Six Dreams |One Direction & Justin Bieber & Tú| Capítulo 2!

Miré el reloj que colgaba de la pared. Eran las nueve y media y mamá aún no había vuelto. Y como por arte de magia, la puerta se abrió, dejándola ver.

-¿Aún estáis despiertos? - preguntó mientras cerraba la puerta.

-Te estábamos esperando... - respondí, pero Austin cambió de tema rápidamente.

-Mamá, mañana van a venir unos amigos a casa - bufé -, son nuevos.

-Claro - nuestra madre sonrió, le encantaba que hiciéramos amigos -, pero es hora de que estáis en la cama, y no aquí viendo la televisión.

-Vale...

Nos levantamos y cada uno se fue a su habitación. Me puse el pijama y me metí en mi enorme cama, decorada con un millón de almohadas y una gran colcha violeta. Abracé a Rapsy, mi pequeño gato naranja y cerré los ojos.

En unos segundos ya podía notar como todo se volvía más oscuro hasta caer dormida.


El maldito despertador no dejaba de sonar. Que alguien lo apague, mierda! Abrí los ojos enfadada y alcé el brazo para apagarlo. Nada, no llegaba. Y a duras penas me levanté de la cama para desenchufar la horrible máquina.

-Despierta, Cassie.

Me giré hacia la puerta de mi habitación, donde estaba mi madre mirándome sonriente, como hacía siempre. Me puse la mano derecha en la frente y noté que estaba ardiendo.

-¿Te encuentras bien, hija?

-Me duele la cabeza.

-Quédate en la cama hoy.

-Pero tengo que ir a trabajar.

-Le diré a tu hermano que avise en el Starbucks de que enferma. Mañana, si te encuentras bien, te dejo ir.

-Pero...

-Pero nada, quédate en la cama viendo películas hoy. Te traigo algo algo de comer y listo, tienes para todo el día.

-Gracias, mamá.

Ella sonrió y despareció por la puerta. Escuché que hablaba con mi hermano y luego él me gritaba un "Qué te recuperes" antes de irse de casa. No me hacía mucha gracia eso de perderme un día de trabajo, pero no creo que a mi jefa - que por cierto también es mi amiga - le importe mucho. Ah, se me olvidaba. Mi jefa es Jesy Nelson. La puerta se abrió y mi madre entró con una taza de leche y un paquete entero de galletas.

-Yo te dejo esto aquí y me voy ya.

-¿Hasta cuando trabajas hoy?

-Salgo a las cinco, pero he quedado con el tío Doug - el tío Doug era su hermano mayor -. Aunque tu hermano vendrá a la hora de comer, no te preocupes.

-Vale, adiós mamá.

-Adiós mi amor.

Y diez segundos después, ya estaba sola. Me quité la manta de encima, estamos en Abril y de día hace demasiado calor. Puse a Rapsy sobre mí y cogí el mando de la televisión. Pasé por todos los canales buscando algo entretenido, hasta que vi que estaban echando "Love Actually" en uno de ellos. Lo paré ahí, adoro esa película.

Me pasé las horas viendo películas y series, desde Love Actually hasta Dos hombres y medio. Ni siquiera comí, seguí con las galletas. Hasta que sentí que alguien se metía en casa. Austin había llegado.

-Ya he vuelto, hermanita! - gritó - Estaré en mi habitación cambiándome.

-Vale! - le grité de vuelta.

Apagué la televisión y decidí estirar las piernas, iba a engordar en un solo día como siguiera así. Cogí la taza ya vacía y el papel de las galletas y caminé hacia la cocina para tirarlo. No había nadie que me pudiera escuchar, así que empecé a tararear una canción. Siempre me había dado verguenza que la gente me escuchara, pero si no había nadie, me comportaba como una auténtica estrella.

Yo, my best friend, best friend til the very end
Cause best friends, best friends don’t have to pretend
You need a hand, and i’m right there right beside you
You in the dark, i’ll be the bright light to guide you...

Dejé la taza en el lavabo y me giré. Casi se me sale el corazón al ver que había dos personas mirándome atentamente desde el sofá. Reconocí a la chica, era Rose Styles. Y el que estaba junto a ella debía ser Harry. Podía sentir la sangre recorrer toda mi cara, poniéndome roja. No sabía que decir. ¿Hacía como si nada o corría hacia mi habitación? Me habían visto en pijama y cantando una de mis canciones... no me importaría morirme en este momento.

-Hola... - intenté no balbucear.

-Hola Cassidy - me saludó alegremente y con una bonita sonrisa Rose. Le sonreí de vuelta, pero creo que en vez de eso, puse una mueca. El chico de su lado se levantó y se dirigió decidido hacia mí. Cogió mi mano y la estrechó.

-Yo soy Harry.

Parecía tan formal y serio, que no me imaginaba que al segundo siguiente estuviera sonriendo. Y creo que esa sonrisa era algo coqueta.

-Nos ha invitado Austin, pero no sabía que tenía una hermana tan guapa.

Me encogí de hombros y sonreí algo antipática y esta vez sí, corrí a mi habitación. Abrí mi armario de par en par y saqué ropa en montones. Tenía que vestirme rápidamente. Cogí mi chaqueta de cuero que reposaba en el respaldo de la silla y mis sandalias con tacón negras y los llevé al salón. Los dejé en uno de los sofás y me senté. Justo en ese momento apareció Austin.

-¿Ya te encuentras mejor, Cassie? - preguntó mi hermano.

-Eh, sí - en verdad me encontraba mejor desde hace un buen rato.

-Se me olvidaba. Chicos, esta es mi hermana melliza Cassidy. Cassie, ellos son...

-Rose y Harry - le interrumpí -. Lo sé. ¿Y qué vais a hacer esta noche? Mamá vendrá tarde.

-¿Eso quiere decir fiesta? - preguntó Harry levantado las cejas. Antes de que nadie dijera nada, me levanté del sofá y lo negué.

-Nada de irse de fiestas. Mamá se enfadaría mucho y sería el colmo.

-Pero Cassidy... - se intentó quejar Austin.

-Pero nada. Mamá siempre me deja al cargo y esta vez no será la excepción. No os iréis de fiesta, o al menos tú no, Austin.

-Vamos, no seas aguafiestas Cassie - dijo riendo Harry. Caminé hacia la cocina y abrí la nevera, pero cuando oí que me llamaba "Cassie", me giré rápidamente y lo miré de forma asesina.

-He dicho que no, y es que no.

Pero eso no se iba a quedar así. Conocía la sonrisa de Harry, la había visto muchas veces. Y si él no conseguía lo que quería, se iba a poner como un niño caprichoso. No, no iba a parar hasta conseguir sacarme de casa para ir a una fiesta...