Black Dream ||Niall Horan||

Maldito colegio. Como odiaba tener que asistir todos los días a ese lugar repleto de adolescentes revolucionados, de profesores malhumorados y demás gente amargada. Me deprimía, simplemente, el hecho de ir al colegio me hacia rabiar y deprimir.
-¡Roxie! ¿Estás lista? Vas a llegar tarde al colegio, ¡muévete! –me gritó mi madre desde abajo, yo terminé de peinarme y bajé corriendo, con la mochila colgada en el hombro. Al bajar me coloque bien la falda del maldito uniforme. Sí, todo era maldito ese día.
-Ya estoy mamá. –dije recogiendo mi almuerzo de encima de la mesa y guardándola con torpeza en mi mochila.
-Muy bien, venga ve. Que tu hermano se cansa de esperarte. –le sonreí y salí corriendo de la casa, viendo a mi hermano, Andrew, sentado en su moto negra y mirándome con mala cara.
-Siempre igual. Tardas tanto en arreglarte, que ya creí que te habías matado por el camino. –dijo con un deje de tono burlón y cínico. Le fulminé con la mirada.
-Yo también te quiero, Drew. –conteste poniéndome mi casco azul cielo y sentándome detrás de él.
Arrancó y nos dirigimos hacia el instituto. Mis amigas seguramente me estarían esperando allí y los suyos también. Aunque con la diferencia de que mis amigas eran cuatro y sus amigos, tropecientos.
Él era un chico muy popular en el colegio, y no precisamente por sus calificaciones. Aunque ciertamente, no era estúpido, sino todo lo contrario. Era el tipo de chico, perfecto. Él y sus amigos lo eran: jugadores de fútbol, guapos, sexy’s, populares e intocables.
En cambio, yo no era nadie dentro de la pequeña sociedad de aquel instituto, y tampoco me importaba. Mis amigas y yo, éramos chicas ni populares ni nerds. Chicas normales y corrientes.
Y al llegar como me supuse de antemano, estaban la pandilla de los populares y tres de mis amigas, no había llegado aún.
-Hasta luego, Roxx. –le dije adiós con la mano a Drew y me diriguí a mis amigas, pasando de largo sin mirar a los amigos de mi hermano.
-Creídos. –me reí ante el comentario de mi amiga, Novalee.
-Engreídos. –murmuró Jennifer, otra de mis amigas.
-Guapos… -babeó Abigail, una más del grupo.
Todas nos reímos al comentario y escuchamos una voz, muy conocida cerca, preguntando que era tan gracioso. Idoia había llegado, completando el cuarteto.
Entramos al colegio, entre risas y charlas, fuimos a dejar libros en nuestras respectivas taquillas y nos quedamos hablando un rato, hasta que cada una fue a su clase. Novalee y yo teníamos Castellano a primera hora.
Entramos al aula y nos sentamos a mitad de la clase. Justo detrás de nosotros unos amigos de Andrew, uno de los dos era Harry Styles, uno de los pocos en nuestro curso. Sus mejores amigos eran Louis, Harry, Zayn y Liam, y solo Louis y Harry iban a nuestro curso, los demás nos llevaban uno por encima.
La clase comenzó cuando la profesora entró. Era una mujer joven, despampanante y terriblemente atractiva. Sangre latina, era la señorita Gómez y toda ella era como un monumento fatídico para las chicas de clase. Ya que absolutamente todos babeaban por ella.
Aunque, la excepción a la regla acababa de tocar la puerta y un chico rubio, Niall Horan, entraba por la puerta, casis in atreverse y sin mirar a la profesora. Se sentó como un rayo cuando ella le dio permiso y escuché a Louis y al otro chico popular, -un repetidor- Dereck.
-Ese chico, cada día es más raro. Es un completo idiota. –dijo en tono despectivo Harry, rodé los ojos aunque noté una profunda rabia y me centre en la profesora. Pero Novalee, que igual había oído y no podía resistirlo, se giró a fulminar con la mirada a Harry y a Dereck, que reían como desquiciados.
-Mejor callaos, que no os ha hecho nada. Idiotas sin cerebro. –les espeto ella, sin cortarse un pelo. Ellos la miraron de arriba abajo, y vi un destello en sus ojos. Novalee era simplemente hermosa.
-Como quieras, muñeca. –le contestó Harry, guiñándole un ojo.
-No me llames muñeca. Imbécil. –le contestó con frialdad ella, volviéndose a girar para atender a la explicación de la exuberante señorita Gómez.
Escuché las risas de los chicos y el bufido de mi amiga. Suspiré en voz baja y observe a Niall.
Como siempre se sentaba solo, solamente mirando el papel, nunca miraba a nadie, solamente la vista en su mesa, y jamás hablaba con alguien. Siempre me había llamado la atención. Era distinto, diferente a los demás.
Sonó el timbre, treintaicinco minutos después. Novalee y yo nos separamos y yo me fui a mi siguiente clase, sin ninguna de mis amigas, Inglés. La próxima tampoco la compartía con ninguna de ellas, tenía Física y Química. A la cual, también asistía Niall.
-Buenos días clase. –saludó el señor Edwards, al entrar por la puerta del aula y mirándonos desde detrás de su escritorio. Nosotros le saludamos igual, con más desgana, y él comenzó a hablar, diciendo que a partir de ese momento ese curso lo íbamos a hacer con un compañero, obviamente escogido por el.
Mi corazón dio un brinco esperanzado, ¿y si me tocaba con él? Solamente deseaba que nos hubiera repartido por apellidos. Horan y Garrett estaban muy cerca.
-Es totalmente imparcial, les emparejé según sus apellidos. -¡bingo! Ahora solo rezaba porque nadie se hubiera interpuesto.
-Roxanne Garrett y Niall Horan. Mesa cuatro. –no pude evitar sonreír fugazmente mientras me iba a sentar rápidamente en uno de los taburetes de la mesa cuatro. Niall se sentó junto a mi, aunque no me miró.
-Hola. –le saludé alegremente, él me dirigió una rápida mirada antes de centrarse de nuevo en la mesa.
-Hola. –susurro débilmente el, como si no me estuviera hablando a mi, si no a la mesa, y esta, le diera miedo.
Fruncí el entrecejo, pero no dije nada. Pasamos las dos horas de esa clase escuchando al profesor, antes de recoger nuestras cosas e ir a almorzar.
Busqué con la mirada a mis amigas, una vez que tuve la comida en la bandeja. Las encontré hablando sobre algo en una de las mesas junto a la pared. Me acerque a ella sonriendo.
-Hola, chicas. –dije sentándome junto a Abigail. Una mesa delante, estaba Niall, colocando su comida por orden de altura. Una rara manía. Y como siempre, solo.
-Hola, Roxxie. –me saludaron ellas, continuando con su charla, yo no me enteraba de nada, ya que tenía la mirada fija en los ojos de Niall, los cuales los tenía completamente ocupados en su comida, y no los levantaba por nada, ni siquiera cuando Louis Tomnilson le preguntó si podía coger una silla, la cual cogió sin el permiso del chico.
-Hey, Roxx. ¿A quien miras? –me preguntó Idoia, al verme en mi propio mundo, absorta a su conversación.
-¿Eh? No, yo no, nada… -farfullé bajando la vista, Jenny se giró y vio a Niall. Me lanzo una mirada picara.
-Así que mirando Niall Horan, ¿eh? No está nada mal el chico, no. –las demás se echaron a reír y yo las fulminé con la mirada.
-Ya, no os riais de mi. No tiene gracia. –les dije ligeramente molesta, lo que provocó más risas de su parte.
Pero a mi no me gustaba Niall, solamente, me atraía… Quizás, no estaba demasiado segura de ello, pero era cierto que algunas veces, había fantaseado con llegar a salir con él, a lo mejor era solamente el hecho de que me parecía muy guapo y misterioso, pero no podía dejar de pensar en sus esquivos y profundos ojos azules.