Beautiful Disaster

Sola en casa sin nada que hacer. Por qué nunca había algo para hacer en esta aburrida casa? Sarah se había ido a hacer compras o algo así y mis padres… bueno, no sé donde están ni me interesa, prefiero que no estén. Si ellos llegaban a estar cerca de mí era para peleas y problemas, así que mejor. Bajé a la planta baja, prendí el televisor y estuve como una hora haciendo zapping ya que tampoco había nada para ver. Tomé la guitarra que tenía escondida en mi cuarto y, como no había nadie en casa, comencé a tocar y cantar. Hacía mucho que no la tocaba, hacía mucho que algo no me llenaba de esa manera. Quiero decir, antes de tocar me sentía incompleta, como si me faltara algo, pero ahora no. Era como que esa parte mía que estaba dividida se hubiese unido. Sí, yo amaba cantar y tocar la guitarra, pero no era algo que le agradara a mi papá y, como no le agradaba a él, tampoco a mi madre. Cuando terminé la volví a esconder. Tal vez si la encontraban me la sacarían y jamás la volvería a ver, y yo no podría soportar eso. Supongo que era lo peor que me podían hacer.

Me cambié, porque estaba impresentable, y salí a tomar un poco de aire para despejarme. Recorrí todo mi vecindario. Me daba envidia la gente que demostraba su amor por la otra persona, odiaba ver parejas. Todos felices, todos sonriendo. Ninguno estaba triste, la única fuera de lugar en esta ciudad era yo, me sentía horrible. La verdad no estaba nada contenta con la decisión de mantener la relación en secreto con Nick. No, para nada. Sin embargo no tenía salida, yo no quería verlo triste, no quería “arruinar su futuro”. Sin él ahora sí que no era nadie, si nadie ya era mi amigo. Solo Kev, pero estaba con Gaby y no lo iba a obligar a dejar de ser popular por mí. Me dolía en el alma el solo pensar que ya no iba a tener a Nick a mi lado en el colegio, pero supongo que era para su bien.

Maldita sea, la gente sigue riendo, y cada vez más fuerte. Envidia, rabia, enojo, eso sentía. Realmente me encantaría ser una de esas personas que son libres para hacer lo que quieran sin que nadie las juzgue, porque aunque ya no era popular, seguía siendo juzgada… acaso nunca me iban a dejar en paz? Para eso prefería ser invisible… Si, amaba ser popular y que estén todos pendientes de mí, pero poco a poco lo estoy superando, poco a poco estoy cambiando. Siento que ya no soy la misma que era antes, siento que de algún modo cambié. No sé si para bien o para mal, solo sé que cambié y dejé a la antigua Sol atrás.

Regresé a casa empapada. Había empezado a llover y no quería volver a mi casa, por lo que decidí quedarme en la lluvia. Un poco de lluvia no le hacía mal a nadie, excepto que iba a agarrarme un resfriado, pero no importaba. Ni bien llegué Sarah estaba esperándome para darme un sermón, el cual no tenía ganas de escuchar.

-Qué hacías afuera con esta tormenta Sol?–dijo exaltada.–Te podrías resfriar! Te puede pasar cualquier cosa!-

-Tranquila Sarah–dije interrumpiéndola.–Estoy bien, ya llegué y no tengo ánimos para estas cosas, si?-

-“Estas cosas.” Sol, vos no sos mayor de edad para andar haciendo lo que quieras! Uno se preocupa por vos y a vos no te importa nada. No me imagino lo que te podría haber pasado, no, no quiero imaginarme.-

-No te lo imagines entonces, sos muy exagerada. Me voy a mi cuarto.–Subí ignorando todos los gritos de Sarah y me encerré todo el día ahí.

Desperté realmente temprano, como odiaba cuando pasaba eso. Ni siquiera había sonado el despertador. Sin embargo me levanté igual porque tenía que pedirle perdón a Sarah por lo de ayer, así que comencé a hacer un desayuno y se lo llevé a la cama.

-Despertate Sarah. Perdón.–dije apenada.

-Ay Sol, no tenías por qué molestarte, aunque me gustó que lo hicieras. Ayer me trataste mal, pero con esto la arreglaste. Que raro voz arreglando todo con comida…-

-Deja de hablar sola Sarah–reí y la abracé.–Te quiero, sos como la mamá que nunca tuve.-

-Lo sé nena, y vos la hija que nunca tuve, también te quiero.-

Después de pasar un tiempo riéndonos con Sarah y hablando de cualquier cosa me fui a hacer mi propio desayuno y me preparé para el colegio. Hoy iba a ser un día duro. Sin Nick ni nadie a mi lado presentía que no la iba a pasar bien. Entré como si nada y me dirigí a mi casillero tratando de pasar desapercibida. Agarré los libros que debía usar para la clase y me dirigí hacia el aula. Cuando tocó el timbre y ya todos, incluido el profesor estaban allí, miré a Nick y le dediqué una sonrisa. Él me miró por unos segundos y después sonrió cálidamente al igual que yo.

-Bueno chicos, hoy les voy a dar un nuevo trabajo de parejas y no quiero quejas.–Miré a Nick y a los demás y todos parecían felices. Ninguno se quejaba de nada, todos estaban felices con sus compañeros a quienes odiaban en primera instancia. Me dio por así decirlo nostalgia, es decir, al principio todos odiaban a su pareja. Me pregunto si Gaby estará ejecutando su venganza contra Joe. Me pregunto si todos sentían lo mismo que yo por Nick. Me pregunto si realmente no les molestaban sus compañeros o si solamente lo disimulan porque el profesor no quiere quejas. Yo personalmente odiaba a Nick y terminamos juntos, eso era loco. Cuando menos lo esperé tocó el timbre, otra vez a esconderme, otra vez a ser invisible. Salí última del salón y me dirigí a guardar mis libros.

-Hola nena.-

-Jason, por qué me hablas?–dije sorprendida.

-Por qué no puedo hablarte?-

-Porque ya no somos amigos. Vos sos popular, yo no, no creo que te quieran ver conmigo…-

-Ya lo sé.–asentí. Momento incómodo.

-Y… qué pasa?-

-Ahora.-

-Ahora qué?–Tarde. Tonta. Ilusa. Confiada. Simplemente idiota. Empapada. Me habían tirado con los demás idiotas del colegio pintura. Todos me miraban sin poder creer lo que sus ojos veían.

-Como en los viejos tiempos, no Sol?–Reían, todos reían. Yo solo quería llorar.

-Sos un completo imbécil.-

-Cortesía de Nick y de Megan, de nada.–dijo todavía riendo. Estúpido.

-Qué?-

-Ya lo oiste, o sos sorda?–dijo Megan acercándose a mí pero manteniendo una distancia considerable.

-Sos una zorra. Como podes ser tan mala persona? Dejame en paz Megan!-

-No fue mi idea… fue la idea de tu ex, Nick Miller. Pensándolo bien me hubiese gustado que se me hubiese ocurrido a mí.–Busqué a Nick con la mirada y lo vi sin hacer nada. Solo miraba. No hacía completamente nada, solo estaba ahí parado con cara de nada. Soy una idiota, pensé para mis adentros, era obvio que Nick no quería que me vieran con él. Le doy vergüenza, todo lo demás eran excusas.

-Mira Megan, yo no te tengo miedo. Mientras vos vas, yo voy y vengo unas mil veces. Vos no sos nadie al costado mío, así que córrete de mi camino de una vez que solo me estorbas.–La idiota quedó estupefacta y se corrió para que yo pueda pasar. Pobre, me daba pena después de todo. Vivía solo por mí. Me dirigí al baño, pero ya nadie me miraba, todos había vuelto a la normalidad, a lo suyo. Estuve un rato retocándome y limpiándome hasta que alguien entro en el baño.

-Yo no fui, te lo juro.–dijo acercándose a mí luego de cerciorarse de que sólo yo esté en el baño.

-Alejate Nick. Yo ya sé que no fuiste vos.-

-Entonces por qué me queres alejar de vos?-

-Yo no te quiero alejar de mí, eso lo estas haciendo vos solito. No me culpes a mí.-

-Pero Sol, yo no lo hice. Y no podía defenderte, todo el colegio estaba mirando, acordamos en mantenerlo en secreto…-

-Y creo que fue un grave error. Uno no puede andar escondiéndose para que no lo vean. Por qué no puedo expresar lo que siento por vos? Por qué todos pueden pero a mí no se me está permitido?-

-Yo, yo lo siento Sol. No quiero esto yo tampoco. Yo te amo…-

-Lo sé Nick, dejémoslo así.-

-Estás terminando conmigo?-

-No lo sé.-

-No lo hagas, sabes que tanto como yo no queres hacerlo. Yo te amo, no quiero perderte. Sos lo único real en mi vida, lo demás es todo relativo.-

-Yo también te amo…-dije recargándome en sus brazos para llorar.

-Eso es un “no te voy a dejar”?–reí.

-Debes de ser la única persona que me puede hacer reír mientras estoy llorando.–Suspiré.–Eso es un “está bien, probemos otra vez”.–Él se acercó todavía más y unió nuestros labios en un cálido, dulce y sincero beso.-Estamos en un vestidor o como sea, si entra alguien nos va a encontrar.–dije mirándolo a los ojos, pero él sólo me besó otra vez y me condujo hacia uno de los baños y cerró con el pasador.–Sos un sucio Miller.–dije riendo.

-Te amo, no te olvides.–dijo rozando mis labios.

-Yo también te amo, Nick.–dije y me acerqué para besarlo otra vez pero algo nos interrumpió.

-Pero viste su cara, Megan?–Katie?–Osea, dijo que no te tenía miedo, pero su cara decía lo contrario.-

-No lo sé, no se creyó lo de Nick. Además el estúpido debe de haber corriendo tras de ella para decirle que no fue él.-

-Vos queres decir que todavía están juntos?-

-Ay por favor Katie, en que mundo vivís? Es obvio que están juntos.–Nick me miró preocupado y yo solo entrecerré los ojos.

-Bueno, pero no vas a tardar mucho en separarlos. Mírate, sos una diosa.-

-Lo sé, por eso no me preocupo. Me preocupa lo idiota que es él. Osea, va tras de ella siempre como un perro, ni que fuese Madonna.-Katie rió por un momento pero al instante se calló, seguramente Megan la estaba mirando mal.–No te preocupes, dentro de poco ellos ya no van a estar juntos nunca más.–Mi novio secreto no cambiaba la cara, me miraba preocupado. Tomó suavemente mi mano y me dio un escalofrío por todo el cuerpo y sin querer golpeé un poco la pared del baño.

-Quién está ahí?-dijo Katie.

-Deja Kat, no importa. No tiene importancia alguna.–Se sintió la puerta abrirse y cerrarse. Miré a Nick y parecía un poco más aliviado.

-Te dije que no había sido yo.–Reímos.

-Te amo.–dije y lo abracé. Después de pasar un rato más juntos salí primero yo para hacer de campana, pero no había nadie en los pasillos. Nos habíamos perdido una clase, pero no nos importó. Pasamos lo que restaba de la hora juntos afuera hasta que unos minutos antes de que tocara el timbre nos separamos para que nadie nos viera juntos.

Narra Gaby

Luego de lo sucedido ayer en el vestuario con Joseph, no pude dejar de pensar en él por el resto del día. Ya era demasiado el tiempo que desperdiciaba pensando acerca de él y como me hacia sentir cuando lo tenía cerca. Esto no podía pasarme a mi. En mi vida no había lugar para ningún tipo de sentimientos como este, menos sentimientos sobre alguien como Joseph. Este año solo se suponía que debía tratarse de tener diversión junto a mis amigos, conquistar al chico más popular del colegio, conseguir excelentes calificaciones, triunfar como capitana de las porristas y mantener a las universidades más importantes del país interesadas en mi para conseguir una beca e irme lo suficientemente lejos de aquí para no tener que enfrentar más la mentira que era mi familia. Lamentablemente, todo lo que tenía planeado para este año se iba derrumbando de a poco. Me había peleado con mi mejor amiga, Nick estaba interesado en Sol y me habían engañado juntos, mis calificaciones teniéndolo a Joseph de compañero no iban a ser tan buenas como las esperaba y hasta ahora no había recibido ninguna oferta de ninguna universidad. Pero lo que menos esperaba que sucediera, era que un chico me haga sentir de la manera en que me hace sentir Joseph. Demasiadas cosas habían cambiado en lo que iba del año y no podía dejar que eso siga avanzando. Tenía que frenarlo, tenia que intentar que las cosas vuelvan a la normalidad tan solo un poco. Debía concentrarme en eso, no quería pasar otro año atascada aquí junto a mis padres. Lo ocurrido anoche con ellos solo me lo recordaba. La mayoría de las familias tienen una cena contándose sobre su día y hablando de cosas interesantes. Anoche, cuando por fin pudimos tener una cena entre los tres, ellos solo se la pasaron insistiendome acerca de mis notas, de las universidades, de mi circulo social, de cuanto ellos necesitaban que yo tenga un buen futuro. Incluso juraron que era porque en verdad les importaba. La realidad, ellos solo esperaban que en un futuro siga el negocio familiar y que su hija no los avergüence. Qué harían frente a sus amigos de alta sociedad si su hija no entraba a una de las universidades más prestigiosas del país? Sé que yéndome a una de esas universidades solo estaría haciendo lo que ellos quieren, pero por lo menos, estaría lo suficientemente lejos como para sentirme presionada por ellos, y luego, yo podría hacer lo que quisiera. Yo me encargaría de mi propio futuro. Pero para que eso pueda suceder, mi vida necesitaba volver a la normalidad. O a lo que alguna vez fue normal y común para mi.
Durante la clase de historia, el profesor nos había asignado otra vez una tarea juntos. La mayoría de los profesores están en contra del trabajo en equipo, por desgracia, a este profesor le agradaba mucho.


-Lyrminton, cuando vamos a volver a darnos una ducha juntos?-me dijo mi compañero de al lado y yo lo fulminé con la mirada, para luego mirar alrededor intentando saber si alguien más había escuchado. Al parecer no, porque todos seguían lo suficientemente concentrados en su trabajo.


-Nunca nos duchamos juntos, en caso de que tu memoria te falle.-


-No, pero deberíamos terminar lo que empezamos ayer.- dijo sonriendo travieso. Decidí ignorar todo lo que eso me producía.


-Exacto!-dije yo.-Terminarlo. Nunca más. Jamás se va a volver a repetir.-Él soltó una risa.


-Es enserio?-se me quedó mirando fijo como si esperara una respuesta. Yo asentí.-Vamos, si ayer te estremecías en mis brazos.-Yo me lo quedé mirando, preguntándome si de verdad era tan tonta como para dejar mis emociones notarse tanto frente a él.


-Eso es mentira.-Él volvió a reír y yo sentí mi mundo girar.


-Eso es tan verdad como que en este mismo momento te estas sonrojando por lo que dije.-Definitivamente, sentí el calor en mis mejillas y me corrí el cabello intentando disimular el color en que seguramente estaba. Exactamente esto era lo que debía cambiar. Antes era tan dura como una roca, nadie podía descifrar exactamente lo que pasaba por mi mente. Ahora, aparece este chico y como si nada descubre cada uno de mis sentimientos con tan solo mirarme. Normalidad, la necesitaba más que nada.-Además, ayer me prometiste algo y creí que eras una chica de palabra.-


-Lo soy. Quizás podemos ser amigos.-Él soltó una risa sarcástica, y, de cierta forma, sonaba como si estuviera enojado.


-Realmente lo crees? Realmente crees que simplemente puedes ignorar que ocurrió algo entre nosotros? Porque estoy seguro que sentiste lo mismo que yo cuando nos besamos.-


-No Joseph, no sentí nada. Nunca podría sentir nada por alguien como vos.-dije dejando que mis palabras escapen por mi boca sin pensar en lo que estaba diciendo. Su cara cambió y supe que lo que había dicho lo había lastimado. Acaso Joseph Jonas tenía sentimientos reales hacia mi? Lo peor de todo, es que lastimarlo, me dolía a mi. Pero así debían ser las cosas. Él por un lado, yo por el otro, como siempre fue. Luego de eso, Joseph no volvió a hablarme en lo que restaba de la hora. El resto del día transcurrió normal, a excepción de que Sol recibió un pote de pintura encima de ella. Nunca estuve de acuerdo con estas estupideces que los demás hacían. Lo creía tan ilógico que no entendía como alguien realmente podía hacerlo. No tenía ningún sentido. Simplemente era estúpido.
En uno de los recreos, yo estaba en mi casillero cambiando mis libros para la próxima hora, cuando apareció a mi lado una voz que no esperaba escuchar.


-Podemos hablar?-Yo corrí mi vista de mi casillero para mirarlo a él a mi lado pero sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.


-Realmente quieres hablar conmigo o mientras lo haces planeas acercarte a otra de mis amigas?-Él soltó un suspiro.


-Es enserio, Gaby. Necesito que hablemos. Hace mucho que no lo hacemos.-

-No es exactamente mi culpa eso.-Él puso una mano sobre mi brazo, impidiéndome seguir con mi tarea. Esperaba que miles de cosas explotaran dentro de mí como se suponía que debería haber pasado hace mucho tiempo, pero nada. Nada, eso sentía cuando me tocaba Nick. Si este fuera Joseph, necesitaría que me sostuviera fuerte porque mis piernas estarían temblando.


-Nos debemos una charla.-Yo suspiré y asentí.-Eso esta mejor.-dijo con una media sonrisa.-Sé que fui un imbécil con todo lo que pasó, sé que te lastimé e hice que te pelearas con tu mejor amiga. Pero, lamentablemente, lo único que tengo para decir en mi defensa es que simplemente pasó. Yo no lo esperaba. Se suponía que nosotros teníamos que terminar juntos y de repente yo estaba sintiendo todas esas cosas por ella sin ningún tipo de control. No pude manejarlo, simplemente lo sentí.-Sabía a lo que Nick se refería, y eso me daba un poco de miedo. No se suponía que debía entenderlo porque también me estaba pasando. No se suponía que yo sintiera algo así.-Sé que me maneje mal, simplemente no supe como actuar en esa situación. Las lastimé a las dos, porque, si todavía no te das cuenta, ella está destrozada por lo que pasó con vos. Ella tampoco supo como controlarlo. No te quisimos lastimar. Sé que no me vas a perdonar, porque si no la perdonaste a Sol, menos me vas a perdonar a mi, pero te vengo a hacer una propuesta.-yo lo miré intrigada.-Los dos sabemos como funcionan las cosas acá. Todo el mundo espera que seamos la pareja del año. Es como las cosas deben ser.-


-Acaso me estas pidiendo que salga contigo!?-le dije gritando histérica. No podía tener la cara para preguntarme eso.


-No!-respondió enseguida.-Simplemente, estoy diciendo que deberíamos hacerles creer a los demás que las cosas están bien entre nosotros. Que las cosas son normales, como deben ser. El capitán de football y la capitana de las porristas, la dupla perfecta. Hacerles creer que no hay nada malo entre nosotros, que todo está bien. A los dos nos sirve. Debemos mantenernos en lo alto si queremos salir de aquí con la beca soñada, cierto?-Yo asentí. Normalidad. Lo que tanto necesitaba y Nick proponía. En realidad, podía ser una buena idea. La gente me dejaría de preguntar cuanto odiaba a Nick y a Sol por lo que habían hecho, las porristas dejarían de presionarme preguntándome si algún día volvería a estar con Nick y diciéndome que simplemente debería perdonarlo por lo lindo que era, todos volverían a esperar el momento en que con Nick estemos juntos de vuelta y a rumorear solo cosas buenas acerca de nosotros dos. Con esto, tenía el mandato en las animadoras asegurado por lo que restaba del año y podía volver a ser la chica popular a la que nadie dejaba por alguien más. Las cosas podían volver a la normalidad un poco. Quizás artificialmente porque, claramente, no podía perdonar a Nick por lo que había sucedido.

-Esta bien, acepto.-Nick sonrió y lo sentí relajarse. Acaso él tenía tanto miedo como yo de perder todo lo que había construido todos estos años? Quizás eramos más iguales de lo que alguna vez pensé.-Aún estás con ella, cierto?-solté sin pensar. Realmente quería sacarme la duda. Él tardó un poco hasta que finalmente respondió.


-Sí, pero...es un secreto.-


-Lo sé. La amas?-Él bajo su mirada, pero luego la volvió a mi mientras asentía. Se suponía que mi corazón se tenía que romper con Nick diciendo que amaba a alguien más. Eso no pasó. Nada se movió dentro de mi cuando me lo afirmó. No sentía absolutamente nada por él. Ni siquiera me importaba que estuvieran juntos. De todas formas, no podía olvidar que ellos me habían traicionado y no podía quitar de mi cabeza que ambos se habían burlado de mi.-Eso esta bien. Al menos, si todo esto paso entre nosotros tres, que valga la pena-le respondí. Y realmente lo pensaba. Por lo menos, sé que todo lo que sucedió fue porque enserio se querían y no simplemente por algo del momento. Nick volvió a sonreir.-Pero no puedo perdonarlos.-

-Lo sé, y en realidad espero que en algún momento puedas hacerlo.-


-No creo que eso sea posible.-


-Nunca se sabe.-Nick desvió su mirada más allá y luego me volvió a mirar.-En este momento, sería perfecto un abrazo de reconciliación. Todas las animadoras están mirando y si queremos que el resto de la escuela se enteré, ellas se harán cargo de eso...sin ofender.-dijo y yo solté una risita.-


-Quédate tranquilo, sé que no soy como ellas.-Luego de eso, lo abracé y él envolvió sus brazos alrededor de mi cuerpo. Realmente anhelaba la normalidad como para hacer esto. La necesitaba, y haría todo por volver a conseguirla. Necesitaba estabilizarme y asegurarme que todo iría tal y como lo planeé.


-Bien, para el final del día, todos estarán hablando de cuan perfectos nos vemos juntos otra vez.-susurró abrazándome.


-Realmente me gustaría pegarte en vez de abrazarte-le dije y sonreí por mi honestidad.


-Apreció tu honestidad, pero no puedes hacer eso ahora, quizás algún otro día cuando estemos a solas y yo tenga alguna especie de traje para no salir con moretones de eso.-Yo reí y Nick también lo hizo. Había olvidado que detrás de toda esa imagen de chico serio, se encontraba un chico divertido y gracioso. Nos separamos del abrazo y Nick se marchó. A los segundos, me encontraba rodeada por las animadores chillando y preguntándome que había sido todo eso. Todas se mostraban demasiado alegres cuando les conté que volvimos a ser amigos. Realmente eran estúpidas o qué? Hasta ayer estaba dispuesta a matar a ese chico por lo que había hecho y ahora ellas simplemente creían que lo perdonaría así de fácil? Pobres ilusas.


-Entonces, volverán a estar juntos?-me preguntó Megan. Algo feo estaba en su mirada. Realmente esta chica me estaba cayendo mal. La envidia le corría por las venas, y la pobre no era lo suficientemente buena como para ocultarlo.


-No lo sé, nunca se sabe.-le respondí fingiendo una sonrisa, aunque sabía que me estaba ganando más odio de su parte. Después de un rato más de charla cada una se dirigió hacia su próxima clase. Al final del día, estaba más que lista para volver a casa. El día me había dejado exhausta y lo único que quería era descansar un rato. Pero al parecer alguien pensó lo contrario y decidió detenerme en mi camino a la salida. Solo con sentir su mano sobre mi pude saber de quien se trataba. Su mano sobre mi brazo me hacia arder y solo una persona podía lograr eso. Me arrastró hasta uno de los salones ya vacíos y alejados del colegio, y recién una vez que nos encontrábamos allí adentro con la puerta cerrada, decidió soltarme.-Qué te pasa nene? Queres dejar de hacer esto? No es divertido que simplemente vengas y me arrastres hacia algún lado.-


-Yo no soy lo suficientemente bueno para ti pero si lo es el chico por el cual perdiste a tu mejor amiga?-dijo con un tono enojado en su voz.


-De que hablas, Joseph?-


-Sabes perfectamente de lo que te hablo. Te vi en el medio del pasillo abrazarte junto a Nick.-Al parecer las animadoras no eran las únicas espectadoras de nuestro pequeño espectáculo junto a Nick. Debí pensar en esto. No, en realidad había pensado en esto cuando lo hacia. Había pensado en una manera de frenar lo que sucedía con Joseph, pero al parecer solo había hecho las cosas peores.-Quieres que te recuerde por quien decidiste emborracharte y quien estuvo ahí cuidando de ti esa noche!? Necesitas recordar cuando lloraste porque te habías peleado con tu mejor amiga por culpa de ese imbécil y yo fui el que estuvo para ti en ese momento?-Yo bajé la mirada y negué con la cabeza.-Yo no soy lo suficiente para ti pero un imbécil que te lastima si lo es!?-


-No es así.-


-Y entonces cómo es!?-dijo gritando.-Porque no tengo dinero, no soy el perfecto chico por el que toda chica muere, porque no soy el chico soñado por tus padres es que no puedes sentir algo por mi!? Decides entregarte a los brazos de alguien a quien nunca le importaste antes de admitir que cuando nos besamos te pasa exactamente lo mismo que a mi!?-Yo no respondí. Simplemente me quedé callada mirando hacia el suelo, tratando de procesar lo que me estaba sucediendo en el momento. Quería gritarle que lo admitía, que cada vez que nos besamos o me toca me lleva a otro mundo, pero no podía hacer eso. Eso estaba mal incluso admitirlo a mi misma.-Maldición!-dijo y luego golpeó con su puño uno de los bancos del lugar. El ruido que había hecho con su golpe lleno el salón y resonó en mis oídos, haciéndome temblar.-Es eso o es que por una vez en tu vida estas sintiendo algo real y no quieres admitirlo!?-Yo lo miré con lágrimas en mis ojos. Esta situación me superaba y no estaba lista para enfrentarla. No quería pensar en esto. No quería a Joseph frente a mi preguntándome si era lo suficientemente bueno como para merecer que yo sienta algo por él. No quería escucharlo reprocharme que me admita a mi misma lo que sentía.


-Basta Joseph, por favor. No necesito esto. Necesito normalidad, necesito que las cosas sean como tienen que ser y punto.-dije tratando que el nudo en mi garganta no se note en mi voz.


-Y las cosas como tienen que ser para vos? Nick y vos juntos? Toda la escuela alabándolos? Vos siendo la chica superficial que todos esperan? Olvidarte lo que es sentir de verdad? Hacer todo porque es lo que se supone que tenes que hacer? Realmente, queres eso para vos?-Yo no respondí. No estaba segura de poder hacerlo sin llorar.-Si es lo que esperas que suceda, no voy a dejar que pase. Sé que cuando nos besamos hubo algo especial, por más que quieras negarlo. Algo pasó ahí y ambos lo sabemos. No puedes actuar como si esto no te provocara nada.-dijo acercándose a mi y poniendo una mano en mi mejilla y la otra en mi cadera. Me estremecí y supe cuan débil estaba siendo.-Ahí está de nuevo. Estas temblando con tan solo tocarte. No puedes hacer como si nada pasara cuando estamos juntos.-dijo para luego rosar sus labios con los míos y finalmente besarme. Yo me deje llevar por el beso mientras lágrimas rodaban por mis mejillas. Yo no era lo suficientemente fuerte como para controlar esto. Y tampoco podía permitirme simplemente dejarme sentir esto como si no hubiera ningún tipo de consecuencia. Por qué Joseph? Por qué no podía ser cualquier otro chico? Por qué me sentía así cuando lo tenía a él cerca? Por qué me tenía que costar tanto controlarme? Estaba angustiada y necesitaba calmarme. Esto me estaba agotando. No sabía por cuanto tiempo iba a poder manejarlo.
Él se separó de mis labios y sus pulgares recorrieron mis mejillas, limpiándome las lágrimas que estaban allí. Yo lo aparté de mi, y me puse lo suficientemente lejos de él.


-Basta, me estas volviendo loca! Por qué haces esto?-le dije con mi voz algo quebrada.


-Porque no puedo negarme a lo que me pasa cuando te tengo cerca.-Yo me lo quedé mirando en silencio. Sus ojos brillaban, como si tan solo mirarme fuera especial para él.


-Y qué es lo que te pasa?-


-No lo sé, pero es especial, y no estoy dispuesto a perderlo.-Yo baje la mirada, no podía soportar verlo y hablar razonablemente.


-Esto es un error.-


-No, no es un error. Esto es real y no tienes que tener miedo a sentirlo.-dijo seguro de sí mismo.


-Cómo sabes que esto es real?-Pregunté intrigada. Él parecía tan seguro de todo y yo solo quería esconderme, quería huir, no quería que esto me pase y a la vez sentía que nada más se sentiría tan bien como esto.


-Simplemente lo sé. Lo siento en mi. Lo siento cuando nos besamos, cuando te tengo cerca, cuando te miro. Cuando nos besamos, qué sentís?-


-Yo siento que el corazón se me acelera, que me hierve la sangre, que mi estómago se enloquece. Me siento vulnerable y a la vez fuerte.-dije hablando desde lo más profundo de mi, no pudiendo controlarme. Él sonrió. Yo negué con la cabeza, volviendo en sí.-Esto es una locura. Hay que terminar con esto.-


-No se puede. Queres terminarlo porque tenes miedo al cambio, pero ya algo cambió. Ya nada va a volver a ser como antes porque por más que luchemos y luchemos contra esto, por más que intentemos ignorarlo, los sentimientos están ahí y no se van a ir a ningún lado.-Yo tragué intentando ignorar el nudo en mi garganta. Él tenía razón, nada volvería a ser como antes, pero no estaba dispuesta a dejar ir todo lo que tenía por seguro. No estaba dispuesta a enfrentarme a lo desconocido, no quería hacerlo. Necesitaba aferrarme y quedarme en el sitio donde estaba cómoda, por más que jamás me volviera a sentir como lo hacia cuando sus labios se encontraban con los míos.


-Yo no puedo hacer esto. Esto no está bien que suceda entre nosotros. Yo no tengo miedo al cambio o a sentir algo real. Simplemente nada va a pasar entre nosotros. Esto es una tontería. Dentro de unos días, a ninguno de los dos nos va a pasar nada.-Él rió. Era una risa amarga, no divertida.


-Esto no es ninguna tontería y tarde o temprano vas a tener que aceptarlo. Yo solo voy a hacerte ver cuan real es esto que nos pasa. No te voy a dejar ir tan fácil.-Yo fruncí el ceño, algo confundida. Alguien, por una vez en mi vida, me estaba diciendo que no quería dejarme ir y yo lo único que hacía era huir. Algo estaba mal conmigo. Algo estaba mal en todo esto. O mejor dicho, todo esto estaba mal.


-Necesito irme.-le dije. Necesitaba escapar de allí. Necesitaba estar en mi casa, con mis cosas y sentir que todo era tan estúpidamente perfecto y calmo como antes, por más aburrido que suene eso. Él asintió, entendiendo lo que le estaba diciendo. Yo me dirigí a la puerta y él habló a mis espaldas.


-Sabes que voy a seguir intentando y no voy a rendirme rápido.-Lo sabía. Claro que lo sabía. Él no pararía hasta que yo le dijera que me moría por él y le rogará que nunca me soltara. Yo no podía hacer eso. Eso significaba perderme a mi misma y cualquier control que tenga sobre mi vida. Necesitaba enfocarme en mis prioridades, y Joseph no podía ser una de ellas. Nunca volvería a la normalidad, eso también lo sabía, pero prefería fingir que todo era como tenía que ser, que arriesgarme por algo que no me iba a llevar a ninguna parte.

Era viernes por la noche y yo sólo tenía ganas de salir de casa. Hoy Sarah no estaba, mis padres le habían dado el día libre y eso no era bueno. Seguro era otro de sus planes para que yo haga algo que querían que haga. Usualmente eran cosas de su trabajo como reuniones o ir simplemente de vacaciones simulando ser una familia feliz en la que todos se aman. Yo no entiendo realmente que pasa que últimamente pretenden cambiar todo, pretenden comprar mi amor. Se piensan que van a arreglar años de descuido por unas noches o almuerzos juntos… Usualmente lograba librarme de esto, pero al no tener la complicidad de Sarah ya no podía zafar.

-Hija, acordate que hoy tenemos una cena especial.– dijo mi papa sacando de mi cabeza todo plan para escapar.

Desperté el sábado en la mañana sonriendo contra mi voluntad. Había soñado con Joseph. Él simplemente se había instalado en mis sueños aunque yo no quisiera, y sabía que no podía hacer nada contra eso. Podía fingir cualquier cosa, pero no podía controlar y callar a mi subconsciente.

Froté mis ojos recordando que hoy era la gran noche de apertura del campeonato. Hoy era el primer partido de la temporada y yo iba a estar allí alentando a nuestro equipo junto a las animadoras. Esta noche todo el entrenamiento valdría la pena. Sería mi último partido de apertura como capitana de las animadoras y eso me ponía de cierta forma melancólica, haciéndome viajar por los recuerdos desde la primera vez que animé un partido. Recuerdo cuan nerviosa estaba al ser una novata, estaba totalmente aterrada de caerme o confundirme en algo y fallar. Sol también estaba allí y ambas no podíamos dejar de hablar la noche anterior del partido de lo ansiosa que estábamos. Ahora no estaba Sol junto a mi para mirarla y calmarme antes de empezar la coreografía, pero eso no tenía que importarme. Ya no era una novata, ya era una experta en esto y todos estos años me habían hecho sentir lo suficientemente segura como para ni siquiera ponerme nerviosa antes de que la música empiece a sonar.

Una hora antes del partido, me puse en mi uniforme de animadora y me sujete el pelo en una perfecta cola de caballo, cuidando que nada quede suelto. Luego preparé mi bolso con un vestido corto rojo y unos zapatos de taco negros junto a mi bolsa de maquillaje. Como ya era una costumbre, luego del partido de apertura habría una fiesta, y esta vez sería en la casa de Nick. Incluso si perdíamos, todo el mundo estaba lo suficientemente emocionado por una nueva temporada como para ir a festejar. Al final de la noche a nadie le importaba realmente si habíamos ganado o perdido, aunque en los últimos años solo habíamos podido festejar victorias. Nuestro equipo, sin dudas, era un equipo ganador, por lo que no era difícil animar al público, ellos ya estaban animados por el partido incluso sin nosotras allí.

El chófer de mis padres me llevó hasta mi colegio, donde sería el partido esta noche. Ni bien llegue me dirigí hacia los vestuarios, donde ya estaban la mayoría de las animadoras. Cuando por fin estábamos todas, salimos junto a la entrenadora a la cancha de juego. Las gradas estaban llenas de gente gritando y festejando, de parte de ambos equipos. Teníamos la suerte de jugar de locales el primer partido, gracias a la victoria del año anterior en el campeonato. Yo no pude evitar sonreír, toda esa alegría que tenia la gente nunca fallaba en llenarme de adrenalina.

-Bien chicas, el público esta totalmente feliz, no podemos dejar que ellos bajen esa genial energía.-les dije al resto de las animadoras mientras estirábamos.-Muchas de nosotras ya no estaremos aquí el año siguiente para alentar al equipo y alguien más será la capitana, así que todas deberíamos realmente disfrutar este ultimo primer partido juntas como equipo.-Todas asintieron emocionadas y yo no pude evitar sonreír.

-Esta realmente lleno hoy, parece como si ni siquiera hubiera lugar suficiente aquí para tanta gente.-dijo Brook, una dulce chica que también se graduaría este año. Había compartido varias clases con ella además de las animadoras y me caía realmente bien. Era una gran chica.

-Sí, incluso gente que nunca en su vida asistió a un partido de nuestro equipo decidió venir a apoyarlos.-comentó Savannah, una chica de un año menor y la posible futura capitana. Me caía bien por lo que me encantaría dejarle mi título a ella. Yo miré hacia donde Savannah tenía su mirada y mis cejas se arquearon al mismo tiempo que mi boca se abría. Sus ojos se cruzaron con los míos, mientras una sonrisa se formaba en su boca. Yo enseguida miré hacia otro lado, intentando no prestarle atención. Joseph estaba parado en la entrada del estadio, a un costado de las gradas, junto a algunos de sus amigos. Que hacía aquí? Él nunca venía a estas cosas, ni a ninguna otra cosa relacionada con la secundaria. Intenté concentrarme, pero realmente no estaba funcionado, por lo que decidí levantarme e ir a encararlo.

-A donde vas Gaby?-me preguntó Kate.

-Al baño, enseguida regreso.-No era muy buena al inventar excusas.

-Apúrate que ya va a empezar!-me gritó Brook mientras me dirigía a donde estaba Joseph con una mirada de bronca. Él solo sonreía como si todo fuera gracioso. Incluso si esa sonrisa me daba todo vuelta, no haría que mi ceño fruncido se vaya a ninguna parte. Cuando me acerque lo suficiente lo tomé de su brazo disimuladamente.

-Hablemos.-le dije cortante mientras lo arrastraba rápidamente dentro del pasillo del colegio, lejos de la mirada de toda la gente. No necesitaba a la escuela entera presenciando nuestra charla. Sus amigos gritaron algunas cosas estúpidas acerca de nosotros y de mi llevándomelo lejos, que solo me enfurecían más. Cuando estuvimos en el pasillo que se dirigía a los vestuarios, lo solté y él solo me miró con esa estúpida sonrisa todavía en su cara.-Qué haces aquí!?-le grité.

-Creo que eso es obvio.-dijo revoleando los ojos como si yo fuera estúpida al preguntar eso.

-Acaso viniste a alentar a nuestro equipo?-dije sarcástica.

-No soy muy fanático de alentar a los demás mientras se pelean por conseguir una pelota, pero si me gusta venir a ver a una linda animadora.-Yo fruncí el ceño aunque por dentro estaba sonriendo.

-No podes estar acá.-

-Por qué no? Solo soy otro adolescente en el partido del equipo de su escuela.-

-Sabes a lo que me refiero! Nunca venís ni vos ni tus amigos a los partidos, por qué decidirían empezar a venir en el ultimo año?-

-Bueno, quizás querramos vivir cosas que nunca vivimos en toda nuestra secundaria.-Él sonrió y yo suspiré. Joseph se me quedó mirando y luego se acercó más a mi.

-No, no, acá no, para, no!-le dije alejándolo.-Para qué viniste? No te alcanza con verme y volverme loca toda la semana?-

-No, la verdad que no. Además, sé que esto es importante para vos, y solo quise venir para apoyarte, para estar en un momento importante para vos.-Yo, sin poder evitarlo, sonreí como una boba. Él estaba ahí, incluso si no le agradaban los partidos, simplemente porque esto era importante para mi.

-Acaso no trabajas los fin de semana por la noche?-le pregunté cambiando de tema.

-No, este fin de semana no.-Y en vez de irse a divertir con sus amigos estaba aquí, por mi. Era su noche libre y decidió gastarla conmigo.-Quiero verte después del partido.-

-No, no puedo. Hay una fiesta después y no puedo faltar.-

-No te hará nada llegar unos minutos más tarde. Prometo llevarte si es necesario y dejarte a una cuadra de distancia para que no nos vean juntos.-

-Para qué queres verme?-le pregunté curiosa.

-Simplemente quiero estar con vos en un lugar tranquilo y sin que nadie nos interrumpa.-Cuando estaba a punto de decir que sí, mi cerebro decidió ponerse en funcionamiento dejándome saber, una vez más, que esto estaba mal.

-No! No yo no...-él me interrumpió antes de que pueda terminar la frase.

-Te voy a estar esperando cuando termine el partido en la pileta del colegio, y mejor que vayas, porque me quedaré ahí hasta que decidas aparecer.-

-No puedo!-le dije una vez más.

-Deja de pensar en lo que podes o no y empeza a pensar en lo que queres. Yo te voy a estar esperando, vos decidís que haces.-Yo me lo quede mirando, preguntándome que hacer, si debía ir o no, hasta que pude volver a tierra.

-Tengo que irme, antes que alguien venga a ver por qué tardo tanto.-

-Esta bien.-dijo él y cuando me iba a voltear para irme, aferró su mano en mi cadera y me dio un rápido y suave beso, dejándome, otra vez, como tonta.-Para la buena suerte.-me dijo con su linda sonrisa característica. Yo le di una media sonrisa y me marché hacia el campo de juego.