Prohibiciones. {Larry Stylinson} ||Terminada||

Capítulo 32

No pasaron varios minutos cuando Harry llego al parque, su miraba busco instantáneamente al cuerpo delgado –y pequeño– de Louis pero lo único que vio fue la tranquilidad del parque, como si no sucediera nada. Pero él sabía que si sucedía algo, aunque no sabía exactamente qué.

Los chicos no le habían seguido –o al menos no estaban junto a él–, por lo que se sintió desprotegido. Pero debía ignorar aquella sensación, porque Louis estaba junto a Stan de nuevo y lo único que debía hacer era ser valiente. Enfrentarse a Stan por Louis.

-Harry… -Susurró una voz detrás de él.

Harry volteó al reconocer esa voz, hace tiempo que la escuchaba.

-Eleanor… ¿qué haces acá? –Preguntó el incrédulo.

-Sé dónde está Louis.

Eleanor comenzó a caminar sin decir nada más, y Harry instintivamente la siguió. ¿Qué tenía que ver con todo esto?

-¿Tú qué sabes…?

-Sé dónde está, lo vi pasar… –Dijo encogiéndose de brazos.

Ella sonaba sospechosa de igual manera. Pero si sabía dónde estaba Louis realmente no le importaba. No hasta que lo viera sano y salvo.


-¿Qué quieres que te diga? –Dijo Stan como si nada.

-¿Por qué hiciste… lo que hiciste? Mierda creí que te conocía.

-¿Quieres saber la verdadera razón? Está bien. Todo comenzó cuando lo ponías a él antes de mí. Acaso no habías jurado ser mi mejor amigo, si lo hiciste. Pero de repente me olvidaste, no sé porque lo hiciste realmente. Dímelo tú, ¿por qué me olvidaste?

-Yo no… no te olvide –Respondió Louis.

-¡No mientas! ¡Me olvidaste!... Pero sabes qué es lo peor… no sabes, que yo daría todo por ti…

Stan comenzó a acercarse a Louis, estremeciéndolo al instante. Louis se dio cuenta del raro comportamiento de su amigo pero no hizo mucho por alejarlo.

-Siempre estuve contigo, siempre estuve para ti –Siguió Stan– pero tú no te diste cuenta. Nunca te diste cuenta…

-Yo…

-No digas nada Lou. Tus palabras en este momento no valen para nada… ¿sabes por qué hice todo esto? ¡Porque Harry consiguió todo lo que yo quise! –Stan se acercó al oído de Louis– Y tú fuiste siempre todo lo que yo quise… –Susurró antes de morder el lóbulo de su oreja.

-Yo perdóname… entonces, perdóname.

-No funciona así. ¡No sabes cuánto sufrí por tenerte lejos! –Gritó alejándose al mismo tiempo de Louis.

-¡Pero no tenías por qué hacer sufrir a Harry! –Chilló Louis.

-Oh claro que tenía que… ¿no sabes que él es causante de todo?

-No… creo… ¡Harry no tiene la culpa de nada!

-Cállate idiota. Claro que tiene la culpa. ¿Acaso no te das cuenta que lo único que hizo fue… separarnos?

Louis dio un paso hacia atrás pero Stan rápidamente lo acerco de nuevo.

-Stan estás loco…

-Sí, no lo niego. Pero fuiste tú junto con el estúpido de Harry quienes me convirtieron en esto.

No podía creerlo, enserio Louis no podía creer en lo que se había convertido Stan. Se había vuelto loco. En ese momento quería huir y proteger a Harry, porque veía en sus ojos todo el daño que podría causarle.

-Y como fueron ustedes quienes me crearon –Siguió Stan– tienen que ver todo lo que soy capaz. Primero será Harry… luego tú.

-¿Qué quieres? ¡¿Qué es lo que quieres?!

-Te respondería que a ti. Pero ya no, eres demasiado estúpido. Aunque quisiera hacerte todo lo que hace Harry –Susurró Stan– pero eso luego. Esta vez quiero que sufran los dos.

-Yo no…

-¡Cállate!

Rápidamente Stan sacó la navaja, y al igual que había hecho con Eleanor, la situó en la barbilla de Louis. La enterró un poco, provocando un gemido en Louis.

-No te irás, no harás nada. Solo verás y sentirás.


Y ahí estaban. Harry los veía, soltó un grito al notar como Stan tenía a Louis. De nuevo estaba en sus manos y él estaba ahí, debía hacer algo.

-¡Déjalo en paz! –Gritó Harry.

Stan, al darse cuenta de la presencia de Harry, comenzó a reír. Era una risa irónica y burlona. La misma risa que había escuchado tantas veces por teléfono, la diferencia era que lo tenía enfrente en ese momento.

-Elle, ¡Hazlo ahora! –Su voz sonó dura y fría, amenazante.

Harry se giró encontrándose con la mirada de arrepentimiento de Eleanor, pero no dijeron nada, ella tan solo se limitó a apuntarle con una pistola.

¿De dónde mierda había sacado una pistola? No importaba.

-No tienes por qué hacerlo… –Susurró Harry.

-¡Mierda hazlo! –Gritó Stan.

-No, ¡Harry! –La voz de Louis se quebró, sus ojos se inundaron de lágrimas– ¡No…!

-Perdón, de verdad perdón –Susurró Eleanor.

Eleanor cerró los ojos mientras un par de lágrimas comenzaban a salir de los mismos, sus manos temblaban y se sentía incapaz de actuar pero tenía miedo de Stan, tenía miedo de lo que pudiera pasarle a ella y a su familia sino ella no actuaba de acuerdo al plan de Stan. Debía hacerlo, debía hacerlo… no tenía salida.

Entonces lo único que se escuchó fue el disparo mientras Stan comenzaba a reír con burla; y al igual que Eleanor, Louis cerró los ojos con la esperanza de despertar de un mal sueño.