en pie.
Anastasia rió, con carcajadas amargas y profundas que le parecieron de una desquiciada.
—¿Amargada? —repitió, meneando la cabeza con decepción—. ¿Y cómo se supone que debo de comportarme cuando me has secuestrado y me has llevado al quinto pino, después de haber desaparecido durante años?
Jennifer suspiró, derrotada con el temperamento de su hija y le dijo, con los ojos azules oscuros.
—Eres una de los mios, Clarissa. Tienes suerte de que yo te haya salvado.
Anastasia rodó los ojos, y se sentó en el sofá verde, sintiéndose cansada.
—Los Naturales si hubieran descubierto que yo era una Croswar, no te habrian dejado salir de allí, Clary. Tienes suerte de que te llevará yo y no te metieran en Evangelock.
Bufó, ignorando sus palabras y se quedó mirando la ventana mientras Jennifer continuaba hablando.
—...Ejecución.
Anne pestañeó, despertando de su leve trance. Saboreó la palabra, recordando como Zayn la había empleado. Aquello seguía sin darle buena espina.
La joven estaba apunto de hablar cuando, el joven rubio llamó la puerta, asomando su bonita cara de ángel.
—La hora de cenar.
Jennifer asintió, y se puso en pie, recogiendo un poco el vestido para no pisarlo y romper la tela. Anastasia vió como la mujer desaparecia por la puerta y se escuchaba resonar el sonido de sus pasos.
—¿No vienes? —preguntó Luke dulcemente.
Ella le miró mal.
—No tengo hambre —contestó, recogiendo su largo cabello en una coleta alta y fijándose en sus manos llenas de cicatrices invisibles.
—Deberias de comer.
—Y tu de callarte —gruñó ella.
Las cintas de sus plataformas le rodeaban la piel, hasta llegar a las rodillas, de todos negros, contrastando con su piel blanca.
—Oye, yo solo quería...
—Nada. No querias nada —sus ojos se tornaron brillantes y su voz era cortante y chirriante—. Creo que te deje muy claro que te marcharas y que no quería nada de ti.
—Creo que la comida te sentará bien.
—Adiós.
Luke la miró un momento, para después cerrar la puerta sigilosamente. Anastasia se puso en pie, echando el pestillo y mirando a su alrededor. La habitación estaba decorada por muebles victorianos, de la época pasada con varios cuadros que no supo de que siglo eran. Las paredes, pintadas de un verde extraño estaban malgastadas y desprendian un espantoso olor a mugre y humedad. La ventana, cuadricular y tapada por unas cortinas largas. La chica miró la silueta y después se dispuso a caminar en esa dirección. Sentía la brisa helada de la noche y el cabello de su cuello erizarse.
Abrió las ventanas, mirando atentamente la noche y el cielo oscuro. Y luego, miro a abajo. El suelo parecia lejano, y los pequeños matorrales verdosos. Una caida de varios metros, mortal. Necesitaba volar pero, no tenía ni la más remota idea de como hacerlo. Quizás debería de haberle pedido una pequeña ayuda a Lara en vez dedicarse a coquetear con Louis inutilmente.
[i]Inutilmente no le dijo su subconsciente, mordaz.
Anne noto sonrojarse ante el vago recuerdo de sus labos en los suyos y luego, sintió rabia hacía Jennifer, por haberle arrebatado la única cosa buena que le había pasado en tiempo, después de ser la hermana de Jace. Se preguntó, que hubiera pasado después de eso, si todo hubiera sido normal y Jennifer no se encontrará tras la puerta, dispuesta a secuestrarla. El viento agitó sus cabellos, y cerró los ojos, cuando una brillante idea se le ocurrió. Cogió la cazadora que se encontraba en el respaldo de la silla, y sacó de allí un clavel de color rojo. Louis se lo había dado a Anne, metiéndoselo en el bolsillo interior y besándola la frente. Quizás, ella podría contactar con él por la mente.
Apretó el tallo, de color verde y fino y cerró los ojos, deseándo hablar con él. Normalmente, él siempre era el que empezaba. El hilo invisible estaba tenso, tirando de los pliegues interiores de Anastasia. Procuro pensar en Louis, en su altura y su sonrisa burlona. El color gris de sus ojos, brillante...
Louis
Nada. El silencio se acumulaba, con brusquedad en su mente, formando una cúpula de dolor. Apretó los puños y lo intento de nuevo pero, por más que lo intentaba, era como si un gran muro grueso se formará en su mente. Tomo una bocana de aire, y dejo la flor en la cazadora cuando escuchó el sonido de alguien tocando la puerta. Anne sabía que era su madre, acompañada de dos hombres grandes y fuertes que la esperaban, para arrastrarla a cenar con Luke, ella y el tipo rubio del aula de Orientanción. Si miraba bien, podía también leer como planeaba esperar a que se comportará como una hija educada. Puso los ojos al escuchar la voz de su madre.
—Clarissa... —canturreó, como una desquiciada borracha.
Ella se mantuvo en silencio, con el corazón acelerado debido a el recuerdo de las noches.
—Abre, hija mia.
Ella entrecerró los ojos, a la puerta de madera y se mordió el labio, volviéndose a sentar en el sofá y cogiendo un libro, que se encontraba en la mesilla auxiliar. Abrió el libro, a la mitad, aunque todo el libro se le había metido en la cabeza, con la historia completa. La puerta se abrió de golpe, golpeando con violencia la pared. Anne quitó la vista de la hoja y miró hacia la puerta, fingiendo sorpresa.
—Clarissa...
Anastasia vió a su madre, andar en su dirección, con los ojos llameando de furia a pesar de que su rostro estaba sereno.
—¿Qué pasa?
—A cenar.
—No tengo hambre.
La mujer apretó los labios y los guardias la llevaron a rastras, cogiéndola de los brazos. La chica se puso tensa, y cerró los ojos, mientras la arrastraban a la fuerza. Anastasia notaba las cicatrices de la espalda calentarse con rápidez y el corazón latiéndole con vehemencia. Se aclaró la garganta, cuando los hombres la dejaron en una silla de respaldo alto, y la miraron. Jennifer se frenó, y se deslizó a la otra boca de la mesa, con una sonrisa.
—Siento el retraso —se disculpó—. Hemos tenido problemillas sin importancia.
Anastasia miró a Jennifer unos breves instantes para después contemplar el decorado disimuladamente. Estas paredes estaban pintadas de rosa salmón, con decorados dorados casi invisibles. Una enorme y cristalina araña colgaba del techo, sujeto por una gruesa y transparente cuerda. Las lágrimas de la araña se meciam a veces, cuando la corriente del pasillo se colaba por la puerta, cada vez que un sirviento abria una de las puertas dobles de madera. Cerró los ojos, a contemplar el extraño plato lleno de lechuga y otras cosas frente de ella.
—¿Y cómo te has despertado, Anastasia? —preguntó la suave voz del hombre.
Anne suspiró, y lo miro. Ladeó la cabeza, frunciendo los labios y pareciendo amenazante, aunque solo era una postura.
—Se ha despertado de un poco gruñona —contestó Jennifer dedicándole una mirada de cautela.
Anne rodó los ojos, sarcastica y miro con intensidad su plato, concentrándose en contactar cnn Louis a pesar de las distancias.
—¿Dónde estamos? —preguntó Anne, sorprendiendo a todos los presentes en la mesa.
Los presentes intercambiaron miradas, y entonces, rápida y escurridiza se escondió en la mente de su madre, observando la información que contenía su cabeza. La respuesta, era el Hospital Psiquiátrico de Kings Park.
—Después de la Ejecución, te daremos toda la información que preguntes —le aseguró Luke, con una sonrisa amable.
Anne la desechó y se quedó mirando hacia arriba, a el techo pintado de rosa salmón y las manchas blancas.
—Deberias de comer —le repitió la mujer, una vez más.
La joven se negó, recordando como había provado aquel agua y, unas enormes alas le habian crecido de los omoplatos. Apretó los labios y miro a otro lado.
—Llevarás sin comer desde la hora del desayuno, ¿no tienes hambre? —continuó Jennifer.
Hambre de pulverizarte todos tus huesos y salir de aquí pensó amarga, jugueteando con los pliegues de su vestido.
La cena pasó rápida, con insistencias de Jennifer y por el silencio de Anastasia. El hombre rubio, se llamaba Grank, y por lo que había entendido, era el socio de Jennifer. Y Luke, el hijo de éste. Grank era otro Croswar y Luke algo indefinido. Su madre, había muerto al darle a luz. Cuando la cena terminó, un tremendo alivio para Anastasia, la mujer que decía ser su madre la llevó hacia el sótano, echo una porquería. Anne apreció los trozos de pared en el suelo, el yeso roto y los muebles esparcidos por todo. La oscuridad perpetua que lo cubría todo y el sonido de los tacones en el suelo. También, el corazón en su pecho y los latidos violentos. Cuando se detuvieron, estaban enfrente de una puerta, tapada por una cortina roja. Ésta, parecia suave y lisa al tacto, aunque Anne sabía que detrás de ella, se encontraba una tocha puerta de madera oscura, con signos demóniacos dibujados en pintura amarilla, algo desgastada.
Por su cuerpo, recorría entre sus venas una sensación de malestar que la alteraba. Frunciendo el ceño, observó como Jennifer estiraba los brazo y cogía con sus delicadas manos la tela, tirándola hacia abajo y permitiendo que ésta se arrugará en el suelo frío. La joven se estremeció al sentor la helada brisa proveniente de los gélidos pasillos de aquel sótano y observó con determinación como Jennifer abría la puerta y sacaba una antorcha.
—Vamos Anastasia —dijo con firmeza—. Greendwich nos espera.
Hora: 21:57
Personaje: Anastasia West/i]
—Deja de gruñir, Anastasia —le ordenó Jennifer, mirando a su hija desde un sillón victoriano.
La joven la ignoró y volvió a gruñir, al sentir otro tirón en su cabello.
—¿Podrias tener más cuidado? —le preguntó la chica, mirando mal a la criada que se encontraba detrás suya.
La joven se encogió bajo la mirada de la chica, y asintió temblorosa.
—La chica hace lo que puede —le replicó Jennifer, dándole una calada a su cigarillo y dejando las cenizas en un cenicero.
—Me da lo mismo —dijo Anastasia, quitando las manos de la chica de su cabeza.
Se puso en pie, mirando a Jennifer con enfado.
—Mi pelo nadie lo toca, ¿entendido? —entrecerró los ojos y miró el cigarrillo—. Pensaba que habias dejado esa mierda.
Jennifer puso los ojos en blanco, pareciéndose a su hija y apago el cigarrillo con rápidez, dejando la colilla manchada de pintalabios rojo en el cenicero.
—¿Podrias dejar de ser tan amargada? —cuestionó la mujer, poniéndose en pie.
Anastasia rió, con carcajadas amargas y profundas que le parecieron de una desquiciada.
—¿Amargada? —repitió, meneando la cabeza con decepción—. ¿Y cómo se supone que debo de comportarme cuando me has secuestrado y me has llevado al quinto pino, después de haber desaparecido durante años?
Jennifer suspiró, derrotada con el temperamento de su hija y le dijo, con los ojos azules oscuros.
—Eres una de los mios, Clarissa. Tienes suerte de que yo te haya salvado.
Anastasia rodó los ojos, y se sentó en el sofá verde, sintiéndose cansada.
—Los Naturales si hubieran descubierto que yo era una Croswar, no te habrian dejado salir de allí, Clary. Tienes suerte de que te llevará yo y no te metieran en Evangelock.
Bufó, ignorando sus palabras y se quedó mirando la ventana mientras Jennifer continuaba hablando.
—...Ejecución.
Anne pestañeó, despertando de su leve trance. Saboreó la palabra, recordando como Zayn la había empleado. Aquello seguía sin darle buena espina.
La joven estaba apunto de hablar cuando, el joven rubio llamó la puerta, asomando su bonita cara de ángel.
—La hora de cenar.
Jennifer asintió, y se puso en pie, recogiendo un poco el vestido para no pisarlo y romper la tela. Anastasia vió como la mujer desaparecia por la puerta y se escuchaba resonar el sonido de sus pasos.
—¿No vienes? —preguntó Luke dulcemente.
Ella le miró mal.
—No tengo hambre —contestó, recogiendo su largo cabello en una coleta alta y fijándose en sus manos llenas de cicatrices invisibles.
—Deberias de comer.
—Y tu de callarte —gruñó ella.
Las cintas de sus plataformas le rodeaban la piel, hasta llegar a las rodillas, de todos negros, contrastando con su piel blanca.
—Oye, yo solo quería...
—Nada. No querias nada —sus ojos se tornaron brillantes y su voz era cortante y chirriante—. Creo que te deje muy claro que te marcharas y que no quería nada de ti.
—Creo que la comida te sentará bien.
—Adiós.
Luke la miró un momento, para después cerrar la puerta sigilosamente. Anastasia se puso en pie, echando el pestillo y mirando a su alrededor. La habitación estaba decorada por muebles victorianos, de la época pasada con varios cuadros que no supo de que siglo eran. Las paredes, pintadas de un verde extraño estaban malgastadas y desprendian un espantoso olor a mugre y humedad. La ventana, cuadricular y tapada por unas cortinas largas. La chica miró la silueta y después se dispuso a caminar en esa dirección. Sentía la brisa helada de la noche y el cabello de su cuello erizarse.
Abrió las ventanas, mirando atentamente la noche y el cielo oscuro. Y luego, miro a abajo. El suelo parecia lejano, y los pequeños matorrales verdosos. Una caida de varios metros, mortal. Necesitaba volar pero, no tenía ni la más remota idea de como hacerlo. Quizás debería de haberle pedido una pequeña ayuda a Lara en vez dedicarse a coquetear con Louis inutilmente.
[i]Inutilmente no le dijo su subconsciente, mordaz.
Anne noto sonrojarse ante el vago recuerdo de sus labos en los suyos y luego, sintió rabia hacía Jennifer, por haberle arrebatado la única cosa buena que le había pasado en tiempo, después de ser la hermana de Jace. Se preguntó, que hubiera pasado después de eso, si todo hubiera sido normal y Jennifer no se encontrará tras la puerta, dispuesta a secuestrarla. El viento agitó sus cabellos, y cerró los ojos, cuando una brillante idea se le ocurrió. Cogió la cazadora que se encontraba en el respaldo de la silla, y sacó de allí un clavel de color rojo. Louis se lo había dado a Anne, metiéndoselo en el bolsillo interior y besándola la frente. Quizás, ella podría contactar con él por la mente.
Apretó el tallo, de color verde y fino y cerró los ojos, deseándo hablar con él. Normalmente, él siempre era el que empezaba. El hilo invisible estaba tenso, tirando de los pliegues interiores de Anastasia. Procuro pensar en Louis, en su altura y su sonrisa burlona. El color gris de sus ojos, brillante...
Louis
Nada. El silencio se acumulaba, con brusquedad en su mente, formando una cúpula de dolor. Apretó los puños y lo intento de nuevo pero, por más que lo intentaba, era como si un gran muro grueso se formará en su mente. Tomo una bocana de aire, y dejo la flor en la cazadora cuando escuchó el sonido de alguien tocando la puerta. Anne sabía que era su madre, acompañada de dos hombres grandes y fuertes que la esperaban, para arrastrarla a cenar con Luke, ella y el tipo rubio del aula de Orientanción. Si miraba bien, podía también leer como planeaba esperar a que se comportará como una hija educada. Puso los ojos al escuchar la voz de su madre.
—Clarissa... —canturreó, como una desquiciada borracha.
Ella se mantuvo en silencio, con el corazón acelerado debido a el recuerdo de las noches.
—Abre, hija mia.
Ella entrecerró los ojos, a la puerta de madera y se mordió el labio, volviéndose a sentar en el sofá y cogiendo un libro, que se encontraba en la mesilla auxiliar. Abrió el libro, a la mitad, aunque todo el libro se le había metido en la cabeza, con la historia completa. La puerta se abrió de golpe, golpeando con violencia la pared. Anne quitó la vista de la hoja y miró hacia la puerta, fingiendo sorpresa.
—Clarissa...
Anastasia vió a su madre, andar en su dirección, con los ojos llameando de furia a pesar de que su rostro estaba sereno.
—¿Qué pasa?
—A cenar.
—No tengo hambre.
La mujer apretó los labios y los guardias la llevaron a rastras, cogiéndola de los brazos. La chica se puso tensa, y cerró los ojos, mientras la arrastraban a la fuerza. Anastasia notaba las cicatrices de la espalda calentarse con rápidez y el corazón latiéndole con vehemencia. Se aclaró la garganta, cuando los hombres la dejaron en una silla de respaldo alto, y la miraron. Jennifer se frenó, y se deslizó a la otra boca de la mesa, con una sonrisa.
—Siento el retraso —se disculpó—. Hemos tenido problemillas sin importancia.
Anastasia miró a Jennifer unos breves instantes para después contemplar el decorado disimuladamente. Estas paredes estaban pintadas de rosa salmón, con decorados dorados casi invisibles. Una enorme y cristalina araña colgaba del techo, sujeto por una gruesa y transparente cuerda. Las lágrimas de la araña se meciam a veces, cuando la corriente del pasillo se colaba por la puerta, cada vez que un sirviento abria una de las puertas dobles de madera. Cerró los ojos, a contemplar el extraño plato lleno de lechuga y otras cosas frente de ella.
—¿Y cómo te has despertado, Anastasia? —preguntó la suave voz del hombre.
Anne suspiró, y lo miro. Ladeó la cabeza, frunciendo los labios y pareciendo amenazante, aunque solo era una postura.
—Se ha despertado de un poco gruñona —contestó Jennifer dedicándole una mirada de cautela.
Anne rodó los ojos, sarcastica y miro con intensidad su plato, concentrándose en contactar cnn Louis a pesar de las distancias.
—¿Dónde estamos? —preguntó Anne, sorprendiendo a todos los presentes en la mesa.
Los presentes intercambiaron miradas, y entonces, rápida y escurridiza se escondió en la mente de su madre, observando la información que contenía su cabeza. La respuesta, era el Hospital Psiquiátrico de Kings Park.
—Después de la Ejecución, te daremos toda la información que preguntes —le aseguró Luke, con una sonrisa amable.
Anne la desechó y se quedó mirando hacia arriba, a el techo pintado de rosa salmón y las manchas blancas.
—Deberias de comer —le repitió la mujer, una vez más.
La joven se negó, recordando como había provado aquel agua y, unas enormes alas le habian crecido de los omoplatos. Apretó los labios y miro a otro lado.
—Llevarás sin comer desde la hora del desayuno, ¿no tienes hambre? —continuó Jennifer.
Hambre de pulverizarte todos tus huesos y salir de aquí pensó amarga, jugueteando con los pliegues de su vestido.
La cena pasó rápida, con insistencias de Jennifer y por el silencio de Anastasia. El hombre rubio, se llamaba Grank, y por lo que había entendido, era el socio de Jennifer. Y Luke, el hijo de éste. Grank era otro Croswar y Luke algo indefinido. Su madre, había muerto al darle a luz. Cuando la cena terminó, un tremendo alivio para Anastasia, la mujer que decía ser su madre la llevó hacia el sótano, echo una porquería. Anne apreció los trozos de pared en el suelo, el yeso roto y los muebles esparcidos por todo. La oscuridad perpetua que lo cubría todo y el sonido de los tacones en el suelo. También, el corazón en su pecho y los latidos violentos. Cuando se detuvieron, estaban enfrente de una puerta, tapada por una cortina roja. Ésta, parecia suave y lisa al tacto, aunque Anne sabía que detrás de ella, se encontraba una tocha puerta de madera oscura, con signos demóniacos dibujados en pintura amarilla, algo desgastada.
Por su cuerpo, recorría entre sus venas una sensación de malestar que la alteraba. Frunciendo el ceño, observó como Jennifer estiraba los brazo y cogía con sus delicadas manos la tela, tirándola hacia abajo y permitiendo que ésta se arrugará en el suelo frío. La joven se estremeció al sentor la helada brisa proveniente de los gélidos pasillos de aquel sótano y observó con determinación como Jennifer abría la puerta y sacaba una antorcha.
—Vamos Anastasia —dijo con firmeza—. Greendwich nos espera.
Jockie.
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Mar 30 Jul 2013, 5:49 am
Maratón 6/⸮?
{Segunda Parte Del Maratón}
{Segunda Parte Del Maratón}
† Capítulo 50 † ¡Ya hemos llegado a 50!
Lugar: Campus residencial, Harmenlock (Inglaterra)
Hora: 13:30
Personaje: Celeste Beson
—Ya lo sé —dijo la joven al teléfono, con la voz cansada y ronca.
—Entonces deja de ser tan infantil —repuso su hermana, sentándose en el pasto verde que rellenaba el lugar—. Sabias que era la idea correcta.
Se escuchó un par de palabras cruzadas de la joven del otro lado, algo que sonaba a un: Ya pero yo esperaba dormir un poco esta tarde.
—Lo sé —murmuró Desiree, ahogando un bostezo de cansancio.
—Pues ya esta —su melliza arrugó el ceño, mirando su Converses—. No le eches en cara a todo el grupo que no te has salido con la tuya.
—Ya...
Celeste apoyó la cabeza en el tronco y miró las hojas de los árboles con tristeza, mientras recordaba con debilidad el camino de vuelta a su apartamento, con Cindhy, Zayn y Harry.
Habían estado caminando por el campus, Cindhy y Zayn cogidos se la mano y dándose a veces besos fugaces que se robaban el uno al otro. Celeste, se había mantenido todo lo más lejos posible que su cuerpo el permitia, ignorando en momentos sus sonrisas con sus hoyuelos y la ternura que embriagaba esos bonitos ojos esmeraldas. Y era verdad, le había costado mil demonios no dejar que esos fuertes brazos la rodearan y sus labios se posaran en los suyos. Todavía, se había dicho, no estaba preparada para dejar ir aquel enorme problema. Una vez que Cindhy y Zayn se habían quedado en el apartamento de la primera, ya que Zayn también dormía solo, Celeste no pudo haber otra cosa que permitir que Harry la siguiera a todas partes. Al principio, le había parecido agobiante, pero después se sentía extrañamente cómodo.
Él, pobre iluso británico, había intentando establecer una conversación regular de la que poder compartir palabras con su novia pero ella, tan cabezota como siempre, había limitado a hacer ruidos de afirmación o negación con la garganta acompañados de simples encogimientos de hombro. Había usado de soporte Harry, la conversación que habían tenido sobre Anastasia en el apartamento de Liam pero, de nada le había servido porque al llegar al portal, ella se había despedido con un gesto de cabeza, frío y monótomo.
Y él la había cogido del brazo, pronunciando su nombre con ternura y delicadeza y ella, le había mirado a los ojos. Él le había pedido disculpas y ella, se había limitado a cortarle, diciéndole de manera borde que no estaba de humor para hablar con nadie. Que había tenido un día largo y que estaba cansada. Y luego, se había metido en el portal, dejándole con la palabra en la boca otra vez.
—...Mánchester —escuchó decir a Desiree.
Celeste pestañeó, volviendo con los pies en la tierra y miró con confusión a su alrededor, mientras preguntaba:
—¿Qué?
—No me has estado escuchando, ¿verdad? —su tono era burlón—. Decía que tenemos que repartirnos para irnos antes de que se nos haga tarde y no podamos ir a Mánchester.
—Supongo —se encogió de hombros y cambió de mano el teléfono.
—Podrias hablar con Harry.
Ella miró con nerviosismo sus manos y susurró, en tono de réplica:
—Mejor habla tu con Zayn, Louis o Harry. Yo... —carraspeó— simplemente seguiré órdenes.
—¿Problemas en el paraiso?
Celeste resopló y se fijó en las parejas que vagabundeaban a esa hora por el campus, ñoños y románticos.
—Siempre hay problemas en el paraiso —contestó, desviando la mirada de la pareja y curvando sus labios en una sonrisa retorcida—. Además, no estoy de humor después de lo de...
—Lo sé, lo sé —dijo su hermana— pero, él no era el indicado y lo sabemos tu y yo perfectamente. Puedes enamorarte un montón de veces, Cel pero, solo encontrarás un amor para siempre en toda tu vida.
Celeste suspiró, agotada y se pasó la mano por el cabello, enrredado.
—Bueno... me tengo que ir. Piensa en lo que te he dicho, en serio. Adiós.
Y colgó. La joven miró el aparato, con torpeza y duda y luego lo guardó en la bolsillo de su chaqueta deportiva, con una C en el pecho izquierdo. Humedeció sus labios y se quedó pensativa, con los ojos entrecerrados y la mirada perdida en algún punto vacío del paisaje.
Sólo encontrarás un amor para siempre en toda tu vida.
A lo mejor era cierto. Tal vez, ella había estado demasiado ciega durante tanto tiempo. Ciega por el dolor que aquella mancha del pasado le había causado y, tan fijada en la idea de que todos los hombres iban a hacerla daño, a fin de cuentas. Estaba tan encerrada en su dolor, que no comprendía que el chico esperado, se encontraba enamorado de ella. Que siempre había sido así y que, estaba equivocada. Tan equivocada durante tanto tiempo que...
Cerró los ojos, al sentir el sonido de la campana de bronce anunciar las dos menos diez. La joven se puso en pie, limpiando la hierba que se había quedado en sus pantalones cortos claros y miró al camino que serpenteaba hacia la cafeteria, un pequeño edificio rectangular, con enormes ventanales cuadriculares en las paredes de ladrillo negro. Las puertas de entrada, eran de color verdes oscuras ya que las primeras, de madera habian sido incendiadas por una pelea de niñas de tercer año de secundaria. Entre las responsables, se encontraban Cindhy y Miranda, la cual acabó con un brazo roto y el hombro dislocado.
Al otro lado, en el edifcio de enfrente se encontraba el gimnasio, y en éste, los vesculinos femeninos y masculinos, llenos de recuerdos. Si mal no recordaba la parisina, Harry había tenido Gimnasia antes de la hora de comer. La chica se quedó vacilante frente a la entrada, de puertas metálicas también, con la pintura desechada y los barrotes oxidados, debido al transcurro del tiempo. Empujó la puerta, sintiendo el frío del aire acondicionado instalado en alguna parte del recinto y las luces colgantes veciéndose en el techo. Consultó su reloj y averiguó con amargura que, llegaba cinco minutos antes. Suspiró y se discuso a pasar. Se escuchaba el rechinar de las suelas de sus Converses contra el suelo.
Los vestuarios estaba al fondo de todo, justo cerca del despacho de la junta de Gimnasia. A diferencia de los institutos de mortales, los de los Croswar tenian sogas largas y duras de tacto, plataformas volantes y montones de ejercicios que Celeste había conseguido superar sin ningún esfuerzo. Recordó, el sobresaliente alto que le había puesto el profesor de su clase de HalfChemical, a pesar de las pellas y las malas formas; también recordó las medallas de oro que colgaban de una estanteria, junto a trofeos de campeonatos de HalfChemicals. Celeste, por una vez en su corta vida de dieciocho años, había asistido a clase. Por lástima, Harry también asistia a su curso, debido a que tenian la misma edad. Ella, al finalizar la clase había salido corriendo por la puerta, decidiendo ducharse en su apartamento y evitarle. Ahora se arrepentia.
La joven empujó la puerta del vestuario de los chicos, asegurándose de que nadie andará por los alrededores y entró. Como recordaba, las baldosas del suelo estaban impecables y las paredes azuladas claras desgastadas. Las taquillas metálicas, alineadas en filas pegadas a la pared y contra espalda. Dos banquitos de madera clara se encontraban en el intermedio de los pasillos de taquillas de deporte y la duchas, un poco más al fondo, a la derecha. El lugar, apestaba a aspersey caro y colonia varonil. Celeste arrugó la nariz y se quedó observándolo todo, mirando con un deje de tristeza la baldosa suelta. El elemento primordial para su misión de escape y salvamiento.
Con torpeza, se sentó en el banco y cruzó las piernas, en posición meditatoria. Lo más probable es que todos llegaran tarde, como solia pasar siempre que acordaban quedar a una hora determinada en un lugar concreto. Ella cerró los ojos, y tomó una profunda bocanada de aire, para después sentirse abrasadoramente casada y exahusta. Era cierto, no había dormido nada en dos noches, después de la carta de Harry. Las ojeras, escondidas bajo maquillaje, se empezaban a hacer presencia y, sus ojos verdes comenzaban a perder brillo, junto al color de su piel que ahora era un blanco muerto. Su cabello caía sin gracia por la espalda, en una cascada marrón enrredada y descuidada que cada vez que veía, le daban ganas de coger las tijeras y cortarse el cabello.
Luego, sus uñas estaban mordidas y el esmalte de color azul, desgastado, exibiendo el color natural de la uña.
La joven se tumbó en el banco de madera, presionando sus ojos con fuerza y chasqueando la lengua. Una cabezadita no le iria mal, si estaba dispuesta a teletransportar a alguien con ella. No podía equivocarse, ni un poco. Las cordenadas debian ser precisas y si se dedicaba a pensar en su horrible aspecto, la persona a la que llevaba podría correr riesgo de muerte. Se sentía embriagada por la tormentosa oscuridad que la inundaba y si se daba cuenta, se sentía vacía por dentro. Como si su fuera un caparazón y en su interior se encontrará tan sólo aire.
Acarició sus brazos y permitió que sus dones se disparasen, saliendo de manera rápida de su cuerpo. La profesora Sánchez les había enseñado una manera muy efectiva de aumentar su energía sin descansar y ahora, ella la empleaba.
—¿Celeste?
La joven abrió un ojo perezosamente, recorriendo con éste la estancia rectangular. En la puerta, se encontraba Harry, con sus cabellos rizados despeinados. Algunos de estos, le caian por la frente. La joven se incorporo, con las mejillas tornadas de un rosa pálida que intento disimular. Harry, visiblemente incómodo la recorrió con la mirada, desde los ojos vacios y el cabello enrredado hasta sus manos pálidas y sus uñas mordidas.
—Ni lo digas —repuso la joven, sabiendo lo que la mente del chico pensaba.
Él se encogió de hombros, y dijo:
—No iba a decirte nada —se acercó un poco a ella.
Celeste vió también las ojeras en sus ojos, como sombras oscuras y la tensión en sus labios.
—Tienes un aspecto horrible —murmuró Harry, sentándose en el banco.
—Tu tampoco tienes un aspecto perfecto. Como si un millón de animales te hubieran venido a atacar —repuso, con una media sonrisa.
Harry sonrió y se acercó un poco más a Celeste.
—Ni que tu parecieras una artista de cine —bromeó Styles.
—Yo soy una artista de cine francesa preciosa —repuso siguiéndole la broma— y lo sabes muy bien —le guiñó cómicamente un ojo.
Harry rió, formándosele esos dos hoyuelos que tanto le gustaban a Celeste y ella no pudo evitar sentirse abrumada por sus carcajadas limpias. Él se acercó un poco más.
—¿Y cómo lo has estado pasando? —preguntó Celeste, timidamente mientras tiraba de un hilo suelto de los cordones.
Harry sorprendido la miro, y contesto entre tarmudeos.
—Incompleto.
Celeste arrugó el ceño y, moviendo sus dedos en torno a los cordones.
—¿Y eso?
—Solo me faltabas tú —explicó él.
Celeste le miró, soltandode entre sus manos los cordones.
—Celeste yo...
Ella colocó un dedo entre sus labios, impidiéndole hablar más.
—No digas nada. Sólo bésame.
Harry la miró, con sorpresa, para después unir sus labios en un suave beso que ambos habian anelado desde hacía tiempo. Las manos de Harry acabaron en la cintura de la muchacha y esta, entrelazó sus manos detrás de su nuca. Harry paseó su lengua por el labio inferior de Celeste, humedecièndolo con lujuria. Ella abríó la boca y permitió que la lengua del rizado entrará y buscará por la cabidad bucal. Se separaron, minutos después, al sentir la falta de aire haciéndose presencia y se miraron a los ojos.
—Sí, Harry.
Él arrugó el ceño.
—Si quiero casarme contigo.
Harry abrió los ojos.
—¿En serio? —preguntó, incrédulo.
Ella asintió.
Harry la abrazó con fuerza y ella le devolvió el abrazo, sintiéndose conmovionada.
—¿Cuándo se lo diremos a los chicos? —preguntó Harry.
—Cuando hayamos conseguido salvar a Anastasia de las garras de Jennifer.
Él asintió y el resto, de los chicos, comezaron a llegar.
Hora: 13:30
Personaje: Celeste Beson
—Ya lo sé —dijo la joven al teléfono, con la voz cansada y ronca.
—Entonces deja de ser tan infantil —repuso su hermana, sentándose en el pasto verde que rellenaba el lugar—. Sabias que era la idea correcta.
Se escuchó un par de palabras cruzadas de la joven del otro lado, algo que sonaba a un: Ya pero yo esperaba dormir un poco esta tarde.
—Lo sé —murmuró Desiree, ahogando un bostezo de cansancio.
—Pues ya esta —su melliza arrugó el ceño, mirando su Converses—. No le eches en cara a todo el grupo que no te has salido con la tuya.
—Ya...
Celeste apoyó la cabeza en el tronco y miró las hojas de los árboles con tristeza, mientras recordaba con debilidad el camino de vuelta a su apartamento, con Cindhy, Zayn y Harry.
Habían estado caminando por el campus, Cindhy y Zayn cogidos se la mano y dándose a veces besos fugaces que se robaban el uno al otro. Celeste, se había mantenido todo lo más lejos posible que su cuerpo el permitia, ignorando en momentos sus sonrisas con sus hoyuelos y la ternura que embriagaba esos bonitos ojos esmeraldas. Y era verdad, le había costado mil demonios no dejar que esos fuertes brazos la rodearan y sus labios se posaran en los suyos. Todavía, se había dicho, no estaba preparada para dejar ir aquel enorme problema. Una vez que Cindhy y Zayn se habían quedado en el apartamento de la primera, ya que Zayn también dormía solo, Celeste no pudo haber otra cosa que permitir que Harry la siguiera a todas partes. Al principio, le había parecido agobiante, pero después se sentía extrañamente cómodo.
Él, pobre iluso británico, había intentando establecer una conversación regular de la que poder compartir palabras con su novia pero ella, tan cabezota como siempre, había limitado a hacer ruidos de afirmación o negación con la garganta acompañados de simples encogimientos de hombro. Había usado de soporte Harry, la conversación que habían tenido sobre Anastasia en el apartamento de Liam pero, de nada le había servido porque al llegar al portal, ella se había despedido con un gesto de cabeza, frío y monótomo.
Y él la había cogido del brazo, pronunciando su nombre con ternura y delicadeza y ella, le había mirado a los ojos. Él le había pedido disculpas y ella, se había limitado a cortarle, diciéndole de manera borde que no estaba de humor para hablar con nadie. Que había tenido un día largo y que estaba cansada. Y luego, se había metido en el portal, dejándole con la palabra en la boca otra vez.
—...Mánchester —escuchó decir a Desiree.
Celeste pestañeó, volviendo con los pies en la tierra y miró con confusión a su alrededor, mientras preguntaba:
—¿Qué?
—No me has estado escuchando, ¿verdad? —su tono era burlón—. Decía que tenemos que repartirnos para irnos antes de que se nos haga tarde y no podamos ir a Mánchester.
—Supongo —se encogió de hombros y cambió de mano el teléfono.
—Podrias hablar con Harry.
Ella miró con nerviosismo sus manos y susurró, en tono de réplica:
—Mejor habla tu con Zayn, Louis o Harry. Yo... —carraspeó— simplemente seguiré órdenes.
—¿Problemas en el paraiso?
Celeste resopló y se fijó en las parejas que vagabundeaban a esa hora por el campus, ñoños y románticos.
—Siempre hay problemas en el paraiso —contestó, desviando la mirada de la pareja y curvando sus labios en una sonrisa retorcida—. Además, no estoy de humor después de lo de...
—Lo sé, lo sé —dijo su hermana— pero, él no era el indicado y lo sabemos tu y yo perfectamente. Puedes enamorarte un montón de veces, Cel pero, solo encontrarás un amor para siempre en toda tu vida.
Celeste suspiró, agotada y se pasó la mano por el cabello, enrredado.
—Bueno... me tengo que ir. Piensa en lo que te he dicho, en serio. Adiós.
Y colgó. La joven miró el aparato, con torpeza y duda y luego lo guardó en la bolsillo de su chaqueta deportiva, con una C en el pecho izquierdo. Humedeció sus labios y se quedó pensativa, con los ojos entrecerrados y la mirada perdida en algún punto vacío del paisaje.
Sólo encontrarás un amor para siempre en toda tu vida.
A lo mejor era cierto. Tal vez, ella había estado demasiado ciega durante tanto tiempo. Ciega por el dolor que aquella mancha del pasado le había causado y, tan fijada en la idea de que todos los hombres iban a hacerla daño, a fin de cuentas. Estaba tan encerrada en su dolor, que no comprendía que el chico esperado, se encontraba enamorado de ella. Que siempre había sido así y que, estaba equivocada. Tan equivocada durante tanto tiempo que...
Cerró los ojos, al sentir el sonido de la campana de bronce anunciar las dos menos diez. La joven se puso en pie, limpiando la hierba que se había quedado en sus pantalones cortos claros y miró al camino que serpenteaba hacia la cafeteria, un pequeño edificio rectangular, con enormes ventanales cuadriculares en las paredes de ladrillo negro. Las puertas de entrada, eran de color verdes oscuras ya que las primeras, de madera habian sido incendiadas por una pelea de niñas de tercer año de secundaria. Entre las responsables, se encontraban Cindhy y Miranda, la cual acabó con un brazo roto y el hombro dislocado.
Al otro lado, en el edifcio de enfrente se encontraba el gimnasio, y en éste, los vesculinos femeninos y masculinos, llenos de recuerdos. Si mal no recordaba la parisina, Harry había tenido Gimnasia antes de la hora de comer. La chica se quedó vacilante frente a la entrada, de puertas metálicas también, con la pintura desechada y los barrotes oxidados, debido al transcurro del tiempo. Empujó la puerta, sintiendo el frío del aire acondicionado instalado en alguna parte del recinto y las luces colgantes veciéndose en el techo. Consultó su reloj y averiguó con amargura que, llegaba cinco minutos antes. Suspiró y se discuso a pasar. Se escuchaba el rechinar de las suelas de sus Converses contra el suelo.
Los vestuarios estaba al fondo de todo, justo cerca del despacho de la junta de Gimnasia. A diferencia de los institutos de mortales, los de los Croswar tenian sogas largas y duras de tacto, plataformas volantes y montones de ejercicios que Celeste había conseguido superar sin ningún esfuerzo. Recordó, el sobresaliente alto que le había puesto el profesor de su clase de HalfChemical, a pesar de las pellas y las malas formas; también recordó las medallas de oro que colgaban de una estanteria, junto a trofeos de campeonatos de HalfChemicals. Celeste, por una vez en su corta vida de dieciocho años, había asistido a clase. Por lástima, Harry también asistia a su curso, debido a que tenian la misma edad. Ella, al finalizar la clase había salido corriendo por la puerta, decidiendo ducharse en su apartamento y evitarle. Ahora se arrepentia.
La joven empujó la puerta del vestuario de los chicos, asegurándose de que nadie andará por los alrededores y entró. Como recordaba, las baldosas del suelo estaban impecables y las paredes azuladas claras desgastadas. Las taquillas metálicas, alineadas en filas pegadas a la pared y contra espalda. Dos banquitos de madera clara se encontraban en el intermedio de los pasillos de taquillas de deporte y la duchas, un poco más al fondo, a la derecha. El lugar, apestaba a aspersey caro y colonia varonil. Celeste arrugó la nariz y se quedó observándolo todo, mirando con un deje de tristeza la baldosa suelta. El elemento primordial para su misión de escape y salvamiento.
Con torpeza, se sentó en el banco y cruzó las piernas, en posición meditatoria. Lo más probable es que todos llegaran tarde, como solia pasar siempre que acordaban quedar a una hora determinada en un lugar concreto. Ella cerró los ojos, y tomó una profunda bocanada de aire, para después sentirse abrasadoramente casada y exahusta. Era cierto, no había dormido nada en dos noches, después de la carta de Harry. Las ojeras, escondidas bajo maquillaje, se empezaban a hacer presencia y, sus ojos verdes comenzaban a perder brillo, junto al color de su piel que ahora era un blanco muerto. Su cabello caía sin gracia por la espalda, en una cascada marrón enrredada y descuidada que cada vez que veía, le daban ganas de coger las tijeras y cortarse el cabello.
Luego, sus uñas estaban mordidas y el esmalte de color azul, desgastado, exibiendo el color natural de la uña.
La joven se tumbó en el banco de madera, presionando sus ojos con fuerza y chasqueando la lengua. Una cabezadita no le iria mal, si estaba dispuesta a teletransportar a alguien con ella. No podía equivocarse, ni un poco. Las cordenadas debian ser precisas y si se dedicaba a pensar en su horrible aspecto, la persona a la que llevaba podría correr riesgo de muerte. Se sentía embriagada por la tormentosa oscuridad que la inundaba y si se daba cuenta, se sentía vacía por dentro. Como si su fuera un caparazón y en su interior se encontrará tan sólo aire.
Acarició sus brazos y permitió que sus dones se disparasen, saliendo de manera rápida de su cuerpo. La profesora Sánchez les había enseñado una manera muy efectiva de aumentar su energía sin descansar y ahora, ella la empleaba.
—¿Celeste?
La joven abrió un ojo perezosamente, recorriendo con éste la estancia rectangular. En la puerta, se encontraba Harry, con sus cabellos rizados despeinados. Algunos de estos, le caian por la frente. La joven se incorporo, con las mejillas tornadas de un rosa pálida que intento disimular. Harry, visiblemente incómodo la recorrió con la mirada, desde los ojos vacios y el cabello enrredado hasta sus manos pálidas y sus uñas mordidas.
—Ni lo digas —repuso la joven, sabiendo lo que la mente del chico pensaba.
Él se encogió de hombros, y dijo:
—No iba a decirte nada —se acercó un poco a ella.
Celeste vió también las ojeras en sus ojos, como sombras oscuras y la tensión en sus labios.
—Tienes un aspecto horrible —murmuró Harry, sentándose en el banco.
—Tu tampoco tienes un aspecto perfecto. Como si un millón de animales te hubieran venido a atacar —repuso, con una media sonrisa.
Harry sonrió y se acercó un poco más a Celeste.
—Ni que tu parecieras una artista de cine —bromeó Styles.
—Yo soy una artista de cine francesa preciosa —repuso siguiéndole la broma— y lo sabes muy bien —le guiñó cómicamente un ojo.
Harry rió, formándosele esos dos hoyuelos que tanto le gustaban a Celeste y ella no pudo evitar sentirse abrumada por sus carcajadas limpias. Él se acercó un poco más.
—¿Y cómo lo has estado pasando? —preguntó Celeste, timidamente mientras tiraba de un hilo suelto de los cordones.
Harry sorprendido la miro, y contesto entre tarmudeos.
—Incompleto.
Celeste arrugó el ceño y, moviendo sus dedos en torno a los cordones.
—¿Y eso?
—Solo me faltabas tú —explicó él.
Celeste le miró, soltandode entre sus manos los cordones.
—Celeste yo...
Ella colocó un dedo entre sus labios, impidiéndole hablar más.
—No digas nada. Sólo bésame.
Harry la miró, con sorpresa, para después unir sus labios en un suave beso que ambos habian anelado desde hacía tiempo. Las manos de Harry acabaron en la cintura de la muchacha y esta, entrelazó sus manos detrás de su nuca. Harry paseó su lengua por el labio inferior de Celeste, humedecièndolo con lujuria. Ella abríó la boca y permitió que la lengua del rizado entrará y buscará por la cabidad bucal. Se separaron, minutos después, al sentir la falta de aire haciéndose presencia y se miraron a los ojos.
—Sí, Harry.
Él arrugó el ceño.
—Si quiero casarme contigo.
Harry abrió los ojos.
—¿En serio? —preguntó, incrédulo.
Ella asintió.
Harry la abrazó con fuerza y ella le devolvió el abrazo, sintiéndose conmovionada.
—¿Cuándo se lo diremos a los chicos? —preguntó Harry.
—Cuando hayamos conseguido salvar a Anastasia de las garras de Jennifer.
Él asintió y el resto, de los chicos, comezaron a llegar.
Jockie.
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Mar 30 Jul 2013, 5:51 am
Maratón 7/⸮?
{Segunda Parte Del Maratón}
{Segunda Parte Del Maratón}
† Capítulo 51 †
Lugar: Cementerio Greendwich, Mánchester (Inglaterra)
Hora: 23:45
Personaje: Desiree Benson
Greendwich era enorme, comprendió Desiree, al entrar en el establecimiento. Los árboles, de un tono oscuro y misterioso se encontraban más muertos que la última vez que lo recordaba y ahora, la maleza se encontraba mucho más brillante que antes. Advirtió Suca, como un gato negro salía corriendo del interior.
—¿Es este el sitio indicado? —preguntó Celeste, pasando sus manos por las rejas de la entrada oxidadas.
—Sí —contestó Suca, apartando los pelos sueltos de su cara.
Louis observó con cuidado el recinto, recordando el segundo día que vió a Anastasia, cuando esta había sido atacada por aquel Croswar y él la había rescatado. Sintió un cosquilleó en la mano derecha y ésta, la cerró con fuerza, en un puño.
—¿Entramos? —preguntó Lara, claramente impaciente por no ser descubierta.
La farola cercana al cementerio, parpadeaba de vez en cuando y el frío le estaba comiendo la piel. Sus ojos estaban dilatadas por la adrenalina de entrar y sus mejillas, contornadas por colores rosados que apenas camuflaban las pecas.
—Sí —susurró Zayn, acercándose a la verja.
Desiree advirtió su ancha espalda, y sus fuertes hombros. El morocho empujo la verja, provocando que ésta chillará y rayará el aire. La parisina hizo una mueca y permitió que Harry, pasará primero.
—¿Y ahora que hacemos? —cuestionó el irlandés, paseando sus ojos celestes ahora oscuros por las lápidas.
Las lápidas estaban cubiertas de un musgo negro y la bombilla de la farola que se encontraba en la entrada, a penas iluminaba. Destellaba a veces en un tono plateado, para después fundirse en una oscuridad remota.
—Tenemos que encontrar el claro —anunció Celeste, al ver que su hermana no tenia intención de decir nada.
—De acuerdo —asintió Liam—. Separemonos.
Todos asintieron, menos Suca, que se encontraba sentada en una de las lápidas. Su rostro estaba pálido, contraido por el terror que la inundaba. Era cierto, ella era la única medium del grupo, y por lo tanto, le tocaba ver a todos los espiritus errantes del cementerio. Lena, la fantasma de su visión, se encontraba entre aquella multitud de almas en pena en movimiento. Vislumbró la sangre en su pecho, y los ojos huecos y vacios. Cuando el fantasma percibió su mirada, alzó la cabeza y dejó de farfullar. Suca desvió la mirada.y, se puso en pie, con el corazón en un puño.
Lo que le habian enseñado en la Academia, era que, a la hora de ver a un espiritu, lo mejor era ignorarles. Ni ellos se daban cuenta de que los veias, podrias librarte de ellos.
—No creo que separarnos sea buena idea —protestó la chica, echándose su capucha a la cabeza—. No conoceis el cementerio y... podria ser muy peligroso.
Liam la miró, y ella vislumbró de reojo, como la gélida brisa que traía Lena se filtraba en su ropa y la hacía estremecerse.
—Tienes razón —apoyó Lara—, pero no tenemos tiempo y... no sé.
—Deberiamos de ir ahora en su busca, en vez estar de chachara —cortó agrio Louis, con su mirada fulminante y llena de veneno que hasta consiguió hacer estremecer a Cindhy.
Ajenos a Suca, continuaron la marcha hacia el interior del cementerio, mientras la nombrada seguía con la mirada al grupo de personas que se fundian en la penumbra. La parisina sentía el gélido aliento del espectro en su mejilla, y sus ojos sin brillo examaninando su piel.
—¿Puedes verme? —musitó el fantasma, pasando sus finos dedos por la piel caliente de la joven.
Suca se tensó, con los pensamientos volando en su mente de manera disparatada y recorrió con la mirada las tumbas llenas de musgo y los matorrales quemados. Quizás, si le preguntaba podría conseguir la localización donde se encontraba el claro pero, el recuerdo intocable de la visión le recordaba que no era buena idea y que ninguno de aquellos espiritus, era bueno. La joven tomó aire y alzando la cabeza, siguió la estela que habían dejado sus amigos. Las llamas naranjas de Cindhy se veian desde lejos, soltando humo ágil que flotaba hacia el cielo y se hundía entre las ramas muertas. Corrió tras ellos, seguida de Lena.
—Sé que puedes verme —dijo la muerta, siguiendo los pasos del grupo—. He sentido tu presencia cuando has puesto un pie en Greendwich.
Suca desvió la mirada, fingiendo interesarse en la conversación que tenian.
—Puedo notar tu miedo vibrar el miedo por tu fina piel —murmuró, sonriendo de manera jobial—. No quieres que me dé cuenta de que puedes verme, escucharme y sentir mi energía contra la tuya. Tus amigos no lo saben, pero, ¿la has visto?
Desiree castañeó de miedo.
—¿Tienes frio? —preguntó Liam, mirándola desde arriba.
—Sí —musitó.
Liam se acercó un poco a ella y la rodeó con uno de sus brazos.
—Claro, miéntele —susurró Lena—. Si vais por este camino, no llegareis al claro a tiempo.
Suca entrecerró los ojos, y se detuvo.
—Deberiamos de...
Louis se detuvo también, y se fijo en los árboles muertos.
—Lo sé —masculló Celeste—. Podrias transmutarme en buho y...
Todos se quedaron quietos, y Cindhy entrecerró los ojos, pareciendo más dura bajo el alumbramiento de la llama que se encontraba en su mano. Se notaba la impaciencia y la mala espina que le daba aquel lugar.
—Tendriamos que proseguir —susurró, apagando la llama de su mano.
Louis apretó los puños, y buscó la manera de contactar con Anastasia. La conexión que solian tener, a penas era visible y la mente de Anastasia, se encontraba fuera de su alcance. Eso no explicaba por qué no podía verla, o sentir lo que ella sentía. Desde la primera vez que la había visto, en aquel pandeón, había sentido curiosidad por ella. Regalaba un aire mistico y misterioso que le había impactado y atraido. No era su belleza o su cuerpo lo que le había hecho pensar que, era distinta a las otras humanas, si no los pensamiento que albergaba su mente. Eran frios y calculadores, y cuando había visto la manera en la que había rechazado a Harry, había conseguido toda su atención. Y no podía haber esperado a verla, por lo que la habia decidido ir a ver a la noche, pero por lástima, ella había cerrado las cortinas y la visión de su cuerpo semidesnudo.
Y la cosa había aumentado a más, cuando la había ido a ver a su trabajo y ésta solo tuvo ojos para él. Él habia tenido la idea de ir a la fiesta a la que iria ella. Se había dicho que era atracción pero supo, en el fondo y desde el primer momento, que se había enamorado a primera vista de aquella chica adoptada de cabello negro y ojos azules. Y ahora se encontraba buscandola, sn un cementerio oscuro y abandonado con la intención de rescatarla de las garras de su madre.
—Romeo —siseó Cindhy, sacandole de sus sueños—. Mira a quien he encontrado.
Y él siguió la mirada de su largo dedo, hasta el claro iluminado por la luna llena. Parecia mucha más grande, que todas las veces y pensó con amargura que era porque la Diosa del Inframundo estaba al mando esa noche. Según la profesora de espiritismo del año de Chemicals, las noches de luna llena pertenecian al lado oscuro, a la Diosa del Inframundo y a los Croswars y las noches de luna nueva, a la Madre Tierra y a los Naturales.
—Y mira quien se encuentra —apuntó Celeste, siseante y con los ojos empuñados.
Y entonces vió a Jennifer, por primera vez. Era delgaducha, de manera elegante y alta. Su cabello, rizado y negro se alargaba hasta la cintura, y sus ojos eran exactamente igual que los de Anastasia, salvo a que estos eran más oscuros que el azul claro que le habia enamorado. Y cerca del altar de piedra, se encontraba un chico alto, de cabellos revueltos y rubios que lo miraba todo.
Otro Croswar repuso Louis
Entonces se escondieron tras los matorrales, y lo vieron todo.
Hora: 23:45
Personaje: Desiree Benson
Greendwich era enorme, comprendió Desiree, al entrar en el establecimiento. Los árboles, de un tono oscuro y misterioso se encontraban más muertos que la última vez que lo recordaba y ahora, la maleza se encontraba mucho más brillante que antes. Advirtió Suca, como un gato negro salía corriendo del interior.
—¿Es este el sitio indicado? —preguntó Celeste, pasando sus manos por las rejas de la entrada oxidadas.
—Sí —contestó Suca, apartando los pelos sueltos de su cara.
Louis observó con cuidado el recinto, recordando el segundo día que vió a Anastasia, cuando esta había sido atacada por aquel Croswar y él la había rescatado. Sintió un cosquilleó en la mano derecha y ésta, la cerró con fuerza, en un puño.
—¿Entramos? —preguntó Lara, claramente impaciente por no ser descubierta.
La farola cercana al cementerio, parpadeaba de vez en cuando y el frío le estaba comiendo la piel. Sus ojos estaban dilatadas por la adrenalina de entrar y sus mejillas, contornadas por colores rosados que apenas camuflaban las pecas.
—Sí —susurró Zayn, acercándose a la verja.
Desiree advirtió su ancha espalda, y sus fuertes hombros. El morocho empujo la verja, provocando que ésta chillará y rayará el aire. La parisina hizo una mueca y permitió que Harry, pasará primero.
—¿Y ahora que hacemos? —cuestionó el irlandés, paseando sus ojos celestes ahora oscuros por las lápidas.
Las lápidas estaban cubiertas de un musgo negro y la bombilla de la farola que se encontraba en la entrada, a penas iluminaba. Destellaba a veces en un tono plateado, para después fundirse en una oscuridad remota.
—Tenemos que encontrar el claro —anunció Celeste, al ver que su hermana no tenia intención de decir nada.
—De acuerdo —asintió Liam—. Separemonos.
Todos asintieron, menos Suca, que se encontraba sentada en una de las lápidas. Su rostro estaba pálido, contraido por el terror que la inundaba. Era cierto, ella era la única medium del grupo, y por lo tanto, le tocaba ver a todos los espiritus errantes del cementerio. Lena, la fantasma de su visión, se encontraba entre aquella multitud de almas en pena en movimiento. Vislumbró la sangre en su pecho, y los ojos huecos y vacios. Cuando el fantasma percibió su mirada, alzó la cabeza y dejó de farfullar. Suca desvió la mirada.y, se puso en pie, con el corazón en un puño.
Lo que le habian enseñado en la Academia, era que, a la hora de ver a un espiritu, lo mejor era ignorarles. Ni ellos se daban cuenta de que los veias, podrias librarte de ellos.
—No creo que separarnos sea buena idea —protestó la chica, echándose su capucha a la cabeza—. No conoceis el cementerio y... podria ser muy peligroso.
Liam la miró, y ella vislumbró de reojo, como la gélida brisa que traía Lena se filtraba en su ropa y la hacía estremecerse.
—Tienes razón —apoyó Lara—, pero no tenemos tiempo y... no sé.
—Deberiamos de ir ahora en su busca, en vez estar de chachara —cortó agrio Louis, con su mirada fulminante y llena de veneno que hasta consiguió hacer estremecer a Cindhy.
Ajenos a Suca, continuaron la marcha hacia el interior del cementerio, mientras la nombrada seguía con la mirada al grupo de personas que se fundian en la penumbra. La parisina sentía el gélido aliento del espectro en su mejilla, y sus ojos sin brillo examaninando su piel.
—¿Puedes verme? —musitó el fantasma, pasando sus finos dedos por la piel caliente de la joven.
Suca se tensó, con los pensamientos volando en su mente de manera disparatada y recorrió con la mirada las tumbas llenas de musgo y los matorrales quemados. Quizás, si le preguntaba podría conseguir la localización donde se encontraba el claro pero, el recuerdo intocable de la visión le recordaba que no era buena idea y que ninguno de aquellos espiritus, era bueno. La joven tomó aire y alzando la cabeza, siguió la estela que habían dejado sus amigos. Las llamas naranjas de Cindhy se veian desde lejos, soltando humo ágil que flotaba hacia el cielo y se hundía entre las ramas muertas. Corrió tras ellos, seguida de Lena.
—Sé que puedes verme —dijo la muerta, siguiendo los pasos del grupo—. He sentido tu presencia cuando has puesto un pie en Greendwich.
Suca desvió la mirada, fingiendo interesarse en la conversación que tenian.
—Puedo notar tu miedo vibrar el miedo por tu fina piel —murmuró, sonriendo de manera jobial—. No quieres que me dé cuenta de que puedes verme, escucharme y sentir mi energía contra la tuya. Tus amigos no lo saben, pero, ¿la has visto?
Desiree castañeó de miedo.
—¿Tienes frio? —preguntó Liam, mirándola desde arriba.
—Sí —musitó.
Liam se acercó un poco a ella y la rodeó con uno de sus brazos.
—Claro, miéntele —susurró Lena—. Si vais por este camino, no llegareis al claro a tiempo.
Suca entrecerró los ojos, y se detuvo.
—Deberiamos de...
Louis se detuvo también, y se fijo en los árboles muertos.
—Lo sé —masculló Celeste—. Podrias transmutarme en buho y...
Todos se quedaron quietos, y Cindhy entrecerró los ojos, pareciendo más dura bajo el alumbramiento de la llama que se encontraba en su mano. Se notaba la impaciencia y la mala espina que le daba aquel lugar.
—Tendriamos que proseguir —susurró, apagando la llama de su mano.
Louis apretó los puños, y buscó la manera de contactar con Anastasia. La conexión que solian tener, a penas era visible y la mente de Anastasia, se encontraba fuera de su alcance. Eso no explicaba por qué no podía verla, o sentir lo que ella sentía. Desde la primera vez que la había visto, en aquel pandeón, había sentido curiosidad por ella. Regalaba un aire mistico y misterioso que le había impactado y atraido. No era su belleza o su cuerpo lo que le había hecho pensar que, era distinta a las otras humanas, si no los pensamiento que albergaba su mente. Eran frios y calculadores, y cuando había visto la manera en la que había rechazado a Harry, había conseguido toda su atención. Y no podía haber esperado a verla, por lo que la habia decidido ir a ver a la noche, pero por lástima, ella había cerrado las cortinas y la visión de su cuerpo semidesnudo.
Y la cosa había aumentado a más, cuando la había ido a ver a su trabajo y ésta solo tuvo ojos para él. Él habia tenido la idea de ir a la fiesta a la que iria ella. Se había dicho que era atracción pero supo, en el fondo y desde el primer momento, que se había enamorado a primera vista de aquella chica adoptada de cabello negro y ojos azules. Y ahora se encontraba buscandola, sn un cementerio oscuro y abandonado con la intención de rescatarla de las garras de su madre.
—Romeo —siseó Cindhy, sacandole de sus sueños—. Mira a quien he encontrado.
Y él siguió la mirada de su largo dedo, hasta el claro iluminado por la luna llena. Parecia mucha más grande, que todas las veces y pensó con amargura que era porque la Diosa del Inframundo estaba al mando esa noche. Según la profesora de espiritismo del año de Chemicals, las noches de luna llena pertenecian al lado oscuro, a la Diosa del Inframundo y a los Croswars y las noches de luna nueva, a la Madre Tierra y a los Naturales.
—Y mira quien se encuentra —apuntó Celeste, siseante y con los ojos empuñados.
Y entonces vió a Jennifer, por primera vez. Era delgaducha, de manera elegante y alta. Su cabello, rizado y negro se alargaba hasta la cintura, y sus ojos eran exactamente igual que los de Anastasia, salvo a que estos eran más oscuros que el azul claro que le habia enamorado. Y cerca del altar de piedra, se encontraba un chico alto, de cabellos revueltos y rubios que lo miraba todo.
Otro Croswar repuso Louis
Entonces se escondieron tras los matorrales, y lo vieron todo.
Jockie.
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Mar 30 Jul 2013, 5:53 am
Maratón 8/8
{Segunda Parte Del Maratón}
Bueno, chicas, este es el final de la novela :'c Es muy triste, lo sé porque para seros sinceras, este ha sido mi mejor trabajo y en el mejor me lo he pasado. No creía que podría acabar esta novela, y que la dejaria como una de mis otras muchas pero, gracias a vuestros comentarios, conversaciones y apoyo incondicional, he podido acabar una gran novela. Quiero dedicarla a todas las chicas que han leido, lectoras fantasmas incluidas y a vuestros supercomentarios que me han robado sonrisas. Quiero decir que, habeis sido las mejores lectoras del mundo y me alegro de que no me hayais abandonado a pesar de desaparecer semanas enteras por culpa de los examenes y estudios, los partidos de fútbol o mis estados de salud bipolares. Gracias por el apoyo, una vez más. Y destaco mi agradecimiento ha Cindhy, Celeste, Suca y Lara. Os quiero.
{Segunda Parte Del Maratón}
† Capítulo 52 †
Lugar: Cementerio Greendwich, Mánchester (Inglaterra)
Hora: 00:18
Personaje: Lara Bolado
Llamas rojas rodeaban el cuerpo de Anne. Se acercaban a ella, regalándole el sonido de las pascuas naturales de madera quemándose. Estaba en medio de un bosque, en el cementerio, sola y frágil. Lara quiso correr a su encuentro, sabía que la chica de los ojos azules odiaba esa sensación. Se escuchaba a una lechuza en la rama de un árbol. Su cuerpo, se encontraba tumbado en un extraño altar de piedra natural, improvisado en pocos minutos. Aquello era un sacrificio. La sombra de la bruja sobre ella, entre llamas moradas y negras. Diabólicas y oscuras. La mujer la incorporó, clavándole sus largas uñas rojas en su espalda. Lara se levantó para ir corriendo hacia ella y encararse a la bruja, pero Niall no se lo permitió. Lanzo una mirada de súplica a Louis, pero simplemente él estaba escondido detrás de los arbustos junto a los demás y no separaba la vista del cuerpo inerte de Anne.
Jennifer en una mano sujetaba una copa de bronce, y en su interior, se encontraba un líquido rojo. La joven que iba a ser sacrificada se pudo ver su reflejo pero, no era ella. Era una joven de tez pálida y cabello rizado y negro con unos enormes ojos azules con grises alrededor de la pupila.
-- Bebe, Anastasia -ordenó la mujer que tanto se parecía a ella.
Ella se negó.
-¡No!- chilló entonces la chica de los ojos verdes, mientras se deshacía del agarre de Niall y echaba a correr entre los árboles. Su primo no tardo en unírsele.
-¡Vamos no podemos quedarnos aquí!- La voz de Cindhy retumbo en los oídos de Zayn y Celeste que la siguieron de cerca. Harry se teletransporto al lado de Louis. Niall había salido corriendo detrás de su novia y Desiree parecía estar pegada al suelo y con la vista fija en el vacío.
Una tropa de adolescentes inexpertos intentando salvar a una de sus amigas de las garras de la mismísima encarnación del mal, no auguraba nada bueno.
-Luke, detenlos. ¡Ahora!-Chilló con voz potente la bruja.
La mujer la cogió de la barbilla y le susurró, con los dientes apretados de cólera acumulada:
-- Bebe, Anastasia -repitió.
La chica sentía los pulmones vacíos y tuvo que abrir la boca para tomar aire. La mujer le metió la copa, con el líquido. Lara intento tirar la copa de la mano de Jennifer enviando un chorro de agua a propulsión, pero fue demasiado tarde. El sabor era ácido y oxidado. Como si hubiera chupado millones de monedas de cobre oxidadas. Tragó el líquido, sintiendo la boca pastosa y amarga. Su cabeza empezó a dar vueltas. No se encontraba bien. Su cabeza le daba vueltas. La mujer parecida a ella se acercó a la oreja de la joven. Ella sentía su aliento acariciar su lóbulo y susurro:
-- Bienvenida al lado oscuro, Anastasia. Bienvenida al lado de los Croswars.
La chica miró a la mujer y entrecerró los ojos. Lo último que alcanzó a mirar su campo de visión fue un cartel medio oxidado donde colgaban las letras maltrechas que decían: "Cementerio Greendwich"
Mientras tanto Louis intentaba sacarse de encima a Luke que había acudido a frenar su avance, sin éxito ya que Louis fácilmente había conseguido dormirle con una de sus descargas eléctricas logrando casi llegar al altar de piedra.
Dessire y Liam se habían quedado detrás de los arbustos, al parecer Suca acababa de tener una visión. Lara no sabía de qué se trataba, pero en la cara con la que miro su primo a la chica, entendió que no podía ser nada bueno.
-¿Qué pensabais? ¿Qué una panda de niñatos como vosotros lograría salvar a Clary?- Su risa de suficiencia y maldad.- Oh ,es una pena que Romeo no haya podido hacer nada por Julieta una vez más.- Su risa volvió a retumbar por todo el lugar.
En ese momento Louis se abalanzo sobre ella, pero un muro invisible le expulso varios metro hacia atrás haciendo que cayera violentamente contra el suelo, quedando tendido hacia arriba.
Lara corrió junto a su primo le ayudo a levantarse.
-Louis…- dijo con lágrimas en los ojos.
Anne ya no era uno de los cuyos. Se había convertido en un Alas Negras. Ya no podían hacer nada por ella. Lara había perdido a la que en tan poco tiempo se había convertido en su hermana mayor. Las lágrimas inundaban su rostro mientras Niall la abrazaba contra su pecho.
Louis, ya de pie, volvió a intentar llegar hasta Anastasia, pero esta estaba protegida por una especie de campo magnético.
-No lo conseguirás.- Digo en tono cantarín Jennifer.- Solo los Croswar lo pueden atravesar. Sigue intentándolo, igual la próxima vez, con suerte en vez de quedarte sin respiración, se te pare el corazón.
-¡Hija de puta!- Grito Louis, mientras volvía a abalanzarse sobre el escudo.
En ese momento Anne abrió los ojos lentamente. Seguía teniendo el sabor a oxido en la boca, pero había dejado de sentirse mal.
Intento ponerse en pie pero se tambaleo. Al otro lado del cementerio, todos incluido Louis se había petrificado en su sitio. En la mente de los adolescentes se planteaba la misma cuestión ¿Y ahora que pasaría?
-¡Anastasia! ¡Anne!-Grito Louis.
De repente Jennifer desapareció dejando a Anne allí tirada, encima de la roca.
Louis intento llegar a ella, pero al intentarlo una brecha en el suelo separo el altar de donde ellos estaban. Si te asomabas al fondo podías ver como el magma burbujeaba intentado emerger del socavón.
Louis miro a ambos lados, para intentar descubrir quien había hecho que la tierra se separaba en dos. Pero allí no había nadie.
-¿Qué… que ha sido eso?- Pregunto Celeste una vez hubieron desaparecido.
Luke seguía incosciente en el suelo unos metros por detrás de ellos.
-Anne ha pasado al lado oscuro Celeste. Eso ha sido.- Contesto bordemente Louis, con la voz cargada de un sentimiento desolador.
-No hace falta que la hables así.- Le dijo Harry agarrando a la chica de la cintura.- Ella no ha tenido la culpa. Nadie ha tenido la culpa.
-Nadie ha tenido la culpa ¿no?- Dijo Louis, la rabia de su voz era ya palpable.-¡Sin embargo Anne ya no está! ¡Se ha ido! ¡Maldita sea tenemos que hacer algo!- Grito desesperado.
Lara seguía llorando destrozada en el pecho de Niall, que la acariciaba el pelo recogido en una trenza.
-Valió ya de nada nos va a servir…- Zayn empezó a intentar poner paz, pero el chillido de la pelirroja lo detuvo en mitad de la frase.
Estaba en el suelo, echa una bola, mientras que lenguas de fuego iban abrasando su piel poco a poco convirtiéndola en tiras carbonizadas.
-¡Cindhy!- Grito el moreno mientras se acercaba a ella.
Celeste se interpuso en su camino.
-No la toques. Si lo haces contraerás tú también la enfermedad.
-¿Enfermedad?- Grito el moreno fuera de sí.
-Si la enfermedad, no es tiempo para explicártelo ahora.- Grito Celeste mientras se acercaba corriendo a donde Cindhy se retorcía ya en la hierba haciendo que la tierra a fue alrededor también estallara en llamas.
-¡No te acerque más, Cel!- Grito Harry mientras la cogía del brazo.
-Eso Serpiente. Esta vez no tenemos agua fría ni vino para curarte.- Dijo entre jadeos Cin, para después volver a soltar un alarido de dolor mientras la temperatura y las llamas en su piel aumentaban.
-No lo entiendo creo que habías dicho que solo te pasaba una vez al año.- Murmuro Celeste.
-¿Una vez al año?-Pregunto Zayn mientras todo iba cogiendo sentido en su mente. El otro día, la fiebre, Cin echándole del apartamento.- ¡No!- Grito al atisbar una parte de la gravedad de la situación.
Lara intento apagar a Cindhy y como si de una manguera se tratara de sus mano salieron dos chorros de agua que fueron a parar directamente a el cuerpo de la chica en llamas.
Al principio pareció dar resultado, Chindy dejo de esta en llamas y suspiro tranquila. Durante tres segundos. Una nueva explosión de calor en su interior hizo que las llamas volvieran a recorrer su cuerpo, esta vez más agresivas. No solo recorrieron su cuerpo .Como si de pólvora se tratase el verde reseco del cementerio prendió extendiendo el fuego por todos los lados.
Pronto aquello se convirtió en un infierno y los intentos de Lara y Celeste por apagarlo fueron escasos. El fuego seguía avanzando ganando terreno a la hojarasca y los arboles de corteza seca del cementerio.
-¡Oh no!- Grito Desiree- ¡La visión! ¡Louis!
-¡Tenemos que salir de aquí!¡Ahora!-Grito el aludido mientras tiraba de su prima y de Celeste para atrás.
Pero Celeste no quería deja a su amiga allí.
-Vamos Cel, no la pasara nada, ella es inmune al fuego.- La dijo Harry mientras tiraba de ella para poder teletransportarla con él a otro sitio.
-No quiero dejarla aquí sola.- Le dijo mientras intentaba sacarse al chico de encima.
-Pero tienes que hacerlo.- Y dicho esto los dos desaparecieron del lugar.
No había rastro de Dessire y Liam. Niall y Lara intentaban escapar de las llamas, la del pelo negro iba delante del chico abriendo camino con agua.
-¡Vete Zayn!- Grito Cindhy desde el suelo.
-Pero…
-He dicho que te vayas. Cuando acabe iré a por ti. ¡Pero vete ahora!-Grito sin saber si iba a poder cumplir su palabra.
El brote era mucho mayor que hacía unos días. Igual ya había llegado su fin. Cerro los ojos mientras veía como Zayn la daba poco a poco la espalda, reticente.
Sin embargo, Louis no podía irse. Tenía que salvar a Anne. Él no podía dejar que muriera calcinada por las llamas, que ya había pasado al otro lado del abismo y estaban rodeándola.
Reunió las energías que le quedaban y se trasmuto en un búho, el mismo que había visto Anastasia la primera vez que fue al cementerio. Se elevó por encima de las llamas batiendo sus alas, pero antes de llegar vio como Jennifer ponía la mano en el hombro a su hija, lista para teletransportarse lejos de allí.
Louis descendió en picado intentado llegar a tiempo, para impedírselo pero fue demasiado tarde. Ya habían desaparecido.
Y a Louis ya no le quedaban fuerzas. Volvió a su forma humana y quedo rodeado de llamas. No pudo hacer otra cosa que subirse al altar, para alejarse un poco de ellas. Pero le era imposible. Estaba rodeado. Y no tenía forma de cruzar al otro lado. Donde su prima se había detenido para ver donde estaba su primo y porque no les seguía. Donde el rubio había vuelto a acompañar a su novia intentando encontrarle.
-¡LOUIS, NO!- Chillo la pequeña al ver a su primo en el altar donde hacía unos momento se encontraba Anne, indefenso sin poder hacer nada más que cerrar los ojos agotado.
El último pensamiento que le vino a la mente y le hizo sonreír antes de ser consumido por las llamas fue que iba a perder la vida en el mismo lugar donde había conocido a Anne.
Hora: 00:18
Personaje: Lara Bolado
Llamas rojas rodeaban el cuerpo de Anne. Se acercaban a ella, regalándole el sonido de las pascuas naturales de madera quemándose. Estaba en medio de un bosque, en el cementerio, sola y frágil. Lara quiso correr a su encuentro, sabía que la chica de los ojos azules odiaba esa sensación. Se escuchaba a una lechuza en la rama de un árbol. Su cuerpo, se encontraba tumbado en un extraño altar de piedra natural, improvisado en pocos minutos. Aquello era un sacrificio. La sombra de la bruja sobre ella, entre llamas moradas y negras. Diabólicas y oscuras. La mujer la incorporó, clavándole sus largas uñas rojas en su espalda. Lara se levantó para ir corriendo hacia ella y encararse a la bruja, pero Niall no se lo permitió. Lanzo una mirada de súplica a Louis, pero simplemente él estaba escondido detrás de los arbustos junto a los demás y no separaba la vista del cuerpo inerte de Anne.
Jennifer en una mano sujetaba una copa de bronce, y en su interior, se encontraba un líquido rojo. La joven que iba a ser sacrificada se pudo ver su reflejo pero, no era ella. Era una joven de tez pálida y cabello rizado y negro con unos enormes ojos azules con grises alrededor de la pupila.
-- Bebe, Anastasia -ordenó la mujer que tanto se parecía a ella.
Ella se negó.
-¡No!- chilló entonces la chica de los ojos verdes, mientras se deshacía del agarre de Niall y echaba a correr entre los árboles. Su primo no tardo en unírsele.
-¡Vamos no podemos quedarnos aquí!- La voz de Cindhy retumbo en los oídos de Zayn y Celeste que la siguieron de cerca. Harry se teletransporto al lado de Louis. Niall había salido corriendo detrás de su novia y Desiree parecía estar pegada al suelo y con la vista fija en el vacío.
Una tropa de adolescentes inexpertos intentando salvar a una de sus amigas de las garras de la mismísima encarnación del mal, no auguraba nada bueno.
-Luke, detenlos. ¡Ahora!-Chilló con voz potente la bruja.
La mujer la cogió de la barbilla y le susurró, con los dientes apretados de cólera acumulada:
-- Bebe, Anastasia -repitió.
La chica sentía los pulmones vacíos y tuvo que abrir la boca para tomar aire. La mujer le metió la copa, con el líquido. Lara intento tirar la copa de la mano de Jennifer enviando un chorro de agua a propulsión, pero fue demasiado tarde. El sabor era ácido y oxidado. Como si hubiera chupado millones de monedas de cobre oxidadas. Tragó el líquido, sintiendo la boca pastosa y amarga. Su cabeza empezó a dar vueltas. No se encontraba bien. Su cabeza le daba vueltas. La mujer parecida a ella se acercó a la oreja de la joven. Ella sentía su aliento acariciar su lóbulo y susurro:
-- Bienvenida al lado oscuro, Anastasia. Bienvenida al lado de los Croswars.
La chica miró a la mujer y entrecerró los ojos. Lo último que alcanzó a mirar su campo de visión fue un cartel medio oxidado donde colgaban las letras maltrechas que decían: "Cementerio Greendwich"
Mientras tanto Louis intentaba sacarse de encima a Luke que había acudido a frenar su avance, sin éxito ya que Louis fácilmente había conseguido dormirle con una de sus descargas eléctricas logrando casi llegar al altar de piedra.
Dessire y Liam se habían quedado detrás de los arbustos, al parecer Suca acababa de tener una visión. Lara no sabía de qué se trataba, pero en la cara con la que miro su primo a la chica, entendió que no podía ser nada bueno.
-¿Qué pensabais? ¿Qué una panda de niñatos como vosotros lograría salvar a Clary?- Su risa de suficiencia y maldad.- Oh ,es una pena que Romeo no haya podido hacer nada por Julieta una vez más.- Su risa volvió a retumbar por todo el lugar.
En ese momento Louis se abalanzo sobre ella, pero un muro invisible le expulso varios metro hacia atrás haciendo que cayera violentamente contra el suelo, quedando tendido hacia arriba.
Lara corrió junto a su primo le ayudo a levantarse.
-Louis…- dijo con lágrimas en los ojos.
Anne ya no era uno de los cuyos. Se había convertido en un Alas Negras. Ya no podían hacer nada por ella. Lara había perdido a la que en tan poco tiempo se había convertido en su hermana mayor. Las lágrimas inundaban su rostro mientras Niall la abrazaba contra su pecho.
Louis, ya de pie, volvió a intentar llegar hasta Anastasia, pero esta estaba protegida por una especie de campo magnético.
-No lo conseguirás.- Digo en tono cantarín Jennifer.- Solo los Croswar lo pueden atravesar. Sigue intentándolo, igual la próxima vez, con suerte en vez de quedarte sin respiración, se te pare el corazón.
-¡Hija de puta!- Grito Louis, mientras volvía a abalanzarse sobre el escudo.
En ese momento Anne abrió los ojos lentamente. Seguía teniendo el sabor a oxido en la boca, pero había dejado de sentirse mal.
Intento ponerse en pie pero se tambaleo. Al otro lado del cementerio, todos incluido Louis se había petrificado en su sitio. En la mente de los adolescentes se planteaba la misma cuestión ¿Y ahora que pasaría?
-¡Anastasia! ¡Anne!-Grito Louis.
De repente Jennifer desapareció dejando a Anne allí tirada, encima de la roca.
Louis intento llegar a ella, pero al intentarlo una brecha en el suelo separo el altar de donde ellos estaban. Si te asomabas al fondo podías ver como el magma burbujeaba intentado emerger del socavón.
Louis miro a ambos lados, para intentar descubrir quien había hecho que la tierra se separaba en dos. Pero allí no había nadie.
-¿Qué… que ha sido eso?- Pregunto Celeste una vez hubieron desaparecido.
Luke seguía incosciente en el suelo unos metros por detrás de ellos.
-Anne ha pasado al lado oscuro Celeste. Eso ha sido.- Contesto bordemente Louis, con la voz cargada de un sentimiento desolador.
-No hace falta que la hables así.- Le dijo Harry agarrando a la chica de la cintura.- Ella no ha tenido la culpa. Nadie ha tenido la culpa.
-Nadie ha tenido la culpa ¿no?- Dijo Louis, la rabia de su voz era ya palpable.-¡Sin embargo Anne ya no está! ¡Se ha ido! ¡Maldita sea tenemos que hacer algo!- Grito desesperado.
Lara seguía llorando destrozada en el pecho de Niall, que la acariciaba el pelo recogido en una trenza.
-Valió ya de nada nos va a servir…- Zayn empezó a intentar poner paz, pero el chillido de la pelirroja lo detuvo en mitad de la frase.
Estaba en el suelo, echa una bola, mientras que lenguas de fuego iban abrasando su piel poco a poco convirtiéndola en tiras carbonizadas.
-¡Cindhy!- Grito el moreno mientras se acercaba a ella.
Celeste se interpuso en su camino.
-No la toques. Si lo haces contraerás tú también la enfermedad.
-¿Enfermedad?- Grito el moreno fuera de sí.
-Si la enfermedad, no es tiempo para explicártelo ahora.- Grito Celeste mientras se acercaba corriendo a donde Cindhy se retorcía ya en la hierba haciendo que la tierra a fue alrededor también estallara en llamas.
-¡No te acerque más, Cel!- Grito Harry mientras la cogía del brazo.
-Eso Serpiente. Esta vez no tenemos agua fría ni vino para curarte.- Dijo entre jadeos Cin, para después volver a soltar un alarido de dolor mientras la temperatura y las llamas en su piel aumentaban.
-No lo entiendo creo que habías dicho que solo te pasaba una vez al año.- Murmuro Celeste.
-¿Una vez al año?-Pregunto Zayn mientras todo iba cogiendo sentido en su mente. El otro día, la fiebre, Cin echándole del apartamento.- ¡No!- Grito al atisbar una parte de la gravedad de la situación.
Lara intento apagar a Cindhy y como si de una manguera se tratara de sus mano salieron dos chorros de agua que fueron a parar directamente a el cuerpo de la chica en llamas.
Al principio pareció dar resultado, Chindy dejo de esta en llamas y suspiro tranquila. Durante tres segundos. Una nueva explosión de calor en su interior hizo que las llamas volvieran a recorrer su cuerpo, esta vez más agresivas. No solo recorrieron su cuerpo .Como si de pólvora se tratase el verde reseco del cementerio prendió extendiendo el fuego por todos los lados.
Pronto aquello se convirtió en un infierno y los intentos de Lara y Celeste por apagarlo fueron escasos. El fuego seguía avanzando ganando terreno a la hojarasca y los arboles de corteza seca del cementerio.
-¡Oh no!- Grito Desiree- ¡La visión! ¡Louis!
-¡Tenemos que salir de aquí!¡Ahora!-Grito el aludido mientras tiraba de su prima y de Celeste para atrás.
Pero Celeste no quería deja a su amiga allí.
-Vamos Cel, no la pasara nada, ella es inmune al fuego.- La dijo Harry mientras tiraba de ella para poder teletransportarla con él a otro sitio.
-No quiero dejarla aquí sola.- Le dijo mientras intentaba sacarse al chico de encima.
-Pero tienes que hacerlo.- Y dicho esto los dos desaparecieron del lugar.
No había rastro de Dessire y Liam. Niall y Lara intentaban escapar de las llamas, la del pelo negro iba delante del chico abriendo camino con agua.
-¡Vete Zayn!- Grito Cindhy desde el suelo.
-Pero…
-He dicho que te vayas. Cuando acabe iré a por ti. ¡Pero vete ahora!-Grito sin saber si iba a poder cumplir su palabra.
El brote era mucho mayor que hacía unos días. Igual ya había llegado su fin. Cerro los ojos mientras veía como Zayn la daba poco a poco la espalda, reticente.
Sin embargo, Louis no podía irse. Tenía que salvar a Anne. Él no podía dejar que muriera calcinada por las llamas, que ya había pasado al otro lado del abismo y estaban rodeándola.
Reunió las energías que le quedaban y se trasmuto en un búho, el mismo que había visto Anastasia la primera vez que fue al cementerio. Se elevó por encima de las llamas batiendo sus alas, pero antes de llegar vio como Jennifer ponía la mano en el hombro a su hija, lista para teletransportarse lejos de allí.
Louis descendió en picado intentado llegar a tiempo, para impedírselo pero fue demasiado tarde. Ya habían desaparecido.
Y a Louis ya no le quedaban fuerzas. Volvió a su forma humana y quedo rodeado de llamas. No pudo hacer otra cosa que subirse al altar, para alejarse un poco de ellas. Pero le era imposible. Estaba rodeado. Y no tenía forma de cruzar al otro lado. Donde su prima se había detenido para ver donde estaba su primo y porque no les seguía. Donde el rubio había vuelto a acompañar a su novia intentando encontrarle.
-¡LOUIS, NO!- Chillo la pequeña al ver a su primo en el altar donde hacía unos momento se encontraba Anne, indefenso sin poder hacer nada más que cerrar los ojos agotado.
El último pensamiento que le vino a la mente y le hizo sonreír antes de ser consumido por las llamas fue que iba a perder la vida en el mismo lugar donde había conocido a Anne.
Bueno, chicas, este es el final de la novela :'c Es muy triste, lo sé porque para seros sinceras, este ha sido mi mejor trabajo y en el mejor me lo he pasado. No creía que podría acabar esta novela, y que la dejaria como una de mis otras muchas pero, gracias a vuestros comentarios, conversaciones y apoyo incondicional, he podido acabar una gran novela. Quiero dedicarla a todas las chicas que han leido, lectoras fantasmas incluidas y a vuestros supercomentarios que me han robado sonrisas. Quiero decir que, habeis sido las mejores lectoras del mundo y me alegro de que no me hayais abandonado a pesar de desaparecer semanas enteras por culpa de los examenes y estudios, los partidos de fútbol o mis estados de salud bipolares. Gracias por el apoyo, una vez más. Y destaco mi agradecimiento ha Cindhy, Celeste, Suca y Lara. Os quiero.
Jockie.
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Mar 30 Jul 2013, 10:31 am
Link de la segunda temporada: † Evangelock †
Jockie.
Re: † Harmenlock †
por Zarek Mar 30 Jul 2013, 11:52 am
Primero: ADIVINA QUIEN ESTA EN CUARTO AÑO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
SI! YO!!!!!! PASE QUÍMICA, PASE QUÍMICA, PASE QUÍMICA. CON UN ESPLENDOROSO Y LLAMEANTE 10
Segundo: Mori!!! :) Me encanto, nunca pensé que se acabara. PERO NO ES UN FINAL FELIZ Y TE AMO POR ESO.
De verdad que tu novela fue una de las mejores que he leído. Si tienes otro proyecto yo quiero participar.
SI! YO!!!!!! PASE QUÍMICA, PASE QUÍMICA, PASE QUÍMICA. CON UN ESPLENDOROSO Y LLAMEANTE 10
Segundo: Mori!!! :) Me encanto, nunca pensé que se acabara. PERO NO ES UN FINAL FELIZ Y TE AMO POR ESO.
De verdad que tu novela fue una de las mejores que he leído. Si tienes otro proyecto yo quiero participar.
Zarek
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Mar 30 Jul 2013, 11:59 am
Enorabuena! La madre que te pario sacaste un diez! De puta madre. Jeje hay segunda temporada asi que no te libras de mi facilmente MUAJAJAJABIEN ME AMAS! Muchas gracias Cin, tu has sido de las mejores lectoras qje te he temido em toda muy fuckin' life. TENGO TONELADAS DE PROYECTOS
Jockie.
Re: † Harmenlock †
por Zarek Mar 30 Jul 2013, 12:03 pm
SEGUNDA TEMPORADA!!!!!!! GENIAL.
10 es nota y lo demás es lujo, nena.
Soy tan feliz, estoy en cuarto, soy camisa beich me falta un año y me largo.
10 es nota y lo demás es lujo, nena.
Soy tan feliz, estoy en cuarto, soy camisa beich me falta un año y me largo.
Zarek
Re: † Harmenlock †
por Jockie. Mar 30 Jul 2013, 12:09 pm
El link esta arriba cielo.Estoy muy orgullosa de ti, en serio. Y a donde te vas?
Jockie.
Zarek
Re: † Harmenlock †
por darkness. Mar 30 Jul 2013, 2:20 pm
OLIWIS!!
Por mi deos que final
No fue waaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Lucho not e muerassssssssssssss ♥
Me caso !!1 Me caso!! FUE TANN AJKLDBQIBWDJLQ
Por dieso ahora me paso por la segunda temporada !!
Bechotes
BAIIIII
Por mi deos que final
No fue waaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Lucho not e muerassssssssssssss ♥
Me caso !!1 Me caso!! FUE TANN AJKLDBQIBWDJLQ
Por dieso ahora me paso por la segunda temporada !!
Bechotes
BAIIIII
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