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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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“Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
26
Un collar de oro descansaba ponderado y pesado alrededor de mi cuello. Mi cabello estaba recogido en rizos y joyas, y mi vestido, aunque suelto y simple, era pesado y exuberante. Me senté mirando en el espejo del vestuario mientras la diseñadora de maquillaje colocaba los toques finales a mi cabello, y completé la solicitud del maquillaje escénico. Era la noche del estreno y, a pesar de mi pesado vestuario y joyería, sentí como si fuera a salir flotando.
La emoción corría más rápido que la sangre por mis venas.
Estábamos aquí. Finalmente. El estreno había sido retrasado una semana debido a la transmisión de enfermedades, pero, incluso así, pensaba que el espectáculo era bueno. Muy bueno. Y no estaba sola.
Kelsey llegó a toda velocidad dentro de la habitación, viéndose extremadamente hermosa como Afrodita.
—Lo sé, lo sé. No tienes que quedarte mirando. Sé lo increíble que me veo.
Sonreí, contenta de tenerla de regreso. Había sido la única de mis amigos más cercanos en evadir la temible mono, lo que era increíblemente cruel, considerando que girar la botella había sido su idea.
Había aparecido el último día de primavera para exigir que “dejáramos de ser niñas remilgadas y nos reconciliáramos”, sólo para encontrarnos a Joe y a mí acurrucados en la cama. Había entrado bastante rápido por qué yo no había querido salir a bailar esa noche, y con una gran sonrisa salió de mi habitación diciendo: —No se preocupen por mí. Yo no vi nada. Mis labios están sellados. —Al principio, Joe había enloquecido, pero desde entonces ella definitivamente se había convertido en un aliado.
Kelsey le sonríe a Megan, la diseñadora que estaba terminando de arreglar mi cabello y dijo: —¡Se ve muy bien, Meg! ¡Eres fantástica! Creo que Alyssa te necesita para algo, así que tal vez quieras terminar esto rápido.
Megan asintió, rociando el producto final con medía lata de laca para el cabello antes de huir del vestuario.
Kelsey se lanzó en la silla junto a mí.
—De nada. Y primero, te ves hermosa. Estoy un poco envidiosa. ¿Afrodita no debería tener un mejor vestido?
Coloqué los ojos en blanco.
—De acuerdo, está bien. No importa. Segundo, vas a estar increíble esta noche. En serio. Como, tan increíble que te den un Tony. Tercero, rómpete una pierna. —Se inclinó y lamió un lado de mi rostro, una rara tradición antes del espectáculo que había hecho desde que la conozco—. Y, por último, hay alguien más esperando afuera para desearte un buen espectáculo. Tienes cinco minutos hasta el calentamiento. Puedo prometerte privacidad por tres, así que mejor tomas ventaja mientras puedas.
Me dio rápidamente un beso en la mejilla, saltó hacia la puerta y la cerró detrás de ella una vez que Joe se había deslizado dentro.
—Hola —dijo.
—Hola.
Dio un paso más en la habitación y se detuvo. Era desconcertante verme en docenas de espejos por toda la habitación. Así que me concentré en él, lo cual no era difícil. Se veía hermoso como siempre.
—Te ves… —se detuvo, mirando mi elaborado traje azul medianoche.
—Si dices linda, te arrancaré la piel vivo.
Sonrió y me atrajo a él. Con cuidado de no correr el maquillaje, me dio un beso en mi cuello en su lugar, luego bajó y dio un beso por encima de mi corazón, justo por encima de la línea de mi vestido. Me aferré a sus hombros, sintiendo un desvanecimiento ante su toque.
Dijo: —Iba a decir que te ves increíblemente sexy. Me alegro de que no seas mi madrastra.
Me reí.
—No estoy segura de que ser tu estudiante sea mucho mejor.
Arrastró sus labios por mi cuello, y luego trajo nuestros rostros muy juntos. Sus ojos castaños casi coincidían con el color de mi vestido, oscuro y decadente.
—Un mes —dijo. Quedaba un mes hasta que ya no fuera más una estudiante universitaria. Un mes para que no importara cómo nos sentimos y quien supiera acerca de ello. Un mes hasta que planeábamos tener relaciones sexuales.
Parecía un plan razonable cuando estuvimos enfermos encerrados en mi apartamento. Me dio el tiempo que necesitaba para lidiar con mi ansiedad, y para que tuviera un significado ya que no podríamos meternos en problemas. Pero cuanto más me miraba así, como me estaba mirando ahora, como si me amara, menos me importaba esperar.
—Desearía poder besarte realmente —dijo, mirando tristemente a mis labios, los cuales estaban rellenos y rojos gracias a las capas de maquillaje escénico.
—Esta noche —le dije—. Luego de la fiesta. ¿Mi apartamento?
Se inclinó hacia adelante, en el último segundo desviándose de mis labios y besándome en ese lugar detrás de mi oído que sabía ponía débiles mis rodillas.
—No puede ser lo suficientemente rápido. “Siento toda la furia del deseo”. —Citó para mí una de mis líneas del espectáculo, y eso me recordó que, probablemente, estábamos cerca del fin de nuestro tiempo.
—Probablemente deberías irte antes de que los demás vuelvan. Dile a Kelsey gracias cuando salgas.
—Oh, lo haré. La mejor cosa que me ha podido pasar… es que esa chica se enterara sobre nosotros.
Me volví hacia el espejo, para asegurarme de que mi maquillaje y cabello sigan luciendo perfectos.
—Voy a fingir que no acabas de decir que mi mejor amiga fue lo mejor que te ha podido pasar.
A pesar que se suponía se estaba yendo, corrió de nuevo a mi lado y rodeó sus brazos por detrás de mí. Besó mi cuello una última vez y dijo: —Te amo. —Lo miré a través del espejo. Nos veíamos bien juntos… él en un traje, yo en un elaborado vestido griego. Aún era como increíble, esta cosa que teníamos.
—También te amo —dije.
Me quedé mirando fijamente al espejo después de que se fue, pensando en que me veía diferente. No sólo por el vestuario y el cabello y el maquillaje —yo. Me veía… feliz.
Escuché a Alyssa llamar para el calentamiento, tomé una respiración profunda tratando de calmar mi corazón acelerado.
Hoy era el gran día.
Nuestra primera presentación de Fedra.
Mi última noche de inauguración aquí.
Y si todo iba según el plan, la noche en que perdería mi virginidad.
Hay momentos en el teatro, donde todo se junta exactamente como debe suceder. El vestuario y escenario son perfectos, el público absorto y ocupado, la actuación fluía sin esfuerzo.
Esta noche era una de esas noches.
Cada actor estaba ardiendo.
Y yo… yo viví otra vida en esas dos horas en el escenario. Viví la vergüenza. Era una emoción conocida para mí. Viví la esperanza cuando llegó la noticia de la muerte de mi esposo. Soñé que tal vez… tal vez Hipólito podría ser mío. Sentí el horror cuando mis sentimientos no fueron correspondidos y cuando me enteré de que mi esposo no estaba muerto después de todo. Experimenté el dolor del remordimiento cuando Hipólito fue asesinado basándose en mis falsas acusaciones. Y luego finalmente, sentí la aceptación, el alivio de admitir mis crímenes, y fue casi como si pudiera sentir el veneno que Fedra tomó, corriendo a través de mi sangre, llegando a mi corazón. No fue hasta que me derrumbé en el suelo, hasta que las últimas líneas de Teseo habían sido liberadas y las luces se apagaron que realmente salí de ella.
Los aplausos se iniciaron en la oscuridad, y mi aliento se quedó atrapado en mi garganta. Luché para retener las lágrimas que se aproximaban por experimentar algo tan perfecto y poderoso como la presentación que acababa de hacer. Eso era acerca de lo que se trataba el teatro —esa clase de experiencia. Nunca seríamos capaces de recrear eso de nuevo. Sólo las personas de aquí esta noche sabrían como fue ese espectáculo.
El teatro es de una vez en la vida… cada vez.
Fue como si las estrellas se alinearan, porque, de repente, muchas otras cosas sobre mi vida se hicieron evidentes. Cosas que me habían eludido hasta ahora donde se pusieron claras en mi mente. Todo tuvo sentido, y no podía esperar para ver a Joe. Tras bambalinas estaban alborotados cuando dejamos el escenario después de nuestras reverencias finales. Amigos y familiares estaban alineados en los pasillos entre la puerta del escenario y los vestuarios. Eric estaba ahí, sonriéndonos, orgulloso del espectáculo que había armado. Lo abracé primero, tan agradecida de que me dio esta oportunidad, y que no me votó la primera semana, cuando lo estuve haciendo terrible.
—El mejor trabajo que te he visto hacer, ____. Deberías estar orgullosa.
Lo estaba, Dios, lo estaba. Mi rostro se dividió en dos por mi sonrisa.
Joe estaba detrás de él, incluso aunque fuera arriesgado, también lo abracé. No me sostuvo mucho, sólo lo suficiente para susurrar “brillante” en mi oído.
Luego me perdí en la multitud.
Estaba resbaladiza por el sudor, y mi vestido se sentía tan pesado como otra persona colgando sobre mí, pero disfruté de los abrazos y felicitaciones que me daban.
Y cuando estuve de vuelta en los vestidores…
Bailé.
Todos bailamos. Kelsey estaba con su iPod, y todos celebramos mientras quitábamos las capas de vestuario. Nuestro vestuario estaba lleno con flores, lo que ayudó a ocultar el sudor. Cuando nuestras cosas fueron apartadas, vestidos con verdadera ropa, nuestro maquillaje escénico removido y verdadero maquillaje aplicado, fuimos a la fiesta en otro lugar. Estábamos yendo a SideBar, el único bar cerca al campus que permitía personas menores de veintiuno, donde todo el elenco iba.
Me sorprendí cuando encontré a Cade esperando fuera del vestuario cuando salimos. Dio un paso a mi lado.
—Oye, ¿Te doy un aventón a SideBar?
Eso fue una sorpresa, pero ciertamente bienvenida.
Le dije: —Eso sería genial, pero estaba planeando irme temprano. Estoy muy cansada.
—Oh —asintió—. Bueno, ¿Te importaría si voy contigo y después busco otro viaje a casa?
—Seguro. Está bien por mí.
Caminamos a mi auto en silencio, e hice sonar mis llaves para llenar el espacio con ruido. Encendí el auto e inmediatamente le bajé el volumen al radio.
—Así que, ¿Cómo estás Cade?
Jugueteó con el cinturón de seguridad. Nervioso. No respondió a mi pregunta, pero en su lugar preguntó: —¿Cómo están las cosas con Joe?
Frunciendo el ceño, salí de la zona de aparcamiento, mirándolo por el rabillo de mi ojo.
—¿Por qué?
—Lo siento. ¿Es raro? No lo dije para que fuera raro. Sólo estaba tratando de ser amigable. —Se veía tan incómodo. ¿Cómo nos habíamos reducido a esto?
Dije: —No es raro, Cade. Lo siento. Sólo estoy… un poco cautelosa, es todo. Las cosas están geniales, en realidad.
Asintió.
—Bien. Eso es bueno.
Después de pasar tanto tiempo con Joe, había olvidado cómo era tratar con chicos que simplemente no decían todo lo que estaban pensando.
—Sólo dime de qué quieres hablar, Cade. Sea lo que sea, está bien.
Tomó una respiración profunda. Aún estaba nervioso, pero ya no estaba inquieto.
—Tengo una pregunta, pero estoy bastante seguro de que es muy inquisitiva y no quiero cruzar ninguna línea.
—Cade, sé que las cosas han estado difíciles. Pero aún te considero uno de mis mejores amigos. Quiero que seas uno de mis mejores amigos de nuevo. Pregúntame lo que quieras.
—¿Ustedes se van a quedar juntos después de que nos graduemos?
Mi reacción intuitiva fue “Sí”. Aunque realmente no habíamos hablado de ello, no con tantas palabras. Lo implicábamos, seguro, con toda la cosa de “un mes”, pero no habíamos tenido una conversación verdadera.
—¿Se van a quedar aquí? ¿O se mudarán a Filadelfia? ¿O a algún otro lado?
Entré en el estacionamiento, usando la búsqueda de un espacio como una excusa para reunir mis pensamientos. Esa definitivamente no era una conversación que hubiéramos tenido, sin importar lo mucho que había pensado en ello.
—¿Por qué preguntas?
Envolvió su cabello, y resistí la tentación de decir, “¡Sólo escúpelo ahora!”.
—Bueno… me presenté a una escuela de posgrado hace unos meses… bueno… antes de todo. Y realmente no pensé que iría, pero logré entrar, y ahora estoy pensando que de hecho me gusta.
—¿En serio? ¡Eso es genial, Cade!
—Es Temple, en Filadelfia.
—Oh. —Era la escuela en donde Joe había estudiado.
—Y sólo no estaba seguro de si ustedes dos iban a estar en Filadelfia, y si pensabas que sería raro que yo también estuviera allí. Y si no lo es, pensé que quizá podríamos seguir… ya sabes… pasando el rato. Si eso está bien para Joe.
Una imagen de cómo podría ser la vida comenzó a formarse en mi mente. Era un pensamiento bastante genial.
—No sé si vamos a estar en Filadelfia o no. Pero si estamos… no, no sería raro. Y sí, pasaremos el rato. Y Joe puede estar bien o no con esto, él no decide que hago. En serio quise decir lo que dije, Cade. Realmente quiero que seamos amigos de nuevo.
Sonrió, y se relajó en su asiento, finalmente.
—Yo también.
¡Hola chicas! & ¡Bienvenidas las nuevas lectoras! :aah:
Perdón por la demora :amor:
Pero bueno, lo que importa es que aquí esta el capítulo. ¡Sólo quedan dos más & el epílogo! n.n
Mañana no sé si podré subir, es cumple de una amiga, pero haré todo lo posible, ya tarde, pero lo haré.
Besos
Natuu!
La emoción corría más rápido que la sangre por mis venas.
Estábamos aquí. Finalmente. El estreno había sido retrasado una semana debido a la transmisión de enfermedades, pero, incluso así, pensaba que el espectáculo era bueno. Muy bueno. Y no estaba sola.
Kelsey llegó a toda velocidad dentro de la habitación, viéndose extremadamente hermosa como Afrodita.
—Lo sé, lo sé. No tienes que quedarte mirando. Sé lo increíble que me veo.
Sonreí, contenta de tenerla de regreso. Había sido la única de mis amigos más cercanos en evadir la temible mono, lo que era increíblemente cruel, considerando que girar la botella había sido su idea.
Había aparecido el último día de primavera para exigir que “dejáramos de ser niñas remilgadas y nos reconciliáramos”, sólo para encontrarnos a Joe y a mí acurrucados en la cama. Había entrado bastante rápido por qué yo no había querido salir a bailar esa noche, y con una gran sonrisa salió de mi habitación diciendo: —No se preocupen por mí. Yo no vi nada. Mis labios están sellados. —Al principio, Joe había enloquecido, pero desde entonces ella definitivamente se había convertido en un aliado.
Kelsey le sonríe a Megan, la diseñadora que estaba terminando de arreglar mi cabello y dijo: —¡Se ve muy bien, Meg! ¡Eres fantástica! Creo que Alyssa te necesita para algo, así que tal vez quieras terminar esto rápido.
Megan asintió, rociando el producto final con medía lata de laca para el cabello antes de huir del vestuario.
Kelsey se lanzó en la silla junto a mí.
—De nada. Y primero, te ves hermosa. Estoy un poco envidiosa. ¿Afrodita no debería tener un mejor vestido?
Coloqué los ojos en blanco.
—De acuerdo, está bien. No importa. Segundo, vas a estar increíble esta noche. En serio. Como, tan increíble que te den un Tony. Tercero, rómpete una pierna. —Se inclinó y lamió un lado de mi rostro, una rara tradición antes del espectáculo que había hecho desde que la conozco—. Y, por último, hay alguien más esperando afuera para desearte un buen espectáculo. Tienes cinco minutos hasta el calentamiento. Puedo prometerte privacidad por tres, así que mejor tomas ventaja mientras puedas.
Me dio rápidamente un beso en la mejilla, saltó hacia la puerta y la cerró detrás de ella una vez que Joe se había deslizado dentro.
—Hola —dijo.
—Hola.
Dio un paso más en la habitación y se detuvo. Era desconcertante verme en docenas de espejos por toda la habitación. Así que me concentré en él, lo cual no era difícil. Se veía hermoso como siempre.
—Te ves… —se detuvo, mirando mi elaborado traje azul medianoche.
—Si dices linda, te arrancaré la piel vivo.
Sonrió y me atrajo a él. Con cuidado de no correr el maquillaje, me dio un beso en mi cuello en su lugar, luego bajó y dio un beso por encima de mi corazón, justo por encima de la línea de mi vestido. Me aferré a sus hombros, sintiendo un desvanecimiento ante su toque.
Dijo: —Iba a decir que te ves increíblemente sexy. Me alegro de que no seas mi madrastra.
Me reí.
—No estoy segura de que ser tu estudiante sea mucho mejor.
Arrastró sus labios por mi cuello, y luego trajo nuestros rostros muy juntos. Sus ojos castaños casi coincidían con el color de mi vestido, oscuro y decadente.
—Un mes —dijo. Quedaba un mes hasta que ya no fuera más una estudiante universitaria. Un mes para que no importara cómo nos sentimos y quien supiera acerca de ello. Un mes hasta que planeábamos tener relaciones sexuales.
Parecía un plan razonable cuando estuvimos enfermos encerrados en mi apartamento. Me dio el tiempo que necesitaba para lidiar con mi ansiedad, y para que tuviera un significado ya que no podríamos meternos en problemas. Pero cuanto más me miraba así, como me estaba mirando ahora, como si me amara, menos me importaba esperar.
—Desearía poder besarte realmente —dijo, mirando tristemente a mis labios, los cuales estaban rellenos y rojos gracias a las capas de maquillaje escénico.
—Esta noche —le dije—. Luego de la fiesta. ¿Mi apartamento?
Se inclinó hacia adelante, en el último segundo desviándose de mis labios y besándome en ese lugar detrás de mi oído que sabía ponía débiles mis rodillas.
—No puede ser lo suficientemente rápido. “Siento toda la furia del deseo”. —Citó para mí una de mis líneas del espectáculo, y eso me recordó que, probablemente, estábamos cerca del fin de nuestro tiempo.
—Probablemente deberías irte antes de que los demás vuelvan. Dile a Kelsey gracias cuando salgas.
—Oh, lo haré. La mejor cosa que me ha podido pasar… es que esa chica se enterara sobre nosotros.
Me volví hacia el espejo, para asegurarme de que mi maquillaje y cabello sigan luciendo perfectos.
—Voy a fingir que no acabas de decir que mi mejor amiga fue lo mejor que te ha podido pasar.
A pesar que se suponía se estaba yendo, corrió de nuevo a mi lado y rodeó sus brazos por detrás de mí. Besó mi cuello una última vez y dijo: —Te amo. —Lo miré a través del espejo. Nos veíamos bien juntos… él en un traje, yo en un elaborado vestido griego. Aún era como increíble, esta cosa que teníamos.
—También te amo —dije.
Me quedé mirando fijamente al espejo después de que se fue, pensando en que me veía diferente. No sólo por el vestuario y el cabello y el maquillaje —yo. Me veía… feliz.
Escuché a Alyssa llamar para el calentamiento, tomé una respiración profunda tratando de calmar mi corazón acelerado.
Hoy era el gran día.
Nuestra primera presentación de Fedra.
Mi última noche de inauguración aquí.
Y si todo iba según el plan, la noche en que perdería mi virginidad.
***
Hay momentos en el teatro, donde todo se junta exactamente como debe suceder. El vestuario y escenario son perfectos, el público absorto y ocupado, la actuación fluía sin esfuerzo.
Esta noche era una de esas noches.
Cada actor estaba ardiendo.
Y yo… yo viví otra vida en esas dos horas en el escenario. Viví la vergüenza. Era una emoción conocida para mí. Viví la esperanza cuando llegó la noticia de la muerte de mi esposo. Soñé que tal vez… tal vez Hipólito podría ser mío. Sentí el horror cuando mis sentimientos no fueron correspondidos y cuando me enteré de que mi esposo no estaba muerto después de todo. Experimenté el dolor del remordimiento cuando Hipólito fue asesinado basándose en mis falsas acusaciones. Y luego finalmente, sentí la aceptación, el alivio de admitir mis crímenes, y fue casi como si pudiera sentir el veneno que Fedra tomó, corriendo a través de mi sangre, llegando a mi corazón. No fue hasta que me derrumbé en el suelo, hasta que las últimas líneas de Teseo habían sido liberadas y las luces se apagaron que realmente salí de ella.
Los aplausos se iniciaron en la oscuridad, y mi aliento se quedó atrapado en mi garganta. Luché para retener las lágrimas que se aproximaban por experimentar algo tan perfecto y poderoso como la presentación que acababa de hacer. Eso era acerca de lo que se trataba el teatro —esa clase de experiencia. Nunca seríamos capaces de recrear eso de nuevo. Sólo las personas de aquí esta noche sabrían como fue ese espectáculo.
El teatro es de una vez en la vida… cada vez.
Fue como si las estrellas se alinearan, porque, de repente, muchas otras cosas sobre mi vida se hicieron evidentes. Cosas que me habían eludido hasta ahora donde se pusieron claras en mi mente. Todo tuvo sentido, y no podía esperar para ver a Joe. Tras bambalinas estaban alborotados cuando dejamos el escenario después de nuestras reverencias finales. Amigos y familiares estaban alineados en los pasillos entre la puerta del escenario y los vestuarios. Eric estaba ahí, sonriéndonos, orgulloso del espectáculo que había armado. Lo abracé primero, tan agradecida de que me dio esta oportunidad, y que no me votó la primera semana, cuando lo estuve haciendo terrible.
—El mejor trabajo que te he visto hacer, ____. Deberías estar orgullosa.
Lo estaba, Dios, lo estaba. Mi rostro se dividió en dos por mi sonrisa.
Joe estaba detrás de él, incluso aunque fuera arriesgado, también lo abracé. No me sostuvo mucho, sólo lo suficiente para susurrar “brillante” en mi oído.
Luego me perdí en la multitud.
Estaba resbaladiza por el sudor, y mi vestido se sentía tan pesado como otra persona colgando sobre mí, pero disfruté de los abrazos y felicitaciones que me daban.
Y cuando estuve de vuelta en los vestidores…
Bailé.
Todos bailamos. Kelsey estaba con su iPod, y todos celebramos mientras quitábamos las capas de vestuario. Nuestro vestuario estaba lleno con flores, lo que ayudó a ocultar el sudor. Cuando nuestras cosas fueron apartadas, vestidos con verdadera ropa, nuestro maquillaje escénico removido y verdadero maquillaje aplicado, fuimos a la fiesta en otro lugar. Estábamos yendo a SideBar, el único bar cerca al campus que permitía personas menores de veintiuno, donde todo el elenco iba.
Me sorprendí cuando encontré a Cade esperando fuera del vestuario cuando salimos. Dio un paso a mi lado.
—Oye, ¿Te doy un aventón a SideBar?
Eso fue una sorpresa, pero ciertamente bienvenida.
Le dije: —Eso sería genial, pero estaba planeando irme temprano. Estoy muy cansada.
—Oh —asintió—. Bueno, ¿Te importaría si voy contigo y después busco otro viaje a casa?
—Seguro. Está bien por mí.
Caminamos a mi auto en silencio, e hice sonar mis llaves para llenar el espacio con ruido. Encendí el auto e inmediatamente le bajé el volumen al radio.
—Así que, ¿Cómo estás Cade?
Jugueteó con el cinturón de seguridad. Nervioso. No respondió a mi pregunta, pero en su lugar preguntó: —¿Cómo están las cosas con Joe?
Frunciendo el ceño, salí de la zona de aparcamiento, mirándolo por el rabillo de mi ojo.
—¿Por qué?
—Lo siento. ¿Es raro? No lo dije para que fuera raro. Sólo estaba tratando de ser amigable. —Se veía tan incómodo. ¿Cómo nos habíamos reducido a esto?
Dije: —No es raro, Cade. Lo siento. Sólo estoy… un poco cautelosa, es todo. Las cosas están geniales, en realidad.
Asintió.
—Bien. Eso es bueno.
Después de pasar tanto tiempo con Joe, había olvidado cómo era tratar con chicos que simplemente no decían todo lo que estaban pensando.
—Sólo dime de qué quieres hablar, Cade. Sea lo que sea, está bien.
Tomó una respiración profunda. Aún estaba nervioso, pero ya no estaba inquieto.
—Tengo una pregunta, pero estoy bastante seguro de que es muy inquisitiva y no quiero cruzar ninguna línea.
—Cade, sé que las cosas han estado difíciles. Pero aún te considero uno de mis mejores amigos. Quiero que seas uno de mis mejores amigos de nuevo. Pregúntame lo que quieras.
—¿Ustedes se van a quedar juntos después de que nos graduemos?
Mi reacción intuitiva fue “Sí”. Aunque realmente no habíamos hablado de ello, no con tantas palabras. Lo implicábamos, seguro, con toda la cosa de “un mes”, pero no habíamos tenido una conversación verdadera.
—¿Se van a quedar aquí? ¿O se mudarán a Filadelfia? ¿O a algún otro lado?
Entré en el estacionamiento, usando la búsqueda de un espacio como una excusa para reunir mis pensamientos. Esa definitivamente no era una conversación que hubiéramos tenido, sin importar lo mucho que había pensado en ello.
—¿Por qué preguntas?
Envolvió su cabello, y resistí la tentación de decir, “¡Sólo escúpelo ahora!”.
—Bueno… me presenté a una escuela de posgrado hace unos meses… bueno… antes de todo. Y realmente no pensé que iría, pero logré entrar, y ahora estoy pensando que de hecho me gusta.
—¿En serio? ¡Eso es genial, Cade!
—Es Temple, en Filadelfia.
—Oh. —Era la escuela en donde Joe había estudiado.
—Y sólo no estaba seguro de si ustedes dos iban a estar en Filadelfia, y si pensabas que sería raro que yo también estuviera allí. Y si no lo es, pensé que quizá podríamos seguir… ya sabes… pasando el rato. Si eso está bien para Joe.
Una imagen de cómo podría ser la vida comenzó a formarse en mi mente. Era un pensamiento bastante genial.
—No sé si vamos a estar en Filadelfia o no. Pero si estamos… no, no sería raro. Y sí, pasaremos el rato. Y Joe puede estar bien o no con esto, él no decide que hago. En serio quise decir lo que dije, Cade. Realmente quiero que seamos amigos de nuevo.
Sonrió, y se relajó en su asiento, finalmente.
—Yo también.
¡Hola chicas! & ¡Bienvenidas las nuevas lectoras! :aah:
Perdón por la demora :amor:
Pero bueno, lo que importa es que aquí esta el capítulo. ¡Sólo quedan dos más & el epílogo! n.n
Mañana no sé si podré subir, es cumple de una amiga, pero haré todo lo posible, ya tarde, pero lo haré.
Besos
Natuu!
Natuu!
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
Awwwwww me encanta cuando Joe le dice Te amo, es tan hermoso todo el! Awwwwwww Rayis y Joe lo harán? Por fin? Awwwwww síguela! Amoooooo esta nove!!!!
kenyajonasgrey
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
ahhh Cade ya se contento!!!
Por fin ya son amigos de nuevo!
Siguela!!
Por fin ya son amigos de nuevo!
Siguela!!
aranzhitha
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
27
Cade no era el único pensando sobre el futuro. En SideBar, hicimos nuestra buena celebración y bebimos y comimos, pero la conversación pronto se volvió sentimental. Compartimos recuerdos de nuestras primeras presentaciones, clases que habíamos tenido juntos, fiestas que habían salido terriblemente mal. Rusty sugirió que podíamos tener otra fiesta de besos, y fue atacado por servilletas y trozos de papel e incluso un rollo caliente.
Justo como en el teatro —la vida a veces tiene momentos perfectos cuando todas las estrellas se alinean, y tú estás exactamente donde quieres estar con gente genial, haciendo exactamente lo que quieres hacer.
Salir de la universidad parecía imposible.
Nunca había sido tan feliz como en los cuatro años que había pasado aquí. Miré alrededor de la mesa mientras la gente se reía y gritaba (sólo teníamos un volumen —realmente alto). Estas personas eran mi familia. Ellos me entendían y me conocían en maneras que nadie más lo hacía.
No podía imaginar mi vida sin ellos.
—¡Uh-oh! ¡Alerta de lágrimas! —Exclamó Kelsey—. ¡____ se está poniendo llorona!
Limpié mis ojos, y vergonzosamente, ella tenía razón.
—¡Cállate! Es sólo que los amo chicos, ¿De acuerdo?
Los brazos de Kelsey se envolvieron en mí primero, luego los de Rusty, luego los de Cade, y luego perdí la cuenta.
Rusty dijo: —Deja de actuar como si no tuviéramos un mes más juntos. No sé ustedes, chicos, pero tengo una enorme lista universitaria de cosas que hacer antes de morir que necesito que me ayuden a cumplir. Comenzando con emborracharme en mi última noche de apertura. Así que, vamos a empezar.
Comí y bebí, sólo escuchando las historias y conversaciones a mí alrededor, absorbiendo todo. La vida era buena, y si por mí fuera, estaba a punto de ponerse aún mejor.
Era más difícil de lo qué pensé que sería el excusarme después de que la cena terminara. No porque estaba nerviosa sobre lo que planeé para esta noche, de hecho me sentía feliz sobre eso, era porque no quería dejar a mis amigos.
Era algo gracioso el extrañar a la gente incluso antes de que las habías dejado, pero eso era lo que estaba sintiendo ahora.
Un poco de melancolía se quedó en mí todo el camino fuera del bar y dentro de mi auto. Pero no pasó mucho tiempo para que desapareciera tomando en cuenta hacia dónde me estaba dirigiendo. No le escribí a Joe cuando estaba en mi camino como le había dicho que haría, porque quería un poco de tiempo para preparar las cosas.
Tomé una rápida ducha, y luego dejé mi pelo suelto para que se secara en rizos, porque a Joe le gustaba de esa forma. Me hacía pensar sobre aquella noche en el club y mi corazón latía más rápido al recordarlo.
Encontré la bolsa de Victoria Secret en el fondo de mi armario que contenía la ropa interior que había comprado específicamente con esta noche en mente. Me la puse, tratando de imaginarme de nuevo lo que Joe podría pensar o sentir exactamente cuando me viera.
Mirándome en el espejo, me sentía sexy, como él siempre había dicho que yo era. Me puse de nuevo el vestido que había usado después del show, no queriendo mostrar nada aún. Arreglé mi habitación, me aseguré de que hubiera condones en la mesita de noche, y luego me senté en mi cama.
Estaba haciendo esto.
Estaba realmente haciendo esto.
Iba a tener sexo con Joe… esta noche.
Algo brotó en mi pecho. Primero pensé que eran nervios, pero luego lo reconocí. Era el mismo tipo de sentimiento que tuve cuando me di cuenta que había sido escogida como Fedra y luego de nuevo cuando el show había ido tan bien. Era algo más allá de emoción, algo mejor.
Porque podía, me subí en mi cama, y salté. Se sentía muy bien así que lo hice de nuevo. Agité mis brazos porque parecía lo correcto de hacer, y luego cubrí mi rostro con mis manos y dejé escapar el grito más silencioso que pude manejar.
—¿Qué estás haciendo?
Joe estaba a los pies de mi cama, una sonrisa divertida se extendía en su rostro. Chillé y me dejé caer en la cama.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté.
—Vi tu auto afuera, así que vine. No me había dado cuenta de que habías comenzado la fiesta sin mí. ¿Doy por entendido que estás emocionada por cómo el show salió está noche?
Me bajé de la cama con tanta gracia como pude (es decir, con cero gracia). Debí haber esperado algo como esto. Parecía que no era capaz de tener un momento íntimo con Joe sin hacer algo supremamente vergonzoso. Al menos esta vez sucedió al principio.
—El show estuvo genial, pero me alegro de estar en casa. —Puse una mano en su pecho y él envolvió sus brazos alrededor de mí en un abrazo.
—Estuviste genial esta noche, y ahora puedo tenerte toda para mí.
No había realmente pensado en la mejor manera de abordar lo que quería hacer esta noche. Había pensado sobre la ropa interior y los condones y el probable dolor, pero no tanto sobre la “Oye, estoy lista para tener sexo” conversación.
Quiero decir, él es un chico, así que dudaba mucho que él se preocupara sobre cómo se lo diría, pero, aun así… quería hacerlo bien.
—¿Cómo estuvo la celebración? —me preguntó.
—Bien, realmente bien. Voy a extrañar a todos cuando nos graduemos. Es un poco loco pensar que sólo queda un mes.
—Un mes. —Sonrió, y se inclinó para besarme.
Creo que sólo quería un beso rápido, pero realmente no le di una opción en el asunto. Enrollé mis brazos alrededor de su cuello para mantenerlo a mi nivel, y presioné mis labios más firmemente sobre los suyos. El murmulló suavemente, y las vibraciones estremecieron mis labios. Sus manos se enroscaron alrededor de mi caja torácica, y yo quería más, mucho más. Quería que me tocara por todas partes.
Cuando estaba yendo más lejos, abrí mi boca y tracé la comisura de sus labios con mi lengua. Me dejó, y su sabor era tan adictivo como siempre. Con cada roce de su lengua en mí, me sentía más segura.
Quité mis brazos de su cuello, y deslicé una mano por debajo de su camisa, presionando mis dedos en su espalda. Sus manos permanecieron en lugares seguros, mis costillas y mi cuello, pero las sentí temblar y apretarse ligeramente al contacto de piel con piel.
Siguió besándome… lentamente, con seguridad.
Puse mi otra mano debajo de su camisa, sintiendo los músculos en sus abdominales, y hacia su pecho. Yo esperaba que tomara la indirecta y moviera su propia mano como correspondía.
No lo hizo.
Frustrada, lo moví ligeramente hasta que mi cama estuviera presionada en la parte posterior de sus rodillas y luego lo empujé. Se dejó caer en la cama y yo no perdí tiempo para subirme en su regazo, presionándome contra él de la misma forma que lo había hecho la primera noche que casi tuvimos sexo.
—____ —susurró. Era casi una advertencia, pero no tanto.
Probablemente debería decirle lo que quiero, pero la manera en la que me besaba, o más acertadamente, la manera en la que no me estaba besando me hacía sentir insegura, desesperada. Él aún me quería. Esto me lo decía. Y yo lo creía. La mayor parte. Yo sólo necesitaba un poco más de afirmación.
Me hice hacia atrás, y esperé a que abriera sus ojos, a que me mirara. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, eran un poco más claros, demasiado centrados para mí gusto. Bajé mis manos y tomé el borde de mi vestido. Hizo un sonido con su garganta cuando comencé a tirar de él hacia arriba, pero no me detuve hasta que lo tuve sobre mi cabeza. Al principio sus ojos se mantuvieron firmemente en los míos, pero cuando me incliné hacia delante, teniendo cuidado de rozar mi pecho contra el suyo, miró hacia abajo.
Su ingesta de aliento era exactamente lo que había estado buscando.
El sostén negro sin tirantes era tan apretado que tenía posiblemente el mejor escote que alguna vez he tenido o que tendré. Y las bragas, bueno, apenas sí podías llamarlas así.
—____ —esta vez, había definitivamente un tono de advertencia—. Estás sobreestimando mi auto control.
—Oh, estoy bastante segura de que estimo tu control perfectamente.
Me incliné hacia delante hasta que estaba presionando con fuerza contra sus caderas. Mis labios se cernían sobre los suyos, esperando a que me besara. Había acabado con lo de estar a la ofensiva. Era su turno de venir a mí.
Como siempre, la sola anticipación era suficiente para excitarme. Su mirada se movía entre mis ojos y mi boca, y ahora que yo me había reducido a sólo ropa interior, sus manos encontraron mi piel sin importar dónde las pusiera. Una ya estaba calentando mi espalda baja, y la otra estaba en mi pelo. Sacudí mis caderas contra él, y la mano en mi pelo se apretó.
—____. —Su respuesta estaba entrecortada, como si estuviera sufriendo.
Sonreí. Esto era bastante divertido.
—Joe —repliqué, con los ojos muy abiertos y tan inocentes como los pude hacer.
—Esto es lo opuesto a ir lento.
Exhalé, balanceándome hacia delante para que mi labio inferior apenas lo rozara. Me froté contra él, deteniéndome al ritmo más lento que pude. Le dije: —Creo que ya hemos ido lo suficientemente lento.
El brazo en mi espalda tiró de mí, hasta que mi pecho presionaba contra el suyo. Él aún tenía su camisa puesta. Quería que se la quitara.
—¿Qué significa eso? —Ah, ahí estaba esa mirada que me encantaba —oscura, un poco desenfocada.
—Significa —dije, mientras mis manos encontraban la parte inferior de su camisa—, que ya me cansé de ir lento.
Tiré de ella, y sus brazos siguieron de forma automática, dejándome tirar de su camisa sobre su cabeza antes de que sus manos fueran justo de vuelta a sus posiciones anteriores. Nuestros pechos se encontraron, piel deslizándose contra piel, y gimió. Dijo: —Voy a necesitar que estés muy segura de lo que estás diciendo en este momento, ____.
Muy bien, era hora de simplemente decirlo. Y sin eufemismos como la bestia de dos espaldas o el tango horizontal o algo ridículo. Sexo. Si iba a tenerlo, podría seguramente decirlo. Me incliné y lo besé con valentía. Al diablo con hacerlo venir a mí. Eso tomó mucho tiempo. Cuando me alejé, sus labios trataron de seguir. Lo calmé con otro beso rápido y dije: —¿Me haces el amor?
Todo en él se tensó —sus manos en mí, su hermoso rostro, y su cuerpo debajo del mío.
—____, no tienes que hacer nada que no quieras hacer por mí.
—¿Qué sobre esta noche se ha sentido como si estuviera siendo forzada a hacer algo? De hecho, me siento un poco como que te estoy obligando.
Sus labios se aplastaron contra los míos —dientes y lenguas y calor. Era suficiente para hacerme temblar con deseo, y luego se acabó.
Joe estaba jadeando cuando respondió: —No me estás obligando a hacer nada. Yo sólo quiero que estés segura. Puedes parar en cualquier momento. —Sus labios se ampliaron—. No necesitas inventar una nueva mascota.
Esa sonrisa… era tan exasperante y sexy al mismo tiempo.
Coloqué mis manos en sus hombros y me alejé, poniéndome de pie.
—Si vas a seguir tratando de convencerme de ello…
No había dado ni un paso antes de que me agarrara, y se volviera para que mi espalda golpeara el colchón. Mi aliento abandonó mis pulmones en un segundo, y el verlo rodando por encima de mí hizo que el calor ondeara abajo en mi vientre.
—No estaba tratando de convencerte de alguna cosa. Estaba tratando de ser un caballero.
Huh. También había tratado de sacar la tarjeta del caballero la primera noche. Aún estaba cernido sobre mí, y yo enrosqué mis dedos en sus vaqueros, y tiré de él hacia abajo, sobre mí.
—¿Me haces un favor? ¿Serías un caballero mañana?
Estaba muy segura de que él dijo: —Sí, señora —pero luego me estaba besando, y no podía importarme menos.
¡Hola chicas!
Aquí esta el capítulo prometido, ¡Tarde, pero seguro! :amor:
Bueno, espero que les guste & lo disfruten, aunque las dejaré con la intriga :maloso:
¡Sólo queda un capítulo más! :B Mañana si puedo, lo subo.
Mientras tanto, disfrútenlo n.n
Besos
Natuu!
Justo como en el teatro —la vida a veces tiene momentos perfectos cuando todas las estrellas se alinean, y tú estás exactamente donde quieres estar con gente genial, haciendo exactamente lo que quieres hacer.
Salir de la universidad parecía imposible.
Nunca había sido tan feliz como en los cuatro años que había pasado aquí. Miré alrededor de la mesa mientras la gente se reía y gritaba (sólo teníamos un volumen —realmente alto). Estas personas eran mi familia. Ellos me entendían y me conocían en maneras que nadie más lo hacía.
No podía imaginar mi vida sin ellos.
—¡Uh-oh! ¡Alerta de lágrimas! —Exclamó Kelsey—. ¡____ se está poniendo llorona!
Limpié mis ojos, y vergonzosamente, ella tenía razón.
—¡Cállate! Es sólo que los amo chicos, ¿De acuerdo?
Los brazos de Kelsey se envolvieron en mí primero, luego los de Rusty, luego los de Cade, y luego perdí la cuenta.
Rusty dijo: —Deja de actuar como si no tuviéramos un mes más juntos. No sé ustedes, chicos, pero tengo una enorme lista universitaria de cosas que hacer antes de morir que necesito que me ayuden a cumplir. Comenzando con emborracharme en mi última noche de apertura. Así que, vamos a empezar.
Comí y bebí, sólo escuchando las historias y conversaciones a mí alrededor, absorbiendo todo. La vida era buena, y si por mí fuera, estaba a punto de ponerse aún mejor.
Era más difícil de lo qué pensé que sería el excusarme después de que la cena terminara. No porque estaba nerviosa sobre lo que planeé para esta noche, de hecho me sentía feliz sobre eso, era porque no quería dejar a mis amigos.
Era algo gracioso el extrañar a la gente incluso antes de que las habías dejado, pero eso era lo que estaba sintiendo ahora.
Un poco de melancolía se quedó en mí todo el camino fuera del bar y dentro de mi auto. Pero no pasó mucho tiempo para que desapareciera tomando en cuenta hacia dónde me estaba dirigiendo. No le escribí a Joe cuando estaba en mi camino como le había dicho que haría, porque quería un poco de tiempo para preparar las cosas.
Tomé una rápida ducha, y luego dejé mi pelo suelto para que se secara en rizos, porque a Joe le gustaba de esa forma. Me hacía pensar sobre aquella noche en el club y mi corazón latía más rápido al recordarlo.
Encontré la bolsa de Victoria Secret en el fondo de mi armario que contenía la ropa interior que había comprado específicamente con esta noche en mente. Me la puse, tratando de imaginarme de nuevo lo que Joe podría pensar o sentir exactamente cuando me viera.
Mirándome en el espejo, me sentía sexy, como él siempre había dicho que yo era. Me puse de nuevo el vestido que había usado después del show, no queriendo mostrar nada aún. Arreglé mi habitación, me aseguré de que hubiera condones en la mesita de noche, y luego me senté en mi cama.
Estaba haciendo esto.
Estaba realmente haciendo esto.
Iba a tener sexo con Joe… esta noche.
Algo brotó en mi pecho. Primero pensé que eran nervios, pero luego lo reconocí. Era el mismo tipo de sentimiento que tuve cuando me di cuenta que había sido escogida como Fedra y luego de nuevo cuando el show había ido tan bien. Era algo más allá de emoción, algo mejor.
Porque podía, me subí en mi cama, y salté. Se sentía muy bien así que lo hice de nuevo. Agité mis brazos porque parecía lo correcto de hacer, y luego cubrí mi rostro con mis manos y dejé escapar el grito más silencioso que pude manejar.
—¿Qué estás haciendo?
Joe estaba a los pies de mi cama, una sonrisa divertida se extendía en su rostro. Chillé y me dejé caer en la cama.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté.
—Vi tu auto afuera, así que vine. No me había dado cuenta de que habías comenzado la fiesta sin mí. ¿Doy por entendido que estás emocionada por cómo el show salió está noche?
Me bajé de la cama con tanta gracia como pude (es decir, con cero gracia). Debí haber esperado algo como esto. Parecía que no era capaz de tener un momento íntimo con Joe sin hacer algo supremamente vergonzoso. Al menos esta vez sucedió al principio.
—El show estuvo genial, pero me alegro de estar en casa. —Puse una mano en su pecho y él envolvió sus brazos alrededor de mí en un abrazo.
—Estuviste genial esta noche, y ahora puedo tenerte toda para mí.
No había realmente pensado en la mejor manera de abordar lo que quería hacer esta noche. Había pensado sobre la ropa interior y los condones y el probable dolor, pero no tanto sobre la “Oye, estoy lista para tener sexo” conversación.
Quiero decir, él es un chico, así que dudaba mucho que él se preocupara sobre cómo se lo diría, pero, aun así… quería hacerlo bien.
—¿Cómo estuvo la celebración? —me preguntó.
—Bien, realmente bien. Voy a extrañar a todos cuando nos graduemos. Es un poco loco pensar que sólo queda un mes.
—Un mes. —Sonrió, y se inclinó para besarme.
Creo que sólo quería un beso rápido, pero realmente no le di una opción en el asunto. Enrollé mis brazos alrededor de su cuello para mantenerlo a mi nivel, y presioné mis labios más firmemente sobre los suyos. El murmulló suavemente, y las vibraciones estremecieron mis labios. Sus manos se enroscaron alrededor de mi caja torácica, y yo quería más, mucho más. Quería que me tocara por todas partes.
Cuando estaba yendo más lejos, abrí mi boca y tracé la comisura de sus labios con mi lengua. Me dejó, y su sabor era tan adictivo como siempre. Con cada roce de su lengua en mí, me sentía más segura.
Quité mis brazos de su cuello, y deslicé una mano por debajo de su camisa, presionando mis dedos en su espalda. Sus manos permanecieron en lugares seguros, mis costillas y mi cuello, pero las sentí temblar y apretarse ligeramente al contacto de piel con piel.
Siguió besándome… lentamente, con seguridad.
Puse mi otra mano debajo de su camisa, sintiendo los músculos en sus abdominales, y hacia su pecho. Yo esperaba que tomara la indirecta y moviera su propia mano como correspondía.
No lo hizo.
Frustrada, lo moví ligeramente hasta que mi cama estuviera presionada en la parte posterior de sus rodillas y luego lo empujé. Se dejó caer en la cama y yo no perdí tiempo para subirme en su regazo, presionándome contra él de la misma forma que lo había hecho la primera noche que casi tuvimos sexo.
—____ —susurró. Era casi una advertencia, pero no tanto.
Probablemente debería decirle lo que quiero, pero la manera en la que me besaba, o más acertadamente, la manera en la que no me estaba besando me hacía sentir insegura, desesperada. Él aún me quería. Esto me lo decía. Y yo lo creía. La mayor parte. Yo sólo necesitaba un poco más de afirmación.
Me hice hacia atrás, y esperé a que abriera sus ojos, a que me mirara. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, eran un poco más claros, demasiado centrados para mí gusto. Bajé mis manos y tomé el borde de mi vestido. Hizo un sonido con su garganta cuando comencé a tirar de él hacia arriba, pero no me detuve hasta que lo tuve sobre mi cabeza. Al principio sus ojos se mantuvieron firmemente en los míos, pero cuando me incliné hacia delante, teniendo cuidado de rozar mi pecho contra el suyo, miró hacia abajo.
Su ingesta de aliento era exactamente lo que había estado buscando.
El sostén negro sin tirantes era tan apretado que tenía posiblemente el mejor escote que alguna vez he tenido o que tendré. Y las bragas, bueno, apenas sí podías llamarlas así.
—____ —esta vez, había definitivamente un tono de advertencia—. Estás sobreestimando mi auto control.
—Oh, estoy bastante segura de que estimo tu control perfectamente.
Me incliné hacia delante hasta que estaba presionando con fuerza contra sus caderas. Mis labios se cernían sobre los suyos, esperando a que me besara. Había acabado con lo de estar a la ofensiva. Era su turno de venir a mí.
Como siempre, la sola anticipación era suficiente para excitarme. Su mirada se movía entre mis ojos y mi boca, y ahora que yo me había reducido a sólo ropa interior, sus manos encontraron mi piel sin importar dónde las pusiera. Una ya estaba calentando mi espalda baja, y la otra estaba en mi pelo. Sacudí mis caderas contra él, y la mano en mi pelo se apretó.
—____. —Su respuesta estaba entrecortada, como si estuviera sufriendo.
Sonreí. Esto era bastante divertido.
—Joe —repliqué, con los ojos muy abiertos y tan inocentes como los pude hacer.
—Esto es lo opuesto a ir lento.
Exhalé, balanceándome hacia delante para que mi labio inferior apenas lo rozara. Me froté contra él, deteniéndome al ritmo más lento que pude. Le dije: —Creo que ya hemos ido lo suficientemente lento.
El brazo en mi espalda tiró de mí, hasta que mi pecho presionaba contra el suyo. Él aún tenía su camisa puesta. Quería que se la quitara.
—¿Qué significa eso? —Ah, ahí estaba esa mirada que me encantaba —oscura, un poco desenfocada.
—Significa —dije, mientras mis manos encontraban la parte inferior de su camisa—, que ya me cansé de ir lento.
Tiré de ella, y sus brazos siguieron de forma automática, dejándome tirar de su camisa sobre su cabeza antes de que sus manos fueran justo de vuelta a sus posiciones anteriores. Nuestros pechos se encontraron, piel deslizándose contra piel, y gimió. Dijo: —Voy a necesitar que estés muy segura de lo que estás diciendo en este momento, ____.
Muy bien, era hora de simplemente decirlo. Y sin eufemismos como la bestia de dos espaldas o el tango horizontal o algo ridículo. Sexo. Si iba a tenerlo, podría seguramente decirlo. Me incliné y lo besé con valentía. Al diablo con hacerlo venir a mí. Eso tomó mucho tiempo. Cuando me alejé, sus labios trataron de seguir. Lo calmé con otro beso rápido y dije: —¿Me haces el amor?
Todo en él se tensó —sus manos en mí, su hermoso rostro, y su cuerpo debajo del mío.
—____, no tienes que hacer nada que no quieras hacer por mí.
—¿Qué sobre esta noche se ha sentido como si estuviera siendo forzada a hacer algo? De hecho, me siento un poco como que te estoy obligando.
Sus labios se aplastaron contra los míos —dientes y lenguas y calor. Era suficiente para hacerme temblar con deseo, y luego se acabó.
Joe estaba jadeando cuando respondió: —No me estás obligando a hacer nada. Yo sólo quiero que estés segura. Puedes parar en cualquier momento. —Sus labios se ampliaron—. No necesitas inventar una nueva mascota.
Esa sonrisa… era tan exasperante y sexy al mismo tiempo.
Coloqué mis manos en sus hombros y me alejé, poniéndome de pie.
—Si vas a seguir tratando de convencerme de ello…
No había dado ni un paso antes de que me agarrara, y se volviera para que mi espalda golpeara el colchón. Mi aliento abandonó mis pulmones en un segundo, y el verlo rodando por encima de mí hizo que el calor ondeara abajo en mi vientre.
—No estaba tratando de convencerte de alguna cosa. Estaba tratando de ser un caballero.
Huh. También había tratado de sacar la tarjeta del caballero la primera noche. Aún estaba cernido sobre mí, y yo enrosqué mis dedos en sus vaqueros, y tiré de él hacia abajo, sobre mí.
—¿Me haces un favor? ¿Serías un caballero mañana?
Estaba muy segura de que él dijo: —Sí, señora —pero luego me estaba besando, y no podía importarme menos.
¡Hola chicas!
Aquí esta el capítulo prometido, ¡Tarde, pero seguro! :amor:
Bueno, espero que les guste & lo disfruten, aunque las dejaré con la intriga :maloso:
¡Sólo queda un capítulo más! :B Mañana si puedo, lo subo.
Mientras tanto, disfrútenlo n.n
Besos
Natuu!
Natuu!
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
Por qué me haces esto??? Ósea... Quiero saber...!!! Cuando subas el último cap y tmb subirás el epílogo??? Anda anda si??? Subelooooo me da tristeza que se acabe la nove... Pero pues ni modo!!!!! Esta genial y me encanta!!!
kenyajonasgrey
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