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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Entrenamiento [Larry / HOT]
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
Página 1 de 1. • Comparte
Entrenamiento [Larry / HOT]
* Titulo: Entretenamiento [Larry / HOT]
* Autor: Yo, Luc.
* Adaptación: Nop.
* Género: HOT & Romance
* Contenido: HOT & Romance.
* Advertencias: Me encantaría que me dijeras si te gusto, gracias.
* Otras páginas: Sip, una de ziam payne.
···································································································
Entrenamiento [Oneshot Larry]
{Por Harry}
El sonido de pito marcó el inicio del entrenamiento del día.
Después de realizar el calentamiento, comenzaron a mover el balón con sus pies en ida y venida. Yo me mantuve sentado en la banca un instante. Observando la práctica…
¡O que mentira realmente! ¡Observándolo a él!
Justo manejaba el balón en ese momento confundiendo y vacilando a los demás, era el jugador estrella de nuestro equipo, y la verdad es que por mucho mantenía la admiración de todos.
A mí me causaba curiosidad. Mucha curiosidad, y más de un tiempo en adelante.
-¡Goooool!… - Gritó él para sí mismo, mientras buscaba “algo” con la mirada. Y cuando al final pareció encontrarlo, se acercó trotando y me dijo - Te lo dedico.
Yo solamente le sonreí mientras él se alejaba de regreso al juego.
La primera vez que lo hizo me sorprendió mas su gesto, ahora simplemente ya él lo hacía para recordarme que era. ¿Especial para él? ¿Su mejor amigo?
Por eso es que este chico me causaba tan enfrenadle curiosidad. Es decir. ¿Era normal que un chico le dedicase a otro chico sus goles?, ¿qué comprase tarjetas al celular solo para responderte? ¿que demostrase que te admira en todo momento?, ¿qué se ofrezca a enseñarte a jugar fútbol su mayor habilidad, con una paciencia inconmensurable y que además te ayude de palanca para entrar en su equipo?
Definitivamente me apreciaba, pero ese aprecio me confundía.
Y no en mala manera. ¡Para nada! ¿Cómo podría ver eso de mala manera?, al contrario, lo veía, mejor de lo que cualquier aprecio común veía. Es decir, lo veía más grande y más, hermoso que, los gestos de cariños entre… amigos.
¿Será que realmente él me ve como amigo? ¿O como algo más?
¡Esa era realmente la pregunta que me rompía el coco desde hacía ya tiempo y que me hacía verlo una y otra vez! Esto no me cuadraba para nada. Louis, era y sigue siendo una persona muy amable y atenta para con los demás, educado, pacífico, juguetón, tranquilo pero ¡Conmigo es más aun! ¿Por qué?
La idea, o mejor dicho, la fantasía de que lejanamente yo pudiese gustarle me rondan de vez en cuando la cabeza y debo admitirlo, no me desagrada para nada.
De hecho, fue él mismo quien ante tanto gesto de cariño me ha hecho considerarla y despertado estos, pensamientos en mí pero, nada tiene sentido.
Él ha tenido novias, yo las he conocido, charlamos, pasamos el tiempo y todo con la normalidad de dos panas pero ¿por qué tanto cariño?
¿Estará tan necesitado de un mejor amigo de verdad? ¿O es algo más?
- ¡Hey Harold!. ¡Anímate!. Ven a jugar… -
Su voz me saca de mis pensamientos. Una vez más me había quedado embelesado y en seguida me levanto y corro hacia el campo. Entrenaré un rato con él. Me mira con esa sonrisa creída y retadora con que siempre me ve cuando comenzamos a jugar. Y que a mi definitivamente me está comenzando a encantar.
- Quítamela… - Me dice refiriéndose a la pelota entre sus pies, la cual ubico con la mirada.
También sonrío y me acerco rápido metiendo mi pie por acá y por allá tratando de robarle el balón. Pero la habilidad con los pies de este tipo es demasiado alta, y con un sencillo movimiento echa el balón hacia atrás, confundiéndome por completo y alejándola de mi alcance.
Como un niño grande que alza un juguete y otro niño enano salta sin poderlo alcanzar.
Así de inútil me siento, pero no sé por qué razón. Que lo haga él, me fascina.
- Quítamela, Quítamela… - me lo repite dándome ánimo.
Y mi mente morbosa como siempre, empieza a imaginar que se refiriese a su virginidad en lugar de a su pelota. A veces me reprendo ante tanto mal pensamiento. Seguro yo malinterpretaba todo.
¡Como Siempre!
Finalmente y tras mucho rato logro quitarle el balón. Me doy media vuelta y rápidamente voy corriendo hasta la arquería donde extrañamente no logra alcanzarme y tras un chuteo no muy bueno logro hacer pasar el balón entre los dos barrotes.
- ¡Gol! – Digo para mi mismo sin mucha emoción, sin embargo el venía más contento.
- ¡Bien! – Me felicitó chocándome y estrechándome la mano con fuerza.
¿Eran ideas mías o él siempre aprovechaba cualquier excusa para tocarme como diese lugar?
Me estaba volviendo loco, definitivamente.
De cualquier forma mi mente no pudo callarse por más que la reprendiera en lo que siguió de entrenamiento. Menos cuando el sudor fue tanto, que los chicos comenzaron a quitarse la camisa… pero mis ojos no se posaban en todos ellos sino específicamente. En “mi mejor amiguito”.
Jamás había imaginado lo tremendamente insinuante que se veía un uniforme de fútbol. Es decir, ¡Capaz y ni lo era! Pero en este momento, era más estimulante que cualquier otro traje.
Es increíble como aquel short pequeño, pegado y a mi parecer sin mucho estilo, ahora le remarcaba tan hermosamente la redondez de sus glúteos y a su vez, mostraba unas piernas fuertes, poco vellosas. ¡Hermosas! Y además, sudado y ¿Semi desnudo? Eso era demasiado para mi mente.
- ¡Hey Hazza! ¿A dónde vas?
- Eh…
A pesar de que me gusta mucho ser honesto. La verdad es que hay un lado que no muchos conocen de mí. ¡Y es precisamente ese lado pólvora mío que me hace prender de nada! Mejor ni que lo conozcan.
- Estoy cansado… creo que ha sido suficiente por hoy.
- ¡Ah bueno! Espérame un momento, meto este gol y nos vamos los dos, ¿vale?
- Ah pero… ¿tú no quieres seguir jugando? ¡Yo no quiero apurarte!
- Naah… sin ti esto es aburrido. – Dice guiñándome un ojo. - ¡Mira este gol va para ti!
Dice sin más devolviéndose al campo y obligándome con ese gesto tan bello a esperarlo.
¡Es injusto! ¡Es injusto!
¡Yo antes ni le veía con esos ojos y ahora, técnicamente, me obliga!
Después de que hubiese metido su gol y como me había prometido, busco su maleta y vino trotando hasta donde yo estaba, donde después de dedicarme un “listo”, nos movimos hacia los vestuarios y “la ducha”. Digo la ducha, en singular, siendo textuales. Muchos de los chicos se iban sin bañarse debido a que no les gustaba esperar… de hecho la mayoría. Simplemente se cambiaban en el vestuario, se iban y se duchaban en sus casas, pero para nosotros si era costumbre hacerlo siempre. Solo que yo solía hacerlo primero y luego de ducharme era que le avisaba a Louis que me iba. Pero esta vez había sido, y sería diferente.
- Has estado mejorando… - Me dijo mientras sacaba su ropa para ponerse luego de la ducha de su maleta.
- Gracias… - Le comento yo mientras me siento, me quito la camisa y el short.
- Creo que para dentro de dos meses, podrás ganarle a la mitad del equipo.
- ¡Ohh no, tampoco exageres! Si he jugado algo mejor, es porque tú me has enseñado.
- Bueno, pero te seguiré enseñando e igual mejorarás ¿para qué estamos los amigos?
No debió hacer esa pregunta mientras se bajaba la ropa interior. Desvié la mirada.
- Está bien. Gracias - Le dije mientras yo también me quitaba la ropa interior, pero en seguida me cubría con mi toalla. Y luego sin decir más nada me metí en la ducha.
Guindé la toalla en la puerta de la ducha luego de cerrarla y suspiré. Yo aún no me acostumbraba a esa idea de desnudarme frente a nadie más, así fuesen de mi mismo sexo. Y aunque, al otro lado de mi le gustaba, también me hacía sentir nervioso. Apenas me mojé el cabello cuando una vez más me volví a sobresaltar en nervios, cuando sentí y escuché como la puerta de la ducha se abría y Louis me miraba con toda la naturalidad del mundo.
- ¿Te molesta? La ducha es grande y es para irnos más rápido.
- Ehh… eh… - Me puse tartamudo.
¿Era normal que hiciera esto?
- Pe… pero si entra alguien y…
- Baahhh, tenemos prisa, y solo nosotros nos bañamos. – Dijo Louis metiéndose despreocupado en la ducha conmigo y guindando su toalla también. – Además - Dijo mientras cerraba la puerta y yo constataba de que de verdad la ducha no es tan grande como él decía. - Tú y yo podemos ser los T.A.T.U. hombres… ¿no crees?
Yo me voltee, traumatizado. Ahora mis nervios no eran para nada normales, no solo por el hecho de que alguien nos viera, sino porque, estaba encerrado en una ducha, con él, y ambos desnudos. ¡Iba a pasar lo inevitable! ¡Y él lo iba a notar!
Justo ante ese pensamiento noté como la sangre comenzaba a llenar el músculo de mi hombría en mi zona baja, sentí vergüenza aunque Louis a mis espaldas no pudiese notar nada.
¡A mis espaldas!
Voltee de súbito también igual nervioso, por un momento me pareció que él quien se mojaba el cabello la cara y dejaba que el agua cayese en su cuerpo de papito rico lo había notado, pero no. De hecho, fui yo quien noté que él, también estaba “despierto”.
Louis soltó un suspiro, al parecer de “relajo” por el agua. Yo tenía cualquier tipo de sensación en mi cabeza menos relajado.
- ¿Qué pasó Hazza? ¿Te ocupo toda la ducha? – En ese instante se hizo a un lado. – Ven báñate, no te has mojado nada.
Yo, a paso lento y aun no muy confiado, me moví y ya que el agua de la ducha cayó en mi volví a darle la espalda a Louis por vergüenza, además que si seguía viéndolo, sería mucho más difícil.
…Su mano se posó en mi hombro.
- Tienes que estregarte - Dijo echándome agua y regándome en el hombro.
Mi tensión llegó al máximo, ya no pude mas y en un intento por recuperar mi calma, vine y le dije a modo de broma.
- ¡Lo que nos falta es besarnos! –
Luego me arrepentí de eso, pero se lo dije sin pensarlo demasiado. Me sentía atacado y ese, fue un mecanismo de defensa. Él primero me miró extrañado, pero luego, se rió. Tierno como siempre.
- Si quieres me besas– Dijo jugando mientras me echaba agua.
Yo también me reí, pero lo dejé así.
Me di de nuevo media vuelta y deje que el agua me mojase el cuerpo.
Cuando volví a sentir su mano en mi hombro, y entonces de golpe esta vez me voltee, y lo besé.
Mordí suavemente sus labios mojados, mientras lo colocaba contra la pared de aquella ducha estrecha. Saboreando su boca y esos labios mojados, que al cabo de unos instantes dejaron de ser solo los labios para unírseles también las lenguas a aquel baile sensual. Él me estaba correspondiendo.
Mi mano se posó en su pierna resbaladiza por el agua y subió abusadora por ella a un lado y luego hacia delante, teniendo un destino final bastante… particular.
Louis separó el beso sonriéndome como siempre.
- Si quieres, lo besas también… -
Yo le devolví la sonrisa, como solía hacerlo y luego de eso, me transforme en el lado oscuro que se escondía dentro de mí, con un solo movimiento de mi mano, dejé descubierta la hombría de mi amigo por completa corriéndole el escroto, para luego bajar hasta quedar al nivel de ella y visualizarla con detalle. Era grande, muy grande y algo gruesa.
Sentí la mano de Louis posarse en mi cabello y sin ganas de hacerlo esperar más, lo adentré en mi boca, comenzando a succionar.
Sus gemidos no se hicieron esperar pegado contra la pared, pero a la vez animándome a continuar con su mano en mi rostro. Él lo estaba disfrutando mucho, pero yo lo estaba disfrutando más.
Ese sonido de su voz, no tenía comparación. Y el agua de la ducha sobre nosotros era relajante.
- Oh… Harry… -
- ¿Más cariño?
Esos gestos me hacían tenerle más cariño a mi amiguito, a quien seguí atendiendo sin escrúpulo alguno. Pasé mi lengua y saboreé cada milímetro de aquel miembro, pero haciendo especial énfasis en el glande hinchado y excitado de Lou. De hecho, en ese momento que hice ese remarque, Louis pareció volverse loco tomando y halando mis cabellos con fuerza.
- ¡Mierda! ¡Harry!
Yo sabía lo que eso significaba, pero igual no me iba a detener.
El más intenso y prolongado de los gemidos de Louis se pudo haber escuchado por todo el vestuario, solo luego y poco a poco pudo volver a normalizar su respiración y los espasmos en su cuerpo. Yo me levanté de aquella posición y terminé de limpiar mis labios con el agua que me caía de la ducha.
Él me miraba con un gesto extraño en la cara.
¿De extrañeza? ¿Sorpresa?
Pero definitivamente una buena sorpresa.
Yo le volví a sonreír a tiempo que le hacía una pequeña petición.
- Voltéate. -
Él, sin hacerse mucho de rogar se dio media vuelta. Y me dejó penetrarlo lentamente.
Estaba difícil, así que tomé algo del jabón con el que había entrado a la ducha y lo restregué en su entrada y en mi hombría. Luego de eso, fue un trabajo muy sencillo, aunque algo doloroso, sobre todo para él.
- ¡Joder!
- Si te duele mucho, dime y me detengo.
Era solo mi modo de devolverle tanta gratitud.
- No, no… sigue, sigue.
Moví mis caderas contra las de él. Insertándome en su cuerpo. Se sentía demasiado bien ese calor, y ese apretujón. Además que tomarle de los glúteos de aquella forma como ahora lo hacía, era una fantasía que jamás creí se cumpliría. Sus redondos, lisos y hermosos glúteos.
Besé su espalda mientras lo hacía mío, y finalmente me acosté sobre él, cuando sentí que mi hombría estallaba de placer dentro de él.
Solté mi orgasmo dentro de sí con mi líquido, y en su oído, con mi voz en un gemido y susurro entrecortado.
- …Gol… -
Nos mantuvimos un instante más así. Abrazados. Él de espaldas a mí contra la pared y yo con mi cabeza apoyada a su espalda mojada, aún dentro de él. Solo luego me hice a un lado y le permití voltearse cuando mi respiración se hubiese regularizado.
Él se volteo y volvió a sonreírme. Yo también le sonreí, mientras me perdía en sus hermosos ojos azules.
Y luego de nuevo, en lo inevitable: un beso, suave y tranquilo.
Cuando salimos de la ducha él muy amable se ofreció a secarme. Y luego yo hice lo mismo con él. Nos vestimos y salimos del vestuario, como siempre solíamos salir, hablando de la práctica nomás.
La verdad, es que aun estoy con el mismo rompe coco en la cabeza, solo que de un modo diferente.
Nosotros no hemos cambiado mucho en nuestra forma de tratarnos, en nuestra forma de ser, pero, ¿somos amigos o que somos nosotros ah?
Seguimos jugando, seguimos charlando, él me sigue enseñando sus técnicas en fútbol y dedicándome sus goles, luego de la práctica, vamos a las duchas donde entramos juntos y hacemos el amor. Y, seguimos siendo, amigos. Aunque creo que amigos con derecho.
Bueno, supongo que no soy el único que tiene algún amigo así. Pero que sabrosa, amistad teníamos.
······································································································
Espero que las haya gustado.
-Luc.
* Autor: Yo, Luc.
* Adaptación: Nop.
* Género: HOT & Romance
* Contenido: HOT & Romance.
* Advertencias: Me encantaría que me dijeras si te gusto, gracias.
* Otras páginas: Sip, una de ziam payne.
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Entrenamiento [Oneshot Larry]
{Por Harry}
El sonido de pito marcó el inicio del entrenamiento del día.
Después de realizar el calentamiento, comenzaron a mover el balón con sus pies en ida y venida. Yo me mantuve sentado en la banca un instante. Observando la práctica…
¡O que mentira realmente! ¡Observándolo a él!
Justo manejaba el balón en ese momento confundiendo y vacilando a los demás, era el jugador estrella de nuestro equipo, y la verdad es que por mucho mantenía la admiración de todos.
A mí me causaba curiosidad. Mucha curiosidad, y más de un tiempo en adelante.
-¡Goooool!… - Gritó él para sí mismo, mientras buscaba “algo” con la mirada. Y cuando al final pareció encontrarlo, se acercó trotando y me dijo - Te lo dedico.
Yo solamente le sonreí mientras él se alejaba de regreso al juego.
La primera vez que lo hizo me sorprendió mas su gesto, ahora simplemente ya él lo hacía para recordarme que era. ¿Especial para él? ¿Su mejor amigo?
Por eso es que este chico me causaba tan enfrenadle curiosidad. Es decir. ¿Era normal que un chico le dedicase a otro chico sus goles?, ¿qué comprase tarjetas al celular solo para responderte? ¿que demostrase que te admira en todo momento?, ¿qué se ofrezca a enseñarte a jugar fútbol su mayor habilidad, con una paciencia inconmensurable y que además te ayude de palanca para entrar en su equipo?
Definitivamente me apreciaba, pero ese aprecio me confundía.
Y no en mala manera. ¡Para nada! ¿Cómo podría ver eso de mala manera?, al contrario, lo veía, mejor de lo que cualquier aprecio común veía. Es decir, lo veía más grande y más, hermoso que, los gestos de cariños entre… amigos.
¿Será que realmente él me ve como amigo? ¿O como algo más?
¡Esa era realmente la pregunta que me rompía el coco desde hacía ya tiempo y que me hacía verlo una y otra vez! Esto no me cuadraba para nada. Louis, era y sigue siendo una persona muy amable y atenta para con los demás, educado, pacífico, juguetón, tranquilo pero ¡Conmigo es más aun! ¿Por qué?
La idea, o mejor dicho, la fantasía de que lejanamente yo pudiese gustarle me rondan de vez en cuando la cabeza y debo admitirlo, no me desagrada para nada.
De hecho, fue él mismo quien ante tanto gesto de cariño me ha hecho considerarla y despertado estos, pensamientos en mí pero, nada tiene sentido.
Él ha tenido novias, yo las he conocido, charlamos, pasamos el tiempo y todo con la normalidad de dos panas pero ¿por qué tanto cariño?
¿Estará tan necesitado de un mejor amigo de verdad? ¿O es algo más?
- ¡Hey Harold!. ¡Anímate!. Ven a jugar… -
Su voz me saca de mis pensamientos. Una vez más me había quedado embelesado y en seguida me levanto y corro hacia el campo. Entrenaré un rato con él. Me mira con esa sonrisa creída y retadora con que siempre me ve cuando comenzamos a jugar. Y que a mi definitivamente me está comenzando a encantar.
- Quítamela… - Me dice refiriéndose a la pelota entre sus pies, la cual ubico con la mirada.
También sonrío y me acerco rápido metiendo mi pie por acá y por allá tratando de robarle el balón. Pero la habilidad con los pies de este tipo es demasiado alta, y con un sencillo movimiento echa el balón hacia atrás, confundiéndome por completo y alejándola de mi alcance.
Como un niño grande que alza un juguete y otro niño enano salta sin poderlo alcanzar.
Así de inútil me siento, pero no sé por qué razón. Que lo haga él, me fascina.
- Quítamela, Quítamela… - me lo repite dándome ánimo.
Y mi mente morbosa como siempre, empieza a imaginar que se refiriese a su virginidad en lugar de a su pelota. A veces me reprendo ante tanto mal pensamiento. Seguro yo malinterpretaba todo.
¡Como Siempre!
Finalmente y tras mucho rato logro quitarle el balón. Me doy media vuelta y rápidamente voy corriendo hasta la arquería donde extrañamente no logra alcanzarme y tras un chuteo no muy bueno logro hacer pasar el balón entre los dos barrotes.
- ¡Gol! – Digo para mi mismo sin mucha emoción, sin embargo el venía más contento.
- ¡Bien! – Me felicitó chocándome y estrechándome la mano con fuerza.
¿Eran ideas mías o él siempre aprovechaba cualquier excusa para tocarme como diese lugar?
Me estaba volviendo loco, definitivamente.
De cualquier forma mi mente no pudo callarse por más que la reprendiera en lo que siguió de entrenamiento. Menos cuando el sudor fue tanto, que los chicos comenzaron a quitarse la camisa… pero mis ojos no se posaban en todos ellos sino específicamente. En “mi mejor amiguito”.
Jamás había imaginado lo tremendamente insinuante que se veía un uniforme de fútbol. Es decir, ¡Capaz y ni lo era! Pero en este momento, era más estimulante que cualquier otro traje.
Es increíble como aquel short pequeño, pegado y a mi parecer sin mucho estilo, ahora le remarcaba tan hermosamente la redondez de sus glúteos y a su vez, mostraba unas piernas fuertes, poco vellosas. ¡Hermosas! Y además, sudado y ¿Semi desnudo? Eso era demasiado para mi mente.
- ¡Hey Hazza! ¿A dónde vas?
- Eh…
A pesar de que me gusta mucho ser honesto. La verdad es que hay un lado que no muchos conocen de mí. ¡Y es precisamente ese lado pólvora mío que me hace prender de nada! Mejor ni que lo conozcan.
- Estoy cansado… creo que ha sido suficiente por hoy.
- ¡Ah bueno! Espérame un momento, meto este gol y nos vamos los dos, ¿vale?
- Ah pero… ¿tú no quieres seguir jugando? ¡Yo no quiero apurarte!
- Naah… sin ti esto es aburrido. – Dice guiñándome un ojo. - ¡Mira este gol va para ti!
Dice sin más devolviéndose al campo y obligándome con ese gesto tan bello a esperarlo.
¡Es injusto! ¡Es injusto!
¡Yo antes ni le veía con esos ojos y ahora, técnicamente, me obliga!
Después de que hubiese metido su gol y como me había prometido, busco su maleta y vino trotando hasta donde yo estaba, donde después de dedicarme un “listo”, nos movimos hacia los vestuarios y “la ducha”. Digo la ducha, en singular, siendo textuales. Muchos de los chicos se iban sin bañarse debido a que no les gustaba esperar… de hecho la mayoría. Simplemente se cambiaban en el vestuario, se iban y se duchaban en sus casas, pero para nosotros si era costumbre hacerlo siempre. Solo que yo solía hacerlo primero y luego de ducharme era que le avisaba a Louis que me iba. Pero esta vez había sido, y sería diferente.
- Has estado mejorando… - Me dijo mientras sacaba su ropa para ponerse luego de la ducha de su maleta.
- Gracias… - Le comento yo mientras me siento, me quito la camisa y el short.
- Creo que para dentro de dos meses, podrás ganarle a la mitad del equipo.
- ¡Ohh no, tampoco exageres! Si he jugado algo mejor, es porque tú me has enseñado.
- Bueno, pero te seguiré enseñando e igual mejorarás ¿para qué estamos los amigos?
No debió hacer esa pregunta mientras se bajaba la ropa interior. Desvié la mirada.
- Está bien. Gracias - Le dije mientras yo también me quitaba la ropa interior, pero en seguida me cubría con mi toalla. Y luego sin decir más nada me metí en la ducha.
Guindé la toalla en la puerta de la ducha luego de cerrarla y suspiré. Yo aún no me acostumbraba a esa idea de desnudarme frente a nadie más, así fuesen de mi mismo sexo. Y aunque, al otro lado de mi le gustaba, también me hacía sentir nervioso. Apenas me mojé el cabello cuando una vez más me volví a sobresaltar en nervios, cuando sentí y escuché como la puerta de la ducha se abría y Louis me miraba con toda la naturalidad del mundo.
- ¿Te molesta? La ducha es grande y es para irnos más rápido.
- Ehh… eh… - Me puse tartamudo.
¿Era normal que hiciera esto?
- Pe… pero si entra alguien y…
- Baahhh, tenemos prisa, y solo nosotros nos bañamos. – Dijo Louis metiéndose despreocupado en la ducha conmigo y guindando su toalla también. – Además - Dijo mientras cerraba la puerta y yo constataba de que de verdad la ducha no es tan grande como él decía. - Tú y yo podemos ser los T.A.T.U. hombres… ¿no crees?
Yo me voltee, traumatizado. Ahora mis nervios no eran para nada normales, no solo por el hecho de que alguien nos viera, sino porque, estaba encerrado en una ducha, con él, y ambos desnudos. ¡Iba a pasar lo inevitable! ¡Y él lo iba a notar!
Justo ante ese pensamiento noté como la sangre comenzaba a llenar el músculo de mi hombría en mi zona baja, sentí vergüenza aunque Louis a mis espaldas no pudiese notar nada.
¡A mis espaldas!
Voltee de súbito también igual nervioso, por un momento me pareció que él quien se mojaba el cabello la cara y dejaba que el agua cayese en su cuerpo de papito rico lo había notado, pero no. De hecho, fui yo quien noté que él, también estaba “despierto”.
Louis soltó un suspiro, al parecer de “relajo” por el agua. Yo tenía cualquier tipo de sensación en mi cabeza menos relajado.
- ¿Qué pasó Hazza? ¿Te ocupo toda la ducha? – En ese instante se hizo a un lado. – Ven báñate, no te has mojado nada.
Yo, a paso lento y aun no muy confiado, me moví y ya que el agua de la ducha cayó en mi volví a darle la espalda a Louis por vergüenza, además que si seguía viéndolo, sería mucho más difícil.
…Su mano se posó en mi hombro.
- Tienes que estregarte - Dijo echándome agua y regándome en el hombro.
Mi tensión llegó al máximo, ya no pude mas y en un intento por recuperar mi calma, vine y le dije a modo de broma.
- ¡Lo que nos falta es besarnos! –
Luego me arrepentí de eso, pero se lo dije sin pensarlo demasiado. Me sentía atacado y ese, fue un mecanismo de defensa. Él primero me miró extrañado, pero luego, se rió. Tierno como siempre.
- Si quieres me besas– Dijo jugando mientras me echaba agua.
Yo también me reí, pero lo dejé así.
Me di de nuevo media vuelta y deje que el agua me mojase el cuerpo.
Cuando volví a sentir su mano en mi hombro, y entonces de golpe esta vez me voltee, y lo besé.
Mordí suavemente sus labios mojados, mientras lo colocaba contra la pared de aquella ducha estrecha. Saboreando su boca y esos labios mojados, que al cabo de unos instantes dejaron de ser solo los labios para unírseles también las lenguas a aquel baile sensual. Él me estaba correspondiendo.
Mi mano se posó en su pierna resbaladiza por el agua y subió abusadora por ella a un lado y luego hacia delante, teniendo un destino final bastante… particular.
Louis separó el beso sonriéndome como siempre.
- Si quieres, lo besas también… -
Yo le devolví la sonrisa, como solía hacerlo y luego de eso, me transforme en el lado oscuro que se escondía dentro de mí, con un solo movimiento de mi mano, dejé descubierta la hombría de mi amigo por completa corriéndole el escroto, para luego bajar hasta quedar al nivel de ella y visualizarla con detalle. Era grande, muy grande y algo gruesa.
Sentí la mano de Louis posarse en mi cabello y sin ganas de hacerlo esperar más, lo adentré en mi boca, comenzando a succionar.
Sus gemidos no se hicieron esperar pegado contra la pared, pero a la vez animándome a continuar con su mano en mi rostro. Él lo estaba disfrutando mucho, pero yo lo estaba disfrutando más.
Ese sonido de su voz, no tenía comparación. Y el agua de la ducha sobre nosotros era relajante.
- Oh… Harry… -
- ¿Más cariño?
Esos gestos me hacían tenerle más cariño a mi amiguito, a quien seguí atendiendo sin escrúpulo alguno. Pasé mi lengua y saboreé cada milímetro de aquel miembro, pero haciendo especial énfasis en el glande hinchado y excitado de Lou. De hecho, en ese momento que hice ese remarque, Louis pareció volverse loco tomando y halando mis cabellos con fuerza.
- ¡Mierda! ¡Harry!
Yo sabía lo que eso significaba, pero igual no me iba a detener.
El más intenso y prolongado de los gemidos de Louis se pudo haber escuchado por todo el vestuario, solo luego y poco a poco pudo volver a normalizar su respiración y los espasmos en su cuerpo. Yo me levanté de aquella posición y terminé de limpiar mis labios con el agua que me caía de la ducha.
Él me miraba con un gesto extraño en la cara.
¿De extrañeza? ¿Sorpresa?
Pero definitivamente una buena sorpresa.
Yo le volví a sonreír a tiempo que le hacía una pequeña petición.
- Voltéate. -
Él, sin hacerse mucho de rogar se dio media vuelta. Y me dejó penetrarlo lentamente.
Estaba difícil, así que tomé algo del jabón con el que había entrado a la ducha y lo restregué en su entrada y en mi hombría. Luego de eso, fue un trabajo muy sencillo, aunque algo doloroso, sobre todo para él.
- ¡Joder!
- Si te duele mucho, dime y me detengo.
Era solo mi modo de devolverle tanta gratitud.
- No, no… sigue, sigue.
Moví mis caderas contra las de él. Insertándome en su cuerpo. Se sentía demasiado bien ese calor, y ese apretujón. Además que tomarle de los glúteos de aquella forma como ahora lo hacía, era una fantasía que jamás creí se cumpliría. Sus redondos, lisos y hermosos glúteos.
Besé su espalda mientras lo hacía mío, y finalmente me acosté sobre él, cuando sentí que mi hombría estallaba de placer dentro de él.
Solté mi orgasmo dentro de sí con mi líquido, y en su oído, con mi voz en un gemido y susurro entrecortado.
- …Gol… -
Nos mantuvimos un instante más así. Abrazados. Él de espaldas a mí contra la pared y yo con mi cabeza apoyada a su espalda mojada, aún dentro de él. Solo luego me hice a un lado y le permití voltearse cuando mi respiración se hubiese regularizado.
Él se volteo y volvió a sonreírme. Yo también le sonreí, mientras me perdía en sus hermosos ojos azules.
Y luego de nuevo, en lo inevitable: un beso, suave y tranquilo.
Cuando salimos de la ducha él muy amable se ofreció a secarme. Y luego yo hice lo mismo con él. Nos vestimos y salimos del vestuario, como siempre solíamos salir, hablando de la práctica nomás.
La verdad, es que aun estoy con el mismo rompe coco en la cabeza, solo que de un modo diferente.
Nosotros no hemos cambiado mucho en nuestra forma de tratarnos, en nuestra forma de ser, pero, ¿somos amigos o que somos nosotros ah?
Seguimos jugando, seguimos charlando, él me sigue enseñando sus técnicas en fútbol y dedicándome sus goles, luego de la práctica, vamos a las duchas donde entramos juntos y hacemos el amor. Y, seguimos siendo, amigos. Aunque creo que amigos con derecho.
Bueno, supongo que no soy el único que tiene algún amigo así. Pero que sabrosa, amistad teníamos.
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Espero que las haya gustado.
-Luc.
sister.kevin.unicorn.luvy
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