Beautiful Disaster

Mi despertador sonó e hice un gran esfuerzo al sacar uno de mis brazos de abajo de las sabanas para frenar su irritante sonido. Mis ojos tardaron unos largos segundos en abrirse y cuando por fin pude abrirlos, me levanté lo más rápido posible para no volver a dormirme. Cambié mi pijama por unos jeans y una remera musculosa rosa. Amaba el clima de California. Me peiné, puse maquillaje en mi rostro y baje a desayunar. Clarita me había hecho un delicioso desayuno como siempre, y amaba empezar mis días teniendo una cálida conversación con ella. Era una de las personas que más quería en este mundo y de las pocas en quien confiaba. En realidad, confió más en ella que en mi propia familia. A veces creo que me gustaría mudarme con Clarita, allí me sentiría mejor. Cuando estuve lista me dirigí al colegio.

Al rato de entrar me crucé con Megan y Kate. Ambas están histéricas porque pronto tenemos un partido de football que tendremos que animar. En parte tienen razón, ya que estamos bastante atrasadas con la rutina, pero lo que tenemos está yendo bien.

Luego de la primera hora de clases, me dirigí al baño durante el recreo. Al entrar allí mi vista chocó contra la imagen de Sol. Ella estaba cepillando su pelo mientras se miraba al espejo. Yo simplemente la ignoré y me dirigí al espejo para retocar mi maquillaje.

-Siempre me gusto ese labial-dijo y yo la fulminé con la mirada. Cómo se atrevía a hablarme?Cómo podía hablarme como si nada pasará? Yo no podía ignorarlo.

-Como todo lo que tengo.-

-No es así.-

-Los hechos demuestran lo contrario.-

-Si me dejaras explicarte sabrías como son las cosas.-

-Encima me pedís que te escuche?-comencé a gritar.-Yo no lo puedo creer! Cómo queres que escuche a una persona que me mintió durante todo este tiempo?-

-No es así, yo no te mentí durante todo este tiempo.-

-Ah, no me mentiste.-ella negó con su cabeza.-Ay por favor! Estabas con Nick, que sabias que me encantaba, que moría por estar con él y nunca me dijiste nada! Claro, eso no es mentir.-

-Con eso si te mentí  pero con el resto no. Y tampoco quise mentirte, las cosas simplemente se dieron así. Yo..no queria lastimarte.-

-Pero lo hiciste! Me lastimaste. Vos y Nick, ambos me traicionaron. Se divirtieron riéndose de mi no?-

-Sabes que no fue así.-

-No, no lo sé. Me usaste todo este tiempo para seguir siendo popular, cierto?-

-Ay estas diciendo cualquier cosa! Somos amigas desde mucho antes que toda esta estupidez de la popularidad comience. Me conoces! Sabes que no soy así!-

-No, nunca fuimos amigas! Cómo podes considerarte la amiga de alguien a quien traicionaste!? Y parece que no te conozco  porque nunca me espere eso de vos. Vos eras mi amiga, eras...-mi voz se quebró mientras intentaba contener las lágrimas.- eras mi hermana, sabias todo de mi, eras como mi mitad, pero no dudaste en meterte con Nick. Nick! Sabias que quería estar con él desde hace mucho tiempo, yo...yo eso no lo puedo perdonar. Ni siquiera alguna vez me dijiste que te gustaba, simplemente te metiste en el medio de él y mio como si nada!-

-De qué me estas tratando!?-Dijo con la voz quebrada también. De repente dos chicas ingresaron al baño y ambas las miramos.-Váyanse! No se dan cuenta que estamos hablando!?-les gritó Sol. Ellas nos miraron impactadas y se fueron sin decir una palabra.-Está bien, yo actué mal, nunca te dije nada! Pero qué querías que hiciera? Que te dijera, no mira Gaby no estés con Nick porque me gusta a mi? No! No podía decírtelo!-

-Hubiese sido mejor a que me entere a través de otra persona! Si me hubieses querido tanto como alguna vez dijiste hubieses tenido el valor de enfrentarme y contarme lo que te pasaba!-

-Y si vos también me hubieses querido tanto no me hubieses sacado de las animadoras! Sabes que es lo que más me gusta y me echaste!-

-Ah sos una caradura! Ahora vos te enojas? Vos fuiste la que te equivocaste! Vos me traicionaste! Que querías que hiciera? Que haga como si nada hubiese pasado y finja estar feliz al lado tuyo armando una coreografía ? No, yo no soy falsa! Además no fue una decisión mía, fue una decisión del equipo.-

-Pero vos tampoco hiciste nada para que cambien de opinión!-

-Claro, porque vos pensaste en mi un montón cuando te besabas con Nick, no? Sabes que? Yo fui la tonta, por no ver como se reían en mi cara! Nick fingía querer estar conmigo mientras se besaba con vos, por qué? Porque le convenía! Capitán de football con la capitana de las animadoras, triunfo asegurado. Vos me hacías la historia de la mejor amiga para poder tener un puesto importante en las animadoras. Y yo..yo me creí todo!-

-No es así-mientras algunas lágrimas se le escapaban. Falsas lágrimas, por supuesto.-Estas pensando cualquier cosa.-

-Y qué queres que piense? Si de repente viene alguien y me dice que mi mejor amiga esta saliendo con el chico con el que yo estaba por salir. En ese momento me di cuenta de tantas cosas! Claro, todas esas supuestas peleas que tenían. Era todo una farsa para que yo no me de cuenta. Pero sabes qué? Les salió mal el plan, me di cuenta de las personas que tenia al lado, tarde..pero me di cuenta. No quiero escucharte ni verte nunca más en mi vida!-le grité con furia. Ella se quedó solo un momento allí, parada, mirándome  antes de irse cerrando de un portazo la puerta del baño. Yo, al segundo que ella se marchó, rompí en llanto. Sabia que podría entrar cualquiera y no queria que me viera en este estado pero realmente necesitaba soltar todo lo que tenia adentro mio, todo el dolor que sentia. Habia perdido a mi supuesta mejor amiga, a la persona que me acompaño en casi cada momento de mi vida, que me conocia como nadie. Ella era de las personas más importantes para mi, quien me daba felicidad, y la habia perdido. Pero yo no podía perdonar esto. No me podía olvidar que me habia traicionado con Nick, que ambos se habian reido de mi y me habian usado.

El timbre habia sonado hacia unos minutos, asi que ni bien me recompuse, lavé mi rostro, y retoque mi maquillaje. Si no me mirabas de cerca y yo fingia una sonrisa lo suficientemente creible, nadie lo notaria. De todas formas, estaba segura que el rumor ya se habia corrido por toda la escuela. Que buena suerte la mia. Mientras iba caminando hacia el salón, trate de recordar con la mente que materia tenia. Historia. Genial, me tocaba con Sol y Nick. Bueno, y tambien con Joseph.

Cuando ingresé al aula, senti todas las miradas clavadas en mi y temí que mi voz sonara tan quebrada como en el baño cuando le hable al profesor.

-Lo siento, yo...no me sentía bien.-el profesor suspiró, renegando.

-Siéntese y abra su libro en el capitulo 5, señorita Lyrminton.-Yo me dirigí hacia mi asiento, con la mirada clavada en el piso.

-Estas bien?-me preguntó mi compañero de banco. Yo lo miré. Él, justo él, no podía ser el que se estuviera preocupando por mi.-No, claro que no estas bien.-

-Tan mal finjo?-

-No, pero tus ojos no mienten.-

-Sácame de acá, por favor.-le pedí sin pensar lo que estaba diciendo. Realmente le estaba pidiendo que nos escapemos de la escuela juntos? Qué rayos me pasaba? Sí, estaba mal por todo lo que pasó con Sol, pero...escarparme con Joseph Jonas? Eso no estaba en mis planes, nunca había pensado que esa idea podría pasar por mi mente, pero en este momento parecía lo único que se sentía bien. Cuando estaba mal por lo de mi padre, irme lejos con él fue lo único que me calmo. No entendía como él podía ser la persona que me calme y al mismo tiempo la persona que más me inquieta cuando lo tengo cerca. Todo lo que hacia con él se sentía tan incorrecto pero, al mismo tiempo, lo único correcto para ese instante. Joseph no contestó a mi petición.

Cuando la hora terminó, yo junte todas mis cosas y cuando me iba a dirigir a la puerta, él me frenó.

-Espera.-

-Qué pasa?-

-Quieres irte o no?-Yo dudé, pero cuando lo miré a los ojos supe cual era la respuesta.

-Sí, si quiero.-

-Entonces seguime.-Él emprendió su camino y yo lo seguí unos pasos detrás. Ambos nos dirigíamos hasta el estacionamiento, pero no fue hasta que sonó el timbre y todos volvieron a entrar al aula que me acerqué a él.

-No sé hacer esto. Yo..nunca me escape.-

-Lo supuse. Solo confía en mi.-yo lo miré fijo a los ojos.

-Confío en vos. No sé por qué, pero lo hago.- Su boca se curvó en una sonrisa, en una verdadera, no como la que fingía yo luego de la pelea con Sol. Me asombré al escucharme decir que confiaba en él. Yo no estaba dispuesta a confiar en nadie más luego de lo de Sol y de Nick, pero Joseph me inspiraba confianza. No sé como pasó esto. No sé como pasó de ser el chico raro al que odiaba, al ser el chico en quien confío y me da tranquilidad. Esto estaba mal, lo sabia, pero no me importaba.

De repente, él tomó mi mano entre la suya y me hizo sentir segura mientras me arrastraba corriendo hacia su moto. Él la arrancó y rápidamente nos encontrábamos fuera del colegio. Me pregunto para qué le pagan al portero si en vez de controlar, está durmiendo. Si hubiese sabido que esto era tan fácil, quizás lo hubiera hecho antes.

Paramos en un café y pedimos dos latte. Cuando nos dieron nuestro pedido, nos sentamos en una mesa allí.

-Se siente raro la primera vez, cierto?-me preguntó.

-No lo sé, yo...solo quería irme de allí.-

-Y por qué?-

-Me encontré con Sol en el baño y tuvimos una pelea bastante fuerte. Yo no quería estar allí para que todos me estén observando a ver si iba a llorar o no. No quería que me vieran destrozada. Ellos no me pueden ver así.-

-Por qué no? Sos humana, cierto? Todos tenemos nuestros momentos de debilidad, y todos los mostramos de diferentes maneras.-

-Pero nadie me puede ver estando mal. Yo tengo que vender la imagen de chica perfecta que esta siempre feliz. Nunca voy a poder demostrar mis verdaderos sentimientos con ellos.-

-Y por qué conmigo si?-

-Porque vos hace rato rompiste con esa capa de chica perfecta, vos...vos sabes cuan frágil soy. En cambio para la mayoría de las personas yo siempre estoy feliz, nunca me pasa nada y nunca me va a pasar. Y yo necesito gritar, necesito llorar, necesito sacarme el nudo que siento en la garganta de la angustia que tengo.-

-Entonces llora. Lo único que te pido es que no grites porque nos van a echar del lugar y no quiero.-Yo solté una pequeña risa, al mismo tiempo que una lágrima caía por mi rostro. Rápidamente miré hacia otro lado pero él tomó mi rostro obligándome a verlo- Llora si es lo que necesitas para desahogarte, pero no te lo guardes adentro.-Yo lo miré y rompí en llanto, como si solo necesitara eso para hacerlo, como si solo necesitara saber que alguien estaría ahí para limpiar mis lágrimas. Y así lo hizo. Limpió cada una de mis lágrimas, mientras acariciaba mi mejilla. Cómo una persona puede ser tan dulce y tan dura al mismo tiempo? O quizás este era el real Joseph, el que se encargaba de cuidar de mi como si fuera alguien importante en su vida.

Luego de un rato de solamente llorar, mientras que mi mirada no se apartaba de la suya, hable.

-Lo siento. Seguramente piensas en cosas más divertidas para hacer cuando escapas del colegio, no estar al lado de una chica que llora por problemas totalmente absurdos para vos.-

-Estoy en donde tengo que estar, así que no te preocupes.-

-Gracias. No sé por qué siempre terminas siendo la persona que escucha mis problemas.-

-No me tenes que agradecer.-

-Hoy ensayemos. Necesito poner mi cabeza en otro lado.-

-Esta bien. En el mismo lugar.-

-Hasta que consigamos uno mejor, en el que no tengamos que entrar a escondidas.-Luego de un rato, Joseph me llevo hasta mi casa. Obviamente llegué antes de la hora en la que salgo del colegio, lo que me llevo a un interrogatorio por parte de Clarita. Era gracioso que mis padres ni siquiera lo noten, pero ella si. Le dije que un profesor había faltado y nos habían permitido irnos. No me creyó  lo sabia, pero tampoco quiso preguntarme más. Ella sabia que cuando yo este lista se lo iba a contar.

A la tarde me acosté a dormir. No quería pensar. No quería recordar la pelea con Sol, recordar a Nick, y tampoco pensar en Joseph. Me levanté con un humor totalmente renovado, sintiéndome mucho mejor. Me bañé, me puse ropa cómoda  armé mi bolso con las cosas necesarias y me marché hacia el ensayo con Joseph. Mis padres no estaban en casa y Clarita no me exigió que le diga a donde me iba, por lo que no tuve que poner ninguna tonta excusa.

Cuando llegué a la escuela de danza, divisé a Joseph sentado sobre su moto, mirando hacia el lado contrario del que yo estaba, por lo que me acerqué lentamente en silencio.

-Hola!-le grité cuando estaba cerca de él. Joseph dio un pequeño salto, parándose de su moto y yo solté una carcajada. Él volteó a verme.

-Muy graciosa! Parece que tu humor mejoró.-

-Sí, y ahora con esto más.-dije aún riendo.-Lo siento, era mi turno de asustarte.-

-Solo por hoy te lo perdono. Ahora dejemos de hablar y entremos.-Ambos nos dirigimos a la ventana por la que entramos la vez pasada y cuando ambos ya estábamos adentro, Joseph prendió las luces.

-Definitivamente tenemos que conseguir otro lugar para ensayar. No me gusta entrar como una delincuente a un lugar para bailar.-

-Bueno, pero por ahora tenemos esto. Si en algún momento conseguimos otro lugar ensayaremos en otro lugar, pero ahora tenemos que usar esto, te guste o no.-

-Lo sé.-Yo me senté en el piso e iba a cambiarme mis zapatillas por las de danza, pero él me frenó.

-Será mejor que te dejes tus zapatillas.-

-Por?-

-Hoy es mi turno de enseñarte. La vez pasada vos me enseñaste lo que vos sabes, hoy me toca a mi enseñarte lo mio.-Estiró su mano para que me levante del piso y yo la tomé. Así él comenzó a enseñarme diferente pasos. Era tan raro porque nunca hubiese pensado que Joseph me estaría enseñando algo. En realidad, nunca hubiese pensado que iba a entablar una conversación con él. Todo había cambiado tanto este ultimo tiempo. Ya ni siquiera sabia qué estaba bien, qué era lo correcto y qué no. En un momento, estaba haciendo un paso en el que él me hacia girar, pero yo tropecé y caí al piso, obligandolo a Joseph a caer encima mio. Por un instante ninguno de los dos se movió, hasta que él puso una de sus manos sobre mi mejilla. Todo lo que estaba alrededor nuestro dejo de existir, eramos solo él y yo, nada más. Era como si nuestras miradas unidas fueran un mundo aparte. Y entonces pasó. La poca distancia entre nosotros se acortó. Joseph posó sus labios sobre los míos y sentí como si todo estallara. Mis manos se cruzaron detrás de su cuello mientras nos besábamos  Todo se sentía tan estúpidamente perfecto en ese preciso instante. Mi mente solo estaba llena de él. Ningún problema, ninguna duda, solo él y yo y mi sentimiento en ese momento. Era como si todo estuviera en el justo lugar en donde debería estar. Me sentía viva, después de tanto tiempo, sentía que algo era real en mi vida, no una gran farsa. Realmente me estaba sintiendo feliz, como si nada más importara, como si no existiera nada más. Me sentía tan relajada, como si estuviera volando.

Joseph separó sus labios de los míos y nuestras miradas se volvieron a cruzar. No podía descifrar su mirada, pero sus ojos nunca los había visto como en ese momento. Estaban...especiales. Yo sentí un calor en mis mejillas.

-Podrías correrte de encima mio?-dije tratando de salir del estado en el que estaba. Él no dijo nada. Simplemente se paró y yo lo seguí.

-Yo...-

-Nada, será mejor que me lleves a mi casa. Creo que el ensayo puede seguir otro día.-Él asintió y luego de agarrar nuestras cosas, ambos salimos del lugar y nos dirigimos a mi casa. Por qué dije eso? Yo en realidad le quería decir que ese beso fue el más real que tuve en mi vida, que me sentí como nueva, pero en vez de eso solo quería irme corriendo. Esto no estaba bien. Es decir, se sentía tan insoportablemente bien que estaba mal. Esto no debía ocurrir. Él y yo...no podía pasar. Pero que hacia ahora con todo lo que había sentido con tan solo un simple beso? Ese era el problema. No era un simple beso, había sido especial, único. Cuando llegamos a mi casa yo me baje rápido de la moto.-Gracias por traerme.-dije mirando hacia abajo. Ni siquiera podía mirarlo a la cara. Me iba a dar vuelta para marcharme, pero él me tomó por la cintura y volvió a besarme. Y ahí estaba yo de nuevo sintiéndome en las nubes. Esto estaba mal, lo sabía. Era peligroso, también lo sabia. Pero me atraía tanto. Cómo lo hacia? Cómo podía ser que el chico que en algún momento odie tanto me haga sentir de esta forma? Definitivamente esto no estaba en mis planes cuando dije que quería que este fuera un año inolvidable. Sentir esto por Joseph Jonas, no estaba en mis planes. Nunca hubiese pensado que iba a estar en esta situación con él. Creo que nadie lo hubiese pensado. Esto no era lo que alguien se hubiera esperado. Yo me separé del beso e iba a hablar, pero él me frenó.

-No digas nada. No hace falta. Nos vemos mañana.-Yo asentí y me dirigí hacia mi casa. Cuando llegué a la puerta me costó poder abrirla, había quedado como atontada. Subí a mi habitación tratando de hacer el menor ruido posible, me cambié y me metí en mi cama. Esta de más decir que me costó demasiado poder dormirme. El beso se repetía una y otra vez en mi cabeza, y una sonrisa habitaba en mi cara. Esto estaba muy mal, pero el sentimiento que tenia se sentía tan bien. Estaba siendo una masoquista. Sabia que estaba mal, que no es lo correcto, pero de todas formas me encantaba sentir esto. Tenía que ir en la dirección opuesta a él. No podía permitirme esto. No podía permitirme que algo pase entre nosotros. Todo lo que conocía se caería en pedazos. No debía dejar que eso pase. Definitivamente, lo nuestro era algo imposible.

Me levanté como todos los días para ir al colegio. Que tortura, a veces desearía terminar rápido con todo esto para concentrarme en algo que realmente me guste… hay tanta gente en el colegio indeseable, todos son egoístas y fríos. Odio la popularidad, odio las clases sociales.

Me bañé lo más rápido posible y me puse el conjunto que había preparado la noche anterior, todavía no me sacaba esa maldita costumbre de popular. Digo, ahora que ya no lo soy, a nadie le importa cómo me visto. Dejé mis pensamientos estúpidos, que siempre son los mismos, y me cambié. Me puse un poco de perfume, un poco de delineador y bajé a desayunar.

-Hola hija, que tal?–me sobresalté.–Tranquila, somos tus padres no te asustes.– rieron.

-Ja ja ja– reí falsamente.–Hola Sarah, que hay para desayunar?-

-Lo mismo que ayer linda, no pude ir al supermercado…-

-Como que no pudo ir? Me parece que no vamos a poder pagarle tampoco…-dijo mi madre indignada.

-Cállate mamá!–grité.–A Sarah no le hables así!! Además yo estoy bien comiendo lo mismo que ayer.–No pude evitar pensar que al menos Sarah me hace de comer, mi mamá qué hace por mi?

-Mas respeto con tu madre.– alegó mi papá.

-Lo que diga señor, es su casa.–Hice una reverencia y me fui. No puedo soportar tenerlos cerca, me provocan náuseas, de solo pensarlo me dan ganas de no volver más.

El chófer me llevó al colegio y me dejó en la puerta. Odiaba que haga eso, por qué en la puerta? Pero bueno, le debía varias travesuras que me mande y me cubrió así que no podía decirle nada, no tenía el derecho a hacerlo. Me dispuse a caminar la corta distancia que me quedaba desde el auto a la puerta gracias a mi chófer y entré. Sin embargo no todo resulto como esperaba…

-Sos estúpido o qué?– dije gritando.

-Ay, la princesita tiene carácter!–exclamó uno.

-Por qué me empapaste? Sos un idiota, quien quiera que seas.-

-Yo soy alguien, no como vos que sos nadie.– QUÉ!? Le pegué una cachetada, no dudé ni un segundo. Maldito desgraciado, quién se creía para tratarme así?-Despertate de tu nube nena, ahora sos una loser más de esta escuela, anda acostumbrándote.–Eso realmente dolió. Traté de aguantar pero las lágrimas inundaron mi rostro al instante, no podía controlar mis sentimientos. Todo lo que alguna vez habían construido, todo ahora estaba desvanecido, y lo peor es que tenía razón, yo solo soy una loser más del colegio. No valgo nada, ya nadie quiere estar conmigo. Salí corriendo de ahí. Todos miraban, podía sentir sus ojos acusándome, juzgándome. Megan debe estar feliz en este momento, tal vez era ella la culpable de esto, tal vez ella lo planeó todo. Sequé mis lágrimas mientras llegaba al parque y me senté. Como no había nadie saqué un pequeño espejo de mi bolso y me acomodé un poco el maquillaje. Pasé bastante tiempo sola como para pensar en todo lo que había sucedido, repasar cada detalle otra vez en mi cabeza. Ya no me quedaba duda, el único culpable acá era Megan. Qué le había hecho yo para que me trate así? Por qué tan obstinada con verme sufrir y verme destrozada? Tantas preguntas se formulaban en mi cabeza y tan pocas respuestas que me daban ganas de dejar todo atrás y cambiarme de colegio. Mala suerte para mí ya no podía, había empezado el año y era el último. Aunque que sea mi último año no era tan malo ya que tendría que soportar esto un tiempo más y nunca más me volvería a preocupar por ello. Eso me reconfortaba. El saber que después iba a ir a la universidad y no iba a ver más a la gente de acá me lograba hacer sentir un poco mejor.

-Hola, vi lo que pasó…-miré a mis alrededores despertando de mi trance.

-Nick, qué haces acá? Como sabías que estaba acá?-

-Sé a dónde vas cuando te sentís mal y no queres que nadie te vea.-

-Me gustaría estar sola si no te molesta.-

-Lo sé, yo solo… ay–suspiró.–Sol vos sabes que soy el capitán del equipo de football no?-

-Sí, y?-

-Y que tengo que mantener un puesto, tengo que ser respetado, no puedo dejar que mi equipo no me respete.-

-No te entiendo Nick, anda al punto, odio cuando la gente da vueltas para decir cosas–dije limpiándome el resto de lágrimas que me quedaban.

-Como te digo esto?–suspiró otra vez. Ya sé para que lado va esto, claro que tonta. Que ciega fui.

-Maldita sea Nick, decimelo de una vez! Queres terminar conmigo porque ya no soy popular? Porque nadie me respeta? Por que ya no soy como Gaby? Ya no tengo amigos, no tengo nada, ahora también me vas a dejar vos?-

-No, Sol! No! No pienses eso, jamás podría dejarte por esa razón…-

-Y entonces? Decime qué te pasa, Nick, me estás volviendo loca.-

-Es sólo que no quiero que nos vean juntos, quiero mantener nuestra relación en secreto.-

-Que queres qué?-

-Sí, en secreto, que solo vos y yo sepamos que salimos juntos. Vamos, será divertido!–dijo animándome.

-Acaso estás loco? Qué pasa? No podes tener una novia que no sea popular? Porque tenemos que guardar lo que sentimos en secreto? Sos lo único que tengo, si yo no te puedo ver a vos entonces no tengo a nadie, me quedaría sola. A mi no me importan los demás.-

-Pero a mí sí. Necesito mantenerme como capitán hasta terminar la secundaria, no puedo permitirme que me saquen del football como a vos de las porristas. No quiero arruinar mi futuro por esto.-

-Esto soy yo y lo que sentimos cada uno por el otro, al parecer vos no sentís nada. Sabía que me equivocaba al sentir algo por vos, al creer que había algo lindo en vos. Siempre fuiste así de egoísta, por qué ibas a cambiar por mí? Nunca tendría que haberte llamado o besado, ni siquiera hablarte. Por tu culpa perdí a mis mejores amigos, a vos te parece que…-

-Basta ok? Ya entendí, “por vos perdí a mis mejores amigos”–dijo imitándome.–Siempre decís lo mismo, no tenes otra excusa? Bueno lo lamento si perdiste a tus mejores amigos, yo nunca te obligué a estar conmigo, nunca te obligué a hacer nada que no quisieras. Pero lo peor es que nunca te rogué por quedarme a dormir con vos, yo recuerdo muy bien que esa fuiste vos…-Le pegué una cachetada, como se atrevía a decirme eso?! Ya no me importaba nada más, nadie más me iba a tratar como una basura por no ser popular y menos la única persona que decía amarme. –Ok, me pasé, pero entendeme… ya me siento demasiado culpable por lo que te hice pasar como para que me lo recuerdes a cada rato.-

-Sos un idiota Nick, créeme cuando te digo que sos un idiota porque te estoy siendo completamente sincera.-

-Gracias, lo merezco.-

-Y sí, obvio que lo mereces, por idiota.-

-Perdón.–me abrazó.

-No te pienses que por abrazarme vas a compensar lo que dijiste hace un rato.-

-Lo sé, pero también sé que lo necesitas más que nada en este momento.–Asentí sin soltarme de sus brazos y otra vez comencé a lagrimear. Últimamente no hacía otra cosa que llorar…

-Está bien Nick, voy a aceptar el mantenerlo en secreto…-

-Segura?–dijo ilusionado y soltándose del abrazo.

-Sí, no me gustaría verte como me veo yo ahora–giré la cabeza para mirar a otro lado.–Supongo que estaremos bien.-

-Sos la mejor, te amo–me besó.

-Y el secreto?-

-Ay me olvide, es que… es muy importante el football para mí-

-Lo sé Nick, por eso estoy aceptando, por tu bien. Si vos sos feliz entonces yo también lo voy a hacer, lo único que quiero es ver tu sonrisa, que es lo único que me alegra el día cuando estoy acá adentro.–Nick volvió a besarme, me abrazó y luego se fue, dejándome sola con mis pensamientos. Hoy si que tenía mucho para pensar…

La mañana luego del beso me levanté sintiéndome diferente, rara. Debía olvidarme de ese beso, aunque me costara. Había sido especial, único, pero solo eso. Después de todo era tan solo un beso, no podía ser tan difícil olvidarme de él. Debía quedar en el recuerdo de algo que había pasado y nada más. Tendría que hacer como si nada hubiese pasado. Estaba segura que él haría lo mismo. Es decir, soy solo una chica más de las tantas que beso en su vida, no soy nada especial para él y tampoco él es para mi. Solo fue en beso, y así debía quedar, tan solo eso. Aunque cómo podría olvidar todo lo que me había hecho sentir?

Cuando llegué al colegio, todo era un gran escándalo. Un chico había tratado mal a Sol y ella le había pegado, luego él le respondió y ella salió corriendo llorando. Había llegado justo para ver toda la acción. Si bien Sol no era actualmente de mis personas preferidas en el mundo, no me gustaba que le hagan eso. Lamentablemente, me importaba lo que le hacían  por más que no debería ser así. A ella no le importo cuando decidió estar con Nick, pero no podía evitar sentir lastima por ella.

Me dirigí a mi casillero para tomar algunos libros que necesitaría para mi primera hora del día. Apenas abrí la puerta de este, un grupo de las animadoras se acercó hasta mi. Todas, tal como yo, llevaban su uniforme puesto. Hoy era día de práctica y la mayoría lo llevábamos puesto desde la mañana. Usar este uniforme dentro del colegio te daba alguna clase de prestigio. Por este uniforme era que te convertías de las chicas populares del colegio. El 90 por ciento de las mujeres del colegio morían por usar uno de estos, el otro 10 por ciento eran la clase de chicas que se juntan con Joseph. Maldición, debía dejar de relacionar todo con él.

-Viste lo que sucedió con Sol hace un rato?-me dijo una de ellas hablando con demasiado entusiasmo.

-Sí, lo vi.-fue lo único que acoté.

-Se lo merece, despues de todo lo que te ha hecho.-comentó otra.

-Además, cómo creía que iba a salir con Nick luego de eso? Es decir, probablemente fue ella quien lo provocó para que suceda ese beso de la fotografía. Y bueno, él es hombre. Los hombres no saben controlarse a sí mismos.-dijo otra de ellas.

-Yo creo que Nick volverá a tus pies en cualquier momento. Ustedes están destinados a estar juntos.-opinó una de las animadoras con una sonrisa demasiado falsa en su cara. Todas morían por estar con Nick. Él era el líder en el bando de los chicos. Creo que la mayoría me odiaba por ser una de las posibles novias de él. Hasta hace poco, yo era otra de las chicas que morían por él. Actualmente, no lo creo. Podría ser lindo y todo, pero como persona dejaba mucho que desear. Ya no era mi “chico soñado” que alguna vez fue. O quizás, hasta yo misma me había engañado para creer que él era ese chico soñado. Como dijo una de las animadoras, nosotros se supone que estábamos destinados a estar juntos. Es casi como una ley en la secundaria. La capitana de las animadoras, con el capitán del equipo de football. Pareja perfecta, el reinado de los populares. Ahora yo consideraba todo eso absurdo y ni siquiera me podía imaginar besando a Nick. Algo había cambiado, y no solamente por todo lo que sucedió con Sol. Él no me haría sentir especial, única. Estando cerca de él nunca me sentí tan protegida como cuando estaba con...Joseph. Me maldije por dentro. Debía dejar de pensar en él. Si Nick y yo eramos los que estábamos destinados a estar juntos, Joseph y yo eramos exactamente todo lo contrario. Era algo imposible. Algo que no podía suceder. Y justo cuando me estaba concentrando en esos pensamientos acerca de todo lo incorrecto que era estar cerca de Joseph, él pasó por el pasillo junto con el resto de sus amigos para nublar mis pensamientos. O más bien en vez de amigos debería decir pandilla. Ellos eran de la clase de chicos por los que te cruzas de vereda. Tatuajes y piercings por todos lados. Con tan solo mirarlos querías salir huyendo, por lo que no comprendía que era lo que estaba mal conmigo que solo quería acercarme a él, en vez de huir. Su mirada y la mía se cruzaron, apartándonos del resto del mundo, encerrándonos en un mundo aparte, paralelo al real. Él me dio una de sus sonrisas traviesas y me guiñó un ojo. Algo dentro mio se movió y un cosquilleo recorrió mi nuca. Sentí mis mejillas arder y rápidamente corrí la vista. Esto no estaba bien. Estaba ruborizada, y lo estaba porque Joseph Jonas me había dado una sonrisa. Esto iba cada vez peor. Tenía que salir corriendo de él, antes de que sea demasiado tarde.

-Hey Gaby, estas escuchando?-me trajo de nuevo a tierra una de las animadores.

-Sí chicas, claro, por qué lo dices?-

-Porque no comentaste nada de lo que estamos hablando.-

-Oh es solo que no dormí muy bien anoche, un par de coreografías nuevas andaban rondando en mi cabeza.-dije. Con eso las dejaría más que contentas.

-Enserio?-preguntó una saltando de la alegría. Yo asentí. Mentirosa, pensé. La parte de que no dormí bien era verdad, pero lo único que había estado en mi cabeza era mi beso con Joseph. Basta, basta, grité en mi interior. No podía ser que en lo único que terminaban mis pensamientos era en él.

-Eso es genial, porque el primer partido de la temporada es el sábado y tenemos que estar más que listas.-El partido! Ya lo había olvidado. Debía concentrarme. En el año más importante para mi, en lo que menos había estado pensando era en las animadores. Tenía que concentrarme en eso. Estar en las animadoras también era mi pase para ganarme una beca en las mejores universidades del país. Bueno, eso y mis notas.

-Claro que sí chicas. Hoy tenemos que practicar como nunca.-les dije. Todas estuvieron de acuerdo con mi comentario y luego de un par de acotaciones más, se despidieron de mi. Yo me quedé ordenando las cosas que debía sacar del casillero. Cuando tenía todo, me revisé en el pequeño espejo que tenía en la puerta del casillero. Pero mi mirada se desvió hacia más allá. Joseph, otra vez. Él estaba ahí hablando muy animadamente junto a sus amigos. Reían y debía decir que moría por su sonrisa. Cómo no había podido ver antes lo tan hermoso que era? Lo había visto tantas veces por los pasillos antes que este año y nunca me había dado cuenta. O quizás nunca le había prestado la atención necesaria. Su cara, su cuerpo, su postura, todo, me daba una sensación de protección, como si al tenerlo cerca, yo era invencible. Pero también irradiaba peligro. Era de esa clase de peligro que solo te atrae cada vez más hasta que te quemas, y te culpas por la idiota que fuiste, por acercarte demasiado al fuego. Yo no quería quemarme, no quería ser la idiota que se acercó demasiado al fuego y luego perdió absolutamente todo por eso. Tal como si hubiera sentido que mi mirada estaba clavada en él, volteó su vista y la clavó en mi. Yo rápidamente volví mi mirada hacia el espejo y me miré. El espejo me devolvió la imagen de una chica organizada  perfeccionista, que no dejaba que nada se salga de su lugar. Más allá en el pasillo, estaba él que era un desastre caminante. Definitivamente, él y yo juntos era algo imposible. Jamás podría suceder. Pero...la chica en el espejo era realmente yo o era la imagen que cree para que nadie pueda ver más allá en mi? Acaso, yo no era también un desastre realmente? El timbre me sacó de mis pensamientos y yo cerré rápido mi casillero para dirigirme hacia mi salón.

El resto del día me lo pase ignorando a Joseph, aunque realmente era en lo único que pensaba. Y me odiaba por eso. Acaso era tan difícil mantener lejos de mi al único chico en esta escuela del que debería mantenerme alejada? Qué me pasaba con él? Estaba haciendo todo mal. Él tampoco me hacía la tarea fácil. En la clase de historia me saludó, mientras se sentaba a mi lado. Yo simplemente solté al aire un hola cortante, sin ni siquiera mirarlo. El resto de la clase no pude prestar atención ni a una palabra que el profesor decía porque Joseph no apartaba la mirada de mi ni un instante. Yo de a ratos miraba hacia mis demás compañeros, haber si alguien más lo notaba, pero al parecer yo era la única. Y me sentía realmente incómoda. Estoy segura que él lo notó, porque cuando lo miraba de reojo, tratando de no mirarlo realmente, tenía una sonrisa burlona en su cara. Acaso estaba haciendo todo esto para burlarse de mi? Qué era tan divertido? Cuando sonó el timbre de esa clase, salí de allí casi corriendo. No podía tolerar estar a su lado sin sentir ese estúpido cosquilleo dentro mio, sobre todo si no apartaba la mirada de mi como había hecho.

El único momento del día en que me distendí fue en el entrenamiento de las animadoras. Allí si había puesto mi cabeza en otra cosa además de Joseph. Practicamos más de lo común ya que la entrenadora quería que estuviéramos perfectas para la apertura del campeonato de football. Al terminar el entrenamiento todas se dirigieron hacia el vestuario, incluso la entrenadora, pero yo me quedé un rato más practicando nuevos pasos. Siempre lo hacía, siempre me quedaba más rato que el esto, era la capitana y debía trabajar más duro que el resto si quería que las cosas salieran excelentes. Hoy también me había quedado para no dejar a mi mente pensar en otra cosa, o mejor dicho, en otra persona. Cuando me sentía realmente cansada, me dirigí a los vestuarios. No quedaba absolutamente nadie allí, ni siquiera la entrenadora. Me metí en la ducha y me di un corto pero relajante baño. Luego me cambié con la ropa que tenía en mi casillero del vestuario. Cuando estaba lista para irme, agarré todas mis cosas y salí del vestuario, pero alguien me tomó del brazo obligándome a entrar de nuevo.

Ya dentro del vestuario, me solté rápido de su agarre y lo miré asombrada.

-Cómo vas a hacer eso nene!? Me asustaste.-le dije alterada.-Qué haces acá?-

-Vine a verte, ya que me estuviste esquivando todo el día.-me dijo Joseph. Yo reí sarcásticamente  más que nerviosa por la situación.

-No digas estupideces. Mira que yo voy a estar evitándote a vos. Te traté igual que todos los días.- dije hablando rápido.

-Claro, porque ni siquiera mirarme en la hora de historia es tratarme como el resto de los días.-

-Ay no digas cosas que no son!-Creo que alguien debería enseñarme a fingir mejor cuando estoy realmente nerviosa.-Qué queres?-le dije de mala manera. Poner una distancia entre nosotros, eso era lo que yo necesitaba hacer.

-Otro beso.-dijo con su tono de voz profundo que yo lo encontraba malditamente seductor. Sin dejarme reaccionar se acercó más hacia mi, tomándome con una de sus manos por la cintura y con la otra una de mis mejillas. Luego sus labios se juntaron con los míos  y mi cuerpo se relajo, mientras que sentía que el cosquilleo dentro mio me iba a comer internamente. Obligué a mi cerebro ser más fuerte que mis sentimientos, y gracias a éste me alejé lo suficientemente lejos de él como para no dejar que su aroma confunda mis sentidos.

-Para! Por qué hiciste eso!?-

-Hace falta que te diga por qué?-me dijo mirándome con esa maldita sonrisa.

-No, no hace falta. Sabes lo que hace falta? Que te vayas de acá. Vos no podes estar acá. No sé si leíste en la puerta que dice vestuario de mujeres, no esta permitido que entres, tenes que irte-dije hablando rápido mientras lo empujaba para arrastrarlo hacia afuera, pero él se resistía, por lo que yo no podía moverlo casi ni un centímetro.-Chau, te vas, no sos bienv-cortó mi breve discurso poniendo una de sus manos detrás de mi cuello y volviéndome a besar. Casi vuelvo a perderme en el beso pero me resistí.

-Para! No me gusta que me calles de un beso.-Él volvió a sonreír.

-Deja de mentir, te encanta.-me miró con esa mirada de ganador que tiene y que tanto odio por atraerme tanto.

-Vos deja de decir estupideces. Mira si me va a encantar-dije a la defensiva, aunque incluso yo me daba cuenta de que lo que decía sonaba más como una mentira que como verdad.-Andate Joseph, enserio.-Él se volvió a acercar a mi, prohibiéndome pensar con claridad.

-Realmente queres que me vaya?-

-Si te encuentran acá, te vas a meter en muchos problemas. Probablemente te sancionen y-volvió a besarme sin dejarme terminar la oración. Yo le seguí el beso, perdiéndome en él. Por qué tenia que ser tan difícil esto? Por qué me hacia sentir así cuando lo tenía cerca? Por qué sentía que estar con él en realidad era lo único que importaba?

-Me encanta que quieras cuidarme, pero meterme en problemas en la escuela es lo que menos me interesa.-me dijo con una voz suave, al separarse de mis labios. Yo sentí voces acercarse hacia el vestuario y entré en pánico. Me encontrarían con Joseph aquí y sería nuestro fin. Reaccioné rápido, tomándolo del brazo y arrastrándolo conmigo hacia una de las duchas. Cerré la cortina justo a tiempo cuando un grupo de chicas ingresó al vestuario. Ellas comenzaron a hablar pero lo único que yo podía escuchar era el latido de mi corazón, que estaba a punto de salirse de mi cuerpo. Todavía no decidía si la causa era que nos iban a encontrar con Joseph aquí, o que lo tenía a Joseph demasiado cerca y él no dejaba de mirarme. Aunque estoy segura que él deseaba mirar como el resto de las chicas se cambiaba del otro lado de la cortina. Rogaba que ninguna se dirija a bañarse, o si lo hacían que no sea esta ducha. Que una de ellas abriera esa cortina que nos ocultaba, significaba mi fin. Creo que lo que las chicas estuvieron dentro del vestuario fueron tan solo unos minutos, pero para mi había pasado una eternidad. Cuando sentí las voces demasiado lejos, decidí salir de la ducha, primero yo para asegurarme que no había nadie y luego Joseph.

-Eso estuvo demasiado cerca.-dije mientras soltaba un suspiro.

-La próxima vez que quieras estar en una ducha conmigo, decimelo, no hace falta que me arrastres allí.-dijo con su sonrisa burlona. Yo lo miré mal.

-Chau, te vas.-

-Me voy si me prometes algo.-Yo lo comencé a empujar de nuevo.

-No, no te voy a prometer nada. Te podes ir!?-Él tomó mis manos entre las suyas, prohibiéndome seguir empujándolo  Tenía que dejar de sentir todo lo que sentía con tan solo un roce suyo.

-Prométeme que no me vas a esquivar más, que no me vas a volver a expulsar de tu vida.-Yo me lo quedé mirando fijo a los ojos. Nuestras miradas conectadas. Por qué nunca podía pensar con claridad cuando lo tenía cerca? Asentí totalmente atontada y él sonrió para luego alejarse. Cuando estaba a punto de irse, volvió hasta mi para besarme una vez más. Esta vez yo le seguí el beso, mientras que en mi estómago había una especie de guerra de mariposas. Pensé que eso era una mentira cursi, pero al parecer, realmente sucedía.-Hasta mañana.-dijo susurrando contra mis labios, para luego marcharse, dejándome allí sola y sintiéndome incompleta. Lo tenía cerca y sentía la necesidad de huir para no perderme en él. Lo tenía lejos y solo quería correr para no dejarlo ir. Mi mente era un completo enriedo. Esto no estaba bien, claramente no lo estaba.