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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
Capítulo 5
Joseph paseaba por el salón, con el cuello tenso de tanto mirar el reloj. ¿Dónde estaba?
La había llamado al móvil, pero estaba apagado. ¿Y si había tenido un accidente? Quizá estaba sangrando en alguna parte, sola…
La idea era tan insoportable que tuvo que pasarse una mano por la cara, como para borrar esa torturadora imagen.
Entonces se abrió la puerta y, sin pensar, se lanzó al pasillo como una fiera.
—¿Dónde demonios has estado?
_______(tuap) se echó hacia atrás, asustada.
—¿Se puede saber qué te pasa?
—Estaba preocupado. Perdona, no quería gritarte.
—Es que pasé por la consulta del ginecólogo.
—¿Por qué? ¿Te ha pasado algo?
—Me ha dado un dolor en la oficina…
—¿Dónde?
—Aquí —contestó ella, señalándose el abdomen.
—¿El niño? —preguntó Joseph.
—El niño está bien —le aseguró ___(tuap)—. Pero tengo que tomarme las cosas con calma, según el doctor Green.
—¿Por qué no te tumbas un rato? Yo te traeré la cena. El ama de llaves ha dejado algo en el horno, sólo tengo que calentarlo.
—Por favor, no te molestes. Me voy a la cama.
—__(tuap), tienes que comer. Y si el médico ha dicho que tienes que tomártelo con calma, debes hacerle caso. Estás agotada y eso no es bueno para el niño.
—Mira, esa charla ya me la ha dado el médico —replicó ella, irritada—. No necesito otra.
—¿Qué ha dicho el doctor Green?
____(tuap) dejó escapar un suspiro mientras se sentaba en el sofá.
—Que tengo la tensión alta. Por eso se me hinchan los tobillos y me canso tanto.
—¿Y eso es peligroso para el niño?
—Si sigue así, podría serlo.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó Joseph.
—No lo sé. Tengo muchísimo trabajo, no puedo hacerlo sólo por las mañanas.
—¿Puedo ayudarte en algo?
___(tuap) no pudo evitar una sonrisa.
—No te imagino en mi destartalada oficina escuchando historias tristes. Será mejor que sigas con tus clientes de Armani, Joseph. En mi zona, la cosa es salvaje.
—La ley es la ley aquí y en los suburbios —replicó él.
—La única diferencia es que aquí la gente puede pagar por la justicia y en los suburbios no. Tú sirves a los ricos, Joseph, como hicieron tu abuelo y tu padre. Pero en los suburbios hay gente que necesita justicia tanto como los que tienen una buena cuenta corriente.
—Así que tú has sacrificado tus aspiraciones profesionales para ayudarlos.
—No ha sido de forma intencionada. Pero, en general, los abogados como tú miran por encima del hombro a la gente como yo, a los que intentamos hacer algo por los demás.
—No necesariamente.
—¿Ah, no? Pero tú piensas que he sacrificado mi carrera.
—Lo que creo es que trabajas demasiado —suspiró Joseph—. Y ahora, sube a tu habitación. Te llevaré la cena dentro de un rato.
__(tuap) estaba sentada en la cama, más fresca después de ducharse y sintiéndose un poco más humana, cuando Joseph entró con una bandeja.
—A cenar —sonrió, sentándose al borde de la cama.
—¿Vas a quedarte ahí?
—Me gusta mirarte.
—Ya me imagino por qué —murmuró ella.
—Es muy divertido observar cómo tratas de desafiarme cuando, en el fondo, lo que quieres es rendirte.
—Ah, claro, porque todas las mujeres necesitan un hombre que les diga lo que tienen que hacer, ¿no? —replicó __(tuap), irónica.
—No, no creo eso. Pero sé que a veces te peleas conmigo cuando el oponente real eres tú misma. ¿Por qué, ___(tuap)? No es ninguna vergüenza necesitar a alguien.
—Yo no te necesito.
—Los dos sabemos que no es verdad. ¿Por qué si no fuiste a contarme lo del niño?
—Porque tenías derecho a saberlo…
—Fuiste porque sabías que ibas a necesitar ayuda. Podrías haberte librado del niño sin decirme nada —replicó Joseph.
—Ni siquiera se me ocurrió pensar en un aborto. Además, cuando me enteré ya estaba casi de tres meses.
—Si lo hubieras sabido antes, ¿habrías abortado?
—No —contestó ella.
—No tenías que decírmelo —insistió Joseph—. Podrías haber fingido que el niño era de otro hombre, por ejemplo. ¿Por qué te pusiste en contacto conmigo?
___(tuap) intentó cazar un trocito de zanahoria con el tenedor.
—Ya te he dicho por qué.
—¿Sabes lo que yo pienso?
—No, pero seguro que tú vas a decírmelo.
—Yo creo que, en el fondo, querías que yo te resolviera el problema. Aunque no quieres admitirlo, viniste a mí para que te ayudase con algo que es increíblemente importante, más que tú y yo.
—No necesito que tú resuelvas nada, Joseph —replicó ella, dejando el tenedor sobre el plato.
Joseph pinchó un trocito de carne y levantó el tenedor.
—Abre la boca.
Levantando los ojos al cielo, __(tuap) obedeció.
—¿Lo ves? No ha sido tan difícil.
—La verdad es que nunca había estado tan cansada. Debe ser el calor.
—Antes te gustaba el verano —murmuró Joseph, ofreciéndole el vaso de zumo.
—Ya, pero desde que estoy embarazada las cosas son diferentes.
—¿Tienes antojos?
«Sólo tú», pensó ella.
—No.
—Si te apetece algo especial, dímelo.
—Estás siendo muy amable, Joseph.
—Porque tengo interés en el asunto —sonrió él.
—A muchos hombres les da miedo ser padres.
—Pues a mí no. La idea de tener un hijo me parece un privilegio asombroso. Además, no estaba seguro de que eso fuera a pasarme.
—Pero supongo que habrías vuelto a casarte…
Joseph se encogió de hombros.
—No pensaba cometer el mismo error dos veces.
—Podrías haber tenido un hijo sin casarte —objetó ____(tuap).
—Lo sé, pero ninguna de las mujeres con las que he salido parecía muy interesada en el asunto.
—Tener un hijo es una decisión importante.
—Y por mi culpa, tú no has podido tomarla.
__(tuap) arrugó el ceño.
—Fue culpa de los dos.
—No, pero debería haber sido más responsable.
—Y yo —suspiró ella—. Fue un error. Estábamos excitados por lo del ascensor. En cualquier otro momento, no habría pasado.
—¿Tú crees?
____(tuap) tragó saliva.
—Estoy… segura.
—Pues no pareces muy convencida.
—No te puedes imaginar la vergüenza que me dio después —murmuró ella, apartando la mirada.
—Yo tampoco estaba muy contento conmigo mismo —admitió Joseph—. Pero por diferentes razones.
—¿Qué quieres decir?
—Estaba enfadado conmigo mismo por no haber salido corriendo detrás de ti —contestó él, mirándola a los ojos—. Para decirte lo bien que lo había pasado en el ascensor.
—¿Lo pasaste bien en el ascensor? —preguntó ella, incrédula.
—Te tenía para mí solo después de cinco años. Me llevé una desilusión cuando nos rescataron.
—No puedes decirlo en serio.
—Pues lo digo en serio —sonrió Joseph—. Piénsalo, ___(tuap). ¿Cuándo hemos hablado como lo hicimos en ese ascensor?
Sí, habían hablado mucho, era verdad. Y habían discutido mucho también.
—No recuerdo una sola vez en la que hubiéramos hablado de nuestros objetivos en la vida… o de lo que haríamos si aquél fuera nuestro último día en el planeta —siguió Joseph—. Siempre estábamos tan ocupados discutiendo sobre idioteces, como quién ganaba más dinero.
—Esas también eran cosas importantes.
—Sí, pero no tanto. ¿Qué más da quién gane más dinero? Deberíamos habernos sentido felices estando juntos, construyendo un futuro para nuestros hijos.
—Entonces yo no quería tener hijos.
—Pero yo esperaba que cambiases de opinión.
___(tuap) dejó escapar un suspiro.
—Cuando supe que estaba embarazada me puse furiosa —le confesó—. No podía creer que me hubiera pasado algo así. Pero luego empecé a pensar en el niño…
—¿Y ahora?
—Ahora tengo la impresión de que ha sido cosa del destino. Absurdo, ¿no?
Joseph acarició su pelo.
—A mí me parece muy lógico.
—¿Por qué has hecho eso? —murmuró ___(tuap).
—Me gusta tocarlo. Es muy suave…
Ella volvió la cara para besar su mano.
—¿Por qué has hecho eso?
—Porque quería hacerlo.
—¿Por qué?
—Me gustan tus manos.
Joseph sonrió.
—Me parece que debería irme… antes de que mis manos empiecen a hacer cosas que no deberían hacer. Buenas noches, __(tuap) —murmuró, inclinándose para darle un beso en los labios.
—Buenas noches —dijo ella, con voz entrecortada—. Te quiero —añadió cuando se cerró la puerta.
Luego se volvió y le dio un puñetazo a la almohada.
—¡Maldita sea!
___(tuap) llamó a su oficina por la mañana para decir que no iría a trabajar en dos semanas por orden del médico. Acababa de colgar cuando Joseph entró en la habitación con una bandeja en la mano.
—¿No sabes que hay que llamar a la puerta?
—Buenos días —sonrió él—. ¿Por qué te has despertado tan gruñona?
—Por nada. Pero deberías llamar antes de entrar.
—Pensaba enviar a la señora Fingleton, pero he pensado que preferirías verme a mí. En fin, veo que me he equivocado —murmuró Joseph, dejando la bandeja sobre la cama antes de dirigirse a la puerta.
—¿Joseph?
—Mira, ____(tuap), tengo una vista dentro de media hora —dijo él, con expresión aburrida—. Nos vemos por la tarde.
La puerta se cerró de golpe, haciendo ondas en su taza de café. __(tuap) miró el alterado líquido, preguntándose si podría acostumbrarse a vivir sin su amor.
__(tuap) bajó a la cocina y, después de presentarse a la señora Fingleton, decidió visitar a Eliza Dangar en Hunters Hill.
Pero cuando llegó a la casa, se percató de que el antes inmaculado jardín estaba descuidado, las malas hierbas creciendo por todas partes. Llamó al timbre y al no recibir respuesta fue a la parte de atrás para comprobar si el coche de Eliza estaba en el garaje.
Allí estaba, con las sillitas de los niños en el asiento trasero. Sorprendida, iba a marcharse cuando oyó el llanto de un niño en el interior de la casa.
—¿Eliza? ¿Estás ahí?
La puerta tardó mucho en abrirse y cuando lo hizo, __(tuap) estuvo a punto de caerse de espaldas. Su amiga Eliza, antes una mujer guapa y con un cuerpazo, estaba escuálida, demacrada, con el pelo sucio sujeto por un par de horquillas.
—¡Eliza…! ¿Estás bien?
—Claro que estoy bien —contestó ella, a la defensiva—. ¿Por qué no has llamado antes de venir? No estoy vestida para recibir a nadie.
—Mujer, soy yo, no tienes que esconder la cesta de la ropa sucia —intentó bromear ___(tuap).
Eliza la hizo pasar y __(tuap) se quedó perpleja al notar el mal olor. Olía a basura, a pañales sucios… ¿Qué estaba pasando allí?
—¿Dónde están los niños?
—Amelia está en la guardería y Brody debería estar durmiendo, pero es imposible.
Cuando entraron en el salón, descuidado y sucio como el resto de la casa, ___(tuap) tomó al lloroso niño en brazos.
—¿Qué te pasa, chiquitín? —murmuró, sintiendo que la embargaba una ola de ternura. Brody no dejaba de llorar y le cantó una canción… una canción que recordaba de su infancia, algo que le cantaba su madre antes de que la depresión la hundiera en la miseria.
El declive en la apariencia de su amiga era un triste recordatorio de su infancia. Y también su casa estaba sucia, descuidada…
Cuando Brody se quedó dormido, ___(tuap) lo dejó en su cunita y se volvió hacia Eliza, que estaba fumando un cigarrillo.
—¿Cuándo has empezado a fumar?
—¿Y tú cuándo has empezado a engordar? —replicó su amiga.
____(tuap) decidió tomar al toro por los cuernos.
—Estoy embarazada.
—¿Que estás embarazada? ¿Tú?
__(tuap) asintió.
—No me lo puedo creer… ¿quién es el padre?
—Esto sí que no te lo vas a creer.
—¿Quién?
—Joseph.
—Me estás tomando el pelo…
—No, el padre es Joseph.
—¡Ay, Dios mío!
—Eso es exactamente lo que dijo él.
—¿Y cómo ha pasado?
—Pues… como suelen pasar estas cosas, me imagino.
—Ya sabes a qué me refiero. Pensé que no habíais vuelto a veros después del divorcio.
—No, pero nos vimos durante una conferencia… en fin, el caso es que pasó. No debería, pero…
—Creí que lo odiabas a muerte —dijo Eliza, apagando el cigarrillo y encendiendo otro de inmediato.
—Lo odiaba… o eso creía.
—Sigues enamorada de él, ¿verdad?
___(tuap) se dejó caer sobre un sillón.
—El amor es una emoción que no se puede apagar y encender cuando uno quiere.
—Dímelo a mí —murmuró Eliza.
—¿Tú sigues enamorada de Aidan?
Su amiga miró el cigarrillo, pensativa.
—No tienes que decirme que ya no soy la mujer con la que se casó. Lo sé, y también sé que ha encontrado a otra.
—¿Tiene una aventura?
Eliza tiró el cigarrillo, con expresión amargada.
—Es normal. No soy precisamente la esposa del año.
—Estás agotada, mujer. Y yo te entiendo, con dos niños pequeños…
Los ojos de su amiga se llenaron de lágrimas.
—No puedo seguir así. No puedo…
___(tuap) la abrazó, intentando consolarla.
—Se te pasará, ya lo verás…
Pero Eliza se apartó de golpe.
—¿Cómo se me va a pasar? ¡Tú te acuestas con el enemigo!
—Joseph no va a representar a Aidan.
—¿No?
—Hablé con él y… lo convencí para que le pasara el caso a un compañero más joven.
—¿Hablaste con él o te acostaste con él?
—Es más complicado que eso. Estamos viviendo juntos, pero… no tenemos relaciones. Es una especie de arreglo —contestó __(tuap), sorprendida por la actitud de su amiga.
—¿Y crees que eso va a durar? ¿Se te ha olvidado lo que sufriste hace cinco años? Joseph te rompió el corazón.
—Puedo cuidar de mí misma, no te preocupes.
—Sí, claro, yo decía lo mismo y mira lo que me ha pasado.
—¿Qué te ha pasado, Eliza? —preguntó ____(tuap).
—No lo sé… Yo era tan organizada, tan feliz, lo tenía todo tan controlado. Y entonces, poco a poco empecé a perder los nervios. Un día le di una bofetada a Amelia… y Brody me vuelve loca cuando llora —murmuró su amiga, enterrando la cara entre las manos—. No sé qué me pasa. No como, no puedo dormir… tengo ataques de pánico cuando voy al supermercado…
—¿Has ido al médico?
—No pienso ir a un psiquiatra.
—Me refiero a tu médico de cabecera. Podrías tener una depresión post-parto o un desequilibrio hormonal…
—Un diagnóstico no va a salvar mi matrimonio, ___(tuap). Especialmente con Joseph defendiendo a Aidan.
—Ya te he dicho que no va a defenderlo. Me lo ha prometido.
—Y supongo que también te habrá prometido quedarse a tu lado cuando nazca el niño —replicó Eliza, irónica—. No seas tonta, ____(tuap). Esta mañana me ha llamado Aidan para decir que Joseph va a conseguir que me quiten los niños.
—¿Qué?
Joseph le había mentido. Le había hecho creer que un compañero llevaría el caso, pero no tenía intención de hacerlo. Todo había sido una trampa, una trampa vergonzosa y despreciable para convencerla de que viviera con él.
—Mira… vamos a limpiar un poco todo esto —dijo, para calmarse—. Luego pensaremos en algo.
—¿Qué vamos a pensar? Ya no hay nada que hacer —suspiró su amiga, derrotada.
Varias horas después, la casa de Eliza estaba como nueva y ___(tuap) volvió a casa… a casa de Joseph, satisfecha. Además, había logrado que su amiga le prometiera ir al médico para hablarle de su depresión.
Pero tenía que hablar con Joseph. Vaya si tenía que hablar con él.
Cuando por fin llegó a casa, le estaba esperando en el salón.
—¿Qué tal?
—Bien, he tenido un día muy interesante.
—¿Ah, sí?
—Mucho —contestó ___(tuap).
—Tengo la impresión de que hay algo que no me cuentas. ¿Por qué no me ahorras el esfuerzo de intentar adivinarlo?
—No debería ser muy difícil. Después de todo, tú eres un abogado brillante, ¿no?
—Mira, ___(tuap), ha sido un día muy largo. ¿Por qué no cortas el rollo y dices lo que tengas que decir?
—¡Me has mentido!
—¿Yo? ¿En qué?
—Dijiste que no ibas a defender a Aidan. Usaste esa promesa para convencerme de que viniera aquí.
—Es costumbre hablar con el cliente antes de hacer ningún cambio…
—Estás evadiendo la cuestión.
—No estoy evadiendo nada. Aún no he hablado con Aidan, pero mi secretaria tenía que llamarlo para decir que el caso lo llevará uno de mis compañeros.
—No te creo.
—Eso es cosa tuya —suspiró él.
—¿Cuál era el plan, Joseph? ¿Traerme a tu casa para ver si así podías meterte en mi cama otra vez? ¿Tú crees que cometería el mismo error dos veces?
Joseph tuvo la poca vergüenza de sonreír.
—Si quieres que te sea sincero, me parece que no me costaría mucho.
—Inténtalo si te atreves —replicó ella, furiosa.
—¿Eso es una invitación? Sé que prometí no tocarte, pero si has cambiado de opinión…
—¡No te acerques a mí!
—Eres la única persona capaz de decir una cosa con la boca mientras tus ojos comunican exactamente lo contrario —murmuró él acariciando su pelo—. Además, me miras con esos ojos…
—¿Qué dices?
—Me miras como invitándome, __(tuap). Y te tiemblan los labios, como si estuvieras llamando a los míos.
—¡No digas tonterías! —exclamó ella.
—Deja de luchar, cariño. ¿Para qué luchar contra lo inevitable?
—Joseph… —___(tuap) no sabía qué iba a decir, pero su nombre escapó de sus labios sin que pudiera evitarlo—. Por favor…
Espero q les guste el cap
mañana la sigo
COMENTEN!!
byebye
:D
Joseph paseaba por el salón, con el cuello tenso de tanto mirar el reloj. ¿Dónde estaba?
La había llamado al móvil, pero estaba apagado. ¿Y si había tenido un accidente? Quizá estaba sangrando en alguna parte, sola…
La idea era tan insoportable que tuvo que pasarse una mano por la cara, como para borrar esa torturadora imagen.
Entonces se abrió la puerta y, sin pensar, se lanzó al pasillo como una fiera.
—¿Dónde demonios has estado?
_______(tuap) se echó hacia atrás, asustada.
—¿Se puede saber qué te pasa?
—Estaba preocupado. Perdona, no quería gritarte.
—Es que pasé por la consulta del ginecólogo.
—¿Por qué? ¿Te ha pasado algo?
—Me ha dado un dolor en la oficina…
—¿Dónde?
—Aquí —contestó ella, señalándose el abdomen.
—¿El niño? —preguntó Joseph.
—El niño está bien —le aseguró ___(tuap)—. Pero tengo que tomarme las cosas con calma, según el doctor Green.
—¿Por qué no te tumbas un rato? Yo te traeré la cena. El ama de llaves ha dejado algo en el horno, sólo tengo que calentarlo.
—Por favor, no te molestes. Me voy a la cama.
—__(tuap), tienes que comer. Y si el médico ha dicho que tienes que tomártelo con calma, debes hacerle caso. Estás agotada y eso no es bueno para el niño.
—Mira, esa charla ya me la ha dado el médico —replicó ella, irritada—. No necesito otra.
—¿Qué ha dicho el doctor Green?
____(tuap) dejó escapar un suspiro mientras se sentaba en el sofá.
—Que tengo la tensión alta. Por eso se me hinchan los tobillos y me canso tanto.
—¿Y eso es peligroso para el niño?
—Si sigue así, podría serlo.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó Joseph.
—No lo sé. Tengo muchísimo trabajo, no puedo hacerlo sólo por las mañanas.
—¿Puedo ayudarte en algo?
___(tuap) no pudo evitar una sonrisa.
—No te imagino en mi destartalada oficina escuchando historias tristes. Será mejor que sigas con tus clientes de Armani, Joseph. En mi zona, la cosa es salvaje.
—La ley es la ley aquí y en los suburbios —replicó él.
—La única diferencia es que aquí la gente puede pagar por la justicia y en los suburbios no. Tú sirves a los ricos, Joseph, como hicieron tu abuelo y tu padre. Pero en los suburbios hay gente que necesita justicia tanto como los que tienen una buena cuenta corriente.
—Así que tú has sacrificado tus aspiraciones profesionales para ayudarlos.
—No ha sido de forma intencionada. Pero, en general, los abogados como tú miran por encima del hombro a la gente como yo, a los que intentamos hacer algo por los demás.
—No necesariamente.
—¿Ah, no? Pero tú piensas que he sacrificado mi carrera.
—Lo que creo es que trabajas demasiado —suspiró Joseph—. Y ahora, sube a tu habitación. Te llevaré la cena dentro de un rato.
__(tuap) estaba sentada en la cama, más fresca después de ducharse y sintiéndose un poco más humana, cuando Joseph entró con una bandeja.
—A cenar —sonrió, sentándose al borde de la cama.
—¿Vas a quedarte ahí?
—Me gusta mirarte.
—Ya me imagino por qué —murmuró ella.
—Es muy divertido observar cómo tratas de desafiarme cuando, en el fondo, lo que quieres es rendirte.
—Ah, claro, porque todas las mujeres necesitan un hombre que les diga lo que tienen que hacer, ¿no? —replicó __(tuap), irónica.
—No, no creo eso. Pero sé que a veces te peleas conmigo cuando el oponente real eres tú misma. ¿Por qué, ___(tuap)? No es ninguna vergüenza necesitar a alguien.
—Yo no te necesito.
—Los dos sabemos que no es verdad. ¿Por qué si no fuiste a contarme lo del niño?
—Porque tenías derecho a saberlo…
—Fuiste porque sabías que ibas a necesitar ayuda. Podrías haberte librado del niño sin decirme nada —replicó Joseph.
—Ni siquiera se me ocurrió pensar en un aborto. Además, cuando me enteré ya estaba casi de tres meses.
—Si lo hubieras sabido antes, ¿habrías abortado?
—No —contestó ella.
—No tenías que decírmelo —insistió Joseph—. Podrías haber fingido que el niño era de otro hombre, por ejemplo. ¿Por qué te pusiste en contacto conmigo?
___(tuap) intentó cazar un trocito de zanahoria con el tenedor.
—Ya te he dicho por qué.
—¿Sabes lo que yo pienso?
—No, pero seguro que tú vas a decírmelo.
—Yo creo que, en el fondo, querías que yo te resolviera el problema. Aunque no quieres admitirlo, viniste a mí para que te ayudase con algo que es increíblemente importante, más que tú y yo.
—No necesito que tú resuelvas nada, Joseph —replicó ella, dejando el tenedor sobre el plato.
Joseph pinchó un trocito de carne y levantó el tenedor.
—Abre la boca.
Levantando los ojos al cielo, __(tuap) obedeció.
—¿Lo ves? No ha sido tan difícil.
—La verdad es que nunca había estado tan cansada. Debe ser el calor.
—Antes te gustaba el verano —murmuró Joseph, ofreciéndole el vaso de zumo.
—Ya, pero desde que estoy embarazada las cosas son diferentes.
—¿Tienes antojos?
«Sólo tú», pensó ella.
—No.
—Si te apetece algo especial, dímelo.
—Estás siendo muy amable, Joseph.
—Porque tengo interés en el asunto —sonrió él.
—A muchos hombres les da miedo ser padres.
—Pues a mí no. La idea de tener un hijo me parece un privilegio asombroso. Además, no estaba seguro de que eso fuera a pasarme.
—Pero supongo que habrías vuelto a casarte…
Joseph se encogió de hombros.
—No pensaba cometer el mismo error dos veces.
—Podrías haber tenido un hijo sin casarte —objetó ____(tuap).
—Lo sé, pero ninguna de las mujeres con las que he salido parecía muy interesada en el asunto.
—Tener un hijo es una decisión importante.
—Y por mi culpa, tú no has podido tomarla.
__(tuap) arrugó el ceño.
—Fue culpa de los dos.
—No, pero debería haber sido más responsable.
—Y yo —suspiró ella—. Fue un error. Estábamos excitados por lo del ascensor. En cualquier otro momento, no habría pasado.
—¿Tú crees?
____(tuap) tragó saliva.
—Estoy… segura.
—Pues no pareces muy convencida.
—No te puedes imaginar la vergüenza que me dio después —murmuró ella, apartando la mirada.
—Yo tampoco estaba muy contento conmigo mismo —admitió Joseph—. Pero por diferentes razones.
—¿Qué quieres decir?
—Estaba enfadado conmigo mismo por no haber salido corriendo detrás de ti —contestó él, mirándola a los ojos—. Para decirte lo bien que lo había pasado en el ascensor.
—¿Lo pasaste bien en el ascensor? —preguntó ella, incrédula.
—Te tenía para mí solo después de cinco años. Me llevé una desilusión cuando nos rescataron.
—No puedes decirlo en serio.
—Pues lo digo en serio —sonrió Joseph—. Piénsalo, ___(tuap). ¿Cuándo hemos hablado como lo hicimos en ese ascensor?
Sí, habían hablado mucho, era verdad. Y habían discutido mucho también.
—No recuerdo una sola vez en la que hubiéramos hablado de nuestros objetivos en la vida… o de lo que haríamos si aquél fuera nuestro último día en el planeta —siguió Joseph—. Siempre estábamos tan ocupados discutiendo sobre idioteces, como quién ganaba más dinero.
—Esas también eran cosas importantes.
—Sí, pero no tanto. ¿Qué más da quién gane más dinero? Deberíamos habernos sentido felices estando juntos, construyendo un futuro para nuestros hijos.
—Entonces yo no quería tener hijos.
—Pero yo esperaba que cambiases de opinión.
___(tuap) dejó escapar un suspiro.
—Cuando supe que estaba embarazada me puse furiosa —le confesó—. No podía creer que me hubiera pasado algo así. Pero luego empecé a pensar en el niño…
—¿Y ahora?
—Ahora tengo la impresión de que ha sido cosa del destino. Absurdo, ¿no?
Joseph acarició su pelo.
—A mí me parece muy lógico.
—¿Por qué has hecho eso? —murmuró ___(tuap).
—Me gusta tocarlo. Es muy suave…
Ella volvió la cara para besar su mano.
—¿Por qué has hecho eso?
—Porque quería hacerlo.
—¿Por qué?
—Me gustan tus manos.
Joseph sonrió.
—Me parece que debería irme… antes de que mis manos empiecen a hacer cosas que no deberían hacer. Buenas noches, __(tuap) —murmuró, inclinándose para darle un beso en los labios.
—Buenas noches —dijo ella, con voz entrecortada—. Te quiero —añadió cuando se cerró la puerta.
Luego se volvió y le dio un puñetazo a la almohada.
—¡Maldita sea!
___(tuap) llamó a su oficina por la mañana para decir que no iría a trabajar en dos semanas por orden del médico. Acababa de colgar cuando Joseph entró en la habitación con una bandeja en la mano.
—¿No sabes que hay que llamar a la puerta?
—Buenos días —sonrió él—. ¿Por qué te has despertado tan gruñona?
—Por nada. Pero deberías llamar antes de entrar.
—Pensaba enviar a la señora Fingleton, pero he pensado que preferirías verme a mí. En fin, veo que me he equivocado —murmuró Joseph, dejando la bandeja sobre la cama antes de dirigirse a la puerta.
—¿Joseph?
—Mira, ____(tuap), tengo una vista dentro de media hora —dijo él, con expresión aburrida—. Nos vemos por la tarde.
La puerta se cerró de golpe, haciendo ondas en su taza de café. __(tuap) miró el alterado líquido, preguntándose si podría acostumbrarse a vivir sin su amor.
__(tuap) bajó a la cocina y, después de presentarse a la señora Fingleton, decidió visitar a Eliza Dangar en Hunters Hill.
Pero cuando llegó a la casa, se percató de que el antes inmaculado jardín estaba descuidado, las malas hierbas creciendo por todas partes. Llamó al timbre y al no recibir respuesta fue a la parte de atrás para comprobar si el coche de Eliza estaba en el garaje.
Allí estaba, con las sillitas de los niños en el asiento trasero. Sorprendida, iba a marcharse cuando oyó el llanto de un niño en el interior de la casa.
—¿Eliza? ¿Estás ahí?
La puerta tardó mucho en abrirse y cuando lo hizo, __(tuap) estuvo a punto de caerse de espaldas. Su amiga Eliza, antes una mujer guapa y con un cuerpazo, estaba escuálida, demacrada, con el pelo sucio sujeto por un par de horquillas.
—¡Eliza…! ¿Estás bien?
—Claro que estoy bien —contestó ella, a la defensiva—. ¿Por qué no has llamado antes de venir? No estoy vestida para recibir a nadie.
—Mujer, soy yo, no tienes que esconder la cesta de la ropa sucia —intentó bromear ___(tuap).
Eliza la hizo pasar y __(tuap) se quedó perpleja al notar el mal olor. Olía a basura, a pañales sucios… ¿Qué estaba pasando allí?
—¿Dónde están los niños?
—Amelia está en la guardería y Brody debería estar durmiendo, pero es imposible.
Cuando entraron en el salón, descuidado y sucio como el resto de la casa, ___(tuap) tomó al lloroso niño en brazos.
—¿Qué te pasa, chiquitín? —murmuró, sintiendo que la embargaba una ola de ternura. Brody no dejaba de llorar y le cantó una canción… una canción que recordaba de su infancia, algo que le cantaba su madre antes de que la depresión la hundiera en la miseria.
El declive en la apariencia de su amiga era un triste recordatorio de su infancia. Y también su casa estaba sucia, descuidada…
Cuando Brody se quedó dormido, ___(tuap) lo dejó en su cunita y se volvió hacia Eliza, que estaba fumando un cigarrillo.
—¿Cuándo has empezado a fumar?
—¿Y tú cuándo has empezado a engordar? —replicó su amiga.
____(tuap) decidió tomar al toro por los cuernos.
—Estoy embarazada.
—¿Que estás embarazada? ¿Tú?
__(tuap) asintió.
—No me lo puedo creer… ¿quién es el padre?
—Esto sí que no te lo vas a creer.
—¿Quién?
—Joseph.
—Me estás tomando el pelo…
—No, el padre es Joseph.
—¡Ay, Dios mío!
—Eso es exactamente lo que dijo él.
—¿Y cómo ha pasado?
—Pues… como suelen pasar estas cosas, me imagino.
—Ya sabes a qué me refiero. Pensé que no habíais vuelto a veros después del divorcio.
—No, pero nos vimos durante una conferencia… en fin, el caso es que pasó. No debería, pero…
—Creí que lo odiabas a muerte —dijo Eliza, apagando el cigarrillo y encendiendo otro de inmediato.
—Lo odiaba… o eso creía.
—Sigues enamorada de él, ¿verdad?
___(tuap) se dejó caer sobre un sillón.
—El amor es una emoción que no se puede apagar y encender cuando uno quiere.
—Dímelo a mí —murmuró Eliza.
—¿Tú sigues enamorada de Aidan?
Su amiga miró el cigarrillo, pensativa.
—No tienes que decirme que ya no soy la mujer con la que se casó. Lo sé, y también sé que ha encontrado a otra.
—¿Tiene una aventura?
Eliza tiró el cigarrillo, con expresión amargada.
—Es normal. No soy precisamente la esposa del año.
—Estás agotada, mujer. Y yo te entiendo, con dos niños pequeños…
Los ojos de su amiga se llenaron de lágrimas.
—No puedo seguir así. No puedo…
___(tuap) la abrazó, intentando consolarla.
—Se te pasará, ya lo verás…
Pero Eliza se apartó de golpe.
—¿Cómo se me va a pasar? ¡Tú te acuestas con el enemigo!
—Joseph no va a representar a Aidan.
—¿No?
—Hablé con él y… lo convencí para que le pasara el caso a un compañero más joven.
—¿Hablaste con él o te acostaste con él?
—Es más complicado que eso. Estamos viviendo juntos, pero… no tenemos relaciones. Es una especie de arreglo —contestó __(tuap), sorprendida por la actitud de su amiga.
—¿Y crees que eso va a durar? ¿Se te ha olvidado lo que sufriste hace cinco años? Joseph te rompió el corazón.
—Puedo cuidar de mí misma, no te preocupes.
—Sí, claro, yo decía lo mismo y mira lo que me ha pasado.
—¿Qué te ha pasado, Eliza? —preguntó ____(tuap).
—No lo sé… Yo era tan organizada, tan feliz, lo tenía todo tan controlado. Y entonces, poco a poco empecé a perder los nervios. Un día le di una bofetada a Amelia… y Brody me vuelve loca cuando llora —murmuró su amiga, enterrando la cara entre las manos—. No sé qué me pasa. No como, no puedo dormir… tengo ataques de pánico cuando voy al supermercado…
—¿Has ido al médico?
—No pienso ir a un psiquiatra.
—Me refiero a tu médico de cabecera. Podrías tener una depresión post-parto o un desequilibrio hormonal…
—Un diagnóstico no va a salvar mi matrimonio, ___(tuap). Especialmente con Joseph defendiendo a Aidan.
—Ya te he dicho que no va a defenderlo. Me lo ha prometido.
—Y supongo que también te habrá prometido quedarse a tu lado cuando nazca el niño —replicó Eliza, irónica—. No seas tonta, ____(tuap). Esta mañana me ha llamado Aidan para decir que Joseph va a conseguir que me quiten los niños.
—¿Qué?
Joseph le había mentido. Le había hecho creer que un compañero llevaría el caso, pero no tenía intención de hacerlo. Todo había sido una trampa, una trampa vergonzosa y despreciable para convencerla de que viviera con él.
—Mira… vamos a limpiar un poco todo esto —dijo, para calmarse—. Luego pensaremos en algo.
—¿Qué vamos a pensar? Ya no hay nada que hacer —suspiró su amiga, derrotada.
Varias horas después, la casa de Eliza estaba como nueva y ___(tuap) volvió a casa… a casa de Joseph, satisfecha. Además, había logrado que su amiga le prometiera ir al médico para hablarle de su depresión.
Pero tenía que hablar con Joseph. Vaya si tenía que hablar con él.
Cuando por fin llegó a casa, le estaba esperando en el salón.
—¿Qué tal?
—Bien, he tenido un día muy interesante.
—¿Ah, sí?
—Mucho —contestó ___(tuap).
—Tengo la impresión de que hay algo que no me cuentas. ¿Por qué no me ahorras el esfuerzo de intentar adivinarlo?
—No debería ser muy difícil. Después de todo, tú eres un abogado brillante, ¿no?
—Mira, ___(tuap), ha sido un día muy largo. ¿Por qué no cortas el rollo y dices lo que tengas que decir?
—¡Me has mentido!
—¿Yo? ¿En qué?
—Dijiste que no ibas a defender a Aidan. Usaste esa promesa para convencerme de que viniera aquí.
—Es costumbre hablar con el cliente antes de hacer ningún cambio…
—Estás evadiendo la cuestión.
—No estoy evadiendo nada. Aún no he hablado con Aidan, pero mi secretaria tenía que llamarlo para decir que el caso lo llevará uno de mis compañeros.
—No te creo.
—Eso es cosa tuya —suspiró él.
—¿Cuál era el plan, Joseph? ¿Traerme a tu casa para ver si así podías meterte en mi cama otra vez? ¿Tú crees que cometería el mismo error dos veces?
Joseph tuvo la poca vergüenza de sonreír.
—Si quieres que te sea sincero, me parece que no me costaría mucho.
—Inténtalo si te atreves —replicó ella, furiosa.
—¿Eso es una invitación? Sé que prometí no tocarte, pero si has cambiado de opinión…
—¡No te acerques a mí!
—Eres la única persona capaz de decir una cosa con la boca mientras tus ojos comunican exactamente lo contrario —murmuró él acariciando su pelo—. Además, me miras con esos ojos…
—¿Qué dices?
—Me miras como invitándome, __(tuap). Y te tiemblan los labios, como si estuvieras llamando a los míos.
—¡No digas tonterías! —exclamó ella.
—Deja de luchar, cariño. ¿Para qué luchar contra lo inevitable?
—Joseph… —___(tuap) no sabía qué iba a decir, pero su nombre escapó de sus labios sin que pudiera evitarlo—. Por favor…
Espero q les guste el cap
mañana la sigo
COMENTEN!!
byebye
:D
maru!!
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
AY NO NO LA DEJEES ASii WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Invitado
Invitado
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
PON U N CACHiitHO MAS Plisssssssssssssssss
Invitado
Invitado
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
esta bien ya subo un pequeñisiiimo cap... :D
maru!!
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
sii..........wiii tee amuuuu
Invitado
Invitado
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
Capítulo 6
Parte 1/2
Joseph inclinó la cabeza para besar la comisura de sus labios y ella contuvo el aliento. Luego mordió su labio inferior, manteniéndolo cautivo con una ternura insoportable.
Era cierto. ¿Para qué luchar contra lo inevitable? Amaba a su ex marido, seguramente lo amaría siempre.
Y no había nada más que decir.
—Yo no quiero hacerte daño, ______(tuap) —murmuró, tomándola en brazos—. Nunca he querido hacerte daño.
Cuando llegaron a la habitación, a oscuras, Joseph la dejó sobre la cama y empezó a desnudarla con manos temblorosas.
—Lo haré despacio, con mucho cuidado —dijo en voz baja, deslizando la mano entre sus piernas.
—Pero quiero sentirte dentro —dijo _______(tuap).
Y Joseph obedeció. Con cuidado, sujetándose al borde de la cama para no llegar demasiado dentro, mirándola a los ojos.
Era tan maravilloso sentirlo así. La llenaba tan completamente, su cuerpo recibiéndolo como si volviera a casa después de una larga ausencia.
¬¬¬______(tuap) arqueó la espalda para recibirlo mejor, pero aun así no era suficiente. Estaba a punto de suplicarle que se dejara ir, que se perdiera en ella, cuando Joseph metió la mano entre sus cuerpos para acariciar la delicada perla de su deseo. _____(tuap) saltó al notar el contacto, todos los músculos de su cuerpo en tensión, preparándose para llegar al paraíso.
De repente, estaba allí, al borde del precipicio, a punto de caer en un éxtasis en el que el pensamiento consciente no tenía sitio.
Pero volvió a la realidad a tiempo para sentir que él explotaba en su interior, sus jadeos la única pista del placer que le había dado.
Sólo entonces _____(tuap) se dio cuenta de cómo se había traicionado a sí misma. Había vuelto a hacerlo, había dejado que Joseph la usara a placer, cuando quiso, como quiso… Sólo lo había hecho para demostrar que podía hacer con ella lo que quisiera.
____(tuap) se levantó de la cama y, con toda la dignidad posible, buscó su ropa en el suelo.
—¿Dónde vas? ¿Qué pasa?
—¿Tienes que preguntarlo?
—¿Te da vergüenza desearme? —preguntó Joseph.
—¡Claro que me da vergüenza! No estamos casados y… y…
—Estamos esperando un hijo.
—¡Y nos odiamos! Es… es…
—Natural.
—¡Es completamente antinatural! —insistió ____(tuap)—. Tú no sientes nada por mí. Nada más que el más básico deseo animal y no…
—¿No qué?
—No tenías derecho a hacerlo. No tenías derecho a seducirme, prometiste no hacerlo.
—Espera un momento —dijo Joseph entonces—. ¿Cómo que te he seducido? ¿Quién era la que insistía en tenerme dentro…?
—¡Cállate! No me hagas sentir peor.
—¿Se puede saber qué te pasa? ¿No es un poco tarde para hacer el numerito de la virgen indignada?
—¿Cómo has podido usarme de esa forma? —le espetó ______(tuap).
—No te he usado, _____(tuap) —suspiró él.
—Sólo te has acostado conmigo para demostrar que podías hacerlo.
—Podrías haberme detenido en cualquier momento.
—¿Cómo? No puedo pensar cuando me tocas.
—Y eso es lo que no puedes soportar, ¿no? ¿Por qué te asusta tanto desearme? ¿Por qué te da miedo necesitarme?
—¡Yo no te necesito! Me has pillado en un momento de debilidad… nada más. La próxima vez no seré tan tonta.
—Yo no he dicho que lo fueras.
—No tienes que hacerlo.
Joseph se pasó una mano por el pelo.
—Parece que tu objetivo en la vida es apartar a todo aquél que se acerca demasiado. ¿Por qué haces eso? ¿Tiene algo que ver con tus padres?
—No me gusta hablar de ese tema…
—Ya sé que no te gusta hablar de eso, pero en algún momento tendrás que enfrentarte con los problemas que trajiste a nuestro matrimonio. Siempre dices que rompimos por mi culpa, pero empiezo a preguntarme si eso es verdad.
—Nuestro matrimonio se rompió porque tú pusiste tu carrera por delante de todo lo demás.
—O me cuentas qué pasó con tu familia o haré lo que sea necesario para enterarme, _____(tuap) —la amenazó Joseph entonces.
—Haz lo que te dé la gana —replicó ella.
—¿Por qué no quieres contármelo?
—¿Por qué no me dejas en paz?
—¿Qué escondes?
bueno espero q les guste
mañana subo la otra parte
byebye
:D
Parte 1/2
Joseph inclinó la cabeza para besar la comisura de sus labios y ella contuvo el aliento. Luego mordió su labio inferior, manteniéndolo cautivo con una ternura insoportable.
Era cierto. ¿Para qué luchar contra lo inevitable? Amaba a su ex marido, seguramente lo amaría siempre.
Y no había nada más que decir.
—Yo no quiero hacerte daño, ______(tuap) —murmuró, tomándola en brazos—. Nunca he querido hacerte daño.
Cuando llegaron a la habitación, a oscuras, Joseph la dejó sobre la cama y empezó a desnudarla con manos temblorosas.
—Lo haré despacio, con mucho cuidado —dijo en voz baja, deslizando la mano entre sus piernas.
—Pero quiero sentirte dentro —dijo _______(tuap).
Y Joseph obedeció. Con cuidado, sujetándose al borde de la cama para no llegar demasiado dentro, mirándola a los ojos.
Era tan maravilloso sentirlo así. La llenaba tan completamente, su cuerpo recibiéndolo como si volviera a casa después de una larga ausencia.
¬¬¬______(tuap) arqueó la espalda para recibirlo mejor, pero aun así no era suficiente. Estaba a punto de suplicarle que se dejara ir, que se perdiera en ella, cuando Joseph metió la mano entre sus cuerpos para acariciar la delicada perla de su deseo. _____(tuap) saltó al notar el contacto, todos los músculos de su cuerpo en tensión, preparándose para llegar al paraíso.
De repente, estaba allí, al borde del precipicio, a punto de caer en un éxtasis en el que el pensamiento consciente no tenía sitio.
Pero volvió a la realidad a tiempo para sentir que él explotaba en su interior, sus jadeos la única pista del placer que le había dado.
Sólo entonces _____(tuap) se dio cuenta de cómo se había traicionado a sí misma. Había vuelto a hacerlo, había dejado que Joseph la usara a placer, cuando quiso, como quiso… Sólo lo había hecho para demostrar que podía hacer con ella lo que quisiera.
____(tuap) se levantó de la cama y, con toda la dignidad posible, buscó su ropa en el suelo.
—¿Dónde vas? ¿Qué pasa?
—¿Tienes que preguntarlo?
—¿Te da vergüenza desearme? —preguntó Joseph.
—¡Claro que me da vergüenza! No estamos casados y… y…
—Estamos esperando un hijo.
—¡Y nos odiamos! Es… es…
—Natural.
—¡Es completamente antinatural! —insistió ____(tuap)—. Tú no sientes nada por mí. Nada más que el más básico deseo animal y no…
—¿No qué?
—No tenías derecho a hacerlo. No tenías derecho a seducirme, prometiste no hacerlo.
—Espera un momento —dijo Joseph entonces—. ¿Cómo que te he seducido? ¿Quién era la que insistía en tenerme dentro…?
—¡Cállate! No me hagas sentir peor.
—¿Se puede saber qué te pasa? ¿No es un poco tarde para hacer el numerito de la virgen indignada?
—¿Cómo has podido usarme de esa forma? —le espetó ______(tuap).
—No te he usado, _____(tuap) —suspiró él.
—Sólo te has acostado conmigo para demostrar que podías hacerlo.
—Podrías haberme detenido en cualquier momento.
—¿Cómo? No puedo pensar cuando me tocas.
—Y eso es lo que no puedes soportar, ¿no? ¿Por qué te asusta tanto desearme? ¿Por qué te da miedo necesitarme?
—¡Yo no te necesito! Me has pillado en un momento de debilidad… nada más. La próxima vez no seré tan tonta.
—Yo no he dicho que lo fueras.
—No tienes que hacerlo.
Joseph se pasó una mano por el pelo.
—Parece que tu objetivo en la vida es apartar a todo aquél que se acerca demasiado. ¿Por qué haces eso? ¿Tiene algo que ver con tus padres?
—No me gusta hablar de ese tema…
—Ya sé que no te gusta hablar de eso, pero en algún momento tendrás que enfrentarte con los problemas que trajiste a nuestro matrimonio. Siempre dices que rompimos por mi culpa, pero empiezo a preguntarme si eso es verdad.
—Nuestro matrimonio se rompió porque tú pusiste tu carrera por delante de todo lo demás.
—O me cuentas qué pasó con tu familia o haré lo que sea necesario para enterarme, _____(tuap) —la amenazó Joseph entonces.
—Haz lo que te dé la gana —replicó ella.
—¿Por qué no quieres contármelo?
—¿Por qué no me dejas en paz?
—¿Qué escondes?
bueno espero q les guste
mañana subo la otra parte
byebye
:D
maru!!
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
OMG...! QE GENEEAL MUERO CON ESTHAA NNOBEELAA
DiiOS NO DORMiiRE JAJA
PERO BUENO SPERARE AAAAAAAAAAAAAAAA
DiiOS NO DORMiiRE JAJA
PERO BUENO SPERARE AAAAAAAAAAAAAAAA
Invitado
Invitado
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
Bravooo... Bravooo.. Esta genial supersisisima ... hahaha Waa no pueo esperar a mañana
Danne G.
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
siguela la amo dios pero que buena esta siguela porfa
joseph
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
!!...Diianiiz...!! escribió:SiiiGELAAAAAAAAA
Invitado
Invitado
Re: "En la cama de su Ex-Marido" (Joe y tu) Adaptación.
BIENVENIDAS A LAS NUEVAS LECTORAS
ya edito y subo cap!! :D
ya edito y subo cap!! :D
maru!!
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