Vampire's kiss {Zayn malik y tu}

Autora: Cynthia Eden.
Genero: romantico, ficsion, Erotica.

HOLA GUAPURAS. Mi nombre es Jeanmarie y soy nueva en esto de las novelas por eso preferi adaptar un libro, soy fan de los libros de vampiros, lobos, accion y eroticos asi que me dije "Marie, por que no adaptar un libro que contenga todo eso en vez de escribir uno que nadie va a leer? Y AQUI ESTOY adaptando este libro.
Ah si, tengo 14 años y soy directioner y belieber asi que muy pronto adaptare con bieber, espero que les guste esta adaptacion y la lean<3.

Nueva lectora siguela!

NUEVA LECTORAAAA :)))) Me llamo Destiny ( odio mi nombre ) pero me llaman Des SIGELAAAA PLIIS

Milena escribió:Nueva lectora siguela!

Ya la voy a seguir<3.

MssMoustache escribió:NUEVA LECTORAAAA :)))) Me llamo Destiny ( odio mi nombre ) pero me llaman Des SIGELAAAA PLIIS

tu nombre es hermosa:o, el mio es raro e.e, ya la sigo des<3.

PROLOGO:


El mal crece. Puedo sentir su toque oscuro. Entrada del diario de Henry de Montfort, 2 de septiembre 1068


― ¡Liam!― _____ se despertó gritando el nombre de su hermano gemelo. Se giró hacia la lámpara de la mesita de noche con manos temblorosas. Su mirada voló frenéticamente por el dormitorio, y su corazón pareció detenerse. No reconoció los muebles. No veía el armario de cerezo antiguo o el baúl. Tampoco vio la pila de libros, que se alineaban en sus estantes y repisas hechas con amor, por las manos de su abuelo. Sólo veía la sangre. Y estaba en todas partes. Y sintió el mal. El mal abrumador. Cerró los ojos, desesperada por detener la visión. El grito lleno de terror de un hombre hizo eco en su mente.

― ¡No!― Empujó sus sabanas a un lado y saltó de la cama. En un instante, la visión terminó. _____ podía ver su habitación de nuevo. Envuelta en sombras, pero reconocible, no obstante. Los latidos de su corazón golpeaban con desesperación en sus oídos. Su cuerpo temblaba recordando el miedo. ¿Había sido un sueño? ¿Sólo un sueño?

Sacudió la cabeza. No podría haber sido un sueño. Lo había sentido... demasiado real. Tuvo un impulso repentino y desesperado por llamar a Liam. Para escuchar su voz. Cogió el teléfono. Un agudo timbrazo congeló su mano. Su corazón se detuvo. El teléfono sonó de nuevo, un grito inquietante como el grito de su sueño. Sus dedos temblaban al levantar el auricular.― ¿H―hola? Mientras escuchaba a la persona que llamaba, toda de la sangre desapareció de su rostro. Su cuerpo se balanceó y el teléfono cayó de sus nerviosos dedos. Extrañas punzadas heladas dispararon a través de su piel. Luces brillaron ante sus ojos. Su cuerpo cayó al suelo. Y tropezó de nuevo en los sueños de un hombre muerto.

CAPITULO 1

Como un niño, temo a la oscuridad. Entrada del diario de Henry de Montfort, 8 de septiembre 1068

_____ Daniels reunió sus fuerzas y se arrastró por encima del muro de granito. Se deslizó sobre el borde y cayó al suelo, cayendo con un suave ruido. La sangre cubría su cuerpo y su ropa rota. Fue un milagro que pudiera subir la montaña. Su pequeño coche de alquiler había muerto horas atrás. A mitad de la carretera por la traicionera montaña, había farfullado una vez y luego se detuvo. El vapor había irrumpido por debajo del capó del Toyota. Y ninguna cantidad de ruegos, clemencia o maldiciones había sido capaz de arrancar el motor nuevamente. Ella había salido del coche, y había hecho la única cosa que podía. Había caminado. Por kilómetros, había caminado a lo largo de la carretera de grava. Caminó hasta que sus pies le dolían, hasta que crecieron ampollas en los talones y pies. Continúo caminando a pie, mucho después de que el camino de grava había terminado. Se había subido en el marco de la cerca de púas de alambre, que rasgo la ropa y la piel de sus brazos y la espalda. El muro de piedra había sido su último obstáculo. El último obstáculo en su camino. Podía ver la casa ahora, su imponente construcción en piedra en pie dura y fuerte contra la montaña. Escasas corrientes de luz brillaban desde su altura, ventanas góticas. La luz parecía invitarla, prometiéndole seguridad en la noche oscura, si sólo pudiera entrar. Por un momento, el aullido del viento calmó, y ______ miró en silencio lo que había ante a ella. Sabía lo que iba a encontrar en el interior de las paredes de la casa. Un monstruo. Un hombre. Un demonio.

Un salvador. Durante los últimos seis meses, lo había estudiado cuidadosamente. Había aprendido cada detalle que pudo acerca de Zayn Malik. Todos los horripilantes detalles. A veces, se despertaba gritando en la noche, su nombre en sus labios. Pero las pesadillas no importaban. Necesitaba a Zayn Malik. Ella necesitaba al monstruo. Necesitaba al hombre. Y lo tendría. Se acercó a la casa lentamente, casi con timidez. Sus zapatillas tennis crujían sobre la húmeda grava. Había llovido durante el día, y el aire aún olía a la llovizna. No había ruido en el patio. Ni el canto de los pájaros. No había perros ladrando. Ni siquiera el aullido del viento penetrando en ese espacio tranquilo. Ella era la única intrusa. Su estómago se anudo, y tragó varias veces para aliviar la presión en su garganta. Su corazón latía con furia. Se preguntó si él podía escuchar sus latidos desesperados. Desde su posición privilegiada en la cima de la casa, dos gárgolas horribles la miraron, alertándola de mantenerse lejos de su amo. _____ levantó el magullado mentón en silencio desafío. No había dejado sus amigos disuadirla de su viaje. ¡Ciertamente no se espantaría por dos estatuas! Incluso si parecía que la miraran, sus ojos brillantes siguiendo todos sus movimientos. Finalmente, se puso de pie ante una puerta alta, de madera. Una cruz había sido toscamente grabada en su superficie. Ella miró el signo espiritual, pensando en su presencia. En su significado en este lugar de oscuridad. No pertenecía allí. Tampoco ella. Pero ella no iba a irse. No hasta que consiguiera lo que necesitaba. Respiró profundamente. La puerta se abrió antes de que pudiera levantar la mano para llamar en contra de su superficie dura. Él abrió la puerta. Por un momento, sólo podía mirar hacia él con aturdida sorpresa. Incluso en la sombra de la noche, podría decir que era él. Se alzaba sobre su figura esbelta. Era alto, probablemente más de metro ochenta, y sus amplios hombros parecían llenar el marco de la puerta. Su pelo largo oscuro tirado hacia atrás y abrochado en la base de su cuello. Sus ojos, de un claro café, parecían brillar, mientras miraban penetrantemente en los de ella. Había visto un dibujo de él antes, por supuesto.

Ya conocía su apariencia. Pero al verlo de cerca era un asunto totalmente diferente. No se había dado cuenta de lo alto y lo fuerte de sus pómulos, o cómo sus labios sensuales serían. Su nariz era perfectamente recta, y un poco afilada. Su frente era alta y elegante. Era un hombre atractivo, incluso con la cicatriz que se deslizaba hacia abajo por su mejilla izquierda. Ella sabía cómo había obtenido esa cicatriz. Sabía todo sobre el hombre que tenía ante ella. Estaba vestido de negro, que acentuaba el color de su piel tostada y haciendo que se viera casi... siniestro. Se puso en pie en la sombra, mirando. Finalmente, habló.

―Usted no es bienvenida aquí―. Su voz era un ronroneo, un contraste seductor a las duras palabras. Un ligero acento Inglés marcaba sus palabras formales. _____ no estaba sorprendida por su brusquedad. Después de todo, fue el saludo que había esperado. En una rápida prisa, dijo.

―Tengo que hablar con usted, Señor Malik―. Le temblaba la voz con intensidad. Tenía que dejarla entrar en la casa. ¡Tenía que hacerlo! Tenía la cabeza ligeramente levantada. ¿Un parpadeo débilmente de curiosidad en el fondo de sus ojos cafes? _____ no podría decir, no por seguro.

―¿Qué desea? ― preguntó. Su voz parecía envolverse a su alrededor, a hundirse en ella. Sacudió la cabeza, despejando la niebla repentina de su mente.

―Déjame entrar―. _____ suplicó, tratando en vano de mirar alrededor de su cuerpo en sombras y vislumbrar el interior de la mansión. ―Tenemos que hablar. Es urgente―. Sacudió la cabeza y se adelantó en un fino haz de luz.

―No eres bienvenida aquí―, repitió. ______ se acopio de valor y miró al hombre que tenía delante. ―Por favor, déjame entrar al interior. Es una cuestión de vida o muerte.

Una simple ceja negra levantada. Su mirada lentamente viajó desde la parte superior de la cabeza a la punta de sus zapatos empapados. ― Es Usted, una mujer muy tenaz, Srta. Daniels―. Dijo de forma precipitada.

―Mi nombre es _____ Daniels―. Él asintió con la cabeza, como si ya supiera su nombre.

― Puede entrar, pero sólo por un momento―. Dio un paso atrás, abriendo la puerta de entrada a su casa. Ella suspiró pesadamente. Con repentino alivio que hizo temblar su cansado cuerpo. ¡La dejaba entrar! Ahora, si tan sólo pudiera convencerlo de que la ayudara. Su cuerpo rozó el suyo cuando se deslizó al interior de la casa. Casualmente el hombro de ella tocó el pecho de él. Por un momento, sus ojos cafes se quemaban en rojo. Ella se alejó a toda prisa y entro en el vestíbulo. Zayn levantó el brazo y señaló abierta la puerta a la derecha. Ella asintió con la cabeza y entró en la habitación. El calor del fuego crujía en la chimenea. Inmediatamente se dirigió a ella y alzó las manos, deseosas de sentir el calor. Estaba tan fría. Había tenido frío, durante tanto tiempo. Desde esa noche... Zayn continúo observándola, con su mirada dura y sin fisuras. _____ se preguntó qué veía cuando la miraba. Ella miró nerviosamente hacia abajo a sí misma. Sabía que tenía un aspecto terrible. Su ropa y sus cabellos eran un completo desastre. Pero incluso en un buen día, nunca se había considerado a sí misma como una gran belleza. Tenía el pelo demasiado rizado, el color demasiado Rojo. Es cierto, era grueso y corto y caía suavemente sobre los hombros, pero ella siempre había odiado el color brillante. Su cuerpo era pequeño y delgado. Derecha, quedaba en metro y medio. Había perdido mucho peso en el último año, por lo que ahora se veía especialmente delicada. Casi frágil. Ella suspiró pesadamente. No había nada que pudiera hacer por su apariencia. Además, eso no importaba. Tenía las manos apretadas en pequeños puños, y se volvió decididamente desde el fuego.

―Necesito tu ayuda―. Las palabras resonaron en el gran salón. Zyan descansaba en un sillón, acojinado.

―¿Mi ayuda? ¿Qué es exactamente lo que necesita de mi, Srta. Daniels?―. Tragó saliva y se trasladó a tomar la silla frente a él. Sabía que esto no iba a ser fácil. Se aclaró la garganta y miró profundamente en la oscuridad de sus ojos.

―Necesito matar a alguien ―, dijo simplemente, claramente. Él parpadeó. Una vez. Dos veces.

Hola nueva y fiel lectora me encanto siguela pronto

Ana Masem escribió:Hola nueva y fiel lectora me encanto siguela pronto

Hola:3 ya la sigo<3.

Capitulo 1 parte 2.

―¿Perdón?―. ____ se lamió los labios. Sus ojos seguían el movimiento nervioso.

―Te necesito para matar a alguien―, repitió, su mirada se cruzó con la suya. Zayn rió. Echó hacia atrás su cabeza oscura y rugió. Sus hombros temblaban de alegría. Sin dejar de sonreír, se volvió en su silla para estudiar la joven delante de él. En verdad, ella tenía el pelo y los ojos en llamas. Le recordaba a un hada. Una menuda, perdida pequeña hada. Era una lástima que se hubiese metido en su reino. Su cara era un óvalo delicado. Su piel era increíblemente transparente. Su nariz era pequeña, y sus labios eran tentadoramente rellenos. Sin embargo, fueron los ojos que lo cautivaron y mantuvieron su atención. Eran los ojos más verdes que jamás había visto. Oscuros, profundos, ojos esmeralda. Su turbio rizo rojo hacia contraste ricamente con los ojos, dándole una cualidad extrañamente de hada.

Su mirada viajó por su cuerpo. Sus pechos eran pequeños, suaves montículos que empujaban con orgullo en contra de su sudadera gris. Sus pezones eran como guijarro suaves por el frío. Sus caderas eran pequeñas, casi infantiles, y sus piernas delgadas estaban encerradas en un par de pantalones vaqueros de azul claro. El leve olor de la sangre se aferraba a su cuerpo. El olor lo llamó suavemente, lo tentó. Respiró profundamente y se recostó en la silla. Levanto una de sus manos para frotar contra la línea dura de su mandíbula. ¿Qué clase de juego estaba jugando la pequeña hada? Seguro que no pensaba enredarse con alguien como él...

― ¿Qué te hace pensar que podría matar a alguien?―, le dijo con voz suave. La miró cuidadosamente, teniendo en cuenta el ligero temblor en sus manos. Sus entrecerrados ojos verdes.

―Sé de ti ― susurró, con los dedos enroscados en el reposabrazos de la silla. Su cuerpo quedó inmóvil.

―¿Qué es lo que crees que sabes? ―. La diversión de momentos antes se había ido. Recubriendo con hielo sus palabras.

―Conozco su secreto, señor Malik ―. Su voz era un ahogado sonido. Zayn sintió una tensión repentina esparciéndose a través de su cuerpo. El estudió al hada con mucho cuidado. Consideró llegar hasta el fondo de su mente, pero descartó la idea de casi inmediatamente. Quería ver qué verdad ella le revelaría por su cuenta. O que mentiras.

― Sé quién eres… Hizo una pausa y luego dijo en voz baja… o más bien, sé lo que eres―. Sus labios rellenos se curvaron provisionalmente.

―Se podría decir que soy algo así como una experta sobre ti ―. Sus propios labios curvados ligeramente, aunque él sabía que ningún rastro de calor llenaba su sonrisa.

―¿Una experta? ¿Sobre mí? ―. La furia lo inundó, pero con un esfuerzo, se las arregló para mantener su voz controlada y preguntó ― ¿Por qué soy tan importante para usted? Le aseguro, mi vida que no es emocionante. Se inclinó hacia delante.

―Al contrario, tu vida es fascinante ―. Un estruendo súbito de un trueno resonó en la distancia.

―Soy un hombre, ni más ni menos. Mi vida es como la de cualquier otro. Ella sacudió la cabeza con vehemencia.

―Es mucho más que un hombre, señor Malik, y ambos lo sabemos ―. Ella tomó una respiración profunda. ―Sé lo que eres―. Susurró. ― Lo sé ―. El apretó su mandíbula.

― No sabes nada―. Se puso de pie bruscamente. ― Es hora de que se vaya. Ella saltó de su silla y dio un paso hacia él.

― No me voy. ¡Necesito su ayuda!―. Sacudió la cabeza una vez.

―No puedo ayudarle, señora. No puedo ayudar a nadie.

― Le necesito ―. Intensidad oscura lleno sus palabras y su mirada. Zayn frunció el ceño. Se levantó y caminó lentamente hacia ella.

Sus dedos levantados y curvados alrededor de la barbilla delicada de ella. Él la miró, un surco entre sus cejas.

―Ni siquiera me conoce.

―Sé todo sobre ti ―. Con la cabeza inclinada hacia un lado.

―Y qué es lo sabes, ¿qué te hace pensar que voy a matar a alguien?― Ella tragó saliva.

―Sí.

―¿Crees que soy un asesino?―. Preguntó, sólo para estar seguro.

―Sí ―. El cuerpo de ____ se tensó mientras esperaba su reacción.

La Amooooooooo siguela pronto saludos y besos. Me encanta como ecribes

Ana Masem escribió:La Amooooooooo siguela pronto saludos y besos. Me encanta como ecribes

Gracias, ya la sigo cielo<3.

Capitulo 1 parte 3.

Él sonrió. Sus dedos acariciaron la delicada línea de la mandíbula.

―Creo que estás confundida. Muy, muy confundida. No soy un asesino. Soy sólo un hombre. Un hombre que quiere estar solo ―. La soltó y se dirigió hacia la chimenea. ―Fue un hombre una vez ―. Estuvo de acuerdo.

―Pero ya no lo es. Dejo de ser sólo un hombre casi hace miles de años ―. Él se volvió y se abalanzó hacia ella en un borrón de velocidad. Su mano derecha cerrada en la esbelta columna de su garganta. Su pulso golpeó furiosamente bajo el toque frío de sus los dedos. Ella habló con rapidez, sabiendo que no había tiempo que perder. La bestia había despertado.

―En 1038, nació usted Zayn Maik. En batalla, se ganó el nombre de Zayn Dark* (*el Oscuro). Se dijo que ganó ese nombre debido a su amor por las artes oscuras. Fue la magia malvada que utilizó entonces que lo hizo de usted lo que ahora es ―. Sus dedos facilitaban su control estricto y empezó a acariciar con ternura la piel sensible de su garganta.

―¿Y qué es lo que soy, Srta. Daniels? ―. Las pestañas de ella bajaban lentamente y luego las levantó para encontrarse con su ardiente mirada. Su mirada rojo sangre.

―Eres un vampiro ―. Sus incisivos extendidos, largos y mortales. Sus ojos, esos ojos ardientes, la mantenían cautiva. Su la mano seguía acariciando la columna de su cuello.

―Y tú eres una tonta ―. Con su cabeza bajando, se dio cuenta con adormecido shock que iba a morderla. Iba a tomar su sangre. Con entusiasmo, ella inclino su cabeza hacia atrás, ofreciéndose a él. Su respiración era caliente en contra de la delicada piel de su garganta. Esperó, desesperada por sentir el hundimiento de sus dientes mientras bebía de ella. Sólo esperaba que no doliera demasiado... Espero sentir el filoso corte de los dientes en su contra. En cambio, sintió la áspera lengua de terciopelo como lamia su pulso vibrante. Lentamente. Una vez. Dos veces. Su respiración enganchada, y se oyó a misma gimiendo. Sus dientes rasparon suavemente sobre su piel. Su lengua lamió. Su aroma la rodeaba. Fuerte. Oscuro. El aroma de la noche.

―Quieres esto, ¿no, pequeña? ―. Su voz ronroneó seductoramente, aunque sus labios no se movieron. ―Has venido aquí para esto, ¿no? ―. Comenzó a succionar suavemente su cuello.

―Sí ― susurró, y sus brazos se levantaron agarrando los hombros de él y tirar de él más cerca del cuerpo de ella. Tenía sus ojos bien cerrados. Zayn retrocedió lentamente, preguntándose acerca de los motivos de la mujer, sobre su voluntad de entregarse a un monstruo. Entonces recordó lo que ella había dicho. ―Quieres que mate a alguien para ti ―. Era una declaración. Lo que había tomado como una broma antes de repente parecía muy grave. ¿Quién era esta mujer? Y ¿por qué busca al Ángel de la Muerte?

―Sí ―, susurró de nuevo, negándose a abrir los ojos.

―Mírame ―. El comando era involuntario. Toda la fuerza de su voluntad, estaba detrás de la orden. Él sabía lo que la mujer en sus brazos quería, ¿qué peligros le presentaba hasta él? Entonces él se ocupará de ella. ―¿A quién quieres matar? ―. Sus pestañas se levantaron lentamente, lánguidamente. Su respiración era irregular. Su pecho subía y bajaba en sacudidas.

―Yo. Quiero que me mates a mi ―. Entonces las manos de ella se levantaron y se enterraron en el pelo de él. Ella apretó su agarre, en silencio instando la boca de él de nuevo a su cuello. Volver al lugar donde su pulso latía tan frenéticamente. Sus ojos se abrieron en estado de shock. Él, que había visto innumerables guerras y muertes, se sorprendió por su declaración. Por su invitación. Pero lo que más le sorprendió fue lo mucho que él estaba tentado. Porque él quería desesperadamente tomar a la pequeña hada en su oferta. Quería tomar su sangre... y su vida. Con un esfuerzo, se obligó a dar marcha atrás a la liberación de su abrazo. El la miró, preguntándose por qué una persona tan joven y llena de vida, posiblemente se quería entregar a la oscuridad. ¿Qué demonios la había llevado a buscarlo?

―¿Por qué? ― se preguntó mientras se movía en las sombras de la habitación. ―¿Por qué buscar la muerte? ―. Sus manos apretadas y la frustración cruzaron sus rasgos delicados.

―Mis motivos no deben importarte ―. Él arqueó una ceja.

―Lo hacen ―. Nunca había tenido a alguien que llegara a él, sin la coacción, y ofreciera sangre. Ofreciera la vida. Había encontrado que los seres humanos valoran mucho la vida sólo para darla a una bestia. Ella apretó su mandíbula.

―Quiero que me muerdas.

―Sí ―. Él asintió con la cabeza. ―Pero yo no voy a hacerlo ―. Había aprendido hace mucho tiempo a controlar su oscura urgencia. Y, a pesar de que ella había acudido a él en busca de la muerte, no se la daría a ella. Los restos destrozados de su conciencia no le dejaron.

― Usted debe salir ahora ―. Él hizo un gesto hacia la puerta. Ella sacudió la cabeza, enviando a sus rizos de color rojo oscuro de vuelo.

―Yo no me voy. No he venido todo este camino sólo para que usted me rechace ―. Su rostro parecía extrañamente pálido en el parpadeante fuego. ―No puedo dejar que me rechace. Se lo dije, necesito su ayuda.

―Y yo le dije que no. Ahora, es hora de que se vaya ―. Su pecho subía y bajaba en sacudidas.

―Tiene que ayudarme. Si no, le diré a todo el mundo acerca de usted. Voy a ir a todos los diarios, todos los canales de noticias ―. El se rió suavemente, burlonamente.

―Vamos. ¿De verdad cree que van a creerle usted? ― Sacudió su oscura cabeza. ―Si vas a ellos y dices que soy un vampiro, se reirán de ti. Y muy posible la encierren. Ella con su mentón levantado.

― Ellos me van a creer si tengo pruebas.

―¿Y qué pruebas tiene usted?―. Se burló. Ella sonrió, mostrando incluso los dientes blancos.

―Yo tengo el diario de su hermano. El diario de Harry. Yo lo he traducido ―. Él se tensó. La bestia dentro de él rugió de rabia.

―¿Y dónde... ― él apretó sus dientes de atrás y sintió sus incisivos quemaban y se alargaban. ―... ¿sacaste ese pequeño premio?

―No importa, ¿verdad? ― Se dirigió hacia él.

―Tengo tu diario, y lo mostraré a todo el mundo al que pueda. Todos. Finalmente, alguien me va a creer. Tu secreto se acabó―. Se detuvo a un pie de distancia de él. ― Y, entonces, señor Dark, después de cazar a su presa durante un Milenio, será usted será al que cacen.

―De verdad quieres la muerte, ¿no? ―. Preguntó, pregunta en su voz.

―La muerte es sólo un medio para un fin ―. Respondió ella, la expresión de sus ojos secretos. El agarró sus hombros brutalmente.

―No me gusta el chantaje ―, gruñó. Estaba tan cerca a ella que podía oír los latidos de su corazón, que podía sentir su ritmo en desesperada agitación a través de su cuerpo. Y casi podía saborearla.

― A mi tampoco ―, verdadero pesar parecía yacer en sus palabras. ― Pero no tengo otra opción.

― Sí, la tienes. Vete ahora.

― No―. Él miró profundamente en la mirada esmeralda de ella y observó la determinación y el miedo. Trató de jugar con su miedo.

― Si hago lo que usted me pide, sentirás un dolor que no puedes imaginar. Miedo, como usted nunca ha conocido. Voy a drenar toda la sangre de su hermoso cuerpo. Beberé de usted hasta que no queda nada―. Le tocó la mejilla suavemente. ―Y entonces tiraré tu cadáver en descomposición―. Su sonrisa era escalofriante.

― He sentido miedo antes―. Sus palabras fueron en calma, pero le temblaron los labios. ― He sentido el dolor. Más dolor incluso del que puede imaginar―. Se sorprendió por la cólera que se extendió a través de él. La idea de que alguien, en alguna parte, había herido a esta extraña mujer le llenó de ira. Una rabia que no tenía razón. Sus dedos apretaron alrededor de los hombros de ella.

―¿Quién daño…

Ella se echó para atrás, lejos de él. ―No importa ahora mismo ―. Si importaba. Por alguna razón desconocida, le importaba mucho a él.

―¿Vas a ayudarme? ― Preguntó de nuevo.

La amooooooooo Gracias por el capitulo encerio estuvo super Woooow quiero que la sigas pronto Linda El es tan peligrosmete sexy lo amooo Besos hermosa y saludos te quieroooooo encerio escribes increible SIGUELAAAA POR FAVOR