After The Storm Comes The Rainbow *Zayn Malik y Tú* [TERMINADA]

- Es… Es Bárbara. -Me dijo muy bajo.

Me rogó que me esconda. Por más que no quería hacerlo, me sentí culpable, no pude evitarlo. Estaba dentro del armario de la sala. Pero podía ver desde adentro, porque había un pequeño espacio que no dejaba cerrar la puerta del todo. Se saludaron con un beso, ella lo abrazaba con tanto cariño. Y ahí es cuando me golpeé de un impacto contra el fondo de mi propia realidad, en sentido figurado. Me vi a mí misma, escondida en la oscuridad, llorando por alguien que no me respeta, viendo todo en segundo plano, deseando ser alguien que jamás podré ser. Me vi siendo la tercera en discordia, la “otra”. ¿Yo quería eso para mi vida?
Estuve a un paso de salir de ese armario y decir toda la verdad. Pero sabía que el tiempo me separaba más de Zayn y me acercaba más a Matt.
Él le inventó la excusa de que estaba ocupado y necesitaba que se vaya, entonces ella se fue rápidamente. Pero me di cuenta de algo: se amaban, lo podía ver. Se querían en serio…
Salí lentamente decepcionada.

- ¿En qué estábamos? -Me preguntó como si nada hubiera pasado.
- Ya está Zayn. Ya se acabó.
- ¿Qué cosa se acabó?
- Esto. Lo nuestro se acabó. Hoy vine simplemente a decirte que me corro a un lado, te dejo el camino libre con Bárbara. Ella te ama, lo vi en sus ojos. No quiero hacer más este papel. Una vez en mi vida quiero ser feliz sanamente. Constantemente espero muchas cosas de ti, y comprendí que tú nunca me las vas a dar. Te amo, pero no puedo seguir sufriendo más, no quiero seguir más con esto. Me hace mucho daño. Por favor, no la hagas más difícil. Déjame vivir, déjame poder amar sin límites, déjame ser feliz… -Se puso a reflexionar, estaba mirando el piso, subió la mirada hasta encontrar la mía.
- Yo nunca quise hacerte daño, tú serias a la última persona que quisiera lastimar. Perdón por hacerte sufrir. Perdón por esconderte, por mentirte, por hacerte infeliz. Tú me lo diste todo y yo no te devolví nada. Pero quiero que sepas, que aunque nos separemos no significa que no te ame, o que no seas importante para mí. Me duele tener que decirte adiós. Si tuviera que elegir entre Bárbara y tú, te erigiría a ti mil veces. No puedo creer como fui tan ciego de no ver lo que tenía en mis manos. Tú no te mereces todo esto. Perdóname ______.


Nunca lo había visto tan triste, tan acabado. Ese era nuestro final. Me ponía muy triste terminar así. Él fue mi primer amor, y apostaba una vida entera junto a él. Pero nunca se saben las vueltas del destino. Nos abrazamos, él tomó mi mano. Di media vuelta, no quería soltarlo, pero ya nada era igual entre nosotros, nuestros dedos se desenlazaron y la distancia y la frialdad terminó de separarnos.
Abrí la puerta y me marché. Sentía un vacío inmenso dentro de mí. Pensamientos inundaban mi mente. Pero eso era lo que yo había elegido y esa decisión fue la correcta. Mis recuerdos con el estaban envenenados, pero fueron hermosos.

Estuve en casa acostada el resto del día. Pero esta vez mi mente estaba en blanco, lo que me resultó raro fue que no solté ni una lágrima, sentía que ya había llorado demasiado. No podía sacarme ese gusto amargo que tenía, no me lo podía sacar de adentro mío.

Al otro día tuve escuela, puse todo de mí para no pensar en él y no mirarlo, y lo logré. A la tarde fui a la casa de Matt, lo necesitaba tanto en ese momento. Me abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja dándome la noticia que el papa le regaló un auto. Él ya tenía la licencia de conducir anteriormente, pero recién ahora le compraron el carro.
Me presentó por primera vez al papá. Un hombre muy simpático, con pelo canoso, unos 45 años, anteojos, y barba. Muy agradable.

- ¿Vamos a dar una vuelta? -Me preguntó Matt.
- Dale vamos. -Le contesté emocionada. El padre me invitó a cenar, iríamos a estrenar el auto y volveríamos a comer, cocinaba él.

El auto era rojo, estilo de los años 90’. Muy lindo.

- ¿A dónde quieres ir? -Me preguntó.
- Llévame lejos. -Le conteste con toda la sinceridad. Condujo por una ruta por 30 minutos, pero subimos la música y sin vergüenza al ridículo cantamos y la pasamos muy bien. Hasta que llegamos a un lago, era hermoso el lugar. Había árboles y una hermosa puesta de sol. Era justo el atardecer, nos sentamos en el pasto sobre un viejo árbol, él me rodeaba completamente.

Estaba recostada sobre su pecho. Sintiendo sus brazos, oliendo su perfume, mi cabeza entraba perfectamente en su cuello. Sin decirnos una palabra, disfrutando de la vista, era un momento de calma, de tranquilidad, de quietud. Lo miré, y desde ese ángulo lo veía perfectamente, los últimos rayos del sol del día iluminaban su rostro de tal manera que me hacía sentir cosquillas en el estómago. Él sintió mi mirada, y nos dimos un beso apasionado. El mundo estaba en nuestras manos, si hoy fuera el último de mi vida, erigiría estar justo en ese lugar, a esa hora, con él.
No podría estar más completa. Matt era el hombre de mi vida, él era el que me hacía feliz, el que me hacía olvidar de todo con solo una mirada. Era la persona en quién más confiaba, mi alma gemela, mi amigo, mi todo.

Hasta que me llegó un mensaje de texto. Era nada más ni nada menos que Zayn.
“Te extraño.” Me escribió.

¿Por qué tenía que arruinar ese momento perfecto? ¿Por qué me hace sentir tan basura? ¿Por qué me dolía quererlo tanto?