Princesa de Lila. {Liam Payne} One Shot.

Ella pidió que prendiera las luces.

Yo las prendí. Después, vi su rostro y me estremecí. Ella lloraba, lloraba con fuerza y tristeza. Sus ojos estaban llenos de rabia y de rencor. En ese momento le pregunte “¿Qué hice?” Ella siguió llorando.

Lloraba y lloraba. Fuertemente lloraba.

Me estaba destrozando. Me dolía. Realmente me dolía.

Después de unos segundos guardo silencio. “¿Estás bien?” le pregunte.
No me respondió. No dijo nada. Solo me miro y a los segundos se alejo, se retiro a su habitación.

Y en ese momento ambos no compartíamos la misma habitación. Fue triste. Pero quise seguir intentando. Me acerque hasta la puerta de su habitación, toque tres veces.

La primera vez sentí miedo.

La segunda vez, me arme de valor.

Y la tercera vez, quise darme por vencido.

Pero ella ya había abierto la puerta.

Su cabello acariciaba el puente de su espalda mientras que sus manos con tatuajes acomodaban el cuello de su blusa, sus ojos seguían llenos de infelicidad. O como yo le diría, tristeza.

“¿Puedo pasar?” le pregunte.

“No” –dijo mientras que me miraba a los ojos, ese par de perlas me volvían loco.

“¿Por qué no puedo? Solo quiero hablar contigo.” Justifique mientras que sentía como mi corazón subía y bajaba, la sangre no era mi mejor amiga en esa tarde.

“¿Sabes lo que yo quiero?, ¿Lo sabes? Si es así, dímelo ahora. Necesito saber lo que sabes de mí, lo que quieres de mi y lo que necesitas de mi” Espeto el amor de mi vida, si, ella era el amor de mi vida. El único hasta este entonces. “Liam, sinceramente yo… yo no sé qué sucede entre nosotros, yo… ya no deseo seguir” Susurraba mientras yo me moría. Me estaba rompiendo.

¿Pero porque me pedía eso? ¿Por qué dudaba de mi amor? ¿Qué le hacía hacerlo? ¡Yo estaba ahí! ¡Yo estaba ahí con ella! ¡Yo quería sacarla de aquella tormenta! ¡Quería sanar su corazón!

Pero ella simplemente ya no deseaba seguir en la carrera.

Quería dejarme.

Yo solo quería amarla.

“¿Por qué? ¿Por qué quieres eso? ¿Qué te he hecho? ¿Qué necesitas? ¿Qué es lo que deseas? ¿Qué quieres de mí? ¡Puedo arreglarlo! ¡Puedo darte lo que tú quieres! Solo pídemelo, yo te lo concederé.”

Ella bajo su rostro y oculto su mirada. No podía deleitarme de sus magníficos ojos color perla, en ese instante me percate de que ya no pasaría. No más.

Acomodo su cabello y miro sus pies descalzos. Se sentó en el suelo y comenzó a contar sus heridas, sus tatuajes y sus lunares.

Mi bella princesa estaba perdiéndose. No puedo describir que era exactamente lo que le sucedía.
Solo sé que se estaba yendo, me estaba dejando, se estaba perdiendo.

Mis lágrimas comenzaron a acariciar mis mejillas bajando hasta la mitad de mi cuello. Me senté en el suelo junto a ella, quise tomar sus manos. Recibí un golpe en mis muñecas, ella quería estar sola. Pero sinceramente, yo deseaba perderme junto a ella.

Pero al parecer, ella ya se había perdido.

“Princesa…” Llame su atención por unos segundos, después ella limpio sus lagrimas y acaricio mi brazo, especialmente mis tatuajes.

“Son tan bonitos… los extrañare… pero no tanto como a ti” No comprendía del todo sus palabras, estaba confundido. No quería saber el significado, pero sabía que me estaba comenzando a doler. Ella, cansada, se levanto del suelo y me miro. No dijo nada y salió descalza del apartamento, la seguí. ¡Juro que lo hice! ¡La seguí con rapidez!

Pero solo pude observar como corría por las calles con sus ojos cerrados.

Después comprendí.

Al verla con sus ojos cerrados, y su cabello lila completamente artificial cayendo hasta su espalda, su par de pantalones ajustados y su camiseta con hoyuelos, lo comprendí. Lo entendí todo. Ella no es de nadie, ella no era para mí.

Ella tenía que volar.

Y no exactamente como las alocadas noches de fiestas salvajes donde consumía éxtasis. No, no me refiero a eso, ni cuando hacíamos el amor en la cama de mis padres, tampoco hablo de eso. Ni cuando la acompañe a hacerse su tatuaje número ocho, yo hablo de las noches de luna llena cuando ponía su disco favorito y cerraba los ojos tomando fuertemente de mi mano. Hablo de las veces que me decía su ansiedad por conocer lugares perdidos o por visitar cualquier ciudad. De eso estoy hablando, de su amor por la vida, de su amor por la soledad.

Eso no tiene comparación conmigo.

Ella merece mucho más que yo.

Dejo de correr y se sentó en el pavimento, prendió un cigarrillo y me miro a lo lejos. Ya no lloraba. Yo tampoco lloraba. Después de todo, lo había comprendido.

Mi preciosa princesa tenía que volar y eso significaba que yo tenía que dejarla esparcir sus alas.

“Lo siento” Dijo cuando me senté a su lado, yo asentí.

“No te disculpes por algo que ambos sabíamos que tarde o temprano pasaría” Le dije y ella me miro confundida. “No mientas, te conozco preciosa” Ella rio y piso su cigarrillo.

“No soy preciosa. Soy muy diferente a las demás chicas con quienes habías salido, no tengo la mejor figura, ni las mejores vestimentas, mi cabello es lila, tengo más tatuajes que exámenes aprobados, solía drogarme y tengo una obsesión por el sexo, ¿A eso consideras preciosidad?” Me pregunto.

“¿Cuándo entenderás que yo aprendí a ver el alma desde hace mucho tiempo?” Mi princesa se estremeció y dejo de mirarme, yo quise seguir hablando. Después de todo sería nuestra despedida. “Eres preciosa, eres perfecta. Quizá no fuiste hecha para mí, pero… eres la mejor chica con quien he salido, yo me enamore de ti. Me enamore de alguien completamente diferente a mis expectativas de chica perfecta ¿Entiendes lo asombroso que es eso para mí? ¡Tú pasaste mis límites! ¡Me enamore de alguien diferente! ¡Me enamore de ti! De mi bella princesa rebelde, de mi canción favorita, de mi beso inolvidable. Me enamore de ti, y lo entiendo. Entiendo que quieres irte, lo tuyo no es estar con alguien. Lo entiendo. Pero, necesito que me digas algo…” Hacia todo lo posible para no llorar. Quería lucir fuerte con ella, pero sabía que ella era más fuerte que yo. Su corazón era de acero.

“¿Qué quieres saber?” Pregunta ella.

“¿Fui bueno? ¿Fui diferente para ti?” Le pregunte, y ella… ella… simplemente tomo mi rostro y beso mis labios. Fue un beso corto, un beso extraño.

“Fuiste lo mejor de mi vida. ¿Me explico? Te amo Liam, pero eres demasiado para mí. Yo… necesito vagar por ahí, necesito liberarme. Y si algún día vuelvo y pido por ti, por favor... ignórame. No me esperes, esperar a alguien es lo peor que puedes hacer".

“De acuerdo, no te esperare” Le miento y ella me sonríe. “Te amo” Susurro, bajando mi rostro.


Una ráfaga de viento nos visita, ambos observamos la puesta de sol.

Podría decir que fue el mejor momento de mi vida. Pero no me gusta el masoquismo. Solo quiero dejar en claro que aun la sigo esperando. Aunque ella piense que es lo peor que puedo hacer. Yo aun sigo creyendo en los milagros.

Sigo creyendo que mi princesa rebelde de cabello lila vuelva con un par de tatuajes mas. Una vaga sonrisa y un “Te amo” en sus labios para mí.

Aunque algo dentro de mí, sabe que no volverá.

Pero prefiero seguir esperando por ella, por mi princesa de lila.