El Robot del Placer (Joe y tú)

Joe llegó al coche justo cuando ella levantaba la puerta.
—¡Oh, gracias a Dios, que te encontré justo a tiempo! —Ella se lanzó a sus brazos y Joe dio un paso hacia atrás para absorber el impacto—. Pensé que podría ser demasiado tarde. —Lo abrazó con fuerza por la cintura, pero ni por esas paró su nervioso balbuceo—. Primero no podía encontrar la maleta correcta, luego no sabía que meter en ella. —Se apartó de su pecho con un empujón, y le acunó la cara con las manos—. Pensé que nunca te vería otra vez.
Por un momento el corazón de Joe estuvo extremadamente contento de verla. Pero luego se dio cuenta de lo que acaba de decir. La empujó.
—No vienes conmigo —gritó él.
—No, no lo hago. —Ella sonrió, sin importarle su ceño, el que hacía a la mayoría de los hombres correr para esconderse—. Tú vienes conmigo. Estamos escapando. Agnes lo tiene todo arreglado. Incluso tengo una nave. No es el último modelo de crucero ni muy elegante, pero es sólida y resistente. ¡Te encantará!
—¿Compraste una nave?
—¡No, tonto! Robamos una.
—¿Robamos una nave? —repitió como un loro, estupefacto por su audacia.
Ella miró más allá de su hombro y abrió mucho los ojos.
—¡Oh Dios mío! ¡Hay toda una furgoneta llena de Robots del Placer!


Capítulo 10


—¿Robots del placer? —La voz de Reiver hizo eco de sus propios pensamientos.
Los dos hombres compartieron una mirada confusa. ¿De qué demonios estaba hablando ella?
—¡Ups! —______ se mordió el labio—. Necesitamos apurarnos. Nuestra nave está en camino para rescatarnos.
A Joe no le gustaba la forma en que Reiver la estaba mirando de arriba abajo, o la sonrisa un poco atontada que curvó sus labios.
—Simplemente regresa a tu coche, _____ —dijo él—. Sabes que tengo que irme. Tú te quedas.
—Pero Joe, no puedes regresar a tu nave. Ellos estarán allí, esperándote.
—¿Quiénes?
—¿Ellos? —Ella se encogió de hombros, su mirada descendió a su pecho —. Pregúntale a Agnes.
—Clientes, probablemente —dijo Reiver—. ¡Cojones!
Joe le miró furiosamente.
—¡Reiver!
—Lo siento, Capitán. ¡Maldición! —Finalmente Reiver arrancó su mirada de _______—. Capitán, si ella está en lo correcto, no pueden estar demasiado lejos de nosotros. Metámosla dentro de la furgoneta. Lo resolveremos de camino.
Joe suspiró y la sujetó del brazo.
—Tendremos que dejar el auto por ahora. Más tarde pediremos un taxi. —Él se dirigió hacia la camioneta.
—¡Mis cosas! —_______ tiró de su brazo hacia atrás y se encaminó hacia la furgoneta.
Joe maldijo por lo bajo.
—Métela en la furgoneta, Reiver.
_______ frunció el ceño.
—Pero...
Reiver bajó su hombro, la embistió con gentileza en el abdomen, y la levantó.
______ gritó, sujetándose por la parte trasera de su guardapolvo. Levantó la cabeza y gritó:
—No te olvides de Agnes ni de mi maleta. Oh, ¡Y del cojín! —Se elevó una vez más y le sonrió a Reiver, mientras este caminaba a grandes pasos hacia la camioneta—. A propósito, mi nombre es _______.
—Por supuesto, amor.
Joe maldijo por lo bajo. Solamente se requirió de una pelirroja chiflada para echar a perder una huída perfectamente planeada. Corrió hacia el auto y tomó una maleta púrpura, una pequeña caja rosa y un cojín que, sospechosamente, se parecía a uno de los del sofá de ella.
Reiver detuvo la furgoneta junto a él, y Joe lanzó las cosas a través de la puerta, a las manos de su tripulación que lo estaba esperando. Cuando se giró, encontró a ______ encaramada sobre el regazo de Nate.
—He decidido llevarlos a todos con nosotros —dijo ella, su brillante sonrisa resplandeciendo como un arco iris.
Su tripulación sonreía abiertamente mientras él tomaba asiento en la parte delantera.
—Ven aquí, ______ —dijo entre dientes.
Él la observó en el espejo. Los ojos de ella se dilataron, y luego sus cejas descendieron en un fiero ceño.
—Estoy perfectamente cómoda.
—Nate, si en dos segundos ella no sale de tu regazo y tu mano no está apartada de su cadera, voy a matarte.
Nate no pudo apartarla lo suficientemente rápido.
______ alisó con una mano la parte trasera de sus pantalones y dio un paso entre los asientos. Se tomó su tiempo para situarse de costado sobre su regazo. Para cuando se hubo acomodado a su gusto, la verga de Joe estaba tiesa como un atizador.
—¿Qué demonios te pusiste? —preguntó, advirtiendo por primera vez los pantalones negros que se ajustaban como una segunda piel, y el suéter de cuello alto.
—Esto es todo lo que tenía que podía llevar para esconderme entre las sombras. Tenemos que escabullirnos a bordo de la nave cuando el sol se ponga.
—¡Oye, que estás sobre mis pelotas! —bramó él.
______ dio un respingo.
—¿Es que tienes que gritarme? Estoy bien aquí.
Joe tomó un profundo respiro y comenzó a contar.
—Tu cara se está poniendo roja.
—¡Ejem! —Reiver se aclaró la garganta—. Ha llegado el momento de que te quedes quieta, ______.
—Estoy sobre mis p…
—¡______! —la advirtió Joe.
—Está bien —resopló ella—. Te estoy salvando de un destino peor que la muerte, y esto es todo el agradecimiento que obtengo.
—¿Salvándome? Yo estaba salvándome a mí mismo y a mi tripulación hasta que estuviste cerca de acabar con mi vida con tu maniobra de conducción kamikaze.
—Pero yo no estaba conduciendo —dijo ella, con los labios apretados.
—Entonces ¿Quién demonios era?
—Agnes. La había conectado.
Joe sintió un tic nervioso en la esquina de su ojo.
_____ plegó sus manos en su regazo y alzó la barbilla.
Él cubrió sus manos entrelazadas con la suya y las apretó, una amenaza no tan sutil para que ella se comportara.
—Ahora, me dirás de qué se trata todo esto.
—No diré ni una palabra más. —Ella inhaló por la nariz y fijo su atención en la carretera que se hallaba frente a ellos.
—Lo harás, amor, o te pondré sobre mi rodilla.
Su barbilla se elevó aún más, pero su pecho subía y bajaba más aceleradamente.
Interesante.
Él se inclinó aún más para susurrarle al oído.
—Te daré unas nalgadas en tu culo desnudo delante de toda mi tripulación si no comienzas a hablar ahora.
Ella lo observó de forma cortante.
—No te atreverías.
—Ponme a prueba, cariño —sonrió él.
—Necesito a Agnes —dijo ella.
—No regresaremos por ella.
_______ señaló con la cabeza por encima de su hombro.
—Está justo detrás de nosotros.
Él miró hacia el cielo, rogando por paciencia.
—¿En qué bolsa?
—¿Agnes está en una bolsa? —preguntó Reiver, con expresión consternada—. ¿Qué hiciste, amor? ¿La cortaste en trozos?
Joe le miró encolerizadamente.
—¿Cuál es la condenada bolsa?
—La pequeña rosada. Es el estuche de ella.
—Nate, alcánzale su maldita bolsa.
—Sí, capitán.
—Sé cuidadoso con Agnes —gritó ________, logrando alcanzar el estuche.
Joe divisó una pequeña caja que lucía como esas que las mujeres portaban con su maquillaje. ________ presionó un botón que se hallaba en el costado, y se alzaron los paneles.
—¡Guau! —La voz de Agnes sonó desde los pequeños altavoces, ubicados debajo de los paneles—. Veo que ______ te alcanzó justo a tiempo, contrabandista.
—¿Qué es eso acerca de mi nave? —gruño Joe
—Pienso que debo haberme dañado en el camino. —Ella tosió—. Necesito suspender mis operaciones temporalmente para accionar un poco de mantenimiento.
—¡Agnes! Suelta la lengua.
—No hay necesidad de gritarle —dijo ________—. Solamente está tratando de ayudar. Aunque ahora, estoy pensando que he cometido un gran error de juicio. ¡No hay forma de que pudiese amar a alguien tan terco e irascible como tú!
Joe se quedó quieto.
—¿Me amas, _______?
Los ojos de _______ se llenaron de lágrimas.
—¡Mierda!
—¡Capitán! —Gritó la tripulación entera.
—Lo siento. —Él ahueco su mejilla con la palma de su mano—. Únicamente piensas que me amas, _______. No soy hombre para ti.
—Soy una mujer adulta —dijo ella, con fiera cólera en sus ojos—. No te atrevas a decirme que no sé lo que siento. Estoy sacrificando todo lo que poseo, todo lo que soy, por ti.
Joe rozó el labio inferior de ella con su pulgar.
—¿Y si te pido que te vayas a casa y te olvides de mí?
Los ojos de _______ se cerraron y le besó la yema de su pulgar.
—No me iré —dijo con su voz quebrándose. Abrió los ojos y lágrimas corrieron por sus mejillas—. No puedo.
Él asintió con la cabeza y la acercó hacia su pecho. Su corazón estaba tan lleno que temió hablar a través del nudo que tenía en su garganta, al menos mientras su tripulación estuviese escuchando tan atentamente. Mejor esperaba a decirle a ella cómo se sentía más tarde.
—Capitán ¿La nave? —preguntó Reiver discretamente.
________ se apartó del pecho de Joe y se secó las lágrimas de sus mejillas con el dorso de la mano. Se giró en redondo hacia Reiver.
—Agnes te dirá a dónde ir.
—Ya lo hice, jefa —dijo Agnes en voz baja.
Las cejas de Reiver se alzaron juntas.
—Eso significa que es la misma…
Joe movió su cabeza negativamente para silenciar a Reiver. Agnes se traía algo entre manos. Estaba llevándolos hacia La Doncella, la misma nave que ella le había informado a _______ que iban a robar. No quería que ______ se alterara aún más por causa del juego de Agnes.
—¿Qué es un Robot del Placer?
Si los brazos de Joe no hubieran estado ocupados con ______, le daría a Reiver un puñetazo.
_______ se puso rígida como una columna y su cara perdió el color.
—Al parecer yo esperaba que no repararais en eso.
—¿Cuál es el problema, amor?
Los ojos de _______ se llenaron de lágrimas nuevamente.
—No sé cómo decirte esto Joe. Vosotros no sois contrabandistas.
—¿No lo somos?
Ella asintió tristemente.
—Vosotros sois robots. Habéis sido programados con recuerdos y personalidades individuales, y para pensar que son reales. No quería que lo supieras.
—¡Aa... Agnes! —dijo él, rechinando los dientes.
—Ahora no vayas a darte aires de suficiencia conmigo, Joey. Si tú no hubieras forzado la entrada de su casa en primer lugar…
—¿Forzaste la entrada de mi casa? —la cara de _______ mostraba su confusión.
Joe se encogió de hombros.
—Sí, estaba huyendo. Te lo dije.
—Pero eso era sólo parte del guión que Playthings construyó para ti.
—Agnes, ¿con qué clase de mentiras has estado alimentando a esta chica?
—No te enojes con ella —dijo _______, el color regresaba a su cara con intensidad.
—No soy un condenado robot. Tampoco lo son mis hombres. Díselo, Agnes.
—______, cariño. Está diciendo la verdad. Tu Robot del Placer no había sido devuelto a la tienda. Cuando Joe irrumpió ilegalmente, la situación se presentó por sí misma…
—¡Construiste esta historia para salvar tu lamentable trasero! —dijo _______, sintiéndose como una tonta—. Tenías miedo de que formateara tu disco duro. Agnes ¿Cómo pudiste? ¡Me entregaste a un total extraño!
—Hice lo que había que hacer. Te di tu fin de semana de placer.
—Me manipulaste. —Ella miró a Joe—. Ambos lo hicisteis. —Luego luchó por ponerse en pie—. Paren la furgoneta. Paren ahora. ¡Quiero bajar!
Joe apretó sus brazos alrededor de ella.
—No te irás a ningún lado. Reiver, llévanos a la nave. Lo resolveremos una vez que estemos a bordo.
—¡Sí, Capitán! ¡Ella pensaba que éramos Robots del Placer! —Su boca hizo una mueca en las comisuras—. Me han llamado de muchas maneras…
—¡Reiver!
—¿Sí, capitán?
—Recuérdame que te pase por la quilla más tarde.

AJAJAJAJAJA POBRE JOE, NO ES UN ROBOT ES DE CARNE Y HUESO! Y AHORA ME ENOJÉ ?)
ADELIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN QUIERO MÁS :bounce: PERO EN REALIDAD NO QUIERO PORQUE VA A TERMINAR :'''| PEEEEEEEEERO ?) POR OTRO LADO SEEEGURO QUE VAS A SUBIR LA NOVE DE NAVIDAD ASI QUE, NO SE :| JAJAJAJAJ

SEEEEEEEEEEGUIIIIIIIIIIILAAAAAAAA ADELIÑA ?)

TE SUUUUUUUUUUUUUUUUUUUPER RECOOOOOOOOOOONTRA QUIERO SIS
:hug:

Solo puedo decir una cosa:

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJ

No se si antes me presente como nueva lectora, pero, me presento otra vez.

me encanta :D

SIGUEELAAAA!

SIGUEEELAAAA!

SIGUEEELAAAA!

SIGUEELAAAAA!

quiieroo massss capp.!!!! :( peroo ya se va a terminaarrr sniff snifff.

Holaa... nueva lectora...
dime vale xD...
AMO esta nove
de verdad que me encanta
jajaja joe un robot... yo lo compraria sin pensar....
Esta fantastica la nove...
suerte que no aun no esta terminada...
queria comentarla...
Quiero que la sigas... pero no quiero que sea el final u.u
casi llore cuando joe se fue....

Me encanta... y siguelaaa
auqnue sea e final :sad:

SIGUELAAA!!!