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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 12 de 13. • 1, 2, 3 ... , 11, 12, 13
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
Waaaa amoo cada vez mas sta nove:D tienes que seguirlaaaa! Yaaa! Me encanto este cap! Jajaja Hay que celosa yo:D enserio me paso de celosa con Nick aunque la Delta se pasa de ofrecida! Primero Linda y ahora esta aagh y waaa Donde estas Joe? Aqui stoy moriiiii! Me mato esto jfgjcksjfdjsd el cap fue tan......... Estupendo! Me mato d ternura que ibamos hacer!:O pff celosa a millon q qiere esa pelirroja matandonos el rollo ibamos bien! Y aawwww Joe te amo! Tienes que seguirla piedad linda! Siguela! No pdo creerlo ya terminara un cap mas! Noo! Y el epilogo siguee!
Pao Jonatica Forever :3
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
Aaaaahhggh!!! Entonces esta enamorada de joe??/??? Ooooohhh ya pon el otro porfiiiiiiissss
chelis
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
Sisisisisgueeeelaaa!
Pao Jonatica Forever :3
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
CAPITULO 24: Nada es para siempre.
No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar.
Me repetía una y otra vez mientras avanzaba en dirección... Bueno, en cualquier dirección, realmente no tenía cabeza para pensar en esos momentos y estaba a punto de un colapso.
–Wooaa. Buenas piernas, siempre lo he dicho
Escuché que dijo alguien, y no cualquier alguien. Eliot. Me giré para confrontarlo y ahí estaba él, vestido en un traje elegante; llevaba una paleta en la boca y sus ojos color rancio me miraban de pies a cabeza. Inmediatamente cubrí la rajadura de mi vestido con mis manos.
–Alguien parece haber tenido acción –dijo otra voz. Estaba junto a Eliot y lo tomaba del brazo.
–No me canso de decirles qué simpática pareja hacen los dos–dije sonriendo hipócritamente.
–Yo sé, mi caramelito y yo somos el uno para el otro –respondió Linda dibujando un corazón en el aire.
Así es, ella y Eliot eran novios. Llevaban tres meses juntos y diré que son tal para cual. Ambos coquetean con otras personas justo en sus narices, ambos son irritantes y ahora a ambos les gusta atacarme con sarcasmos o echándome en cara cada pequeño error que cometa.
–Prima, –habló Eliot –relájate. Solo estoy elogiando el buen diseño de una de las obras de Dios.
Rodé los ojos y di media vuelta para alejarme de ellos.
–¡(TN)! –Escuché que gritaba Joe. ¿Es que nadie me podía dejar tranquila?
–¡Dios mío! ¿Ese es Joe? –chilló Linda.
–(TN) no te vayas. – Volvió a decir él.
Me detuve con todas las ganas de ponerme a gritar; al girarme estaba él junto con la chica pelirroja a su lado. La sangre me hervía por dentro.
–Hola hermoso –dijo Linda poniéndose frente a él –¿Me recuerdas? Soy Linda.
Pero los ojos de Joe estaban fijos en mí; deseaba aniquilarlo con la mirada.
–No tengo ni la menor idea de quién eres –le respondió él.
Casi suelto una risa pero mi rabia era mayor. La chica, o mejor dicho la novia de Joe, estaban silenciosas observándolo todo. Lo peor es que lucía de lo más simpática, en otras circunstancias me hubiera llevado bien con ella; pero ahora solo quería arrancarle su bonito y pintado cabello rojo. Volví a emprender mi camino pero esta vez una mano se cerraba en mi muñeca. Era Joe
–Escucha...
Pero yo no quería escuchar.
–No puedo creer que durante todo este tiempo estuviste divirtiéndote con ella –le lancé de repente. La chica puso una cara divertida.
–(TN), deja de decir esas cosas, –habló Joe.
–Vaya, hasta la defiendes.
–¿Cómo? Osea que tú eres la novia de Joe –se metió Linda mientras señalaba a la pelirroja
–Pero qué suerte la tuya (TN).
–Eres un idiota –dije haciendo caso omiso del estúpido comentario sarcástico de Linda.
Intenté recuperar mi mano y al hacerlo le lancé un golpe en el brazo a Joe. Se merecía eso y más.
–Oigan, ¿Puedo hablar yo? –Dijo la pelirroja.
–¿Sabes qué? Quédatelo, es todo tuyo –le dije a la chica –No puedo creer que casi... Lo hicimos –dije esta vez para Joe.
Su rostro se puso rojo por completo. Tal vez no quería que su novia lo atrapara con las manos en la masa pero la verdad era que yo estaba furiosa.
–(TN) no entiendes...
–Y otra cosa, –lo interrumpí y comencé a quitarme el collar pero se me dificultó un poco. –Cuando logre sacarme esto, te lo devuelvo.
–Alguien podría explicarme todo esto –dijo la pelirroja.
–Tal vez deberías decirle a tu novia que la monogamia no va contigo –le dije mientras giraba en mis talones y comencé a caminar nuevamente.
–¿Qué? –escuché que dijo la chica.
–Detente –gritó Joe de una forma furiosa; me detuve al instante sobresaltándome con su tono.
–Ella no es mi novia...
–Él no es mi novio...
Dijeron los dos a la vez. ¿Había escuchado bien? Dirigí mi vista a ambos.
–¿Qué? -dije casi tartamudeando.
Una pequeña chispa de esperanza se iluminó en mi interior.
–Yo soy su hermana -habló la chica pelirroja.
–Exacto –completó Joe.
Sentía que se me derretía la cara de la vergüenza.
–¿Su hermana?
Ella asintió con la cabeza. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Ambos tenían exactamente el mismo color de ojos, ámbar.
–Pe... Pero yo pensé que era tu novia. ¿No era de ella que me querías hablar?
–No era eso lo que te iba a decir.
–Esto parece una novela -dijo Linda.
–Ya lo creo –habló también Eliot.
–Mejor vamos a otra parte –sugirió Joe.
Dejé que me tomara del brazo y me llevara hasta el otro extremo del pasillo. Mi cara seguía roja, me sentía avergonzada con la hermana de Joe. Pero él también es un tonto ¿Cómo se le ocurre no haberme corregido al momento en que le reclamé por ella?
–¿Por qué no me dijiste que era tu hermana? –le pregunté mientras seguíamos caminando.
Él solo hizo una mueca.
–Quería saber si te pondrías celosa conmigo también. Digo, como estabas así con Nick...
–¿Y qué te pareció el resultado?
–Pues mejor de lo que pensaba.
–Eres un tonto. No sabes lo mal que me pusiste –le di un pequeño golpe en el hombro.
Con eso él me tomó de la cintura, me sostuvo contra la pared y me plantó un beso en los labios. Ni siquiera podía pensar con claridad.
–Lo siento –dijo con una pequeña sonrisa.
Yo extendí mis brazos alrededor de su cuello y lo besé también.
–¿Crees que tu hermana se vaya a molestar conmigo?
Pareció pensarlo por un momento. Me empecé a preocupar.
–No, para nada –dijo después con esa sonrisa que tanto me gustaba.
Nos besamos de nuevo. Luego nos separamos y una enorme duda crecía dentro de mí.
–Entonces... ¿Qué era lo que querías decirme allá arriba? –pregunté.
Su mirada volvió a tomar ese tono serio y melancólico a la vez.
–Yo... Yo solo me quedaré por un día en el país. Me tengo que regresar mañana a Nueva York en el vuelo de la noche.
–Oh.
Claro que se iba a ir de nuevo; se supone que estaría un año completo allí.
–Solo vine para la boda de tu tía, pero regreso dentro de siete meses más.
–Yo puedo con eso -dije aunque me sentía decepcionada al saber que prácticamente no nos quedaba mucho tiempo juntos. Me dio un beso en la frente, luego sus ojos tomaron posición sobre mi collar. Se me ocurrió una idea. Llevé mis manos hasta mi nuca y levantando mi cabello comencé a tantear en busca del cerrojo de la cadena; me la quité.
–¿Qué haces? –dijo él.
–Quiero que ahora tú tengas un recuerdo mío para que lo lleves a todas partes; no para que te lo pongas pero si para que al menos pienses en mí cuando lo veas. Le puse la cadena en sus manos y cerré su puño sobre ella.
–No es necesario un recordatorio, pensaré en ti en cada momento del día; lo haré omitiéndole tu ojo morado.
No recordaba mi ojo, igual reímos y pronto me besó en los labios, fue un beso delicado y disfruté saborearlo por completo.
–Lamento lo de tu vestido -dijo con una sonrisa.
–No te preocupes, yo no lo lamento; además se mira mejor ahora.
A eso le siguieron besos y más besos. No quería decir adiós a nada de esto, a esa sensación que te hace revolotear justo en la boca del estómago; esa calidez de sentir el tacto de esa otra persona en tu piel. Incluso la falta de aire que le procede a un largo y jugoso beso. Ah, los besos, eran de lo mejor; es increíble como el simple acto de presionar tus labios con otros fuera a desencadenar una serie de emociones y sabores en tu interior. Emociones y sentimientos capaces de dejarte paralizado por fuera y acelerado por dentro. Es casi una sensación milagrosa y curativa que nubla tu cabeza, no iba a ser fácil pero si algo aprendí estos últimos meses es que la paciencia a veces tiene su recompensa. Siempre creí que no existiría un chico ideal para mí, creí que necesitaba a alguien para sentirme especial y me deprimía pensar que jamás le llegaría a gustar a algún chico (peor a alguien demasiado atractivo), pensé que jamás llegaría el día en el que recibiría mi primer beso... Supongo que los cuentos de hadas todavía existen, bueno, aun no me creo el de la zapatilla. Pero a pesar de todo no podía simplemente dar la vuelta a la página de mi libro sin resolver un asunto pendiente: Nick. Toqué la puerta varias veces pero nadie abría. Finalmente y después de tanto insistir me abrió un chico con rostro adormitado, con su cabello café revuelto. Su ropa olía a cigarro y grandes ojeras negras se cernían bajo sus ojos cafés. No llevaba su gorra y aunque ya sabía quién se la había dado, no hubo en mí ni siquiera un temblor en las rodillas debido a los celos como había sentido el día anterior.
–¿Qué quieres? –me dijo después de restregar sus ojos con sus dedos.
Me mordí el labio, no me gustaba verlo en este estado y mucho menos saber que yo le había causado tanto daño.
–Nick, solo vine a decirte que lo siento.
Él cruzó sus brazos sobre su pecho y se apoyó contra el marco de la puerta; sabía que lo estaba destrozando con el solo hecho de mi presencia.
–Quiero decirte que ya no me meteré en tus asuntos –me apresuré a decir antes de que él tomara la palabra y terminara cerrándome la puerta en la nariz –Si quieres andar con Delta yo no te lo impediré.
Bajé mi vista hasta el suelo y empecé a jugar con mis manos.
–Bien, ¿Solo a eso viniste?
Lo miré perpleja.
–S-Sí.
Comenzó a entrar al departamento, antes de que cerrara la puerta la detuve con mi mano.
–Espera. También quería decirte algo más.
Él me miró de forma agotada y poco paciente.
–Habla entonces.
–Quería que sepas que siempre estaré aquí si me…
–Oh por favor (TN), no empieces a decir lo de que podemos ser amigos y toda esa mierda inútil. Desde ahora te lo digo; tú y yo no seremos ni siquiera eso.
Me quedé helada, yo sabía que era probable que me dijera algo por el estilo pero escucharlo de su boca era doloroso. No era como quería que las cosas acabaran entre los dos.
–Lo siento muchísimo –de verdad lamentaba haberle arruinado gran parte de su vida.
–Ya no importa, de todas formas hazme el favor de no volverte a meter en mi vida –Empezó a cerrar nuevamente la puerta y esta vez yo no la detuve, pero él sí. Se quedó pensativo por un momento y luego se volvió hacia mí.
–Para tu información -comenzó a decir–esa gorra no me la dio Delta. El día que empaqué mis cosas para mudarme aquí, la gorra se me había quedado olvidada; Delta fue quien me la trajo. Esa gorra me la dio mi padre.
Sentía que algo se rompía en mi interior. Abrí mi boca para decir algo pero la puerta ya estaba cerrada a centímetros de mi cara. Me quedé parada en el pasillo por lo que fueron horas, parecía idiota esperando que Nick saliera y me dijera que me perdonaba y todo volvería a ser como antes... Pero supongo que ya nada puede volver a ser como antes.
La semana pasó con gran velocidad; desde la boda de mi tía hasta ahora mi graduación. La verdad es que jamás creí ver este día, soy sincera, el estudio y yo no vamos de la mano. Pero aquí estoy, vestida con la toga azul digna de una graduada. Mi familia me tomó varias fotos y mi madre se puso a llorar diciendo que su niña era toda una mujer. Aparte de los cientos de fotografías que me sacaron quise tomar una especialmente para Joe. Ahora me hablaba casi todos los días y aunque fueran cortas las llamadas, me bastaba con escuchar su voz. No hay duda de que yo era una chica enamorada. Y Nick pues, creo que me convertí en la persona más odiada para él, sabía que no importara las veces que le pidiera disculpas, nunca las iba a aceptar; supongo que me lo merezco. Pero de algo estaba segura: el corazón es el que manda.
La ceremonia comenzó; todos tomamos asiento y uno de los profesores dio unas palabras para los alumnos.
–Se cierra este ciclo y comienza uno nuevo –empezó a decir el hombre –nuevos retos, nuevos desafíos en la vida y mayor dificultad. Cada vez están a un paso de la responsabilidad...
La verdad la responsabilidad me asustaba, eso por no mencionar que aún estaba indecisa en cuanto a lo que iba a estudiar después. Sentía un gran peso sobre mis hombros, tantos sentimientos y tantas decisiones por tomar; demasiada culpa por sentir, mucho por lo que alegrarse así como por arrepentirse. Mis manos comenzaron a sudar, encerré mi puño en la tela de la toga y cerré los ojos por un momento. Pensaba en cómo la vida cambia, Heidy Klum tenía razón al decir que un día estás dentro y al siguiente estás fuera; pero logré apartar todos mis pensamientos y disipar mis temores a la hora de escuchar mí nombre ser pronunciado a través del micrófono.
–(TN) Allisen –dijo el hombre que hacía entrega de los títulos.
Me puse de pie y torpemente avancé hasta la tarima que se alzaba a dos metros por sobre el resto de los estudiantes. Al subir estreché la mano del hombre y la de la directora que se encontraba a su lado. Sonreí con mi título en mano y fijé la vista hacia la multitud. En las primeras filas se encontraban todos los de traje azul y al fondo el resto de familiares, todos con cámaras en sus manos. Me quedé paralizada cuando mis ojos visualizaron al único chico de pie, con una gorra negra en la cabeza. Su mirada era melancólica y cuando puso una sonrisa en su rostro noté lo mucho que le dolía siquiera verme a los ojos. Le devolví la sonrisa y al momento él ya estaba dándome la espalda mientras avanzaba a paso lento perdiéndose entre la multitud. Tenía ganas de decirle que lo quería mucho y que lamentaba si mis decisiones lo habían herido. Quería correr detrás de él y no dejar las cosas de esta forma, pero no. Lo dejé ir. Era lo mejor que podía hacer, dejar que continuara con su vida, que las heridas se cicatrizaran y ser solo un recuerdo confuso detrás de su cabeza. Avancé de nuevo hasta tomar mi asiento y esperar a que terminaran de llamar al resto de estudiantes.
Mis ojos querían buscar a Nick entre la gente pero me contuve, no quería causarle más daño del que ya le había hecho. Finalmente terminaron los actos académicos y venía la mejor parte de todas las graduaciones: lanzar al aire el birrete. Creo que la mayoría esperábamos con ansias éste momento. Llegaron los gritos y casi de forma sincronizada todos los presentes lanzamos hasta lo más alto el sombrero cuadrado. Me sentía un poco mayor y sabia mientras veía cómo cientos y cientos de cuadrados azules volaban por el aire. Tal vez después de todo logré madurar al menos un poco... Los birretes comenzaron a descender, nos esperaba una lluvia de ellos. Sinceramente no eran tan livianos como parecían... Lo mejor era correr. Al parecer no fui la única con esa idea ya que varios chocaron mientras intentaban apartarse de la lluvia de gorros azules. También choqué con alguien y caí al suelo, comencé a reír con ganas, de todas formas nada es para siempre y tenía que aprovechar y disfrutar cada momento de la vida. Me puse de pie disculpándome con la chica a la que le enterré la rodilla mientras caíamos y pasé mis manos sobre mi toga para limpiarla. Me pareció ver a lo lejos a Nick pero aparté rápidamente la mirada, lo iba a dejar en paz, ya no quería que sufriera por mi culpa así que me fui mejor hasta donde estaba mi familia esperando por mí.
No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar.
Repetí para mis adentros mientras caminaba hacia ellos. Me permití el lujo de volver mí vista hacia atrás, nuestros ojos conectaron y probé una vez más a darle una sonrisa a Nick. Para mi sorpresa él también sonrió. ¿Eso significaba que me había perdonado? Una pequeñísima parte de mi ser quería que fuera verdad. Así que sin importar el qué, me iba a aferrar a esa idea. Claro que sí lo haría. Ahora me quedaba por delante un futuro lleno de posibilidades, marcaba con una equis las casillas del calendario esperando con ansias que los meses pasaran rápido para poder ver nuevamente a Joe. Pero no, esta vez no me iba a desesperar... Bueno, al menos no tanto como antes. Dejaría que las cosas surgieran con naturalidad, como siempre tuvo que ser. Esperaba por el ascensor el otro día, aparentemente es uno nuevo y mejorado que el que teníamos, y justo cuando lo abordé otra persona entró también junto a mí. Era Nick. No solíamos conversar mucho pero al menos ahora parecía soportar mi presencia.
–Hola –dijo casualmente cuando me vio.
–Hola –respondí con una sonrisa en mi rostro. No hablamos más y dejé que la suave música del elevador me endulzara los oídos.
–Escuché que tendremos un nuevo portero –habló Nick.
Lo miré dubitativa. Él solo me dirigía cuatro palabras por día y en ésta ocasión me dijo una oración completa, además que esperaba respuesta por parte mía.
–Sí eso oí también.
Las puertas del elevador se abrieron en el cuarto piso y ambos salimos sin decir nada más. Tenía miedo de echarlo todo a perder si le preguntaba otra cosa así que me mantuve en silencio mientras avanzaba hasta la puerta de mi departamento. Antes de meterme dentro lancé una última mirada a Nick; al parecer él hizo lo mismo y ahora ambos nos mirábamos a los ojos.
–Deseo que seas feliz -dije con toda la sinceridad.
Él sonrió para mí.
–Deseo que también seas feliz –respondió mientras abría la puerta de su departamento. Nos dimos otra mirada, parecíamos contar historias con nuestros ojos; la mía se titulaba perdón y arrepentimiento y la de él gritaba a leguas resignación y cansancio. Sonriendo los dos nos metimos a nuestros respectivos departamentos y cerramos la puerta al unísono. Me recosté todavía en la puerta y miré fijamente hacia la nada, caminé como zombi hasta mi habitación y me dirigí a la pared en donde colgaba mi calendario, solo quedaba en blanco una casilla, era el último día del mes y tachándola retiré la hoja que daba paso al mes siguiente. Suspiré; llevaba uno de siete meses y la espera se me hacía eterna pero que esperaría por Joe... Esperaría.
Mañana Subiré el Epilogo :(
No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar.
Me repetía una y otra vez mientras avanzaba en dirección... Bueno, en cualquier dirección, realmente no tenía cabeza para pensar en esos momentos y estaba a punto de un colapso.
–Wooaa. Buenas piernas, siempre lo he dicho
Escuché que dijo alguien, y no cualquier alguien. Eliot. Me giré para confrontarlo y ahí estaba él, vestido en un traje elegante; llevaba una paleta en la boca y sus ojos color rancio me miraban de pies a cabeza. Inmediatamente cubrí la rajadura de mi vestido con mis manos.
–Alguien parece haber tenido acción –dijo otra voz. Estaba junto a Eliot y lo tomaba del brazo.
–No me canso de decirles qué simpática pareja hacen los dos–dije sonriendo hipócritamente.
–Yo sé, mi caramelito y yo somos el uno para el otro –respondió Linda dibujando un corazón en el aire.
Así es, ella y Eliot eran novios. Llevaban tres meses juntos y diré que son tal para cual. Ambos coquetean con otras personas justo en sus narices, ambos son irritantes y ahora a ambos les gusta atacarme con sarcasmos o echándome en cara cada pequeño error que cometa.
–Prima, –habló Eliot –relájate. Solo estoy elogiando el buen diseño de una de las obras de Dios.
Rodé los ojos y di media vuelta para alejarme de ellos.
–¡(TN)! –Escuché que gritaba Joe. ¿Es que nadie me podía dejar tranquila?
–¡Dios mío! ¿Ese es Joe? –chilló Linda.
–(TN) no te vayas. – Volvió a decir él.
Me detuve con todas las ganas de ponerme a gritar; al girarme estaba él junto con la chica pelirroja a su lado. La sangre me hervía por dentro.
–Hola hermoso –dijo Linda poniéndose frente a él –¿Me recuerdas? Soy Linda.
Pero los ojos de Joe estaban fijos en mí; deseaba aniquilarlo con la mirada.
–No tengo ni la menor idea de quién eres –le respondió él.
Casi suelto una risa pero mi rabia era mayor. La chica, o mejor dicho la novia de Joe, estaban silenciosas observándolo todo. Lo peor es que lucía de lo más simpática, en otras circunstancias me hubiera llevado bien con ella; pero ahora solo quería arrancarle su bonito y pintado cabello rojo. Volví a emprender mi camino pero esta vez una mano se cerraba en mi muñeca. Era Joe
–Escucha...
Pero yo no quería escuchar.
–No puedo creer que durante todo este tiempo estuviste divirtiéndote con ella –le lancé de repente. La chica puso una cara divertida.
–(TN), deja de decir esas cosas, –habló Joe.
–Vaya, hasta la defiendes.
–¿Cómo? Osea que tú eres la novia de Joe –se metió Linda mientras señalaba a la pelirroja
–Pero qué suerte la tuya (TN).
–Eres un idiota –dije haciendo caso omiso del estúpido comentario sarcástico de Linda.
Intenté recuperar mi mano y al hacerlo le lancé un golpe en el brazo a Joe. Se merecía eso y más.
–Oigan, ¿Puedo hablar yo? –Dijo la pelirroja.
–¿Sabes qué? Quédatelo, es todo tuyo –le dije a la chica –No puedo creer que casi... Lo hicimos –dije esta vez para Joe.
Su rostro se puso rojo por completo. Tal vez no quería que su novia lo atrapara con las manos en la masa pero la verdad era que yo estaba furiosa.
–(TN) no entiendes...
–Y otra cosa, –lo interrumpí y comencé a quitarme el collar pero se me dificultó un poco. –Cuando logre sacarme esto, te lo devuelvo.
–Alguien podría explicarme todo esto –dijo la pelirroja.
–Tal vez deberías decirle a tu novia que la monogamia no va contigo –le dije mientras giraba en mis talones y comencé a caminar nuevamente.
–¿Qué? –escuché que dijo la chica.
–Detente –gritó Joe de una forma furiosa; me detuve al instante sobresaltándome con su tono.
–Ella no es mi novia...
–Él no es mi novio...
Dijeron los dos a la vez. ¿Había escuchado bien? Dirigí mi vista a ambos.
–¿Qué? -dije casi tartamudeando.
Una pequeña chispa de esperanza se iluminó en mi interior.
–Yo soy su hermana -habló la chica pelirroja.
–Exacto –completó Joe.
Sentía que se me derretía la cara de la vergüenza.
–¿Su hermana?
Ella asintió con la cabeza. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Ambos tenían exactamente el mismo color de ojos, ámbar.
–Pe... Pero yo pensé que era tu novia. ¿No era de ella que me querías hablar?
–No era eso lo que te iba a decir.
–Esto parece una novela -dijo Linda.
–Ya lo creo –habló también Eliot.
–Mejor vamos a otra parte –sugirió Joe.
Dejé que me tomara del brazo y me llevara hasta el otro extremo del pasillo. Mi cara seguía roja, me sentía avergonzada con la hermana de Joe. Pero él también es un tonto ¿Cómo se le ocurre no haberme corregido al momento en que le reclamé por ella?
–¿Por qué no me dijiste que era tu hermana? –le pregunté mientras seguíamos caminando.
Él solo hizo una mueca.
–Quería saber si te pondrías celosa conmigo también. Digo, como estabas así con Nick...
–¿Y qué te pareció el resultado?
–Pues mejor de lo que pensaba.
–Eres un tonto. No sabes lo mal que me pusiste –le di un pequeño golpe en el hombro.
Con eso él me tomó de la cintura, me sostuvo contra la pared y me plantó un beso en los labios. Ni siquiera podía pensar con claridad.
–Lo siento –dijo con una pequeña sonrisa.
Yo extendí mis brazos alrededor de su cuello y lo besé también.
–¿Crees que tu hermana se vaya a molestar conmigo?
Pareció pensarlo por un momento. Me empecé a preocupar.
–No, para nada –dijo después con esa sonrisa que tanto me gustaba.
Nos besamos de nuevo. Luego nos separamos y una enorme duda crecía dentro de mí.
–Entonces... ¿Qué era lo que querías decirme allá arriba? –pregunté.
Su mirada volvió a tomar ese tono serio y melancólico a la vez.
–Yo... Yo solo me quedaré por un día en el país. Me tengo que regresar mañana a Nueva York en el vuelo de la noche.
–Oh.
Claro que se iba a ir de nuevo; se supone que estaría un año completo allí.
–Solo vine para la boda de tu tía, pero regreso dentro de siete meses más.
–Yo puedo con eso -dije aunque me sentía decepcionada al saber que prácticamente no nos quedaba mucho tiempo juntos. Me dio un beso en la frente, luego sus ojos tomaron posición sobre mi collar. Se me ocurrió una idea. Llevé mis manos hasta mi nuca y levantando mi cabello comencé a tantear en busca del cerrojo de la cadena; me la quité.
–¿Qué haces? –dijo él.
–Quiero que ahora tú tengas un recuerdo mío para que lo lleves a todas partes; no para que te lo pongas pero si para que al menos pienses en mí cuando lo veas. Le puse la cadena en sus manos y cerré su puño sobre ella.
–No es necesario un recordatorio, pensaré en ti en cada momento del día; lo haré omitiéndole tu ojo morado.
No recordaba mi ojo, igual reímos y pronto me besó en los labios, fue un beso delicado y disfruté saborearlo por completo.
–Lamento lo de tu vestido -dijo con una sonrisa.
–No te preocupes, yo no lo lamento; además se mira mejor ahora.
A eso le siguieron besos y más besos. No quería decir adiós a nada de esto, a esa sensación que te hace revolotear justo en la boca del estómago; esa calidez de sentir el tacto de esa otra persona en tu piel. Incluso la falta de aire que le procede a un largo y jugoso beso. Ah, los besos, eran de lo mejor; es increíble como el simple acto de presionar tus labios con otros fuera a desencadenar una serie de emociones y sabores en tu interior. Emociones y sentimientos capaces de dejarte paralizado por fuera y acelerado por dentro. Es casi una sensación milagrosa y curativa que nubla tu cabeza, no iba a ser fácil pero si algo aprendí estos últimos meses es que la paciencia a veces tiene su recompensa. Siempre creí que no existiría un chico ideal para mí, creí que necesitaba a alguien para sentirme especial y me deprimía pensar que jamás le llegaría a gustar a algún chico (peor a alguien demasiado atractivo), pensé que jamás llegaría el día en el que recibiría mi primer beso... Supongo que los cuentos de hadas todavía existen, bueno, aun no me creo el de la zapatilla. Pero a pesar de todo no podía simplemente dar la vuelta a la página de mi libro sin resolver un asunto pendiente: Nick. Toqué la puerta varias veces pero nadie abría. Finalmente y después de tanto insistir me abrió un chico con rostro adormitado, con su cabello café revuelto. Su ropa olía a cigarro y grandes ojeras negras se cernían bajo sus ojos cafés. No llevaba su gorra y aunque ya sabía quién se la había dado, no hubo en mí ni siquiera un temblor en las rodillas debido a los celos como había sentido el día anterior.
–¿Qué quieres? –me dijo después de restregar sus ojos con sus dedos.
Me mordí el labio, no me gustaba verlo en este estado y mucho menos saber que yo le había causado tanto daño.
–Nick, solo vine a decirte que lo siento.
Él cruzó sus brazos sobre su pecho y se apoyó contra el marco de la puerta; sabía que lo estaba destrozando con el solo hecho de mi presencia.
–Quiero decirte que ya no me meteré en tus asuntos –me apresuré a decir antes de que él tomara la palabra y terminara cerrándome la puerta en la nariz –Si quieres andar con Delta yo no te lo impediré.
Bajé mi vista hasta el suelo y empecé a jugar con mis manos.
–Bien, ¿Solo a eso viniste?
Lo miré perpleja.
–S-Sí.
Comenzó a entrar al departamento, antes de que cerrara la puerta la detuve con mi mano.
–Espera. También quería decirte algo más.
Él me miró de forma agotada y poco paciente.
–Habla entonces.
–Quería que sepas que siempre estaré aquí si me…
–Oh por favor (TN), no empieces a decir lo de que podemos ser amigos y toda esa mierda inútil. Desde ahora te lo digo; tú y yo no seremos ni siquiera eso.
Me quedé helada, yo sabía que era probable que me dijera algo por el estilo pero escucharlo de su boca era doloroso. No era como quería que las cosas acabaran entre los dos.
–Lo siento muchísimo –de verdad lamentaba haberle arruinado gran parte de su vida.
–Ya no importa, de todas formas hazme el favor de no volverte a meter en mi vida –Empezó a cerrar nuevamente la puerta y esta vez yo no la detuve, pero él sí. Se quedó pensativo por un momento y luego se volvió hacia mí.
–Para tu información -comenzó a decir–esa gorra no me la dio Delta. El día que empaqué mis cosas para mudarme aquí, la gorra se me había quedado olvidada; Delta fue quien me la trajo. Esa gorra me la dio mi padre.
Sentía que algo se rompía en mi interior. Abrí mi boca para decir algo pero la puerta ya estaba cerrada a centímetros de mi cara. Me quedé parada en el pasillo por lo que fueron horas, parecía idiota esperando que Nick saliera y me dijera que me perdonaba y todo volvería a ser como antes... Pero supongo que ya nada puede volver a ser como antes.
La semana pasó con gran velocidad; desde la boda de mi tía hasta ahora mi graduación. La verdad es que jamás creí ver este día, soy sincera, el estudio y yo no vamos de la mano. Pero aquí estoy, vestida con la toga azul digna de una graduada. Mi familia me tomó varias fotos y mi madre se puso a llorar diciendo que su niña era toda una mujer. Aparte de los cientos de fotografías que me sacaron quise tomar una especialmente para Joe. Ahora me hablaba casi todos los días y aunque fueran cortas las llamadas, me bastaba con escuchar su voz. No hay duda de que yo era una chica enamorada. Y Nick pues, creo que me convertí en la persona más odiada para él, sabía que no importara las veces que le pidiera disculpas, nunca las iba a aceptar; supongo que me lo merezco. Pero de algo estaba segura: el corazón es el que manda.
La ceremonia comenzó; todos tomamos asiento y uno de los profesores dio unas palabras para los alumnos.
–Se cierra este ciclo y comienza uno nuevo –empezó a decir el hombre –nuevos retos, nuevos desafíos en la vida y mayor dificultad. Cada vez están a un paso de la responsabilidad...
La verdad la responsabilidad me asustaba, eso por no mencionar que aún estaba indecisa en cuanto a lo que iba a estudiar después. Sentía un gran peso sobre mis hombros, tantos sentimientos y tantas decisiones por tomar; demasiada culpa por sentir, mucho por lo que alegrarse así como por arrepentirse. Mis manos comenzaron a sudar, encerré mi puño en la tela de la toga y cerré los ojos por un momento. Pensaba en cómo la vida cambia, Heidy Klum tenía razón al decir que un día estás dentro y al siguiente estás fuera; pero logré apartar todos mis pensamientos y disipar mis temores a la hora de escuchar mí nombre ser pronunciado a través del micrófono.
–(TN) Allisen –dijo el hombre que hacía entrega de los títulos.
Me puse de pie y torpemente avancé hasta la tarima que se alzaba a dos metros por sobre el resto de los estudiantes. Al subir estreché la mano del hombre y la de la directora que se encontraba a su lado. Sonreí con mi título en mano y fijé la vista hacia la multitud. En las primeras filas se encontraban todos los de traje azul y al fondo el resto de familiares, todos con cámaras en sus manos. Me quedé paralizada cuando mis ojos visualizaron al único chico de pie, con una gorra negra en la cabeza. Su mirada era melancólica y cuando puso una sonrisa en su rostro noté lo mucho que le dolía siquiera verme a los ojos. Le devolví la sonrisa y al momento él ya estaba dándome la espalda mientras avanzaba a paso lento perdiéndose entre la multitud. Tenía ganas de decirle que lo quería mucho y que lamentaba si mis decisiones lo habían herido. Quería correr detrás de él y no dejar las cosas de esta forma, pero no. Lo dejé ir. Era lo mejor que podía hacer, dejar que continuara con su vida, que las heridas se cicatrizaran y ser solo un recuerdo confuso detrás de su cabeza. Avancé de nuevo hasta tomar mi asiento y esperar a que terminaran de llamar al resto de estudiantes.
Mis ojos querían buscar a Nick entre la gente pero me contuve, no quería causarle más daño del que ya le había hecho. Finalmente terminaron los actos académicos y venía la mejor parte de todas las graduaciones: lanzar al aire el birrete. Creo que la mayoría esperábamos con ansias éste momento. Llegaron los gritos y casi de forma sincronizada todos los presentes lanzamos hasta lo más alto el sombrero cuadrado. Me sentía un poco mayor y sabia mientras veía cómo cientos y cientos de cuadrados azules volaban por el aire. Tal vez después de todo logré madurar al menos un poco... Los birretes comenzaron a descender, nos esperaba una lluvia de ellos. Sinceramente no eran tan livianos como parecían... Lo mejor era correr. Al parecer no fui la única con esa idea ya que varios chocaron mientras intentaban apartarse de la lluvia de gorros azules. También choqué con alguien y caí al suelo, comencé a reír con ganas, de todas formas nada es para siempre y tenía que aprovechar y disfrutar cada momento de la vida. Me puse de pie disculpándome con la chica a la que le enterré la rodilla mientras caíamos y pasé mis manos sobre mi toga para limpiarla. Me pareció ver a lo lejos a Nick pero aparté rápidamente la mirada, lo iba a dejar en paz, ya no quería que sufriera por mi culpa así que me fui mejor hasta donde estaba mi familia esperando por mí.
No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar.
Repetí para mis adentros mientras caminaba hacia ellos. Me permití el lujo de volver mí vista hacia atrás, nuestros ojos conectaron y probé una vez más a darle una sonrisa a Nick. Para mi sorpresa él también sonrió. ¿Eso significaba que me había perdonado? Una pequeñísima parte de mi ser quería que fuera verdad. Así que sin importar el qué, me iba a aferrar a esa idea. Claro que sí lo haría. Ahora me quedaba por delante un futuro lleno de posibilidades, marcaba con una equis las casillas del calendario esperando con ansias que los meses pasaran rápido para poder ver nuevamente a Joe. Pero no, esta vez no me iba a desesperar... Bueno, al menos no tanto como antes. Dejaría que las cosas surgieran con naturalidad, como siempre tuvo que ser. Esperaba por el ascensor el otro día, aparentemente es uno nuevo y mejorado que el que teníamos, y justo cuando lo abordé otra persona entró también junto a mí. Era Nick. No solíamos conversar mucho pero al menos ahora parecía soportar mi presencia.
–Hola –dijo casualmente cuando me vio.
–Hola –respondí con una sonrisa en mi rostro. No hablamos más y dejé que la suave música del elevador me endulzara los oídos.
–Escuché que tendremos un nuevo portero –habló Nick.
Lo miré dubitativa. Él solo me dirigía cuatro palabras por día y en ésta ocasión me dijo una oración completa, además que esperaba respuesta por parte mía.
–Sí eso oí también.
Las puertas del elevador se abrieron en el cuarto piso y ambos salimos sin decir nada más. Tenía miedo de echarlo todo a perder si le preguntaba otra cosa así que me mantuve en silencio mientras avanzaba hasta la puerta de mi departamento. Antes de meterme dentro lancé una última mirada a Nick; al parecer él hizo lo mismo y ahora ambos nos mirábamos a los ojos.
–Deseo que seas feliz -dije con toda la sinceridad.
Él sonrió para mí.
–Deseo que también seas feliz –respondió mientras abría la puerta de su departamento. Nos dimos otra mirada, parecíamos contar historias con nuestros ojos; la mía se titulaba perdón y arrepentimiento y la de él gritaba a leguas resignación y cansancio. Sonriendo los dos nos metimos a nuestros respectivos departamentos y cerramos la puerta al unísono. Me recosté todavía en la puerta y miré fijamente hacia la nada, caminé como zombi hasta mi habitación y me dirigí a la pared en donde colgaba mi calendario, solo quedaba en blanco una casilla, era el último día del mes y tachándola retiré la hoja que daba paso al mes siguiente. Suspiré; llevaba uno de siete meses y la espera se me hacía eterna pero que esperaría por Joe... Esperaría.
Mañana Subiré el Epilogo :(
Invitado
Invitado
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
Espero que nick encuentre su media naranja y que ya no sufra
chelis
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
ahhhh Nick aqui estoy yo!!! Ok no!!
Espero que Nick sea feliz!!!
Ya quiero a Joe de vuelta!!!
Siguela!!
Espero que Nick sea feliz!!!
Ya quiero a Joe de vuelta!!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
Jdjdfsjdfd mueriiiendoo! Djsjdsu sin palabrasss creo que me dara un ataqqq! Jfjsjk siento mi corazon al mil! Awww hermana era su hermana hejejeje cualqiera se eivocaaa! Okno! Awww 7 meses! Que largo! Okno! Pero que lindura d parejaa esperariaa! Awwww Nick hermoso al final qdaron bn:'( igual m siento jkhsjkf del naboo pobre d mi Nick lo amo sentib fdsdfj ganas de llorar cndo lo vi en mi graduacion que lindo jfhjdjfhjdsj qiero el epilogo yaa! Awww cruzaron miradasss! Awwww muerooo deseo que seas feliz zajdjsdjkdfsd cmo hay historias que terminan asi verdaddd lloro llor y lloro mass qiero el epilogo yaa! :'(
Pao Jonatica Forever :3
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
WTF????????????????????!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Me ausento por una semana y me veo que ya solo falta el epílogo... LOL
Fué bonito mientras duró... ASDFGHJKLÑ.
Me ausento por una semana y me veo que ya solo falta el epílogo... LOL
Fué bonito mientras duró... ASDFGHJKLÑ.
DreamerGirl~
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
Suubee yaa por faa!
Pao Jonatica Forever :3
Re: Se solicita novio... ¡URGENTE! (Jonas) -Adaptacion- (Terminada)
EPILOGO
Narrado por Nick…
Si amas algo, déjalo ir. Eso me repetía constantemente cuando la miraba a ella pasearse frente a mí como si no fuera suficiente el dolor que causaba recordar cómo era cuando la tenía entre mis brazos; Cuando mis labios ahogaban los suyos y cuando todo mi cuerpo se estremecía ante su tacto. Pero me gustaba torturarme con los recuerdos y ella era la dueña de todos y cada uno de ellos. Sentía un ardor que me quemaba por dentro y mi bilis subía hasta mi garganta cuando la veía suspirando por otro chico que claramente no era yo. Odiaba en lo que me había convertido, era una lejana imitación de lo que solía ser pero cuando la vi frente a mí, con sus ojos de cachorro arrepentido no pude evitar sonreírle, no pude evitar sentirme yo mismo de nuevo. La saludé mientras estábamos en el elevador y parecía sorprendida de que le dirigiera la palabra nuevamente, tal vez ya era hora de resignarme y dejar de pensar en ella aunque la sola idea me asustaba. Era como lanzarse a ciegas por un acantilado. Ella también saludo con algo de timidez y el oír su voz se sentía como el aire fresco entrando en mis pulmones. Quería escucharla todo el día, se me ocurrió sacar más plática pero nada se venía a mi cabeza; podría decirle que ya no había vuelto a ver a Delta, tal vez mencionarle lo mucho que me había encantado verla en ese estado de celos locos... Pero terminé hablando sobre el tema más irrelevante de la historia. El nuevo portero. Me daba patadas mentalmente pero al menos eso resucitó nuevamente su voz. Cuando ambos tomamos caminos separados para entrar a nuestros departamentos me permití darle una mirada en secreto, pero me sorprendí cuando ella también tenía la vista clavada en mí. Traté de sonreírle de la forma más compuesta que pude y antes de que mi mano girara el pomo de la puerta ella me habló. –Deseo que seas feliz –me dijo y algo dentro de mí se quebró. Me asustó escuchar su sinceridad y algo me decía que la había perdido para siempre, que era mejor dejar que se fuera. Le sonreí. –Deseo que también seas feliz –respondí con todo el dolor de mi corazón; la miré una última vez. Cada uno entró hasta su departamento y al cerrar la puerta me prometí que dejaría sepultados todos mis sentimientos por (TN); claro que trabajo fácil no sería pero tenía que hacer mi mejor esfuerzo por olvidarla, aunque todo mi ser luchaba por mantenerla dentro. Tal vez mañana la olvidaré, por hoy, quiero torturarme con el recuerdo de que fue mía una vez.
FIN..
Hola chicas... Aquí otra novela que se ha terminado :l la verdad amé compartir esta hermosa novela con ustedes! en serio fue una de mis favoritas y me alegra que a ustedes les haya gustado♥ besos chicas♥
Narrado por Nick…
Si amas algo, déjalo ir. Eso me repetía constantemente cuando la miraba a ella pasearse frente a mí como si no fuera suficiente el dolor que causaba recordar cómo era cuando la tenía entre mis brazos; Cuando mis labios ahogaban los suyos y cuando todo mi cuerpo se estremecía ante su tacto. Pero me gustaba torturarme con los recuerdos y ella era la dueña de todos y cada uno de ellos. Sentía un ardor que me quemaba por dentro y mi bilis subía hasta mi garganta cuando la veía suspirando por otro chico que claramente no era yo. Odiaba en lo que me había convertido, era una lejana imitación de lo que solía ser pero cuando la vi frente a mí, con sus ojos de cachorro arrepentido no pude evitar sonreírle, no pude evitar sentirme yo mismo de nuevo. La saludé mientras estábamos en el elevador y parecía sorprendida de que le dirigiera la palabra nuevamente, tal vez ya era hora de resignarme y dejar de pensar en ella aunque la sola idea me asustaba. Era como lanzarse a ciegas por un acantilado. Ella también saludo con algo de timidez y el oír su voz se sentía como el aire fresco entrando en mis pulmones. Quería escucharla todo el día, se me ocurrió sacar más plática pero nada se venía a mi cabeza; podría decirle que ya no había vuelto a ver a Delta, tal vez mencionarle lo mucho que me había encantado verla en ese estado de celos locos... Pero terminé hablando sobre el tema más irrelevante de la historia. El nuevo portero. Me daba patadas mentalmente pero al menos eso resucitó nuevamente su voz. Cuando ambos tomamos caminos separados para entrar a nuestros departamentos me permití darle una mirada en secreto, pero me sorprendí cuando ella también tenía la vista clavada en mí. Traté de sonreírle de la forma más compuesta que pude y antes de que mi mano girara el pomo de la puerta ella me habló. –Deseo que seas feliz –me dijo y algo dentro de mí se quebró. Me asustó escuchar su sinceridad y algo me decía que la había perdido para siempre, que era mejor dejar que se fuera. Le sonreí. –Deseo que también seas feliz –respondí con todo el dolor de mi corazón; la miré una última vez. Cada uno entró hasta su departamento y al cerrar la puerta me prometí que dejaría sepultados todos mis sentimientos por (TN); claro que trabajo fácil no sería pero tenía que hacer mi mejor esfuerzo por olvidarla, aunque todo mi ser luchaba por mantenerla dentro. Tal vez mañana la olvidaré, por hoy, quiero torturarme con el recuerdo de que fue mía una vez.
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