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"Enamorada del tutor" (Nick y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Enamorada del tutor" (Nick y Tu)
Capitulo 14
—Pues a mí no —interrumpió la enfermera con firmeza—. Le ha vuelto
a subir la tensión. Lo siento —le dijo a ______—. Creo que será mejor que la paciente descanse un poco. Si quiere, puede ir con las demás visitas a la cafetería y dejar que pase al menos media hora.
Jim y Nick la miraron con curiosidad cuando entró en la cafetería; Jim particularmente ansioso. Ella no tuvo el valor de decirle que a su esposa le había subido la tensión, y en lugar de eso le dijo que la enfermera había dicho que quería que Flora descansara tranquilamente al menos durante media hora.
—Si quieres algo, tienes que pedirlo en la barra —le dijo Nick. —No quiero nada —respondió _____. —No seas tonta, seguro que tendrás un poco de hambre. Te traeré café y un pedazo de pastel. Jim no dijo nada mientras Nick se levantaba y volvía a los pocos minutos con una taza de café y un pedazo de tarta de zanahoria. Estaba callado, con la mirada perdida y expresión ausente.
—No te has terminado la tarta, Jim —dijo Nick mientras se sentaba.
Jim se volvió hacia Nick con los ojos vacíos de expresión.
—¿Qué has dicho?
—La tarta; tu tarta, Jim.
El hombre negó con la cabeza.
—No me la puedo tomar.
—Flora no se va a morir, Jim.
—¿Pero y si se muere? —le dijo el hombre con voz lastimera—. No puedo vivir sin ella. Ella es todo lo que tengo. —Lo sé, Jim —______ le puso la mano en el brazo y le dio un suave apretón—. Pero no tendrás que vivir sin ella; al menos de momento. Esta vez hemos estado al tanto; y a partir de ahora cuidaremos de ella mucho mejor.
A Jim se le llenaron los ojos de lágrimas. ______ había visto llorar a su padre en el funeral de su madre; y las lágrimas de Jim le hicieron pensar en aquel momento junto a la tumba de su madre, y los sollozos desgarradores de su padre mientras bajaban el ataúd.
—Es que estoy tan preocupado —sollozó Jim. —Todos lo estamos, Jim —dijo Nick con suavidad. r —Nunca pensé que me casaría —empezó a decir Jim con un hilo de voz—. A los cuarenta años, era un solterón en toda regla. No era feo, pero tampoco la clase de hombre a quien persiguieran las mujeres. Flora solía comprar en el mismo supermercado que yo. No estoy seguro de por qué le gusté, pero así fue. Cuando me quise dar cuenta, estábamos prometidos.
A _______ le entraron ganas de llorar al ver las lágrimas de Jim.
—Es lo mejor que he hecho en mi vida.
Siguió un silencio cargado de emoción. Todos continuaron comiendo y tomando sus cafés sin decir nada. ______ notó que los que ocupaban el resto de las mesas tampoco hablaban mucho. Las cafeterías de los hospitales, sobre todo de noche, no eran sitios muy animados. Cuando volvió la mirada de nuevo hacia la mesa, Nick la estaba mirando. Quería preguntarle qué estaba pensando, pero bajó la vista y no dijo nada.
Nick no podía creer que se le estuvieran pasando aquellas tonterías por la cabeza. La conmovedora historia de Jim de cómo Flora y él se habían enamorado debía de haberle afectado más de lo que pensaba, porque de pronto se le ocurrió que eso precisamente lo que él tenía que hacer... casarse con _____.
Una idea fatal; incluso peor que la de ceder ante el deseo y acostarse con ella. Además, no podría darle hijos, que era lo que _____ más deseaba en el mundo.
Ese último pensamiento asentó el ánimo curiosamente desasosegado de Nick, reafirmándole en su resolución de no dejar que aquel lío entre _____ y él pasara de lo sexual.
Y haría bien en no alargarlo demasiado; cortar antes de que ella cumpliera veinticinco años. Sólo estaría seis semanas con ella, y eso no sería suficiente para agotar un deseo que llevaba tantos años creciendo en su interior; un deseo que se le había ido de las manos. A pesar de todo lo que había pasado la noche anterior, estaba deseando volver a casa para acostarse con ella otra vez. Eso ponía de relieve todavía más la clase de hombre que era él: con toda seguridad, el menos adecuado para casarse con una encantadora muchacha como ______.
—Creo que deberíamos volver a la habitación, a ver si saben algo más.La abrupta sugerencia de Nick devolvió a _____ al presente. —Por lo que ha dicho la enfermera, me parece que no quieren que entremos a verla —le dijo ella—. Me parece que es mejor que me vaya a la cama. Mañana voy a venir a ver a Flora y a traerle algunas cosas que a lo mejor le hacen falta.
—Ah, qué buena idea —dijo Nick.—Yo me quedo aquí —dijo Jim, testarudo—. Me voy a quedar con mi esposa. Me han dicho que puedo. —Pues claro —lo tranquilizó Nick—. Yo también me voy a quedar hasta ver qué dice el médico; y por la mañana vendré con _____. Nick se puso de pie primero y fue a sujetar el respaldo de la silla de ___ cuando ella fue a levantarse. —A mi cama —le susurró—, no a la tuya. Ella se quedó de piedra. ¿Cómo podía pensar en el sexo en ese momento? Pero cuando abrió la puerta de casa y subió a su dormitorio, la idea de volver a estar con Nick empezaba a excitarla. Se dijo que era tan pícara como él; y que debería estar muerta de preocupación por Flora en lugar de muerta de deseo por él.
Nick la llamó desde el hospital un rato después para confirmarle que había sido una angina de pecho y no un infarto; y _____ se quedó un poco más tranquila.
Se dio una ducha y perfumó su cuerpo con aceites esenciales, antes de meterse entre las sábanas de raso. ______ quería creer que había amor detrás de todo aquello, pero empezaba a preguntarse si no sería sólo puro deseo lo que sentía por ella. Jamás había experimentado el placer sexual que había experimentado con Nick esa noche; y quería más.
Cuando oyó el motor del coche de Nick entrando en el camino de la casa, ya estaba muy excitada; y cuando él entró en el dormitorio y se desnudó, ardía en deseos de hacer el amor con él.
Esa vez ninguno de los dos habló. Su unión fue ardiente y salvaje, como la de dos animales, y en pocos minutos alcanzaron el clímax. Después se abrazaron, sudorosos y calientes.
—No me he puesto un preservativo —susurró él.
—Lo sé —respondió ella.
—Lo siento.
—No te preocupes —le dijo ella, sorprendiéndose a sí misma con la respuesta—. Me ha gustado mucho. Eso era decir poco, muy poco. Había disfrutado de las embestidas de su miembro duro y caliente sin la barrera del preservativo, y también cuando él se había vaciado en sus entrañas.
El la miró; tenía los ojos brillantes. —Pero no creas que estás segura, ______. Acabas de abrir la puerta de la mazmorra.
Ello buscó su mirada.
—¿Qué mazmorra?
—El lugar donde todos estos años he escondido mis fantasías sexuales contigo. _____ abrió los ojos como platos. —No te imagines jamás que estoy enamorado de ti —continuó él—. El amor no puede cohabitar en un lugar tan siniestro. Ahora, duérmete. Estoy agotado.
—Pues a mí no —interrumpió la enfermera con firmeza—. Le ha vuelto
a subir la tensión. Lo siento —le dijo a ______—. Creo que será mejor que la paciente descanse un poco. Si quiere, puede ir con las demás visitas a la cafetería y dejar que pase al menos media hora.
Jim y Nick la miraron con curiosidad cuando entró en la cafetería; Jim particularmente ansioso. Ella no tuvo el valor de decirle que a su esposa le había subido la tensión, y en lugar de eso le dijo que la enfermera había dicho que quería que Flora descansara tranquilamente al menos durante media hora.
—Si quieres algo, tienes que pedirlo en la barra —le dijo Nick. —No quiero nada —respondió _____. —No seas tonta, seguro que tendrás un poco de hambre. Te traeré café y un pedazo de pastel. Jim no dijo nada mientras Nick se levantaba y volvía a los pocos minutos con una taza de café y un pedazo de tarta de zanahoria. Estaba callado, con la mirada perdida y expresión ausente.
—No te has terminado la tarta, Jim —dijo Nick mientras se sentaba.
Jim se volvió hacia Nick con los ojos vacíos de expresión.
—¿Qué has dicho?
—La tarta; tu tarta, Jim.
El hombre negó con la cabeza.
—No me la puedo tomar.
—Flora no se va a morir, Jim.
—¿Pero y si se muere? —le dijo el hombre con voz lastimera—. No puedo vivir sin ella. Ella es todo lo que tengo. —Lo sé, Jim —______ le puso la mano en el brazo y le dio un suave apretón—. Pero no tendrás que vivir sin ella; al menos de momento. Esta vez hemos estado al tanto; y a partir de ahora cuidaremos de ella mucho mejor.
A Jim se le llenaron los ojos de lágrimas. ______ había visto llorar a su padre en el funeral de su madre; y las lágrimas de Jim le hicieron pensar en aquel momento junto a la tumba de su madre, y los sollozos desgarradores de su padre mientras bajaban el ataúd.
—Es que estoy tan preocupado —sollozó Jim. —Todos lo estamos, Jim —dijo Nick con suavidad. r —Nunca pensé que me casaría —empezó a decir Jim con un hilo de voz—. A los cuarenta años, era un solterón en toda regla. No era feo, pero tampoco la clase de hombre a quien persiguieran las mujeres. Flora solía comprar en el mismo supermercado que yo. No estoy seguro de por qué le gusté, pero así fue. Cuando me quise dar cuenta, estábamos prometidos.
A _______ le entraron ganas de llorar al ver las lágrimas de Jim.
—Es lo mejor que he hecho en mi vida.
Siguió un silencio cargado de emoción. Todos continuaron comiendo y tomando sus cafés sin decir nada. ______ notó que los que ocupaban el resto de las mesas tampoco hablaban mucho. Las cafeterías de los hospitales, sobre todo de noche, no eran sitios muy animados. Cuando volvió la mirada de nuevo hacia la mesa, Nick la estaba mirando. Quería preguntarle qué estaba pensando, pero bajó la vista y no dijo nada.
Nick no podía creer que se le estuvieran pasando aquellas tonterías por la cabeza. La conmovedora historia de Jim de cómo Flora y él se habían enamorado debía de haberle afectado más de lo que pensaba, porque de pronto se le ocurrió que eso precisamente lo que él tenía que hacer... casarse con _____.
Una idea fatal; incluso peor que la de ceder ante el deseo y acostarse con ella. Además, no podría darle hijos, que era lo que _____ más deseaba en el mundo.
Ese último pensamiento asentó el ánimo curiosamente desasosegado de Nick, reafirmándole en su resolución de no dejar que aquel lío entre _____ y él pasara de lo sexual.
Y haría bien en no alargarlo demasiado; cortar antes de que ella cumpliera veinticinco años. Sólo estaría seis semanas con ella, y eso no sería suficiente para agotar un deseo que llevaba tantos años creciendo en su interior; un deseo que se le había ido de las manos. A pesar de todo lo que había pasado la noche anterior, estaba deseando volver a casa para acostarse con ella otra vez. Eso ponía de relieve todavía más la clase de hombre que era él: con toda seguridad, el menos adecuado para casarse con una encantadora muchacha como ______.
—Creo que deberíamos volver a la habitación, a ver si saben algo más.La abrupta sugerencia de Nick devolvió a _____ al presente. —Por lo que ha dicho la enfermera, me parece que no quieren que entremos a verla —le dijo ella—. Me parece que es mejor que me vaya a la cama. Mañana voy a venir a ver a Flora y a traerle algunas cosas que a lo mejor le hacen falta.
—Ah, qué buena idea —dijo Nick.—Yo me quedo aquí —dijo Jim, testarudo—. Me voy a quedar con mi esposa. Me han dicho que puedo. —Pues claro —lo tranquilizó Nick—. Yo también me voy a quedar hasta ver qué dice el médico; y por la mañana vendré con _____. Nick se puso de pie primero y fue a sujetar el respaldo de la silla de ___ cuando ella fue a levantarse. —A mi cama —le susurró—, no a la tuya. Ella se quedó de piedra. ¿Cómo podía pensar en el sexo en ese momento? Pero cuando abrió la puerta de casa y subió a su dormitorio, la idea de volver a estar con Nick empezaba a excitarla. Se dijo que era tan pícara como él; y que debería estar muerta de preocupación por Flora en lugar de muerta de deseo por él.
Nick la llamó desde el hospital un rato después para confirmarle que había sido una angina de pecho y no un infarto; y _____ se quedó un poco más tranquila.
Se dio una ducha y perfumó su cuerpo con aceites esenciales, antes de meterse entre las sábanas de raso. ______ quería creer que había amor detrás de todo aquello, pero empezaba a preguntarse si no sería sólo puro deseo lo que sentía por ella. Jamás había experimentado el placer sexual que había experimentado con Nick esa noche; y quería más.
Cuando oyó el motor del coche de Nick entrando en el camino de la casa, ya estaba muy excitada; y cuando él entró en el dormitorio y se desnudó, ardía en deseos de hacer el amor con él.
Esa vez ninguno de los dos habló. Su unión fue ardiente y salvaje, como la de dos animales, y en pocos minutos alcanzaron el clímax. Después se abrazaron, sudorosos y calientes.
—No me he puesto un preservativo —susurró él.
—Lo sé —respondió ella.
—Lo siento.
—No te preocupes —le dijo ella, sorprendiéndose a sí misma con la respuesta—. Me ha gustado mucho. Eso era decir poco, muy poco. Había disfrutado de las embestidas de su miembro duro y caliente sin la barrera del preservativo, y también cuando él se había vaciado en sus entrañas.
El la miró; tenía los ojos brillantes. —Pero no creas que estás segura, ______. Acabas de abrir la puerta de la mazmorra.
Ello buscó su mirada.
—¿Qué mazmorra?
—El lugar donde todos estos años he escondido mis fantasías sexuales contigo. _____ abrió los ojos como platos. —No te imagines jamás que estoy enamorado de ti —continuó él—. El amor no puede cohabitar en un lugar tan siniestro. Ahora, duérmete. Estoy agotado.
♥..:Tiff:..♥
Re: "Enamorada del tutor" (Nick y Tu)
*O* Nick ama a ______ que lindoo(:
waa sigueeelaaa ahoraaa!!
waa sigueeelaaa ahoraaa!!
Invitado
Invitado
Re: "Enamorada del tutor" (Nick y Tu)
en unos minutos subo cap
lo estoy terminando de acomodar
lo estoy terminando de acomodar
♥..:Tiff:..♥
Re: "Enamorada del tutor" (Nick y Tu)
Capitulo 15
—¿Te apetece beber algo, _____? _____ volvió la cabeza. Acababan de despegar del aeropuerto de Mascot y el avión surcaba ya las nubes. —Sí, gracias —le dijo a Nick y a la azafata que estaba a su lado—. ¿Qué puedo tomar?
—¿Te apetece una copa de champán? —le sugirió Nick.
—¿A las siete y cuarto de la mañana?
—¿Por qué no?
—Nick, eres tremendo —sonrió—. De acuerdo, una copa de champán.
—¿Y usted, señor? —le preguntó la azafata.
—Tráigame lo mismo.
Le encantaba la risa de _____; en realidad, toda ella. No había artificio en ______, ni fingía sofisticación. Era tan distinta a las mujeres con las que él salía que el cambio le resultaba refrescante. En cuanto la azafata le dio su copa de champán, _______ se volvió a mirar por la ventanilla, como una niña en su primer vuelo. Mientras esperaba a que le dieran su copa, Nick la observó. Esa mañana parecía una muchacha de dieciséis años; apenas iba maquillada y llevaba un sencillo vestido de verano blanco y negro.
Nick detectó un brillo de complicidad en la mirada de la azafata cuando le pasó la copa de champán. Sin duda le tendría por un corruptor de menores.
Pero le daba lo mismo lo que ella o cualquiera pensara al respecto; estaba tan ofuscado con _____ que incluso se estaba planteando en alargar el romance con ella.
Claro que si pasaban un mes practicando el sexo en su casa de Happy Island a lo mejor conseguía recuperar la sensatez. Como habían estado muy ocupados yendo al hospital a visitar a Flora y a gestionar su recuperación, tampoco había tenido tiempo de saciar su sed por _____.
Afortunadamente, el especialista había localizado la causa de la angina: una pequeña obstrucción arterial para la que no había hecho falta que Flora pasara por el quirófano. Cuando el médico le había sugerido que su paciente se fuera de vacaciones, Nick le había ofrecido a la pareja su ático de lujo en Gold Coast, donde tenían todo al alcance de la mano. La pareja habían aprovechado la oportunidad de irse de vacaciones con todos los gastos pagados, y el día de Nochevieja, hacía ya tres días, Nick los había llevado al aeropuerto.
______ y él se habían quedado solos en casa. Mientras tomaba un sorbo de champán, Nick pensó en la noche de Nochevieja. Después de unos días de abstinencia, estaba deseando disfrutar del precioso cuerpo de ______; y se había deleitado con pícara egolatría de la transparencia de sus deseos por él.
Esa noche Nick no había podido saciar sus deseos por ella; ni ese día ni al día siguiente. Cosa rara, no había querido probar un montón de posturas distintas y se había contentado con estar con ella en la cama.
La siguiente noche, sin embargo, ella había echado el freno diciendo que estaba agotada, y había dormido sola en su cama de niña con su colcha rosa.
Al ver su determinación, Nick no había discutido. Pero no se había quedado a gusto; y esa misma noche había decidido que a la mañana siguiente trataría de convencerla para que lo acompañara a Happy Island, donde no podría escapársele.
Menos mal que no había cancelado los billetes de avión que había sacado para Chloe y él. La reacción de _____ a su invitación durante desayuno había sorprendido a Nick. —No esperarás que me marche de vacaciones al mismo sitio donde pensabas ir con Chloe. Nick había tenido que esforzarse todo el día para hacerle ver que no la estaba tratando como una sustituta de Chloe. Terminó de convencerla cuando le dijo que nunca se había llevado ni a Chloe ni a ninguna otra novia a Happy Island, y que ella sería la primera mujer que compartiría con él su casa de verano.
Era verdad y mentira al mismo tiempo. Había invitado a Chloe a pasar un fin de semana en septiembre, pero ella se había intoxicado con algo que había comido en el avión y había pasado los dos días en la cama de la habitación de invitados, descansando o leyendo.
Como no había hecho nada con ella, Nick decidió que esos días no contaban. Después de acceder a acompañarlo a la isla, ______ había vuelto a sorprenderlo la noche anterior cuando le había dicho que quería dormir otra vez en su habitación. Le había dicho que necesitaba dormir bien esa noche, ya que tenían que levantarse muy temprano.
Nick se había despertado antes de que sonara su despertador, con un deseo por ella que sentía más ardiente que nunca. Pero pronto volvería a tenerla para él solo en un sitio donde ella no tenía dónde escapar ni dónde esconderse. —Ay, ya no veo nada —dijo ______ en tono nostálgico mientras se recostaba de nuevo en el asiento. Aún no había probado el champán.—Está todo lleno de nubes. Nick sonrió. —Cualquiera que te viera diría que es la primera vez que montas en avión.
—Hace años que no lo hago, la verdad.
Finalmente dio un sorbo de champán.
—¿De verdad?
—No me quedaba mucho dinero para irme de vacaciones, teniendo que pagar el alquiler, el coche y otros gastos. Nick frunció el ceño. —Podrías haberme pedido algo de dinero para irte de vacaciones —le dijo—. Nunca estuve de acuerdo con la idea de tu padre de dejarte el dinero justo para vivir.
—Seguramente fue bueno para formar mi personalidad. Al menos no soy una chica consentida. Nick se quedó pensativo, sabiendo que desde luego ella no era así; y no quería que estando con él cambiara su forma de ser. El quería enseñarla, educarla, no corromperla. Detestaría que se volviera como Chloe, que sólo pensaba en su propio placer.
—¿Por qué pones esa cara? —le preguntó ella—. Estás preocupado por Flora y Jim, ¿no? Anoche hablé con ellos y están felices de poder estar en la casa de Gold Coast. Ha sido una idea estupenda la de prestarles el ático. Muy generosa también.
—Vamos _____, sabes muy bien que no fue la generosidad lo que inspiró mi oferta. Más bien lo hice por egoísmo. No los quería en medio, nada más.
—Tú no eres el único —_____ se puso colorada. Su reacción despertó en él un deseo tan intenso que hasta el miembro le dolía. —Ojalá pudiera besarte ahora mismo —susurró Nick. —¿Y por qué no puedes? —le preguntó ella con las mejillas sonrosadas. —Porque no querría pararme ahí —respondió Nick entre dientes—. Y acabaríamos haciendo el amor en el avión. Ella arrugó la nariz con asco. —Nunca me vas a convencer para hacer eso. Practicar el sexo en un avión siempre me ha parecido algo de muy mal gusto.
—¡Bueno, bueno! —dijo Nick, alzando su copa.
«_____ nunca será como Chloe», se decía Nick con alivio.
Después de ______, le iba a resultar muy difícil volver a estar con chicas como Chloe. Mientras _____ bebía un poco de champán se preguntó si Nick estaría de acuerdo con ella. Tal vez la viera remilgada, ya que siempre decía de sí mismo que era un seductor.
Sin embargo, salvo el primer encuentro cuando él la había incitado a arrodillarse delante de él, sus encuentros sexuales con él no habían sido en absoluto raros. Apasionados, sí, pero no pervertidos.
En Nochevieja Nick había sido muy romántico, algo que él le había advertido que jamás sería. _____ tenía la opinión de que las personas eran buenas o malas, dependiendo de cómo le permitiera uno que fuese. Sin duda eso se aplicaba también a los niños. Había descubierto durante sus años de maestra que si normalmente esperaba más de sus alumnos, ellos no solían decepcionarla; sobre todo los más traviesos, los «niños malos».
Nick era un niño malo. Pero a pesar de lo que hubiera hecho en el pasado, no era malo al cien por cien. Su padre se había dado cuenta de su valía, había esperado mucho de Nick, y éste no le había fallado, no le había decepcionado.
Era cierto que, desde la muerte de Ray, había perdido un poco el norte; ______ no podía negar que se había ganado la fama que tenía de playboy. Las mujeres habían sido relegadas a juguetes sexuales durante tanto tiempo que seguramente era una tontería por su parte creer que algún día cambiaría de vida. Junto a ella, además.
Una tontería enorme. Pero el amor era ciego, sordo y tonto, ¿no? ¿Si no, por qué estaba allí ocupando el asiento que él había reservado para Chloe? En el fondo, si Chloe no hubiera metido la pata el día de Navidad, habría ocupado el asiento que ella ocupaba.
Esos pensamientos tan pesimistas irritaron mucho a ______. ¿Acaso no había decidido la noche anterior que debía ser positiva y no negativa; contemplar la invitación de Nick de compartir un mes con él como el primer paso hacia una relación más seria?
Aparte de explorar la química sexual que se producía entre ellos dos, ______ se había prometido a sí misma que reviviría aquel vínculo tan especial que había surgido entre ellos todos esos años atrás, cuando los dos habían estado tan solos.
Esperaba que, aparte del sexo, pudieran hablar de cosas importantes, de cosas que tuvieran sentido; que Nick le hablara de sí mismo y ella también a él.
—No te bebes el champán —comentó Nick. _____ le dirigió una sonrisa pesarosa. —Es un poco temprano para champán, la verdad. Creo que habría preferido un café.—El privilegio de las mujeres es cambiar de opinión —le dijo amigablemente mientras apretaba un botón para llamar a la azafata. A _____ le encantaba su determinación, su actitud positiva. Nick era un líder natural, algo que su padre había comentado a menudo. Estaba convencida de que sería un marido y un padre estupendo. ¿Pero lo creería también Nick?
—Tengo que confesarte algo —dijo él después de llegar el café.
A ______ se le encogió el estómago.
—Espero que no sea nada que pueda disgustarme.
—No hay razón para que esto te disguste.
—Entonces, adelante.
—He leído todas tus felicitaciones de Navidad; las que tienes en el tocador.
Ella se relajó.
—¡Ah...! ¿Cuándo?
—Ayer, mientras te duchabas.
—No creo que haya visto jamás palabras tan elogiosas. «Es un placer estar en compañía de la mejor profesora del mundo», y todo lo demás... _____ se echó a reír. —Bueno, es un poco de exageración; pero es verdad, soy bastante buena. —¿Y aun así lo has dejado? —Sólo ese colegio. Buscaré otro puesto más cerca de casa; seguramente en un colegio de preescolar. Me gustan mucho los niños pequeños; tienen una mente tan abierta...
—Yo no tengo paciencia con los niños.
—Eso les pasa a muchos hombres; pero cuando tienen hijos, cambian.
Él la miró con curiosidad.
—A mí no me va a pasar eso; porque no pienso tener hijos propios.
La expresión de _____ no delató su sorpresa.
—¿Y eso por qué?
—El ser un buen padre es algo que pasa de generación en generación. El único ejemplo que yo he tenido de un padre no es algo que me gustaría transmitir.
—No todos las personas que han sufrido maltrato en su infancia tiene por qué ser maltratadores en su vida de adultos, Nick —le dijo ella con tacto.
—Tal vez no. ¿Pero por qué arriesgamos? Hay suficientes niños en el mundo. No echarán de menos el mío.—A lo mejor cambias de opinión cuando trates a alguno. El se volvió a mirarla con fastidio. —Te has traído las píldoras, ¿verdad? No me digas que quieres intentar atraparme con el viejo truco del embarazo. Porque no funcionará, _____. Conmigo no.
La frialdad que vio en su mirada consiguió que _______ se estremeciera. Pero se negaba a renunciar a él. Al menos de momento. —No tengo intención de atraparte con ningún embarazo, Nick, y sí, sí que me he traído las píldoras. Tú mismo me la puedes meter en la boca cada día, si quieres.
—A lo mejor lo hago, sí. —¿Siempre te ha dado tanto miedo dejar a una mujer embarazada? —Digamos que tú eres la primera mujer con la que he practicado el sexo sin preservativo.
—Es agradable saber que soy única.
El sonrió con pesar mientras negaba con la cabeza.
—Bueno, en eso tienes razón, desde luego. Venga, tómate el café antes de que se te enfríe y tenga que llamar otra vez a la azafata. ______ se tomó el café rápidamente, deseosa de retomar la conversación. Tardarían un par de horas más en aterrizar en Happy Island, y eso le daba la oportunidad de tener a Nick sentado a su lado. A ____ no se le ocurría mejor oportunidad que ésa para averiguar todo lo que siempre habría deseado saber sobre él; porque una vez en Happy Island no tendrían mucho tiempo para hablar.
—Háblame de ti, Nick —le dijo ella cuando dejó la taza sobre la mesita abatible—. De tu vida antes de empezar a trabajar con mi padre. Siento curiosidad.
—Yo nunca hablo de esa etapa de mi vida, _____. —Pero eso es una bobada, Nick. Yo ya sé algunas cosas. Sé que tuviste un padre horrible y que te escapaste de casa y viviste en la calle cuando sólo tenías trece años. Y sé que a los dieciocho te metieron en la cárcel por robar coches.
—Entonces ya sabes suficiente, ¿no?
—Esos son los hechos en sí. Quiero que me des los detalles.
—Desde luego sabes elegir el momento —suspiró Nick.
—Creo que tengo derecho a saber más cosas del hombre con quien me estoy acostando, ¿no te parece? Tú solías hacerles a mis novios el tercer grado.
—Pero yo no soy tu novio. Soy tu amante secreto; y los amantes secretos son a menudo hombres de mucho misterio...—Lo siento, pero ya no eres mi amante secreto. Anoche le dije a Flora que estábamos juntos.
—Lo siento, pero ya no eres mi amante secreto. Anoche le dije a Flora que estábamos juntos.
—¿Cómo has dicho?
_______ se encogió de hombros.
—He dicho «lo siento».
—Sí, claro. Eres una descarada y una conspiradora.
______ vio que no estaba tan enfadado como quería dar a entender. Y ella no tenía intención de echarse atrás.
—Entonces, ¿me vas a contar la historia de tu vida, o no?
—¿Tú crees que estás preparada para ello, chiquilla?
—No insultes mi inteligencia, Nick. Es posible que yo no tenga tanta experiencia como tú en ese sentido, pero veo las noticias por la noche y sé leer. Sé cómo es el mundo real, así que nada de lo que digas me va a sorprender.
Qué afirmación tan inocente, pensaba ____ mientras escuchaba la horrible historia de la vida de Nick durante la media hora siguiente. Su madre se había largado cuando él era demasiado pequeño como para acordarse de ella, su padre había sido un borracho, un vago y un violento que había enseñado a su hijo a robar cuando sólo tenía cinco años y que le pegaba un día sí y otro no. _____ se quedó horrorizada cuando Nick le contó que no sólo le había dado puñetazos y bofetadas, sino que también le había golpeado con correas y quemado con cigarrillos.
Naturalmente la educación formal de Nick había sido muy limitada, ya que había faltado a menudo a la escuela; pero como era listo había aprendido a leer y a escribir. El amor, por supuesto, había sido para él una emoción desconocida. Se había creído afortunado porque al menos le habían dado de comer, ya que entonces la supervivencia era lo más importante.
A los trece años, en plena pubertad, había pegado un estirón enorme que le había permitido llegar a tener casi la misma altura que su padre. Y cuando su padre le había golpeado, por primera vez Nick le había devuelto los golpes.
No se había escapado de casa como ______ había creído; su padre le había echado sólo con lo puesto. Se había quedado en un refugio durante un tiempo, pero había tenido la mala suerte de acudir a uno que estaba dirigido por alguien que no tenía verdadero interés en ayudar sino en quedarse con su salario.
Después de marcharse de allí, Nick había dormido en edificios en ruinas y conseguido dinero del único modo que sabía: robando. No robaba en tiendas, sino que solía forzar la cerradura de los coches y llevarse el contenido.
No había querido unirse a ninguna banda, ni confiar en nadie salvo en sí mismo. Había hecho algunas amistades, todos ellos chulos, prostitutas o traficantes de drogas. Inevitablemente, él mismo había empezado a abusar de las drogas, que en ese momento habían hecho más soportable su existencia.
Pero las adicciones pedían dinero; de modo que había empezado a robar en casas y a robar coches. —Una noche —empezó a decir Nick—, cometí un error y me pillaron. Entonces fui a la cárcel, conocí a tu padre y el resto ya lo sabes.
______ estaba a punto de echarse a llorar.
—Oh, Nick...
—Te lo advertí.
—Pero sobreviviste a eso.
—Deja que te cuente lo que es sobrevivir de ese modo —le dijo él en tono seco—. Sólo piensas en ti mismo; te conviertes en una persona dura, fría y capaz de cualquier cosa. Cuando conocí a tu padre en la cárcel, él no me importaba en absoluto; sólo lo que pudiera hacer por mí. Lo vi como la oportunidad de escapar y me agarré a ello como pude. Cuando finalmente salí de la cárcel y me puse a trabajar de chófer de tu padre, él me parecía un cretino. No le quería nada.
—Pero al final acabaste queriéndolo —dijo ella—. Tú mismo lo dijiste.
—Acabé respetándolo, sí. Eso no es lo mismo que querer.
—Entiendo...
—No, tú no lo entiendes. No puedes entenderlo porque no has vivido lo mismo que yo. Te lo he dicho una vez, y te lo diré de nuevo. Los hombres como yo no somos capaces de amar a nadie.
—No lo creo —murmuró ella—. No eras tan malo cuando te viniste a vivir con nosotros; conmigo siempre fuiste amable.
—¿De verdad? ¿O sólo intentaba estar a buenas con el jefe?
_____ frunció el ceño. Nunca lo había contemplado desde ese ángulo.
—Maldita sea, no me mires así. De acuerdo, me gustabas, sí; eras una niña adorable.
—Sigo gustándote —dijo ella con una sonrisa de alivio.
—Sí. Sigues gustándome.
No era mucho, pero ______ se sintió mejor. De pronto todo se le antojaba más sencillo. Aun así, sintió que era mejor cambiar de tema.
—¿Has sabido algo de tu película?
Nunca había visto a Nick tan confuso.
—¿Cómo?
—¿No habías dicho que esa película donde habías invertido tanto dinero salía en Año Nuevo? Pues ya estamos a tres de enero; hace ya tres días que ha pasado Año Nuevo.
Nick se dio cuenta. Su escabroso pasado era demasiado para ______. Ojalá no sacara otra vez la conversación; porque prefería dejar su pasado allí, guardado en la mazmorra de su pensamiento.
—Se estrenó ayer con críticas variadas —le dijo—. Hasta dentro de unos días no se sabrá la opinión del público. —¿Cómo se llama? —Regreso al desierto. Es una segunda parte de La novia del desierto. El guionista es el mismo. —Entonces tendrá éxito. A todos los que les gustó La novia del desierto irán también a ver ésta.
—Es lo que esperamos.
—¿Es buena? Las segundas partes no siempre son buenas.
—Creo que ésta sí lo es.
—¿Pero los críticos no lo creen?
—A algunos les gustó; otros aborrecieron el final porque es muy trágico.
—¿Quién muere? Espero que no sea Shane.
—No, Brenda.
—¡Brenda! Imposible. No puedes matar a la protagonista de un romance; tiene que haber un final feliz, Nick. —Tonterías. Muchas historias de amor no acaban bien. —Sólo las escritas por hombres —dijo con pesar—. ¿Cómo muere Brenda? —Le pegan un tiro cuando salva a su hijo de los malos —dijo a la defensiva, como si eso lo arreglara todo. —No hay excusa posible. Sencillamente, no puede morir. ¿No podían haberla herido? —Tenía que morir. No era buena para Shane. Su historia de amor era falsa y su matrimonio un desastre en ciernes. Ella detestaba vivir en el campo. Le amenaza con volver a la ciudad y llevarse al niño cuando de pronto aparecen los malos de su vida anterior. La segunda parte no es una historia de amor, ____, es un drama.
—Puedes llamarlo como quieras; suena fatal de todos modos. —Gracias por el voto de confianza. El capitán anuncio turbulencias y pidió que todos se abrocharan el cinturón, terminando de momento con la acalorada discusión. —Típico —dijo Nick mientras ajustaba el cierre. —¿A qué te refieres? —le preguntó ______ mientras se agarraba a los apoyabrazos cuando de pronto el avión se estremeció. —Enero es época de ciclones sobre todo por esta zona.
—Ojalá me lo hubieras dicho antes. Podríamos habernos quedado en casa, y más teniendo en cuenta que Flora y Jim se han marchado.
—Quería enseñarte Happy Island.
—¿La isla en sí o la casa de lujo?
Nick sonrió.
—Un hombre tiene derecho a presumir delante de su novia, ¿no crees?
A ______ le dio un vuelco el corazón.
—Me has llamado «novia»...
Nick se encogió de hombros.
—Me reservo el derecho de invalidar el título si te pones grosera conmigo.
—Sólo me pongo grosera cuando viene un ciclón; y también histérica.
Nick se echó a reír.
—¿Te apetece beber algo, _____? _____ volvió la cabeza. Acababan de despegar del aeropuerto de Mascot y el avión surcaba ya las nubes. —Sí, gracias —le dijo a Nick y a la azafata que estaba a su lado—. ¿Qué puedo tomar?
—¿Te apetece una copa de champán? —le sugirió Nick.
—¿A las siete y cuarto de la mañana?
—¿Por qué no?
—Nick, eres tremendo —sonrió—. De acuerdo, una copa de champán.
—¿Y usted, señor? —le preguntó la azafata.
—Tráigame lo mismo.
Le encantaba la risa de _____; en realidad, toda ella. No había artificio en ______, ni fingía sofisticación. Era tan distinta a las mujeres con las que él salía que el cambio le resultaba refrescante. En cuanto la azafata le dio su copa de champán, _______ se volvió a mirar por la ventanilla, como una niña en su primer vuelo. Mientras esperaba a que le dieran su copa, Nick la observó. Esa mañana parecía una muchacha de dieciséis años; apenas iba maquillada y llevaba un sencillo vestido de verano blanco y negro.
Nick detectó un brillo de complicidad en la mirada de la azafata cuando le pasó la copa de champán. Sin duda le tendría por un corruptor de menores.
Pero le daba lo mismo lo que ella o cualquiera pensara al respecto; estaba tan ofuscado con _____ que incluso se estaba planteando en alargar el romance con ella.
Claro que si pasaban un mes practicando el sexo en su casa de Happy Island a lo mejor conseguía recuperar la sensatez. Como habían estado muy ocupados yendo al hospital a visitar a Flora y a gestionar su recuperación, tampoco había tenido tiempo de saciar su sed por _____.
Afortunadamente, el especialista había localizado la causa de la angina: una pequeña obstrucción arterial para la que no había hecho falta que Flora pasara por el quirófano. Cuando el médico le había sugerido que su paciente se fuera de vacaciones, Nick le había ofrecido a la pareja su ático de lujo en Gold Coast, donde tenían todo al alcance de la mano. La pareja habían aprovechado la oportunidad de irse de vacaciones con todos los gastos pagados, y el día de Nochevieja, hacía ya tres días, Nick los había llevado al aeropuerto.
______ y él se habían quedado solos en casa. Mientras tomaba un sorbo de champán, Nick pensó en la noche de Nochevieja. Después de unos días de abstinencia, estaba deseando disfrutar del precioso cuerpo de ______; y se había deleitado con pícara egolatría de la transparencia de sus deseos por él.
Esa noche Nick no había podido saciar sus deseos por ella; ni ese día ni al día siguiente. Cosa rara, no había querido probar un montón de posturas distintas y se había contentado con estar con ella en la cama.
La siguiente noche, sin embargo, ella había echado el freno diciendo que estaba agotada, y había dormido sola en su cama de niña con su colcha rosa.
Al ver su determinación, Nick no había discutido. Pero no se había quedado a gusto; y esa misma noche había decidido que a la mañana siguiente trataría de convencerla para que lo acompañara a Happy Island, donde no podría escapársele.
Menos mal que no había cancelado los billetes de avión que había sacado para Chloe y él. La reacción de _____ a su invitación durante desayuno había sorprendido a Nick. —No esperarás que me marche de vacaciones al mismo sitio donde pensabas ir con Chloe. Nick había tenido que esforzarse todo el día para hacerle ver que no la estaba tratando como una sustituta de Chloe. Terminó de convencerla cuando le dijo que nunca se había llevado ni a Chloe ni a ninguna otra novia a Happy Island, y que ella sería la primera mujer que compartiría con él su casa de verano.
Era verdad y mentira al mismo tiempo. Había invitado a Chloe a pasar un fin de semana en septiembre, pero ella se había intoxicado con algo que había comido en el avión y había pasado los dos días en la cama de la habitación de invitados, descansando o leyendo.
Como no había hecho nada con ella, Nick decidió que esos días no contaban. Después de acceder a acompañarlo a la isla, ______ había vuelto a sorprenderlo la noche anterior cuando le había dicho que quería dormir otra vez en su habitación. Le había dicho que necesitaba dormir bien esa noche, ya que tenían que levantarse muy temprano.
Nick se había despertado antes de que sonara su despertador, con un deseo por ella que sentía más ardiente que nunca. Pero pronto volvería a tenerla para él solo en un sitio donde ella no tenía dónde escapar ni dónde esconderse. —Ay, ya no veo nada —dijo ______ en tono nostálgico mientras se recostaba de nuevo en el asiento. Aún no había probado el champán.—Está todo lleno de nubes. Nick sonrió. —Cualquiera que te viera diría que es la primera vez que montas en avión.
—Hace años que no lo hago, la verdad.
Finalmente dio un sorbo de champán.
—¿De verdad?
—No me quedaba mucho dinero para irme de vacaciones, teniendo que pagar el alquiler, el coche y otros gastos. Nick frunció el ceño. —Podrías haberme pedido algo de dinero para irte de vacaciones —le dijo—. Nunca estuve de acuerdo con la idea de tu padre de dejarte el dinero justo para vivir.
—Seguramente fue bueno para formar mi personalidad. Al menos no soy una chica consentida. Nick se quedó pensativo, sabiendo que desde luego ella no era así; y no quería que estando con él cambiara su forma de ser. El quería enseñarla, educarla, no corromperla. Detestaría que se volviera como Chloe, que sólo pensaba en su propio placer.
—¿Por qué pones esa cara? —le preguntó ella—. Estás preocupado por Flora y Jim, ¿no? Anoche hablé con ellos y están felices de poder estar en la casa de Gold Coast. Ha sido una idea estupenda la de prestarles el ático. Muy generosa también.
—Vamos _____, sabes muy bien que no fue la generosidad lo que inspiró mi oferta. Más bien lo hice por egoísmo. No los quería en medio, nada más.
—Tú no eres el único —_____ se puso colorada. Su reacción despertó en él un deseo tan intenso que hasta el miembro le dolía. —Ojalá pudiera besarte ahora mismo —susurró Nick. —¿Y por qué no puedes? —le preguntó ella con las mejillas sonrosadas. —Porque no querría pararme ahí —respondió Nick entre dientes—. Y acabaríamos haciendo el amor en el avión. Ella arrugó la nariz con asco. —Nunca me vas a convencer para hacer eso. Practicar el sexo en un avión siempre me ha parecido algo de muy mal gusto.
—¡Bueno, bueno! —dijo Nick, alzando su copa.
«_____ nunca será como Chloe», se decía Nick con alivio.
Después de ______, le iba a resultar muy difícil volver a estar con chicas como Chloe. Mientras _____ bebía un poco de champán se preguntó si Nick estaría de acuerdo con ella. Tal vez la viera remilgada, ya que siempre decía de sí mismo que era un seductor.
Sin embargo, salvo el primer encuentro cuando él la había incitado a arrodillarse delante de él, sus encuentros sexuales con él no habían sido en absoluto raros. Apasionados, sí, pero no pervertidos.
En Nochevieja Nick había sido muy romántico, algo que él le había advertido que jamás sería. _____ tenía la opinión de que las personas eran buenas o malas, dependiendo de cómo le permitiera uno que fuese. Sin duda eso se aplicaba también a los niños. Había descubierto durante sus años de maestra que si normalmente esperaba más de sus alumnos, ellos no solían decepcionarla; sobre todo los más traviesos, los «niños malos».
Nick era un niño malo. Pero a pesar de lo que hubiera hecho en el pasado, no era malo al cien por cien. Su padre se había dado cuenta de su valía, había esperado mucho de Nick, y éste no le había fallado, no le había decepcionado.
Era cierto que, desde la muerte de Ray, había perdido un poco el norte; ______ no podía negar que se había ganado la fama que tenía de playboy. Las mujeres habían sido relegadas a juguetes sexuales durante tanto tiempo que seguramente era una tontería por su parte creer que algún día cambiaría de vida. Junto a ella, además.
Una tontería enorme. Pero el amor era ciego, sordo y tonto, ¿no? ¿Si no, por qué estaba allí ocupando el asiento que él había reservado para Chloe? En el fondo, si Chloe no hubiera metido la pata el día de Navidad, habría ocupado el asiento que ella ocupaba.
Esos pensamientos tan pesimistas irritaron mucho a ______. ¿Acaso no había decidido la noche anterior que debía ser positiva y no negativa; contemplar la invitación de Nick de compartir un mes con él como el primer paso hacia una relación más seria?
Aparte de explorar la química sexual que se producía entre ellos dos, ______ se había prometido a sí misma que reviviría aquel vínculo tan especial que había surgido entre ellos todos esos años atrás, cuando los dos habían estado tan solos.
Esperaba que, aparte del sexo, pudieran hablar de cosas importantes, de cosas que tuvieran sentido; que Nick le hablara de sí mismo y ella también a él.
—No te bebes el champán —comentó Nick. _____ le dirigió una sonrisa pesarosa. —Es un poco temprano para champán, la verdad. Creo que habría preferido un café.—El privilegio de las mujeres es cambiar de opinión —le dijo amigablemente mientras apretaba un botón para llamar a la azafata. A _____ le encantaba su determinación, su actitud positiva. Nick era un líder natural, algo que su padre había comentado a menudo. Estaba convencida de que sería un marido y un padre estupendo. ¿Pero lo creería también Nick?
—Tengo que confesarte algo —dijo él después de llegar el café.
A ______ se le encogió el estómago.
—Espero que no sea nada que pueda disgustarme.
—No hay razón para que esto te disguste.
—Entonces, adelante.
—He leído todas tus felicitaciones de Navidad; las que tienes en el tocador.
Ella se relajó.
—¡Ah...! ¿Cuándo?
—Ayer, mientras te duchabas.
—No creo que haya visto jamás palabras tan elogiosas. «Es un placer estar en compañía de la mejor profesora del mundo», y todo lo demás... _____ se echó a reír. —Bueno, es un poco de exageración; pero es verdad, soy bastante buena. —¿Y aun así lo has dejado? —Sólo ese colegio. Buscaré otro puesto más cerca de casa; seguramente en un colegio de preescolar. Me gustan mucho los niños pequeños; tienen una mente tan abierta...
—Yo no tengo paciencia con los niños.
—Eso les pasa a muchos hombres; pero cuando tienen hijos, cambian.
Él la miró con curiosidad.
—A mí no me va a pasar eso; porque no pienso tener hijos propios.
La expresión de _____ no delató su sorpresa.
—¿Y eso por qué?
—El ser un buen padre es algo que pasa de generación en generación. El único ejemplo que yo he tenido de un padre no es algo que me gustaría transmitir.
—No todos las personas que han sufrido maltrato en su infancia tiene por qué ser maltratadores en su vida de adultos, Nick —le dijo ella con tacto.
—Tal vez no. ¿Pero por qué arriesgamos? Hay suficientes niños en el mundo. No echarán de menos el mío.—A lo mejor cambias de opinión cuando trates a alguno. El se volvió a mirarla con fastidio. —Te has traído las píldoras, ¿verdad? No me digas que quieres intentar atraparme con el viejo truco del embarazo. Porque no funcionará, _____. Conmigo no.
La frialdad que vio en su mirada consiguió que _______ se estremeciera. Pero se negaba a renunciar a él. Al menos de momento. —No tengo intención de atraparte con ningún embarazo, Nick, y sí, sí que me he traído las píldoras. Tú mismo me la puedes meter en la boca cada día, si quieres.
—A lo mejor lo hago, sí. —¿Siempre te ha dado tanto miedo dejar a una mujer embarazada? —Digamos que tú eres la primera mujer con la que he practicado el sexo sin preservativo.
—Es agradable saber que soy única.
El sonrió con pesar mientras negaba con la cabeza.
—Bueno, en eso tienes razón, desde luego. Venga, tómate el café antes de que se te enfríe y tenga que llamar otra vez a la azafata. ______ se tomó el café rápidamente, deseosa de retomar la conversación. Tardarían un par de horas más en aterrizar en Happy Island, y eso le daba la oportunidad de tener a Nick sentado a su lado. A ____ no se le ocurría mejor oportunidad que ésa para averiguar todo lo que siempre habría deseado saber sobre él; porque una vez en Happy Island no tendrían mucho tiempo para hablar.
—Háblame de ti, Nick —le dijo ella cuando dejó la taza sobre la mesita abatible—. De tu vida antes de empezar a trabajar con mi padre. Siento curiosidad.
—Yo nunca hablo de esa etapa de mi vida, _____. —Pero eso es una bobada, Nick. Yo ya sé algunas cosas. Sé que tuviste un padre horrible y que te escapaste de casa y viviste en la calle cuando sólo tenías trece años. Y sé que a los dieciocho te metieron en la cárcel por robar coches.
—Entonces ya sabes suficiente, ¿no?
—Esos son los hechos en sí. Quiero que me des los detalles.
—Desde luego sabes elegir el momento —suspiró Nick.
—Creo que tengo derecho a saber más cosas del hombre con quien me estoy acostando, ¿no te parece? Tú solías hacerles a mis novios el tercer grado.
—Pero yo no soy tu novio. Soy tu amante secreto; y los amantes secretos son a menudo hombres de mucho misterio...—Lo siento, pero ya no eres mi amante secreto. Anoche le dije a Flora que estábamos juntos.
—Lo siento, pero ya no eres mi amante secreto. Anoche le dije a Flora que estábamos juntos.
—¿Cómo has dicho?
_______ se encogió de hombros.
—He dicho «lo siento».
—Sí, claro. Eres una descarada y una conspiradora.
______ vio que no estaba tan enfadado como quería dar a entender. Y ella no tenía intención de echarse atrás.
—Entonces, ¿me vas a contar la historia de tu vida, o no?
—¿Tú crees que estás preparada para ello, chiquilla?
—No insultes mi inteligencia, Nick. Es posible que yo no tenga tanta experiencia como tú en ese sentido, pero veo las noticias por la noche y sé leer. Sé cómo es el mundo real, así que nada de lo que digas me va a sorprender.
Qué afirmación tan inocente, pensaba ____ mientras escuchaba la horrible historia de la vida de Nick durante la media hora siguiente. Su madre se había largado cuando él era demasiado pequeño como para acordarse de ella, su padre había sido un borracho, un vago y un violento que había enseñado a su hijo a robar cuando sólo tenía cinco años y que le pegaba un día sí y otro no. _____ se quedó horrorizada cuando Nick le contó que no sólo le había dado puñetazos y bofetadas, sino que también le había golpeado con correas y quemado con cigarrillos.
Naturalmente la educación formal de Nick había sido muy limitada, ya que había faltado a menudo a la escuela; pero como era listo había aprendido a leer y a escribir. El amor, por supuesto, había sido para él una emoción desconocida. Se había creído afortunado porque al menos le habían dado de comer, ya que entonces la supervivencia era lo más importante.
A los trece años, en plena pubertad, había pegado un estirón enorme que le había permitido llegar a tener casi la misma altura que su padre. Y cuando su padre le había golpeado, por primera vez Nick le había devuelto los golpes.
No se había escapado de casa como ______ había creído; su padre le había echado sólo con lo puesto. Se había quedado en un refugio durante un tiempo, pero había tenido la mala suerte de acudir a uno que estaba dirigido por alguien que no tenía verdadero interés en ayudar sino en quedarse con su salario.
Después de marcharse de allí, Nick había dormido en edificios en ruinas y conseguido dinero del único modo que sabía: robando. No robaba en tiendas, sino que solía forzar la cerradura de los coches y llevarse el contenido.
No había querido unirse a ninguna banda, ni confiar en nadie salvo en sí mismo. Había hecho algunas amistades, todos ellos chulos, prostitutas o traficantes de drogas. Inevitablemente, él mismo había empezado a abusar de las drogas, que en ese momento habían hecho más soportable su existencia.
Pero las adicciones pedían dinero; de modo que había empezado a robar en casas y a robar coches. —Una noche —empezó a decir Nick—, cometí un error y me pillaron. Entonces fui a la cárcel, conocí a tu padre y el resto ya lo sabes.
______ estaba a punto de echarse a llorar.
—Oh, Nick...
—Te lo advertí.
—Pero sobreviviste a eso.
—Deja que te cuente lo que es sobrevivir de ese modo —le dijo él en tono seco—. Sólo piensas en ti mismo; te conviertes en una persona dura, fría y capaz de cualquier cosa. Cuando conocí a tu padre en la cárcel, él no me importaba en absoluto; sólo lo que pudiera hacer por mí. Lo vi como la oportunidad de escapar y me agarré a ello como pude. Cuando finalmente salí de la cárcel y me puse a trabajar de chófer de tu padre, él me parecía un cretino. No le quería nada.
—Pero al final acabaste queriéndolo —dijo ella—. Tú mismo lo dijiste.
—Acabé respetándolo, sí. Eso no es lo mismo que querer.
—Entiendo...
—No, tú no lo entiendes. No puedes entenderlo porque no has vivido lo mismo que yo. Te lo he dicho una vez, y te lo diré de nuevo. Los hombres como yo no somos capaces de amar a nadie.
—No lo creo —murmuró ella—. No eras tan malo cuando te viniste a vivir con nosotros; conmigo siempre fuiste amable.
—¿De verdad? ¿O sólo intentaba estar a buenas con el jefe?
_____ frunció el ceño. Nunca lo había contemplado desde ese ángulo.
—Maldita sea, no me mires así. De acuerdo, me gustabas, sí; eras una niña adorable.
—Sigo gustándote —dijo ella con una sonrisa de alivio.
—Sí. Sigues gustándome.
No era mucho, pero ______ se sintió mejor. De pronto todo se le antojaba más sencillo. Aun así, sintió que era mejor cambiar de tema.
—¿Has sabido algo de tu película?
Nunca había visto a Nick tan confuso.
—¿Cómo?
—¿No habías dicho que esa película donde habías invertido tanto dinero salía en Año Nuevo? Pues ya estamos a tres de enero; hace ya tres días que ha pasado Año Nuevo.
Nick se dio cuenta. Su escabroso pasado era demasiado para ______. Ojalá no sacara otra vez la conversación; porque prefería dejar su pasado allí, guardado en la mazmorra de su pensamiento.
—Se estrenó ayer con críticas variadas —le dijo—. Hasta dentro de unos días no se sabrá la opinión del público. —¿Cómo se llama? —Regreso al desierto. Es una segunda parte de La novia del desierto. El guionista es el mismo. —Entonces tendrá éxito. A todos los que les gustó La novia del desierto irán también a ver ésta.
—Es lo que esperamos.
—¿Es buena? Las segundas partes no siempre son buenas.
—Creo que ésta sí lo es.
—¿Pero los críticos no lo creen?
—A algunos les gustó; otros aborrecieron el final porque es muy trágico.
—¿Quién muere? Espero que no sea Shane.
—No, Brenda.
—¡Brenda! Imposible. No puedes matar a la protagonista de un romance; tiene que haber un final feliz, Nick. —Tonterías. Muchas historias de amor no acaban bien. —Sólo las escritas por hombres —dijo con pesar—. ¿Cómo muere Brenda? —Le pegan un tiro cuando salva a su hijo de los malos —dijo a la defensiva, como si eso lo arreglara todo. —No hay excusa posible. Sencillamente, no puede morir. ¿No podían haberla herido? —Tenía que morir. No era buena para Shane. Su historia de amor era falsa y su matrimonio un desastre en ciernes. Ella detestaba vivir en el campo. Le amenaza con volver a la ciudad y llevarse al niño cuando de pronto aparecen los malos de su vida anterior. La segunda parte no es una historia de amor, ____, es un drama.
—Puedes llamarlo como quieras; suena fatal de todos modos. —Gracias por el voto de confianza. El capitán anuncio turbulencias y pidió que todos se abrocharan el cinturón, terminando de momento con la acalorada discusión. —Típico —dijo Nick mientras ajustaba el cierre. —¿A qué te refieres? —le preguntó ______ mientras se agarraba a los apoyabrazos cuando de pronto el avión se estremeció. —Enero es época de ciclones sobre todo por esta zona.
—Ojalá me lo hubieras dicho antes. Podríamos habernos quedado en casa, y más teniendo en cuenta que Flora y Jim se han marchado.
—Quería enseñarte Happy Island.
—¿La isla en sí o la casa de lujo?
Nick sonrió.
—Un hombre tiene derecho a presumir delante de su novia, ¿no crees?
A ______ le dio un vuelco el corazón.
—Me has llamado «novia»...
Nick se encogió de hombros.
—Me reservo el derecho de invalidar el título si te pones grosera conmigo.
—Sólo me pongo grosera cuando viene un ciclón; y también histérica.
Nick se echó a reír.
♥..:Tiff:..♥
Re: "Enamorada del tutor" (Nick y Tu)
el comentario de arriba era para el otro cap
ahorita leo el que acabas de subir
bye
ahorita leo el que acabas de subir
bye
angie- d jonas
Re: "Enamorada del tutor" (Nick y Tu)
pd: Faby Jonas me gusta el video que tienes entu firma :twisted:
nick aparece bien sexy ahahaha
nick aparece bien sexy ahahaha
angie- d jonas
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