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“Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
21
Las cosas estaban tan mal.
La primera interpretación de Fedra fue un desastre de proporciones épicas. Incluso después de dos semanas, Cade no me hablaba en absoluto antes de empezar, y parecía que todos en el elenco estaban de su lado, basado en las miradas que estaba recibiendo. Y, aunque el primer ensayo tiende a ser un poco obsoleto, ya que todo el mundo está sentado alrededor de una mesa, ésta vez fue peor que la pizza de hace una semana.
De vez en cuando, Eric sacudía su cabeza, y prácticamente podía verlo pensar, ¿Qué sucedió con la gente que escogí la semana pasada?
Cada escena seguía empeorando como un tornillo que entra en el ángulo equivocado, pero sólo seguimos adelante, tratando de hacer algo que funcionara cuando claramente, no lo haría.
Cuando todo terminó, me sentí desinflada. Había estado tan emocionada por esta obra. Había estado esperando por algo como esto desde el primer año y ahora estaba aquí y era insoportable.
Eric fingía cierto optimismo, diciendo que las cosas mejorarían en el escenario. No creo que nadie le creyera.
Y si lo hacían, esa extraviada esperanza disminuyó cuando tuvimos nuestro primer ensayo en el escenario, que si es posible, fue aún peor. El malestar entre Cade y yo parecía impregnar todo el elenco hasta que todo el mundo estaba rígido y crispado.
Las clases no estaban mucho mejor.
Cade se quedó lejos de mí, y Kelsey seguía enojada, así que yo estaba desmintiendo esa cita sobre que ningún hombre es una isla. Estaba totalmente sola.
Excepto por Joe.
Estaba aterrorizada por la profundidad de mis sentimientos por él. Las cosas eran demasiado buenas. Nada en la vida era así de increíble, al menos no en mi vida. Me detuvo después de Preparación Superior; el miércoles por la mañana.
—____, espera un segundo.
Me tomé mi tiempo empacando mis cosas, esperando que todo el mundo abandonara el laboratorio de computación. Cuándo estábamos solos pregunté: —¿Qué pasa?
Sonrió.
—Nada.
Luego me presionó contra la mesa del computador detrás de mí y me besó.
Jadeé en estado de shock, y su lengua irrumpió en mi boca. No hice nada, pero parpadeé y entonces me había levantado sobre la mesa, sus caderas instaladas entre mis muslos abiertos, y su boca quemaba contra la mía.
No hubo lentitud en este beso. Fue un momento de frenesí, robado, y yo estaba girando con deseo. Me aferraba a él, segura de que estaba a punto de caer a pedazos en sus brazos, y luego se retiró.
Tuve que concentrarme en respirar durante varios largos segundos antes de que se me ocurriera incluso enojarme. Golpeé con fuerza sus bíceps.
—¿Estás loco? ¿En qué estabas pensando? ¿Qué pasa si alguien entra? —Le empujé a varios pies de distancia, y salté de la mesa, mis piernas inestables contra el piso.
—Estaba pensando en que tú te veías totalmente demasiado sexy para las primeras horas de la mañana.
Endurecí mi mirada.
—Lo digo en serio, Joe.
—Yo también —dijo. Me tomó por el codo y me llevó a la esquina más alejada de la sala, donde no podíamos ser vistos desde la puerta, y tendríamos aviso si alguien entraba—. Cuando se trata de ti, ____, soy muy serio.
¿Estaba dando a entender lo que yo pensaba que estaba insinuando? La mirada en sus ojos era peligrosa. No podía pensar con claridad cuando estaba tan cerca de mí. Intentó atraerme para otro beso, pero incluso fuera de la vista de la puerta, estaba demasiado asustada, demasiado miedosa. Se sentía como esa primera noche, juntos, en mi cama otra vez. ¿Era yo? ¿Estaba lista para algo como esto?
Giré mi cabeza, y sus labios encontraron mi cuello en su lugar.
Todo era tan confuso.
¿Cómo puedo querer algo tanto y no quererlo al mismo tiempo?
Una parte de mí quería doblar mis brazos alrededor de él y orar porque sus labios nunca dejaran mi piel. Y una parte de mí quería correr gritando en la otra dirección.
La segunda parte salió ganando.
Me retiré de su abrazo y levanté una mano para impedir que me siguiera.
—No puedo. Tengo que irme. Quiero tratar de encontrar a Cade antes del ensayo de esta noche, a ver si podemos resolver las cosas.
Entonces hui del laboratorio, mi piel todavía ardiendo por su toque.
Cade se había ido para el momento en que llegué a la sala de espera, y no logré estar a solas con él durante el resto del día. Pensé en pedir hablar con él antes del ensayo, pero todos estaban alrededor, mirando, y yo, sinceramente, no tenía la energía.
Pero eso significaba que nuestro tercer ensayo comenzó tan pobremente como el resto.
Eric, que no tenía ni idea del drama fuera del escenario, estaba confundido. Creo que podría decir que todo provenía de Cade y yo, razón por la cual nos mandó lejos. Dijo que sólo quería pasar más tiempo con el coro, pero todavía quería que nosotros trabajáramos un poco. Por lo tanto, nos mandó a un espacio del taller más pequeño para trabajar a solas… con Joe.
Tenía que ser una señal del Apocalipsis. Cosas tan terribles sólo ocurrían cuando el mundo estaba a punto de terminar.
Envidiaba la compostura de Joe. No demostraba nada.
Yo, por el contrario, era un accidente de tren en forma humana.
Hicimos nuestra primera escena juntos dos veces. Cade estaba sin vida y yo era lamentable.
No importa cuántas veces Joe murmuró entre líneas “Despierten” o “¡Intensidad!” o “¡Aumenten las apuestas!” todavía estábamos horribles.
Joe, que sabía de lo que ambos éramos capaces de hacer, se volvía cada vez más frustrado. No se molestó en fingir optimismo.
—Ambos tómense cinco.
Fui al baño y salpiqué mi cara con agua. Esto tenía que parar. Si pude actuar junto a Dom, ciertamente puedo actuar junto a Cade, no importa cómo de molesto esté. Era mi mejor amigo, pero tengo que aprender a dejar de lado mis emociones y pensar en él como cualquier otra persona si quería ser actor.
Sintiéndome un poco mejor, hice mi camino de regreso a la sala de taller.
Cade y Joe ya estaban dentro hablando.
—Sé que hay cosas personales entre los dos, pero tienes que superarlo —dijo Joe.
—Estoy tratando. No es así de simple.
Joe estaba de espaldas a mí, pero podía ver la cara de Cade, que estaba pálida y arrugada, como una pieza desechada de papel. Me atraganté, deseando que todo esto terminara o que nunca hubiera sucedido.
—No te estás esforzando lo suficiente. Así que, ella no correspondió a tus sentimientos. Así es la vida. —Mi mandíbula cayó. ¿Cómo podía ser tan cruel? ¿Joe, quien había sido tan dulce y comprensivo cuando me reuní con él sobre esta misma pelea?—. Eso pasa. Tienes que crecer. ¿Eres un actor o no? No puedes dejar que tus sentimientos por ella dicten tu vida.
Mi boca se secó, y un duro bulto se formó en mi garganta.
Empuje la puerta el resto del camino y dije: —Eso es suficiente. —El fuego en mi voz me sorprendió, pero no debería haberlo hecho. Odiaba ver a Cade herido y finalmente no era solo yo la causa. Las palabras de Joe se habían hundido bajo mi piel, dolientes, y mis manos temblaban con ira.
Cade parecía horrorizado al verme.
Joe no lucía culpable, lo que sólo hizo que mi ira ardiera más caliente. Caminé hasta que estuve entre los dos, bloqueando a Cade de la vista.
—Esto no es asunto tuyo —le dije a Joe.
Se volvió hacia mí, y su cara entera parecía cerrarse con su ceño fruncido.
—Es mi asunto cuando ambos traen sus problemas ajenos al ensayo.
Sabía, lógicamente, que tenía razón. Y yo sabía que era mi maestro y este era su trabajo, pero el juicio en su tono me hirió de todas formas.
Y yo lo quería herir de vuelta.
—Probablemente tiene razón —dije—. Tal vez las relaciones no tienen cabida aquí. Es una mala idea mezclarlos, ¿No cree?
Estaba tan tranquilo, que me hizo querer sacudirlo. Quería hundir mis dedos en su hombro y empujar y tirar y empujar.
—____, estás siendo poco profesional.
—¿Estoy siendo poco profesional? Oh, ¡Qué gracioso, viniendo de ti!
—Tú y yo podemos hablar sobre esto más tarde. —Su mano tocó mi codo, y odié que incluso enojada, su toque hiciera mis rodillas débiles. Me alejé.
—No quiero hablar de esto más tarde. Sólo quiero que dirijas. Quiero que permanezcas fuera de mis asuntos con Cade. ¿Me oyes? ¿Entiendes? Mantente alejado. Eso es todo lo que quiero de ti.
Finalmente, algo en su expresión calmada se agrietó. Apretó su mandíbula, y por un segundo apretó sus ojos, cerrándolos. No se sentía tan bien como pensé que sería verlo afectado. Y ya quería retractarme.
—Está bien. —Levantó las manos y repitió: —Está bien. Como director, ambos necesitan conseguir juntar su mierda antes del próximo ensayo, a menos que quieran empezar a buscar sus suplentes. Pueden retirarse.
La puerta se cerró de golpe en su salida, y escuché el eco una y otra vez en mi mente. Fui tan estúpida. Esto fue tan estúpido.
Me había olvidado casi por completo que Cade estaba allí hasta que él dijo: —Santa mierda, ____. ¿Él es el tipo?
Podría haberlo negado. Podría haberle contado toda la historia. Podría haber corrido. Pero me sentía demasiado vacía para moverme. Me derrumbé sobre mis rodillas, envolviendo mis brazos alrededor de mi cintura como si de alguna manera me mantuviera unida, como si con agarrarme lo suficientemente fuerte, el dolor no fluiría.
Pero lo hizo.
Y los espacios vacíos en mí estuvieron súbitamente llenos de palabras de las que me arrepentí y la vergüenza que sentía y la ausencia de él. No había nada más que hacer, salvo llorar.
Salió de mí, lento y constante, subiendo como la marea, arrasando con todo lo que había amado de nuestro tiempo juntos.
Una mano tocó mi hombro, y me di la vuelta, esperando.
Era Cade.
Lento e inseguro, se arrodilló junto a mí y me tomó en sus brazos. Dudé por un momento, sabiendo cómo se sentía, sabiendo lo difícil que debía ser para él, sabiendo que como de costumbre era demasiado bueno para mí.
Entonces no pude resistir más. Yo ya era egoísta, ¿Cuál era el daño?
Me hundí en sus brazos, y lo dejé ir. Era el grito horrible de todos los gritos horribles, pero no me importaba. Porque mi capacidad para arruinar las cosas buenas no tenía límites.
—Está bien —dijo Cade—. No fue tan malo.
—¿No fue tan malo? —Froté mis ojos, y mis manos se mancharon de negro—. Tal vez en comparación con el Holocausto. Pero a como las rupturas funcionan, creo que fue bastante mala.
Él se puso rígido.
—¿Ustedes estaban juntos? ¿Como realmente juntos?
—Durante un par de semanas, técnicamente, antes de que lo arruinara. —Dios, no es de extrañar que siga virgen. Debo de haber roto todo un mundo de espejos en una vida pasada.
Contra todo pronóstico, a él realmente le había gustado mucho. A pesar de que salí corriendo de él durante el sexo con una terrible excusa. A pesar del hecho de que todavía no había dormido con él. A pesar de cómo terrible y jodidamente torpe era yo. Le gustaba. Sollocé nuevamente, porque no era justo.
—Te gusta mucho, ¿No?
Luchando por respirar, asentí.
—Sí. Sé que es una locura. Sé que es estúpido. Pero, pero… nos conocimos antes de que fuera nuestro profesor, y yo no puedo simplemente olvidarlo. Lo intenté. Lo intentamos. Supongo que tendré que olvidarlo ahora.
Cade me meció hacia adelante y hacia atrás, y a pesar de que era muy agradable, me hizo sentir joven e inmadura. Poco profesional, tal y como había dicho Joe.
—Él te perdonará —dijo Cade—. Yo lo haría.
Quería preguntar si eso significaba que Cade me había perdonado ahora, pero tenía demasiado miedo. Así que me quedé en sus brazos, llorando y callada, en caso de que esto fuera sólo un respiro temporal, en caso de que esto fuera todo lo que obtendría.
Para cuando salimos del estudio, el ensayo había terminado, y todos los demás se habían ido. Me acompañó hasta mi coche, y me puse a esperar… esperando que quizás estuviéramos bien. No me besó en la mejilla como lo hubiera hecho antes. Descansó una mano en mi hombro. Y aunque fue diferente, era suficiente.
—Va a estar bien —dijo. Y esperaba que estuviera hablando de todo… sobre nosotros, sobre Joe, de la vida.
Necesitaba que todo fuera bien.
¡Hola chicas! ;)
Siento mucho no haber subido el capítulo antes, me salieron unas cosas de imprevisto. Pero bueno, aquí esta & espero les guste, si termino de editar el siguiente lo subo ahorita n.n
Besos
Natuu!
La primera interpretación de Fedra fue un desastre de proporciones épicas. Incluso después de dos semanas, Cade no me hablaba en absoluto antes de empezar, y parecía que todos en el elenco estaban de su lado, basado en las miradas que estaba recibiendo. Y, aunque el primer ensayo tiende a ser un poco obsoleto, ya que todo el mundo está sentado alrededor de una mesa, ésta vez fue peor que la pizza de hace una semana.
De vez en cuando, Eric sacudía su cabeza, y prácticamente podía verlo pensar, ¿Qué sucedió con la gente que escogí la semana pasada?
Cada escena seguía empeorando como un tornillo que entra en el ángulo equivocado, pero sólo seguimos adelante, tratando de hacer algo que funcionara cuando claramente, no lo haría.
Cuando todo terminó, me sentí desinflada. Había estado tan emocionada por esta obra. Había estado esperando por algo como esto desde el primer año y ahora estaba aquí y era insoportable.
Eric fingía cierto optimismo, diciendo que las cosas mejorarían en el escenario. No creo que nadie le creyera.
Y si lo hacían, esa extraviada esperanza disminuyó cuando tuvimos nuestro primer ensayo en el escenario, que si es posible, fue aún peor. El malestar entre Cade y yo parecía impregnar todo el elenco hasta que todo el mundo estaba rígido y crispado.
Las clases no estaban mucho mejor.
Cade se quedó lejos de mí, y Kelsey seguía enojada, así que yo estaba desmintiendo esa cita sobre que ningún hombre es una isla. Estaba totalmente sola.
Excepto por Joe.
Estaba aterrorizada por la profundidad de mis sentimientos por él. Las cosas eran demasiado buenas. Nada en la vida era así de increíble, al menos no en mi vida. Me detuvo después de Preparación Superior; el miércoles por la mañana.
—____, espera un segundo.
Me tomé mi tiempo empacando mis cosas, esperando que todo el mundo abandonara el laboratorio de computación. Cuándo estábamos solos pregunté: —¿Qué pasa?
Sonrió.
—Nada.
Luego me presionó contra la mesa del computador detrás de mí y me besó.
Jadeé en estado de shock, y su lengua irrumpió en mi boca. No hice nada, pero parpadeé y entonces me había levantado sobre la mesa, sus caderas instaladas entre mis muslos abiertos, y su boca quemaba contra la mía.
No hubo lentitud en este beso. Fue un momento de frenesí, robado, y yo estaba girando con deseo. Me aferraba a él, segura de que estaba a punto de caer a pedazos en sus brazos, y luego se retiró.
Tuve que concentrarme en respirar durante varios largos segundos antes de que se me ocurriera incluso enojarme. Golpeé con fuerza sus bíceps.
—¿Estás loco? ¿En qué estabas pensando? ¿Qué pasa si alguien entra? —Le empujé a varios pies de distancia, y salté de la mesa, mis piernas inestables contra el piso.
—Estaba pensando en que tú te veías totalmente demasiado sexy para las primeras horas de la mañana.
Endurecí mi mirada.
—Lo digo en serio, Joe.
—Yo también —dijo. Me tomó por el codo y me llevó a la esquina más alejada de la sala, donde no podíamos ser vistos desde la puerta, y tendríamos aviso si alguien entraba—. Cuando se trata de ti, ____, soy muy serio.
¿Estaba dando a entender lo que yo pensaba que estaba insinuando? La mirada en sus ojos era peligrosa. No podía pensar con claridad cuando estaba tan cerca de mí. Intentó atraerme para otro beso, pero incluso fuera de la vista de la puerta, estaba demasiado asustada, demasiado miedosa. Se sentía como esa primera noche, juntos, en mi cama otra vez. ¿Era yo? ¿Estaba lista para algo como esto?
Giré mi cabeza, y sus labios encontraron mi cuello en su lugar.
Todo era tan confuso.
¿Cómo puedo querer algo tanto y no quererlo al mismo tiempo?
Una parte de mí quería doblar mis brazos alrededor de él y orar porque sus labios nunca dejaran mi piel. Y una parte de mí quería correr gritando en la otra dirección.
La segunda parte salió ganando.
Me retiré de su abrazo y levanté una mano para impedir que me siguiera.
—No puedo. Tengo que irme. Quiero tratar de encontrar a Cade antes del ensayo de esta noche, a ver si podemos resolver las cosas.
Entonces hui del laboratorio, mi piel todavía ardiendo por su toque.
Cade se había ido para el momento en que llegué a la sala de espera, y no logré estar a solas con él durante el resto del día. Pensé en pedir hablar con él antes del ensayo, pero todos estaban alrededor, mirando, y yo, sinceramente, no tenía la energía.
Pero eso significaba que nuestro tercer ensayo comenzó tan pobremente como el resto.
Eric, que no tenía ni idea del drama fuera del escenario, estaba confundido. Creo que podría decir que todo provenía de Cade y yo, razón por la cual nos mandó lejos. Dijo que sólo quería pasar más tiempo con el coro, pero todavía quería que nosotros trabajáramos un poco. Por lo tanto, nos mandó a un espacio del taller más pequeño para trabajar a solas… con Joe.
Tenía que ser una señal del Apocalipsis. Cosas tan terribles sólo ocurrían cuando el mundo estaba a punto de terminar.
Envidiaba la compostura de Joe. No demostraba nada.
Yo, por el contrario, era un accidente de tren en forma humana.
Hicimos nuestra primera escena juntos dos veces. Cade estaba sin vida y yo era lamentable.
No importa cuántas veces Joe murmuró entre líneas “Despierten” o “¡Intensidad!” o “¡Aumenten las apuestas!” todavía estábamos horribles.
Joe, que sabía de lo que ambos éramos capaces de hacer, se volvía cada vez más frustrado. No se molestó en fingir optimismo.
—Ambos tómense cinco.
Fui al baño y salpiqué mi cara con agua. Esto tenía que parar. Si pude actuar junto a Dom, ciertamente puedo actuar junto a Cade, no importa cómo de molesto esté. Era mi mejor amigo, pero tengo que aprender a dejar de lado mis emociones y pensar en él como cualquier otra persona si quería ser actor.
Sintiéndome un poco mejor, hice mi camino de regreso a la sala de taller.
Cade y Joe ya estaban dentro hablando.
—Sé que hay cosas personales entre los dos, pero tienes que superarlo —dijo Joe.
—Estoy tratando. No es así de simple.
Joe estaba de espaldas a mí, pero podía ver la cara de Cade, que estaba pálida y arrugada, como una pieza desechada de papel. Me atraganté, deseando que todo esto terminara o que nunca hubiera sucedido.
—No te estás esforzando lo suficiente. Así que, ella no correspondió a tus sentimientos. Así es la vida. —Mi mandíbula cayó. ¿Cómo podía ser tan cruel? ¿Joe, quien había sido tan dulce y comprensivo cuando me reuní con él sobre esta misma pelea?—. Eso pasa. Tienes que crecer. ¿Eres un actor o no? No puedes dejar que tus sentimientos por ella dicten tu vida.
Mi boca se secó, y un duro bulto se formó en mi garganta.
Empuje la puerta el resto del camino y dije: —Eso es suficiente. —El fuego en mi voz me sorprendió, pero no debería haberlo hecho. Odiaba ver a Cade herido y finalmente no era solo yo la causa. Las palabras de Joe se habían hundido bajo mi piel, dolientes, y mis manos temblaban con ira.
Cade parecía horrorizado al verme.
Joe no lucía culpable, lo que sólo hizo que mi ira ardiera más caliente. Caminé hasta que estuve entre los dos, bloqueando a Cade de la vista.
—Esto no es asunto tuyo —le dije a Joe.
Se volvió hacia mí, y su cara entera parecía cerrarse con su ceño fruncido.
—Es mi asunto cuando ambos traen sus problemas ajenos al ensayo.
Sabía, lógicamente, que tenía razón. Y yo sabía que era mi maestro y este era su trabajo, pero el juicio en su tono me hirió de todas formas.
Y yo lo quería herir de vuelta.
—Probablemente tiene razón —dije—. Tal vez las relaciones no tienen cabida aquí. Es una mala idea mezclarlos, ¿No cree?
Estaba tan tranquilo, que me hizo querer sacudirlo. Quería hundir mis dedos en su hombro y empujar y tirar y empujar.
—____, estás siendo poco profesional.
—¿Estoy siendo poco profesional? Oh, ¡Qué gracioso, viniendo de ti!
—Tú y yo podemos hablar sobre esto más tarde. —Su mano tocó mi codo, y odié que incluso enojada, su toque hiciera mis rodillas débiles. Me alejé.
—No quiero hablar de esto más tarde. Sólo quiero que dirijas. Quiero que permanezcas fuera de mis asuntos con Cade. ¿Me oyes? ¿Entiendes? Mantente alejado. Eso es todo lo que quiero de ti.
Finalmente, algo en su expresión calmada se agrietó. Apretó su mandíbula, y por un segundo apretó sus ojos, cerrándolos. No se sentía tan bien como pensé que sería verlo afectado. Y ya quería retractarme.
—Está bien. —Levantó las manos y repitió: —Está bien. Como director, ambos necesitan conseguir juntar su mierda antes del próximo ensayo, a menos que quieran empezar a buscar sus suplentes. Pueden retirarse.
La puerta se cerró de golpe en su salida, y escuché el eco una y otra vez en mi mente. Fui tan estúpida. Esto fue tan estúpido.
Me había olvidado casi por completo que Cade estaba allí hasta que él dijo: —Santa mierda, ____. ¿Él es el tipo?
Podría haberlo negado. Podría haberle contado toda la historia. Podría haber corrido. Pero me sentía demasiado vacía para moverme. Me derrumbé sobre mis rodillas, envolviendo mis brazos alrededor de mi cintura como si de alguna manera me mantuviera unida, como si con agarrarme lo suficientemente fuerte, el dolor no fluiría.
Pero lo hizo.
Y los espacios vacíos en mí estuvieron súbitamente llenos de palabras de las que me arrepentí y la vergüenza que sentía y la ausencia de él. No había nada más que hacer, salvo llorar.
Salió de mí, lento y constante, subiendo como la marea, arrasando con todo lo que había amado de nuestro tiempo juntos.
Una mano tocó mi hombro, y me di la vuelta, esperando.
Era Cade.
Lento e inseguro, se arrodilló junto a mí y me tomó en sus brazos. Dudé por un momento, sabiendo cómo se sentía, sabiendo lo difícil que debía ser para él, sabiendo que como de costumbre era demasiado bueno para mí.
Entonces no pude resistir más. Yo ya era egoísta, ¿Cuál era el daño?
Me hundí en sus brazos, y lo dejé ir. Era el grito horrible de todos los gritos horribles, pero no me importaba. Porque mi capacidad para arruinar las cosas buenas no tenía límites.
—Está bien —dijo Cade—. No fue tan malo.
—¿No fue tan malo? —Froté mis ojos, y mis manos se mancharon de negro—. Tal vez en comparación con el Holocausto. Pero a como las rupturas funcionan, creo que fue bastante mala.
Él se puso rígido.
—¿Ustedes estaban juntos? ¿Como realmente juntos?
—Durante un par de semanas, técnicamente, antes de que lo arruinara. —Dios, no es de extrañar que siga virgen. Debo de haber roto todo un mundo de espejos en una vida pasada.
Contra todo pronóstico, a él realmente le había gustado mucho. A pesar de que salí corriendo de él durante el sexo con una terrible excusa. A pesar del hecho de que todavía no había dormido con él. A pesar de cómo terrible y jodidamente torpe era yo. Le gustaba. Sollocé nuevamente, porque no era justo.
—Te gusta mucho, ¿No?
Luchando por respirar, asentí.
—Sí. Sé que es una locura. Sé que es estúpido. Pero, pero… nos conocimos antes de que fuera nuestro profesor, y yo no puedo simplemente olvidarlo. Lo intenté. Lo intentamos. Supongo que tendré que olvidarlo ahora.
Cade me meció hacia adelante y hacia atrás, y a pesar de que era muy agradable, me hizo sentir joven e inmadura. Poco profesional, tal y como había dicho Joe.
—Él te perdonará —dijo Cade—. Yo lo haría.
Quería preguntar si eso significaba que Cade me había perdonado ahora, pero tenía demasiado miedo. Así que me quedé en sus brazos, llorando y callada, en caso de que esto fuera sólo un respiro temporal, en caso de que esto fuera todo lo que obtendría.
Para cuando salimos del estudio, el ensayo había terminado, y todos los demás se habían ido. Me acompañó hasta mi coche, y me puse a esperar… esperando que quizás estuviéramos bien. No me besó en la mejilla como lo hubiera hecho antes. Descansó una mano en mi hombro. Y aunque fue diferente, era suficiente.
—Va a estar bien —dijo. Y esperaba que estuviera hablando de todo… sobre nosotros, sobre Joe, de la vida.
Necesitaba que todo fuera bien.
¡Hola chicas! ;)
Siento mucho no haber subido el capítulo antes, me salieron unas cosas de imprevisto. Pero bueno, aquí esta & espero les guste, si termino de editar el siguiente lo subo ahorita n.n
Besos
Natuu!
Natuu!
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
Por vida de Dios súbelo ahorita!!!! Awww Rayis y Joe se pelean!!! Se reconciliaran? :o q pasara ahora q Cade ya sabe q Joe y Rayis andan... Anduvieron o necesito saber q pasa!! Si no lo subes hoy... Por faaaa no tardes tanto... Soy mega adicta a esta nove!!!
kenyajonasgrey
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
ahhh termino con Joe!!!
Pero que le pasa?? Esta loca?? :muere:
Siguela!!!
Pero que le pasa?? Esta loca?? :muere:
Siguela!!!
aranzhitha
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
22
Pensé en ir a su apartamento tan pronto como llegué a casa, pero, a decir verdad, me daba miedo. Y era mucho más fácil simplemente sentir pena de mí misma. Tenía una tarrina de helado de galletas con chispas de chocolate en la nevera en espera para ciertas ocasiones. Hubiera estado bien compartirla con Kelsey, pero no puedo permitirme contarle el secreto a alguien, y no era tan egoísta como para hacerle presenciar a Cade más de mi autocompasión. Prometió que no le diría a nadie, y le creí.
Me senté en un extremo del sofá, Hamlet extendida en el otro. Me preguntaba si podría consolarme. Fue buena conmigo sólo una vez en otro momento triste, así que tal vez tenía una oportunidad. Llegue a ella, y no sólo me recibió con su usual gruñido, también con un silbido.
Estaba claramente del lado de Joe.
Pensé en ir a él mil veces, tal vez mil y una. Pero tenía que enfrentarlo —estuvo fuera de mi alcance desde el comienzo. Se habría cansado de mí eventualmente, una vez el factor prohibido desapareciese. Y no podía ni siquiera empezar a contemplar lo que habría pasado si hubiésemos sido atrapados. Incluso pensar en ello me llenaba de adrenalina, como cuando me besó en el laboratorio para que nadie nos viera. Tal vez me hacía un favor, cortando los lazos ahora. Quiero decir, apesta siete mil millones de veces, pero habría sido peor después de más tiempo.
En mi tenue, tranquilo apartamento, en mi inducida neblina de helado, podía admitir que me enamoré de él. Nuestra oh-tan-breve relación fue como pasar un día a la luz del sol después de vivir eternamente bajo tierra (mi antiguo yo siendo el topo en esta historia). Tal vez eso era todo lo que obteníamos de una relación como esta —destellos de luz. Tal vez era demasiado brillante para ser sostenida durante un prolongado periodo de tiempo. Tal vez debería estar agradecida.
No me sentía agradecida. Me sentía miserable (y llena de helado).
Estábamos en el laboratorio de nuevo el miércoles, y nunca se acercó a más de un metro de mi área. En el ensayo de esa noche, se sentó en primera fila tomando notas, y no dijo una sola palabra.
Jueves y viernes fueron igual. Pensé que la actuación en los ensayos mejoró ahora que Cade y yo habíamos remendado las cosas (en parte). No éramos tan cercanos como antes. No nos veía saliendo solos en un futuro, pero hablábamos sin ningún percance, y ambas mentes se despejaron lo suficiente como para centrarse en la obra.
Regresé a mi estado de hombre-topo durante el fin de semana, nunca dejando mi apartamento, duchándome sólo cuando era absolutamente necesario. Cualquier otro fin de semana, Kelsey me habría forzado a salir, pero aún seguía un poco cabreada por mi actitud en el club.
Así que, estaba muy sola.
No tenía a nadie, sólo a Hamlet, que me odiaba con el fuego de mil soles.
Transcurrí una semana entera en estado de soledad antes de que me pusiera nerviosa por no hacer nada al respecto.
Me pasé durante sus horas de oficina, demasiado asustada como para enfrentarlo en casa o después de clases.
Cuando me acerqué a la puerta, estaba en el teléfono.
—Lo sé. —Estaba asintiendo, sonriendo—. Lo sé. Estaré en casa antes de que te des cuenta. ¿Qué son, sólo tres meses más?
Me congelé. Me pegué a la pared frente a su puerta, y mis pulmones parecían vacíos sin importar cuantas bocanadas tomara.
—¿Eso? No, lo superé. Realmente no era algo con lo que comenzar… sólo un inconveniente.
Algo se desmoronó en mi interior, algo que ya había estado vulnerable y débil, pero que ahora se estaba rompiendo y rompiendo.
—Debería haberlo sabido. Lo sé, pero ahora se acabó, y realmente no me importa ya, ¿Sabes? Sí, sí. Encontraré otro sitio en el que trabajar. Es sólo que no vale la pena.
¿No vale la pena?
Creía, hasta entonces, que mantendría la esperanza, aunque tratara de convencerme de lo contrario.
Esperanza… era tan hija de puta.
No lloraría. Él lo había superado. Tenía que hacerlo, también. Y necesitaba asegurarme de que lo supiera. Si estaba pensando en marcharse para alejarse de mí, tenía que arreglar eso. No sería la razón de que se fuera.
Antes de que cambiase de opinión, extendí la mano y llamé a la puerta, entrando.
Alzó la mirada, y tartamudeé sobre lo que le iba a decir a continuación. Me miró por un segundo, el teléfono en su mano olvidado.
Finalmente, parpadeó y regresó a su conversación.
—Oye, tengo que irme. Te llamaré más tarde, ¿De acuerdo?
Odiaba a quienquiera que estuviera en el otro lado. ¿Era una chica? ¿Tenía una novia en Filadelfia? ¿Fui sólo una aventura para él, sólo sexo (o bien, casi sexo)? Quienquiera que fuese habló durante otros veinte segundos mientras él decía síes y vales y asentía.
Cuando colgó, todavía no tenía idea de lo que diría.
Sólo me miró por un momento, y luego dijo: —¿Cómo puedo ayudarte, ____?
Su tono formal me repugnó, pero traté de copiarlo lo mejor que pude.
—Sólo quería disculparme por mi comportamiento durante nuestro ensayo. Cade y yo hemos arreglado todo.
Interrumpió: —Lo noté.
Mis pensamientos tartamudeaban, huyendo por el momento.
—Así que… yo, mmm, prometo que no volverá a suceder. En el futuro, mantendré una actitud profesional. No traeré a colación mi vida personal a tu ensayo o al aula.
Dejó la pluma con la que jugueteaba, y comenzó a levantarse.
—____…
No pude escuchar lo que iba a decir. Si tenía que oírle decir que dejarme no era fácil (cuando sabía que no le importaba), terminaría llorando y haciendo el ridículo. Así que le interrumpí.
—No hay problema. Lo he superado. No es gran cosa, ¿Verdad?
Hizo una pausa y estaba segura de que sabía que mentía, de que podía ver dentro de mi revuelto estómago y mi retorcido corazón. Quise que me creyera.
Estoy bien. Lo he superado. Estoy bien. Bien. Bien.
—Cierto —dijo finalmente.
Inhalé codiciosamente.
—Genial. Gracias por tu tiempo. ¡Que tengas un buen día! —Luego salí por la puerta y corrí, corrí, corrí por las escaleras hacia el exterior, donde pude tragar saliva y llenar mis pulmones hasta no tener ganas de llorar.
Desde entonces, construí muros con sonrisas y me cerré con risas. Quedé con Kelsey, prometiéndole que iría a bailar cuando quisiera. Me enfoqué en el ensayo, memorizando todas mis líneas una semana antes del fin del libro. Me adentré en marzo como un soldado, avanzando, negándome a mirar hacia atrás. Eric elogió mi trabajo en los ensayos, diciendo que podía sentir mi vergüenza, el odio a mí misma en cada palabra, que podía verlo incluso en mi postura. Sonreí y fingí como si estuviera contenta de oírlo.
Me centré en la graduación, cuando me iría y a quién sabe dónde. Tal vez llegaría al límite de la tarjeta de crédito y viajaría con Kelsey. Tal vez volvería a casa y trabajaría, para ahorrar un poco de dinero. A mamá le encantaría. Tal vez me quedaría aquí y conseguiría un trabajo en Target o algo así. Sólo tenía que llegar hasta el final. Las cosas mejorarían. Entonces… lo manejaría. Le contaría a Kelsey todo, y acabaríamos con el dolor. Entonces.
No puedo esperar por el Entonces.
Parecía posible. Parecía capaz de hacerse.
Hasta que el Ahora lo jodió todo.
Estábamos a una semana de vacaciones de primavera —un muy necesario descanso. La tarde del viernes nos tenía a todos en la caja negra del teatro para ser dirigidos a los talleres del decorado. El departamento entero estaba reunido en el teatro —los directores Junior petrificados, todos los demás iban del aburrimiento a la alegría sádica.
Estaba avanzando, deseando que el tiempo pasara, cuando Rusty se levantó para hacer un anuncio antes de la primera escena.
Se aclaró la garganta, extraordinariamente serio para Rusty.
—Así que… ayer fui al médico…
—¿Y estás embarazado? —gritó alguien desde atrás.
—No. —Sonrió, aunque levemente—. En realidad… tengo mono.
Hubo un latido antes de que colara.
—El médico dijo que la incubación ocurre entre cuatro y ocho semanas, lo que significa que ya podría haberla tenido en enero o febrero. Así que… es posible que quieran tener cuidado con beber después de otra persona y… otras cosas.
Enero o febrero. La fiesta. Besé a Rusty en la fiesta. Todos lo hicimos… con todos.
Por instinto, mis ojos buscaron a los otros miembros de esa fiesta. Sus expresiones eran tan ansiosas y temerosas como la mía. Si Rusty era contagioso ya en ese entonces, significaba que podía tenerla, junto con Cade, y Kelsey, y Victoria, y cada persona en la fiesta.
Y Joe.
Mierda.
Natuu♥!
Me senté en un extremo del sofá, Hamlet extendida en el otro. Me preguntaba si podría consolarme. Fue buena conmigo sólo una vez en otro momento triste, así que tal vez tenía una oportunidad. Llegue a ella, y no sólo me recibió con su usual gruñido, también con un silbido.
Estaba claramente del lado de Joe.
Pensé en ir a él mil veces, tal vez mil y una. Pero tenía que enfrentarlo —estuvo fuera de mi alcance desde el comienzo. Se habría cansado de mí eventualmente, una vez el factor prohibido desapareciese. Y no podía ni siquiera empezar a contemplar lo que habría pasado si hubiésemos sido atrapados. Incluso pensar en ello me llenaba de adrenalina, como cuando me besó en el laboratorio para que nadie nos viera. Tal vez me hacía un favor, cortando los lazos ahora. Quiero decir, apesta siete mil millones de veces, pero habría sido peor después de más tiempo.
En mi tenue, tranquilo apartamento, en mi inducida neblina de helado, podía admitir que me enamoré de él. Nuestra oh-tan-breve relación fue como pasar un día a la luz del sol después de vivir eternamente bajo tierra (mi antiguo yo siendo el topo en esta historia). Tal vez eso era todo lo que obteníamos de una relación como esta —destellos de luz. Tal vez era demasiado brillante para ser sostenida durante un prolongado periodo de tiempo. Tal vez debería estar agradecida.
No me sentía agradecida. Me sentía miserable (y llena de helado).
Estábamos en el laboratorio de nuevo el miércoles, y nunca se acercó a más de un metro de mi área. En el ensayo de esa noche, se sentó en primera fila tomando notas, y no dijo una sola palabra.
Jueves y viernes fueron igual. Pensé que la actuación en los ensayos mejoró ahora que Cade y yo habíamos remendado las cosas (en parte). No éramos tan cercanos como antes. No nos veía saliendo solos en un futuro, pero hablábamos sin ningún percance, y ambas mentes se despejaron lo suficiente como para centrarse en la obra.
Regresé a mi estado de hombre-topo durante el fin de semana, nunca dejando mi apartamento, duchándome sólo cuando era absolutamente necesario. Cualquier otro fin de semana, Kelsey me habría forzado a salir, pero aún seguía un poco cabreada por mi actitud en el club.
Así que, estaba muy sola.
No tenía a nadie, sólo a Hamlet, que me odiaba con el fuego de mil soles.
Transcurrí una semana entera en estado de soledad antes de que me pusiera nerviosa por no hacer nada al respecto.
Me pasé durante sus horas de oficina, demasiado asustada como para enfrentarlo en casa o después de clases.
Cuando me acerqué a la puerta, estaba en el teléfono.
—Lo sé. —Estaba asintiendo, sonriendo—. Lo sé. Estaré en casa antes de que te des cuenta. ¿Qué son, sólo tres meses más?
Me congelé. Me pegué a la pared frente a su puerta, y mis pulmones parecían vacíos sin importar cuantas bocanadas tomara.
—¿Eso? No, lo superé. Realmente no era algo con lo que comenzar… sólo un inconveniente.
Algo se desmoronó en mi interior, algo que ya había estado vulnerable y débil, pero que ahora se estaba rompiendo y rompiendo.
—Debería haberlo sabido. Lo sé, pero ahora se acabó, y realmente no me importa ya, ¿Sabes? Sí, sí. Encontraré otro sitio en el que trabajar. Es sólo que no vale la pena.
¿No vale la pena?
Creía, hasta entonces, que mantendría la esperanza, aunque tratara de convencerme de lo contrario.
Esperanza… era tan hija de puta.
No lloraría. Él lo había superado. Tenía que hacerlo, también. Y necesitaba asegurarme de que lo supiera. Si estaba pensando en marcharse para alejarse de mí, tenía que arreglar eso. No sería la razón de que se fuera.
Antes de que cambiase de opinión, extendí la mano y llamé a la puerta, entrando.
Alzó la mirada, y tartamudeé sobre lo que le iba a decir a continuación. Me miró por un segundo, el teléfono en su mano olvidado.
Finalmente, parpadeó y regresó a su conversación.
—Oye, tengo que irme. Te llamaré más tarde, ¿De acuerdo?
Odiaba a quienquiera que estuviera en el otro lado. ¿Era una chica? ¿Tenía una novia en Filadelfia? ¿Fui sólo una aventura para él, sólo sexo (o bien, casi sexo)? Quienquiera que fuese habló durante otros veinte segundos mientras él decía síes y vales y asentía.
Cuando colgó, todavía no tenía idea de lo que diría.
Sólo me miró por un momento, y luego dijo: —¿Cómo puedo ayudarte, ____?
Su tono formal me repugnó, pero traté de copiarlo lo mejor que pude.
—Sólo quería disculparme por mi comportamiento durante nuestro ensayo. Cade y yo hemos arreglado todo.
Interrumpió: —Lo noté.
Mis pensamientos tartamudeaban, huyendo por el momento.
—Así que… yo, mmm, prometo que no volverá a suceder. En el futuro, mantendré una actitud profesional. No traeré a colación mi vida personal a tu ensayo o al aula.
Dejó la pluma con la que jugueteaba, y comenzó a levantarse.
—____…
No pude escuchar lo que iba a decir. Si tenía que oírle decir que dejarme no era fácil (cuando sabía que no le importaba), terminaría llorando y haciendo el ridículo. Así que le interrumpí.
—No hay problema. Lo he superado. No es gran cosa, ¿Verdad?
Hizo una pausa y estaba segura de que sabía que mentía, de que podía ver dentro de mi revuelto estómago y mi retorcido corazón. Quise que me creyera.
Estoy bien. Lo he superado. Estoy bien. Bien. Bien.
—Cierto —dijo finalmente.
Inhalé codiciosamente.
—Genial. Gracias por tu tiempo. ¡Que tengas un buen día! —Luego salí por la puerta y corrí, corrí, corrí por las escaleras hacia el exterior, donde pude tragar saliva y llenar mis pulmones hasta no tener ganas de llorar.
Desde entonces, construí muros con sonrisas y me cerré con risas. Quedé con Kelsey, prometiéndole que iría a bailar cuando quisiera. Me enfoqué en el ensayo, memorizando todas mis líneas una semana antes del fin del libro. Me adentré en marzo como un soldado, avanzando, negándome a mirar hacia atrás. Eric elogió mi trabajo en los ensayos, diciendo que podía sentir mi vergüenza, el odio a mí misma en cada palabra, que podía verlo incluso en mi postura. Sonreí y fingí como si estuviera contenta de oírlo.
Me centré en la graduación, cuando me iría y a quién sabe dónde. Tal vez llegaría al límite de la tarjeta de crédito y viajaría con Kelsey. Tal vez volvería a casa y trabajaría, para ahorrar un poco de dinero. A mamá le encantaría. Tal vez me quedaría aquí y conseguiría un trabajo en Target o algo así. Sólo tenía que llegar hasta el final. Las cosas mejorarían. Entonces… lo manejaría. Le contaría a Kelsey todo, y acabaríamos con el dolor. Entonces.
No puedo esperar por el Entonces.
Parecía posible. Parecía capaz de hacerse.
Hasta que el Ahora lo jodió todo.
Estábamos a una semana de vacaciones de primavera —un muy necesario descanso. La tarde del viernes nos tenía a todos en la caja negra del teatro para ser dirigidos a los talleres del decorado. El departamento entero estaba reunido en el teatro —los directores Junior petrificados, todos los demás iban del aburrimiento a la alegría sádica.
Estaba avanzando, deseando que el tiempo pasara, cuando Rusty se levantó para hacer un anuncio antes de la primera escena.
Se aclaró la garganta, extraordinariamente serio para Rusty.
—Así que… ayer fui al médico…
—¿Y estás embarazado? —gritó alguien desde atrás.
—No. —Sonrió, aunque levemente—. En realidad… tengo mono.
Hubo un latido antes de que colara.
—El médico dijo que la incubación ocurre entre cuatro y ocho semanas, lo que significa que ya podría haberla tenido en enero o febrero. Así que… es posible que quieran tener cuidado con beber después de otra persona y… otras cosas.
Enero o febrero. La fiesta. Besé a Rusty en la fiesta. Todos lo hicimos… con todos.
Por instinto, mis ojos buscaron a los otros miembros de esa fiesta. Sus expresiones eran tan ansiosas y temerosas como la mía. Si Rusty era contagioso ya en ese entonces, significaba que podía tenerla, junto con Cade, y Kelsey, y Victoria, y cada persona en la fiesta.
Y Joe.
Mierda.
Natuu♥!
Natuu!
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
Awwwww rayis y Joe han terminado... :lloro: por q??? Quiero decir POR QUE???????? Es q no nos merecemos q sean felices ??? Joe se irá, y tendran mono... Por cierto q es eso???? Awwwww por favor síguela necesito q la sigas!!!! Por favor!!!! Siiii :lloro: :wut: :muere:
kenyajonasgrey
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
kenyajonasgrey escribió:Awwwww rayis y Joe han terminado... :lloro: por q??? Quiero decir POR QUE???????? Es q no nos merecemos q sean felices ??? Joe se irá, y tendran mono... Por cierto q es eso???? Awwwww por favor síguela necesito q la sigas!!!! Por favor!!!! Siiii :lloro: :wut: :muere:
Mono: Conocida como la enfermedad del beso, la mononucleosis infecciosa es causada por un virus que pertenece a la familia del herpes.
Eso venía en el archivo, sólo que olvidé ponerlo :P
Natuu!
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
jajaja se contagiaron todos!!!
Eso es divertido porque ahora todos sabran que se besaron!!!
Owww rompieon!!! :(
Con quien estaba hablando Joe?!??
Siguela!!!
Eso es divertido porque ahora todos sabran que se besaron!!!
Owww rompieon!!! :(
Con quien estaba hablando Joe?!??
Siguela!!!
aranzhitha
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
23
Me encontré con él tan pronto como las escenas habían terminado.
Los actores se arremolinaban aún en sus trajes. Profesores felicitaban a sus alumnos, y todos gravitaban hacia sus grupos, haciendo planes para el fin de semana. Todo el mundo parecía tranquilo y feliz, y me sentí como si el mundo se estuviese acabando. Caminar hacia Joe era como entrar en una habitación llena de ántrax.
Pero lo hice de todos modos.
Por suerte, él no estaba hablando con nadie, simplemente comprobando algo en su teléfono. Estuve detrás de él durante unos momentos. Sólo estar tan cerca de él me afectó. Realmente era como un veneno. Lo inhalé, y pude sentir cómo caían los muros y la protección que había construido.
No sé si hice un ruido o si me sintió detrás de él pero se volvió y me miró. Por un segundo, pensé que iba a sonreír. Entonces su expresión cambió y estuvo en alerta. Como si no confiara en mí. Entonces su rostro estuvo en blanco.
Tuve todas estas emociones y recuerdos que empujaron contra mis barricadas, tratando de derramarse hacia el exterior. Parecía que no podría importarle menos.
Quería escupirlo y correr, pero sabía que era una mala idea. No es exactamente normal advertir a tu profesor de que tal vez le habías contagiado mono.
—¿Podemos hablar en privado…? —le pregunté.
Miró alrededor de la habitación, y pude imaginar hacía donde se iban sus ojos. Hacia Eric probablemente. Tal vez hacia Cade. O Dom. A quien sea que estuviese mirando, se quedó allí concentrado mientras decía:
—No creo que sea una buena idea, ____.
Sí, me había quedado sin buenas ideas hace mucho tiempo.
—No será mucho tiempo —le prometí.
Me miró, por fin. Quería creer que vi sus ojos suavizarse un poco, pero lo podría haber imaginado. Lo hice todo el tiempo. Todo lo que tenía que hacer era cerrar los ojos y podía verlo llegar hacia mí, sus labios a milímetros de los míos. Pero siempre… siempre abriría los ojos y no sería real.
Una mano se curvo alrededor de mi hombro, y me atrajo en un abrazo. Era Eric. Empezó a hablar, acerca de los ensayos y trajes y vacaciones de primavera, y todas esas cosas que simplemente no tienen espacio en mi cabeza.
Miré a Joe, sonriendo a su jefe. Su sonrisa era tensa, de labios cerrados. ¿Cuándo fue la última vez que vi esa sonrisa hermosa?
Tal vez no tenía que decirle. Quiero decir, ni siquiera estaba enferma.
No es como si se hubiera besado con nadie más en esa fiesta (esperaba). Y si nunca me enfermaba, nunca tendría que saber. Además, estaba claro que sólo quería olvidar que nuestra pequeña aventura había pasado. Quiero decir, él había hablado de cambiar de trabajo por el amor de Cristo. Y desde entonces, he cuidado de no mirarlo demasiado tiempo o estar de pie demasiado cerca o dar algún indicio de que no había superado esto más de lo que él lo había hecho. Debido a que tan mal como estaban las cosas, serían infinitamente peores si estuviésemos en esto juntos.
Sí. Le diría si tuviera que hacerlo. No había necesidad de mencionarlo si no era realmente un problema.
Me excusé, me despedí de Eric y Joe. Luego volví a fingir. Por lo menos mi educación estaba siendo sometida a algún uso, incluso si nunca podía hacer otra cosa con ella. Me enseñó a mentir.
El último día de clases, antes de las vacaciones de primavera, me desperté agotada y tan fría que me puse un suéter para la clase de Joe, aunque era primavera en Texas. Era bastante obvio, o debería haber sido, pero estaba tan preocupada por sobrevivir el día y llegar al descanso que hice a un lado mi inquietud.
Joe nos dejó salir temprano, pero no antes de decir:
—Lamento darles tarea chicos durante las vacaciones, pero cuando vuelvan. Quiero un plan definitivo para lo que estarán haciendo el 23 de mayo, que para aquellos de ustedes que buscan en su calendario es el día después de su graduación.
Dom rió detrás de mí.
—¿Cuenta todavía estar ebrio por la noche anterior como un plan definitivo?
Ni siquiera tengo la energía para rodar los ojos.
—Veré a algunos de ustedes esta noche en el ensayo, y para el resto, ¡Tengan unas grandes vacaciones de primavera! ¡No sean arrestados o se casen o cualquiera de esas cosas! Disfruten del resto del día.
Creo que hubo aplausos, pero mi cabeza se sentía un poco borrosa.
Recogí mis cosas y decidí que no necesitaba ir al resto de mis clases de hoy. Debía ir a casa y tomar una siesta. Una siesta sonaba bien. Estaría bien después de dormir un poco más.
Me sentí mareada mientras me tambaleaba hacia la puerta.
No me había dado cuenta de que todo el mundo se había ido hasta que Joe y yo estábamos solos, y preguntó:
—¿Estás bien, ____?
Asentí con la cabeza. Mi cabeza se sentía como si estuviera llena de algodón.
—Sólo cansada —le dije. Estaba lo suficientemente lúcida como para asegurarme de que mi respuesta fuera cuidadosamente neutral, no necesitada o maliciosa.
—Gracias, sin embargo, ¡Ten unas buenas vacaciones! —Mi voz sonaba muy lejos, y llevé toda mi concentración para salir de la puerta y a mi coche.
El regreso a casa era un misterio. Había definitivamente conducido, pero no podía recordar las calles o girar la rueda, pero entonces estaba en frente de mi casa, tan cerca de mi cama.
Quería caer directo en ella, pero mi necesidad neurótica de colgar un calendario al lado de mi cama, me recordó que tenía esta noche ensayo. Puse una alarma a las 5 pm así tendría tiempo para preparar la cena antes, y puse otra para las 5:05 sólo en caso de que accidentalmente se apagara la primera. Después, la cama se hundió a mí alrededor, y me estaba volviendo directo al olvido.
Minutos más tarde, el mundo estaba gritando y era tan fuerte que traté de presionar mis manos sobre mis oídos, pero ellos estaban muertos, sin vida a mi lado. Tragué saliva, y mi lengua sentía púas, mi garganta ardía como mis labios agrietados.
Rodar se sentía como mover montañas.
El reloj marcaba las 5:45 pm.
Parpadeé y leí de nuevo.
5:45 pm.
El mundo seguía gritando y finalmente, finalmente levanté mis manos y empujé mi alarma hasta que el ruido se detuvo.
Tragué saliva de nuevo, pero mi lengua se sentía demasiado grande.
Mi saliva chamuscaba como ácido en su camino hacia abajo.
Aturdida, miré el reloj. Estaba fuera de tiempo. El ensayo comenzaba en quince minutos. De alguna manera… no sé cómo, de verdad… me empujé fuera de la cama. Mis piernas temblaban como si el piso fuera un barco y debajo estuviese el mar. Había cosas que tenía que hacer… lo sabía, pero no podía pensar más allá de esa sensación persistente de que había algo que faltaba. Y estaba tan frío, ¿Dónde estaba mi abrigo?
Necesitaba mi abrigo.
Envuelta en las cosas más cálidas que pude encontrar, di un vuelco hacia fuera de mi coche. El mundo se volvió por un segundo, como un niño que se niega a quedarse quieto. Saqué una mano para estabilizarme, pero no había nada ahí para atraparme. Me lancé hacia un lado. No me caí, pero logré sostenerme, a duras penas. Me quedé mirando el suelo, estaba tan cansada. ¿Sería tan malo estar allí? ¿En el suelo?
Aunque, hacía tanto frío. Realmente debería entrar para acostarme… o hacerlo en mi coche. ¿Tenía tiempo para una siesta en mi coche?
Negué con la cabeza, tratando de despejar la niebla y algo terrible se sacudió alrededor de mi cráneo. Dolía. Dios, que dolía. Lo pulsé con mis manos, tratando de entender por qué, y tragué de nuevo, lo que dolió, también. Todo dolía. Todo.
No pude resistir más. Estar de pie era demasiado duro. Estaba casi en el suelo, buscando, pensando en cómo el asfalto sería caliente contra mi mejilla cuando algo me enganchó por detrás.
Seguí llegando, pero me atraparon, un pez colgado en una línea.
Empecé a llorar porque mi cabeza estaba palpitando y mi garganta estaba tomando medidas drásticas como el hierro. Todavía quería mi abrigo, y no quería ser un pez, quería dormir.
Dormir.
Alguien me decía que estaba bien. El gancho se había ido, y mi almohada me abrazó una vez más, y debo haber estado soñando.
Durmiendo.
Dormir tal vez soñar.
Algo zumbó. Pensé en las abejas. Estaba volando con las abejas.
—… está bien. No puedo decir cuán mal, pero definitivamente tiene fiebre. No está para nada lucida. Mono, sí. ¿Debo llevarla al hospital? ¿Estás seguro? Estás seguro. Bien. Sí. Adiós.
Tendí una mano hacia fuera. Había demasiadas palabras. Las abejas no deberíamos hablar. Eso no tenía sentido. ¿Dónde estaba?
—¿Dónde? —Gemí, entonces—. Ay —porque todo todavía dolía incluso después de dormir. Mi mano encontró algo. O algo encontró mi mano. Y hacía calor. Y me estaba congelando. Suspiré. La calidez encontró mi mejilla y me empujó a hacerlo, con ganas de más.
—Tan frio —le dije al calor.
Y entonces el calor contestó, bajo y suave: —No sé qué hacer.
Agarré la calidez que me cogió la cara y pedí: —Más.
Entonces el calor se fue, a pesar de que traté de aguantar. El aire soplaba a mí lado, y estaba temblando, temblando, temblando. Lloré y sentí las lágrimas como ríos de hielo.
—Frío —le dije. Tragué saliva, pero se sentía peor en lugar de mejor.
Odiaba esto. Quería que terminara. Por favor. Por favor.
Por favor.
—Por favor.
—Estoy aquí, amor. Espera.
El mundo se cayó, se inclinó hacia un lado, roto. Y me acunaba, llevándome con él, pero en vez de morir, caí en calor, sólido y fuerte. Me aferré a él, queriendo estar dentro de él, para dejar de temblar, hacer que todo se detenga.
Era el sol, y me sostuvo en sus brazos, me llamó por mi nombre, me tocó de la frente a los pies. Me quedé dormida acunada en el cielo en los brazos de una estrella.
Cuando me desperté después, mi cabeza estaba lo suficientemente clara para saber que estaba enferma. Tuve que respirar por la nariz porque mi garganta estaba demasiado hinchada, demasiado frágil para resistir el paso del aire. Mis músculos me dolían y mi estómago se sentía hueco.
Todavía tenía frío, pero no me congelaba. Descongelada. El sueño me llamó de nuevo. Todavía estaba muy cansada.
Pero sabía, sabía lo que eso significaba.
Había conseguido mono después de todo.
Lo que significaba que tenía que decirle a Joe. Pero eso podía esperar hasta que mi cabeza no se estuviese reventando y mis pulmones se sintieran completos y mi garganta no estuviese en llamas. Una vez que la fiebre cesara, lo llamaría.
Me moví, deseando que mis rodillas y mis codos y hombros sólo dejaran de existir porque en este momento no eran nada, pero dolían. Y entonces, sabía que estaba soñando, que la fiebre había reorganizado mi cerebro porque Joe estaba allí debajo de mí, con el pecho desnudo como mi almohada. Era cruel, esta fiebre. Pero sabía que era sólo porque había pensado en él. Probablemente estaba todavía soñando.
Tenía los ojos abiertos, mirándome fijamente, sin hablar, sólo mirando.
No puede ser real.
—Me hubiera gustado que fueras real —lloriqueé, antes de dejarme ir de nuevo.
Durmiente.
Durmiente.
Cuando me desperté de nuevo, los escalofríos se habían detenido, y estaba sola. A pesar de que sabía que era un sueño, presioné mi cara en mi almohada, deseando que no se hubiese ido.
No me había dado cuenta, hasta ahora, o tal vez simplemente no lo había admitido, pero me estaba enamorando de Joe. Tal vez nunca había dejado de enamorarme. Cada recuerdo y fantasía me llevó más profundamente a desearlo. Aunque todavía agotada, esta vez tenía que trabajar para caer de nuevo en el sueño.
—____, despierta.
No había pasado el tiempo en absoluto. Tiene que ser un sueño.
—Tienes que beber algo. Despierta.
Traté de darle la espalda, arrastrarme más profundamente en el sueño, pero algo tiró contra mí, y estaba sentada en contra de mi voluntad. Algo empujó mi espalda, negándose a dejar que me acostara, por lo que en lugar de eso me incliné hacia un lado.
Mi cabeza se encontró con algo sólido. No estaba recostada, pero estaba lo suficientemente cerca. Cerré los ojos.
—Oh, no, no. Primero bebe. Entonces puedes dormir.
Estaba durmiendo. Al menos, pensaba que lo hacía. Debe haber sido porque de la nada apareció una taza en mi mano. Estaba caliente, casi tan caliente como las otras manos envueltas alrededor de la mía.
Olía maravilloso, y dejé la copa tirarse a mis labios.
Sopa.
De fideos de pollo, tal vez. Tenía un sabor salado y caliente, pero era demasiado difícil tragar. Empujé la taza lejos.
—Por favor, amor. Estoy preocupado por ti. No me gusta tener que preocuparme por ti.
Conocía esas palabras, y era cruel de mi subconsciente repetírmelas de nuevo ahora, cuando ya no estaba preocupado en absoluto. Levanté la mirada, y allí estaba él, quizás incluso más perfecto en mi estado de sueño que en la vida real. Él era el sol. Él siempre había sido el sol parpadeante y brillante.
Esto era demasiado. Me dolía por dentro y por fuera.
—Te extraño —le dije a mi sol—. Fui tan estúpida. Y ahora he perdido la luz.
Él no dijo que me extrañaba. No dijo nada de lo que querría de él. Él me dijo: —Bebe, ____. Hablaremos cuando estés bien.
Hice lo que me pidió, porque estaba demasiado cansada para luchar, demasiado cansada para hacerle frente a la irrealidad. Poco a poco, di un sorbo, inclinando mi cabeza hacia atrás y dejando que el líquido resbalara por la garganta, así no tiene que trabajar tan duro de tragar. A mitad de la copa, ya no podía más. Lo empujé y él me dejó.
—Ahora puedes dormir. Duerme, amor.
Caí hacia atrás contra las almohadas, pero fui capturada por otra cosa, por el miedo. Temía perder este… este espacio onírico entre el mundo en el que no se había arruinado todo. Tal vez Cade llegaría después, y Kelsey. Y por un poco de tiempo, mi vida podría ser simple otra vez.
El Joe de mi sueño pasó una mano por mi frente.
—Creo que la fiebre ya casi ha desaparecido. Eso es bueno. Tienes que sentirte mucho mejor por la mañana.
Fruncí el ceño.
—Eso significa que voy a tener que llamarte pronto.
—¿Llamarme?
—Para decirte que te puedes enfermar, también.
Tenía la cabeza inclinada hacia un lado. ¿Por qué no entiende?
—¿No crees que ya lo sé?
—No eres tú. No eres real.
—¿No lo soy?
—El Joe real no estaría aquí. —Me acurruqué en mi almohada, deseando que este sueño se detuviera.
No era agradable ya. No era real. No éramos nada el uno al otro… ya no.
Pero el Joe del sueño, se quedó allí, con la mano en mi pelo, y me dejé creer, por un poco más de tiempo.
¡Hola chicas! :D
Perdón por la tardanza u.u
Bueno, pero ahora que llegaron las vacaciones (aunque muy cortas :C) servirán para subir capítulo más seguido n.n
Aunque les advierto que ya quedan pocos, sólo son 28 y el epílogo.
Pero bueno, espero les guste este capítulo, mañana les subo el siguiente :)
Besos
Natuu♥!
Los actores se arremolinaban aún en sus trajes. Profesores felicitaban a sus alumnos, y todos gravitaban hacia sus grupos, haciendo planes para el fin de semana. Todo el mundo parecía tranquilo y feliz, y me sentí como si el mundo se estuviese acabando. Caminar hacia Joe era como entrar en una habitación llena de ántrax.
Pero lo hice de todos modos.
Por suerte, él no estaba hablando con nadie, simplemente comprobando algo en su teléfono. Estuve detrás de él durante unos momentos. Sólo estar tan cerca de él me afectó. Realmente era como un veneno. Lo inhalé, y pude sentir cómo caían los muros y la protección que había construido.
No sé si hice un ruido o si me sintió detrás de él pero se volvió y me miró. Por un segundo, pensé que iba a sonreír. Entonces su expresión cambió y estuvo en alerta. Como si no confiara en mí. Entonces su rostro estuvo en blanco.
Tuve todas estas emociones y recuerdos que empujaron contra mis barricadas, tratando de derramarse hacia el exterior. Parecía que no podría importarle menos.
Quería escupirlo y correr, pero sabía que era una mala idea. No es exactamente normal advertir a tu profesor de que tal vez le habías contagiado mono.
—¿Podemos hablar en privado…? —le pregunté.
Miró alrededor de la habitación, y pude imaginar hacía donde se iban sus ojos. Hacia Eric probablemente. Tal vez hacia Cade. O Dom. A quien sea que estuviese mirando, se quedó allí concentrado mientras decía:
—No creo que sea una buena idea, ____.
Sí, me había quedado sin buenas ideas hace mucho tiempo.
—No será mucho tiempo —le prometí.
Me miró, por fin. Quería creer que vi sus ojos suavizarse un poco, pero lo podría haber imaginado. Lo hice todo el tiempo. Todo lo que tenía que hacer era cerrar los ojos y podía verlo llegar hacia mí, sus labios a milímetros de los míos. Pero siempre… siempre abriría los ojos y no sería real.
Una mano se curvo alrededor de mi hombro, y me atrajo en un abrazo. Era Eric. Empezó a hablar, acerca de los ensayos y trajes y vacaciones de primavera, y todas esas cosas que simplemente no tienen espacio en mi cabeza.
Miré a Joe, sonriendo a su jefe. Su sonrisa era tensa, de labios cerrados. ¿Cuándo fue la última vez que vi esa sonrisa hermosa?
Tal vez no tenía que decirle. Quiero decir, ni siquiera estaba enferma.
No es como si se hubiera besado con nadie más en esa fiesta (esperaba). Y si nunca me enfermaba, nunca tendría que saber. Además, estaba claro que sólo quería olvidar que nuestra pequeña aventura había pasado. Quiero decir, él había hablado de cambiar de trabajo por el amor de Cristo. Y desde entonces, he cuidado de no mirarlo demasiado tiempo o estar de pie demasiado cerca o dar algún indicio de que no había superado esto más de lo que él lo había hecho. Debido a que tan mal como estaban las cosas, serían infinitamente peores si estuviésemos en esto juntos.
Sí. Le diría si tuviera que hacerlo. No había necesidad de mencionarlo si no era realmente un problema.
Me excusé, me despedí de Eric y Joe. Luego volví a fingir. Por lo menos mi educación estaba siendo sometida a algún uso, incluso si nunca podía hacer otra cosa con ella. Me enseñó a mentir.
***
El último día de clases, antes de las vacaciones de primavera, me desperté agotada y tan fría que me puse un suéter para la clase de Joe, aunque era primavera en Texas. Era bastante obvio, o debería haber sido, pero estaba tan preocupada por sobrevivir el día y llegar al descanso que hice a un lado mi inquietud.
Joe nos dejó salir temprano, pero no antes de decir:
—Lamento darles tarea chicos durante las vacaciones, pero cuando vuelvan. Quiero un plan definitivo para lo que estarán haciendo el 23 de mayo, que para aquellos de ustedes que buscan en su calendario es el día después de su graduación.
Dom rió detrás de mí.
—¿Cuenta todavía estar ebrio por la noche anterior como un plan definitivo?
Ni siquiera tengo la energía para rodar los ojos.
—Veré a algunos de ustedes esta noche en el ensayo, y para el resto, ¡Tengan unas grandes vacaciones de primavera! ¡No sean arrestados o se casen o cualquiera de esas cosas! Disfruten del resto del día.
Creo que hubo aplausos, pero mi cabeza se sentía un poco borrosa.
Recogí mis cosas y decidí que no necesitaba ir al resto de mis clases de hoy. Debía ir a casa y tomar una siesta. Una siesta sonaba bien. Estaría bien después de dormir un poco más.
Me sentí mareada mientras me tambaleaba hacia la puerta.
No me había dado cuenta de que todo el mundo se había ido hasta que Joe y yo estábamos solos, y preguntó:
—¿Estás bien, ____?
Asentí con la cabeza. Mi cabeza se sentía como si estuviera llena de algodón.
—Sólo cansada —le dije. Estaba lo suficientemente lúcida como para asegurarme de que mi respuesta fuera cuidadosamente neutral, no necesitada o maliciosa.
—Gracias, sin embargo, ¡Ten unas buenas vacaciones! —Mi voz sonaba muy lejos, y llevé toda mi concentración para salir de la puerta y a mi coche.
El regreso a casa era un misterio. Había definitivamente conducido, pero no podía recordar las calles o girar la rueda, pero entonces estaba en frente de mi casa, tan cerca de mi cama.
Quería caer directo en ella, pero mi necesidad neurótica de colgar un calendario al lado de mi cama, me recordó que tenía esta noche ensayo. Puse una alarma a las 5 pm así tendría tiempo para preparar la cena antes, y puse otra para las 5:05 sólo en caso de que accidentalmente se apagara la primera. Después, la cama se hundió a mí alrededor, y me estaba volviendo directo al olvido.
Minutos más tarde, el mundo estaba gritando y era tan fuerte que traté de presionar mis manos sobre mis oídos, pero ellos estaban muertos, sin vida a mi lado. Tragué saliva, y mi lengua sentía púas, mi garganta ardía como mis labios agrietados.
Rodar se sentía como mover montañas.
El reloj marcaba las 5:45 pm.
Parpadeé y leí de nuevo.
5:45 pm.
El mundo seguía gritando y finalmente, finalmente levanté mis manos y empujé mi alarma hasta que el ruido se detuvo.
Tragué saliva de nuevo, pero mi lengua se sentía demasiado grande.
Mi saliva chamuscaba como ácido en su camino hacia abajo.
Aturdida, miré el reloj. Estaba fuera de tiempo. El ensayo comenzaba en quince minutos. De alguna manera… no sé cómo, de verdad… me empujé fuera de la cama. Mis piernas temblaban como si el piso fuera un barco y debajo estuviese el mar. Había cosas que tenía que hacer… lo sabía, pero no podía pensar más allá de esa sensación persistente de que había algo que faltaba. Y estaba tan frío, ¿Dónde estaba mi abrigo?
Necesitaba mi abrigo.
Envuelta en las cosas más cálidas que pude encontrar, di un vuelco hacia fuera de mi coche. El mundo se volvió por un segundo, como un niño que se niega a quedarse quieto. Saqué una mano para estabilizarme, pero no había nada ahí para atraparme. Me lancé hacia un lado. No me caí, pero logré sostenerme, a duras penas. Me quedé mirando el suelo, estaba tan cansada. ¿Sería tan malo estar allí? ¿En el suelo?
Aunque, hacía tanto frío. Realmente debería entrar para acostarme… o hacerlo en mi coche. ¿Tenía tiempo para una siesta en mi coche?
Negué con la cabeza, tratando de despejar la niebla y algo terrible se sacudió alrededor de mi cráneo. Dolía. Dios, que dolía. Lo pulsé con mis manos, tratando de entender por qué, y tragué de nuevo, lo que dolió, también. Todo dolía. Todo.
No pude resistir más. Estar de pie era demasiado duro. Estaba casi en el suelo, buscando, pensando en cómo el asfalto sería caliente contra mi mejilla cuando algo me enganchó por detrás.
Seguí llegando, pero me atraparon, un pez colgado en una línea.
Empecé a llorar porque mi cabeza estaba palpitando y mi garganta estaba tomando medidas drásticas como el hierro. Todavía quería mi abrigo, y no quería ser un pez, quería dormir.
Dormir.
Alguien me decía que estaba bien. El gancho se había ido, y mi almohada me abrazó una vez más, y debo haber estado soñando.
Durmiendo.
Dormir tal vez soñar.
***
Algo zumbó. Pensé en las abejas. Estaba volando con las abejas.
—… está bien. No puedo decir cuán mal, pero definitivamente tiene fiebre. No está para nada lucida. Mono, sí. ¿Debo llevarla al hospital? ¿Estás seguro? Estás seguro. Bien. Sí. Adiós.
Tendí una mano hacia fuera. Había demasiadas palabras. Las abejas no deberíamos hablar. Eso no tenía sentido. ¿Dónde estaba?
—¿Dónde? —Gemí, entonces—. Ay —porque todo todavía dolía incluso después de dormir. Mi mano encontró algo. O algo encontró mi mano. Y hacía calor. Y me estaba congelando. Suspiré. La calidez encontró mi mejilla y me empujó a hacerlo, con ganas de más.
—Tan frio —le dije al calor.
Y entonces el calor contestó, bajo y suave: —No sé qué hacer.
Agarré la calidez que me cogió la cara y pedí: —Más.
Entonces el calor se fue, a pesar de que traté de aguantar. El aire soplaba a mí lado, y estaba temblando, temblando, temblando. Lloré y sentí las lágrimas como ríos de hielo.
—Frío —le dije. Tragué saliva, pero se sentía peor en lugar de mejor.
Odiaba esto. Quería que terminara. Por favor. Por favor.
Por favor.
—Por favor.
—Estoy aquí, amor. Espera.
El mundo se cayó, se inclinó hacia un lado, roto. Y me acunaba, llevándome con él, pero en vez de morir, caí en calor, sólido y fuerte. Me aferré a él, queriendo estar dentro de él, para dejar de temblar, hacer que todo se detenga.
Era el sol, y me sostuvo en sus brazos, me llamó por mi nombre, me tocó de la frente a los pies. Me quedé dormida acunada en el cielo en los brazos de una estrella.
***
Cuando me desperté después, mi cabeza estaba lo suficientemente clara para saber que estaba enferma. Tuve que respirar por la nariz porque mi garganta estaba demasiado hinchada, demasiado frágil para resistir el paso del aire. Mis músculos me dolían y mi estómago se sentía hueco.
Todavía tenía frío, pero no me congelaba. Descongelada. El sueño me llamó de nuevo. Todavía estaba muy cansada.
Pero sabía, sabía lo que eso significaba.
Había conseguido mono después de todo.
Lo que significaba que tenía que decirle a Joe. Pero eso podía esperar hasta que mi cabeza no se estuviese reventando y mis pulmones se sintieran completos y mi garganta no estuviese en llamas. Una vez que la fiebre cesara, lo llamaría.
Me moví, deseando que mis rodillas y mis codos y hombros sólo dejaran de existir porque en este momento no eran nada, pero dolían. Y entonces, sabía que estaba soñando, que la fiebre había reorganizado mi cerebro porque Joe estaba allí debajo de mí, con el pecho desnudo como mi almohada. Era cruel, esta fiebre. Pero sabía que era sólo porque había pensado en él. Probablemente estaba todavía soñando.
Tenía los ojos abiertos, mirándome fijamente, sin hablar, sólo mirando.
No puede ser real.
—Me hubiera gustado que fueras real —lloriqueé, antes de dejarme ir de nuevo.
Durmiente.
Durmiente.
***
Cuando me desperté de nuevo, los escalofríos se habían detenido, y estaba sola. A pesar de que sabía que era un sueño, presioné mi cara en mi almohada, deseando que no se hubiese ido.
No me había dado cuenta, hasta ahora, o tal vez simplemente no lo había admitido, pero me estaba enamorando de Joe. Tal vez nunca había dejado de enamorarme. Cada recuerdo y fantasía me llevó más profundamente a desearlo. Aunque todavía agotada, esta vez tenía que trabajar para caer de nuevo en el sueño.
—____, despierta.
No había pasado el tiempo en absoluto. Tiene que ser un sueño.
—Tienes que beber algo. Despierta.
Traté de darle la espalda, arrastrarme más profundamente en el sueño, pero algo tiró contra mí, y estaba sentada en contra de mi voluntad. Algo empujó mi espalda, negándose a dejar que me acostara, por lo que en lugar de eso me incliné hacia un lado.
Mi cabeza se encontró con algo sólido. No estaba recostada, pero estaba lo suficientemente cerca. Cerré los ojos.
—Oh, no, no. Primero bebe. Entonces puedes dormir.
Estaba durmiendo. Al menos, pensaba que lo hacía. Debe haber sido porque de la nada apareció una taza en mi mano. Estaba caliente, casi tan caliente como las otras manos envueltas alrededor de la mía.
Olía maravilloso, y dejé la copa tirarse a mis labios.
Sopa.
De fideos de pollo, tal vez. Tenía un sabor salado y caliente, pero era demasiado difícil tragar. Empujé la taza lejos.
—Por favor, amor. Estoy preocupado por ti. No me gusta tener que preocuparme por ti.
Conocía esas palabras, y era cruel de mi subconsciente repetírmelas de nuevo ahora, cuando ya no estaba preocupado en absoluto. Levanté la mirada, y allí estaba él, quizás incluso más perfecto en mi estado de sueño que en la vida real. Él era el sol. Él siempre había sido el sol parpadeante y brillante.
Esto era demasiado. Me dolía por dentro y por fuera.
—Te extraño —le dije a mi sol—. Fui tan estúpida. Y ahora he perdido la luz.
Él no dijo que me extrañaba. No dijo nada de lo que querría de él. Él me dijo: —Bebe, ____. Hablaremos cuando estés bien.
Hice lo que me pidió, porque estaba demasiado cansada para luchar, demasiado cansada para hacerle frente a la irrealidad. Poco a poco, di un sorbo, inclinando mi cabeza hacia atrás y dejando que el líquido resbalara por la garganta, así no tiene que trabajar tan duro de tragar. A mitad de la copa, ya no podía más. Lo empujé y él me dejó.
—Ahora puedes dormir. Duerme, amor.
Caí hacia atrás contra las almohadas, pero fui capturada por otra cosa, por el miedo. Temía perder este… este espacio onírico entre el mundo en el que no se había arruinado todo. Tal vez Cade llegaría después, y Kelsey. Y por un poco de tiempo, mi vida podría ser simple otra vez.
El Joe de mi sueño pasó una mano por mi frente.
—Creo que la fiebre ya casi ha desaparecido. Eso es bueno. Tienes que sentirte mucho mejor por la mañana.
Fruncí el ceño.
—Eso significa que voy a tener que llamarte pronto.
—¿Llamarme?
—Para decirte que te puedes enfermar, también.
Tenía la cabeza inclinada hacia un lado. ¿Por qué no entiende?
—¿No crees que ya lo sé?
—No eres tú. No eres real.
—¿No lo soy?
—El Joe real no estaría aquí. —Me acurruqué en mi almohada, deseando que este sueño se detuviera.
No era agradable ya. No era real. No éramos nada el uno al otro… ya no.
Pero el Joe del sueño, se quedó allí, con la mano en mi pelo, y me dejé creer, por un poco más de tiempo.
¡Hola chicas! :D
Perdón por la tardanza u.u
Bueno, pero ahora que llegaron las vacaciones (aunque muy cortas :C) servirán para subir capítulo más seguido n.n
Aunque les advierto que ya quedan pocos, sólo son 28 y el epílogo.
Pero bueno, espero les guste este capítulo, mañana les subo el siguiente :)
Besos
Natuu♥!
Natuu!
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
aww mi Joe tan lindo la esta cuidando :amor:
Me encanta cuando le dice amor!! :aah:
Con quien estaba hablando!?
Siguela!!
Me encanta cuando le dice amor!! :aah:
Con quien estaba hablando!?
Siguela!!
aranzhitha
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
No había leído el CAP anterior! Pobre rayis q se nos enfermo, :/ pero Joe la cuida, cuando le dice amor, awwwww es todo tan lindo!!!! Awwww por fiii sube más!!!!
kenyajonasgrey
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