A dead like me

Todos, absolutamente todos debemos morir. No sabemos cuándo ni dónde pero el reloj está en funcionamiento y tiene una fecha de caducidad. Para algunos la muerte llega placentera, para otros, un poco inesperada. La otra cosa que no sabemos es que pasa con nuestra alma desde el instante en que dejamos de ser llamados seres vivos. Resulta que la gran mayoría de las personas tiene un lugar en el cielo, pero otros somos tan desafortunados que somos los elegidos al azar para quedarnos en este mundo trabajando para la muerte ayudando a guiar a las almas por el umbral de la entrada al cielo. Diariamente se nos entrega un par de nombres con la hora exacta, nuestro trabajo es estar junto a ellos justo antes de que el reloj se detenga para poder sacar el alma y guiarla correctamente. Somos muchos así como las maneras en las que puedes morir, así que nos concentramos en equipos: causas externas (muertes por desastres naturales, suicidios, accidentes de tráfico y aéreos, etc.), enfermedades terminales, asesinatos y muerte espontánea (paro cardiaco, asfixia, intoxicación), así podemos cubrir las muertes de cada ciudad. Para algunos la muerte significa vida eterna, pero para nosotros significa otra vida de trabajo y aburrimiento en el mundo mortal.