Te amaré, por siempre. {JessicaBauza&ZaynMalik} Terminada.

Había transcurrido la primera, segunda, y tercera clase. Me sentía tan extraña, nunca había ido a un instituto, y hacerlo a estas alturas, es algo confuso. Todos fueron muy simpáticos conmigo, a la excepción de la chiquilla de Melissa, era como la típica película americana, sólo que en mi caso, yo jamás dejaría que ella me dañara.
Zayn me había defendido, me había dicho princesa, había besado mi cabeza, había dicho que me protegería, había dicho que jamás me dejaría sola. Mis emociones estaban alocadas. Una conmoción para las veinticuatro horas. Sentía una sensación extraña cada vez que me tocaba, acariciaba, o tan sólo cuando me hablaba.

-Ehm permiso, profesora. –Entro una chica al salón de historia, en el cual me encontraba.
-Sí, ¿qué sucede, Cassie? –Preguntó la profesora, frunciendo el ceño.
-Estudia aquí… ¿Jessica Bauza? La chica de intercambio.
-Sí, aquí estoy. –Respondí rápido al oír mi nombre.
-El director quiere verte, chica.
-De acuerdo, ¿puedo ir? –Pregunté a la profesora, quien asintió.




-Disculpe, ¿quería usted verme? –Pregunté asomada por la puerta del director.
-Sí, hola Jessica, entra. –Dijo amablemente. Seguí sus indicaciones y me senté en una silla frente a él. No tenía idea de porque me quería aquí.
-Y… ¿Qué sucedió? –Pregunté. El rió.
-Eres un poco nerviosa. –Dijo. –Sólo quería conocer a la nueva alumna de intercambio, eres la única este año. Karen ha hecho de todo para traerte, Jessica. Tienes suerte.
-Wow. –Fue lo único que alcancé a decir. –Creo que tiene razón.
-Pero no te acerques mucho a Kat, la chica está loca. Aún no puedo creer que sea gemela con Liam. –Reímos.
-Trataré de hacerlo, director.
-He oído que has discutido hoy con Melissa. –Dijo cambiando de tema.
-Yo he oído que ella es su hija. Sé que es un poco grosero, pero ¿cómo la soporta? –Pregunté. El me miró y rió por lo bajo.
-No lo hago, Jess. Es un demonio esa niña, suerte que vive con su madre. –Dijo aliviado.
-¿Divorciado?
-Gracias al cielo. –Reímos.


Era la hora de salida. Kat tendría detención, y Liam había quedado con Chiqui, por lo tanto no quise arruinar su salida. Comenzaba a caminar fuera del instituto, pero alguien llamo por mi nombre. Volteé mi mirada y me encontré con un moreno, un precioso moreno, que hizo que e derritiera con su sonrisa.

-¿Piensas irte caminando, Jessica? –Preguntó.
-Sí, ¿qué tiene de malo, Zayn?
-Estás loca. Ven, te llevaré.
-No, no es problema. La casa está cerca.
-Sí tan sólo te supieras el camino hasta ella fuera diferente.
-¿Cómo sabes que no sé el camino? –Pregunté.
-Porque estabas caminando hacia la dirección contraria. Ven no seas tan terca, preciosa. –Insistió él. “Preciosa” Una vez más, Zayn y sus cumplidos que hacían que me derritiese.


Zayn aparco frente a “mi casa”, fue como si se hubiese detenido el tiempo durante el tiempo en que nuestras miradas se cruzaron. Disfrutaba al ver sus ojos acaramelados, encajar con sus largas y sensuales pestañas, haciendo juego con su sonrisa que siempre era un poco torcida.
Colocó el freno de mano, y comenzó a acercarse lentamente hacia mí. Era placentero, cuando rozaba su mano con mi mejilla. Mis vellos se erizaron al sentir su respiración cruzar con la mía, a tan poca distancia, escasos milímetros, y nuestras narices jugueteando. Lo deseaba, deseaba ese beso. Mi teléfono sonó provocando que volviéramos a la realidad, besó la punta de mi nariz y se alejó de mí, dejándome ver su cara de resignación, que me dio a entender que él también deseaba un simple roce de labios conmigo.

-Creo que ya tengo que… Ehm, nos vemos Zayn. –Dije algo nerviosa, el noto y sonrió.
-Nos vemos, princesa.


¿Qué era lo que en realidad había pasado? Estaba confusa. Me gustaba Zayn, claro estaba. Era atractivo, demasiado. Deseaba besarlo, y saborear su boca, probar sus apetitosos labios, tenerlo cerca, abrazarlo. Pero, ¿lo quería? No lo creo, al menos no por el momento. Sería algo muy precipitado, sólo lo conozco hace una semana. Sólo habrá que esperar, darle tiempo al tiempo, y darme cuenta sí el sentirá la misma sensación.

-¿Por qué no has contestado mi mensaje, Jess? ¿Quién te ha traído? –Esa era Kat, entrando improvisadamente a mi habitación. Simplemente no respondí, aún analizaba lo sucedido. –Jessica, ¿estás ahí?
-Sí, sí. ¿Qué sucede? –Pregunté.
-Es lo mismo que te pregunto, Jess. ¿Quién te ha traído? –Volvió a preguntar.
-Zayn. –Musite.
-¿Malik?
-¿Conoces a otro?
-No, pero… Bueno, y ¿qué ha sucedido ahí? –Preguntó.
-¿Qué te hace pensar que algo sucedió?
-¿Acaso todas mis preguntas las contestarás con más preguntas? –Rió Kat. –Sé que algo sucedió, estás algo ida, cuéntame.
-Te pondrás como loca, no. –Negué.
-Oh dios. ¿Se besaron no es así?
-Casi. –Susurré. –Pero tu mensaje me llego y acabaste el momento.
-Me odias, me odio. Pero, ustedes se gustan, ves te lo he dicho. –Soltó Kat emocionada.
-Me gusta, sí. Pero no harás nada, de acuerdo. –Ordené. –Si también le gusto me buscará.
-Sí, de acuerdo. Me alegra que te hayas dado cuenta.
-De algo sirvió la insistencia. –Reímos.