Whisper {Louis Tomlinson}

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Comenzare desde el principio, desde el comienzo de mi odio.

Su nombre es Charleen, un nombre tan dulce, tan lindo como su rostro y su cabello. Una chica de estatura promedio, cabello castaño, ojos grises y sonrisa encantadora. Una hermosa chica, alguien que deja impacto a la primera vista, así me dejo a mí, impactado. La conocí en una fiesta, en la fiesta de mi mejor amigo Harry, ella estaba sentada tomando un trago junto a sus amigas, me miro y yo la mire y la química surgió en unos segundos como era de esperarse, así jugaban las de su tipo.

Me acerque a ella en cuanto note que me miro, con mi sonrisa y peinado en buen estado camine hacia donde ella se encontraba, me senté a su lado saludando a cada una de sus amigas dejándola a ella por ultimo. Tome su mano y la bese como todo un príncipe, jamás tuve una mala intención, lo juro. Ella me sonrió y rio un poco viendo hacia el suelo mientras que sus amigas murmuraban entre ellas.

- Soy Louis –les dije a todas, especialmente a ella a quien no podía dejar de mirar.

- Soy Charleen –comento ella dándole un sorbo a su bebida, ellas son Jamie, Anastasia y Katherine –observe a las chicas y las salude, era más educado de lo que solía hacer.

- Un placer –dije- ¿Puedo invitarles un trago? –todas las amigas de Charleen habían comenzado a reír entre ellas, sus vestidos eran cortos y llamativos en especial el de ella, era de color celeste capturando todas las miradas del lugar incluyendo la mía.

- Claro –menciono Charleen mientras las demás chicas nos dejaban solos yéndose a bailar- lo siento, morían por bailar –se disculpo mientras que yo observaba el dulce color de sus ojos, un gris muy especial.

- No hay problema –respondí mirándola a los ojos- te invito un trago Charleen.

Sus mejillas se enrojecieron y asintió sin ningún problema. Llame a unos de los cuantos meseros que Harry se había encargado de tener en su gran fiesta numero dieciocho, claro esa edad solo se vivía una sola vez. Pedí una margarita para ella mientras que yo pedía una cerveza, no solía tomar mucho en fiestas de Harry nada me garantizaba salir bien de ahí.

El mesero trajo las bebidas y se retiro. Charleen tomo su margarita y le dio un sorbo mientras me miraba a los ojos, su mirada era seductora, coqueta, llena de fuego.

- ¿De dónde conoces a Harry? –pregunte sonriente, observando a mi alrededor.

- Viejo amigo de la familia –confeso- ¿Y tú? –Charleen cruzo sus piernas dejándome ver su piel bronceada y perfecta, ella era la chica más hermosa que jamás había visto hasta esa noche.

- Es mi mejor amigo –dije sonriente a lo que ella se sorprendió- si, se que tenemos alguna diferencia de edad pero es mi idiota.

Charleen rio dándome el placer de notar su hermosa dentadura, blanca y perfecta. Después tomo mi mano y me miro nuevamente con ese fuego, con esa pizca de sensualidad que solo ella portaba entre tantas mujeres en la fiesta.

- ¿Bailas? –pregunto acariciando mi mano a lo que yo le respondí levantándome y tomando su mano rápidamente.

- Claro –respondí sin temor- vamos.


La pista estaba llena de personas, sonaba una canción de LMFAO no recuerdo cual era exactamente pero había demasiado furor ahí. Charleen comenzó a mover sus caderas al ritmo de la música mientras que yo la tomaba de la cintura. Era preciosa, era una diosa moviéndose mientras yo pretendía ser su Dios.

Y quizá ese fue el primer error que cometí, tratar de ser su Dios. Eso es de lo que me arrepiento tanto ahora.

La música sonaba tan fuerte y mis oídos no escuchaban lo que su dulce voz trataba de decirme, yo solo asentí sin saber lo que me esperaba. De pronto sentí su cálida mano sostener la mía llevándome fuera de la pista, no tenía ni la menor idea de a dónde nos dirigíamos solo me alegraba estar con ella. Mientras caminábamos me tope con algunos de mis viejos amigos incluyendo al cumpleañero que me miro con desconcierto al verme con ella.

Recuerdo todo perfectamente como si fuera el día de ayer. Habíamos salido del pub y fuimos al callejón. Y después me beso, me beso con toda la intención del mundo, sin remordimientos. Charleen besaba mis labios con furor y ansiedad mientras que yo cerraba mis ojos, tomaba sus caderas y la besaba con la misma intensidad.

Comencé a sentirme en el paraíso en el momento que probé sus labios, era un sabor diferente, no podía ser comparado con los labios de las otras chicas que había besado anteriormente, Charleen era especial, lo note cuando observe sus ojos grises mientras me besaba.

Lo único que jamás me paso por mi mente en ese instante era el desgarrador secreto que tenia, jamás creí que pudiera traicionarme, jamás lo pensé.