La Chica De La Clase De Química|Zayn Malik y Tú|

Recapitulemos: “Salí corriendo y saltando por los bellos jardines de la escuela y me encontré a Liam y Cyn devorándose –literalmente- a besos…”


Decidí pasar a molestarlos un rato, sino quizá que terminarían haciendo.
Me acerqué lentamente a ellos, con una sonrisa maliciosa pegada al rostro y una caja de jugo de naranja en las manos, estaba tan cerca que casi oía los gritos desenfrenados de la pareja hacia mi persona, la caja estaba encima de sus cabezas, pero alguien me empujó hacia atrás, haciendo que el jugo cayese encima de un gatito que pasaba por ahí. Al sentir el gruñido del gato la pareja se separó rápidamente, mientras yo seguía sentada en el piso, donde había caído luego del empujón; haciendo un par de berrinches.
-¡Oh rayos!- grité cruzándome de brazos, miré hacia atrás encontrándome con el causante de las fallas de mi fantástico plan, Zayn- ¿tenías que llegar?- pregunté bromeando
-No dejaría que llenaras de jugo a mi amigo-contestó mirándome desafiante
Sacudí la caja sin que el trío lo notara, dándome cuenta de que aún quedaba de ese preciado líquido color naranja; me acerqué más al chico moreno que me quitaba los suspiros, lo miré y le derramé el jugo en la cabeza
-Bueno, nunca dijiste nada sobre ti- le saqué la lengua y me dediqué a correr mientras Zayn me miraba enojado y se unía a la “maratón”
-Eres una diablilla- sonrió
Me atajó por detrás, abrazándome a él, logrando que el jugo se traspasara hasta mi ropa, ambos nos reíamos como trastornados mientras que nuestros amigos sólo nos miraban y sonreían.
-lo sabía, ustedes son tal para cual- comentó Liam
Al escuchar eso pude sentir mis mejillas ruborizarse, por lo que inmediatamente bajé mi cabeza y me puse a jugar con mis dedos.
-Puede ser- contestó Zayn- aunque no lo sé- agregó nervioso.
Listo, eso hizo bajar mi autoestima de cien a uno en menos de diez segundos, ahora me sentía una basura; me solté rápidamente del abrazo, me despedí con la mano mientras tomaba mi bolso y me aparté lo más rápido que pude de ahí, eso me había dolido y demasiado.
Rápidamente mi vista empezó a nublarse, las lágrimas caían y claramente estaban arruinando mi leve maquillaje. Seis palabras habían vuelto de mi gran día, un asco. Al parecer el cielo estaba tan triste como yo, ya que en su estado gris y nublado las gotas de lluvia no demoraron en hacerse presentes.
Caminé hasta llegar a un aislado parque que adornaba el monopolio de Londres, abrí mis brazos, dejando que la lluvia me abrazara. Recordé cada momento desde que nací, sin duda mi vida había sido una mierda y cuando pensé que todo cambiaría; llega él a arruinar la estabilidad que recién había comenzado a retomar. Luego de meses de rehabilitación, luego de miles de cortes y sobre todo, luego de miles de decepciones; estaba volviendo a caer.
Se estaba haciendo tarde, tomé un taxi y luego de diez minutos de trayecto llegué a mi casa, pagué y seguí el protocolo común de bajarse de un taxi.
Entre a mi casa y estaba sola; para variar. Abrí el refrigerador, tomé un jugo de manzanas junto a un paquete de galletas con chips de chocolate, cerré y subí hasta mi habitación.
Encendí el televisor y comencé a hacer zapping, entre eso encontré mis dibujos animados favoritos “Bob esponja”, me quedé viéndolos. Sin duda las locuras y estupideces de Bob y Patricio me alegraban el día.
Estaba cansada así que apenas terminaron, tomé mi pijama y entré a la ducha; me despojé de mi ropa, la cual aún tenía olor a naranjas, y dejé que es lluvia artificial se llevara todo lo malo.
Luego de quince minutos de estar en la ducha, me decidí a salir, me vestí dentro del baño y empecé a inspeccionarlo, encontrando así a ese pedazo de espejo roto que me hizo tanto mal, lo miré, tratando de encontrar una razón de por qué no hacerlo nuevamente, miré mis muñecas, luego de un mes de mi último corte, estaban limpias y ya no me avergonzaba mostrarlas.
Caminé hasta él, estaba segura de que me arrepentiría luego pero en este momento, lo necesitaba.