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Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
CHICAS NO ESTOY EN MI CASA
VUELVO MAÑANA Y LES PROMETO PONER
UN ESPECIAL VALE
NOS LEEREMOS LUEGO BYE
VUELVO MAÑANA Y LES PROMETO PONER
UN ESPECIAL VALE
NOS LEEREMOS LUEGO BYE
ElitzJb
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
ElitzJb escribió:CHICAS NO ESTOY EN MI CASA
VUELVO MAÑANA Y LES PROMETO PONER
UN ESPECIAL VALE
NOS LEEREMOS LUEGO BYE
wujuuuuu ! especial !!
te espero ! :)
Ciin :)
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
Capítulo 9
Nota del tablón de anuncios de los empleados:
Segunda ganadora del concurso Fin de Semana de Ensueño: Irene Bonnet. Suite Oscar La ganadora es actriz cómica profesional. Dadle todo lo que pida salvo material para su próxima actuación. Profesionalidad en todo momento.
(_Tn) se sentía obligada, como anfitriona suya durante el fin de semana, a ir a ver cómo estaba Joe . Como ni siquiera Piper podía ver a un cliente mientras le estuvieran haciendo una limpieza de cutis, (_Tn) no pudo ver a Joe con la cabeza envuelta en una toalla, la cara embadurnada de una pasta de colores y pedazos de pepino en los ojos.
Pero desde luego podía utilizar la imaginación para imaginárselo así. La venganza era una locura, y no creía en algo tan negativo y tan centrado en los acontecimientos del pasado.
Sin embargo cuando llegó a las salas de tratamientos de belleza, Joe y Giles habían terminado de hacerse la limpieza y estaban sentados el uno junto al otro haciéndose la pedicura.
—Hola, chicos —dijo ella.
La cara que puso Joe se lo dijo todo en cuanto levantó la cabeza. Estaba avergonzado de tener que estar pasando por todo aquello que sin duda le parecía algo de mujeres, pero (_Tn) estuvo segura de que en parte le encantaban todas aquella atenciones.
—¿No es el masaje de pies lo mejor del mundo? — le preguntó ella con alegría.
—¿Sabes?, he descubierto que aquí hay una sala de baño para dos —dijo él—. Esta tarde pienso estar ahí dentro. Contigo.
Como estaba tan enfadado de aquel modo tan adorable, y tan mono con los pies metidos en una cubeta de parafina, ella se acercó a él y lo besó.
—Tienes la piel radiante —le susurró al oído—. De verdad, pareces años más joven.
—Me las pagarás por esto —le susurró él—. Eso lo sabes, ¿no?
Ella le echó una sonrisa enigmática.
—No, pero estoy deseando que llegue.
—¿Qué tal es mi princesa? —preguntó Giles, que parecía mucho más a gusto en el ambiente del balneario que el pobre Joe .
—Bueno... —dijo (_Tn) sin saber qué decirle—. Es agradable, muy agradable. Tiene un estupendo sentido del humor.
—Según lo dices, parece un troll.
—Yo no lo habría puesto tan crudo, chico —dijo Giles—; pero es más o menos lo que he pensado.
—Por supuesto que no es un troll. Es una mujer adorable, y quiero que esta noche os portéis bien los dos. Por favor. Mi trabajo depende de ello.
Para sorpresa suya, Giles le tomó la mano y se la besó.
—Puedes contar conmigo.
¿Cómo había hecho eso? ¿Cómo era posible que un hombre en albornoz y con los pies metidos en bolsas de cera hablara como un caballero blanco?
—No serás un príncipe de verdad, ¿eh? —le preguntó ella.
Él se echó a reír con suavidad.
—No, por Dios. He jugado una vez al polo contra su alteza real. Es lo más cerca que he estado de la realeza —miró a ambos, que lo miraban boquiabierto—. Soy el hijo pequeño, ¿entiendes?
—¿Perdón? —le preguntó (_Tn), que no entendía nada en absoluto.
—Mi hermano mayor heredó el título.
—¿Título? —le preguntó Joe , que por un momento parecía como si todo él fuera a volverse de parafina.
—Mi padre era conde. Es un título heredado, por supuesto.
—¿Entonces te perdiste el título?
—Por unos cuatro años. Me temo que tan sólo tengo el tratamiento de «honorable». La familia sigue teniendo la hacienda, pero es mi hermano el propietario. Yo soy un plebeyo más.
—Nunca me habías contado todo eso —le dijo Joe .
—Nunca ha surgido en la conversación. Además, tan sólo los esnobs intolerables van presumiendo de título y esas cosas. Espero tener un poco más de sentido común.
—Eres perfecto —dijo (_Tn) pensando en su papel de anfitrión, y se inclinó hacia delante para darle también un beso en la mejilla.
—No tanto —dijo Giles con timidez—. Me alegra poder serte útil.
—¿Vas a hacerte un tratamiento? —le preguntó Joe , que miró con gesto esperanzado hacia la entrada de la sala para dos personas.
—No tengo tiempo. Tengo que supervisar unos cuantos detalles, y luego me tengo que arreglar para el ballet. Ah, Giles, Irene me ha pedido que quiere cenar después del ballet. Os he reservado una mesa en el Amuse Bouche.
—Excelente. Me encantará probar el restaurante.
—Entonces hasta luego.
—Iré a buscar a mi cita y nos encontraremos en el bar. ¿Sobre las seis, entonces? —añadió Giles.
—Estupendo —(_Tn) agitó la mano y salió.
Joe observó a (_Tn) saliendo del balneario y pensó que habría echado a correr detrás de ella de no haber tenido los pies metidos en dos bolsas de cera con las que se sentía más ridículo de lo que se había sentido en su vida.
Giles lo miraba con tolerante regocijo, mucho más acostumbrado a todas aquellas cosas de mujeres que él.
—Estoy deseando que llegue esta noche —dijo Giles.
Joe se alegró de poder olvidarse de sus pies.
—¿De verdad? Has ayudado a (_Tn) a salir de un atolladero. Y a mí. Se habría pasado todo el día tratando de encontrar a un hombre de no haber estado tú disponible.
—Se toma su trabajo muy en serio. Eso me gusta de ella.
—Sí, lo hace.
—Y es preciosa, además. Es difícil no apreciar la belleza en una mujer.
—¿De verdad te parece preciosa?
—Preciosa. ¿A ti no? —dijo Giles.
—Sí —dijo Joe —. Claro que sí.
—¿Qué tal va la campaña? —le preguntó Giles.
—¿Campaña?
Giles movió los labios para que las atareadas pedicuras no lo oyeran.
—Para ganártela de nuevo.
¿Qué tal iba? Bueno, el sexo era espectacular. Pero ella se había marchado justo después; y eso ya no le parecía tan espectacular. Había pensado que su plan para el día era un golpe de genialidad, pero ella había adivinado su estratagema y había terminado por dejarlo en ridículo, dejándolo en la zona de pedicura con Giles cuando lo que quería hacer era estar en la zona de tratamientos para dos personas con ella.
—No sé qué decirte —dijo finalmente— He progresado un poco, pero aún me queda un trecho.
—Mmm. Y no demasiado tiempo.
Joe pestañeó. No había pensado en el plan de ganarse de nuevo a (_Tn) de ese modo, pero Giles tenía razón. Después de ese fin de semana, ella no tenía obligación de volver a verlo. Tenía menos de veinticuatro horas para conseguirla; por lo menos para convencerla de que volviera a verlo.
¿Qué diablos estaba haciendo limándose las uñas?
Se soltó los pies de la mujer que tenía delante.
—Lo siento —le dijo—. No tengo tiempo para esto.
—Pero casi he terminado. Sólo me queda un pie.
—De verdad, Joe . Parecerás levemente civilizado.
—Tendré que confiar en que me guardes el secreto —dijo Joe , que salió corriendo para cambiarse.
El móvil de (_Tn) sonó.
—Hola (_Tn), soy Janice.
A (_Tn) se le cayó el alma a los pies. ¿Qué otra cosa podría haber ido mal?
—¿Qué pasa? —dijo con la sonrisa tan segura como su tono de voz.
—El ganador del concurso te está buscando.
—¿Cuál?
—Joe .
—¿Pero si estaba en el balneario?
—Ya no. Me pidió que te pasaras por su suite. Dice que es urgente.
—¿Tienes idea de qué es eso tan urgente? —le preguntó con fastidio.
—No —respondió Janice.
—La verdad es que no tengo tiempo... —empezó (_Tn).
—Lo que quiera el concursante. Esa es tu norma con esta gente, ¿recuerdas?
Janice tenía razón, lo cual sólo consiguió enfadarla más. Joe era una sanguijuela manipuladora, pero no podía hacer nada al respecto.
—Iré enseguida. Gracias, Janice.
Se tomó su tiempo para cepillarse el pelo, lavarse los dientes y ponerse un poco de brillo de labios antes de ir a la suite de Joe . Se dijo que no se estaba arreglando para él. Siempre intentaba tener el mejor aspecto posible delante de los huéspedes.
De nuevo se vio llamando a la puerta de la suite de Joe . La última vez que lo había hecho había sido el día del vestido negro y la ropa interior sexy. Se estremeció sólo de pensar en lo que había pasado la noche anterior, y rápidamente sacudió la cabeza para pensar en otra cosa.
Joe abrió la puerta en ese momento. Seguía con el albornoz y un par de zapatillas del balneario, lo cual quería decir que debajo del albornoz seguía...
Desnudo.
—Ah —dijo ella mientras las imágenes de Joe desnudo se agolpaban en su pensamiento—. Puedo esperar hasta que te vistas.
—No —dijo él—. Pasa.
(_Tn) entró con cuidado. La enorme bañera estaba burbujeando, y en el aire flotaba el aroma de las velas perfumadas que iluminaban el cuadro. Fuera no estaba oscuro, pero Joe había apagado todas las luces de la suite y encendido las velas, de modo que brillaban alrededor de la bañera como si ésta tuviera un halo.
Había hielo en la cubitera, y el champán estaba listo para descorcharse. Así se sentía ella también.
—Se me ocurrió que nos acicaláramos juntos para ir al ballet —dijo él.
—Pero mis cosas están en...
—Están aquí todas. Janice se ocupó de ello por mí.
—¿Janice? Pero... —dejó de hablar.
Les había dejado a todos bien claro que tenían que cumplir cualquier deseo dentro de unos límites. Y, técnicamente, el que le llevaran sus cosas a la suite del ganador no era ilegal. ¿Pero sería razonable?
Ella le echó una mirada a Joe que la observaba como si supiera exactamente lo que ella estaba pensando.
—Recuerda, (_Tn) —le dijo en tono suave—. Todo lo que yo quiera.
Los dos sabían que ella podía agarrar sus cosas y largarse en ese momento... o meterse en la bañera, una de sus debilidades, como Joe bien sabía.
—Vamos, te hará bien. Así te librarás de las tensiones. Te daré incluso un masaje en los hombros, ya que te has perdido la sesión del balneario de esta mañana.
Ella lo miró con expresión de incredulidad.
—¿Me has llamado para que venga a que me des un masaje en los hombros?
Sus ojos se iluminaron con una sonrisa pícara.
—Entre otras cosas.
Entonces se acercó a ella.
—Vamos. He sido bueno y me he pasado parte del día en el salón de pedicura y belleza con Giles. ¿Qué te parece si me das un respiro?
Era bastante difícil discutir con el burbujeo de la bañera llamándola insistentemente; y en ese momento se oyó un leve crujido de la cubitera del champán. Y todo ello unido a que Joe no llevaba nada debajo del albornoz...
Él la besó y sonrió.
—¿Qué?
—Te has lavado los dientes.
—Yo...
—Espero que estuvieras pensando en que ibas a besarme cuando lo hiciste. Tenía tantas ganas de estar a solas contigo que sólo permití que me limaran las uñas de un pie.
(_Tn) fue hasta donde estaban colgados los albornoces y se metió en el baño.
—Eh —dijo Joe —, ¿adónde vas?
—Voy a cambiarme.
—Puedes hacerlo aquí.
—No lo creo —le guiñó un ojo—. El striptease fue anoche.
Era una locura y un peligro jugar así con Joe , le decía una voz en su interior mientras se quitaba la ropa en el cuarto de baño.
Pero no corría peligro. Tal vez eso mismo un par de años atrás le habría resultado inimaginable, pero ella había madurado mucho. Era más dura, más lista y más resuelta.
Se desvistió, se puso el albornoz y se recogió el pelo antes de salir a la habitación. Joe estaba en ese momento descorchando la botella despacio. Sirvió el champán en dos copas y esperó a que ella se acercara a él.
(_Tn) le tendió la mano, pero él negó con la cabeza, sin dejar de mirarla.
—Te la pasaré cuando estés en la bañera —le dijo.
—Bien —(_Tn) se desabrochó el cinturón del albornoz y la prenda cayó al suelo.
—Nunca me canso de mirarte —dijo él mientras la mirada de arriba abajo—. Eres más bella que nunca.
Ella se metió en la bañera despacio, consciente de que sus pezones se ponían duros ante su ardiente mirada. Se hundió en el agua, que estaba precisamente a la temperatura que a ella le gustaba. Las bañeras de hidromasaje eran maravillosas; tan cómodas como estar tumbada en un sofá, pero con las burbujas aliviando la tensión de sus músculos. A todo eso se añadía la ventaja de una impresionante panorámica de Manhattan. La llama de las velas osciló suavemente cuando Joe le pasó el champán.
Él se quitó también el albornoz, y (_Tn) vio que su cuerpo era tan impresionante como lo había sido la noche anterior. Al mirarlo sintió que el deseo se encendía tanto en él como en ella; notó que la recorría de pies a cabeza mientras veía la misma reacción en Joe .
—Es duro ser un hombre —dijo él con una sonrisa en los labios—. Se nos notan los pensamientos.
Cuando Joe se acomodó frente a ella en la bañera, sumergido hasta los hombros, la miró y alzó la copa.
—Por los viejos amigos —dijo (_Tn) antes de que él pudiera decir nada.
—Por los viejos amigos —repitió él con solemnidad—. Y por el nuevo amor.
Ella había dado un sorbo de champán después de decir el brindis, de modo que su comentario añadido al brindis la tomó por sorpresa y se atragantó.
—¿Quién ha dicho nada del amor? —dijo ella con un gemido entrecortado.
—¿Qué pasa con el amor? ¿Acaso había perdido la cabeza?
—Nada. Estoy de acuerdo con el amor. Sólo que no contigo.
—Pero anoche hicimos el amor.
—Hay muchos términos comunes para describir lo que hicimos anoche.
—Uno de ellos, y estoy dispuesto a apostar que es el que utilizas más comúnmente, sería «hacer el amor».
Deslizó los dedos de los pies por la pierna de (_Tn).
Ella hizo como si no se diera cuenta.
—¿Adónde quieres llegar?
—Lo que quiero decir es que entre nosotros hay mucha historia, y tal vez incluso amor.
Ella entrecerró los ojos.
—Antes has dicho «nuevo amor».
Él la miró con seriedad.
—Siento muchas cosas desde que te he vuelto a ver. Me encanta...
Ella lo miró con dureza.
—Me encanta la mujer en la que te has convertido.
—Me encanta cómo preparan el atún en el Nobu —dijo ella.
—Antes no eras tan dura.
—No —dijo ella dando otro sorbo de champán—. No lo era. ¿Ésa es la parte de mi nuevo yo que te encanta?
—A veces.
Él dejó su copa en una oportuna hendidura a un lado de la bañera y se echó hacia delante.
—También me encanta cómo llevas el pelo ahora mismo, y el color.
—Siempre fui rubia, Joe .
—Me refiero a esas mechas o como sea que se llamen las partes más claras.
Maldición, era más observador de lo que ella había pensado.
—Me encantan —repitió Joe —. Resultan muy elegantes —entonces le quitó el pasador del pelo y su cabello cayó en sus manos.
Instantes después, Joe la besaba con pasión.
Sus labios estaban frescos y sabían a champán; pero sólo fue unos segundos, hasta que sus bocas se calentaron la una a la otra. Sus manos se deslizaron por su cuerpo, ya sensible por el agua caliente y burbujeante, de modo que se sentía estimulada por todas partes.
Por norma general no le gustaba practicar el sexo en la bañera. No había sitio suficiente, el agua salpicaba por todas partes y los grifos molestaban. (_Tn) había decidido que el sexo en el agua estaba sobrevalorado.
Pero por supuesto, siendo aquella bañera una instalación del Hush, todo era distinto. Los grifos estaban a los lados para no molestar, y era lo bastante profunda como para que el agua no salpicara donde no debía. Además, como estaba hecha para dos o más personas, había espacio suficiente.
Y también estaban los chorros que le acariciaban a uno todo el cuerpo con suavidad.. Y las manos de Joe , que pasaron a ser parte de las delicias de la bañera y que la acariciaban con un ritmo más firme y distinto al de los chorros de agua.
Ponerse el condón fue un poco difícil, y (_Tn) estuvo a punto de decirle que estaba tomando la píldora. Ella era limpia y cuidadosa, y a no ser que él hubiera cambiado más de lo ella creería posible, también lo era. ¿Pero acaso no quería esa clase de intimidad con él?
Decidió que no deseaba hacerlo sin condón; y seguidamente se lo colocó sobre su miembro mojado. Entonces se echó encima de él, lo besó con pasión y empezó a hacerle el amor.
Hacía tiempo que no relacionaba a Joe con el futuro; pero él seguía siendo el hombre con quien más había disfrutado del sexo.
ElitzJb
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
Pero Por q me dejas asi????? Siguelaaaaa
kenyajonasgrey
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
Por favor sube otro capitulo :(
no puedo creerlo , quiero saber que sigue
no puedo creerlo , quiero saber que sigue
fernanda
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